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Universidad Centroamericana - UCA  
  Número 157 | Marzo 1995

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México

La crisis es de confianza

Tal vez se dijeron demasiadas mentiras sobre la economía. Tal vez le falta a Zedillo un proyecto de nación. Tal vez no gobierna Zedillo y han ganado los dinosaurios del PRI. Tal vez la solución por la que se optó desde hace tiempo para Chiapas no es la de la negociación.

Humberto G. Bedoy

Es innegable para todos: México esta en crisis. Pero, ¿qué clase de crisis? Algunos connotados funcionarios del PRI aseguran que se trata de una crisis económica. Y subrayan: únicamente económica. Porque nos hemos quedado con muy pocas divisas, por la fuga de capitales, porque los precios del dólar y los de los productos básicos suben bastante, porque se aceleran el desempleo y los índices inflacionarios... Reconocen incluso que es una crisis económica grave: el Presidente Zedillo reveló en Mérida que en la última semana de enero el gobierno mexicano prácticamente no tenía "margen de maniobra". "Estuvimos dijo a punto de llegar a la insolvencia total". Asomó su rostro la moratoria.

¿Una crisis solamente económica?

La crisis mexicana tiene también evidentes repercusiones internacionales. El Director del FMI, Michel Camdesus, aseguró que el préstamo otorgado a nuestro país por 17 mil 800 millones de dólares es "el mayor que ha concedido este organismo financiero en su medio siglo de historia y supera con creces la capacidad de endeudamiento que México tiene con el FMI". Y añadió, tomando en cuenta el efecto tequila que estaba ocasionando la crisis mexicana en las economías de muchos países, que "no había otra alternativa", al existir el riesgo de que se produjera "una auténtica catástrofe mundial". Esto, porque la mexicana se sitúa entre el lugar 11 15 en la economía internacional.

La reunión ministerial que el Grupo de los 7 llevó a cabo en Toronto del 3 al 5 de febrero incluyó en su agenda el caso mexicano, con la idea de poder evitar en el futuro otra crisis semejante. El peligro es obvio: la deuda externa total de México es de 185 mil millones de dólares y en 1995 México debe pagar 81 mil millones.

¿Crisis económica, solamente económica, como aseguran los funcionarios priístas? ¿O en la base de la situación actual mexicana no está una crisis fundamentalmente política que ha agrietado peligrosamente los cuatro pilares del sistema: el presidencialismo, el régimen de partido Estado, el centralismo y el corporativismo? Una crisis que habría comenzado con la "caída del sistema" de cómputo en las elecciones de 1988 y que ha tenido momentos recientes especialmente graves: el levantamiento de Chiapas, los asesinatos de prominentes políticos y del Cardenal Posadas, los secuestros de personajes de las finanzas y el comercio, las elecciones fraudulentas de 1994, la pérdida del PRI en Jalisco en febrero/95, los 17 gobernadores impuestos "desde el centro" sin mediar procesos electorales, etc. Una crisis que también se alimenta con procesos constantes: la corrupción generalizada, el notable aumento de la violencia social y el narcotráfico.

12 años de cambios

Es evidente que se trata de una crisis económica, que indica de manera clara que el modelo y la estrategia económica, impuestos y defendidos acérrimamente por el grupo gobernante, ha fracasado. En más de doce años no se ha construido una economía estable y sana ni se han abierto caminos de solución para el principal problema mexicano: la injusta desigualdad.

Pero un análisis más cuidadoso indica que se trata de una crisis general, social, con manifestaciones en el campo económico, en el político y también en el ideológico. En la vertiente ideológico política, México vive una crisis de confianza. Una pérdida de confianza que no es producto de la crisis económica, sino al contrario: la crisis económica ha sido el resultado de una crisis de confianza en el gobierno y en su estrategia económica.

El modelo neoliberal aplicado en México desde el sexenio de Miguel de la Madrid y sobre todo, en el sexenio de Carlos Salinas de Gortari, ha mostrado su incapacidad intrínseca para resolver los principales problemas económicos de México. Se afirmó una y otra vez que los efectos positivos y benéficos del modelo se verían a mediano plazo y, sobre todo, a largo plazo. Pero los cambios estructurales emprendidos desde hace más de 12 años han ocasionado un endeudamiento externo sin precedentes en la historia del país, los niveles más bajos en salarios mínimos reales en más de una década y una falta de capacidad para la creación de empleos.

El modelo no ha generado condiciones de productividad ni incremento en la producción ni ahorro interno. Tampoco ha ajustado el sector externo para mantener la estabilidad monetaria y un crecimiento sostenido. La devaluación ha destrozado ahora ese modelo, basado fundamentalmente en la entrada de capitales externos.

Un lenguaje engañoso

Varios factores han influido en la pérdida generalizada de confianza en este modelo. El primero, el lenguaje oficial, equívoco, ambiguo, engañoso. El gobierno habla de "ajuste" de precios, en vez de alza. Habla de "ajuste" de empleos y esto equivale a despido de trabajadores. Se "aseguran" las propiedades, pero de hecho se expropian. Se llama "desaceleración" a lo que es una clara recesión económica. Se explicó que no habría devaluación, sino una "modificación en la banda de flotación" del peso y se denominó "emergencia económica" a lo que es una crisis estructural, social, de fondo.

Las declaraciones de altos funcionarios de Hacienda y del Presidente de la República afirman que las garantías mexicanas para conseguir el paquete de préstamos de Estados Unidos no van en menoscabo de la "soberanía" del país. Pero consta que los Estados Unidos tendrá a cambio de sus préstamos "el control efectivo de todos los ingresos de las ventas al exterior del petróleo mexicano". Consta que México acepta continuar con la privatización de ferrocarriles, puertos y aeropuertos, que tomará medidas especiales para controlar la oferta de circulante y que seguirá políticas monetarias y fiscales más estrictas. Consta también que periódicamente los Estados Unidos tendrá acceso a las cuentas nacionales y a los gastos gubernamentales y que, junto con el FMI, impondrá una política económica favorable a los acreedores. Y esto es lo que se sabe públicamente. Pareciera que en el lenguaje oficial, "soberanía" se reduce a la integridad del territorio nacional.

También ha influido en la falta de confianza la ausencia total de autocrítica del gobierno. El ejemplo más claro lo dio Salinas de Gortari en su VI Informe de Gobierno, en el que, con excepción del reconocimiento de que hubo involuntarias imperfecciones e irregularidades en los procesos electorales, no aceptó ningún error cualitativo, conformándose con señalar algunas fallas cuantitativas. El nuevo Gabinete presidencial deja mucho que desear y abona también la falta de confianza. Porque trae "más de lo mismo". Un buen número de los miembros del nuevo Gabinete son o fueron gente de Salinas de Gortari y se supone que seguirán la misma línea de conducta y con la misma ideología, más ahora que esa línea vendrá exigida por el FMI y el Banco Mundial.

La única sorpresa en el nuevo Gabinete fue el nombramiento, por primera vez en la historia de México, de un panista: Antonio Lozano García fue designado como Procurador General de la República. Pero uno de sus primeros actos fue exonerar a María de los Angeles Moreno, a Ignacio Pichardo y a Humberto Benítez Treviño (ex Procurador General de la República) del delito del que habían sido acusados: ser autores intelectuales del asesinato del Secretario General del PRI, José Francisco Ruiz Massieu. Sólo dos meses antes, su postura como diputado y coordinador de la fracción del PAN en la Cámara de Diputados era exigir reiteradamente que se investigara a fondo el crimen.

No se notan muchos cambios en la impartición de la justicia tras el ingreso de Lozano a la dirección de la Procuraduría. Siguen siendo comunes los procedimientos ilegales en la captura de supuestos delincuentes, en la fabricación de culpables, en las amenazas y torturas, etc. Sin hablar del teatro montado para dar la noticia de la supuesta identidad del Subcomandante Marcos y la presentación hecha por el propio Lozano de los "arsenales" de armas decomisados al EZLN en Veracruz y el D.F., tan exiguos que deben haber provocado la risa de cualquier narcotraficante segundón.

¿Quién tiene la culpa?

También han creado desconfianza abundantes afirmaciones que "interpretan" la crisis y que no tienen ninguna base:
El presidente de la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública de la Asamblea de Representantes del D.F., Javier Garduño Pérez, afirmó el 23 de diciembre de 1994 que el "temblor financiero" que sacudía la economía mexicana "no podía durar más allá de un mes" y que "los grandes especuladores sacadólares serían los grandes perdedores". La realidad desmintió de inmediato ambas afirmaciones.

El Presidente Ernesto Zedillo y el Secretario de Hacienda Guillermo Ortiz afirmaron que la actual situación económica es un problema de "ajuste en el corto plazo". Idem. En busca de un "chivo expiatorio" que cargara con las culpas del desastre económico, el elegido fue el EZLN. Pero el levantamiento del EZLN en Chiapas es uno de los factores de la crisis, pero no el factor. Bastaría un repaso a la economía mexicana en los meses previos al alzamiento de los zapatistas para sacar conclusiones más acordes con la realidad.

En sólo 3 meses octubre a diciembre el déficit en la balanza comercial aumentó en 3 mil 795 millones de dólares y todavía no hacía su aparición el EZLN. Las cifras del crecimiento del PIB muestran que desde hacía varios años México venía "de bajada": 1990: 4.5% 1991: 3.6% 1992: 2.8% 1993: 0.4%. Otro indicador claro era la fuga de divisas: sólo entre marzo y agosto de 1994 salieron del país 12 mil millones de dólares.

El secretario del SELA, el mexicano Salvador Arriola, había advertido sobre el peligro de la excesiva dependencia de los capitales de corto plazo, capitales extranjeros que sólo vienen al país para lucrar con la especulación y a los que se les llama capitales golondrina. Isaac Cohen, presidente de la CEPAL, declaró al desatarse la crisis: "Desde febrero de 1994, el gobierno mexicano sabía que tenía que devaluar la moneda, pero la administración salinista prefirió gastar 30 mil millones de dólares para defender el peso a adoptar medidas que pudieran repercutir en el proceso electoral".

Si a esto añadimos la necesidad que tenía Salinas de no manchar su expediente ni con protestas por la propuesta de ley 187 de California que molestaran a los Estados Unidos ni con una devaluación ("Presidente que devalúa, Presidente devaluado", decía López Portillo en 1982), se comprende mejor que se trataba de pasos en la autopromoción de Salinas de Gortari como candidato a la presidencia de la recién creada Organización Mundial de Comercio. Ya está claro como afirmó Alejandro Nadal en La Jornada que "el inversionista especulador nunca tuvo confianza en el modelo de burbuja neoliberal, aun antes de que el Subcomandante Marcos apareciera en el horizonte".

Estadísticas falsas

La falta de confianza nace también de la contradicción entre las estadísticas y datos "oficiales" y la realidad nacional.

El gobierno maquilla las cifras oficiales sobre el déficit comercial, sobre el aumento del desempleo, sobre la inflación, sobre el poder adquisitivo del salario, sobre los incrementos a las carteras vencidas, según sean las necesidades oficiales del momento.

"El gobierno mexicano altera las cifras de su intercambio comercial con los Estados Unidos hasta en más del 50% de lo que reporta, sobre la misma materia y en el mismo período, el Departamento de Comercio estadounidense. La manipulación de estas estadísticas afirma el investigador y empresario Emilio España Kraus no es accidental o desinteresada. Hay cifras para consumo interno y cifras para consumo externo. Sólo un ejemplo: Estados Unidos reporta habernos comprado 1 mil 875.8 millones de dólares más de lo que reporta la Secretaría de Industria y Comercio de México. Un 124% más".

"Las estadísticas económicas del Banco de México continúa España Kraus, que ha dedicado 20 años a estas investigaciones no son más que una sarta de falsedades y en éstas se han basado, invariablemente, las decisiones en materia económica que han tomado quienes han estado a cargo del Ejecutivo. Por eso, normalmente sus gestiones devienen fracasos, porque es obvio que no se puede llegar a conclusiones razonables basadas en mentiras".

Los datos falseados. Y en las declaraciones oficiales, engaños, verdades a medias, mentiras y contradicciones. El propio Presidente Zedillo, en uno de sus discursos iniciales, a raíz de la primera devaluación, decía que ahora sí se hablaría con la verdad, lo que significaba un reconocimiento implícito a que no siempre había sido así.

En su VI Informe de Gobierno Salinas de Gortari afirmó: "Hoy, todo el maíz y el frijol que consumimos se producen en México". "No es verdad", replicaron los panistas y presentaron cifras del Anexo del Informe que la propia Presidencia les había entregado, donde aparece que en 1995 se gastarán 106 millones de dólares para importar maíz y 8 para frijol. No es raro encontrar el mismo dato o acontecimiento interpretado en formas diferentes y aun contradictorias, según convenga. Cuando explica la crisis política, el EZLN es para el gobierno un pequeño grupo de inconformes armados con palos, causante de un foco de tensión localizado en apenas 4 municipios de Chiapas. En cambio, al explicar la crisis económica, el EZLN resulta ser el causante directo de la descapitalización de un país que durante seis años se presentó como un paraíso de prosperidad y que en sólo tres semanas se desmoronó.

Verdades, mentiras

"Si la lógica económica recomendaba una devaluación ofensiva para detener las tensiones especulativas en 1994 afirma el periodista Carlos Ramírez los técnicos del Banco de México (BANXICO) optaron por el riesgo de quemar reservas para evitar la devaluación. En un año, el BANXICO sacrificó 22 mil millones de dólares de reservas para nada. El primer aviso se dio en el segundo trimestre de 1994, cuando la cuenta de capital no equilibró la cuenta corriente. Era el momento de devaluar. Pero, de haberlo hecho, el BANXICO hubiera contribuido a la derrota electoral de Zedillo, uno de los hijos más queridos del BANXICO y uno de los consentidos de Mancera, el Gobernador del Banco". En México la verdad parece ser sexenal: lo que en un sexenio fue verdad, en el siguiente es mentira y viceversa.Por eso, la sociedad pierde la confianza. ¿Y qué decir de las consignas de las campañas políticas? Una de las de Salinas hablaba de estabilidad. Chiapas la dejó sin sentido. Y el "Bienestar para la familia" slogan de la campaña de Zedillo se derrumbó en unos cuantos días.

Como Fujimori

En Guadalajara y el 14 de julio de 1994 el entonces candidato Zedillo se refirió al Poder Judicial y dijo:"En buena medida, la fortaleza del Poder Judicial depende de que cada magistrado y cada juez actúe con absoluta independencia, observando y aplicando exclusivamente la ley. La independencia debe ser la cualidad más importante de los jueces". Pero ya Presidente, Zedillo envió al Congreso una iniciativa de reformas a la Constitución, sin previa consulta. Con ella, jubiló a los 26 magistrados de la Corte. Al dejar de funcionar la Suprema Corte, prácticamente dejó de existir Poder Judicial en México desde el 1 hasta el 26 de enero. Las designaciones de jueces y magistrados eran prerrogativa de la Suprema Corte.

La misma reforma obviamente aprobada contiene elementos que subrayan la injerencia y mantienen la sujeción del Poder Judicial al Ejecutivo Federal. "El Presidente afirma Emilio Krieger, ex Presidente de la Asociación Nacional de Abogados Democráticos dice que se trata de ampliar la independencia del Poder Judicial. Eso es mentira. En el texto actual, el Presidente tiene la facultad de designar a los magistrados y llevar su aprobación al Senado. Y no sólo el nombramiento: las renuncias, las licencias, deben ser aprobadas por el Presidente que, luego, se las comunica al Senado. O sea: el Ejecutivo tiene el control total de la Suprema Corte. En México, donde el Senado está mayoritariamente dominado por el Presidente, es tomarle el pelo a la gente decirle que va a haber mayor independencia.Y otra cosa que me parece gravísima: por primera vez en la historia de México, que yo sepa, se da el caso de que un Presidente practique un cese colectivo, total, de los integrantes de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Una de las medidas que tomó el presidente peruano, Alberto Fujimori para adueñarse del poder fue prescindir de la Corte: fuera la Corte, fuera el Legislativo. Los desapareció. Esto que está haciendo Zedillo es algo equivalente desde el punto de vista político. Es muy grave".

¡Ya basta!

Hay más. El 26 de enero se aprobó la reforma a la Ley de Ingresos para el Ejercicio Fiscal de 1995. Por ella, se debe someter a aprobación del Congreso cualquier tipo de condicionamiento que pretenda imponer al país un gobierno extranjero en la contratación de deuda externa. A este "candado" se le llamó "paso histórico", pues se recuperaba una prerrogativa del Congreso de la Unión. Pero en su primera aplicación concreta el debate sobre las condiciones impuestas por Estados Unidos a cambio del reciente paquete de créditos la medida fracasó, no operó. La facción del PRI de la Comisión Permanente se negó a convocar al período extraordinario de sesiones que demandaba la oposición para aprobar o rechazar las condiciones impuestas al paquete.

Otro factor que crea desconfianza es la impunidad que sigue imperando. La impunidad ya tradicional de la que han gozado los cuerpos policíacos. La que ampara a los autores de los grandes crímenes. Pero también la acostumbrada impunidad de la que han gozado siempre los gobernantes, como ley no escrita, cuando han sido irresponsables, cuando han manejado dolosamente la información y la economía. "Sólo los pobres van a la cárcel" es una verdad que en México tiene el tamaño de una montaña.

El pueblo mexicano agraviado, engañado, irritado y sumido en una profunda crisis de confianza, busca desquitarse cuando tiene una oportunidad. Las elecciones de febrero en Jalisco fueron la ocasión más reciente. El triunfo rotundo del PAN es en buena medida un "¡Ya basta de PRI!", un eco al "¡Ya basta!" del primero de enero de 1994 en la selva chiapaneca. Hoy es muy difícil discernir entre quienes votaron por el PAN y quienes votaron contra el PRI Gobierno, dándole un "voto de castigo".

Coronando la crisis de confianza, el Presidente Zedillo da la impresión de inseguro y débil. ¿Verdadera inseguridad? ¿Le falta un proyecto de nación? ¿Información deficiente o errónea? ¿Precipitación? ¿Inexperiencia? Es difícil saberlo, pero los bruscos y aun opuestos virajes de Zedillo desconciertan. Apenas transcurrido un mes de haber tomado posesión y al exponer lo que, según él, es la causa de la crisis, tomó una buena distancia del VI Informe de Salinas de Gortari. Pero unos días después pidió que no se buscaran culpables y llegó a justificar la gestión salinista disculpando a su antecesor.

Pero donde aparece con mayor claridad la inseguridad de Zedillo es en el manejo del problema de Chiapas. El 1 de diciembre, día en que tomó posesión de la presidencia, Zedillo declaró que en Chiapas era posible lograr "una nueva negociación que nos lleve a una paz justa, digna y definitiva". Y prometió que no habría violencia por parte del gobierno. "Confío dijo en que tampoco la habrá de quienes se han inconformado. El Ejército mantendrá unilateralmente el cese al fuego. Buscaremos por todos los medios llegar a un arreglo fincado en la concordia, la democracia y las oportunidades de desarrollo con equidad. Queremos una patria de paz, una nación de equidad, un México de justicia para todos".

Adelante y atrás

Siete días después, y a pesar de que el EZLN había anunciado la víspera que consideraría como terminada la tregua si el priísta Eduardo Robledo tomaba posesión del puesto de Gobernador de Chiapas a causa del fraude en las elecciones y del pasado de Robledo , Zedillo avaló, con su presencia en Tuxtla Gutiérrez, la toma de posesión de Robledo. Fue el primer paso adelante, pero enseguida dio uno hacia atrás: el 14 de diciembre propuso una comisión legislativa, integrada por senadores y diputados de los 4 partidos del Congreso (PRI, PAN, PRD y PT) para que negociaran la paz, lo que provocó una confusión porque anteriormente había reconocido a la Comisión Nacional de Intermediación CONAI que preside el obispo Ruiz como legítima instancia mediadora.

El 30 de enero día 11 del ayuno por la paz del Obispo de San Cristóbal de las Casas, Don Samuel Ruiz el Presidente dio otro paso atrás: instruyó al Secretario de la Defensa Nacional para que se suspendieran los avances del Ejército y éste se limitara a mantener la presencia que tenía en aquel momento en Chiapas. El 12 de enero el gobierno había preparado una entrevista del Secretario de Gobernación, Esteban Moctezuma, con el Subcomandante Marcos y a su vez, el EZLN había declarado una tregua indefinida. Pero, a la par, el periódico gobiernista El Nacional publicaba un escrito elaborado en la Secretaría de la Defensa Nacional aunque firmado por la Secretaría de Gobernación con un lenguaje duro y agresivo contra el EZLN. El Presidente ofrecía una mano como símbolo de diálogo y de paz, mientras cerraba en puño la otra mano para golpear con ella. Ya después se supo que el Ejército y los financieros norteamericanos especialmente el Chase Manhattan Bank presionaban a Zedillo a que cerrara el puño.

El 15 de enero Moctezuma se reunió con Marcos. Era la mano pacífica del Presidente. El 2 de febrero, Zedillo asistió a un desayuno con las Fuerzas Armadas en la fábrica de armas y tres días después lanzaba su ultimátum al EZLN. El 9 de febrero ordenó el avance del Ejército hacia la zona chiapaneca ocupada por los zapatistas, medida precedida por un agresivo discurso del Secretario de la Defensa Nacional, General Rodolfo Reta Trigos, que declaró: "Es la guerra". Con el descubrimiento de los "arsenales" zapatistas en Veracruz y el D.F., el Presidente dio un nuevo paso adelante: dictó órdenes de aprehensión contra algunos dirigentes zapatistas, entre ellos Marcos, a la vez que la Procuraduría General "descubría" la identidad de Marcos, con un gran despliegue publicitario: Rafael Sebastián Guillén Vicente sería su nombre. Se iniciaron las detenciones de supuestos zapatistas. Era la mano dura, el puño que golpeaba.

Atrás y adelante

El 11 de febrero, el Ejército avanzó y aisló a las comunidades de la zona en la que había estado el EZLN, sobre todo a las que están en torno a Ocosingo, Las Margaritas y Altamirano. Hubo rumores de "bombardeos" y enfrentamientos, que el gobierno negó. Se impidió el paso a la prensa, a las ONGs, a la Cruz Roja. Ese día, más de 100 mil personas llenaron el Zócalo capitalino pidiendo la paz. Gobernación declaró: "De ningún modo se trata de la guerra". En el lenguaje presidencial, los "inconformes" del EZLN se habían transformado en cabecillas de un grupo subversivo que "no es popular ni indígena ni chiapaneco" y que ha participado "en la comisión de múltiples y graves delitos".

Pero sorpresivamente, el Presidente Zedillo dio un paso atrás: el 14 de febrero giró instrucciones a la Procuraduría y al Ejército para que suspendieran "cualquier acción que pueda propiciar enfrentamientos en Chiapas". Se multiplicaban los desplegados en los periódicos y en las calles, las marchas, manifestaciones y ayunos que clamaban por la paz. El EZLN se replegó a lo profundo de la selva para evitar chocar con el Ejército y los pobladores de la zona conflictiva huyeron de sus casas ante el avance de los soldados. El presidente volvió a asegurar que su gobierno buscaba la paz y el diálogo. Pero, ¿por qué dialogar con "delincuentes"? ¿Y cómo hacerlo si hay orden de apresarlos?

Otra sorpresa, otro paso atrás el mismo martes 14: el gobernador de Chiapas, Eduardo Robledo, "pidió licencia" para abandonar su cargo, lo que en la política mexicana se traduce por "fue renunciado por órdenes del Centro". Lo sustituyó Julio César Ferro, "un chiapaneco del Distrito Federal". El 2 de marzo, otro paso atrás: se suspendían temporalmente las órdenes de apresamiento contra los dirigentes del EZLN.

Un golpe publicitario

En medio de esta danza de pasos adelante y pasos atrás del Presidente, llegó el último y más grave de los escándalos.

Una de las tantas reglas políticas no escritas de México se rompió con la detención de Raúl Salinas de Gortari hermano del ex presidente de la República , acusado de ser autor intelectual del asesinato del Secretario General del PRI José Francisco Ruiz Massieu. La medida consumó la ruptura entre el gobierno de Zedillo y el de Salinas.

La aprehensión de este personaje responde a una necesidad publicitaria de Ernesto Zedillo para ganar credibilidad entre la población y confianza entre los inversionistas. Pero el costo puede ser demasiado alto.

Tal vez por eso, para atemperar un poco la división del grupo en el poder y para ofrecer tranquilidad a los sectores salinistas que están dentro del actual gobierno, el Fiscal Especial para el caso Ruiz Massieu afirmó que con la detención de Raúl Salinas el caso se daba por concluido. Y tal vez para dar seguridad a la Presidenta actual del PRI, María de los Angeles Moreno, y al Secretario de Energía, Ignacio Pichardo Pagaza, se levantaron cargos por "delitos conexos" contra Mario Ruiz Massieu hermano del asesinado y ex Subprocurador de la República , quien había involucrado a ambos en el homicidio por entorpecer las investigaciones. A Mario se le detiene en los Estados Unidos, con la colaboración del FBI, enviando así un mensaje de concordia y amnistía al sector político que representan Moreno y Pichardo.

Lo que queda muy claro en todo esto es que las pugnas intra gubernamentales continúan siendo graves en México y ponen en riesgo la gobernabilidad del país.

En un desplante de opereta, el ex presidente Carlos Salinas de Gortari contribuyó a enrarecer más el ambiente político nacional al decidir un "ayuno total" hasta que se le exonerara de responsabilidad en la crisis económica que vive el país y hasta que la Procuraduría General de la República declarara que él nunca entorpeció las investigaciones del asesinato de Luis Donaldo Colosio. Salinas quiere demostrar hasta dónde es capaz de llegar si se le toca directamente.

Vuelven los dinosaurios

El repudio al "ayuno" de Carlos Salinas por parte de todos los sectores sociales y políticos del país fue inmediato. La nación no podía tomar en serio el desplante escénico de un sujeto que pretendió gobernar a nivel mundial y que ahora solo exhibe reacciones municipales, como señaló el intelectual Carlos Monsiváis. Irresponsablemente, Salinas puso al país en riesgo de un mayor deterioro de la convivencia social.

Zedillo fue dócil en la respuesta: envió rápidamente a un emisario para conciliar con Salinas y la Procuraduría emitió un par de comunicados eximiéndolo de responsabilidades en el caso Colosio. El tema de la eventual responsabilidad de Salinas en la crisis financiera nacional quedó pendiente para mejores tiempos. La moraleja de todo este sainete puede ser: el poder hace perder el sentido de la realidad.

Pero el sainete también demostró que Zedillo cuenta todavía con algunos espacios de maniobra política para manejar los conflictos en la cúpula gobernante, por graves que éstos puedan ser.

Lo preocupante es que, tanto la aprehensión de Raúl Salinas como el manejo autoritario que se está haciendo de la situación chiapaneca, sean un reflejo de que al interior del gobierno se han impuestos ya los duros, los dinosaurios anteriormente desplazados por la tecnocracia salinista, que vuelven ahora exigiendo revancha. Hay muchos indicadores que muestran que, en la realidad, Zedillo ha dejado de gobernar.

Por ejemplo, uno de los presuntos dirigentes zapatistas detenido el 9 de febrero Javier Elorreaga , portaba un salvoconducto emitido por el propio Zedillo y fue aprehendido por el Ejército cuando acababa de concertar una agenda de diálogo con el EZLN, por encargo directo de la Secretaría de Gobernación. ¿Quiere decir esto que se impusieron los militares o fue simplemente una traición del Presidente de México? No lo sabemos con certeza. En todo caso, quiere decir que no existen ya espacios políticos suficientes para llevar adelante una solución pacífica al conflicto chiapaneco.

Ley trampa para el EZLN

La nueva "Ley para el Diálogo, la Conciliación y la Paz Digna en Chiapas", es otra manifestación de esta realidad. La propuesta de ley parecía haber sido pensada para que los zapatistas la rechazaran y así dar nuevos argumentos al gobierno para señalarlos como "intransigentes".¿Una ley trampa que facilite el aniquilamiento de los rebeldes? Cualquier rechazo de los zapatistas a esta iniciativa, los aísla todavía más del conjunto de la población. En realidad, están siendo acorralados física y socialmente.

Una esperanza es que las modificaciones hechas a la ley por el Congreso faciliten el diálogo. ¿Será que la solución por la que se ha optado desde hace tiempo es la salida militar al conflicto?

Si esto fuera así, todos los mexicanos lo lamentaremos muy pronto.

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