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Universidad Centroamericana - UCA  
  Número 135 | Marzo 1993

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El Salvador

Habla la Comisión de la Verdad

El informe de la Comisión de la Verdad es como un segundo round en la lucha del pueblo salvadoreño contra el poder de los militares.

Omar Serrano

La polémica por el incumplimiento del gobierno en la depuración militar, que acaparó la atención de los salvadoreños en enero y febrero, dio paso a un tema más candente Aún: el informe que la Comisión de la Verdad hace público en la sede de la ONU el 15 de marzo.

¿Imposible depurar a los 15 militares?

Los militares no depurados esperaban que toda la avalancha de comunicados que las fuerzas políticas y sociales de El Salvador hicieron en contra del incumplimiento del gobierno en este tema, quedaran en eso: en simples pronunciamientos sin traducción en presiones más concretas. Ocurrió lo que los militares esperaban. Existe un silencio general en torno al tema y parece que la depuración fuera ya un tema del pasado. A nivel internacional, el panorama es similar. Sólo se conoce la iniciativa de dos congresistas demócratas estadounidenses que lanzaron la propuesta de suspender la ayuda militar y congelar la ayuda económica a El Salvador hasta que el gobierno cumpla completamente los acuerdos en esta materia. Pero la propuesta no ha sido siquiera discutida en el Congreso norteamericano.

La depuración ha dejado de ser importante también para un sector del FMLN, que no ha cumplido aún con la total destrucción de su armamento. Pero, contrariamente a lo que era habitual en el gobierno, el Presidente Cristiani restó importancia a esta posposición aduciendo que "es comprensible algún retraso", añadiendo simplemente: "Creemos que el FMLN va a cumplir".

Según los Acuerdos de Paz, el FMLN deba destruir todo su armamento a más tardar el 11 de febrero. La ex-guerrilla, ahora partido político, expresó que cumplirá con lo acordado, pero sólo con el armamento convencional, señalando que los misiles tierra-aire en su poder - armas que durante la guerra fueron causa de tanta polémica y tan determinantes para contrarrestar a la fuerza aérea salvadoreña - no se destruirán hasta que la depuración de la Fuerza Armada se cumpliera a cabalidad.

Sin embargo, días después y unilateralmente, el ERP, una de las cinco organizaciones que componen el FMLN, destruyó ante la Misión de Observadores de las Naciones Unidas (ONUSAL) los 25 misiles que esta organización tenía en su poder. El comandante Claudio Armijo, alto dirigente del ERP, declaró que destruían los misiles como muestra de la buena voluntad del FMLN y afirmó que la destrucción de los misiles no estaba condicionada a la depuración de la Fuerza Armada porque "la depuración es un compromiso del presidente Cristiani con la comunidad internacional y no con nosotros".

El ERP, y su máximo dirigente Joaquín Villalobos, están completamente convencidos de que el ejército recibió su golpe estratégico con la depuración ya cumplida por Cristiani y que lo que aún falta por cumplir es secundario. "De los 102 que la Comisión Ad-hoc recomendó depurar, 87 ya han sido depurados y de los 15 que quedarían hasta 1994, 7 ya están en misiones en el exterior. De los 8 que faltan, son sólo 3 los que quisiéramos que se fueran, porque los otros 5 no huelen ni apestan, no hicieron gran cosa", declaró a envío el ex-Comandante "Balta", del ERP.

La realidad es que por unas razones o por otras, no ha habido ningún contrapeso que obligue a Cristiani a cumplir con la depuración total de la Fuerza Armada. Fuentes fidedignas sostienen que el mismo enviado especial del Secretario General de la ONU, Alvaro de Soto, ha perdido ya las esperanzas de concluir esta depuración. Naciones Unidas carece de medios de presión si al interior del país las presiones han desaparecido.

Aunque Cristiani no ha cumplido con uno de los ejes de la acordada reestructuración de la Fuerza Armada, - la depuración -, sí lo ha hecho con todos los demás acuerdos que la afectan. La reducción del ejército salvadoreño a la mitad (hoy son 31,500 miembros de los 63,000 que había al terminar la guerra) se ha realizado antes de los dos años estipulados para ello. También se han disuelto todos los batallones élite, los batallones regulares y los cuerpos de seguridad. Cristiani ha ganado con esto la imagen de cumplidor, lo que le permite afirmar que no ha concluído la depuración "por el bien del país", para evitar la desestabilización.


§ "La Comisión de la Verdad presentará un informe final, con sus conclusiones y recomendaciones, en un plazo de seis meses contados a partir de su instalación.

§ La Comisión remitirá su informe a las Partes (Gobierno y FMLN) y al Secretario General de las Naciones Unidas, quien lo hará del conocimiento público y adoptará las decisiones o iniciativas que estime pertinentes.

§ Entregado el informe, se dará por terminado el mandato de la Comisión, la cual quedará disuelta.

§ Lo dispuesto en este acuerdo no impide la investigación ordinaria de cualquier situación o caso, hayan sido éstos investigados o no por la Comisión, as como la aplicación de las disposiciones legales pertinentes a cualquier hecho contrario a la ley."
(Acuerdos de Paz, 16 enero 1992).



Comisión de la Verdad

La depuración ha dejado de ser protagonista y su lugar lo ocupa ahora otro tema que guarda con ella estrecha relación: el informe de la Comisión de la Verdad.

La Comisión de la Verdad se creó como fruto de los Acuerdos de Paz. Está integrada por tres personalidades de amplia y reconocida trayectoria democrática, designadas por el Secretario General de la ONU: Belisario Betancourt (ex-presidente de Colombia), Thomas Burguental (presidente honorario del Instituto de Derechos Humanos de los Estados Unidos) y Reinaldo Figueredo (ex-canciller de Venezuela). Según el mandato recibido por la Comisión, los tres "son los responsables de la investigación de graves hechos de violencia ocurridos desde 1980, cuya huella sobre la sociedad reclama con mayor urgencia el conocimiento público de la verdad".

Para elegir los hechos a ser investigados, la Comisión debió tener en cuenta su singular trascendencia, sus características y repercusión y la conmoción social que originaron. También es función suya crear confianza en los cambios positivos que el proceso de paz impulsa y estimular el tránsito hacia la reconciliación nacional.

A diferencia del informe de la Comisión Ad-hoc - la que abordó el tema de la depuración -, el de la Comisión de la Verdad, según los Acuerdos de Paz, debe ser del conocimiento público e incluir los nombres de los civiles y militares responsables de los hechos de violencia, sean del FMLN o de la Fuerza Armada. Además, este informe tendrá repercusiones de carácter legal y no sólo de tipo administrativo, como era el caso en el informe de la Comisión Ad-hoc.

Según los acuerdos, el informe de la Comisión de la Verdad debía ser entregado el 11 de febrero, seis meses después de su instalación, pero a finales de enero se anunció que el informe se haría público hasta el 15 de marzo. Ya en ese momento el presidente Cristiani expresó públicamente que "no es oportuno que se revelen nombres propios en dicho informe para conservar la estabilidad de la nación". Y ya desde entonces, como ocurrió con el tema de la depuración, todas las fuerzas políticas y sociales expresaron lo contrario, declarándose a la expectativa ante los nombres que van a ser revela- dos como directa o indirectamente implicados en hechos de violencia que marcaron en estos años a la sociedad salvadoreña.

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Facundo Guardado:
"Los apáticos no son de centro, como izquierda tenemos que ganarlos"


"El FMLN tiene que seguir siendo, ante todo, la fuerza que encarna las transformaciones democráticas de este país, la fuerza que trabaja por los intereses de los pobres, del pueblo que nunca ha tenido oportunidades y que siempre ha estado en el abandono y en la miseria.

Estoy convencido de que la razón por la que un alto porcentaje de salvadoreños tiene simpatías hacia el FMLN es porque ven en nosotros algo nuevo, una verdadera alternativa de cambio. Representando los intereses populares y a partir de ah, nosotros podemos integrar un proyecto de nación. Nuestro proyecto tiene que integrar el interés popular, patriótico y nacional. Pero hoy existen en el FMLN quienes creen que tenemos que ser una fuerza que se mueva hacia el centro político.

Lo que yo creo es que el FMLN tiene que trabajar duro por ganarse a esa inmensa cantidad de pueblo que no está siendo partícipe de esta lucha porque no le ha encontrado sentido. El FMLN tiene que demostrarle a esta gente que ahora hay un sentido, que vale la pena participar. Debe motivar a esta gente. Yo no creo que la gente apática o escéptica ante el proceso sea de centro. Si lo fueran, serán miembros de otros partidos políticos que desde hace tiempo se presentan como fuerzas de centro. Lo que ha sucedido es que esta gente no ha tenido opción y no le ha encontrado sentido a su participación. Ese es el gran reto del FMLN. Me parece que a estos grandes sectores los podemos ganar desde una posición de fuerza alternativa, de fuerza transformadora de este país. A eso es a lo que aquí llamamos izquierda.

En el FMLN comenzamos hasta ahora a discutir y a elaborar la estrategia electoral, aún no hay desarrollo sobre plataforma, sobre pacto o sobre candidatura. Hay ideas en el sentido de buscar que las candidaturas de las fuerzas democráticas del país, de las fuerzas comprometidas con el cambio, se lleven a consulta popular. Esto es positivo, porque contribuirá a que la fórmula presidencial o la fórmula para otros cargos importantes del futuro gobierno no sólo cuenten con el respaldo del FMLN y de fuerzas organizadas en partidos democráticos, sino también con el de los sectores que no pertenecen a ningún partido, pero que tienen un interés muy concreto en que la democratización avance.

En las elecciones del 94 los sectores democráticos - el FMLN, la Convergencia Democrática, el MNR y todos los sectores comprometidos con este cambio - tenemos que apostar a ganar. A ganar el Ejecutivo, el Legislativo y la mayoría de municipalidades. Y esto no es una ilusión. Creo que somos los que tenemos las mejores condiciones para encabezar las transformaciones que este país demanda".

(Declaraciones a envío de Facundo Guardado,ex-Comandante de las FPL, uno de los nombres que se maneja para Vicepresidente en la candidatura de izquierda. (CD+ FMLN)


¿Por qué el retraso?

Existen razones intrínsecas al informe que aconsejaron el retraso en la presentación del informe de la Comisión de la Verdad. Los miembros de la Comisión realizaron su trabajo en Nueva York y aunque una de las razones para hacerlo allá fue evitar las presiones a las que estarían sometidos en El Salvador, también es verdad que en Nueva York están más cerca del Secretario General de la ONU para cualquier tipo de consulta. Se ha conocido también que en algunos de los casos investigados por la Comisión se ha requerido de consultas en El Salvador, recabando pruebas para dar por concluidos los casos. Incluso ha sido necesario invitar a los Estados Unidos a testigos de casos clave para que confirmen su declaración o para que afinen datos que esclarezcan los hechos.

Existen también razones para creer que la Comisión de la Verdad y el mismo Secretario General de la ONU han sido objeto de presiones por parte del gobierno salvadoreño. El objetivo fundamental que llevaban el Ministro de la Presidencia, Oscar Santamaría, y el Subjefe del Estado Mayor conjunto de la Fuerza Armada, Mauricio Vargas, en su reciente viaje a Nueva York, era pedir que no se revelen los nombres de los implicados en las violaciones de los derechos humanos. Proponían que se señalaran solamente los hechos concretos y la responsabilidad genérica en tales hechos. "Si los nombres llegan a revelarse - sostuvieron - El Salvador corre peligro de arder".

El coordinador del FMLN, Shafick Handal, reveló que ha habido presiones por parte del gobierno para evitar que se conozcan los nombres de los implicados, tratando de posponer su divulgación hasta después de las elecciones de marzo/94. En esta ocasión, la incoherencia de la Fuerza Armada es un claro cinismo. En reiteradas ocasiones - la más palpable, el caso de los jesuitas asesinado -, la Fuerza Armada ha salido a la defensa de la institución, sosteniendo que los crímenes cometidos por algunos de sus miembros los realizaron a cuenta propia y no se debe culpar por ellos a toda la institución. En esta ocasión, lo que piden invierte los términos: no habría que revelar los nombres propios de los militares violadores de los derechos humanos y se debe responsabilizar genéricamente a la Fuerza Armada. Su pretensión es otra prueba del poder que en El Salvador tienen aún los militares.

La posición de Cristiani

Para el Presidente Cristiani no es conveniente bajo ningún punto de vista el tener en cargos importantes de su gobierno a militares mencionados en el informe cuando éste se haga público, por el enorme desprestigio que esto le causaría a su buena imagen, tan arduamente labrada.

Algunos dirigentes del FMLN han sostenido que antes de que la ONU dé a conocer el informe, Cristiani dará de baja - por llegarles el "tiempo de retiro" - a los dos máximos jerarcas del ejército salvadoreño, los generales René Emilio Ponce y Juan Orlando Zepeda, Ministro y Viceministro de Defensa. En El Salvador, no es lo mismo que a un general retirado se le acuse de determinados crímenes, que que se le haga la misma acusación - y, más osado aún, que se le quiera llevar ante los tribunales de justicia - estando todavía activo y con mando en el ejército.

La única manera que tiene Cristiani de evitar el desprestigio de su gobierno y de contentar a los militares, es conseguir la "confidencialidad" del informe de la Comisión. Revelar nombres propios en el informe - dijo Cristiani - "generaría deseos de venganza que no son sanos para el país". Cristiani sostiene que no está en contra de la verdad, pero considera que no es el momento oportuno para revelar nombres, pues esto implicaría una posible desestabilización del país, lo que no contribuiría en nada a la reconciliación nacional, uno de los objetivos de la Comisión de la Verdad.

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Juan Ramón Medrano:
"Necesitamos cambiar nuestra idea de un proyecto hegemónico de izquierda


Ya estamos en un nuevo marco en El Salvador y, por tanto, debemos olvidarnos de ser la izquierda "tirapiedras" y debemos aprender a negociar por la va de congeniar intereses. Buscamos que no nos vaya a pasar lo que está sucediendo en Nicaragua, en donde el problema de la propiedad se ha convertido en la manzana de la discordia, en donde el Frente Sandinista, a pesar de haber tenido el poder total, perdió las elecciones. Viéndonos en ese espejo, no debemos cometer esos mismos errores.

Nuestro problema es cómo resolver la extrema pobreza, el problema de salud, vivienda, educación, narcotráfico, criminalidad, etc. en un país que produce 400 millones y gasta 1,200. En concreto, lo que necesitamos es mejorar el nivel de producción y de productividad y eso no lo podemos hacer nosotros, la izquierda. Eso lo sabe hacer la empresa privada. Entonces, para poder hacerlo juntos, necesitamos cambiar ese esquema nuestro de un proyecto hegemónico de izquierda.

Es cierto que debemos aspirar a un socialismo democrático, pero a largo plazo. Primero debemos consolidar el germen de ese polo económico alternativo popular, que todavía es muy pequeño. Y hay espacio: porque todavía el proyecto nacional no es el proyecto neoliberal, sino un proyecto de economía social de mercado, un proyecto de capitalismo modernizante.

Hay un sector del FMLN que está planteando la hegemonía de la izquierda y esto se refleja hasta en los candidatos que plantean para Presidente y Vicepresidente en las elecciones del 94, proponiendo a uno de la Convergencia y a uno del FMLN. Eso implica izquierda más izquierda. Y eso implica que si ganamos es la izquierda la que estará en el poder y será ella la que no podrá resolver los problemas del país. No podremos resolverlos porque en estos momentos no vamos a cambiar la política del Fondo Monetario y del Banco Mundial. Además, Clinton no solamente disminuirá la ayuda a El Salvador, sino que también echará a los salvadoreños de los Estados Unidos y eso será un doble problema para nosotros.

Para nosotros lo más importante no es si ganamos o no las futuras elecciones. Lo más importante es si somos lo suficientemente fuertes como para que se sigan dando las transformaciones estructurales que ya iniciamos con los acuerdos. En este sentido, nuestro planteamiento es no polarizar la situación para distinguirnos de Cristiani y de la empresa privada modernizante. Al contrario, vayamos al encuentro de este sector y aislemos a la extrema derecha, que es polarizante. Gana más el pueblo si logramos un proyecto de unidad nacional, independientemente del signo de la fuerza que gane las elecciones del 94, que si intentamos polarizar como izquierda al país para ganar las elecciones. Otra cosa es que para mantener un equilibrio necesitemos seguir impulsando un proyecto organizativo territorial. Necesitamos fortalecer los sectores y los gremios, porque mientras más fuerza tengamos, más posibilidad tenemos de concertar con la empresa privada y con la Fuerza Armada".

(Declaraciones a envío de Juan Ramón Medrano, ex-Comandante"Balta", del ERP, actual Secretario de Prensa del FMLN).


Otras opciones

El pueblo salvadoreño quiere lograr en el informe de la Comisión de la Verdad lo que no pudo lograr en la depuración. Es su segundo round, según el ex-Comandante del FMLN, Juan Ramón Medrano. Aunque el informe se ha mantenido en estricta confidencialidad, se sabe que por lo menos 4 de los actuales jerarcas del ejército aparecen en él como flagrantes violadores de los derechos humanos. Así, los que tenían que ser depurados y se resistieron saldrán ahora señalados y, mejor todavía, se les podrá llevar ante los tribunales de justicia. La divulgación íntegra del informe de la Comisión constituye el último cartucho en manos de la gran mayoría de los salvadoreños para deshacerse de los militares dirigentes de la famosa y represiva "Tandona".

Cuando el 31 de diciembre Cristiani obvió las recomendaciones de la Comisión Ad-hoc, ninguna organización pro-gubernamental se atrevió a salir en defensa de los 15 militares que no fueron depurados. En cambio, al pretender el Presidente de la República ocultar nombres en el informe de la Comisión de la Verdad, los partidos políticos de derecha han apoyado claramente la posición de Cristiani. ARENA manifestó a través de uno de sus diputados que "por el bien de la reconciliación y la paz no es oportuno revelar los nombres de los señalados por la Comisión en estos momentos".

Lo mismo hizo el Partido de Conciliación Nacional (PCN) y El Diario de Hoy. Por su parte, el General Zepeda, Viceministro de Defensa, uno de los presuntos implicados en la lista de la depuración y de la Comisión de la Verdad, declaró que el informe del 15 de marzo "carece de credibilidad" porque en tan poco tiempo la Comisión no pudo investigar a fondo los casos y, por tanto, no puede determinar responsabilidades personales.

Con mayor peso, otras fuerzas políticas y sociales del país se han expresado contra la pretensión de ocultar a la nación el informe de la Comisión de la verdad. Convergencia Democrática, el MNR y el FMLN se pronunciaron porque se cumpla totalmente con lo establecido en los acuerdos. La Prensa Gráfica, la Universidad Nacional, la UCA, la Iglesia Católica y la Luterana se manifestaron en el mismo sentido.

La polarización generada ante la inminente publicación del informe de la Comisión de la Verdad no alcanzó al FMLN. Es total la unanimidad entre sus cinco organizaciones sobre la necesidad de la publicación íntegra del informe. Esta unanimidad descarta cualquier rumor de que el FMLN hubiera negociado con el gobierno - al estilo de lo que sucedió con la depuración- y constituye un paso ético frente a la población salvadoreña, ya que en dicho informe aparecerán también nombres de miembros del FMLN vinculados a hechos de violencia que conmocionaron al país desde 1980.

Como una forma de atenuar la conmoción que sin duda provocará la publicación del informe, Monseñor Gregorio Rosa Chávez, obispo auxiliar de San Salvador, expresó en la homilía del 28 de febrero: "La iglesia está dispuesta a perdonar a todos, siempre y cuando se pase antes por la verdad".

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