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Universidad Centroamericana - UCA  
  Número 192 | Marzo 1998

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Nicaragua

Un test ético para una sociedad en crisis

La denuncia de Ziolamérica Narváez contra Daniel Ortega colocó inesperadamente en la ya tensa y compleja agenda nacional un tema necesario, siempre presente y siempre pospuesto en el FSLN: el de la ética en la política, y el de la relación entre la ética privada y la ética pública.

Equipo Nitlápan-Envío

Nicaragua volvió a ser noticia mundial por la sostenida huelga de los médicos que trabajan para el sistema de salud pública por un mísero salario. Ver a miles de doctoras y doctores desfilar con sus batas blancas por las empolvadas calles de la capital, exigiendo una recompensa salarial más digna por su importante trabajo, fue una cruda imagen de la dimensión social de la crisis nacional.

Las elecciones para conformar los gobiernos regionales de la Costa Atlántica no tuvieron apenas atención internacional. Aunque sus resultados eran trascendentales para el futuro de esa experiencia inédita que es la autonomía de la Costa, los comicios estuvieron dominados por la indiferencia de la población costeña. La siempre invocada "fiesta cívica" fue cívica sólo por el orden y resultó una fiesta lenta y sin ningún ritmo. Las juntas receptoras de votos semivacías fueron una reveladora imagen de la dimensión política de la crisis nacional.

Inesperadas declaraciones

En la noche del domingo 1 de marzo, ya cerradas las urnas en la Costa, se sintió un fuerte temblor en gran parte del territorio nacional, en la zona que habitualmente sacuden los sismos. Como una premonición de lo que ocurriría horas después. El martes, cuando algunos estaban pendientes de los resultados de las elecciones costeñas, Nicaragua fue conmovida por un terremoto.

Las declaraciones de Zoilamérica Narváez hasta ese día Zoilamérica Ortega , de 30 años, señalando el abuso sexual que desde los once años (1978) ha sufrido de parte de su padre adoptivo Daniel Ortega, estremecieron no sólo a los sandinistas, sino a toda la sociedad. El tema dominó la coyuntura. Después de ocho largos años, Nicaragua volvía a las primeras planas de los medios internacionales con esta noticia, que expresa dolorosamente la dimensión ética de la crisis del país.

Elecciones costeñas: esperada apatía

Las elecciones del 1 de marzo en la RAAN y en la RAAS (Regiones Autónomas Norte y Sur del Atlántico) tuvieron como principal característica la elevada abstención. Las cifras oficiales señalan que un 51% de los votantes que tenían el documento que los habilitaba para votar, no acudieron a las urnas. A la ausencia de éstos hay que sumar la del aproximado 16 20% que no se presentó a recoger el documento, a pesar de los esfuerzos que con excepciones como la de Siuna, por ejemplo desplegó el Consejo Supremo Electoral (CSE), que logró corregir con bastante éxito algunos de los problemas organizativos presentados en las elecciones nacionales de octubre de 1996.

La otra característica relevante del proceso costeño se observó durante la campaña electoral. El PLC , partido en el gobierno, usó y abusó ostensiblemente durante mes y medio de los bienes del Estado vehículos, edificios, presupuestos, funcionarios para hacer proselitismo. Durante cuarenta y cinco días la Costa permaneció "tomada" por altos y medianos funcionarios del gobierno central y por activistas no costeños del PLC que hicieron gala de su poderío con camionetas de lujo, gastos en los mejores hoteles y restoranes y discursos populistas. Regalaron de todo a la población. A las mujeres, desde máquinas de coser hasta calzones. A los hombres, desde machetes hasta guantes de beisbol. También hubo amenazas: en la RAAN la población escuchaba preocupada de boca de los activistas liberales del Pacífico que, por más secreto que fuera su voto, las computadoras de Managua señalarían al final a los que no votaron por el PLC. Y creían.

Las irregularidades cometidas al amparo de la fusión Estado Partido, que el PLC no trató de disimular, y de la que más bien hizo ostentación, son difícilmente punibles según la legislación vigente. Por otra parte, tanto el principal rival del PLC, el FSLN , como el resto de partidos, no tuvieron ni organización ni capacidad para sustentar adecuadamente las denuncias que hicieron y las que podían haber hecho. Las regalías surtieron su efecto. Con su ya probado estilo avasallante, el PLC ganó el mayor número de concejales, tanto en la RAAN como en la RAAS.

#Tabla1#

En la RAAN, el PLC tendrá amplio margen de maniobra en alianza con YATAMA , muchos de cuyos dirigentes han sido aliados de los liberales en estos años. En el Sur, no será difícil la alianza de los liberales con el Partido Indígena Multiétnico (PIM), cuyo fundador Rayfield Hodgson tiene una conocida y turbia trayectoria política y personal.

La contienda fue un pulso bipartidista entre el PLC y el FSLN. Pulso desigual, por el uso indiscriminado de los bienes del Estado que hicieron los liberales. En la RAAN, el gran perdedor en relación a los resultados de las elecciones autonómicas de 1994 fue el FSLN. El PLC le arrebató cinco escaños y YATAMA, uno. En la RAAS, el FSLN quedó mejor y sorprendieron los siete escaños del PIM.

Para los partidos autóctonos que compitieron y para los partidos nacionales que participaron solos o en alianza según las circunscripciones , la contienda fue extremadamente desigual en cuestión de recursos económicos, claves en una región donde los desplazamientos y la comunicación se convierten en arduos retos.

Votos y botes

El alto abstencionismo no tanto respecto a las elecciones generales del 96, cuando fue similar, sino respecto a las elecciones autonómicas del 94, cuando fue casi la mitad y era mayor la confianza en la eficacia de la autonomía fue una clara señal que la población de la Costa envió a los partidos y a los políticos del Pacífico. El poeta Fernando Silva, magistrado del CSE , lo interpretó así: "Los costeños han dicho claramente que les importa más un bote que un voto y más un camarón que un candidato".

No es difícil de imaginar el destino que espera a botes y a camarones al estar obviamente en peligro la autonomía de la Costa Atlántica. Los dirigentes del PLC hablaron durante su campaña de cambiar la Ley de Autonomía o de hacer otra ley. Una de las reformas hechas en 1995 a la Constitución deja abiertas las puertas para llevar a cabo este objetivo.

Recursos naturales, tierras comunales

Si el 80% de las riquezas de Nicaragua, las que constituyen su ventaja comparativa en el mundo globalizado los recursos naturales están concentrados en la Costa Atlántica y están encima de las tierras comunales de las comunidades indígenas, es de esperar que los liberales del PLC que están desarrollando todas las estrategias posibles para consolidarse económicamente traten de adaptar la autonomía a la libre explotación de esos recursos y la compraventa en el mercado libre de esas tierras, desde el gobierno central y sin las engorrosas trabas autonómicas.

En este proceso de des autonomizar legalmente a la Costa en beneficio de los políticos del Pacífico y de algunos políticos costeños también jugará su papel el narcotráfico. Si el 80% de la droga que circula en Nicaragua llega al país por la Costa Atlántica, es de esperar que los nuevos concejales electos tengan en el lucrativo negocio del narcotráfico una permanente tentación para consolidar su poder. ¿Cuántos de ellos sucumbirán y cuántos sabrán resistir?

¿Aires independentistas?

Las elecciones costeñas tuvieron un inesperado final: el marcado abstencionismo y la apatía que caracterizó las votaciones dieron pie para que el Consejo de Ancianos de la Costa Atlántica anunciara que no reconocerá a los concejales electos y que se establecerá en Bilwi para funcionar desde allí como gobierno autonómico, con sus propias leyes y autoridades, bajo la fórmula "un Estado y dos naciones".

¿Qué va a pasar? En vísperas de las elecciones, la abogada mískita Hazel Law expresaba a envío durante un encuentro de reflexión: "Existe actualmente un gran nivel de fragmentación entre los indígenas. Y el Consejo de Ancianos, a pesar de su representatividad, no logra superarla. No hay un consenso regional sobre cómo llenar los vacíos de la autonomía, pero la gente no para de buscar fórmulas. De momento, las ideas separatistas o independentistas son sólo pensamientos dispersos. Lo que nosotros queremos es la autonomía: un marco jurídico y político para ejercer los derechos históricos de los pueblos y comunidades indígenas de la Costa. Que esto se asuma depende tanto de los costeños como de un consenso nacional sobre nuestra región."

El Presidente Alemán dijo que la decisión del Consejo de Ancianos de formar un gobierno paralelo era una "abrupta expresión de su derrota electoral" y reiteró su propósito de pasar, cada tres meses, diez días conduciendo personalmente el gobierno en la Costa Atlántica obvia intromisión en la autonomía de los gobiernos regionales y su decisión de "incorporar íntegra y totalmente" el Atlántico al Pacífico.

3 de marzo: hablan dos mujeres

La Costa Atlántica, siempre relegada, sólo recordada en estos meses por causa del evento electoral, salió del foco de la atención nacional más pronto de lo que cualquiera podía imaginar. En horas de la mañana del 3 de marzo se conoció el texto de la carta que Zoilamérica Narváez dirigía a "amigos y amigas" y, evidentemente, a toda la opinión pública, ya que la carta apareció en la publicación Bolsa de Noticias.

Unas horas después, a mediodía, Rosario Murillo, madre de Zoilamérica y esposa de Daniel Ortega, acompañada de sus hijos y de dirigentes del FSLN de varios niveles, convocó una rueda de prensa para leer en público una declaración "de la familia Ortega Murillo". A su lado, Daniel, después de una sola frase, en la que dijo que el tema era "muy sensible" y que le provocaba "indignación" el primer rumor que corrió que dos dirigentes del FSLN, Bayardo Arce y Mónica Baltodano estaban detrás de la denuncia escuchó en silencio mientras Rosario Murillo leía. Un silencio ambiguo, sostenido en los días siguientes a pesar de los costos políticos. ¿Prudencia o irresponsabilidad?

Un reto a la sociedad

Un par de horas después, Zoilamérica, en otra rueda de prensa, acompañada de dos personas Alejandro Bendaña, funcionario del gobierno nicaragüense en la ONU y Secretario de la Cancillería de Nicaragua en los años 80 y su esposo desde 1990 hasta hace unos meses, y Violeta Murillo, su tía, a quienes presentó como "testigos" de su proceso , ampliaba con más detalle el por qué de su carta pública.

En las páginas finales de este análisis, reproducimos íntegramente las palabras escritas y habladas de Zoilamérica y Rosario el 3 de marzo. Posteriormente, el 8 de marzo, Zoilamérica concedió una entrevista escrita al semanario Confidencial. De ella, extractamos varios párrafos. Finalmente, incluimos algunos párrafos de la carta pública que el 8 de marzo Alejandro Bendaña dirigió a Zoilamérica.

Lo público y lo privado

Las palabras de Zoilamérica colocaron en el ámbito de lo público un problema que muchos hombres y algunas mujeres quisieran que permaneciera encerrado entre las cuatro paredes de lo privado. El abuso sexual que con niñas y adolescentes hijas, hijastras, parientes, empleadas domésticas cometen padres, padrastros y otros familiares, de todas las clases sociales, es una auténtica epidemia en Nicaragua. No hay un sólo día en que los diarios y los informativos radiales no hablen de uno o varios casos. La sociedad se ha habituado a convivir con esta plaga.

Esta epidemia, que atraviesa en silencio a todos los estratos de la sociedad y la va carcomiendo, deja desastrosas huellas en la vida de las víctimas y también en la de los victimarios. No se trata de un mal privado, sino de un mal social. Es un logro el que ya, a nivel mundial, la violencia doméstica una de cuyas expresiones más terribles es la violencia sexual sea considerada como un problema de salud pública. Que la víctima haga público el abuso sexual ayuda al tratamiento de la enfermedad. Libera a la víctima, empieza ya a sentenciar al victimario y a sus cómplices aunque no se proceda por la vía judicial y llama a la conciencia de toda la sociedad, alertando a potenciales nuevas víctimas y acorralando a potenciales agresores.

Un importante logro del movimiento de mujeres en Nicaragua, en 1997, fue la promulgación de la Ley 230 aún sin reglamentar , que reforma el obsoleto Código Penal vigente estableciendo normas para prevenir y para sancionar las diversas expresiones de la violencia intrafamiliar. En uno de los casos más complejos y de mayor trascendencia de los que pudieran presentársele a la sociedad nicaragüense, Zoilamérica decidió dar el paso y atravesar el dintel de lo privado para hablar en público de un ex Presidente, de un líder político, de un símbolo nacional e internacional.

FSLN: "cerrar filas"

Aunque la madre de Zoilamérica pidió que el caso fuera considerado un problema familiar y privado, esto resultó imposible. Tampoco era correcto. Si en el caso de la violencia sexual contra las niñas y los niños debe hacerse público lo privado para empezar a superar un mal que tiene graves consecuencias sociales, también en este caso. Por otra parte, el abuso sexual, ¿no es, en su esencia, un abuso de poder? ¿No demuestra la vida que denunciarlo es enfrentarse a la maquinaria del poder, más o menos destructiva según sea el poder del denunciado?

Desde el primer momento, las reacciones públicas que ante las palabras de Zoilamérica externaron quienes controlan las estructuras del FSLN fueron argumentos políticos, como correspondía al caso, un caso en el que lo personal familiar y lo político están totalmente entremezclados y al más alto de los niveles. La reacción pública generalizada en las estructuras del FSLN fue multiplicar los llamados a respaldar incondicionalmente a Daniel Ortega "cerrando filas" en torno a él. En los espacios partidarios se impidió a los militantes reflexionar abiertamente sobre el tema y en la Comisión de Mujeres de la Asamblea Sandinista no se quiso escuchar directamente el testimonio de Zoilamérica, a pesar de que ésta lo solicitó.

El peso del símbolo político

Los más escuchados argumentos esgrimidos para el cierre de filas tuvieron que ver con el carácter simbólico que tiene Daniel Ortega: se afirmó que tocarlo no sólo aceptando la acusación sino introduciendo la duda es destruir la principal reserva moral del sandinismo, se aseveró que aceptar la versión de Zoilamérica es afectar no sólo a Daniel sino a todo el FSLN. El argumento político más usado fue el de que ningún problema personal puede anteponerse a los intereses de un partido que representa intereses colectivos superiores: los de las mayorías empobrecidas de Nicaragua. Además de argumentos, hubo también acciones de presión, de intimidación, de descalificación e incluso comenzó a darse la "desactivación" de algunos militantes que tomaron partido por Zoilamérica, diciendo que creían lo que ella decía o que consideraron que, al menos, era necesario escucharla.

Las tensiones se agudizaron porque el FSLN está en vísperas de celebrar a mediados de mayo su Congreso, en el que se ha propuesto una "transformación" del partido y en el que se debe elegir un nuevo Secretario General, cambiar a sus dirigentes, renovar a la Dirección Nacional. Cuando Zoilamérica habló, todas las señales indicaban que las estructuras del partido se orientaban a la reelección de Daniel Ortega, bajo el supuesto de que su capital político y simbólico es insustituible en estos momentos de crisis nacional. De hecho, días después de la acusación, los principales dirigentes departamentales del FSLN propusieron abiertamente la reelección de Daniel en el máximo cargo jerárquico del partido.

Después de la opinión aislada y poco publicitada de Víctor Tirado, quien propuso a los sandinistas hacer una distinción entre FSLN , Dirección del FSLN y Secretario General del FSLN , la Dirección del FSLN se pronunció el 6 de marzo con un escueto comunicado: "categórico respaldo" a Ortega, solidaridad con su familia "en este duro momento que atraviesa", llamado "a los militantes y simpatizantes del FSLN a concentrarse en el estudio y discusión del documento del Congreso, así como a destinar esfuerzos a la lucha contra las medidas de pobreza y de hambre impulsadas por el gobierno neoliberal" y demanda a todos los sandinistas de "respeto mutuo, tolerancia a las diferencias de opinión y fraternidad en las discusiones sobre el Congreso". Días después se informó que la dirigencia sandinista daba el caso por "cerrado" y que éste no será investigado por la Comisión de Etica del partido, como algunos militantes habían sugerido inicialmente.

¿Conspiración, complot o proyecto?

La posibilidad de un complot o de una conspiración antisandinista de serlo, sería al más alto nivel dados los protagonistas se topó en las primeras horas con un total vacío. En 48 horas se intentó llenar el vacío interpretativo con las declaraciones radiales de un militante sandinista que habló de tres estadounidenses presentes en casa de Zoilamérica el día en que ella entregó la carta a sus amigos. Habrían llegado expresamente para ese acto y no podía descartarse que fueran agentes de la CIA. La endeble versión tuvo un limitado eco. Está más asentada y sustentada dentro del sandinismo la interrogante sobre la oportunidad política de la denuncia de Zoilamérica. Hay muchas preguntas en este sentido. ¿A qué hay que poner más atención: a las motivaciones políticas de la denunciante o a las consecuencias políticas de la conducta denunciada?

¿La denuncia coincidió en el tiempo con las vísperas del Congreso del FSLN y el inmediato futuro del partido? ¿O la hicieron coincidir calculadamente para impedir por la vía más contundente, pero más inesperada la reelección de Daniel Ortega en la Secretaría General del FSLN y su ya anunciada candidatura para la Presidencia de la República en el 2001? ¿Y quiénes la habrían hecho coincidir? ¿Se trata de un bien hilado complot en el que lo personal se entremezcla con lo político o un proyecto político que inicia con la necesaria sustitución de algunos dirigentes del FSLN? Si hay complot, ¿quiénes detrás de él? Y si es un proyecto, ¿cuán articulado estaría? ¿Se trata solamente de un ejemplar esfuerzo para renovar éticamente al FSLN , y de paso introducir la ética en la política nacional? ¿O existen otros proyectos? ¿Remoralizará esta denuncia al FSLN, lo dividirá como en el caso del MRS o sólo debilitará sus estructuras? ¿Qué tipo de FSLN le conviene más al liberalismo en el poder? ¿Con qué estilos, con qué dirigentes se podría "arreglar" mejor el alemanismo?

Son preguntas abiertas, que no se responderán interpretando la denuncia como una simple calumnia ni negándose a aceptar el desafío ético que lleva implícita la denuncia ni desestimando las corrientes que desde 1990 existen en el FSLN , persistieron después de la separación del MRS y siguen vigentes, aunque no logren articularse ni expresarse claramente.

Desafío a la cultura machista

En los centros de trabajo, en las casas, en las calles, en los círculos de amigos, por todas partes, los nicaragüenses sandinistas o no asumieron el tema y tomaron partido. En torno a dos cuestiones: creer o no creer a Zoilamérica. Y opinar sobre el sentido que puede tener el haber hecho esta acusación en estos momentos.

La cultura patriarcal y machista de los nicaragüenses se puso a prueba. La solidaridad machista entre los hombres se mostró más fuerte que la solidaridad de clase. Y sorprendió la cautela y la mesura de algunos políticos que a diario externan un antisandinismo vehemente. Entre las mujeres y los hombres con conciencia antimachista funcionó más la intuición, la compasión, el respeto ante el dolor. Todos, de una forma o de otra, se fueron involucrando, sintiéndose obligados a alguna reflexión. En los primeros momentos predominó la conmoción, después vinieron los alineamientos, guiados por todo tipo de criterios: experiencias personales, colores políticos, formas y estilos de pensar.

No sin dificultad y temores, la sociedad fue intuyendo que el problema puesto sobre el tapete no es simplemente un problema político de derecha izquierda, sino un problema cultural y ético de hombres mujeres. Ningún test de tanta altura y profundidad como éste para medir esa conciencia "de género", esa perspectiva de género de la que en Nicaragua se viene hablando desde hace tantos años. No logrará la sociedad nicaragüense mucho menos la sociedad sandinista desentrañar lo ocurrido y sus impredecibles consecuencias de todo tipo adoptando una perspectiva exclusivamente clasista (derecha izquierda), exclusivamente partidista (sandinistas antisandinistas) o peor aún, limitadamente coyunturalista (liberalismo alemanista FSLN ).

Un fruto de la conciencia de género

Muchas veces hemos escuchado a observadores nacionales e internacionales que Nicaragua es uno de los países latinoamericanos donde existen más numerosos y diversos grupos de mujeres. En todos los espacios de la sociedad, la conciencia de género ha ido extendiéndose y calando. Trabajadoras agrícolas e industriales, policías, periodistas, profesionales de todas las ramas, monjas católicas, pastoras evangélicas, estudiantes, han ido sumándose con lucidez y decisión a lo que esta perspectiva enseña.
Uno de los objetivos prioritarios y priorizados del movimiento de mujeres en Nicaragua ha sido la denuncia de la violencia dentro de la familia y el acompañamiento de niñas, jóvenes y mujeres que la padecen o la han padecido. "Romper el silencio" ha sido una consigna permanente que ha acompañado campañas y esfuerzos durante años.

Mensajes revolucionarios

Toda la sociedad nicaragüense ha recibido a lo largo de estos años post revolucionarios muchísimo más que en los revolucionarios años 80 multitud de mensajes que cuestionan la cultura machista, alientan a denunciar cualquier forma de violencia, reclaman "democracia en la calle, en la casa y en la cama", enaltecen la ternura y la equidad, estimulan a vivir la vida de otra manera y por lo tanto, a buscar otra forma de hacer política , con menos agresividad, sin doble moral, con más respeto a las niñas y a las mujeres, sin prepotencia.

Es comprobable que la inmensa mayoría de estos mensajes alentadores surgen de grupos y de personas que fueron llevadas a pensar de una manera más humanista al calor de las importantes y positivas transformaciones que la revolución produjo en la sociedad nicaragüense. En este contexto de "revolución cultural" posterior a la revolución social de los 80 es donde debe ser situado el caso de Zoilamérica y el desafío al que convida a todos.

La revolución pendiente

Han pasado los años y el trauma de la derrota electoral del FSLN en 1990 es un fantasma que sigue presente en la sociedad sandinista. La dispersión y la confusión creadas entonces no han logrado superarse. El embate neoliberal de los 90, y peor aún, el avasallante alemanismo, que ha permitido el retorno del somocismo, en estos últimos años del siglo, han impedido, una y otra vez, el encontrar tiempo para enfrentar el desafío de la ética en la política. Siempre aparecían más urgentes los desafíos económicos, los electorales, los políticos. La ética en la política quedó siempre como una asignatura pendiente.

Uno de los muchos peligros en los que el FSLN aparece enredado hoy es el de pensar más en ganar las próximas elecciones que en ganar a las futuras generaciones. Por sus años, Zoilamérica representa a la generación destinada a relevar a quienes dirigieron la revolución hace una década. Y este caso lo están siguiendo las niñas y los niños que dentro de otros veinte años tomarán el relevo de sus manos.

El capital político y ético del FSLN lo han amasado varias generaciones de nicaragüenses con mucha sangre, probado valor y notable creatividad. Un proceso revolucionario supera siempre a aquellos que lo encabezan o a quienes, pasados los años, dicen representarlo. Un proceso revolucionario esparce semillas de transformaciones por doquier y a menudo, cosecha donde no sembró. No deja de ser significativo que sea una mujer, una joven, la que le haya planteado a esta sociedad en crisis, en convulsiones históricas desde hace más de 20 años, tan importante desafío cultural y ético.

¿Se perderá la sociedad, el sandinismo, en el laberinto de los rumores o de las venganzas o sabrán ponerse, la sociedad y el sandinismo, a la altura de este momento?
Más que humillados o decepcionados, los sandinistas deberían ser capaces de administrar su dolor, organizar sus desesperanzas, recordar el inmenso capital humanista en que se forjó este movimiento y disponerse a recomenzar, a aceptar la revolución pendiente, ésa que, además de hacer opción por los pobres, se decide a hacer opción por las mujeres.

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