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Universidad Centroamericana - UCA  
  Número 238 | Enero 2002

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Nicaragua

Inicia la Nueva Era: entre checazos y cheques en blanco

El gobierno está ante una oportunidad y ante un reto en el caso de "los checazos" y en el caso de "el hombre de los checazos". La intervención de Estados Unidos se los ha brindado. Y la sociedad está ante una oportunidad y ante un reto: mantener las expectativas, confiar, pero no otorgar cheques en blanco.

Equipo Envío

Nicaragua ha entrado en una Nueva Era. Lo reitera el discurso del Presidente Enrique Bolaños. Cada día, él y sus ministros tratan de ofrecer alguna señal en esa dirección. Señales que son principio y símbolo, en palabras del nuevo gobernante. La tónica de los gobernados es la expectación, a veces principio y símbolo de algo más profundo: la esperanza. Pero el pacto sigue ahí. Y como se temía, Alemán dejó la Presidencia del Ejecutivo pero no el poder. Busca ejercerlo ahora desde la Presidencia del Poder Legislativo.

Cada día se mueven alfiles y caballos en el tablero de un ajedrez a tres bandas: el gobierno bicéfalo Bolaños-Alemán y el FSLN. La estrategia de Alemán es la más clara. La de Bolaños trata de aclararse. Hasta el momento, el FSLN y Ortega sólo muestran tácticas. La comunidad internacional, con el gobierno de Estados Unidos a la cabeza, vieron tan frágil y riesgoso el juego que decidieron muy pronto entrar en él calculando jaques. ¿Jaque mate?

"Único premio que anhelo"

Enrique Bolaños inició su mandato el 10 de enero anunciando oficialmente la Nueva Era y prometiendo, sin deponer mis ideales liberales y mis creencias cristianas, arroparse en la divisa azul y blanca de la patria que cobija a todos los nicaragüenses. Un anuncio necesario para una sociedad cada vez más plural: debe administrar un Estado no partidista y también laico.

Prometió también romper con una historia y tradición que calificó como plagada de grandes vicios, todos ellos igualmente condenables. Y como en el mejor de sus discursos de campaña, volvió a identificar tres de los vicios que debemos vencer: la corrupción, la perversión en el uso del poder y el caudillismo. Tras esta reiteración, una concepción implícita en su visión económica empresarial y elitista: el empobrecimiento del país derivaría sólo de esos vicios. Y otra promesa final: Yo les prometo que en Nicaragua, juntos, sí se puede. Si así fuere, el único premio que anhelo es el honor de ser recordado como el mejor Presidente de la historia de Nicaragua, recordado como un estadista y no tanto como un político. Abuelo experimentado, recto y firme -ésa es la imagen que proyecta Bola-ños-, el nuevo Presidente selló su discurso revelando el último anhelo de su vida.

La toma de posesión fue sobria. Ningún dirigente del FSLN -a excepción de René Núñez, electo el día antes para la Junta Directiva de la Asamblea- asistió al acto. Se temió que miles de liberales arnoldistas, que llevaron banderas y gorras rojas, buscarían formas de deslucir el acto.

Bolaños: primera jugada

"Bolaños no debe olvidar que fue el PLC quien lo propuso y lo respaldó, quien lo llevó a la Presidencia". Éste es el mensaje que ya antes de dejar el gobierno empezó a repetir Arnoldo Alemán. Un mes después de iniciar Bolaños su gestión, el mensaje se ha convertido en consigna de los liberales arnoldistas en los medios escritos y hablados que controlan y que ya están "en la oposición".

El voto popular diferenció intuitivamente entre el liberalismo de Alemán y el de Bolaños. Tras el triunfo electoral de Bolaños, la primera jugada sería la selección del gabinete. ¿Seleccionaría libremente Bolaños a sus ministros o Alemán metería sus manos? El 3 de diciembre Bolaños anunció los 17 miembros de su gabinete. Y aunque entre ellos y ellas, hay algunos que formaron parte del gobierno y del gabinete de Alemán, ninguno es arnoldista y muchos de ellos se destacaron en su momento por distanciarse de la corrupción que durante cinco años institucionalizó Alemán.

Casi todos los elegidos trabajaron con Bolaños en su campaña electoral. Todas las selecciones se basaron -a excepción de la nominación "política" de Pedro Solórzano para el Ministerio de Transporte- en una trayectoria pública de honestidad, eficiencia y experiencia profesional y gubernamental. Es casi nula la experiencia política de casi todos, tecnócratas del sector empresarial privado que comparten una visión racional y nacional distanciada de la cultura de los compadrazgos políticos.

Con la selección del gabinete inició su juego Bolaños. Fue su primer acto de independencia ante Alemán. Así lo había anunciado. La firmeza con que lo cumplió llevó a los diputados arnoldistas -con mayoría en el Parlamento- a plantear la posibilidad de impulsar una iniciativa de ley que establecería como facultad del Legislativo ratificar a los miembros del gabinete que nombra el Ejecutivo. No tuvieron ni tiempo ni espacio para hacerla realidad.

Capricho y necesidad

El pacto Ortega-Alemán que diseñó las pasadas elecciones ha dejado una maraña de nombramientos, corrupción y complicidades que Enrique Bolaños ha heredado y que con muchas dificultades podrá enfrentar. Más allá de beneficios personales inconfesables, el pacto resultó un fracaso para el FSLN y dejó en ridículo al FSLN y a Daniel Ortega. Para Alemán fue un completo éxito. Sigue en el centro de su estrategia la reelección, y no sólo por un capricho de su ego, engordado por el poder. Se trata de una "necesidad corporativa" del grupo de poder político-económico que viene conformando en total impunidad desde que llegó en 1990 a la Alcaldía de Managua. Ese grupo de poder tiene serias contradicciones con el grupo empresarial tradicional que respalda a Bolaños y mantiene afinidades con los grupos económicos del FSLN.

Alemán: primera jugada

En el pacto, el FSLN no le dio a Alemán la posibilidad de la reelección consecutiva, pero sí le regaló una diputación. La historia nunca absolverá al FSLN por esta concesión, la más visible amenaza en el estreno de la Nueva Era. Antes aún de que Enrique Bolaños fuera electo por el voto popular, Alemán comenzó a anunciar que no sólo sería diputado sino que llegaría a ser Presidente de la Asamblea Nacional. Dicho y hecho. Controlando férreamente el partido, habiendo seleccionado personalmente a todos los diputados del PLC y habiendo conseguido en las urnas que esos diputados hagan mayoría en el Legislativo, Arnoldo Alemán ocupa desde el 17 de enero la Presidencia del Legislativo, tal como lo había calculado, desafiando desde su nuevo cargo a todo el país.

En el camino se evidenciaron sus ya conocidos métodos políticos. Durante semanas, la opinión pública y quienes la fabrican a través de los medios trataron de disuadir a Alemán. Advirtieron, alertaron, argumentaron, lo descalificaron, lo conminaron, lo emplazaron. Nada valió de nada. La misma ordinariez que caracterizó su gobierno lo acompañó al salir de él. Llamando cucarachas de albañal a los liberales que cuestionaban su candidatura -especialmente a Augusto Navarro, hoy Ministro de Agricultura- y oligarca a Bolaños por la misma razón, y desconociendo todas las otras voces, Alemán se impuso en la Presidencia de la Asamblea Nacional, augurándose que su estilo atropellante y autoritario se prolongará en el quehacer diario del Legislativo.

La breve marcha hacia otra trinchera de poder

La breve marcha de Alemán hacia la Presidencia de la Asamblea fue característica de sus métodos. La inició con anuncios públicos y advertencias privadas. Siguió después la jugarreta legal: orientó a los diputados del PLC -mayoría en la Asamblea- que escogieran el 9 de enero -cuando Alemán, por ser Presidente de la República, no podía aún ser elegido- a otro liberal: Oscar Moncada. Éste debía renunciar a los pocos días para dar paso a la elección de Alemán. Dijo Moncada: Yo hago lo que me digan.

Días antes del 9 de enero, cuando los obedientes diputados debían seguir estas orientaciones, surgió entre los 52 diputados del PLC un aspirante a la Presidencia de la Asamblea que desafió a Alemán y a la dictadura que declaró existía en el PLC: nada menos que Jaime Cuadra, fundador del PLC y viejo liberal de larga trayectoria y respaldo popular en Matagalpa. El FSLN expresó su respaldo a Cuadra. Bolaños también lo hizo. Alemán orquestó entonces la ceremonia de la coacción: reuniones, ofertas, avisos... La dirección del partido lo ratificó como único candidato a la dirección del Legislativo, 50 diputados del PLC se vieron forzados a firmar un documento respaldándolo, y Cuadra empezó a ser amenazado públicamente.

René Herrera, hábil maquinador de las estrategias políticas de Alemán y hoy primer secretario de la Asamblea Legislativa, develó el por qué del respaldo incondicional a Alemán: No es porque seamos cautivos de lo que llaman sus caprichos. Es sencillamente porque entendemos la historia y sabemos bien que un gobierno sin partido es extraordinariamente vulnerable, y que cuando un liderazgo político nacional no se ha agotado es estúpido sacrificarlo por las simples expresiones de intereses hábilmente manejados en los medios de opinión. Quedó claro: quienes controlan el PLC saben cuán vulnerable es Bolaños y, llegado el caso, saben cuánto más puede debilitarlo "un liderazgo no agotado".

Bancada Azul y Blanco: nuevos jugadores

El resultado del valiente aunque fallido desafío de Cuadra fue limitado: obtuvo cuatro votos liberales más los 38 votos sandinistas en su primer intento frente a Moncada y sólo cinco votos liberales en el segundo ante Alemán, sesión en la que estuvieron ausentes los sandinistas. "Entendimiento tácito con Alemán", dijeron los liberales que respaldaban a Cuadra.

El resultado más concreto de la audacia de Cuadra fue la creación, el 23 de enero, de una nueva bancada de diputados liberales, que tomando clara distancia de los arnoldistas se bautizó como Bancada Azul y Blanco. La integran Cuadra y tres dirigentes liberales del PLC de Carazo y Matagalpa (Augusto Valle, Miguel López Baldizón y Alfredo Gómez) más Jorge Matamoros, único diputado conservador que llegó a la Asamblea. ¿Qué fichas moverá esta bancada en el tablero, en qué ocasiones, con qué consecuencias?

Las críticas, descalificaciones, ultimátums e inhibiciones partidarias contra los Azul y Blanco se multiplicaron en boca de Alemán y en los medios arnoldistas. Cuadra declaró no tener miedo y definió su identidad: Fui anti-somocista, fui antisandinista y hoy soy antiverticalista.

Protagonismo, inestabilidad

En la estrategia reeleccionista de Arnoldo Alemán desde su nueva trinchera de poder, la Presidencia de la Asamblea, serán básicos tres mecanismos: mantener el protagonismo, fomentar la inestabilidad y promover el populismo. El protagonismo lo tiene asegurado. Cámaras y micrófonos lo seguirán buscando, por la importancia de su nuevo cargo y también por lo mucho que "vende" ese estilo provocador y a menudo soez al que ya acostumbró al periodismo nacional.

Antes de ocupar su escaño y la Presidencia de la Asamblea, Alemán ya anunció nuevas leyes lesivas a la libertad de expresión, fomentando inestabilidad en ese contundente contrapeso de poder que en Nicaragua son hoy los medios masivos de comunicación. Tuvo que echar pie atrás. Después, ya investido, anunció una ley que suprimiría el 19 de julio -triunfo de la revolución- como día feriado, sustituyéndolo por el 14 de abril, día en que el Papa beatificará en Roma a la religiosa católica nica-costarricense Sor María Romero. La iniciativa provocó a los sandinistas y también a los evangélicos. Después, Alemán echó mano de ese cemento antisandinista que lamentablemente convoca a tantos liberales y un grupo de sus diputados alentaron, con presencia y con dinero, la huelga y las protestas callejeras de los casi 300 trabajadores supernumerarios de la Alcaldía de Managua cesanteados por el alcalde sandinista Herty Lewites. Un arreglo dialogado entre Bolaños y Lewites -que parecen querer apostar a un entendimiento novedoso y constructivo- puso fin a la huelga, desactivando tan peligroso foco de inestabilidad en la capital.

Populismo, inestabilidad

Las primeras "jugadas" populistas las empezó a diseñar Alemán al iniciar su nuevo trabajo parlamentario. Lanzó la iniciativa de introducir con carácter de urgencia una nueva Ley de Bono Escolar, por la que las empresas y el Estado estarían obligados a otorgar a todos los trabajadores con hijos en edad escolar una especie de "catorceavo mes", mayor o menor según el número de hijos. La Ley beneficiaría a decenas de miles de familias. También engrosaría el déficit fiscal y el déficit en las empresas privadas. La iniciativa provocó inestabilidad entre los empresarios privados.

A través del ahora diputado y ex-Presidente del Banco Central, Noel Ramírez, propuso cambios en la asignación del 6% del presupuesto a las universidades, provocando a la cúpula del FSLN, que apenas mantiene capacidad de "movilización popular" en las bases universitarias y que tiene en el CNU -receptor hoy del 6%- una fuente de "recursos de lucha".

Calificando como sinvergüenzas a las ONGs, Alemán las amenazó, aún antes de asumir su cargo, con introducir una iniciativa de ley que revisaría su funcionamiento y les exigiría una rendición de cuentas con nuevas disposiciones, para proceder después a una cancelación selectiva de sus personerías jurídicas. El anuncio creó inestabilidad, temor e indignación, especialmente entre las 32 ONGs que integran la Federación de ONGs de Nicaragua, las más sólidas y antiguas del país. Poco después de asumir su cargo Bolaños anunció que se proponía mantener excelentes relaciones con las ONGs.

FSLN: sin el fin y sin los medios

Si la estrategia de Alemán está clara, resulta exitosa y continúa en marcha, el FSLN y Daniel Ortega aparecen carentes de estrategia, relegados a un segundo plano. Tiene que ver con la frustración de una tercera derrota electoral con el mismo candidato. Con que de nuevo y por tercera vez el aparato partidario no estaba preparado para esa derrota.

Tiene que ver con el hecho de que al resolver el dilema central en el actual escenario -seguir negociando con Alemán o respaldar a Bolaños-, más que construir una estrategia el FSLN se esfuma. Si la estrategia con que el FSLN defendió el pacto con Alemán -el fin justifica los medios: volver al poder justifica el pacto-, la realidad postelectoral no ha cesado de demostrar que el FSLN perdió el fin, quizá para siempre, y que los medios que empleó se han vuelto totalmente contra el futuro del partido.

Un manojo de tácticas

Después de los adversos resultados electorales, Daniel Ortega exigió una urgente auditoría electoral para aclarar las irregularidades del proceso. Nadie hizo eco a su solicitud. El FSLN reclamó dos diputaciones en Boaco y Bluefields y Ortega y la Convergencia anunciaron una resistencia pacífica con movilizaciones masivas en defensa de ese par de escaños. Nadie salió a ninguna calle.

Los tres magistrados sandinistas del Consejo Supremo Electoral (CSE) rompieron el quórum en la sesión de proclamación de los electos. El FSLN anunció que acusaría de prevaricato a los cuatro magistrados liberales del CSE por no atender los reclamos sandinistas. Los magistrados sandinistas se retiraron del acto de entrega de credenciales a los electos, y los aceptaron "bajo protesta". El FSLN presentó un recurso que el Tribunal de Apelaciones admitió. Durante varios días se alentó la zozobra de que los electos no podrían asumir el poder en enero. Por fin, sin ver ningún futuro en este manojo de tácticas, el 10 de diciembre la Corte Suprema decidió -de forma pactada- poner fin a lo que los medios llamaron asonada jurídica- rechazando los recursos de los sandinistas. A la par de la asonada, el FSLN condicionó su respaldo a Bolaños a que éste discutiera con los sandinistas un "plan de nación" antes de la Navidad. No se celebró nunca esa reunión.

Los polvos de la derrota

Todas estas tácticas estuvieron orientadas a reforzar el deteriorado liderazgo de Daniel Ortega, tanto ante sus frustrados votantes como al interior de esa su nueva plataforma que es la Convergencia. Todas buscaban mantenerle el perfil de indispensable factor de poder. Pero la desmoralización producida en las filas del sandinismo por la tercera derrota electoral y la sólida victoria de Bolaños unida a la expectación creada por sus primeros pasos perfilaban otros factores de mayor peso.

Al fallar la asonada jurídica era necesario sondear otras maneras de elevar la imagen de Ortega, sacudiendo de sus hombros los polvos de la derrota. En ese marco hay que inscribir el show político-jurídico montado entre el 12 y el 19 de diciembre, una semana para los anales de la impunidad.

Cerrar el caso Zoilamérica

El 12 de diciembre, sorpresivamente, Ortega se presentó en los juzgados acompañado de su esposa Rosario Murillo y de todos sus hijos para renunciar a su inmunidad en el caso de las acusaciones que por abuso sexual incestuoso mantiene contra él su hija adoptiva Zoilamérica Narváez. Lo hizo en el juzgado en donde se radicó en 1998 esta denuncia y que hoy tiene al frente a Juana Méndez, jueza conocida por su lealtad al FSLN, y cuando sólo quedaban ocho días hábiles de trabajo judicial.

Ortega reafirmó que la acusación era parte de un complot político, se declaró inocente y solicitó en un escrito que presentó a la jueza que declarara de inmediato la prescripción penal de los delitos que se le imputaban. Previendo la importancia que tendría la lucha anticorrupción en el nuevo gobierno, declaró que su actitud era un ejemplo que debían seguir políticos liberales acusados de corrupción y también amparados en su inmunidad.

Era evidente que su objetivo era dar por cerrado el caso -nacional y también internacionalmente- consiguiendo un "papel" que acallara cualquier reclamo o pregunta sobre el tema, que le facilitara dirigir sin "ese problema" la Convergencia y que le garantizara ser reelecto Secretario General del FSLN en el Congreso del partido de mediados de marzo.

Aunque personalidades políticas como el Cardenal Obando y Agustín Jarquín, diputados sandinistas y liberales, alabaron el gesto, la tónica unánime de la opinión pública a través de los medios de comunicación fue de extrañeza por el momento escogido y de abierta sospecha ante un resultado legal "ya amarrado". Así fue. El 19 de diciembre, sin haber escuchado a Zoilamérica y con una celeridad nunca vista que violentó los procedimientos legales, la jueza Méndez sobreseyó definitivamente a Ortega por prescripción.

El 7 de enero, al abrirse los juzgados tras la vacación navideña, Zoilamérica apeló la sentencia. Dada la vigencia del pacto y el frágil tablero en el que se desarrolla la coyuntura política, el Tribunal de Apelaciones, y posteriormente la Corte Suprema de Justicia, podrían volver a usar el caso como ficha de negociación o presión en próximos momentos de tensión.

Zoilamérica: "prescripción no es inocencia"

En ocasión de este "juicio", y después de más de dos años sin dar entrevistas a los medios, Zoilamérica volvió a concederlas. Reiteró su acusación, dijo desconocer las razones por las cuales Ortega había superado su cobardía, y señaló que no cabe prescripción en los delitos que había denunciado, pues éstos constituyeron un proceso reiterado y continuado durante diecinueve años, que inició con abusos deshonestos, continuó con violación sexual y siguió con un acoso sexual que sólo se detuvo el día antes de que ella hiciera la denuncia en marzo 98.

Afirmó que una sentencia de prescripción no significa que Daniel Ortega es inocente y que si él quería cerrar el caso, lo que ella quiere es abrir una investigación para esclarecer la verdad. Dijo que en un proceso transparente contaba con testigos y pruebas para demostrar los delitos por los que acusa a Ortega. Responsabilizó al gobierno de Alemán y a los diputados de la Asamblea Nacional saliente de ser cómplices de Ortega durante años. Y aclaró que cualquier resultado en los tribunales nacionales no detendrá el proceso abierto por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, estando a la espera de que el alto tribunal de la OEA la escuche en marzo en audiencia.

El caso Zoilamérica: "cerrado" por el muro de la impunidad

Respaldada por el denso silencio en que siguieron acompañando a Daniel Ortega dirigentes y militantes del FSLN y de la Convergencia tras la cuestionable sentencia de la jueza Méndez, Rosario Murillo decidió asumir un papel protagónico en esta táctica política con dos extensas comparecencias públicas y con una larga entrevista de prensa en las que, llorosa y agresiva, afirmó estar avergonzada de su hija y orgullosa de ser la compañera de Ortega, a quien describió como un hombre con un expediente sin una mancha.

Paradójicamente, las confusas y alteradas declaraciones de Murillo contribuyeron a extender la sospecha de que Daniel Ortega cometió el delito de incesto, aunque Murillo responsabilizara públicamente por ello a su hija, repitiendo así una pauta que con frecuencia siguen muchas madres que conviven con este delito.

Tras la campaña electoral, en la que el caso estuvo siempre implícitamente omnipresente, durante toda una semana y en vísperas de las familiares fiestas navideñas, la opinión pública nicaragüense se vio de nuevo confrontada y forzada, como en 1998, a reflexionar sobre una problemática que resulta fundamental abordar para lograr la regeneración moral -también el desarrollo- que se promete en la Nueva Era.

Una problemática de la que casi todos temen hablar y sobre la que a todos duele reflexionar. Debemos hacerlo. Más allá del caso de Zoilamérica -cerrado por el muro de la impunidad, abierto en la conciencia social- están los casos de miles de niñas y muchachas que aún son víctimas o ya son sobrevivientes de historias similares.

Estados Unidos: jaque a Byron Jerez

A la par de la pobreza extrema -para combatirla el gobierno tiene ya una estrategia-, el problema central de Nicaragua es la corrupción extrema y la impunidad extrema. Y la extrema impotencia, tanto institucional como social, para enfrentarlas. Bolaños ha prometido una nueva institucionalidad. Y ha ido dando señales, que todavía parecen sólo chispas que pronto devoran las sombras.

No hay mucho tiempo que perder ante el grosor de esas sombras. Por eso, y porque apuestan al modelo económico-institucional de Enrique Bolaños, el 25 de enero, a menos de un mes de estrenar gobierno, Estados Unidos entró en el ajedrez nacional con un jaque. Jaque a Jerez: el gobierno Bush le canceló la visa de entrada en territorio estadounidense al ex-director de la Dirección General de Ingresos y ex-tesorero del PLC, amigo íntimo y primer socio de Arnoldo Alemán, Byron Jerez, por considerar estuvo, está o pretende estar vinculado al lavado de dólares. Sin duda, este jaque fue la noticia más significativa, polémica -y esperanzadora- en el inicio de la Nueva Era.

La seguridad nacional lo exige

La corrupción y la impunidad mafiosas del gobierno saliente -encubierta sostenidamente por quienes controlan el FSLN hasta la hora de la retórica electoral- perjudica los planes hegemónicos de Estados Unidos. A ninguno de los proyectos económicos continentales en marcha en la región-ALCA, Plan Puebla Panamá, TLC- le convienen grupos mafiosos impunes que jueguen desde el gobierno con los dados cargados violentando así las reglas de la competencia económica capitalista. Por otra parte, los planes que para defender su seguridad nacional está imponiendo Bush en todo el mundo en su "guerra contra el terrorismo", tienen muy en cuenta lo permeables que son las mafias económico-políticas a vínculos con grupos armados y con negocios de armas, y lo fácilmente que escapan de control. No se trata de un arranque ético en la potencia del Norte: se trata de su seguridad nacional, que exige que la impunidad y la corrupción no superen ciertos niveles y estén bajo estricto control institucional.

Jerez: el hombre de "los checazos"

Por más que desde Alemán para abajo todos los correligionarios liberales de Jerez y todos los altos cargos de las instituciones del Estado desafiadas por el jaque, intentaron tomar distancia de Jerez pretendiendo hacer creer que se trataba de un "problema personal" o de algún negocio individual en el que Jerez habría estado involucrado en Estados Unidos, enseguida fue quedando claro que la visa le había sido cancelada por lavar en bancos estadounidenses dinero "ensuciado" en Nicaragua cuando era funcionario público y protagonizó actos de corrupción.

La cancelación de la visa tiene que ver con el historial de Jerez y, más en concreto, está vinculada al caso de "los checazos", la cadena de actos de corrupción que mejor se le pudo probar a Jerez en 1999-2000, no gracias a las instituciones -ya dañadas por el pacto- sino gracias a un trabajo ejemplar de periodismo investigativo que encabezó el diario La Prensa y al que contribuyeron los medios nacionales de mayor prestigio y audiencia. Este caso concluyó dejando en vergüenza a las instituciones nacionales. La Contraloría exhibió ambigüedad y en el Poder Judicial se sobreseyó definitivamente a Jerez, a pesar del cúmulo de pruebas.

La presión de la comunidad internacional fue la que forzó a Alemán a destituir a Jerez de su cargo de director de la DGI. Después, aunque tuvo que dejar la tesorería del PLC, mantuvo esencia, presencia y potencia en el partido, en los negocios de Alemán y en el país. En noviembre, tras la victoria de Bolaños, La Prensa reabrió el caso de los checazos con nuevas pruebas, y porque había un nuevo gobierno, planteó reabrirlo judicialmente. La vergüenza creció: era imposible porque el expediente Jerez había "desaparecido" de los juzgados.

Por el hilo se saca la madeja

No hay que ser un gran analista ni tener acceso a información clasificada para entender que por este hilo se llega a la madeja, que el dinero "lavado" al que se refieren los Estados Unidos tiene que ver con este caso tan documentado y probado, uno de los muchos modus operandi organizados por Jerez desde sus cargos para beneficiarse y contribuir a la "acumulación originaria" de ese nuevo grupo de poder económico que en 1990 comenzó a construirse en torno al Alcalde de Managua Arnoldo Alemán, de quien Jerez era ya entonces mano derecha y mano izquierda.

Por eso, tampoco hay que ser un sagaz sabueso político para entender que el hilo de Jerez lleva al muy grueso ovillo de Alemán, y que la cancelación de su visa tiene tanto o más contenido político que contenido jurídico-legal. Es una clara advertencia a Arnoldo Alemán. ¿Para aislarlo? ¿Para que detenga, para que modere, para que renuncie? a su estrategia protagónica, desestabilizadora y populista, expresada desde los primeros momentos del gobierno Bolaños con provocadora ostentación.

La oportuna intervención de Estados Unidos en los inicios de la Nueva Era, dejando claro su mensaje -seguridad es igual a un cierto freno a la corrupción, más que con juicio y cárcel, con sanciones simbólicas- le brinda a Enrique Bolaños y a su nuevo gobierno una importante baza que, si se sabe aprovechar, podría conducir a darle un jaque importante al arnoldismo.

¿Jaque al arnoldismo?

Esta intervención -en un país prácticamente intervenido desde hace años por la comunidad internacional en su economía y en los proyectos de fortalecimiento de todas sus instituciones- desafía a todos los actores políticos y a todas las instituciones del Estado. ¿Cómo van a actuar la Contraloría, la Fiscalía, la Procuraduría, la Policía? ¿Hasta dónde van a llegar? ¿Hasta dónde podrán hacerlo, hasta dónde les dejará hacerlo el pacto? ¿Querrá presionar más a fondo el gobierno de Estados Unidos, uno de los países del Grupo de los Seis, que tantas otras presiones ha protagonizado ya? Resulta una utopía pensar que tantos actores involucrados en este desafío estarán a la altura de la oportunidad y jugarán buscando darle jaque a Alemán y al arnoldismo.

Trámite de urgencia contra la corrupción

Pocos días después de que con esta noticia-bomba se abrieran en el país tantos dilemas para tanta gente, en un gesto político sin precedentes, portando su banda presidencial, Enrique Bolaños se presentó en el Poder Legislativo para presentarle a los diputados recién electos su agenda legislativa, solicitando para cinco de las casi 30 leyes que presentó trámite de urgencia. Son las leyes con que los organismos financieros internacionales están condicionando políticamente al gobierno -otras condiciones tienen que ver con el déficit fiscal y otros indicadores macroeconómicos- para firmar este año el acuerdo de ajuste estructural que facilitará al país fondos para proyectos sociales y la condonación del 80% de su impagable deuda externa.

Tres de esas cinco leyes están estrechamente vinculadas con la lucha contra la corrupción que Bolaños ha prometido será sello de su gobierno: la Ley de Servicio Civil -que garantizará estabilidad a los funcionarios públicos según su eficiencia y capacidad y no por criterios partidarios-, la Ley de Probidad de los Servidores Públicos, y especialmente la Ley de Reforma y Adiciones al Código Penal, que tipificará delitos aún no tipificados en la rezagada legislación nicaragüense, rezago que ha servido durante estos cinco años de excusa para evadir investigaciones, sancionar y hacer justicia.

Una imagen para la historia

Deberán tipificarse el enriquecimiento ilícito, el tráfico de influencias, el fraude, el encubrimiento y el soborno internacional y deberán reformarse las también obsoletas figuras con las que están actualmente tipificados la malversación de caudales públicos, el cohecho, el peculado y la apropiación privada de bienes del Estado. Las nuevas tipificaciones legales entrarían en vigencia de inmediato y serían una nueva herramienta para enfrentar la corrupción.

Pasará a la historia -¿pasará realmente porque preludió un éxito, tanto real como simbólico, en la lucha contra la corrupción?- la imagen central de ese día: Bolaños leyendo serena y firmemente la lista de todos estos delitos mientras Alemán -implícitamente aludido en todos ellos- lo escuchaba desde la mesa directiva de la Asamblea con rostro ausente, escéptico, compungido y enojado.

El vacío más notorio en la agenda legislativa de Bolaños fue la necesaria reforma a la Ley de Inmunidad, convertida en inexpugnable trinchera de la impunidad. Durante su campaña electoral, Bolaños prometió en varias ocasiones enfrentar también este gran desafío, estrechamente relacionado con la corrupción y con la impunidad.

Medidas de austeridad: cal y arena

Dos días después de la presentación de las leyes, el nuevo Ministro de Hacienda, Eduardo Montealegre, hizo públicas las medidas de austeridad tomadas por el Ejecutivo y que deberán acatar el presidente, el vicepresidente y todos los ministros, viceministros, secretarios ejecutivos de los ministerios y directores de entes autónomos. La más destacada es el recorte en un 35% de los megasalarios de estos altos funcionarios.

Sin embargo, los salarios recortados son todavía excesivamente altos en un país en quiebra, ya que al salario nominal recortado se le sumará un "estipendio" que lo redondea muy generosamente (Presidente: salario de 6,700 dólares y estipendio de 4 mil. Ministros: salario de 4,800 dólares y estipendio de 2,000-2,500). El recorte, aunque muy menor del justamente esperado, tendría la ventaja de que "todo irá sobre la mesa".

El anuncio dio fuerza al clamor por similar austeridad entre los altos cargos en el Poder Judicial, en el Electoral, en la Contraloría, y sacó a la luz ese caldo de cultivo de la corrupción que fermentó durante el gobierno Alemán con dobles planillas de pago -cuyos montos los ministros salientes se niegan a revelar-, cajas chicas sin control ninguno, gastos confidenciales para los cargos de confianza, cheques de 4 mil córdobas como salario de los diputados -por los que pagaban impuestos- más salarios de casi 60 mil por los que no pagaban nada al fisco.

Por donde se toque sale pus

A la par de estos anuncios los nuevos ministros van anunciando investigaciones que descubren desfalcos, despilfarros, sueldos fantasmas, empleados fantasmas... Por donde se toca salen los fantasmas y el pus.

El nuevo gobierno decidió otras medidas de austeridad, todas éstas calurosamente ovacionadas por la opinión pública. Disposiciones contra el nepotismo. Suspensión de las famosas dietas "de engorde" que recibían altos funcionarios que integraban las juntas directivas de instituciones estatales sólo por asistir a reuniones. Suspensión para los altos funcionarios de tarjetas de crédito y de escoltas.

Los viajes internacionales no superarán los cinco días, no irán comitivas de familiares de los funcionarios, no irán las esposas de los ministros, no viajarán en primera clase, se reducirán en un 30% los viáticos que reciben para estos viajes... La lista de todo lo suprimido alude implícitamente a la lista de todo lo permitido y promovido durante el gobierno de Alemán. Se calculó que estas primeras medidas de austeridad le ahorrarán al Estado unos 100 millones de córdobas (8 millones de dólares).

Con anterioridad, Enrique Bo-laños había desautorizado el uso de fondos del Estado para que los funcionarios festejen e intercambien regalos en ocasión de cumpleaños, aniversarios, navidades y otras fiestas, lo que también alude a las francachelas y derroches en que vivieron Alemán y su equipo.

¿Cheques en blanco?

Bolaños está empeñado en que su reconocida austeridad personal se traduzca en austeridad institucional. Sabe su equipo que en el terreno de la corrupción y de la austeridad es donde se pueden dar señales de la Nueva Era en este primer año de gobierno. Sólo después vendrán señales económicas y sociales de mayor fuerza.

Todas las jugadas anuncian que las mayores contradicciones que enfrentará Bolaños en los próximos meses, aun cuando éstas vengan disfrazadas de tensiones sociales o de reivindicaciones económicas, vendrán de los protagonistas del pacto y tendrán que ver con la corrupción que fue su sustento y que él, después de conocerla o sospecharla cuando fue el Vicepresidente de Alemán, carga ahora como fardo heredado.

El gobierno Bolaños ha iniciado un gran esfuerzo en un contexto complejo, tenso y frágil. Aún así, no hay que darle cheques en blanco. No sólo por elementales razones de prudencia política en esta Nicaragua, país de lo efímero, sino por algunas señales -también "principio y símbolo"- que aparecieron en su primer mes de gobierno y que indican que también está dispuesto a ceder y a conceder. ¿Hasta dónde, hasta cuándo, hasta quiénes?

Dos señales y una incógnita

Entre esas señales, dos son las más preocupantes. Ceder como obra personal a la esposa de Alemán el proyecto de asilo de ancianos que ella manejó desde su cargo de Primera Dama como obra estatal. Y proponer una Comisión Presidencial de notables y personas probas para que se estudie y me propongan los cambios necesarios en las leyes y procedimientos judiciales, que hagan posible la aplicación de las leyes a todos por igual sin favoritismos ni exclusiones.

La propuesta resulta particularmente extraña. Porque el titular del Poder Ejecutivo interfiere en el Poder Judicial. ¿Ha decidido Bolaños interferir en esta poderosa maquinaria al servicio del pacto para despartidizar la Corte? Y si es que lo ha decidido, ¿cómo para hacerlo coloca al frente de la Comisión nada menos que a Iván Escobar Fornos, hoy presidente de la Corte Suprema por voluntad del pacto, un político de probada y flexible lealtad a Alemán, cuyas orientaciones siguió plenamente en los años en que Escobar ocupó la Presidencia de la Asamblea Nacional?

La incógnita que aún pende sobre Bolaños -¿por qué tanta omisión y silencio cuando fue Vicepresidente del Presidente Alemán?- obliga también a no entregar hasta muy entrado el día ningún cheque en blanco. Especialmente, la sociedad debe monitorear, paso a paso y golpe a golpe, cómo actuará el nuevo gobierno ante los checazos y ante el hombre de los checazos.

Dudamos, luego existimos

Así estamos al inicio de la Nueva Era: entre checazos que deben ser sancionados ejemplarmente y entre cheques en blanco que estamos tentados a otorgar, por desesperación y por esperanza. Deseamos más justicia, menos impunidad, que empiecen a desatarse algunos nudos del pacto y que las cosas cambien algo. Siquiera algo.

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