Envío Digital
 
Universidad Centroamericana - UCA  
  Número 295 | Octubre 2006

Anuncio

Nicaragua

Sorpresas y efectos especiales en las vísperas del 5 de noviembre

La película electoral llega a su final. Si usted lee estas páginas, lo hará quince días o menos antes del 5-N. Como era de esperar, en las vísperas del día decisivo se incrementaron los “efectos especiales”, orientados a lograr un fundido final de este film en rosado o en rojo. ¿En anaranjado? Repasemos algunas de las sorpresas y principales golpes de efecto observados hasta el día 10 de octubre.

Equipo Nitlápan-Envío

A inicios de septiembre, el embajador de Estados Unidos en Nicaragua, Paul Trivelli, después de un buen tiempo apartado de declaraciones públicas sobre la política nacional y el proceso electoral, anunció que pronto habría “sorpresas”. La sorpresa a la que se refería Trivelli, la que esperaba, por la que ha trabajado el gobierno que representa desde hace muchos meses, era la unidad de la derecha liberal bajo una única candidatura, la de Eduardo Montealegre (ALN). Esta sorpresa no llegó, sí otras muchas.

POR LA UNIDAD Y POR MIEDO

A medida que se aproximó el día de los comicios fue creciendo el miedo a una victoria de Daniel Ortega (FSLN), en primer lugar en intención de votos en todas las encuestas. La ALN y el PLC diseñaron su propaganda para polarizar la contienda y estimular así el “voto útil”. Desde hace 16 años, en Nicaragua se entiende por voto útil el que se emite no “a favor” de algo o alguien sino “contra” Ortega, para derrotarlo, cualquiera sea quien lo haga o cómo lo logre. Por razón de esta “utilidad”, llegaron al gobierno doña Violeta de Chamorro, el ex-alcalde de Managua Arnoldo Alemán -a pesar de su récord de corrupción en la alcaldía-, y el empresario Enrique Bolaños.

Los temores a un triunfo de Ortega y el hábito del voto útil dieron pie a nuevas e improvisadas iniciativas de última hora orientadas a forzar la unidad del liberalismo bajo una única bandera roja. El 19 de septiembre, los empresarios de la Cámara de Comercio Americana-Nicaragüense propusieron realizar una encuesta nacional entre Rizo (PLC) y Montealegre (ALN) para conocer a quién prefería la población para derrotar a Ortega. El que perdiera, declinaría su candidatura. A estas alturas del proceso electoral, ya impresas las boletas para la elección presidencial -hasta con la foto de los candidatos- el retiro de uno sólo crearía confusión y dudosamente lograría el objetivo de reunir todos los votos anti-danielistas en una sola casilla.

Montealegre, confiando en las encuestas -que lo vienen colocando desde hace meses en segundo lugar detrás de Ortega- aceptó someterse al sondeo. Rizo lo rechazó. Al día siguiente, un grupo de ciudadanos -llamados “notables” por algunos medios- retomaron la iniciativa empresarial y exhortaron con la mayor vehemencia patriótica a los candidatos a realizar una encuesta nacional, con la novedad de incluir en ella a Edmundo Jarquín (MRS), al que concedieron ser clasificado entre las “fuerzas democráticas”. Desde hace 16 años en Nicaragua para ser “democrático” basta oponerse a Daniel Ortega y al FSLN. Ambas iniciativas fracasaron en horas.

BURTON Y ARENA EN MANAGUA

En un último y desesperado esfuerzo estadounidense en pro del voto útil llegó a Nicaragua Dan Burton, el congresista republicano que preside el Comité de Relaciones Exteriores del Senado de Estados Unidos. Además de las presiones que desarrolló en conversaciones privadas, en su comparecencia pública Burton advirtió de los riesgos que Nicaragua correría en sus relaciones con Estados Unidos si Ortega ganaba e hizo un injusto recuento de todo lo ocurrido durante la década de los años 80, obviando un dato tan crucial como el pleno apoyo que su gobierno dio a uno de los bandos en la devastadora guerra contrarrevolucionaria, causante de gran cantidad de los desastres que describió en sus insípidas palabras.

Además de estos intentos públicos e infructuosos -que tienen el efecto de cohesionar más el voto por el FSLN- hubo continuas reuniones privadas entre la élite económica de la región. El salvadoreño Alexander Segovia -que acaba de concluir una pionera investigación patrocinada por la Fundación Friedrich Ebert sobre los grupos económicos que hoy dominan Centroamérica, ya integrados regionalmente-, dijo a Envío que “el evento político que esta élite sigue con mayor nerviosismo y ansiedad es el resultado de las elecciones de Nicaragua”. Insistentes negociaciones por la unidad liberal anti-Ortega fueron lideradas en Managua por dirigentes del partido ARENA de El Salvador, partido que apuesta a convertirse en el privilegiado interlocutor de Estados Unidos en la región centroamericana.

LA TRANQUILIDAD DE PELLAS

El único grupo económico de Nicaragua que participa en el selecto club económico regional es el grupo Pellas. La fortuna de Carlos Pellas, quien dirige las 50 empresas que controla el grupo, se calcula en 1 mil 500 millones de dólares. En 1996, Pellas respaldó la candidatura presidencial de Arnoldo Alemán. Y Alemán ganó. En 2001, Pellas le impuso a Alemán a Enrique Bolaños como candidato presidencial del PLC, a pesar de la contradicción larvada que existía entre Alemán y Bolaños. Y Bolaños ganó.

Durante un buen tiempo se especuló que el banquero Pellas apoyaba al PLC y a José Rizo, temiendo la competencia del banquero Eduardo Montealegre en la Presidencia. Las dudas se despejaron el 4 de octubre, cuando en una cena de trabajo con grandes empresarios, Carlos Pellas declaró que había analizado todas las propuestas de los partidos en contienda y había concluido que el plan de gobierno que da más tranquilidad al sector empresarial es el de la ALN.

LISTOS POR SI ACASO...

Más allá de sus preferencias, el gran capital nacional, centroamericano e internacional ya está listo para negociar con un eventual gobierno de Daniel Ortega. No creen la propaganda de sus adversarios, que insiste en que Ortega repetirá los errores de política económica de los años 80. Una muestra de la confianza de la élite empresarial en que las cosas no cambiarán significativamente si gana Ortega es la estabilidad del sistema bancario a sólo un mes de las elecciones, en contraste con lo que sucedió en 1996 y en 2001, cuando también temían un triunfo de Ortega. No se observan retiros significativos de depósitos de ahorro de la banca privada nacional. Tampoco las agroindustrias importantes, los grandes capitales comerciales o los inversores de zonas francas han dado señales de decidir cambios ante la eventualidad de un gobierno del FSLN.

Se sabe ya que el gran capital nacional y extranjero se arreglaría de inmediato con Ortega al frente de un nuevo gobierno del FSLN si Ortega se compromete a cumplir tres condiciones: renovar el acuerdo en marcha con el FMI; nombrar en las áreas económicas y financieras un gabinete de gente de reconocida trayectoria pro-mercado; y no utilizar las instituciones del Estado para ejercer intimidación y represión, tal como sucedía en los años 80. El FSLN ya se habría comprometido a cumplir con las dos primeras condiciones.

SE PONDRÁ A PRUEBA
LA DIVISIÓN DE LA DERECHA

En la división con que la roja derecha liberal -PLC y ALN- acude finalmente a las elecciones del 5-N se expresa el desgaste sufrido por Arnoldo Alemán cuando al salir del gobierno (1997-2000) fue acusado de graves actos de corrupción y sentenciado a 20 años de cárcel en primera instancia. La corrupción de Alemán fue resaltada por los intereses políticos del gobierno de Estados Unidos y del gobierno de Bolaños, ambos intentando durante años que el PLC abandonara a Alemán o que Alemán abandonara el PLC. Estados Unidos fracasó en esta misión unificadora antes de las elecciones. Pero el voto útil anti-Ortega podría ser el camino que coronara con éxito tantos esfuerzos.

Las votaciones del 5 de noviembre pondrán a prueba la cultura política tradicional, con una población aún muy tolerante con la corrupción si ésta la practican sus caudillos. Entre la población de la Nicaragua profunda que es liberal por tradición familiar o que es antisandinista por sus experiencias en los años 80, el liderazgo de Alemán no está desgastado. “Robó, pero hizo”, sigue repitiendo mucha población campesina. Robó: es evidente. Pero hizo escuelas, caminos, centros de salud… Hizo “obras de progreso”, como él las llamaba. Tampoco está desgastado el liderazgo de Alemán entre un círculo importante de dirigentes del PLC -hoy candidatos a diputados por ese partido con chance de ganar escaños-, a quienes Alemán colocó en esas candidaturas y a quienes favoreció ayer con la corrupción de su gobierno, a cambio de las lealtades de hoy.

La división de la derecha en las elecciones del 5 de noviembre es también la crónica de una estrategia anunciada. El liderazgo que, pese a todo, conserva Alemán en el PLC, en sus estructuras, en tantos de sus dirigentes, militantes y bases, le permitió a Daniel Ortega utilizar el control de su caso jurídico (desaforación en la Asamblea, juicio y condena) para atizar hábilmente permanentes tensiones políticas al interior del PLC. Con el control que el FSLN ha logrado en el Poder Judicial y, en específico, en el tribunal que lleva el caso de Alemán, Ortega logró mantener hasta el final de la contienda la división de los liberales, que tanto favorece su triunfo el 5-N.

Las elecciones pondrán a prueba en qué medida la derecha se dividió y el liderazgo de Alemán se desgastó, en qué medida la tradición liberal clientelista y prebendaria representada por el PLC pesa más que la modernización del liberalismo que representa la ALN, una opción fabricada desde el gobierno Bolaños después de intentarlo con GUL y con APRE. Probarán las elecciones si funcionó mejor la experimentada maquinaria partidaria del PLC o las nuevas redes de apoyo promovidas en todo el país por la ALN, también clientelistamente y con derroche de recursos.

EL “TALAVERAZO”

La división irreconciliable de los rojos acentuó el fenómeno del transfuguismo político. Durante toda la campaña, prácticamente fueron diarios los traslados de desertores del PLC que se pasaban a la ALN y de prófugos de la ALN que retornaban al redil del PLC. Cada una de estas excursiones se convertía en noticia de campaña a favor de uno o de otro bando. Con el tiempo, y por tan repetidos -imposible cuantificar tantos éxodos-, estos efectos especiales perdieron su impacto inicial.

La gran sorpresa en materia de transfuguismo la logró el FSLN a costa de la ALN al seducirle a su candidato a diputado nacional Salvador Talavera, presidente del Partido de la Resistencia -aliado de la ALN- y a otros cuatro dirigentes de la Contra trayéndolos bajo el toldo multicolor de la Gran Alianza Unida Nicaragua Triunfa.

Daniel Ortega -quien durante toda la campaña se negó a participar en cualquier debate televisivo, radial o presencial en cualquier lugar público con los otros candidatos- celebró, en cambio, “peregrinaciones” por todo el país y veladas político-culturales con audiencias cautivas. En las veladas abundaron los discursos plagados de referencias religiosas. Ortega y su esposa Rosario Murillo -conductora de las veladas- hablaron siempre de unidad, amor y reconciliación, palabras centrales en su rosada campaña.

En la velada del 15 de septiembre, Talavera apareció dándole su respaldo a Ortega y firmando con él un “acuerdo de paz” sobre la bandera del FSLN, la de la Resistencia y la de Nicaragua, acuerdo que ambos entregaron días después al Cardenal Obando. La ALN no salía de su asombro, cuando Talavera se lo acrecentó al declarar que, aunque apoyaba a Ortega, seguiría siendo candidato de la ALN. Mientras otros dirigentes de la Contra criticaban sorprendidos la trama tan bien organizada por Ortega y rechazaban furiosos la traición de Talavera, el Consejo Supremo Electoral se agarró de un tecnicismo legal para avalar el insólito y dual comportamiento de Talavera.

Talavera se defendió de la lluvia de críticas que recibió de todas partes declarando que no había firmado con Ortega una alianza electoral, sino un acuerdo para evitar la guerra. Su aproximación a Ortega -sea cual sea la etiqueta con la que clasificarla-, seguida de su permanencia en la lista de diputados de la ALN fue una jugada muy sucia del FSLN. Tan sucia como eficaz: además de golpear, sorprender y dejar en ridículo a la ALN, Ortega le regaló a sus socios del PLC un importante argumento para la propaganda final de su campaña. Sembrar la sospecha: ojo liberales, votar por la ALN es votar por el FSLN, porque la ALN está “infiltrada” de sandinistas. Los votantes del Partido de la Resistencia se calculan entre 70 y 90 mil. Muchos podrían alinearse de nuevo con el antisandinismo del PLC, abandonando a la ALN por estar “infiltrada” por los rojinegros.

Mantener la división entre los dos partidos liberales, pero favoreciendo siempre a uno de ellos, el PLC, es parte de la estrategia electoral del FSLN, pues el pacto Ortega-Alemán sigue vigente, aunque haya entrado durante estos meses en el receso electoral.

COMPRA Y VENTA
DE CONCIENCIAS

La Alianza Movimiento Renovador Sandinista (MRS) ha ido creciendo poco a poco, a pesar de las desventajas económicas que tiene frente a los otros competidores, a pesar del control que los partidos del pacto tienen en el Poder Electoral, y a pesar de la muerte de Herty Lewites, su candidato presidencial e inicial inspirador. Tras tantas desventajas y la adversidad de esta muerte, la misma existencia del MRS, y la popularidad que ha logrado, es uno de los rasgos novedosos del actual proceso electoral.

Viéndolos crecer y viendo cómo el MRS le ha quitado una porción de su voto cautivo, el FSLN no ha dejado de buscar tránsfugas entre quienes compiten bajo el sombrero de Sandino. Les ofrecen dinero o resolverles problemas personales, de empleo o judiciales. O los presionan con supresión de becas y alza de impuestos. O les hacen visitas nocturnas en las que amenazan y chantajean.

Según el ex-miembro de la dirección nacional del FSLN y hoy candidato a diputado del MRS, Víctor Hugo Tinoco, no hay un solo municipio en que los del FSLN no hayan querido comprar a nuestra gente. Según su candidato presidencial Edmundo Jarquín, la gente nos dice que no se pueden manifestar abiertamente por nosotros. En todas las ciudades nos han dicho que están amenazados desde las alcaldías. Son las mismas tácticas del somocismo.

Como estos esfuerzos no han dado los frutos deseados, Daniel Ortega y Rosario Murillo regaron en el último tramo de la campaña la noticia de un “segundo talaverazo”: la gran sorpresa final del FSLN sería que el candidato a Vicepresidente por la Alianza MRS, Carlos Mejía Godoy se integraría, con su acordeón y su prestigio, al FSLN. En una carta pública a la pareja Ortega-Murillo, Carlos les respondió con contundencia: En diversos medios de comunicación, circula -de manera insistente- la noticia de que soy el próximo militante de la Alianza MRS que entrará feliz a las filas del danielismo. En nombre de Dios, de la Patria y de mi familia, les exijo: saquen mi nombre de esa lista de tránsfugas, quienes -sin una pizca de dignidad- se venden al mejor postor.

Ustedes están invirtiendo su talento ideológico y doctrinario en una ruin compra-venta de conciencias, convirtiendo al histórico FSLN en un Frente Sandinista de Prostitución Nacional… Daniel y Rosario: Ya que ustedes no aceptaron un debate político de altura que les propuso Mundo Jarquín, yo los desafío públicamente a un debate moral en el terreno que quieran. Pongan ustedes la hora, el día, y el canal de televisión que elijan. Como dijo Sandino a los mercenarios yankees: Aquí los espero.

DE VENEZUELA HA VENIDO
UN BARCO… Y UN BANCO

Además de estas maniobras, el FSLN quiso cerrar el film electoral con otras sorpresas. El sábado 7 de octubre llegó al puerto caribe de El Rama una barcaza con 84 mil galones de diesel venezolano, iniciando el cumplimiento del acuerdo de la empresa estatal PVDSA con las alcaldías sandinistas para venderle a Nicaragua 11 millones de barriles de petróleo a precios preferenciales. Casi seis meses transcurrieron entre el acuerdo firmado por Daniel Ortega y Hugo Chávez en Caracas y la llegada de este primer suministro de combustible, apenas un paliativo simbólico, porque sólo cubre el consumo de un día de una sola de las plantas generadoras de Managua.

Tras batallar con el Presidente Bolaños -renuente a aceptar cualquier brizna de solidaridad procedente de Chávez- Daniel Ortega y el Alcalde sandinista de Managua, Dionisio Marenco trataron de dar el máximo relieve a este embarque y anunciaron que habría más antes del 5-N, como prenda de una más amplia relación futura. Como pieza importante de esta relación, Ortega anunció que, al ganar él la Presidencia, una sucursal del estatal Banco de Venezuela se instalará en Nicaragua.

La mejoría económica que derivaría de los excedentes petroleros venezolanos y que se materializaría en petróleo barato, en este nuevo banco, en la urea que ya se vende a precios favorables a los productores agrícolas del país, en un intercambio comercial activo y en la solidaridad de Venezuela para cubrir las enormes necesidades sociales de Nicaragua, ha sido uno de los ejes de campaña del FSLN.

Contra-argumentando, los dirigentes sandinistas del MRS hicieron público el 25 de septiembre un Manifiesto dirigido a las bases del FSLN, en el que afirman: Algunos compañeros dicen que si votan por el FSLN la generosidad y la solidaridad de Venezuela y de Cuba nos ayudarán a salir de la pobreza y a mejorar la salud y la educación. Deben recordar que la generosidad de estos dos países hermanos siempre ha sido, y seguirá siendo, con nuestro pueblo y no con un grupo.

SE PONDRÁ A PRUEBA
EL PACTO Y SU DESMONTAJE

En las elecciones del 5 de noviembre medirán fuerzas los partidos del pacto, FSLN-PLC, con los que surgieron en 2005 como oposición a los estragos del pacto, la ALN y el MRS. Algunos los llaman las fuerzas “emergentes”. Para el anaranjado MRS, la denuncia del “pacto sucio” y la oferta de “un pacto limpio con la gente” ha sido uno de los ejes principales de su campaña. Por su parte, la ALN, denunciando el pacto del PLC con Ortega -iniciado en 1998 y re-editado en 2004- buscaba principalmente des-arnoldizar el liberalismo para abanderar el antisandinismo tradicional.

Por sí solo, el pacto no explica el profundo grado de empobrecimiento y de falta de oportunidades que hoy experimenta la mayoría de los nicaragüenses. No explica la masiva migración a Costa Rica o el proyecto maquilizador del país o la concentración de riqueza en el sector financiero. Todo esto lo explica mucho mejor el modelo económico neoliberal, construido desde los gobiernos de los últimos 16 años, siempre con la participación de un sector de dirigentes del FSLN, beneficiándose del modelo.

El pacto sí explica la honda crisis institucional, que ha venido propiciando cada vez mayor impunidad para las cúpulas políticas y económicas del PLC y del FSLN. El desmontaje de este pacto que proponen en su campaña Jarquín (MRS) y Montealegre (ALN) será, en el mejor de los escenarios imaginables, una empresa compleja, que durará mucho tiempo y que dependerá de la correlación que resulte en la Asamblea Nacional, de cuántos diputados decidan unir sus votos para ir desmontándolo paso a paso y seguramente a lo largo de años.

¿A PRUEBA UN CAMBIO
DE RUMBO ECONÓMICO?

El desmontaje del pacto no será suficiente para erradicar la pobreza ni para detener la emigración ni para que la educación comience a ser una prioridad nacional. Esto va a depender de las transformaciones que se hagan al modelo económico actual.

Si un verdadero cambio en Nicaragua significaría ambas metas -comenzar a desmontar el pacto y a transformar el modelo económico neoliberal y la cultura neoliberal que hoy domina nuestra sociedad-, ¿qué voluntad de emprender ese cambio y qué capacidad tienen las fuerzas “emergentes”?

No hay duda que la ALN dará continuidad al modelo económico actual. Sus dirigentes y sus candidatos son quienes lo instalaron y lo han consolidado en el país. La otra fuerza anti-pacto, el MRS, ofrece hacerle transformaciones importantes al modelo, ha anunciado algunas, y entre sus dirigentes y candidatos a diputados existe una trayectoria de izquierda que permite confiar en esfuerzos en esa dirección.

LA ESPADA DE LOS CENI

Si para cambiar el rumbo, el MRS parece tener más voluntad, también en la tarea de desmontaje del pacto, el MRS aparece con las manos más libres.

La campaña electoral ha evidenciado que si el candidato presidencial de la ALN, Eduardo Montealegre, gana la Presidencia, estaría atrapado inmediatamente en las redes del pacto, sería rehén de los tribunales de justicia, controlados por Ortega y Alemán, situación que en nada cambiará el 6-N, tras los resultados electorales.

Uno de los efectos especiales más duraderos a lo largo del film electoral ha sido el suspense creado en torno al caso de los CENI. Mantener en los medios de comunicación y en las jerarquías de varias de las instituciones gobernadas por el pacto -la Contraloría, la Fiscalía, la Asamblea Nacional- la información, la sospecha y hasta la acusación contra Montealegre por su vinculación con la emisión de los bonos CENI tras las quiebras bancarias del año 2000 ha sido una constante.

Los CENI alimentan la deuda interna. Del injusto peso que esta deuda tiene sobre toda la economía nacional hay muchos responsables entre los dirigentes de la ALN y los del PLC, también entre los del FSLN. Y sin duda, aunque no el único, Montealegre también tiene responsabilidad. Los CENI lo han perseguido durante toda la campaña. Mientras la propaganda electoral de la ALN se enfocó en descalificar a Ortega por “la noche oscura”, la del PLC descalifica a Montealegre, encontrando en este complejo problema económico un argumento de mucho filo.

ALN O MRS: ¿QUIÉN PODRÁ
CON “LA MANO NEGRA”?

El 4 de octubre, Montealegre empleó un efecto especial dramático al anunciar solemnemente que estaba en marcha un complot de la Contraloría y la Asamblea Nacional para humillarlo y confundir a los votantes manipulando el caso de los CENI. La maquinación -dijo- venía de la “mano negra del pacto”, que actuaba desde esas instituciones manipulando investigaciones, resoluciones y sentencias. Montealegre llegó a afirmar con gran preocupación que la “mano negra” quería inhabilitarlo para que no pudiera llegar a participar en los comicios del 5 de noviembre.

Aunque autoridades de las instituciones dominadas por el pacto y el resto de partidos en contienda quitaron drama a la denuncia de Montealegre, considerando que a estas alturas resulta imposible inhabilitar a ningún candidato, lo que está ocurriendo con los CENI presionando sobre Montealegre en el presente permite imaginar un escenario futuro si ganara la Presidencia.

Veríamos los CENI pendiendo como espada de Damocles sobre Montealegre a lo largo de su mandato, activado o desactivado este caso, a conveniencia de los intereses de esa “mano negra”, que sea cual sea el resultado electoral seguirá manejando instituciones estatales, tribunales y decisiones judiciales durante bastante tiempo… hasta que se logre desmontar el pacto.

Veríamos una situación similar a la que experimentó el Presidente Bolaños por causa de los delitos electorales por los que un tribunal sandinista lo acusó a él y a un buen número de sus funcionarios en el segundo año de su gobierno. La misma “mano negra” sacó importantísimos réditos políticos de manejar este caso judicial.

Ante este futuro, votar por Montealegre sería un voto “inútil” porque Montealegre estaría en manos de los tribunales y de las instituciones que controla Ortega y esto colocaría al Poder Ejecutivo y a su gobierno en más de lo mismo de lo ya visto.

BOLAÑOS:
LA SORPRESA DEL CANAL

El Presidente Bolaños también quiso lucirse con una sorpresa en vísperas de abandonar el gobierno, al anunciar el proyecto de construcción de un canal interoceánico en Nicaragua, para unir el Atlántico con el Pacífico y así competir con el canal de Panamá.

De realizarse, sería la obra ingeniera más importante de la historia nacional y según Bolaños, traería una ebullición económica nunca vista en Centroamérica. Su costo se calcula en 20 mil millones de dólares y el tiempo para su construcción, doce años. Culminaríamos así un larguísimo proceso de sueños y proyectos iniciado hace 500 años, cuando los conquistadores españoles buscaban ya en nuestras tierras el “estrecho dudoso”.

Bolaños hizo el anuncio durante la VII Conferencia de Ministros de Defensa de las Américas, celebrada en Managua en los primeros días de octubre, a la que asistieron representantes de 34 países, entre ellos el cuestionado Secretario de Defensa de Estados Unidos, Donald Rumsfeld, quien no hizo el más mínimo comentario público sobre el proceso electoral nicaragüense, a pesar de que de la boca de tan temible funcionario se esperaba la más categórica advertencia contra un triunfo de Ortega.

CADA VEZ MÁS POBRES

Bolaños anunció el futuro canal con el mismo triunfalismo con que ha afirmado que durante su mandato se ha reducido la pobreza. No es así. Envío tuvo acceso a los datos oficiales preliminares de la última encuesta de hogares realizada por el Instituto Nicaragüense de Estadísticas y Censos (INEC), realizada en octubre 2005, sobre la que el gobierno no ha querido hacer pública y que tiene inquieta a la cooperación internacional.

La encuesta demuestra que prácticamente la mitad de los nicaragüenses siguen siendo pobres, tal como lo eran en la primera encuesta de esta naturaleza, realizada en 1993. Lo más significativo es que entre 1993 y 2005 Nicaragua tiene 322 mil nuevos pobres, y que más de 100 mil de ellos y ellas lo fueron y lo siguen siendo durante los cuatro primeros años de la administración de Bolaños. ¿Terminará el gobierno su gestión sin reflexionar con la sociedad sobre esos datos?

LA PARÁBOLA DE LA PIEDRA

También el Cardenal Obando participó con efectos especiales en vísperas de los comicios. Muchos recuerdan en Nicaragua la “parábola de la víbora”, proclamada en la Catedral de Managua por el Cardenal Obando tres días antes de las elecciones de 1996. A juicio de algunos analistas, aquel “viborazo” ungió a Alemán como destinatario del voto útil para derrotar a la “víbora” Ortega.

Mucho ha cambiado el escenario desde aquella tarde. Y, dada la estrecha alianza entre Ortega y el Cardenal -iniciada en julio de 2003 y mantenida y expresada en continuos y diversos actos públicos, en que ambos comparecen coincidiendo en sus mensajes políticos y “espirituales”-, había cierta expectativa sobre si en estos comicios habría o no una nueva parábola. La hubo, aunque no fue pronunciada al calor de una homilía.

El 18 de septiembre, el Cardenal, durante uno de sus continuos encuentros con Ortega la formuló así: Una vez un hombre caminando por una carretera solitaria se encontró con una piedra enorme que la lluvia había dejado ahí. Se bajó de su carro y quiso moverla para pasar, pero la piedra era muy pesada y no lo logró. Vino otro hombre manejando su vehículo. Se bajó, hizo esfuerzos. Inútil: no pudo mover la piedra. Llegó un tercero, un cuarto y nada. Hasta que llegó un quinto y dijo: ¿por qué no nos unimos? Unidos podremos quitar esta piedra y poder seguir nuestro camino. Se unieron, agarraron palancas y la piedra fue quitada del camino. Yo creo que la unión hace la fuerza. Yo veo bien todo esfuerzo que se hace por la paz y la reconciliación.

Con cinco candidatos en las elecciones y con uno de ellos que ha hecho de la unidad, la paz y la reconciliación entre tod@s, las consignas rosadas de su campaña, fue fácil identificar en el quinto personaje de la parábola a Daniel Ortega.

LA MARCHA ANTI-ABORTO:
UNA MARCHA POLÍTICA

Si la parábola de la piedra fue una iniciativa individual del Cardenal Obando, los obispos católicos en su conjunto, unidos a un sector de iglesias protestantes, también quisieron hacer ruido en pleno proceso electoral.

El 6 de octubre organizaron en Managua una masiva marcha contra el aborto terapéutico. Miles de alumnas y alumnos, incluso muy pequeños, de los colegios católicos, y fieles de parroquias y templos, corearon en las calles la consigna “¡Abortar es matar!”.

Llevaban cientos de pancartas con el logo de un feto inserto en una lágrima. Desconocían tal vez que, además de las tradicionales, reiteradas y poco evangélicas posiciones de la Iglesia católica contra el aborto, este icono es símbolo de una nueva devoción que actualmente alienta el Vaticano y los poderosos y bien financiados grupos llamados pro-vida. Se basa en la disparatada “revelación” de una vidente de Cleveland, que dice haber recibido de Jesucristo este mensaje: “El aborto es un crimen grave. El cielo llora por este gran pecado. A menos que se revierta este crimen contra la vida, continuarán viendo muchas fuerzas de destrucción alrededor del mundo, tanto en forma de guerras como de desastres naturales. Los invito a hacer oraciones y sacrificios y a trabajar contra el aborto, el control artificial de la natalidad y la píldora del día siguiente porque todos son pecados contra la vida”.

El objetivo de la marcha era presentar a la Asamblea Nacional 200 mil firmas exigiendo que se elimine del Código Penal la figura del aborto terapéutico, penalizando sin excepción cualquier aborto con cárcel hasta por 20 años para las mujeres y los médicos que lo practiquen, pena que supera la que se aplica por homicidio. De los 191 países integrados en Naciones Unidos, sólo 17 penalizan el aborto terapéutico.

La directiva de la Asamblea Nacional recibió a los obispos y pastores y acogió su petición, comprometiéndose, en violación al principio constitucional del Estado laico, a someterla al plenario para que el aborto terapéutico quede legalmente penalizado en el plazo más breve posible. La Asamblea Nacional no ha recibido nunca a la Sociedad de Ginecología y Obstetricia de Nicaragua, que en el 90% de sus casi 200 miembros se opone a que se elimine de la legislación el aborto terapéutico, que es una práctica más dentro de su ejercicio profesional.

TODOS CONTRA “EL FEO”

Los obispos insistieron en que la marcha era religiosa. Sin embargo, las declaraciones a favor del aborto terapéutico que había hecho el candidato del MRS Edmundo Jarquín el 10 de agosto ya habían colocado desde ese día en el debate electoral un tema tan delicado y complejo, que toca la cultura religiosa, con posiciones que revelan las ideas que tenemos sobre la vida y la libertad, sobre Dios, y que por eso debe ser reflexionado en escenarios menos contaminados políticamente.

En este contexto, la prudencia cristiana aconsejaba no celebrar la marcha en vísperas electorales. Pero prevaleció el oportunismo clerical. Los candidatos presidenciales y vicepresidenciales de ALN y el PLC participaron, las alcaldías sandinistas y las estructuras de ALN colaboraron con transporte y propaganda. Y el Cardenal Obando aconsejó durante la marcha a sus fieles no votar por quienes defienden el aborto terapéutico. Por todo esto -y no por algunas camisetas con colores partidarios- la marcha fue política y partidaria. Además, todo el trayecto de la marcha estuvo adornado con mantas que decían “No votes por el candidato que respalda el aborto” y “El aborto es feo” (“el feo” es el mote popular con que la propaganda del MRS ha posicionado a Jarquín entre los electores).

¿A PRUEBA UN TEMA
DE LA CULTURA?

Al final de la marcha, en la Asamblea Nacional, los diputados del FSLN, junto a los del PLC, de ALN y de AC -cuatro de los cinco partidos en la contienda- ofrecieron sus votos para respaldar la iniciativa legal presentada por los obispos y los pastores, un auténtico atentado contra la vida de las mujeres con embarazos de riesgo y contra las niñas embarazadas por violación sexual. Horas después de la marcha, Mundo Jarquín volvió a reiterar su opinión “en conciencia” respaldando el aborto terapéutico.

A juicio de algunos, Jarquín “perdió” las elecciones el día que opinó favorablemente sobre el aborto terapéutico. A juicio de otras, desde ese día ganó más votos. ¿Será el tema del aborto, que ingresó inesperadamente en la campaña electoral por varias puertas -la de la franqueza inicial de Jarquín, la del oportunismo de sus competidores políticos, y la de la irresponsabilidad de la jerarquía eclesiástica al organizar esta marcha promotora de intolerancia, a sabiendas de que se politizaría- un tema decisivo a la hora de votar?

LA SORPRESA DEL GÜEGÜENSE

¿Qué sorpresa ha preparado la Alianza MRS para el final de su campaña? Ninguna. No hay efectos especiales anaranjados. Confían en que sea la secretividad del voto la que dé la sorpresa. Confían en que en ese momento de “yo solo con mi conciencia” se rompa el miedo instalado en muchos electores.

En estas elecciones el miedo es real, porque mucha gente se siente presionada por un entorno dominado por los partidos del pacto a votar por ellos dos, por el poder que exhiben, por tradición, como siempre lo hicieron, por aquello de lo malo conocido y lo bueno por conocer. También abunda el miedo específicamente hacia el retorno de Daniel Ortega al gobierno y ese miedo mueve al “voto útil”. Miedo también en estas elecciones porque la jornada electoral significa para muchos sandinistas una ruptura emocional con la lealtad histórica, familiar y sentimental con el FSLN.

“No tengás miedo… El voto es secreto… La sorpresa la das vos”: así terminó su campaña la Alianza MRS, confiando en que el espíritu güegüense que habita en el alma nicaragüense dé la sorpresa final.

¿GANARÁ DANIEL ORTEGA?

La historia electoral que tiene ya cada junta receptora de votos, cada barrio, cada municipio, cada departamento permite hacer pronósticos numéricos. Y como el FSLN ha llevado siempre al mismo candidato presidencial, la historia electoral, en el caso de este partido, es una referencia más precisa.

En 1990 Daniel Ortega logró 40.8% de los votos, en 1996 37.8% y en 2001 42%. Este récord histórico, mantenido en tres circunstancias diversas y adversas, da una idea de las posibilidades que Ortega tiene de ganar la Presidencia en esta ocasión, cuando le basta un 35% si consigue 5 puntos de diferencia con el del segundo lugar.

Su voto es aún muy sólido, aunque en esta ocasión está algo reducido. Cómo decidirá el otro 60-65-70% que afirma, encuesta tras encuesta, que jamás votará por Ortega, es más difícil de prever, a diferencia de 1990, 1996 y 2001, cuando una sola opción captaba todo o casi todo ese voto. Y ahora hay tres opciones con posibilidades.

¿Prevalecerá el “voto útil”? ¿Le dará esto el triunfo a Montealegre, que aparece en segundo lugar en las encuestas? ¿O se impondrá el bipartidismo PLC-FSLN? ¿Habrá segunda vuelta? ¿Los “emergentes” convencerán con su discurso anti-pacto? ¿La cultura política tradicional, basada en el caudillismo y el prebendarismo decidirá nuevamente? ¿Qué moverá a los votantes en estas elecciones, peculiares por lo reñidas y por la compleja coyuntura política que las ha precedido?

¿HABRÁ FRAUDE?

La otra gran incógnita no es política, es técnica-administrativa-organizacional. ¿Habrá fraude? En las páginas siguientes, Roberto Courtney, director ejecutivo del Grupo Cívico Ética y Transparencia, analiza el curso que tomaría una eventual “ruta del fraude”.

La realidad es que el FSLN controla desde hace años, con los estilos de una organización político-militar, el Poder Electoral en toda su estructura y gracias a la Ley Electoral surgida del pacto Alemán-Ortega. A medida que comenzó la organización de la jornada electoral, el MRS hizo esfuerzos por denunciar que estaba siendo víctima de lo que llaman “fraude de baja intensidad”, que consistió hace meses en una injusta y no proporcional participación en los Centros Electorales Departamentales y en los Centros Electorales Municipales y que finalmente se concretó en la desproporcionada presencia de “segundos miembros” afines al FSLN en las juntas receptoras de votos. La ALN denunció también procedimientos similares. El FSLN, que controla el Poder Electoral, usa para este tipo de maniobras al mínimo partido Alternativa por el Cambio, cuyo candidato es el sandinista Edén Pastora.

Enfrentarse a esta maquinaria y organización hace que la situación sea, en lenguaje nica, realmente “peluda”. “Peluda, pero peinable”, se alientan, viendo de cerca los problemas, observadores electorales y fiscales.

ENCUESTAS,
VATICINIOS, PRONÓSTICOS

Las elecciones del 5-N están siendo vistas como una encrucijada clave para el futuro de Nicaragua. No es exageración. El país discurrirá por caminos muy diferentes dependiendo de la alianza política que gane. ¿Modificará un triunfo de Daniel Ortega el rumbo de las políticas económicas y sociales de los 16 años de post-guerra? ¿Alterará el FSLN el modelo de democracia representativa? ¿Alineará Ortega geopolíticamente a Nicaragua con la izquierda radical latinoamericana? Hay signos en uno o en otro sentido.

Y el triunfo de Montealegre o de la Alianza MRS, ¿abrirá el camino para la modernización político-institucional del país? ¿Y para una mayor justicia social y económica? ¿Cómo afectaría el triunfo de uno de ellos a los autores del pacto, Ortega y Alemán? Y si gana Rizo y el PLC, ¿asistiremos a la continuación del pacto en su tercera edición?

Aunque se prevé una participación masiva, esta tendencia coexiste con un marcado escepticismo sobre las posibilidades reales de que los resultados electorales, sean los que sean, se traduzcan en una mejoría sustantiva de la situación del país. La rigidez de la estructura política montada desde hace siete años por el pacto PLC-FSLN y las restricciones económicas de nuestro país justifican el escepticismo. Todos los pronósticos también: las encuestas indican que es probable que el FSLN y el PLC continúen teniendo el control del Parlamento. Esto dará nuevo oxígeno al pacto. Si Ortega gana en primera vuelta o Rizo gana en segunda vuelta, el pacto se consolidará. Si Montealegre o Jarquín ganan, en la primera o en la segunda, veríamos algunos cambios, porque contarían con una bancada y partido propios, a diferencia de lo que le sucedió a Bolaños. Montealegre -como anuncia el caso de los CENI- sería más fácil presa del pacto que Jarquín.

Por otro lado, cualquiera de los candidatos que resulte electo tendrá que negociar la renovación del acuerdo con el FMI, para garantizar la continuidad de la ayuda externa. El presupuesto de los tres próximos años depende crucialmente de los 1 mil 700 millones de dólares comprometidos ya por la cooperación internacional.

DESDE LA INCERTIDUMBRE

Todo es incertidumbre hoy, 10 de octubre, a 25 días del 5-N. Lo que está claro es que todas las energías, todas las vanidades, inseguridades, buenas intenciones, malos deseos, rezos y maldiciones que precedieron a la jornada electoral se irán acomodando y mezclando para producir en las urnas un resultado que no resolverá los grandes problemas de Nicaragua, pero que sí les dará una nueva forma. No es por retórica que podemos afirmar lo que hoy muchos dicen, desde intereses muy diversos: esta jornada electoral es trascendental. Marcará de forma crucial los próximos cinco años en la tierra donde nos tocó vivir.

Imprimir texto   

Enviar texto

Arriba
 
 
<< Nro. anterior   Nro. siguiente >>

En este mismo numero:

Nicaragua
Sorpresas y efectos especiales en las vísperas del 5 de noviembre

Nicaragua
Noticias del mes

Nicaragua
“En elecciones cerradas anular votos puede cambiar los resultados”

Nicaragua
Cuando la memoria y la historia viajan en tren

México
Ante el fraude, un movimiento de insumisos

América Latina
Política y energía: en el presente y para el futuro

Centroamérica
La quinta parte de nuestra gente vive de hambre

Centroamérica
Una perversa asociación: migrantes – SIDA
Envío Revista mensual de análisis de Nicaragua y Centroamérica
GüeGüe: Hospedaje y Desarrollo Web