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Universidad Centroamericana - UCA  
  Número 338 | Mayo 2010

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Nicaragua

Brochazos y pinceladas

14 de abril: “Yo puedo asegurarles, hermanos nicaragüenses, que la oportunidad histórica que tiene Nicaragua, la está poniendo Dios. Dios llevó al Presidente Hugo Chávez a la Presidencia de Venezuela. Y Dios también, a través del pueblo, nos llevó a nosotros al gobierno”. 30 de abril: “Yo les agradezco, hermanos nicaragüenses, la sabiduría que les dio Dios, que los iluminó para que el Frente Sandinista viniese a gobernar este país en beneficio de los pobres”. Palabras del Presidente Ortega. Pinceladas religioso-mesiánicas en el boceto del proyecto reeleccionista, en el que también lanza gruesos brochazos y hace trazos de otros colores.

Equipo Nitlápan-Envío

La absoluta prioridad del gobierno del FSLN es la reelección de Daniel Ortega. Como la Constitución se lo impide por partida doble, Ortega se apertrechó con una sentencia judicial que declara inconstitucional la prohibición constitucional. Y como es el Consejo Supremo Electoral el que, al convocar a elecciones, inscribe a los candidatos, Ortega necesita un CSE que en 2011 acepte que su candidatura no viola la Constitución. Un Consejo que, además y después, le faci¬lite la victoria si es que no la consigue con los votos.

El empeño de Ortega en lograr su reelección -y el apoyo encubierto que le brinda Alemán, pretendiendo ser su único antagonista en los comicios- está en las raíces del caos institucional que padece Nicaragua desde hace varios meses.

El empeño reeleccionista explica los reacomodos que está haciendo el gobierno en ministerios y alcaldías, con nuevos nombramientos, cambios y recambios. El empeño reeleccionista explica también los violentos desórdenes que se vivieron en Managua en abril. Una violencia que anuncia la que seguramente veremos en los próximos meses hasta que Daniel Ortega logre imponer su candidatura y su reelección.

PRIMER BROCHAZO:
LA 504 CONTRA EL 147

Para lograr la reelección, Daniel Ortega y su grupo han ido “rayando el cuadro”. Pintándolo. Emplean en lo que aún debemos ver como boceto -falta año y medio para los comicios y cualquier cosa puede ocurrir- gruesos brochazos y pinceladas más finas. Los brochazos los han lanzado sobre el lienzo político con descaro. ¿Sin medir las consecuencias de una pintura que salpica en todas direcciones?

Son dos los más gruesos brochazos. El primero, la sentencia 504 del 19 de octubre, emitida por magistrados del FSLN en la Corte Suprema de Justicia. Usurpando funciones del Poder Legislativo, resolvieron que el artículo 147 de la Constitución -que prohíbe la reelección consecutiva del Presidente de la República y una tercera reelección- no se le puede aplicar a Ortega.

En la misma sentencia declararon inconstitucional el principio constitucional que no permite a los alcaldes reelegirse consecutivamente, saliendo beneficiados también los 109 alcaldes del FSLN que gobiernan actualmente en los gobiernos municipales, unos cuarenta de ellos, como resultado del fraude electoral de 2008.

METROCENTRO
2 CONTRA LA 504

A pesar de que el Presidente Ortega venía actuando ya al margen de la ley con decretos violatorios de la Constitución y decisiones que violentan varias leyes, el primer grueso brochazo reeleccionista movilizó, por primera vez en casi tres años, a todos los partidos de oposición: se reunieron de emergencia el 9 de noviembre, por primera vez también con representantes de organizaciones de la sociedad civil y de la empresa privada, para firmar los llamados Acuerdos de Metrocentro 2.

Todos -un paso inédito- asumieron tres compromisos en torno a la elección pendiente de 25 altos cargos a los que se les vencería pronto su período. Acordaron: No reelegir a los actuales magistrados propietarios y suplentes del CSE. No elegir nuevos magistrados del CSE mientras no se realice una transformación profunda en el CSE, que garantice la transparencia y respeto al voto ciudadano. No elegir a ninguno de los funcionarios que deben ser nombrados por la Asamblea Nacional mientras no se escoja para esos cargos, de acuerdo a los preceptos constitucionales, a personas capaces, honestas e imparciales.

Entre la oposición, reunida y unida por primera vez, estuvo Arnoldo Alemán, quien a su pesar tuvo que asistir y fue uno de los firmantes. (En poco tiempo, le ha sacado buenos réditos a su presencia y a su firma, gracias a la complacencia de buena parte de la oposición). El temor de que la oposición cumpliera los acuerdos provocó otro brochazo del gobierno, agravandola crisis institucional.

LANZAMIENTO DEL 03-2010
Y DESCUBRIMIENTO DEL 201

Consciente de que si la oposición se mantenía unida y cumplía esos tres acuerdos tendría un insalvable estorbo en su proyecto reeleccionista, el 3 de enero de 2010 el Presidente Ortega fue quien usurpó las atribuciones del Poder Legislativo y emitió un decreto manteniendo en sus cargos a los 25 funcionarios a los que se les vencería su período en 2010 (unos en enero, otros en abril, otros en junio), mientras el Legislativo no los reeligiera o eligiera a sus sustitutos.

Argumentando que era su responsabilidad “evitar el caos” que representaría un Estado sin sus máximas autoridades al frente, Ortega proclamó el que fue llamado inmediatamente “decretazo”, una ilegal medida de presión para forzar una negociación previsiblemente difícil en el menor tiempo posible y en los términos más ventajosos a sus intereses.

La oposición rechazó la nueva ilegalidad y cerró de nuevo sus desperdigadas filas. Como el tiempo pasaba y se mantenían los acuerdos, y el FSLN no lograba reunir los 56 votos de diputados, necesarios para dar por terminado el proceso de selección de los 25 altos cargos, Ortega decidió reforzar su táctica. El 7 de abril, el diputado del FSLN y presidente del Parlamento, René Núñez, anunció que había “descubierto” en una edición de la Constitución de 1987 el segundo párrafo de un artículo (el 201), que establecía que mientras no se eligieran nuevas autoridades en las instituciones del Estado permanecerían al frente las que estaban. Otra vía para que, aún sin decretazo, todos siguieran en sus cargos.

El descubrimiento “cuasi-arqueológico” obviaba que el artículo era transitorio, que perdió sentido y vigencia tras el cambio de gobierno de 1990 y que, por eso, no aparecía en posteriores ediciones de la Constitución, incluida la edición que manejan los CPC oficialistas. Quedó claro que Ortega dudaba de la validez de su propio decretazo y quería que la “defensa de la Constitución” apareciera en el lienzo como un trazo más elegante y convincente en su cuadro reeleccionista.

ABRIL ARDIENTE EN MANAGUA

Mientras la continuidad en sus cargos, acogiéndose al decretazo, de cuatro de los cinco miembros de la Contraloría General de la República produjo solamente noticia y polémica en los medios de comunicación, era de esperar que cuando el calendario marcara la fecha del fin del período de autoridades en la Corte Suprema de Justicia se ahondaría esta crisis. No es en la Contraloría, sino en la Corte donde el proyecto reeleccionista se puede revertir.

El 11 de abril se les vencía el período a dos magistrados de la Corte, puestos en esos cargos por Ortega y a uno puesto por Alemán, según las cuotas del pacto suscrito entre ambos políticos hace diez años. Mientras el magistrado liberal abandonó su oficina, los dos magistrados del FSLN (Rafael Solís y Armengol Cuadra) continuaron en ellas y activos, acogiéndose al 03-2010 y al 201.

El resultado fueron dos semanas caóticas institucionalmente, con una sucesión de hechos tan vergonzosos como insólitos. También violentos.

Insultos a gritos y en plena audiciencia de un Solís descompuesto contra un magistrado liberal que le reclamaba por seguir en su cargo. Cierre de los juzgados de todo el país durante varios días para que jueces y funcionarios se movilizaran en Managua respaldando a Solís y a Cuadra.

Decisión renovada de una mayoría de 47 diputados opositores de anular por vía legislativa el decretazo. Respuesta del gobierno: Solís y Cuadra, acompañados de empleados estatales obligados a movilizarse y de grupos de paramilitares armados rodearon la Asamblea Nacional para impedir que los 47 diputados entraran al recinto a iniciar la anulación.

Reacción inédita de los 47: no pudiendo entrar a la Asamblea, lograron sesionar en un hotel de la capital, en donde iniciaron el proceso de formación de la ley que anularía el decretazo. Respuesta del gobierno: rodear el hotel con empleados públicos, mientras paramilitares y pandilleros -al frente los magistrados Solís y Cuadra-, disparaban decenas de morteros y piedras contra la puerta y ventanas del edificio, ante la pasividad de la policía, causando destrozos y provocando estampida de huéspedes.

Respuesta del gobierno: rodear al día siguiente la Asamblea con paramilitares y turbas impidiendo de nuevo, a pedradas y morterazos, la sesión parlamentaria, mientras grupos de empleados públicos cerraban una calle y paramilitares armados mantenían secuestrados durante ocho horas a 18 parlamentarios liberales y a uno del MRS reunidos en la sede del MVE, incendiándoles dos de sus vehículos y destrozando otro…

¿CALMA EFÍMERA?

Después de tres días, la “calma” callejera llegó en la tarde del 23 de abril. Apenas un respiro, porque los motivos de todos estos desórdenes continúan en el mismo lugar. Y es de temer que en la medida en que se acerque junio, cuando se vence el período de todos los magistrados electorales la crisis subirá de tono nuevamente. ¿O tal vez no, porque antes el gobierno conseguirá los 16 votos que necesita para reelegir a los candidatos de Ortega?

¿QUÉ PASÓ?
DIVERSAS OPINIONES

Los hechos de violencia fueron calificados por el Presidente de la Asamblea, René Núñez, como expresión de la justa ira del pueblo, mientras que el Vicepresidente de la República declaraba que lo ocurrido fue obra de maleantes y matoncitos.

El Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (CENIDH) afirmó, en un comunicado, que esta crisis, con la violencia desatada como uno de sus episodios más llamativos, tiene un impacto tan negativo en la institucionalidad como el que provoca un golpe de Estado. El magistrado Presidente de la Corte Suprema, el liberal Manuel Martínez, reconoció que la Corte es hoy anárquica, caótica, una turba, calificando lo ocurrido como bochornoso, insólito, espantoso, dantesco y sin precedentes.

Quince días después de los desmanes, el Presidente Ortega no había hecho ni una sola referencia a sucesos cuyo diseño se le atribuyen a sus tácticas. Y la Policía Nacional, siguiendo órdenes presidenciales, no había detenido a ninguna de las personas que causaron tanta violencia.

Son sólo algunas expresiones que muestran el sombrío boceto político que hoy se dibuja en Nicaragua.

UNA SEÑAL ESTRIDENTE

¿Por qué la exhibición de tanta violencia? El gobierno quiso enviar una advertencia atemorizante a toda la oposición unida en torno a Metrocentro 2 y a toda la sociedad civil informada y organizada. El mensaje fue claro y estridente: estamos dispuestos a hacer lo que sea para conseguir la reelección de Ortega…O hay reelección o habrá violencia.

¿Llega esta señal más allá de estos dos sectores? Seguramente la amenaza no alcanza con iguales efectos intimidantes a la población de fuera de Managua o a la población que consume a diario sus energías en sobrevivir, a la que está profundamente decepcionada de casi todos los políticos y de sus interminables pleitos porque sabe que todos, o casi todos, viven muy bien, participan de los mismos negocios y “comen en el mismo plato”. Seguramente no llega la señal a la población que no tiene suficiente cultura legal para movilizarse a partir de los sesudos debates jurídicos sobre el 147, el 201 y el 03-2010, en un país escaso de técnicos y sobrepoblado con miles de abogados…

Aunque mayoritariamente -en el sandinismo y fuera de él- la gente rechaza la reelección de Ortega, lo que más desea y quiere es que no haya violencia en las calles, que no vuelva la guerra, que haya paz. Esto no significa que no haya un sector del sandinismo que respalda a Ortega que asuma, sin violencia, que “las calles son del pueblo”, entendiendo que llegó su hora y que ocupar las calles es un medio legítimo de defenderse de los partidos y dirigentes de la derecha que históricamente han sido incapaces de responder a su pobreza y a su falta de oportunidades.

EN PRIMERA PLANA
EL CORAZÓN DE LA CRISIS

Hay brochazos tan burdos que pueden arruinar el lienzo, que obligan a rectificar el boceto. Dudando que haya rectificación, lo que quedó más claro al disiparse la pólvora de los morteros es que la señal de tanta violencia fue un brochazo errado en el cuadro reeleccionista del gobierno.

La demostración de fuerza del FSLN avergonzó a un buen sector de la población. Añadió una nueva decepción a los embajadores presentes en Managua, aunque la mayoría fue parca al comentar los hechos. La imagen internacional de Nicaragua sufrió un revés importante.

Después de una muy prolongada ausencia de noticias internacionales sobre Nicaragua, nuestro país hizo presencia en los grandes medios occidentales de muy mala manera. La fotografía a colores que The Wall Street Journal publicó en su primera plana (Nicaraguans battle in the streets…) es el mejor ejemplo del negativo efecto que tuvieron los eventos violentos promovidos por el gobierno para atemorizar a la oposición.

¿HABLÓ
EL GABINETE ECONÓMICO?

A quien más le interesa legitimar su reelección es a Ortega. Hasta ahora, su plan reeleccionista y la crisis que ha generado internamente no habían llamado la atención fuera de nuestras fronteras. Ahora, el vandalismo de sus seguidores, impunes durante tres días en tres puntos de Managua, alteraron ese silencio mediático y pusieron en la mira internacional el corazón de la crisis: la ilegalidad de la reelección del Presidente. Los morterazos disparados se tornaron ligeros bumeranes…

Fue seguramente el gabinete económico del Presidente Ortega el que le sugirió detener tan innecesaria violencia, incomprensible no sólo si existe en el gobierno algún esfuerzo legitimador de los próximos comicios, sino porque hechos como éste afectan la frágil estabilidad económica del país, que depende del sostén del FMI y de los organismos multilaterales -una misión del FMI llegaba dos semanas después de las pedradas-, imposible de lograr sólo con el abundante apoyo que Chávez le da a sus socios nicaragüenses.

TODO IGUAL...
¿HASTA CUÁNDO?

Después de la batalla los protagonistas de la crisis se mantuvieron durante varios días fijos (¿firmes?) en las trincheras construidas antes de la semana de violencia.

El gobierno negando validez a la sesión de los 47 diputados en el hotel asediado y enarbolando el decretazo y el 201. Los diputados de oposición asegurando que se mantendrán unidos para anular el decretazo, más animados por haber logrado por primera vez una mayoría opositora de 47 votos, causante de la violenta reacción de Ortega. Los liberales de Alemán y de Montealegre manteniendo sus “agendas ocultas” plagadas de rivalidad, sin lograr aún esa unidad en la que el mediador es el obispo Abelardo Mata.

Alemán aferrado a no perder las cuotas de poder que el pacto le dio en la Corte Suprema, manteniendo su candidatura presidencial y reafirmando que el PLC no dará sus votos para reelegir a ningún magistrado electoral, pero sin querer asumir ningún otro compromiso.

Montealegre decepcionando a sus aliados al revelar que el 10 de abril se había reunido secretamente con Ortega, seguramente para lograr para su gente algunos de los 25 cargos en juego. La sociedad civil organizada reclamando un “Metrocentro 3” donde se reafirme el compromiso de elegir sólo a funcionarios honestos, para romper con la lógica de repartir cargos como prebendas a los seguidores del líder del partido y para ir diseñando una gran coalición opositora. Diputados alemanistas no perdiendo ocasión para descalificar estos reclamos de la sociedad civil y haciendo burla de las alertas del MRS sobre un nuevo pacto...

PINCELADAS
QUE COMPLETAN EL CUADRO

Si los brochazos, algo toscos y precipitados, se dan en el área institucional y legal a nivel nacional, las pinceladas están dándose en el área social y a nivel territorial, donde se producen continuos reacomodos que garanticen la reelección de Ortega.

Desde junio de 2008, y por decreto presidencial, Ortega amplió las ya variadas e importantes atribuciones de su esposa, Rosario Murillo, designándola Coordinadora del Gabinete Social. En estas áreas (Salud, Educación, Seguridad Social, Producción, programas financiados por el ALBA (Usura Cero, Hambre Cero, Casas para el Pueblo...), también en los Consejos del Poder Ciudadano y en los Gabinetes del Poder Ciudadano, ejecutores territoriales de las orientaciones de carácter social), es donde ella ejerce esta coordinación y una conducción política cada vez más centralizada.

RENUNCIA
RUTH SELMA HERRERA

Entre los más recientes reacomodos hay que ubicar la sorpresiva renuncia de Ruth Selma Herrera, presidenta ejecutiva de la Empresa Nacional de Acueductos y Alcantarillados (ENACAL), que suministra agua potable a una mitad de la población nacional.

A diferencia de anteriores “renunciados”, que se han ido en silencio o declarando ser “soldados” que obedecen órdenes partidarias, Herrera no se quedó callada. Su firmeza fue coherente con su trayectoria, previa al nombramiento en este cargo cuasi ministerial.

Herrera fue durante años activa defensora del agua como derecho humano y luchadora incansable por la re-estatización de los servicios públicos desde la sociedad civil, al frente de la Red de Defensa de los Consumidores. En el filo de la navaja, sus esfuerzos evitaron la privatización del servicio de agua.

Al renunciar a su cargo, Herrera se declaró satisfecha de todo lo que hizo y explicó ante la opinión pública, con su habitual franqueza y elocuencia, que dejaba el cargo por presiones del dirigente sindical y diputado Gustavo Porras y del asesor gubernamental en temas económicos, Bayardo Arce. Gustavo Porras ejerce un creciente control en todos los sindicatos de origen sandinista y Arce representa los intereses empresariales del grupo en el poder.

LAS PINCELADAS
DEL “PORRISMO”

A Gustavo Porras se le han confiado las pinceladas en todos los sindicatos de origen sandinista. Y Porras cumple. El viejo sindicalista Onofre Guevara ha acuñado ya el concepto “porrismo” para calificar la actual crisis del movimiento sindical, subsumido por el oficialismo para garantizar la reelección de Ortega.

Según Onofre Guevara, el porrismo se caracteriza por la manipulación partidaria de los trabajadores con la amenaza del despido -en un país de desempleados esto tiene un enorme poder- y por la neutralización de sus reivindicaciones sociales y laborales para priorizar actividades y objetivos partidarios. Las tensiones entre el Frente Nacional de los Trabajadores que lidera Gustavo Porras y la Central Sandinista de Trabajadores, liderada por Roberto González, son consecuencia del porrismo y resultan inocultables.

SALE MIGUEL DE CASTILLA
Y “REFUNDAN” LA EDUCACIÓN

En Educación sorprendió la separación de su cargo del ministro Miguel de Castilla, el único ministro nombrado por Daniel Ortega antes de ganar las elecciones de 2006, en reconocimiento a su experiencia y a su defensa del carácter gratuito de la enseñanza pública. Durante tres años, De Castilla no perdió ocasión para mostrar su incondicionalidad a las decisiones presidenciales, desde el ilegal cambio del escudo nacional hasta el mortereo contra opositores en las rotondas de la capital. Sin embargo, fue defenestrado, después de una prolongada e inexplicable parálisis en el ministerio. También puso su renuncia la viceministra Milena Núñez.

Los reacomodos en el Ministerio de Educación (MINED) abarcan cambios, destituciones, sustituciones y rotaciones en Direcciones centrales del Ministerio y la decisión de confiar a los secretarios políticos del FSLN nombramientos de delegados departamentales y municipales.

El reacomodo significó también, el abandono, de un día para otro, del principal proyecto al que dedicó De Castilla sus tres años de gestión, el Plan Decenal de Educación 2011-2021. Cuando el magisterio nacional hacía ya los primeros diagnósticos para hacerlo realidad, recibió la información, nunca la explicación, de que eso ya no iba porque iba otra cosa...

Otra cosa tan grande como la “refundación” del Ministerio de Educación con una nueva Estrategia Nacional de Educación.

Lo nuevo de la Estrategia es el énfasis en la educación de adultos, para dar continuidad al proclamado “analfabetismo cero” logrado en 2009 con el método cubano “Yo sí puedo” -hoy bajo análisis de la UNESCO para distinguir en sus resultados lo que es propaganda política y lo que son éxitos pedagógicos-, un método mecánico, alejado de las enseñanzas de Paulo Freire, que familiariza a las personas con letras y palabras, pero que no construye un pensamiento alfabetizado y, por eso, crítico.

A hombros del magisterio caminará el cumplimiento de metas específicas de la Estrategia que suenan irreales: para 2012 toda la población tendrá sexto grado de primaria y para 2015 toda tendrá segundo grado de secundaria, y además habrá anualmente 60 mil graduados en cursos técnicos de seis meses.

“MULTIPLICANDO
LOS PANES” DEL ALBA

El gobierno trabaja con especial ahínco en ganar para su proyecto reeleccionista a la red magisterial, la más densa y extendida de todo el país, la que lleva la presencia estatal hasta la última comunidad rural en donde haya una escuela, la que lleva la palabra de maestras y maestros hasta el último hogar y la última familia.

Con el magisterio se cuenta para asegurar votos y conquistar simpatías. Pero, como no bastan los maestros voluntarios haciendo días y horas extra, como venía ocurriendo, en ocasión del Primero de Mayo, Día de los Trabajadores, el gobierno se apuntó un buen tanto al empezar a aplicar el clientelismo político pre-electoral.

La concentración, a la que asistieron, no siempre voluntariamente, miles de empleados públicos de todo el país, en un día laborable -30 de abril-, tuvo como centro el anuncio del Presidente: “multiplicando los panes” del ALBA entregaría un “bono cristiano, socialista y solidario” de 529 córdobas (25 dólares) mensuales, de mayo a diciembre, a los trabajadores estatales peor pagados, unos 120 mil, entre maestras y maestros, trabajadores de la salud, policías y militares.

EL BONO CRISTIANO,
SOCIALISTA Y SOLIDARIO

Cómo emplea el gobierno del FSLN las importantes ganancias anuales que obtiene del favorable convenio petrolero con Venezuela sigue siendo un secreto de Estado que Ortega parece no compartir transparentemente ni con el mismo Hugo Chávez.

El bono que dio el Presidente para celebrar el Primero de Mayo es, sin duda, una medida que alivia la precaria situación de los asalariados. Es también una medida preventiva con la que el gobierno sale al paso de huelgas en embrión en varios sectores. Y es también una medida orientada a reivindicar ante la gente el poco transparente empleo que el Presidente da a la cooperación venezolana. Expresa, tanto el olfato político de Ortega, como su temor a que los efectos de la crisis económica afecten su reelección.

NO ES AUMENTO SALARIAL

El bono cristiano, socialista y solidario es mucho menor que el aumento salarial que reclaman desde hace años miles de empleados públicos.

Según el economista Adolfo Acevedo, “se otorga como una generosa dádiva del Presidente y del ALBA. Pero una auténtica “restitución de derechos” (una de las consignas centrales entre los actores del gabinete social) para maestros y otros trabajadores estatales con bajísimos salarios sólo puede consistir en la adecuada recuperación del salario básico, reflejado en el presupuesto general e incluyendo el aporte patronal a la seguridad social. Así, la restitución de derechos sería permanente, institucionalizada y, para mantenerse, no dependería de la voluntad discrecional de nadie ni asumiría la forma de un regalo o una prebenda política cuya continuidad estaría en dependencia de la benevolencia del gobernante”.

Acevedo no ve tampoco ningún “milagro” en los multiplicados “panes” gubernamentales y explica que el bono se financiará a costa del aumento en el precio internacional del petróleo, que pasó de un precio promedio en 2009 de 61 dólares a un promedio de 80 dólares en 2010.

Ese aumento en el precio del petróleo suministrado por Venezuela a precios del mercado mundial, no a precios preferenciales -dice Acevedo-, es asumido por Nicaragua al comercializarse ese petróleo y sus derivados en el mercado nicaragüense por las vías de ALBANISA. Así, el incremento en los precios internacionales del petróleo lo pagamos todos los consumidores nicaragüenses al comprar más cara la gasolina, el diesel, el gas para cocinar y la energía eléctrica, generada mayoritariamente con combustibles.

Acevedo señala que son los recursos provenientes de la comercialización interna del petróleo y sus derivados a mayores precios los que Ortega utilizará para financiar el bono, cuyo monto total (500 millones de córdobas, unos 32 millones de dólares) representa apenas un 12% de las ganancias de la cooperación petrolera en 2010.

PROBLEMAS DEL BONO 529

Mientras los beneficiados y los funcionarios gubernamentales alababan el bono cristiano, solidario y socialista y la oposición señalaba sus aristas populistas, contradictorias o limitadas, la misión del FMI que revisaría el programa con Nicaragua y que debía llegar al país el 5 de mayo, suspendió la visita a última hora, diciendo en un escueto comunicado que lo haría hasta evaluar el impacto que tendría el bono en la economía nacional.

Para el FMI, no resulta clara la lógica de este bono, que entregan empresas privadas -las del ALBA- a empleados públicos.

En el programa que el gobierno presentó al FMI y acordó con el Fondo asumía el compromiso de mantener restringido el crecimiento de la nómina salarial del gobierno. Según lo acordado, los aumentos salariales a maestros y empleados estatales generarían presiones inflacionarias, poniendo en riesgo la competitividad del país y podrían provocar presiones inflacionarias.

Ante la posposición de la visita del FMI, el Presidente del Banco Central, Antenor Rosales, figura clave del equipo económico y del grupo empresarial del FSLN, aseguró que el BCN “neutralizaría” cualquier eventual presión inflacionaria resultante del bono, a pesar de que al firmar el acuerdo con el FMI, se había declarado incapaz de hacerlo si se aumentaban los salarios a los empleados públicos por un monto similar al del bono.

El economista Acevedo se pregunta el por qué de este cambio y reflexiona: “Las preocupaciones oficiales por la inflación parecen ser selectivas: un aumento salarial a los maestros sería peligrosamente inflacionario y sólo en el caso del bono el Banco Central se declara dispuesto a desplegar todo su arsenal para neutralizar ese potencial impacto inflacionario”.

Esta contradicción, señalada por Acevedo, es sólo una de las que envuelven el bono de los petrodólares, una de las expresiones más llamativas, hasta el momento, del Presupuesto paralelo que maneja el gobierno con los abundantes recursos venezolanos.

EL COMÚN DENOMINADOR

También se han dado pinceladas,en forma de reacomodos, en el nivel central y en los niveles territoriales del Ministerio de Salud y del Ministerio Agropecuario. El ministro de Salud fue sustituido intempestivamente, aunque se retiró como “soldado” y siguió como asesor presidencial. Y el ministro Agrope¬cuario ha pasado a ser una figura decorativa.

Todos los reacomodos que se están produciendo se pueden explicar con el común denominador de la centralización de las decisiones y de la búsqueda de un alineamiento de quienes deciden en las instituciones del gabinete social para garantizar el proyecto reeleccionista de Ortega. Con pinceladas se van destruyendo todos los esfuerzos descentralizadores iniciados hace años.

HORA DE ARBITRAR

El inicial gabinete nombrado por el Presidente, que buscaba integrar las distintas “sensibilidades” existentes en el FSLN, resultaba demasiado ecléctico y tal vez poco funcional en la actual coyuntura.

Aquella mezcla inicial -profesionales independientes, empresarios, sindicalistas, intelectuales, activistas sociales, ex-militares- no garantizaba la consistencia ideológica que requiere hoy el gobierno para hacer frente a las polémicas elecciones de 2011. Y seguramente llegó la hora de arbitrar esas contradicciones y dar, una tras otra las pinceladas necesarias para que en el cuadro sólo queden dos grupos: el grupo empresarial representado en el gabinete económico, y el gabinete social, reconfigurado hoy con el color de los probadamente incondicionales.

Mientras, el país se hunde cada día más en sus miserias y la población se refugia más en la idea de ese rutinario “Dios salve a Nicaragua” con que tantos opositores cierran hoy “análisis” y discursos. Invocan al mismo Dios que Daniel Ortega ha puesto hoy de su parte, convirtiéndolo en uno más de sus incondicionales.

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