Envío Digital
 
Universidad Centroamericana - UCA  
  Número 185 | Agosto 1997

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El Salvador

Hablan las diputadas del FMLN

Ileana Rogel, María Morales, Ofelia Navarrete y Violeta Mejívar hablan de sus tareas en la paz y de sus heridas en la guerra. Comparten con envío sus preocupaciones, los desafíos que las apasionan y también sus sentimientos

Ismael Moreno, SJ

La mañana de finales de junio en que envío tuvo un primer contacto con las diputadas del FMLN, parecía un día especial: el tercer piso de la Asamblea Legislativa, el destinado a los parlamentarios del FMLN, estaba copado por gentes de todos los departamentos del país. "Esto pasa todos los días en que hay audiencias", respondió ante nuestro asombro la joven recepcionista, que atendía con amabilidad e interés a todas las delegaciones que se le acercaban solicitándole una cita.

¿Y qué motiva tantas audiencias? "Problemas, compañero, problemas y más problemas. Saben que, por lo menos, aquí son escuchados". Sin previa cita, solicitamos conversar con alguna diputada del FMLN. La compañera que me guiaba por aquellos vericuetos políticos le apuntó de inmediato cuatro nombres: Ileana Rogel, María Morales, Ofelia Navarrete y Violeta Menjívar. "Si se esperan, les puedo comunicar con dos de ellas. Violeta no está en este piso, sino en el sexto, el de la directiva de la Asamblea. Y María Chichilco está fuera, en trabajo de campo", añadió, refiriéndose así a Ofelia Navarrete, que con ese nombre de guerra se hizo célebre durante dos décadas en todos los cantones y cerros de Chalatenango, desafiando a los soldados y arengando a la gente. Hoy, representando a Chalatenango ocupa uno de los 27 curules que ganó en las elecciones de marzo el FMLN en la Asamblea Legislativa, uno menos que el derechista partido ARENA y 16 más que el Partido de Conciliación Nacional.

De esos 27 diputados propietarios que tiene el FMLN en la Asamblea Legislativa 9 son mujeres. Entre los 27 suplentes, 7 son mujeres. Además, hay 6 alcaldesas y 125 integrantes de Consejos Municipales en 54 de los 162 municipios del país. En total, 141 mujeres en puestos de poder y responsabilidad en la nueva etapa de transición democrática que vive El Salvador.

Queremos otra Asamblea

envío habló con las cuatro diputadas a las que solicitamos ver. Para Violeta Menjívar profesional de la medicina, soltera y sin hijos y actual Secretaria de la Directiva de la Asamblea, curtida en la lucha revolucionaria por más de dos décadas, primero en servicios médicos en la guerrilla en Chalatenango y después en la dirección política del FMLN a nivel nacional , el FMLN, a la par de los desafíos coyunturales concretos dentro de la Asamblea Legislativa, debe luchar por transformar la dañina tradición de subordinación institucional del Legislativo al Ejecutivo.

Históricamente, el Legislativo ha legislado sólo lo que el Presidente ha querido que se legisle. Ha sido una simple correa de transmisión. Además, la leyes que promueve el Presidente responden casi siempre a los intereses del gran capital. Este desafío estructural debe ser encarado por el FMLN. No se trata sólo de negociar con la derecha en el marco de un equilibrio de fuerzas. Hay que lograr que la Asamblea Legislativa tenga su propia agenda, que la haga independiente de los otros órganos del Estado, y que los temas de esa agenda respondan a los grandes problemas del país y no sólo a los de los minoritarios sectores privilegiados. Independizándose, el Legislativo debe recuperar su puesto de primer poder del Estado. Y no sólo debe aprobar el presupuesto que ejecutan el Presidente y los diversos ministerios, sino fiscalizar el uso de los recursos aprobados. Todo esto supone un Legislativo abierto a la opinión pública y realmente eficiente.

Violeta Menjívar lo dice francamente: "La Asamblea debe dejar de ser una cueva de bandidos, que utilizan su inmunidad para dar rienda suelta a sus negocios malhabidos. Las leyes deben aprobarse de cara al pueblo y en base a criterios que unan lo técnico con lo político. Una Asamblea que tiene fondos sólo para sueldos y viáticos es una fuente de ineficiencia y corrupción. La gente se ha acostumbrado a un foro que no da un servicio a la sociedad, sino que es una plataforma para las fechorías de unos cuantos. Si nosotros, los del Frente, no luchamos por cambiar esta situación, corremos el riesgo de caer en el mismo remolino de la corrupción. Hay que sanear la Asamblea de vividores y lograr que se estructure en base a la eficiencia administrativa y a su nuevo papel democratizador".

En el filo de una navaja

Ileana Rogel con una extensa experiencia en el trabajo organizativo urbano y diputada de la Plancha Nacional, la estructura de seis diputados del FMLN que ganaron por conteo global y no departamental nos habló de la actual actividad del Frente en el Legislativo. "Ahora estamos abocados a cumplir con nuestro programa de los 100 días, que tiene que ver directamente con nuestros compromisos de campaña".

"Las tareas trazadas para este plazo que ya se vence eran: primero, reactivar la economía; segundo, enfrentar con firmeza el proceso de privatización impulsado por el gobierno de ARENA; tercero, lograr la condonación de la deuda agraria; cuarto, conseguir las necesarias reformas constitucionales, especialmente en dos campos: la reforma electoral y la reforma del código de la familia. Y por último, lograr reducir los impuestos que afectan directamente a los consumidores y aprobar mecanismos que aseguren que los grandes empresarios paguen impuestos".

"Para luchar por estos objetivos dice Ileana es necesario establecer acuerdos para poder gobernar. Si nos atrincheramos en una postura cerrada, no sólo nos quedamos solos como partido, sino que nos debilitamos más y perdemos las nuevas oportunidades que nos abrió el proceso electoral de cara a orientar la transición política actual, que arrancó con los acuerdos de paz y debe llevar a la consolidación de una democracia participativa. Sabemos que nuestra lucha se inscribe en el marco de la puesta en marcha de medidas neoliberales, y corremos el riesgo de convertirnos en facilitadores o colchones de estas medidas. Como FMLN, buscamos transformar las propuestas neoliberales que ARENA ha impulsado, incorporándoles la participación ciudadana, la responsabilidad de los sectores económicos privados, y asegurando que los beneficiarios de las propuestas económicas y políticas sean los sectores mayoritarios. Aunque somos conscientes de que transitar por esta vía es como andar por el filo de una navaja".

De los planes a la realidad

Haciendo un rápido recuento de los planes propuestos para los primeros 100 días, el FMLN ya fracasó en su cruzada para evitar la venta de la empresa estatal de telecomunicaciones ANTEL. Tras largas discusiones y cabildeos, ARENA logró convencer a todos los partidos para aprobar la privatización del principal activo con el que contaba el Estado salvadoreño, aislando al FMLN en la posición de que el Estado se quedara con un 51% de los activos de ANTEL y que el 49% restante se repartiera entre la transnacional compradora, los trabajadores y los usuarios directos.

Tampoco ha habido éxito en el objetivo de la reactivación económica. En lugar de reactivación los salvadoreños van descubriendo la corrupción financiera que ha imperado en el país en la última dé cada, al destaparse en julio una ilegal desviación y malversación de fondos de varias financieras que supera los mil millones de colones. El destape enrareció el clima de seguridad para la inversión e involucró a varios diputados de la derecha salvadoreña, quienes, al sentirse acorralados, intentan involucrar a diputados del FMLN, tratando así de desviar al terreno político el escándalo que envuelve al sistema financiero nacional.

Enfrentar a los evasores

"Sabemos que estamos ante desafíos que rebasan nuestras posibilidades afirma Violeta Menjívar y por muy iluso que parezca, debemos enfrentar la evasión de impuestos que existe en el país. En estos primeros cien días nos hemos planteado poner las bases de una reforma tributaria seria y de largo alcance. Tenemos que lograr una legislación que detenga el proceso de evasión de impuestos. Ampliar la base tributaria, no aumentar los impuestos. Se trata de enfrentar a los grandes empresarios, que son los responsables de la evasión de al menos el 50% de los impuestos. Si los grandes empresarios pagaran sus impuestos, acopiaríamos fondos con los que responder a muchas de las demandas sociales y de infraestructura que tiene el país. Hoy, en la realidad, son la gente sencilla, los sectores mayoritarios, los que pagan el IVA. Son ellos los que sostienen primordialmente al Estado. Y los mayores evasores de impuestos son los que más ganancias tienen, que son los que demandan constantemente un aumento a los impuestos. Como saben que existe un sistema que asegura que los pobres pagan y los ricos no, se van a oponer tenazmente a la reforma tributaria que nosotros, los del Frente, estamos proponiendo en la Asamblea".

En estos primeros meses, ¿cuál ha sido el mayor aporte que ha dado el Frente en la Asamblea Legislativa? Ileana Rogel ni pestañea al responder: "Darle mayor beligerancia al Poder Legislativo y poner en la mesa de discusiones grandes temas nacionales que nos involucran a todos los salvadoreños. Hasta ahora, la Asamblea Legislativa ha sido un instrumento dócil al servicio del gran capital. En estos primeros meses, esa realidad ya se está tambaleando. Ahora hay debate y una negociación política que puede ir alcanzando niveles serios que no se basen en el chantaje o el soborno. El equilibrio de fuerzas te obliga necesariamente a discutir los temas nacionales y a buscar consensos, teniendo en cuenta a los diversos sectores de la sociedad salvadoreña".

Parte de la sociedad civil

Algunos analistas salvadoreños opinan que en la realidad del país sigue pesando el tradicionalismo político, que siempre ha entendido que la sociedad política es la que define el rumbo del país y que ve a los diversos sectores organizados de la sociedad civil como meras correas de transmisión de líneas e intereses políticos partidarios. ¿Qué piensan las diputadas de izquierda sobre este tema? ¿A quiénes representan ellas en la Asamblea Legislativa?

Ileana se entusiasma hablando del equilibrio de fuerzas en la Asamblea. Pero se desconcierta cuando la pregunta le toca directamente a ella. Luego reacciona: "En la Asamblea Legislativa yo no represento sólo los intereses del FMLN. Hay sectores sociales, por ejemplo, el de los consumidores, a los que siento estar representando. Y no dudo en situarme como parte de la sociedad civil, siendo política. Estoy convencida de que tenemos una tarea enorme en el actual proceso de consolidación democrática de la sociedad salvadoreña. Esa tarea es la de romper con ese tradicionalismo político, que siempre ha entendido que los políticos van a las comunidades a buscar el voto de la gente, se acercan sólo en épocas de elecciones, ofrecen muchas cosas y al final capitalizan todo en favor de su propio partido. Y peor aún, en favor de sus intereses particulares".

Ante un tema tan actual y polémico como el de la relación de los políticos con la sociedad civil, María Chichilco reacciona enérgica: "Yo creo que ésas son discusiones teóricas. En la práctica los caminos se cruzan. De lo que se trata es de ir buscando cómo los políticos escuchen y respondan a lo que la gente sufre y lucha y de que la gente busque cómo canalizar políticamente sus demandas. Y eso es asunto de compromiso práctico en la vida de todos los días. En lo cotidiano, los políticos del Frente tratamos de meternos entre la gente y buscamos representarla en los debates que tenemos en la Asamblea. Y en la práctica, también la gente de la base va tomando su propio camino, va luchando por su propia dignidad. No somos la misma cosa, pero al buscar lo mismo, y buscarlo honradamente y respetándonos, entonces podemos andar por los mismos caminos. Yo pienso que los políticos debemos tener siempre carne de pueblo para ser políticos de verdad, y el pueblo siempre ha de ir poniéndole rumbo político a sus demandas para no caer en una ingenuidad que sólo a los sectores pudientes beneficia".

Representar a las maras

Un tema que involucra a todos los sectores de la sociedad salvadoreña es el de las maras (pandillas). María Chichilco opina que la Asamblea Legislativa no puede dejar de buscar con responsabilidad un marco jurídico serio para un problema tan grave para la juventud de nuestras ciudades. Cree que a las maras juveniles hay que acogerlas y legalizar el carácter de su lucha. Está convencida de que sólo así se podrá saber qué es lo que buscan, y sólo así se les podrá reinsertar en la sociedad.

"Nosotros nos fuimos a la clandestinidad durante muchos años porque las estructuras de poder no aceptaban nuestras demandas. Y nos decían de todo: gente desadaptada, terroristas, insociables... Por eso, cuando yo escucho que a los de las maras les dicen criminales, violentos, inconformes, sólo de nosotros me acuerdo. Y por eso creo que los del Frente no debemos cerrar nuestro ojos ante ese clamor de la juventud que se organiza en maras. Y lo mejor que podemos hacer es luchar para que se legalice su organización y lo mejor de sus demandas. Así estaremos haciendo frente a la violencia sin recurrir a los garrotes y, al mismo tiempo, rescataremos a una extensa población juvenil, que exige ser reconocida en una sociedad tan abatida por las exclusiones sociales y económicas. Si no hacemos esta lucha en la Asamblea, ¿para qué estamos de diputadas, diciendo que representamos a la sociedad civil?"

Ileana Rogel se suma a esta discusión: "En el FMLN existe un sector importante que está trabajando para hacerse presente en la vida cotidiana de las comunidades. Un mecanismo que hemos puesto en marcha es que cada diputado tiene asignado un territorio para llegar a la población. Yo, por ejemplo, tengo asignado el departamento de Morazán. Llego allí para conocer lo que la gente está sintiendo y para captar sus problemas. Me interesa saber lo que la gente está pensando del país, del gobierno, del FMLN. No me interesa que la gente me conozca ni me interesa llegar a ofrecer promesas del FMLN. Me interesa conocer la problemática de la gente. Hemos elaborado un plan de trabajo departamental con los objetivos de captar las necesidades prioritarias de la población de las diversas comunidades del departamento y definir estrategias para buscar propuestas de solución con la participación de los sectores sociales afectados y de fortalecer la capacidad propositiva del Partido".

Ser de izquierda hoy

Ileana Rogel y María Chichilco están convencidas de que en la actual coyuntura el FMLN debe sumar esfuerzos para ir ganando más espacios que le permitan hacer creíbles y posibles sus propuestas.

Saben que no es tarea fácil. La clave estará en rescatar y potenciar los grandes valores de resistencia, entrega, cercanía, audacia y honradez que años atrás llevaron a muchos militantes del Frente a decidirse por una lucha en la que arriesgaban hasta su vida para hacer realidad esos valores en la sociedad salvadoreña.

Ileana es de las que piensan que la izquierda nunca será una nueva izquierda mientras no encare un reto ineludible: "Los políticos debemos acercarnos a los sectores de la sociedad civil con el corazón puesto en las necesidades de la gente y con la entera disposición de abrirnos a la participación ciudadana. Por su parte, los sectores de la sociedad civil deben acercarse a los políticos de manera propositiva, con el fin de incidir para que las estructuras partidarias se transformen en instancias abiertas a intereses extrapartidarios. Las estructuras partidarias de izquierda sólo tendrán validez en la medida en que se vayan abriendo a las propuestas de la sociedad civil y sólo se fortalecerán internamente en la medida en que se preocupen menos de proteger sus intereses partidarios. Sólo así podrá la izquierda seguir siendo crítica, propositiva y catalizadora de procesos populares de lucha".

Esta reflexión enlaza con la experiencia de las elecciones del 16 de marzo: el triunfo de candidatos a alcaldes en los principales municipios del país se logró gracias a la magistral decisión del FMLN de proponer a ciudadanos que, aunque bajo la bandera del partido, no tenían como característica primordial una reconocida militancia.

María Chichilco quiso dejar bien claro que si los políticos quieren seguir siendo de izquierda, no deben perder la relación con la gente. "A la gente no la podemos engañar. En nuestra agenda de diputados tenemos unos días destinados a la atención al público. Yo les digo a mis compañeros: no engañemos a la gente, no le prometamos cosas que nunca les vamos a cumplir. Porque nos buscan de todas partes y para cualquier cosa. Desde pedirnos trabajo hasta que les demos un plato de comida. Nuestra misión de diputados no es darle respuesta inmediata a todo lo que pide la gente. Es cierto que debemos escucharla. Pero nuestra principal misión es luchar para que se aprueben leyes que no sean un garrote contra la sociedad. Y al mismo tiempo, acompañar a la gente para que sus demandas concretas sean atendidas en los diversos organismos del Estado".

Lo llamo "imperialismo"

En la guerra, el FMLN tenía identificado a su enemigo principal: la Fuerza Armada, y la oligarquía y el gobierno de los Estados Unidos a cuyos intereses servían los militares. "Hoy día nos dice Ileana seguimos ante el mismo enemigo en contra del cual decidimos un día empuñar las armas: el gran capital, insensible a la vida de las mayorías, encarnado en reducidos sectores empresariales, comerciales y financieros, ciegas correas de transmisión de los intereses perversos del gran capital financiero, industrial y comercial internacional. Ahí está nuestro eterno enemigo, el enemigo de los sectores populares salvadoreños, centroamericanos y mundiales. Ahí está, vestido de banco y de restaurante, de empresa de autos y de cosméticos, de líneas aéreas y de tarjeta de crédito. Ese es nuestro enemigo, el que globaliza en todo el mundo la enfermedad de los niños y la violencia juvenil. Ese es nuestro enemigo. No hay otro. Y lo llamo con el mismo nombre con el que lo nombramos hace dos décadas: es el imperialismo. Con muchos rostros y con raíces muy ramificadas. A ese enemigo hay que hacerle frente desde lo local, desde la lucha por reformas legales y por impedir que se privaticen en El Salvador los beneficios sociales. Hay que enfrentarlo desde lo pequeño y lo local, pero con clara conciencia de cambio estructural. Sabiendo que nuestras leyes por la defensa del niño han de ser espacios conquistados para que en otros países centroamericanos se luche por lo mismo. Sabiendo que la lucha por espacios ecológicos es la lucha en contra de la política devastadora ejercida por las transnacionales en contra de los recursos de la tierra. No tengamos miedo de seguirlo diciendo: nuestro enemigo sigue siendo el imperialismo, que hoy se viste de neoliberalismo y que tiene puesto su mortífero aguijón en el barrio marginal de la ciudad y en cualquier rincón de nuestros cantones salvadoreños".

La política me apasiona

"Yo tengo vocación política dice Ileana con tono seguro y ejerzo la política con gusto y con pasión. Me gusta hacer cabildeos, buscar correlación favorable para alcanzar el objetivo que buscamos con tal o cual ley, con tal o cual directiva. Andar viendo con quienes conversar, a quienes conquistar, andar estableciendo alianzas. Todo eso es algo que me apasiona. Yo formo parte de la Jefatura de fracción colegiada, que es la instancia del FMLN encargada de darle seguimiento a nuestros objetivos políticos en la Asamblea Legislativa. Yo gozo en ese trabajo".

¿Y la familia? Cuando le pregunto esto, Ileana cambia de tono, pierde sus defensas, y de ser una política de temple firme, se transforma en una mujer indefensa. Durante toda la entrevista estuvo evitando hablar de su vida privada. Pero al final sucumbió ante lo inevitable. "Tengo dos hijas dice , Ana y Marianella. Son mi adoración. Y mi cruz". Los sentimientos la traicionan. "No me gusta hablar de este tema, porque pierdo el control. Aquí está mi debilidad. No puedo ser una política que lucha a tiempo completo por mi pueblo, sin sentir el aguijón de mis dos hijas, que reclaman mi presencia. La reclaman con sus gestos, lo exigen con sus miradas. La pelean con chantajes. `Yo quiero tener una mamá me dijo la pequeña el mes pasado que sea como la vecina. Ella nunca sale, pasa todo el tiempo con sus hijos. Los despide cuando salen a la escuela. Y los recibe cuando regresan de la escuela. Con esa mamá es con la que yo sueño'. Esa es mi cruz. En la familia es en donde el sistema me tuerce el brazo".

¿Sólo madres solteras?

María Morales nos recibió con abrazos, una taza de café y la firme decisión de compartir su experiencia. "No es fácil esta etapa de la lucha", nos dice tras un hondo y quizás traicionero suspiro. "Uno tiene que buscar equilibrios muy difíciles de sostener". Se detiene a mirarnos como queriendo echar marcha atrás a una conversación que puede tomar un giro que seguramente no buscaba, pero que toca sus fibras más hondas de mujer: su situación personal.

Mientras nos miramos recuerdo los datos que tengo de ella. Integrada a la lucha guerrillera desde los 11 años, tiene ya 32. Una vida entera en el escenario de la guerra. Debió asumir tareas de dirección y de jefa siendo todavía muy jovencita. Primero en el frente de guerra y después en la organización de masas en la capital. Madre de una niña y de un niño, con varios fracasos amorosos, todos vinculados a la irregular vida clandestina.

"No es fácil encontrar el equilibrio", dice de nuevo, decidida a reemprender la conversación iniciada. "¿Cómo vivir valores familiares y luchar para que se vivan en la sociedad salvadoreña, estando en un puesto de diputada? A veces salgo dejando a los niños dormidos. Regreso muy tarde en la noche y me toca besarlos mientras se sumergen en el sueño. Hay muchos desafíos que se le presentan a una de diputada. Pero ninguno es tan arduo como el de equilibrar vida familiar y vida de trabajo. He llegado a creer que para ser a la vez madre, esposa y política se necesitan unas condiciones tan excepcionales que resulta muy difícil de lograr. O al menos se ha de vivir en lucha constante. Y ésa es mi lucha actual. Comenzando porque se necesita que la pareja esté constituida por dos personas con gran madurez y comprensión. Por eso, nosotras, las mujeres que hemos decidido vivir nuestro compromiso como diputadas, o en el marco de la política, estamos sometidas a una crisis permanente". Tras una breve pausa, pregunta sin esperar respuesta: "¿Será que el luchar por una sociedad nueva supondrá siempre para nosotras, las mujeres, tener que vivir como madres solteras?"

Amores y desamores

María Morales nos contó trozos de su historia. Su primera misión fue en las milicias populares en Chalatenango."Por metida me mandaron a los 13 años como parte de la seguridad del Movimiento Popular en San Salvador. Para entonces, ya estaba en la lista tenebrosa de los grupos paramilitares de la Fuerza Armada. A los doce años me capturaron. Me preguntaron por una tal María Morales. `Sí, la conozco les dije , vive allá al final de aquel caserío'. Y les indiqué el camino". Así se libró de la primera muerte. Pero fue a costa de su padre, a quien capturaron en su lugar, y al que desaparecieron para siempre.

A los 15 años desafiaba el poderío de la Fuerza Armada desde un pelotón de comandos urbanos, de 30 personas. Sólo ella era mujer. Y la jefa. Tras la ofensiva de 1981, la trasladaron para Guazapa, en donde logró resistir a la embestida a la que la Fuerza Armada puso el nombre de 40 días y 40 noches. María terminó exhausta, pero viva y con mayor compromiso. Entonces la trasladaron de nuevo a Chalatenango. En un cruento combate casi la mata una granada. Debieron trasladarla de emergencia a San Salvador. Por poco le amputan una pierna. En sus largos días de recuperación leyó mucho sobre el país y se enteró de las nuevas corrientes que soplaban en aquellos años finales de la década de los 80. Pensó mucho en su vida y se decidió a recuperar destrozos y solidaridades, encuentros y desencuentros, sus amores y no pocos de sus desamores.

Para entonces, se decidió a tener a su primera niña. Estaba embarazada cuando recibió la noticia de la muerte de su compañero. Este destrozo la hizo más fuerte en la lucha. Por su niña y por la urgencia de impulsar el trabajo urbano en la capital, le asignaron la tarea de conducir los comandos urbanos de San Salvador y el trabajo de masas en los organismos de las comunidades marginales de la capital. Eran las vísperas de los acuerdos de paz.

Llegamos cansadas a la paz

Con la paz, las realidades cambiaron para María Morales. Ahora, después de más de dos décadas, vuelven a llamarla por su nombre. Ella no se acostumbra ni se acostumbran los demás. Más se identifica con Miriam, el nombre que la acompañó por 20 largos años. Ya no vive en la zozobra de la clandestinidad ni de los retenes. Son espacios ganados y nunca vividos desde que tenía 11 años. Pero muchos sueños han sido frustrados. "Lo que vos esperabas que fuera, no fue así". Ella esperaba que la paz traería un país más compartido. "El resultado que esperaba fue diferente. Llegamos a la paz más llenos de tareas. Y llegamos cansados y cargados de heridas. Herida en mis piernas. Herida en mis costillas. Y herida en el corazón. Estas heridas son las que más me duelen. Las físicas dejaron imborrables cicatrices de guerra. Las del corazón siguen siendo heridas sangrantes. No me dejan enfrentar en paz los retos en esta etapa de la paz."

¿Cuáles son esas heridas del corazón?"Nunca tener un hogar del que disfrutar. Tras los acuerdos de paz, decidí formar pareja. Salí embarazada de mi segundo niño y antes de nacer, ya la relación había fracasado. De nuevo madre soltera. No me quise dar por vencida y reinicié una nueva relación. Pero tengo que decir que eso de equilibrar las demandas de la pareja con las tareas políticas es una historia aún no contada".

"Cambió el escenario dice Miriam . Cambió, pero no terminó la lucha. Se ha hecho demasiado larga. Estamos en un nuevo escenario, pero los salvadoreños que apostamos por la transformación del país estamos cansados. Y las heridas sangran más en estos escenarios sin trincheras definidas. Jamás pensé que llegaría a este tiempo con vida. Como nacimos y nos forjamos en escenarios pasados, éste de ahora es un regalo no esperado. Siempre me decía a mí misma que luchaba por las generaciones venideras, y que el valor de la lucha estaba en inmolarme para que otros recibieran los frutos. Por eso, mientras más difícil era la tarea encomendada, más satisfacción me daba. Ahora, sigo luchando por una sociedad nueva, sin haber gozado de un hogar y sin haber tenido juventud. Esas son heridas que me desangran, y estoy necesitando de fuerzas y de mucha ilusión para comunicarlas a otros".

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