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Universidad Centroamericana - UCA  
  Número 269 | Agosto 2004

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Nicaragua

Sin salir del laberinto

El laberinto de Nicaragua es político, es económico, es social, es cultural, es religioso. Están interconectados todos los vericuetos y todos los desafíos. Se sale de uno para entrar en otro. Se supera alguno y se presenta otro. Una pista de salida es aceptar que no hay soluciones de corto plazo.

Equipo Nitlápan-Envío

Cumplida ya la mitad de su período de gobierno, Enrique Bolaños “ya es historia” en opinión de algunos analistas. Y aunque se siente que el Presidente ve aún su vaso medio lleno y no medio vacío, todo en el país político está en función de quien le sucederá y a qué rumbo apostará el sucesor. Estrecho es el margen de maniobra para quienquiera que sea éste, tan estrecho como grande la ambición de quienes se disputan esa sucesión.

LOS MUERTOS Y EL OLVIDO

La celebración-convención partidaria del aniversario 111 de la revolución liberal de Zelaya, el 11 de julio, transcurrió sin ninguna sorpresa y bajo la conducción a distancia de Arnoldo Alemán, quien desde el 18 de junio permanece en una cómoda sala del Hospital Militar por causa de las “complicaciones” de una cirugía menor en dos dedos de su mano derecha. Alemán recibe más de 20 visitas diarias. Dirigentes de su partido y también altos funcionarios del actual gobierno departen con él sobre el laberinto de la política nacional.

¿Hasta cuándo? La opinión pública nicaragüense se ha ido acostumbrando ya, impotente, a los insólitos privilegios que jueces y funcionarios le conceden a este reo. La celebración del 25 aniversario de la revolución, el 19 de julio, tampoco trajo muchas sorpresas. En la mañana, una misa en la catedral de Managua -concelebrada por dos docenas de sacerdotes, presidida por el Cardenal Obando y a la que asistió el Nuncio de Su Santidad- selló simbólicamente la “reconciliación” entre Daniel Ortega y su grupo con la jerarquía de la Iglesia Católica. La catedral no estuvo llena y la liturgia resultó rutinaria. Una notable incoherencia -¿o un olvido en el guión?- fue que, aunque la misa se solicitó y se anunció para orar por los muertos en las guerras recientes, ni en el tono de la celebración ni en la oración de los fieles ni siquiera en el memento de difuntos -que tocó leer al Nuncio- se mencionó a esos muertos, ni por sus innumerables nombres ni siquiera en conjunto. Sólo hubo una alusión formal al inicio de la esperada homilía del Cardenal Obando, que propuso este día una especie de purificación de la memoria y olvidar todo lo sucedido, pero sin negar que haya ocurrido, abogando por nunca pugnas irreconciliables sino soluciones patrióticas.

Horas después fue la celebración sandinista en la plaza. La batuta del larguísimo acto -seis horas- la llevó todo el tiempo Rosario Murillo -en representación de sí misma-. Sin abandonar un momento el “escenario de pareja” que diseñó para acompañar a Daniel Ortega -pasarela incluida para que él desfilara-, Murillo impuso su estética de flores y colores sobre el rojinegro histórico, en un espectáculo más pensado para la televisión -el FSLN pagó a los canales de TV para hacer cadena nacional- que para la gente que abarrotaba la plaza, poco atenta a los números que presentaba en la tarima la maestra de ceremonias. Se calcularon más de 100 mil personas. Hubo exceso de alcohol entre la asistencia. Ninguno de los grandes invitados semianunciados -Lula, Martín Torrijos, Chávez, hasta Fidel- llegó a la fiesta.

EL PERDÓN Y EL CÁLCULO

En su discurso de casi dos horas Daniel Ortega dejó en alguna banca de la Catedral su voluntad de “reconciliación” -que limita al “perdón” que ha pedido ante las cámaras al Cardenal Obando y al padre Carballo- para hacer una aburridora interpretación de lo ocurrido en los años 80 y 90, sin ninguna referencia “reconciliada” a los muchos sandinistas -incluso dirigentes históricos- que a lo largo de estos años abandonaron las filas del FSLN por justificadas y poderosas razones éticas y políticas o fueron apartados, rechazados y desprestigiados por el círculo de hierro que controla ese partido cuando cuestionaron la actual conducción del FSLN.

No queda duda alguna: el “perdón” exhibido por Daniel Ortega y su grupo tiene el sentido de una apuesta electoral. Abundan las especulaciones sobre el sentido exacto que pueda tener el “perdón” concedido por la jerarquía católica. Llama mucho la atención que estos perdones se pidan y ofrezcan en un momento de notorias tensiones de la jerarquía católica con el Presidente Bolaños y su equipo y cuando las bazas a favor de una liberación definitiva del reo Alemán parecen cada vez más limitadas. De la intercesión cardenalicia por el reo han hablado con esperanza dirigentes liberales y de la posibilidad de que la iglesia católica medie por el reo habló el obispo auxiliar de Managua, Jorge Solórzano.

LOS DELITOS Y LOS PECADOS

La necesidad que tienen tantos nicaragüenses de sepultar en el olvido la historia como mecanismo de sobrevivencia le permite a Ortega vender su “estrategia religiosa” como algo positivo y convincente. Mucha gente así lo cree. “Dios siempre perdona y es bonito ver a alguien que se arrepiente”, “Todos debemos llevarnos bien con Dios para que el país camine”, “Hay que acabar con los rencores, eso es lo que quiere Nuestro Señor.” El cálculo de Ortega es que estas percepciones se traducirán en sermones favorables en los púlpitos parroquiales y después en votos y le allanarán el camino para una victoria electoral en las próximas elecciones presidenciales.

Lo más perverso de esta estrategia de perdón y olvido en el nombre de Dios -es similar a la propuesta por políticos y eclesiásticos para borrar los gravísimos actos de corrupción de Alemán y de sus funcionarios, y pretende aplicarse a los delitos sexuales que empezarían a ser “pecados de lujuria”-, es que busca transmutar delitos en pecados, para que reciban el perdón de Dios a través de quienes ostentan su representación: obispos y sacerdotes. La arcaica idea de Dios que prevalece en la mente de una mayoría de nicaragüenses permite vender como espiritual esta alquimia, que no es más que una vía para, tomando el nombre de Dios en vano, fomentar la impunidad y aumentar la tolerancia social con los delincuentes.

Si desde un punto de vista ciudadano hay en el plan “electoral-religioso” de Ortega un serio atentado contra el ideal del Estado laico y una lamentable manera de reforzar la cultura política tradicional que impide la forja de ciudadanía, y si desde el punto de vista cristiano todo esto roza con el sacrilegio, desde un punto de vista político es muy discutible que la nueva alianza de Ortega con la jerarquía católica convenza al gobierno de Estados Unidos, a los varios sectores antisandinistas nacionales y a los muchos que dentro del FSLN se oponen al danielismo. Imposible que no hiera los sentimientos de la numerosa población evangélica del país.

LA PINZA Y LA TERCERA VÍA

Pero todos respetan y reverencian el poder del Cardenal Obando. Y por eso Daniel Ortega está exultante. Las encuestas favorecen al FSLN en las elecciones municipales. Desde esta posición, Ortega mantiene a la expectativa a arnoldistas y a bolañistas: ¿reanudará su alianza táctica con Bolaños o negociará con Alemán, con quien coincide plenamente en el objetivo estratégico de impedir la prolongación del bolañismo con Eduardo Montealegre? La clase política no para de especular.
Pero Daniel Ortega está también preocupado. Las mismas encuestas no favorecen su candidatura presidencial, sino la de Herty Lewites, colocando incluso al alcalde sandinista de Managua por encima de Montealegre y de todos los pre-candidatos que hoy pululan en el escenario político.
Para despejar especulaciones e incógnitas, habrá que esperar los resultados de las elecciones municipales. La pinza pre-electoral del FSLN está lista. Consiste en mantener divididos a los liberales por causa del destino final de Alemán. Y en estrechar la relación con la Iglesia Católica manipulando con toda la frecuencia que se pueda símbolos cristianos: perdón, amor, conversión, reconciliación. El “poder del amor” disfrazará el “amor al poder”. Se le suma como ventaja al FSLN la crisis financiera que aqueja al PLC y que sus dirigentes aceptan abiertamente, reconociendo que el estar fuera del gobierno y las sombras que arroja sobre todos sus candidatos la lucha anticorrupción les ha restado credibilidad, recursos y donantes para su campaña electoral.

El FSLN no tiene tampoco unas finanzas boyantes. Y PLC y FSLN tienen ahora enfrente una tercera vía nacida en el seno del bolañismo -la Alianza por la República, la APRE-, que sí cuenta con recursos, los del capital nacional. La pregunta clave para las próximas elecciones municipales de noviembre es si los resultados mostrarán la persistente polarización PLC-FSLN o si la aparición en la escena de la APRE abrirá espacios a una tercera vía para las presidenciales. Tanto Ortega como Alemán desestiman la capacidad de la naciente alternativa roja-verde-azul. Alemán la llamó engendro de seniles imaginaciones. Ortega ni la menciona.

EL PROCURADOR Y LA BANDERA

El control del FSLN en el Poder Judicial -importantísima ventaja en la que tal vez no había reparado suficientemente este partido hasta ahora, cuando la teatralidad del Estado de Derecho domina el escenario de nuestra democracia- podría darle a la pinza de la estrategia sandinista un engrasamiento especial en los próximos meses.

En la lucha contra la corrupción podríamos asistir a un nuevo impulso. El 28 de julio, sorpresivamente, el Presidente Bolaños nombró como Procurador General de la República al penalista Alberto Novoa, a quien separó, también sorpresivamente, hace dos años de su cargo de Procurador Especial en dos casos contra Alemán y Jerez (Canal 6 y “Camionetazos”), cuando Novoa comenzó a hablar de los delitos de corrupción en que podrían haber incurrido eclesiásticos y sus allegados al importar masivamente y libres de impuestos vehículos de lujo a través de COPROSA, institución de la arquidiócesis de Managua.

De regreso en la Procuraduría y ahora en el máximo cargo, Novoa pondrá a prueba la profesionalidad y honestidad que todos le reconocieron en su estreno como funcionario justiciero. Todo parece indicar que llega al cargo sin padrino y con ganas de trabajar y marcar una diferencia. Bolaños lo necesita para que levante la bandera que le ha dado tanto prestigio internacional y que nacionalmente andaba pateada por los suelos desde hace meses, tras consecutivas pruebas de expedientes intocables, como señal de la rendición de su gobierno ante la impunidad.

Bolaños puede también necesitar a Novoa para que, reabriendo casos dormidos o cerrados ya, contar con mecanismos de presión sobre diputados liberales arnoldistas que representan votos que el Presidente necesita para la aprobación de ese sinfín de leyes que forman parte de su proyecto y que no logran avanzar en la Asamblea.

LOS RECURSOS Y LOS CASOS

La beligerancia de Novoa podría tener también una consecuencia -no buscada por él- en una nueva beligerancia anticorrupción en determinados casos importantes políticamente en manos de jueces que obedecen las directrices de Ortega. Al llegar a su cargo, Novoa declaró estar claro de sus límites porque el Poder Judicial no era independiente y permanecía atrapado por intereses partidarios. Sin embargo, el FSLN podría ordenar ahora a sus jueces “apegarse a la ley”. Reabrir casos le permitiría renegociarlos y obtener con ello recursos para sus campañas. Es una opinión que se generaliza. Tiene sustento. Si no, ¿cómo explicar, sin el “factor recursos”, los sobreseimientos definitivos, las libertades bajo fianza, los insólitos privilegios y el sistema penitenciario “a domicilio” del que gozan hoy varios de los protagonistas de los mayores casos de corrupción en el país?

El poco interés de los dos partidos mayoritarios en reformar la Ley Electoral en todo lo concerniente al financiamiento a los partidos, una de las áreas más débiles en la Ley que construyeron ambos en el pacto del 2000, aun cuando el tema de los delitos electorales -que toca directamente ese financiamiento- sigue vigente y es aireado una y otra vez como arma política, tanto por el PLC como el FSLN, es una señal clarísima de que mantener “en la sombra” el tema de los recursos con que se financian las campañas resulta estratégico para todos los grupos en pugna por el poder.

LAS CAUSAS Y LOS CAUSANTES

Unos días antes de la celebración del 19 de Julio, Alemán y Ortega llegaron por fin a un acuerdo para llenar las 16 vacantes de Magistrados de Apelaciones y se las repartieron, como se esperaba, mitad y mitad. Entre las ascendidas a Magistradas, el FSLN colocó, como se esperaba, a la jueza Juana Méndez. Del Juzgado Primero de Distrito del Crimen de Managua -donde durante dos años llevó los casos de Alemán y de Jerez- subió a Magistrada del Tribunal de Apelaciones de Managua. La sustituyó David Rojas, también vinculado a las estructuras que controlan el FSLN.

En las últimas horas de ocupar sus cargos, dos de las juezas sandinistas ascendidas quisieron dejar claro el poder que tiene el FSLN para mantener vivos o para cerrar casos sensibles política... y económicamente. Méndez sobreseyó definitivamente a Jorge Solís, ex-director de ENITEL durante el gobierno Alemán, en el caso de “la Guaca” -Solís estaba prófugo de la justicia y regresó inmediatamente al país reiterando su lealtad a Alemán-. También sobreseyó Méndez al ex-director de Ingresos Byron Jerez en una de las varias causas que enfrenta, no desde la cárcel sino desde su casa en Managua y desde su mansión en la playa, lugares a donde esta jueza le autorizó a permanecer indefinidamente por “problemas gástricos”.

Otra jueza sandinista ascendida sobreseyó al diputado arnoldista Eduardo Mena por un escandaloso caso de corrupción en los polos de desarrollo del IDR. Y otra más sentenció a un año de cárcel al comandante sandinista Henry Ruiz y a los otros ocho directivos de la FACS, quienes denunciaron hace meses las irregularidades y la corrupción practicada por el danielista Edwin Zablah en esa ONG.

LOS BANCOS Y LAS TRANSPARENCIAS

Esta grosera exhibición de poder judicial que hizo el FSLN para celebrar el 25 aniversario de la revolución se expresó nuevamente el 20 de julio, en una sentencia que conmovió al país -o tal vez, sólo a quienes conservan la doble capacidad de informarse y de conmoverse con la información-. La Sala Civil de la Corte Suprema de Justicia, en una decisión inapelable, ordenó al Estado devolver a Álvaro Robelo todos los activos y pasivos -¿unos 20-30 millones de dólares?- del BECA, banco que este oscuro personaje político-financiero, aparecido en Nicaragua al final del gobierno de doña Violeta y vinculado al FSLN- fundó en 1994 y fue intervenido y liquidado por malos manejos en 1996.

El caso BECA dio nueva relevancia a la nada transparente historia de la quiebra, en los últimos cuatro años, de cinco de los bancos del país. La emisión de bonos CENI a altísimos intereses destinados a paliar estas quiebras fraudulentas es uno de los orígenes de la deuda interna de unos 1 mil millones y medio de dólares que hoy agobia al gobierno, desangra al país y engorda a los banqueros.

Tras la sentencia que le favorece, Robelo reclamó todo su dinero, denunciando como hampones y pandilleros huelepega a los funcionarios del gobierno Chamorro y del actual gobierno que intervinieron su banco. El Presidente Bolaños, desconcertado, advirtió que no acataría la sentencia, la calificó de asalto al sistema financiero, para después amenazar con que el pago a Robelo sólo podría salir de cargar más impuestos a la población.

¿Negociarán esta sentencia ambas partes? ¿O irá a engrosar la lista de los casos que arreglan entre sí los grupos de poder en disputa por los escasos recursos nacionales después de hacer un gran escándalo en los medios? ¿Será esta sentencia otra de esas balas trazadoras que periódicamente atraviesan los cielos políticos criollos para que un grupo advierta a los otros del arsenal con el que cuenta?

La Coordinadora Civil, que viene advirtiendo sobre el ocultamiento que ha hecho el gobierno de más de 1 mil millones de córdobas en lo referente a sus ingresos por recaudación de impuestos en el presupuesto nacional de 2004, para destinar lo ocultado en el cálculo al pago de deuda interna a los banqueros, exigió al gobierno una negociación transparente en este caso, reclamándole que no se traduzca en un incremento de impuestos a la población y recordando a la opinión pública el escándalo que significa que tres gobiernos consecutivos hayan exonerado a los bancos del pago de impuestos, que la mayoría de los grandes contribuyentes del país continúen evadiendo el pago del impuesto sobre la renta alegando estar en bancarrota, y que a pesar de todo esto, el gobierno siga ufanándose ante la comunidad internacional -que lo aplaude- por su total transparencia.

LAS PENSIONES Y LOS AGUJEROS NEGROS

Si el BECA y Álvaro Robelo yacían olvidados en uno de los rincones del laberinto nacional y el caso no hizo tanto ruido, el caso que siguió sí provocó un ruidaje estruendoso. El 21 de julio el Ministro de Hacienda Eduardo Montiel anunció oficialmente que se suspendía el inicio del nuevo sistema de pensiones congelando -¿por cuánto tiempo?- la entrada en vigencia de tres administradoras de fondos de pensiones (AFP), que ya iban a comenzar a operar, en cumplimiento de la ley que reformó la seguridad social, privatizándola para los trabajadores menores de 43 años.

Montiel reconoció con valor y humildad -dato positivo en un Ejecutivo con funcionarios a menudo muy arrogantes- el gravísimo error: el sistema establecido en la ley es inviable en Nicaragua por el estado de quiebra técnica en la que se encuentra el Seguro Social. De implementarse, se incrementaría de forma inmanejable el déficit fiscal.
Así, en sólo unas horas se vino abajo todo el andamiaje legal, institucional y propagandístico impuesto desde hace años por los organismos internacionales -costosísimo en asesores y consultores- y aceptado acríticamente por el gobierno Alemán y el de Bolaños, a pesar de todos los sustentados cuestionamientos y advertencias que venían haciendo expertos en el tema.

Uno de los más recientes responsables de este fiasco, el ex-Ministro de Hacienda Eduardo Montealegre no dijo una sola palabra. ¿Y la Superintendencia de Pensiones, esa costosísima institución, creada para implementar la ley inviable? Se trata de un fracaso anunciado. De una vergüenza inocultable, mezcla de irreflexión y cortoplacismo. ¿Una lección aprendida? ¿Cómo salir ahora de este laberinto legal y social, cómo “desfacer este entuerto”? Sería lamentable que prevaleciera la falta de reflexión y el inveterado cortoplacismo.
Aunque la profundidad de estos agujeros negros de la economía nacional sea mayúscula, como a diario se demuestra, en un país como Nicaragua resulta imposible que la mayoría de la población -con escasa escolaridad, confusa información, permanente manipulación de sus dirigentes políticos y problemas para comer diariamente- reclame organizadamente por ellos. “Como país y como población, somos el sueño de cualquier estafador”: es una confesión que se lee en un realista informe de un organismo nacional.

EL LABERINTO Y LOS HILOS

La política y la economía nacional -el futuro nacional- permanecen entrampadas en un laberinto. Pasan los meses y el laberinto no cambia en lo fundamental, aunque cada día trae un nuevo vericueto, senderos más intrincados, siempre tortuosos recovecos. Todo laberinto, ya lo aprendimos en los mitos y en los sueños que soñamos en las noches y que reflejan esos mitos, son siempre pasajes difíciles de recorrer, confusos, llenos de trampas, donde el riesgo permanente es la desesperación de no dar con la salida. Las salidas a nuestro laberinto las hallaremos sólo con apuestas de largo plazo. En el corto plazo no parece haber salidas. Tomar conciencia de esto produce miedo, deseos de huir. También apatía y cansancio.

Tal vez hay algunos hilos que, al menos, pueden ayudarnos a imaginar por dónde pueden venir algunas salidas en el largo plazo, nos ayuden a que esta toma de conciencia genere también paciencia. Son hilos que hace más firmes la perseverancia y la memoria. La memoria, que educa. Y la perseverancia, con la que se educa. Son prolongados procesos educativos que desarrollen el conocimiento, el pensamiento, la autonomía y la creatividad de la gente los que nos permitirán hallar salidas.

Y la realidad, que también educa, que fuerza el cambio y acelera el ritmo de búsqueda en el laberinto. Nicaragua ha dejado de ser el país que era hasta hace muy poco. Aquel país de agroexportadores, con apellidos y familias fácilmente identificables por sus vinculaciones a la ganadería, al café o al algodón, es ya historia. Finanzas, representación de franquicias americanas -que llegarán en avalancha con el TLC-, la maquila textil: las fortunas tienen ya otros ejes de reproducción. Y por tanto, generan otra ideología, otros estilos. ¿Mejores, peores? ¿Cuáles? El recambio generacional ya está en marcha. Y las generaciones más jóvenes van a ir desechando mucho de la cultura política tradicional.

Otra realidad que contiene semillas de cambio es la migración masiva. Para quienes se van y para quienes se quedan y reciben periódicamente a quienes se fueron. Con la exposición a otro mundo, a otras culturas políticas y organizacionales, con las remesas, con las inversiones de los nicas de allá en la Nicaragua de acá, se están cocinando cambios en la cultura política que hoy nos entrampa.

LAS MUJERES Y SUS HILOS

Otro hilo está en manos de las mujeres. De muchas mujeres del campo y de la ciudad que, paso a paso, descubren en el laberinto de sus conciencias, forjadas en el sistema patriarcal, pistas para salir de él. Y están saliendo. No sin dolor, no sin las consecuencias del desconcierto que esto produce en muchos hombres, que se encuentran hoy sin identidad, sin control, sin saber cómo tratar a mujeres más autónomas y maduras y sólo saben responder con crueldad y violencia y golpean, violan y matan. A diario sabemos de estas tragedias, que no sólo explica la crisis económica, también -y mucho- los cambios culturales.
Será difícil salir. Pero hay hilos en manos de las mujeres. Descubrimientos, exploraciones, contrastes, contradicciones, silencios rotos, nuevas palabras, violencias enfrentadas: algo se mueve en el territorio del género. Para salir de sus laberintos Nicaragua tiene en la nueva conciencia de la mitad de su población un hilo de oro. Habrá salidas. Queremos creer que es cuestión de perseverancia y de tiempo.

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