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Universidad Centroamericana - UCA  
  Número 273 | Diciembre 2004

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Internacional

Limpie su computadora

En abril 2003, CAFOD desarrolló una investigación en fábricas de productos electrónicos de México y China para conocer de primera mano cómo trabajan y cómo viven obreras y obreros. Este texto es un resumen de tan importante iniciativa. La conclusión es clara: nuestras computadoras están “sucias”.

Las computadoras son parte integral de la vida cotidiana. Hace treinta años hubiera sido difícil imaginarlo. Hoy es difícil imaginar cómo sería la vida sin ellas. Las computadoras no sólo son omnipresentes. Se vuelven rápidamente desechables. Con un constante flujo de modelos más estilizados, más livianos y más rápidos, no representan ya para el comprador una inversión de largo plazo, como sucedía hace cinco o diez años. Sin embargo, aunque la venta de computadoras sigue aumentando, en términos económicos el mercado está estático. Esto significa que los consumidores compran más computadoras que antes, pero pagan mucho menos por ellas.

Muchas personas hacen ya la conexión entre la ropa que compran y los obreros y obreras que la confeccionan. Son cada vez más los consumidores que ya tienen alguna idea de las largas horas de arduo trabajo e incomodidad que hay tras las etiquetas “made in Bangladesh” o “made in China”. En cambio, las condiciones de trabajo de quienes fabrican las computadoras y sus componentes no son tan bien conocidas, aunque en muchos aspectos son similares. Las 138 millones 468 mil computadoras personales que salieron de las fábricas de todo el mundo en el año 2003 no fueron fabricadas en el paraíso de Silicon Valley. Gran número de las PC de escritorio y portátiles y todos sus dispositivos -impresoras, monitores y ratones- fueron fabricados por personas muy pobres que trabajan en condiciones muy precarias en países en vías de desarrollo.

IBM, HEWLETT PACKARD Y DELL

El término “computadora personal” fue acuñado por primera vez en 1975, en una campaña publicitaria para una de las primeras computadoras portátiles, la Altair. Y apareció por primera vez en medios escritos en 1976 en la revista Byte. La identidad de la primera computadora personal es tema de debate. La disponibilidad de computadoras personales baratas ha tenido efectos positivos. Ha proporcionado miles de empleos en todo el mundo. Y el fácil acceso a las computadoras en el Norte ha proporcionado varios bienes sociales. Los más evidentes: mejores comunicaciones entre las comunidades, oportunidades de educación y mayor eficiencia.

Las empresas multinacionales fabricantes de computadoras personales son algunas de las más grandes y más exitosas del mundo. Las mayores son estadounidenses y japonesas. Del total, tres empresas estadounidenses concentran la mayor participación en el mercado de las PC: Dell (17.6%), Hewlett Packard (16.1%), IBM (7.3%). Estas empresas fabrican sus propios productos a partir de componentes que, en su mayoría, adquieren de otros fabricantes.

La IBM ha vendido máquinas de oficina desde principios del siglo XX. Se mantuvo a la vanguardia de la revolución informática al orientar las primeras computadoras comerciales a un mercado masivo en la década de los años 60. Cuando entró al mercado de computadoras personales a principios de los 80, estableció en poco tiempo la más alta norma en PC y motivó una multitud de clones. Tras un reciente período difícil, IBM reportó ganancias de 1 mil 800 millones en el tercer trimestre de 2003, de un total de ingresos de 21 mil 500 millones de dólares, 1 mil 300 millones más que en el mismo período en 2002.

Una de las pioneras de Silicon Valley en la década de los años 50, Hewlett Packard (HP), completó la fusión corporativa más importante de la historia en el sector de informática en abril de 2002, cuando unió fuerzas con su rival Compaq. Constituida en 1984, Dell se convirtió en el vendedor número uno de PC en el mundo durante el primer trimestre de 2003, cuando sobrepasó a su rival Hewlett Packard. La empresa fue fundada por Michael Dell, en su dormitorio de estudiante de primer año en la Universidad de Austin, Texas. Dell ha reducido sus costos vendiendo directamente al cliente, eliminando a los intermediarios y reduciendo drásticamente los precios. La empresa tuvo ingresos de 31 mil millones de dólares en 2001. Michael Dell, quien continúa siendo el Presidente del Consejo de Administración, es el tercero mejor pagado de Estados Unidos y el número 24 entre los hombres más ricos del mundo, con una fortuna personal, estimada en 16 mil 490 millones de dólares.

PRECIOS CADA VEZ MÁS BAJOS Y CAMBIOS CADA VEZ MÁS ACELERADOS

El negocio de las computadoras es sumamente competitivo y se mueve a gran velocidad. Este sector se caracteriza por: precios cada vez más bajos, cambios tecnológicos rápidos, volatilidad y ausencia de sindicatos.

El precio de las computadoras se ha reducido drásticamente en los últimos veinte años. Entre 1976 y 1999, el precio de una PC se redujo en un promedio de 27% anualmente. La tasa de reducción se aceleró en la década de los años 90. Recientemente, los precios se redujeron aún más como resultado del éxito del modelo empresarial de bajo costo y de una agresiva reducción de precios. Dell redujo de manera drástica el precio de su PC más económica en un 22%. La innovación de Dell ha sido vender al cliente directamente, en gran parte a través de Internet. Las principales empresas operan con un eficiente sistema de inventario limitado y mantienen únicamente en sus bodegas suministros de componentes para pocos días.

El ritmo del cambio tecnológico en el sector de las computadoras es vertiginoso: la capacidad de los chips se duplica entre 18-24 meses y la capacidad de procesamiento de las computadoras se ha duplicado en la última década. El sociólogo Manuel Castells estima que la capacidad tecnológica de las computadoras ha aumentado más rápidamente que en cualquier otra tecnología en la historia humana. La competencia entre las corporaciones multinacionales se concentra en las ventajas tecnológicas que pueden ofrecer a los clientes. Los ciclos de vida de los productos son cortos. Los consumidores comprarán únicamente lo más avanzado y las innovaciones del año anterior -a menudo, las del mes anterior- quedan abandonadas en los talleres. Los sistemas de las computadoras también cambian rápidamente: las computadoras viejas no pueden ejecutar programas nuevos. Este dinamismo presiona enormemente a las empresas para que desarrollen, produzcan y vendan de inmediato nueva tecnología y compitan en la provisión de apoyo al cliente.

REDUCIR COSTOS: UNA OBSESIÓN

La rápida rotación de la tecnología y la fluctuante demanda del mercado crean una gran volatilidad en la cadena de suministro de las computadoras. Las frecuentes bajas en la demanda de un producto provocan que las empresas se tambaleen entre períodos de superproducción y exceso de capacidad. Dell enfrentó una crisis en 1989, cuando la capacidad de los chips aumentó de la noche a la mañana de 256K a 1Mb. La empresa se quedó con millones de dólares en inventario que no podía vender. En este sector el inventario tiene el mismo período de caducidad que una lechuga.

La ausencia de sindicatos eficaces, representativos y democráticos es una característica generalizada en este sector. Históricamente, la industria de productos electrónicos en Estados Unidos ha sido una de las menos organizadas. Las palabras de Robert Noyce, co-fundador de Intel, revelan la actitud de la industria en relación con los sindicatos: No tener un sindicato es esencial para la supervivencia de nuestras empresas. Debemos evitar esas grandes divisiones entre obreros y la administración. Si tuviésemos los reglamentos de trabajo que tienen las empresas con sindicatos, todos iríamos a la quiebra.

Como los precios cada vez más bajos, la volatilidad y las exigencias de investigación y desarrollo reducen sus ingresos, las empresas esperan que las cadenas de suministro les permitan ahorrar para seguir siendo rentables. Las multinacionales fabricantes de computadoras ejercen grandes presiones sobre sus proveedores para que reduzcan los costos de fabricación.

DE UN LUGAR A OTRO PARA ABARATAR COSTOS

Hasta la década de los años 90, las principales empresas fabricantes de computadoras fabricaban la mayoría de sus productos en la misma empresa. Las fábricas en donde se ensamblaban los productos eran fábricas IBM o Hewlett Packard, y los obreros y obreras en las cadenas de fabricación eran empleados de estas empresas. Hoy, y cada día más, las empresas subcontratan gran parte del proceso de manufacturación. Compran partes o servicios de proveedores externos. Aunque Dell todavía conserva algunas de sus instalaciones en Estados Unidos, desde el principio de su historia ha utilizado el mecanismo de la subcontratación, que se convirtió en uno de los factores de su éxito. Las grandes marcas retienen parte de sus funciones de fabricación, pero se concentran en lo que consideran sus principales competencias: investigación y desarrollo, mercadeo, ventas, servicio al cliente y administración de marcas.

La subcontratación tiene dos grandes beneficios para las multinacionales fabricantes de computadoras: abarata los costos y permite mayor flexibilidad. Reducen la inversión de capital en emplazamientos de producción y con esto reducen el riesgo de perder dinero en caso de que el emplazamiento deje de ser viable. La subcontratación es particularmente rentable cuando empresas externas tienen destrezas y pericias especializadas. El dinero ahorrado pueden utilizarlo para aumentar la rentabilidad, con mercadeo y publicidad, por ejemplo. La subcontratación en países en vías de desarrollo también reduce los gastos salariales.

También pueden responder con mayor rapidez a las demandas y caídas en el mercado cuando no están sujetas a emplazamientos de producción con propiedad y con contratos de personal permanente. Si la demanda aumenta, pueden comisionar una nueva cadena de producción. Si la demanda baja, pueden cerrar la cadena. La microadministración de la oferta también reduce el oneroso costo de almacenar grandes cantidades de producto. La flexibilidad es crucial dada la fluctuante demanda y el ritmo tecnológico del sector. También permite que la reubicación sea fácil. Si los salarios aumentan en un país, la subcontratación facilita el traslado a otro lugar que sea más barato.

IBM, Hewlett Packard y Dell subcontratan gran parte de su fabricación fuera de Estados Unidos, principalmente en países en vías de desarrollo. La industria de productos electrónicos fue una de las primeras que esparció a estos países etapas del proceso. Esto se facilitó porque los componentes para computadoras pueden ser comercializados como materias primas, ya que cada día están más estandarizados, se pueden reproducir fácilmente y son baratos. Esto permite que los componentes sean fabricados en diferentes lugares, lo que a su vez, estimula la subcontratación.

LA INDUSTRIA MÁS GLOBALIZADA DEL PLANETA

El sector de productos electrónicos ha estado a la vanguardia de la globalización de los procesos de producción y es hoy, según el informe de 2002 de la UNCTAD, la industria más globalizada de todas las industrias. En la actualidad, más de la tercera parte del total de las exportaciones de productos electrónicos proviene de países en vías de desarrollo. De acuerdo con la UNCTAD, los productos electrónicos representan el área de más rápido crecimiento en todas las exportaciones de estos países. Entre 1980 y 1988, la participación de estos productos en sus exportaciones se cuadruplicó: de 5.3% a 22%.

Para desconcierto de las pre-concepciones habituales, las exportaciones de alta tecnología son ahora la mayor fuente de divisas para el mundo en vías de desarrollo: 450 mil millones de dólares en 2000. Las exportaciones de productos electrónicos tienen en estos países un valor tres veces mayor al de las exportaciones de textiles y un valor mayor que el de sus exportaciones agrícolas.

Este proceso se inició en la década de los años 80, cuando, ante la revalorización del yen y el aumento en el precio de la mano de obra, las empresas japonesas trasladaron la producción a Taiwan y Singapur. Las empresas estadounidenses siguieron el ejemplo y crearon sociedades con proveedores que tenían sede en Asia. En las últimas dos décadas este proceso se ha incrementado, tanto en velocidad como en volumen. Las empresas japonesas, las americanas, las de Singapur y las taiwanesas han trasladado parte de sus procesos de producción a países con costos más bajos: Filipinas, Malasia y Tailandia. Desde entonces, han surgido países con costos aún más bajos -en particular, China-, lo que ha precipitado otra ola de reubicaciones.

La subcontratación ha tenido un efecto considerable en un gran número de países del este de Asia y en un número más reducido de países de Centroamérica y América Latina. Antes, la economía de Malasia dependía del aceite de palma y del estaño. Ahora, el 53% de sus ingresos por concepto de exportaciones proviene de equipos electrónicos. A principios de la década de los años 60, los principales productos de exportación de Corea del Sur eran los textiles, el plywood y las pelucas de pelo natural. En 2001, los productos electrónicos dominaban las exportaciones coreanas. Los principales productos de exportación de Costa Rica, antes el banano y el café, son ahora las computadoras y las piezas para computadoras, que son el 35% de sus exportaciones. En el año 2000, el sector de equipos electrónicos representaba el 13% del total de las exportaciones de Indonesia, el 26% de las exportaciones de Tailandia y el 63% de las exportaciones de Filipinas. Las computadoras y los componentes de computadoras representaban el 20% de las exportaciones de Taiwan y las computadoras y los semiconductores más del 50% de las exportaciones de Singapur. Hoy, las exportaciones de productos electrónicos son el segmento más grande de la industria exportadora en México.

¿QUÉ QUEDA EN LOS PAÍSES SUBCONTRATADOS?

La subcontratación no es siempre beneficiosa para las economías de los países en vías de desarrollo. Algunos, particularmente los “tigres asiáticos” (Singapur, Corea del Sur y Taiwán), han podido, combinando factores históricos y políticas industriales, utilizar óptimamente esta exportación para mejorar sus instalaciones, aumentar su competitividad y lograr un desarrollo sostenible. Otros, sin embargo, no han tenido tanto éxito.

Muchas de las destrezas involucradas en la exportación de productos electrónicos se producen en países desarrollados con tecnología avanzada, mientras que los países en vías de desarrollo se involucran, principalmente, en las etapas de ensamblaje de la cadena global de producción, en donde no se necesita de calificación ni de especialización, en los que hay menor valor agregado. Gran parte del valor agregado contenido en estos productos pasa a manos de los extranjeros propietarios del capital, del conocimiento y de la administración de las empresas y el beneficio que obtienen los países puede incluso reducirse cuando países más baratos entran al mercado.

El proceso de subcontratación va de la mano con la reubicación de las fábricas en economías con bajos salarios, aunque los salarios no son el único factor para la ubicación de las fábricas de computadoras. Las empresas también toman en cuenta otros a la hora de decidir dónde subcontratar: las destrezas y calificación de la fuerza de trabajo según el producto que se quiera fabricar; la infraestructura del país -transporte, distribución de energía y servicios de comunicación-; la estabilidad política y económica del país; los incentivos que proporciona el gobierno -concesiones de impuestos y aranceles-; la distancia del país a los centros clave en la cadena de suministro de la empresa; la disponibilidad de partes, componentes o materiales; y el acceso a mercados clave, privilegiando países que tienen acceso preferencial a los mercados occidentales.

EL PAPEL QUE JUEGAN LOS FABRICANTES CONTRATISTAS

En el proceso de producción, las grandes marcas de computadoras han sido reemplazadas por una nueva variedad de fabricantes contratistas. Empresas como Solectron, Flextronics, Samina-SCI y Celestica son invisibles y anónimas para los consumidores, aun cuando son grandes y poderosas. Durante los años 90, los fabricantes contratistas han crecido a velocidades fenomenales, en un promedio de 20-25% al año. Aunque hace una década apenas existían, cada una de estos cuatro contratistas más grandes obtuvo ingresos de más de 10 mil millones de dólares en 2002. Los proveedores contratistas fabrican para muchos compradores. Su objetivo es asegurar la mano de obra y los suministros más baratos y maximizar las economías de escala y la eficacia.

Empezaron siendo poco más que cadenas baratas de montaje y poco a poco han asumido una amplia gama de funciones de producción y de responsabilidades, incluidos diseño, ingeniería y adquisición. Muchas de ellas también han adquirido las fábricas de las principales marcas, comprándolas directamente de sus antiguos propietarios. Los fabricantes contratistas se han convertido en actores globales, expandiendo su cobertura mundial y trasladándose en masa a emplazamientos de producción de bajo costo en países en vías de desarrollo. China tiene el mayor número de plantas fabricantes contratistas de todo el mundo.

Los fabricantes contratistas emplean grandes cantidades de obreras y obreros. Pero emplean a muy pocos de forma directa. Prefieren reclutar a la mayoría a través de agencias de empleo. La razón de subcontratar la mano de obra es también reducir costos.

Flextronics -fabricante contratista líder- empezó ensamblando placas de circuitos en Silicon Valley en los años 80 y actualmente es el segundo fabricante contratista más grande del mundo, con ingresos de 13 mil 200 millones de dólares, en 2002. Constituida en Singapur, con oficinas administrativas en San José, California, Flextronics tiene hoy fábricas por todo el mundo. Sus zonas industriales -en las que también albergan a proveedores- se concentran en Brasil, China, Hungría y México. Los obreros ganan entre 70 centavos de dólar/hora en China y 4.50 dólares/hora en Brasil. Tan sólo en China, Flextronics tiene 15 emplazamientos y en el año 2000 exportó desde ellos 500 millones de dólares en productos. Su fuerza laboral en ese país ha crecido de 500 a 28 mil trabajadores en cinco años.

El tercer estrato en la cadena de suministro de las computadoras son los fabricantes de componentes: resistencias, inductores y condensadores. La mayoría de estas empresas tienen su sede en Asia. Una empresa taiwanesa que fabrica en China es la mayor productora de resistencias de microchip en todo el mundo, con una capacidad de producción de 18 mil millones de resistencias por mes, lo que representa el 16% del mercado mundial. Los fabricantes de componentes también utilizan a agencias de empleo para el reclutamiento de personal.

LOS PASTELITOS Y LOS DERECHOS LABORALES

Reducir costos en la cadena de suministro es muy importante para las grandes empresas fabricantes de computadoras. Es una estrategia exitosa: un informe estima que los precios de los componentes para computadoras estaban bajando un 1% por semana en 2002. Esta anécdota aparece en un informe publicado en el Wall Street Journal Online: Michael Dell reprendió una vez a un proveedor por llevar pasteles a una reunión de empleados de Dell. Michael entró y dijo: ¡Lléveselos! Y reduzcamos el precio del siguiente envío de los materiales que usted nos suministra. No necesitamos pasteles, queremos un mejor precio. Esta historia se utiliza para ilustrar la dureza y la sagacidad de Michael Dell. Sin lugar a dudas, expresa los talentos que han hecho de Dell la exitosa empresa que actualmente es. Pero las consecuencias de la dureza con los proveedores van más allá de privar a los altos ejecutivos de un pastelito a media mañana. Más abajo, en la cadena de suministro, son los obreros quienes sienten con bastante más rigor los efectos de la incesante reducción de costos, puesto que los salarios los mantienen al borde de la subsistencia.

Los derechos laborales son derechos humanos que tienen su origen en la Declaración Universal de Derechos Humanos. Todos los obreros y obreras tienen derecho a que se respeten y defiendan sus derechos laborales. La comunidad internacional le ha dado a la Organización Internacional del Trabajo (OIT), agencia especializada de la ONU, la responsabilidad de establecer las normas del trabajo en el mundo. La OIT tiene una estructura tripartita de gobiernos, empleadores y representantes de empleados, así como pericia técnica en todo lo relacionado con el mundo del trabajo. Por estas razones, la OIT es la fuente autorizada y legítima de las normas internacionales de trabajo.

Las normas de trabajo están bien establecidas en más de 180 Convenciones de la OIT. Ninguna ha sido ratificada por todos los países y tan sólo unas cuantas han sido ratificadas por muchos. Pero existen cuatro normas que son vinculantes, para todos los gobiernos. Se conocen como las Normas Centrales del Trabajo en la Declaración de la OIT, relativas a los Principios y Derechos Fundamentales en el Trabajo. Son: libertad de asociación y reconocimiento efectivo del derecho a la negociación colectiva, eliminación de todas las formas de trabajo forzoso u obligatorio, abolición efectiva del trabajo infantil y eliminación de la discriminación en materia de empleo y ocupación.

Al igual que sindicatos y ONG, muchas empresas también reconocen otras normas de trabajo como normas clave para proporcionar a sus obreros condiciones adecuadas: medidas para seguridad e higiene, pago de un salario digno, empleo regular con prohibición de horas excesivas de trabajo y evitar el trato cruel e inhumano.

NO CUMPLEN, NO TIENEN VOLUNTAD

Las experiencias de los trabajadores en el sector de productos electrónicos, así como las políticas y prácticas actuales de los fabricantes, sugieren que estas empresas todavía no toman muy en serio sus responsabilidades. Las grandes marcas son indolentes ante ellas. Una organización no lucrativa de monitoreo comenta: Consideran que como las fábricas están limpias, no tienen que preocuparse por las normas de trabajo. La situación en la confección y el calzado no es perfecta, ni mucho menos, pero le están prestando atención a estos temas. En el sector de productos electrónicos hay los mismos tipos de abusos, pero no ha estado sujeto al mismo escrutinio que el sector de la confección y el calzado.

Para este informe CAFOD comparó los códigos de conducta de Dell, Hewlett Packard e IBM con las normas incluidas en el Código Base de la Iniciativa para el Comercio Ético, una organización tripartita del Reino Unido, integrada por empresas, ONG y sindicatos, de la cual CAFOD es miembro.

Con diversas variables, los códigos de las tres empresas son deficientes. Primero: con pocas excepciones, enfatizan su conformidad con leyes locales, en vez de su adhesión a las normas internacionales de trabajo. Aunque la ley local es crucial, a menudo no está implementada de forma adecuada -por ejemplo, los reglamentos relativos a las horas extras en China-. Segundo: ninguno de estos códigos tiene disposiciones claras relativas a la libertad de asociación. Ésta es una ausencia preocupante cuando gran número de obreros del sector no puede hacer valer sus derechos. Tercero: ninguno de los códigos incluye el compromiso de proporcionar empleo regular. Ésta es una omisión importante, puesto que muchos de los problemas que padecen los obreros y obreras en este sector tienen que ver con su condición de empleados temporales.

Las tres empresas recibieron con agrado la iniciativa de CAFOD. Y las tres se enorgullecen de estar a la vanguardia en cuestiones medioambientales y en otros aspectos de la responsabilidad social corporativa.
Ninguna manifiesta compromiso de trabajar transparentemente con otros interesados -sindicatos, ONG locales o grupos de obreros- para asegurar mejoras sostenibles en las condiciones laborales. Y ninguna enfatiza que, para que las mejoras sean sostenibles, los obreros mismos deben asumir liderazgo en el proceso de mejoramiento. No existe tampoco un compromiso significativo para incorporar las normas de trabajo a las prácticas empresariales centrales. Por ejemplo, no existe el compromiso de pagar a los proveedores un precio que les permitiría implementar códigos de conducta.

GUADALAJARA: EL SILICON VALLEY MEXICANO

CAFOD y sus contrapartes llevaron a cabo estudios en México y China, entrevistando a obreros y obreras, a gerentes y a otras personas relacionadas con el sector de productos electrónicos para conocer de primera mano las condiciones laborales en las fábricas de computadoras.

A Guadalajara se le ha denominado el Silicon Valley de México. Sus numerosas empresas fabrican y ensamblan componentes para computadoras, teléfonos celulares, unidades de discos, impresoras, aparatos de CD, cámaras digitales, lavadoras y lavaplatos. Desde mediados de los años 70, empresas estadounidenses y japonesas -incluyendo a IBM, Hewlett Packard, Dell, Texas Instruments, Xerox y NEC- fabrican cada día más productos en México, atraídas por las condiciones favorables de inversión, por la mano de obra barata y -para las empresas estadounidenses- por la cercanía a sus áreas tecnológicas de Texas y California.

Desde mediados de los años 80 a mediados de los 90, las exportaciones mexicanas de productos electrónicos crecieron de 18 mil 251 millones a más de 60 mil millones. Tan sólo en 1996, la industria generó 28 mil 603 empleos. La inversión llegó a su punto máximo en 1997, pero se vino abajo cuando el mercado de la tecnología y la demanda de productos electrónicos se desplomaron en 2001. En la primera mitad de 2001 se perdieron más de 15 mil empleos y muchas empresas de productos electrónicos salieron de México en busca de salarios más bajos en China.

El impacto del sector de productos electrónicos en la economía mexicana ha sido decepcionante. Este exitoso sector de exportaciones no ha podido arrastrar tras sí al resto de la economía y el crecimiento del PIB se ha mantenido lento y a veces hasta se ha contraído. En México se agrega muy poco valor a los productos electrónicos y los vínculos de estas empresas con la economía nacional son débiles. Las fábricas de productos electrónicos son sólo maquiladoras que ensamblan componentes importados para después exportarlos. En los años 90, el 95% de los productos electrónicos fabricados en México se exportaron a Estados Unidos. En esos años, el 90% de los componentes utilizados en este proceso fueron importados, el 85% de Estados Unidos.

LAS MARCAS: SEPARADAS DE LOS OBREROS

La mayoría de las firmas de productos electrónicos que operan en Guadalajara son fabricantes contratistas: SCI, Flextronics, Jabil y Solectron. Las grandes marcas los emplean para ensamblar. Generalmente, estos fabricantes contratistas no emplean a muchos obreros en forma directa. Subcontratan mediante reclutamiento en las agencias de empleo. IBM es la excepción a la regla y ha tenido sus propias instalaciones manufactureras en Guadalajara desde 1975, especializadas en ensamblar computadoras de escritorio y portátiles.

La empresa se ha convertido en uno de los principales exportadores de México y en el mayor exportador del estado de Jalisco. En 1998 se ensamblaron en esas instalaciones 800 mil computadoras que, combinadas con las 400 mil fabricadas para IBM por el fabricante contratista Acer en Ciudad Juárez, representaron el 55% del total de la producción de computadoras portátiles de la empresa en todo el mundo. En el año 2000, la producción de IBM en México representó cerca del 60% del total mundial de la producción de sus computadoras portátiles. A pesar de que IBM es propietaria de la fábrica, la mayoría de la fabricación es subcontratada.

En el pasado, la compañía llevaba a cabo un proceso de licitación: los fabricantes contratistas presentaban cotizaciones para procesos específicos de fabricación. Los ganadores alquilaban espacios en la fábrica de IBM, que se concentraba en el control de calidad y en la coordinación de la planta. Esto le permitía a IBM responder rápidamente a necesidades cambiantes: cerrar una línea de producción no rentable o cambiar la producción a otro producto, y a menudo, a otro fabricante contratista. En 2003, IBM anunció que subcontrataría todas sus operaciones de manufacturación en Guadalajara con un contratista, Sanmina SCI.

IBM fue pionera en el sistema de reclutamiento a través de agencias de empleo, tarea que continúa hoy con SCI. Actualmente, hay cerca de 7 mil obreros y obreras en la fábrica de IBM. 500 son empleados directamente por IBM o SCI, generalmente gerentes, supervisores y personal secretarial. Los restantes 6 mil 500 son reclutados por agencias de empleo. Consecuencia: los fabricantes de las marcas están aislados de las inquietudes de los trabajadores por dos capas que intervienen: el fabricante contratista y la agencia de empleos.

BAJO SALARIO, HORAS EXTRA Y FALTA DE SINDICATOS

Las cadenas de montaje de productos electrónicos en Guadalajara emplean a miles de obreros y obreras. Aunque sus salarios son más altos que los que ganan quienes producen para el mercado nacional, son bajos: entre 50-100 dólares por semana en empresas como IBM y Jabil, y menos en otras fábricas. La canasta básica -alimentos, alquiler de la casa, transporte y vestido para una familia de cuatro personas- cuesta unas cinco veces el salario mínimo legal.

Generalmente, estos obreros y obreras ganan menos de la mitad del costo de esa canasta. Si a ella se le añade educación, salud y algún otro gasto, la canasta aumenta a 250 dólares semanales. Una dieta básica saludable para cuatro personas cuesta 75 dólares. El horario laboral es prolongado. Obreros y obreras pasan más del máximo legal en las fábricas, porque las horas extra son obligatorias y porque el salario por hora es tan bajo que deben trabajar muchísimas horas extra para ganar lo suficiente para vivir.

La mayoría de los trabajadores son mujeres pobres de 18 a 25 años. Muchas son madres solteras y están dispuestas a aceptar cualquier trabajo para alimentar a sus hijos. La Hermana Luz Helena Calleros, del Centro de Reflexión y Acción Laboral (CEREAL), -contraparte de CAFOD-, que facilitó la investigación de CAFOD en Guadalajara, lleva a cabo talleres de autoestima con las obreras. Ella sabe que la baja autoestima perpetúa las deficientes condiciones laborales: Muchos obreras creen que reciben lo que se merecen. Su opinión de sí mismas es a menudo muy baja. Piensan que porque no terminaron la secundaria o no obtuvieron un título es inevitable ir a parar a un maquiladora. El trato a que las someten empeora la situación. Las tratan como ignorantes y estúpidas. Nos dicen que las tratan como animales, les gritan y las insultan. A veces las manosean.

Según Juan Carlos Páez, Coordinador de Derechos Humanos de CEREAL, las empresas sacan partido de la vulnerabilidad de las obreras: Saben que pueden bajarles poco a poco los salarios, las prestaciones, las precauciones de seguridad y que, a pesar de esto, las mujeres seguirán trabajando. La empresa sabe exactamente qué tan frágil es su situación y la explotan.

Sylvia, de 28 años, madre soltera con dos hijas, se vio envuelta en una disputa con IBM cuando la empresa intentó reducir los salarios: Mi supervisor me dijo que me callara la boca si me importaban mis dos hijas: “Piensa cómo las vas a mantener si te despedimos”. Así es como nos amenazan.

La falta de sindicatos las afecta aún más. Dice Páez: Las agencias de empleo bloquean los sindicatos. Hay que educar y capacitar a la gente para que pueda protegerse de las prácticas explotadoras. Mientras más sepan de sus derechos, más podrán defender su propia dignidad. Las fábricas son implacables en sus esfuerzos por anticipar y prevenir la acción colectiva. Disuaden a obreros y obreras de hablar en grupo. Lupe, de 28 años, comenta: Es muy difícil discutir cosas con otros colegas en el trabajo, tratar de organizar algo. Si nos encuentran hablando en grupo, los supervisores nos amenazan con que van a cerrar la planta. “Si no cumplen, todo este trabajo se va a ir para China -nos dicen- Allá hay obreras que son mejores que ustedes y se les paga menos”.

UN LISTADO DE DISCRIMINACIONES

Los métodos de reclutamiento que utilizan las agencias de empleo muestran hasta dónde son capaces de llegar las empresas para asegurar una fuerza laboral maleable. Las agencias eliminan a potenciales alborotadores por medio de prácticas de reclutamiento discriminatorias y a menudo humillantes. CAFOD pudo ver una lista de las razones por las que tres agencias que contratan obreros para las cadenas de producción de IBM pueden negar un empleo.

Entre las razones para el rechazo en la entrevista sicológica se incluye a quien ha planteado reclamos de tipo laboral, es homosexual, socialmente inadecuado, no está de acuerdo con las políticas de IBM, ha dado señales de lesbianismo, tiene más de dos tatuajes, no respeta la autoridad, es persona conflictiva, es miembro activo de un partido político, no está dispuesto(a) a trabajar horas extras, su padre es abogado, tiene un título en derecho, trabajó para un abogado, trabajó para un sindicato, es travesti, tiene aretes, tiene pelo largo.

Entre las razones para el rechazo en la entrevista socioeconómica se incluye a quien tiene amigos que son fármaco-dependientes, tiene un hermano que es inspector sindical, encabezó el planteamiento de un reclamo ante el Comité de Conciliación y Arbitraje, no tiene interés en el trabajo porque está embarazada, ha trabajado para IBM con anterioridad y hace comentarios negativos acerca de las condiciones de cese.
Entre las razones para el rechazo por motivos de salud se incluye el embarazo. Hay también discriminación por edad: es muy difícil que alguien mayor de 30 años obtenga empleo en una fábrica de productos electrónicos.

“FUE HUMILLANTE, FUE LO PEOR”

Es común en el proceso de entrevistas de trabajo en este sector el “examen de salud”. Generalmente incluye pruebas de orina y sangre, con resultados que no se le comunican a los trabajadores. Las pruebas de embarazo son práctica habitual. Las obreras entrevistadas por CAFOD relataron que las examinaron desnudas y les hicieron preguntas indiscretas: ¿Tiene novio? ¿Con qué frecuencia tiene relaciones sexuales? ¿Tiene hijos? Cuenta Jannet, de 20 años: Tuve que llenar un cuestionario con varias preguntas realmente personales. Preguntaban cuántos novios ha tenido, cuándo fue la última vez que tuvo sexo, cuántas veces lo tiene, tiene alguna enfermedad de transmisión sexual... Yo dejé de responder.

Las agencias también visitan los hogares de los potenciales empleados, examinan sus posesiones y entrevistan a sus vecinos. Las obreras relataron a CAFOD que preguntaban a sus familias y a sus vecinos quiénes eran sus amigos y conocidos, si se mantenían en buena compañía y si tenían algún problema con drogas o con alcohol. Relata Ramona, de 24 años: Vinieron a la casa y se pasaron media hora viendo. Me imagino que no quieren que haya mucha diferencia entre cómo vive uno y las condiciones de la fábrica.

Mónica, de 26 años, fue reclutada en 1999 por el fabricante contratista SCI para trabajar en la cadena de montaje fabricando impresoras Hewlett Packard, donde trabajó hasta 2001: Para el examen médico yo estaba en una habitación con dos enfermeras, o por lo menos estaban vestidas como enfermeras. Ambas fueron muy bruscas y realmente me intimidaron, gritándome que hiciera esto o aquello. Me hicieron preguntas de tomar, fumar, enfermedades en la familia. Luego una dijo: “Desnúdese, tengo que ver si tiene tatuajes”. Mi palabra no fue suficiente. Tuve que quitarme toda la ropa, incluyendo la ropa interior. Incluso me tocaron desnuda, examinándome los pechos. No sé qué era lo que estaban buscando. Luego me preguntaron si estaba embarazada. Yo les dije que no, pero me ordenaron que fuera al baño y me hiciera la prueba de embarazo. Y me dijeron: “Si tiene su período nos tiene que mostrar la toalla sanitaria para probar que está sangrando”. Fue una experiencia completamente humillante. Fue lo peor que he tenido que pasar. Pero yo no sabía cómo quejarme ni sabía que le estaban haciendo lo mismo a todo el mundo.

“¡CONTRATOS PERMANENTES!”

El derecho laboral mexicano exige que las agencias de empleo proporcionen las mismas condiciones que el empleador final. Sin embargo, las agencias eluden esta disposición registrándose a sí mismas como fabricantes subcontratistas. Luego, emplean a obreros y obreras bajo condiciones significativamente inferiores a las de los empleados directos de la empresa, reduciendo así los costos de empleo del 10% al 40%. Este sistema tiene consecuencias muy negativas para obreros y obreras.

Según Juan Carlos Páez, un 90% de quienes acuden a nosotros en busca de ayuda provienen del sector de productos electrónicos. Se debe a la inestabilidad del sector: contrataciones y despidos según sean los pedidos, o incluso empresas completas que llegan y se van. De todos los sectores con los que trabajamos el sector de productos electrónicos es el más volátil y esto provoca muchas violaciones de los derechos de las personas. El modus operandi de este sector es el del capital gaviota: aterrizan aquí en México por un tiempo y luego vuelan a China o a Taiwán. Los trabajos de los obreros empleados por las agencias están constantemente amenazados: son contratos consecutivos de corto plazo, de entre 28 días y tres meses. A veces, siguen empleados con esos contratos durante varios años, aunque la ley mexicana prohíbe esta práctica.

Los contratos de corto plazo facilitan contratar y despedir. Si hay una baja en la demanda, se puede despedir a los obreros cuando se termina su contrato. Uno nunca se siente seguro, la incertidumbre es permanente, uno nunca sabe si va a tener trabajo la próxima semana, cuenta un obrero, empleado por tres diferentes agencias que trabaja en IBM. En México no existe el subsidio por desempleo, y perder el empleo puede significar el hambre. Los contratos de corto plazo son nocivos de manera especial para las mujeres, puesto que se utilizan como un mecanismo para no pagar prestaciones por maternidad. Cuando una mujer sale embarazada, simplemente no le renuevan el contrato. Cuando se le pidió a una obrera que mencionara un cambio que mejoraría su vida, sin dudarlo exclamó: ¡Contratos permanentes!

SIN VACACIONES, SIN PRESTACIONES,
SIN JUBILACIÓN

En México, muchos de los pagos de la seguridad social dependen del tiempo. Para trabajadores con períodos cortos de empleo es difícil adquirir el derecho a una jubilación o a subsidios para vivienda. Los contratos de corto plazo obligan también a obreros y obreras a renunciar a las vacaciones: los trabajadores mexicanos deben trabajar por lo menos un año con un contrato permanente para tener derecho a seis días de vacaciones y los días libres no se acumulan con los contratos mensuales. Ramona, de 24 años, describe los efectos de este sistema cuando trabajó en la fábrica de IBM: Se rehusaron a darme unos días cuando se murió mi papá. La ley dice que deberíamos de tener tres días por luto. Ellos dijeron que ni siquiera los podía tomar como parte de mis vacaciones. Obviamente tenía que ir, así que le pagué a alguien para que trabajara uno de mis días, y de todas formas me tomé los otros dos para ir al funeral. El encargado de personal me descontó los dos días de mi sueldo.

El empleo conseguido a través de agencias se traduce también en pagar menos prestaciones a obreras y obreros. Quienes son captadas con un contrato de corto plazo no reciben el pago por antigüedad al terminar su empleo. Las transnacionales hablan de prácticas laborales más flexibles. En realidad, esta flexibilidad es que se obliga a la gente a trabajar con contratos de 28 días, con salarios bajos, sin seguridad social, sin jubilación y sin protección sindical. Los contratos son a menudo ilegales y aún así no se respetan. Esto nos dijo el sacerdote jesuita Sergio Cobo, Director de Fomento Educativo, contraparte de CAFOD en México.

Lupe, de 28 años, trabajaba en una fábrica de IBM. Nos relató: La primera vez que supe de CEREAL fue en junio de 2001, cuando IBM trató de reducir nuestros salarios. Oscar dejó papeletas en nuestros casilleros diciendo que iba a haber una reunión. Veinte de nosotros fuimos a CEREAL. Me impactó escuchar por primera vez acerca de mis derechos humanos y de mis derechos laborales. Era la primera vez que me enteraba de todas las prestaciones que estábamos perdiendo por tener contratos de un mes. Era tan fabuloso ir a lar reuniones de CEREAL. Ellos nos llevaron a ver a la prensa, fuimos a todos lados. ¡Y ganamos! Luego de toda la atención de la prensa, decidieron no bajarnos el sueldo. Me sentí tan bien, tan satisfecha de que habíamos ganado. Fue genial. Se publicaron artículos diciendo que debido a nuestra resistencia habíamos vencido a IBM. Pensamos que nos iban a despedir a todos. Todos los días esperábamos que nos despidieran. Pero nunca nos despidieron... hasta que le dimos una entrevista a CAFOD.

DESPEDIDAS POR HABLAR CON CAFOD

En abril de 2003, CAFOD llevó a cabo en Guadalajara su investigación. Días después de haber hablado con CAFOD, dos obreras y un obrero fueron despedidos.

Ramona, de 24 años, es soltera y no tiene hijos. Vive con su madre, a quien mantiene. Al momento de ser despedida, Ramona había estado trabajando cuatro años para IBM, empleada por agencias con contratos de un mes. Yo hablé con CAFOD el miércoles -cuenta Ramona-. Nueve días después, el viernes, me despidieron. Con el pretexto de que había llegado tarde al trabajo, me dijeron que me cambiara de ropa y fuera a Personal. Supe que me iban a despedir. Me llevaron en automóvil de la fábrica a las oficinas de Caspem, la agencia de empleo. En el camino me preguntaron si Lupe -quién también habló con CAFOD y también fue despedida- era amiga mía. Yo todavía no estaba segura de por qué me iban a despedir. Cuando llegué a la oficina, la mujer de Personal me dijo:“¿Conocías a esos ingleses que estuvieron hablando contigo?” Y me preguntó quién era mi abogado. Dijo que le había llegado el rumor de que yo estaba filtrando información acerca de la empresa. Yo le dije que no los conocía, que me los encontré en la calle. Ella me acusó de ser alborotadora y me amenazó con ponerme en una lista negra. Luego hizo un gran alarde diciendo que no me despedía por esto sino por mi tiempo de servicio. Le dicen a uno que ha estado allí por cuatro años o por el tiempo que sea y que se le ha terminado el tiempo, como si eso tuviera sentido. Me ofreció un cheque por 2 mil pesos (200 dólares). Yo dije que me debían 12 mil. Tratan de obligarlo a uno a firmar mientras todavía está ahí para que no tenga tiempo de pedir asesoría. Finalmente me dio 11 mil pesos, que no estaba mal. Yo creo que querían pagarnos y callarnos rápidamente. Veían que teníamos contactos externos que nos estaban ayudando.

La forma en que se trata a obreros y obreras en estas fábricas muestra la degradación laboral en las cadenas de montaje de productos electrónicos. La rápida acción de los subcontratistas de mano de obra para deshacerse de las disidentes demuestra que saben que la forma en que tratan a los obreros es inaceptable. Como dice Ramona: Por sus preguntas, es obvio que tienen algo que esconder y que no quieren que nadie con autoridad se entere.

LA SUBCONTRATACIÓN EN TAILANDIA

Tailandia es el segundo productor más grande del mundo de unidades de disco duro (HDD, por sus siglas en inglés). La industria creció apoyada en las inversiones a gran escala de las multinacionales fabricantes de computadoras atraídas por la mano de obra barata. En años recientes los precios de HDD han bajado y la competencia con los bajos salarios de China ha sido intensa. Se estima que los salarios de la industria de HDD en China son aproximadamente la mitad de los de Tailandia. El precio promedio de una HDD por megabyte era de 11.54 dólares en 1998. En 2002 el precio andaba ya entre 5 y 15 centavos de dólar. En respuesta, las empresas que operan en Tailandia han estado reduciendo costos utilizando mano de obra subcontratada.

CAFOD entrevistó a obreros subcontratados en la industria de HDD, con condiciones laborales más duras que las de sus colegas contratados de manera directa. Muchos son jóvenes, se ven cansados y usan ropa gastaba y sucia en lugar de uniformes. A los obreros y obreras con quienes hablamos les pagan casi la mitad de lo que ganan quienes tienen contrato permanente: unos 4.35 dólares diarios. Éste es el salario mínimo legal, pero no cubre el gasto promedio mensual en alimentos y vivienda de un hogar tailandés.

Si un obrero subcontratado se enferma no recibe subsidio por enfermedad o pagos del seguro social y -en contravención de la ley laboral tailandesa- tampoco recibe pago por vacaciones anuales o por fiestas oficiales. La paga que reciben por horas extra -a veces cuatro, y hasta ocho horas diarias- no cumple con los requisitos legales. Como en México, las obreras subcontratadas en Tailandia son despedidas si quedan embarazadas.

CHINA: MEGAFÁBRICA MUNDIAL
DE COMPUTADORAS

China es actualmente el mayor país exportador en vías de desarrollo, el mayor receptor de inversión directa extranjera y el cuarto productor industrial mundial, después de Estados Unidos, Japón y Alemania. El crecimiento en sus exportaciones ha sido enorme y ha tenido repercusiones en todos los mercados mundiales. En 2002, China acaparó el 60% del crecimiento de las exportaciones de todo el mundo. En los últimos veinte años, China se ha colocado como el principal espacio para la fabricación de productos electrónicos en todo el mundo.

Mientras que otras fábricas de productos electrónicos en otras partes de Asia han estado sufriendo, muchas plantas en China duplicaron su producción en 2003. En 1999-2000, los dos principales productos de exportación de China fueron los equipos de telecomunicaciones y las computadoras. En 2000, los productos de alta tecnología representaron el 22% del total de las exportaciones de China. Ese año, 25 de las 30 transnacionales extranjeras más grandes que exportaron productos de China fueron empresas de productos electrónicos o de telecomunicaciones. Si hay un embotellamiento de tráfico entre Dongguan y Hong Kong, el 70% del mercado mundial de computadoras se vería afectado, afirma el vicedirector de IBM en Asia.

China se está convirtiendo en la fábrica mundial de computadoras. Enormes complejos, muchos financiadas con capital taiwanés, producen componentes y partes para la industria mundial de productos electrónicos. Las fábricas de la región del delta del río Perla (Zhu Jiang) producen CD y DVD, escáneres, teclados, monitores, PC de escritorio y portátiles, componentes pasivos como condensadores y resistencias, placas de circuito impreso, distribuidores de corriente y teléfonos celulares.

El éxito de China se basa en gran medida en los bajos salarios. Los salarios en China son una fracción de los de sus principales competidores -la mitad de los de Indonesia, la cuarta parte de los de Malasia y Filipinas, la octava parte de los de México y cerca del 5% de los salarios en manufacturación de Taiwan. El promedio de los salarios en manufacturación es de 60 centavos de dólar por hora. La fuerza laboral se basa en una masiva reserva de mano de obra migratoria proveniente de la China rural.

Aunque la producción de productos electrónicos se concentra en la región del delta del río Perla, la mayoría de obreros y obreras que trabajan en las fábricas chinas proviene del norte. Son a menudo mujeres jóvenes que buscan trabajo para ahorrar dinero y enviarlo a sus hogares. Por lo general, son reclutadas a través de agentes y escuelas vocacionales en las provincias del interior. Ya trabajadoras, la mayoría vive en condiciones de hacinamiento en dormitorios ubicados en las instalaciones de la misma fábrica. Por lo general, entre 10 y 15 personas duermen en literas en cada dormitorio, algunos aceptables, otros sucios, sin calefacción o sin ventilación adecuadas, sin agua caliente y sin suficientes duchas. Son largas las colas para bañarse después de un turno de trabajo de once horas. Comen casi siempre en la fábrica. Algunas ofrecen comida adecuada, en otras prevalecen quejas por la mala comida.

HORAS EXTRA: PROLONGADAS Y OBLIGATORIAS

Las prolongadas y obligatorias horas extra y los salarios por debajo del mínimo legal son problemas endémicos en las fábricas chinas. El sector de productos electrónicos no es la excepción. De acuerdo con el derecho laboral chino, obreros y obreras tienen derecho a por lo menos un día libre a la semana y las horas extras no deben exceder de 3 horas diarias o de 36 mensuales. En Dongguan, el salario mínimo legal se calcula sobre la base de un día laboral de ocho horas y no debería esperarse que un obrero trabaje horas extras para ganarlo.

La ley también exige que las horas extra durante la semana laboral se paguen a 150% de la tarifa diaria regular, que las horas extra en sábados y domingos se paguen a 200%, y las horas extra en un feriado establecido por ley se paguen a 300%. Sin embargo, las autoridades laborales en China no hacen respetar la ley. Su personal no cuenta con los recursos o la capacitación adecuados.

Los obreros que trabajan en las fábricas de productos electrónicos que abastecen a las principales marcas trabajan, como rutina, horarios bastante más largos que el máximo establecido por la ley y sin recibir la remuneración estipulada por la ley. Durante una temporada alta, en una empresa taiwanesa que tiene cinco fábricas en la ciudad de Dongguan, los obreros trabajan 3-5 horas extra por día, un promedio de 100-120 horas extra por mes y los siete días de la semana. En la temporada baja, les dan días libres, pero sin sueldo.

Esta cantidad de horas extras es típica. Incluso, pueden ser más: entre 15-16 horas diarias en la temporada alta. Algunos obreros trabajan toda la noche durante la temporada alta. Los salarios están por debajo del mínimo de 54 dólares al mes. El salario básico en estas fábricas es de 37 dólares por mes -aumenta a 39 después de haber trabajado en la fábrica más de un año y a 42 después de dos años-. Para ganar el salario mínimo, obreros y obreras tienen que trabajar cantidades ilegales de horas extra. Es posible que su sueldo sea tan bajo como 36 dólares durante la temporada baja. Aunque reciben hasta 72 dólares durante la temporada alta, sólo pueden ganarlos trabajando una cantidad inaceptable de horas extra.

La joven C, de 20 años, nos dijo: Todo está bien en esta fábrica. El único problema son los salarios. Yo he estado en la fábrica desde hace dos años y lo más que he ganado han sido 500 renminbi (60 dólares). Eso fue lo que gané después de haber trabajado más de 100 horas extra. No es suficiente. Una tiene que comprar por lo menos las provisiones diarias. Y si me compro algo de ropa, se me termina el sueldo. Es peor en la temporada baja, cuando no tenemos horas extra. Cuando nos obligan a tomar un día libre porque no hay pedidos y no tenemos trabajo que hacer, nos lo deducen del sueldo. Yo no siento que sea duro trabajar aquí. El único problema es el bajo salario. Todos queremos ganar más.

ENDEUDADAS ANTES DE EMPEZAR

Las excesivas horas de trabajo no aumentan las ganancias de las fábricas. Estudios recientes sugieren que reducir las horas extra en las fábricas de los proveedores de China ayudaría a aumentar la productividad. Muchas fábricas operan a 35-75% de su capacidad y existe una conexión clara entre los niveles de horas extra y la baja productividad. Se necesita un cambio cultural en China, para que sea aceptable trabajar menos horas.

Los bajos salarios base y los bajos niveles de remuneración por horas extra no son los únicos problemas de tipo salarial. A menudo, los salarios se les reducen aún más porque tienen que pagar deudas a las agencias de empleo, que les cobran una cuota bastante alta por colocarlos. Con frecuencia, las fábricas les retienen los salarios y los reciben con varias semanas de retraso. Quienes renuncian no reciben los sueldos atrasados que les deben. Una fábrica retuvo aproximadamente 10% del salario de los empleados durante el primer año y les devolvió el dinero un año después. El propósito es evitar que los obreros renuncien durante la temporada alta. Como muchos obreros y obreras no tienen un contrato por escrito, no pueden responsabilizar a la administración por nada.

La joven A., de 18 años, ha estado trabajando en el sector de productos electrónicos desde que tenía 16. Terminó los primeros tres años de enseñanza secundaria en su provincia natal, Shanxi. Cuando supo que las fábricas en la provincia de Guangdong estaban reclutando nuevas obreras, fue a la agencia de empleo local para registrarse. Le pagó a la agencia de empleo 750 renminbi (91 dólares) y ellos hicieron los arreglos para colocarla en un autobús que transportaba jóvenes obreras de Shanxi a la fábrica en Dongguan. Ella le pagó a la fábrica 50 renminbi (6 dólares) como depósito por su trabajo. Tenía ya una deuda de 1 mil renminbi (121 dólares) antes de empezar a trabajar. Al principio, pensó que podría devolver el dinero al poco tiempo de trabajar en la fábrica, pero se llevó una gran decepción. Durante los primeros seis meses tan sólo recibió entre 300-400 renminbi (36-48 dólares) mensuales y después de gastar en comida y en otras cosas básicas, no le quedaba nada.

CASTIGOS, MULTAS Y UNA EXTREMA PRESIÓN

Las fábricas tienen sistemas de castigo bastante duros y ejercen fuertes presiones sicológicas sobre obreros y obreras. En una fábrica le deducen 25 centavos de dólar de su salario a la obrera que quebranta algún reglamento de la fábrica o de los dormitorios. En otra, se deducen 6 centavos de dólar por cada minuto que lleguen tarde. Si las obreras se ausentan sin permiso les deducen 3 dólares. Sólo se les permite salir de la fábrica los miércoles, sábados y domingos. Para salir en otros días deben pedir permiso.

En otras fábricas, las obreras tienen prohibido hablar mientras trabajan y se les multa por no sentarse correctamente. En otra, las multan con 3.60 dólares por su primer error en la producción y con 7.20 por un segundo error. Hay una fábrica de monitores en donde los gerentes tienen derecho a despedir a las obreras que pisan el césped que rodea la fábrica. En otra fábrica, si descubren alguna obrera tirando basura, tiene que llevar un cartel que dice “Yo produzco basura”.

La necesidad de entregar productos de calidad a tiempo significa a menudo que las obreras se encuentran sometidas a una gran presión para no cometer errores y para lograr las cuotas de producción establecidas o por día o por hora. Cuando hay prisa por entregar a tiempo, aumentan la velocidad en las bandas transportadoras. En una fábrica de teclados, el trabajo de cada obrera en la banda transportadora es insertar seis o siete teclas en cada teclado. Cada obrera debe completar 300 teclados por hora. Eso significa que debe insertar cada juego de seis o siete teclas y pasar al siguiente en 12 segundos, y hacerlo así, continuamente, durante 12 horas.

Las obreras que prueban monitores deben probar 150 en una hora, lo que significa 24 segundos para cada monitor. Las obreras viven bajo el temor de recibir críticas de sus supervisores y se sienten bajo una intensa presión sicológica. En una fábrica que produce componentes para computadoras portátiles, se les prohíbe hablar entre ellas, estirarse o mirar a su alrededor y no pueden dejar la cadena de producción para ir al baño o para beber agua. En una fábrica que produce monitores, si una obrera comete un error tiene que llevar puesto un chaleco rojo. Las obreras entrevistadas para este estudio se quejaron de que su trabajo es demasiado estresante. Muchas dijeron tener pesadillas: sueñan que son criticadas y penalizadas en el trabajo.

SIN NINGUNA SEGURIDAD,
SIN NINGUNA PROTECCIÓN

De conformidad con el derecho laboral chino, los empleadores deben pagar por el seguro de jubilación y por accidentes en el trabajo. En muchas fábricas los obreros no están cubiertos por estos tipos de seguro ni tienen ninguno. Algunas veces, sólo quienes trabajan en actividades particularmente peligrosas están asegurados contra accidentes o sólo tiene seguro de jubilación el personal de alto rango: supervisores y superiores.

La mayoría de la gente asume que las fábricas de productos electrónicos tienen al menos la ventaja de estar limpias, por la precisión que se necesita en la manufacturación de computadoras. Sin embargo, una fábrica limpia no es equivalente a una fábrica segura. Muchas obreras del sector de productos electrónicos operan en un entorno peligroso o insalubre. Muchas fábricas no tienen un departamento de higiene y seguridad y no dan a las obreras capacitación sobre el tema.

Algunas obreras están expuestas a peligrosos químicos sin protección o capacitación adecuadas. En estas fábricas se utilizan solventes para limpiar el exterior de las computadoras, que después se pinta con aerosoles o con pinturas en polvo. Raramente las obreras reciben capacitación sobre su seguridad en el uso de estos químicos. Desconocen los nombres de los químicos que utilizan, no saben si son peligrosos y qué tipo de protección deberían utilizar. Les entregan los químicos en envases sin etiquetas. En una fábrica, a las obreras que trabajan con químicos les dan guantes de algodón, pero ellas no los utilizan porque los guantes se les empapan con los solventes. Muchas terminan con erupciones y manchas en las manos, aún utilizando los guantes. Estos guantes sirven principalmente para proteger a los componentes del sudor de las obreras, pero no para proteger las manos de las obreras. Utilizarlos hace más lenta la labor de las obreras y esto les dificulta lograr las cuotas de producción.

Las obreras que sueldan componentes en las placas de metal están expuestas al humo y se quejan de irritación en la piel y de dificultades para respirar. Las que fabrican placas de circuito impreso son las que más sufren por los químicos. Su trabajo es sumergir la placa en varias sustancias que entran en contacto con la piel. Padecen de erupciones. En la fábrica no almacenan correctamente los químicos. Una obrera bromeó afirmando que la fábrica parecía más una planta petroquímica que de productos electrónicos.

En diciembre del año 2000 hubo un incendio en una fábrica que produce envases de computadoras y componentes periféricos. Una de las máquinas derramó aceite y las obreras de turno -no habían recibido capacitación en higiene y seguridad- utilizaron un diluyente inflamable para limpiar el piso. El diluyente agarró fuego y ocho obreras se quemaron. Dos tuvieron quemaduras en la tercera parte de su cuerpo, incluyendo la cara y los pies y hoy tienen dificultades para caminar. Otra tiene dificultad para utilizar sus manos. Las obreras en la fábrica no estaban aseguradas contra accidentes en el trabajo y las lesionadas no habían recibido la compensación de ley. La fábrica no había realizado capacitación sobre qué hacer en caso de incendios ni realizaba simulacros de incendio.

FUERTES DOLORES, RUIDOS EXCESIVOS,
OJOS SECOS Y AGOTADOS

En algunas fábricas las obreras padecen por el ruido excesivo. Les proporcionan tapones de algodón para los oídos cada seis meses, pero los tapones duran solamente dos semanas. A menudo, en las cadenas de producción a las obreras se les entumecen las piernas, la espalda y el cuello, siendo muy fuerte el dolor tras permanecer de pie once horas seguidas. Quienes prueban monitores se sientan frente a ellos hasta durante once horas diarias, abrumadas por las pantallas centellantes. Con frecuencia tienen problemas, incluyendo ojos cansados e hinchados. En poco tiempo la visión que tienen es borrosa. La fábrica no les brinda ninguna educación acerca de los problemas de la vista que puede producirles su trabajo.

Otras obreras, cuya labor es insertar componentes en placas, trabajan viendo a través de un microscopio todo el día. Sus ojos se cansan, se hinchan y se secan. En China hay muchísimas muchachas con ojos bonitos y manos fuertes. Si nos quedamos sin gente, buscaremos más: así “soluciona” este problema el gerente chino de una fábrica de productos electrónicos. En una fábrica de componentes, el departamento de pulido genera desechos metálicos, lo que produce gran cantidad de polvo de metal en las instalaciones. Las obreras no utilizan mascarillas protectoras. Su garganta se seca y su voz se enronquece. El trabajo es agotador. Nos dijo un obrero chino: Nuestras dos manos trabajan cada minuto. También nuestros cerebros. Las manos deben moverse con la misma rapidez que el cerebro. Si uno pierde la concentración un segundo, produce un artículo defectuoso. Descuentan puntos y es seguro que el bono de producción se reducirá a fin de mes.

Todos estos problemas son exacerbados porque las obreras creen que no pueden ni levantar la cabeza para mirar a su alrededor de vez en cuando. Pero todas estas malas prácticas se pueden evitar. Las obreras entrevistadas en una fábrica que ensambla ratones y cámaras digitales alabó las prácticas de higiene y seguridad de su fábrica, donde hay aire acondicionado, que enfría tanto las máquinas como la temperatura ambiente. La ventilación es buena y arrastra el humo cargado de químicos que produce la soldadura. Las obreras se sientan mientras trabajan, tienen descansos cortos entre sesiones de trabajo y se les proporcionan guantes y mascarillas.

CHINA: UN PAÍS SIN SINDICATOS

Los problemas que padecen las obreras chinas están íntimamente ligados a su incapacidad para negociar colectivamente y así mejorar sus condiciones de trabajo. Las obreras chinas no están representadas por sindicatos libres y democráticos. En China existe un único sindicato legal controlado por el Estado: la Federación de Sindicatos de toda la China, no reconocida por la Federación Internacional de Sindicatos.

La falta de organizaciones representativas afecta a obreras y obreros del sector de productos electrónicos y a toda la fuerza laboral china. Esto les dificulta hacer valer sus derechos y obtener una mejoría sostenible en las condiciones laborales. Las obreras y obreros no participan en la toma de decisiones de las fábricas casi de ninguna forma. Muy pocas fábricas de productos electrónicos consultan con sus trabajadores aspectos de su trabajo y hay pocos comités de higiene y seguridad en las fábricas que tienen representantes laborales. Los gerentes toman medidas drásticas en contra de cualquier muestra de solidaridad entre los obreros. Una fábrica que ensambla monitores tiene esta regla: despedir a obreros y obreras que se reúnen ilegalmente y perturban la producción. La ausencia de sindicatos efectivos y de otras acciones colectivas se refleja en el bajo nivel de conciencia que obreros y obreras tienen sobre sus derechos según las leyes chinas. En una fábrica que produce teclados ninguna de las obreras entrevistadas conocía las leyes laborales de China.

La investigación de CAFOD en China fue realizada por el Hong Kong Christian Industrial Committee (HKCIC), que lleva a cabo actividades de educación y cabildeo sobre los derechos de los obreros y las obreras, y promueve el movimiento sindical independiente. No es fácil para las ONG obtener acceso a las fábricas de productos electrónicos en China, y es especialmente difícil sostener conversaciones abiertas y francas con las obreras.

EQUILIBRAR LA BALANZA,
LIMPIAR LA COMPUTADORA

Hace falta voluntad política, tanto a nivel internacional como a nivel nacional, para que todo esto cambie. Las empresas no están comprometidas con los derechos laborales y se rehúsan a intervenir en las operaciones de las cadenas de suministro que les permiten reducir costos. Esta realidad se combina con la falta de conciencia entre los consumidores del Norte y, fundamentalmente, con el debilitamiento de la habilidad de las obreras y obreros del Sur para hablar por sí mismos y reclamar mejores condiciones laborales.

La estrategia de subcontratar a países con bajos salarios no es intrínsecamente mala para los trabajadores. Pero la balanza de distribución de los beneficios está demasiado inclinada en favor de las empresas y de los consumidores del Norte. Debemos equilibrar esta balanza en favor de los más pobres. Debemos limpiar nuestras computadoras.


CAFOD (Catholic Agency for Overseas Development) es una de las principales organizaciones de solidaridad británicas.


Lucha en contra de la pobreza en el Tercer Mundo desde 1962. Es la rama inglesa y galesa de Caritas Internationalis, red mundial de organizaciones católicas de ayuda y desarrollo. Trabaja con contrapartes y con mil programas en todo el mundo.


ESTE INFORME FUE REDACTADO POR CATHERINE ASTILL Y MATTHEW GRIFFITH Y FUE EDITADO POR MARA STANKOVITCH. EDICIÓN-RESUMEN DE ENVÍO.

WWW.CAFOD.ORG.UK

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