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Universidad Centroamericana - UCA  
  Número 222 | Septiembre 2000

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Nicaragua

Interbank: una quiebra con revelaciones inquietantes

¿Qué se está lavando en Nicaragua? ¿Dinero, café, bancos, empresas, instituciones, personalidades? La cadena de inquietantes y escandalosas revelaciones surgidas tras la quiebra del Interbank ensucian y oscurecen el futuro.

Equipo Nitlápan-Envío

Hay bastante consenso en que en esta hora de la historia, cuando la avalancha globalizadora está haciendo desaparecer las naciones, Nicaragua no había llegado aún a ser una nación. ¿Es al menos un país Nicaragua? ¿O es sólo un lugar? ¿Se está haciendo o se está deshaciendo este lugar? Los hechos escandalosos se suceden mes tras mes y amalgaman un proceso que va deshaciendo rápidamente lo poco construido y va construyendo, también rápidamente, un espacio riesgoso donde el destino de la mayoría podría limitarse a sobrevivir tolerándolo todo o casi todo a una minoría.

El escándalo financiero en torno al Interbank, colocado en el sombrío escenario del fraude electoral en marcha y del pacto bipartidista excluyente ha sido la mayor de las señales en este sentido. Cada vez sabemos más de las intenciones y de los procedimientos de la minoría que ostenta el poder y lo exhibe con total impunidad. Cada vez más los vínculos ocultos salen a la luz para mostrarnos cuánto se ha contaminado todo. De momento, el saberlo genera lasitud, impotencia y tolerancia. ¿Hasta cuándo?


¿Lo político o lo financiero?

Es necesario repasar varias de las contradicciones y revelaciones inquietantes salidas a la luz pública con la intervención por la Superintendencia de Bancos (SIB) del Interbank, ocurrida el 7 de agosto, tras meses de estar detectando en este banco, de capital sandinista, un conjunto masivo de irregularidades que violaban varias de las disposiciones con que la SIB controla el sistema financiero nacional.

La primera pregunta, que es de fondo, seguirá flotando en el aire durante mucho tiempo. ¿Se trató de una conspiración política o de una crisis bancaria real? Y admitiendo no sólo la realidad sino también la envergadura de la crisis bancaria, ¿qué pesó más en la intervención: la voluntad política del Presidente Alemán de frenar el ascenso electoral del FSLN, debilitando sus bases económicas, o la voluntad de frenar los irregulares y dolosos manejos financieros en que estaba involucrado el banco? No hay respuestas puras.

Para sustentar la interpretación del complot político existen evidencias. La intervención del banco fue anunciada, en primera instancia y con ostentada satisfacción, por el propio Presidente de la República. La Superintendencia de Bancos habló después para calmar el pánico que ya se había desatado. Una segunda evidencia es la falta de prudencia: otro banco con problemas similares, el Banco del Café, llevaba varios meses intervenido y la opinión pública apenas se había dado cuenta de lo ocurrido. Otra evidencia de la politización tiene que ver con el calendario del Consejo Supremo Electoral (CSE), que llevaba varios días preparando la inhibición del conservador Pedro Solórzano para impedir que compitiera por la alcaldía de Managua. Esta inhibición ha sido tal vez la más burda de las maniobras tejidas por este Poder del Estado en el fraude que dirige impunemente. La intervención del banco fue una presión "definitiva" para "doblarle el brazo" a los magistrados del FSLN en el CSE. Los magistrados sandinistas querían abstenerse para no cargar con el costo político de semejante arbitrariedad, y los liberales querían "mancharse" todos, por lo que la inhibición debía darse por una votación unánime.

Para sustentar plenamente la interpretación política bastan estas tres evidencias. También tiene plena justificación la interpretación financiera que, sin negar la politización, sostiene que en el Interbank se había llegado a tal nivel de malos manejos que el banco estaba quebrado técnicamente y la intervención no podía posponerse. En el actual escenario, tan graves problemas bancarios hacían prácticamente imposible no caer en la "tentación" de manipularlos políticamente.

Más allá de toda prudencia

Las operaciones fraudulentas del Interbank son evidentes: desde hacía meses el banco le había prestado al consorcio agroindustrial de capital sandinista CONAGRA -hoy dice llamarse CONSAGRO- 52 millones de dólares, cantidad que el consorcio no podía pagar. Esta cantidad equivalía a más de dos veces el capital del banco, de 20 millones de dólares. De acuerdo a las normas bancarias, los préstamos a un único grupo empresarial no pueden sobrepasar el 30% del capital de la entidad financiera. Legalmente, CONAGRA debió haber recibido únicamente 6-7 millones de dólares.

Día tras día se venían acumulando problemas financieros en este banco, al igual que día tras día se acumulaban tensiones entre los dos grupos políticos que han amarrado un pacto que jamás fue "de caballeros". Al estallar la crisis todo se mezcló. Ante un problema financiero real y de compleja solución, el Presidente Alemán abandonó irresponsablemente toda cautela y se lanzó a politizar la crisis. A su vez, el caudillo del FSLN, al sentir "tocados" dos pilares del poderío económico de la cúpula partidaria -el banco y el consorcio- entró al mismo juego, politizando a su estilo la crisis. Una semana después de la intervención del Interbank, y conociéndose las irregularidades en que también estaba envuelto con CONAGRA el Banco de Finanzas (BDF) -también de capital sandinista, donde las empresas del ejército manejan depósitos- Daniel Ortega anunció -disimulando con calculada frialdad su intención- que la Superintendencia de Bancos también iba a intervenir el BDF.

El ejército entra al terreno del pacto

El Ejército de Nicaragua entró entonces a la crisis como protagonista con poder. Detuvo la intervención del BDF, tras una conversación entre el Jefe del Ejército, Javier Carrión, y el Presidente Alemán, seguida de otra reunión de emergencia en la que participó Alemán y Carrión con el resto de ministros del gabinete económico y del gabinete de seguridad. Palabras más, palabras menos, Carrión le presentó un firme ultimatum al Presidente, clímax al que llegó la primera oleada de la crisis financiera, "equilibrando" la tercia política entre el PLC y el FSLN. Como consecuencia de estas reuniones, no sólo el BDF no fue intervenido, sino que se acordó que la intervención del Interbank no sería ejecutada únicamente por la Superintendencia de Bancos, sino por una junta a la que se incorporó el sandinista Samuel Santos, directivo del Interbank, con el objetivo de suavizar los términos del proceso que dirigía la SIB.

El protagonismo del Ejército tuvo que ver con la dimensión nacional y desestabilizadora que había alcanzado la crisis y que, naturalmente, se iba a agravar con la intervención "politizada" de otro banco. Tuvo también mucho que ver con los 8 millones de dólares en depósitos que el Instituto de Previsión Social Militar -fondo de pensiones para los oficiales del Ejército- tiene en el BDF, mientras mantiene otros 12 millones de dólares en instituciones financieras de Estados Unidos, por considerarlas más seguras y más rentables.

¿Golpe de estado?

El gobierno liberal y el gobernante Arnoldo Alemán estuvieron al borde de la quiebra política en esos días. Carrión mencionó que la intervención del Ejército era necesaria porque la crisis ya estaba afectando la seguridad nacional. Los medios hablaron abiertamente de que el país estuvo cerca de un golpe de Estado. Alguna base para esto la dio el propio Presidente al afirmar, comentando las provocativas declaraciones de Ortega: ¡La víbora saltó inmediatamente! Daniel quiso echarme al ejército. Carrión negó que su intención hubiera sido intimidatoria. Sólo buscaba garantizar la estabilidad nacional en un momento muy delicado, lo que es exactamente su misión constitucional. El Presidente Alemán decidió suspender un viaje a República Dominicana y nunca volvió a referirse a la crisis bancaria con la triunfal sonrisa con que lo había hecho el 7 de agosto, cuando la SIB intervino el Interbank. En esta ocasión, el Ejército se introdujo por primera vez públicamente en el terreno del pacto para mostrar su "regla del juego", buscando demostrar autonomía del juego de los dos grupos pactistas. Decisión riesgosa. ¿Acertada?

El imperio CONAGRA

La segunda gran pregunta surgida con la crisis del Interbank está referida al origen de la fortuna de los dueños de CONAGRA, los hermanos Centeno Roque.

CONAGRA es actualmente el consorcio más poderoso del sector agrario de Nicaragua. Según datos del Ministerio de Economía, en 1999, AGRESAMI -empresa afiliada a CONAGRA- exportó más de 400 mil quintales de café, el 40% de la exportación nacional. Esto la constituye en la empresa exportadora de café más grande del país, poseyendo el más grande y moderno beneficio de café que existe en el Norte del país. CONAGRA tiene otras valiosas empresas: descortezadoras y exportadoras de ajonjolí en Occidente, el ingenio "Javier Guerra", camaroneras, empresas ganaderas que incluyen el centro de mejoramiento genético "Cañas Gordas", de Rivas, una inversión millonaria de alta tecnología y de dudosa rentabilidad. Las inversiones realizadas por el consorcio han sido continuas y cuantiosas. La voracidad de estos nuevos empresarios no parecía tener límites.

Hasta entonces, del irresistible ascenso de los hermanos Centeno sólo se hablaba en voz baja y con cuidado, a excepción de los comentaristas deportivos, que tenían a menudo a los Centeno en su boca o en su pluma. CONAGRA financia el equipo de beisbol del Norte, campeón de la Liga Nacional en 1999, pagando a los mejores peloteros del país los mejores salarios e impor-tando peloteros extranjeros también muy bien pagados. A la par que acumular poder económico, el consorcio ha buscado construirse una proyección social apoyando proyectos humanitarios. También respalda proyectos caritativos de la Iglesia católica. Con la crisis del Interbank se habló por primera vez de forma abierta, y más allá del ámbito deportivo o asistencial, de los Centeno, vinculándolos al mayor escándalo financiero y económico de la historia nacional. Este tránsito, del "secreto a voces" a la exhibición pública, abrió un muy delicado momento en la coyuntura nacional.


Una Caja de Pandora del tamaño del lago

La opinión pública escuchó una increíble historia: nacidos en Quilalí y criados con leche de burra, los niños Centeno se habían ganado la vida como lustradores de zapatos y ayudando a su familia, que vendía leña, hacía ladrillos y tejas y cultivaba una parcelita de café. Trabajando con empeño de día "y hasta altas horas de la noche" habían llegado a construir un imperio económico que toda Nicaragua contemplaba por primera vez en detalles y con asombro.

Desde el primer día, El Nuevo Diario insinuó la vinculación del capital de los Centeno al lavado de dólares y al capital de Humberto Ortega, quien respondió demandando al director y a un periodista del diario por injurias y calumnias. Desde el primer momento, el Cardenal Obando respaldó a los Centeno como gente ejemplar y expresó admiración por su laboriosidad.

Los Centeno exhibieron el respaldo del Cardenal como prueba de su respetabilidad y como sostén espiritual de su familia ante "las calumnias". Y pidieron que en las reuniones con el gobierno estuviera siempre presente, como representante del Cardenal, su vicario, el sacerdote y monseñor Eddy Montenegro.

En un escenario suficientemente asfixiante y confuso, la crisis del Interbank abrió una caja de Pandora del tamaño del lago, llena de inquietantes revelaciones. Las declaraciones de los diferentes acusados en las múltiples causas judiciales iniciadas en varios juzgados la mantienen abierta a diario. Tal vez nadie pueda ya nunca cerrarla. O tal vez nadie quiera hacerlo porque llegó la hora de aprender a convivir con sus turbios contenidos.

ONAGRA: perfil positivo en el campo

Es indiscutible que en pocos años los Centeno, CONAGRA y AGRESAMI consolidaron una extensa base social en el campo. En áreas cafetaleras y agrícolas abandonadas por la falta de crédito y de apoyo, tras el cierre del Banco Nacional de Desarrollo y el olvido del agro por el gobierno Chamorro y por el gobierno Alemán -quedó en palabras y en ninguna obra su pomposa promesa de volver a hacer de Nicaragua el granero de Centroamérica- el consorcio se convirtió en una segura y constante fuente de crédito para más de 10 mil pequeños y medianos productores. El consorcio prefinanciaba las cosechas pagando a pequeños, medianos y hasta a grandes productores los mejores precios del mercado. Esto permitió a AGRESAMI constituir redes de acopio que convirtieron al consorcio en la gran empresa exportadora que ha llegado a ser.

En bastantes zonas rurales, los Centeno tienen el perfil de un grupo económico benéfico que sustituye a la inexistente banca estatal y a la insensible banca privada. La UNAG (Unión Nacional de Agricultores y Ganaderos) -de origen sandinista-, y más explícitamente el sector vinculado a su presidente, Daniel Núñez, aparecieron como el aliado más sólido de los Centeno al intervenirse el Interbank. Fue la UNAG la que en los primeros días de la crisis organizó la manifestación de unos tres mil productores que llegaron desde el Norte a Managua y frente al Banco Central llevaron en hombros y entre aplausos a los Centeno aclamándolos como único sostén de miles de productores rurales.

El respaldo de la UNAG

El respaldo de este sector de la UNAG se explica, entre otras razones, porque la UNAG ha fracasado en su intento por constituirse en una alternativa para garantizar créditos a los pequeños y medianos productores agropecuarios. ECODEPA quebró, el Banco del Campo quebró, y a la UNAG sólo le queda CARUNA, una financiera relativamente pequeña que atiende a un reducido grupo de productores.

El sector de la UNAG que lidera Daniel Núñez y los Centeno coinciden en un discurso antioligárquico. Buscan explicar la crisis del Interbank como una más de las maniobras de la oligarquía tradicional, reacia a que la burguesía chapiolla haga dinero y coseche éxitos económicos. La oligarquía tradicional que, a excepción del paréntesis revolucionario de los 80, hegemonizó siempre la producción y exportación del café y siempre controló la exportación agropecuaria, no querría la competencia de los nuevos grupos emergentes. Este discurso repite, en otro contexto, el discurso antioligárquico y "a favor de los pobres" que mantienen ciertos dirigentes sandinistas, hoy "empresarios emergentes".

Empresas del APT en la mira

La "moneda" de los Centeno tiene otra cara. Dando créditos y recibiendo propiedades en garantía, AGRESAMI ha sabido aprovechar -y hasta crear- crisis que le han permitido embargar y apropiarse de fincas de gran valor en Matagalpa y en Jinotega, pertenecientes al Área Propiedad de los Trabajadores (APT). Según cálculos de la sandinista Asociación de Trabajadores del Campo (ATC), AGRESAMI tiene en su poder 10 mil manzanas de excelentes tierras cafetaleras de 60 fincas, que han ido cayendo en sus manos con este método.

La situación de inestabilidad de la propiedad de las empresas del APT -todas ellas arrendadas a los trabajadores con opción a compra- les impide el acceso al financiamiento bancario. Están en un círculo vicioso: pueden comprarlas pero para hacerlas producir y obtener ganancias necesitan créditos, pero no reciben créditos y no las pueden hacer producir y no las pueden comprar. Otros las están comprando. AGRESAMI lo hace con prisa.

APT: un proyecto deshecho

AGRESAMI financia las empresas del APT, recibe las fincas en hipoteca, y cuando fracasan en sus pagos las embarga y las absorbe. Fracasan o "las hace fracasar". No es difícil. Pasar de ser obreros agrícolas en empresas estatales, como en los 80, a ser dueños-accionistas en los 90 nunca fue concebido ni nunca podía ser un proceso sencillo, barato, rápido. Los dirigentes del FSLN que hoy controlan ese partido dejaron hace mucho tiempo de ser alternativos, utópicos o revolucionarios y consideran que invertir en empresas propiedad de los trabajadores es perder tiempo y perder dinero. Nunca creyeron en el proyecto del APT y pronto descubrieron que estas valiosas empresas podían servirles para engrosar y consolidar la "acumulación originaria" de "la piñata".

AGRESAMI ha demandado judicialmente y encarcelado a varios directivos sandinistas de empresas agroindustriales del APT. El proceso ha sido descarnado y acelerado y ha creado una relación tensa con un sector del sandinismo, la ATC, cuyos miembros fueron beneficiados en los 90 con las empresas que fueron estatales en los 80. ¿No está en este proceder de AGRESAMI "la marca" ideológica de los grandes proyectos agroindustriales de la revolución sandinista, donde los productores rurales fueron siempre vistos y tratados como objetos de beneficios y nunca como sujetos de desarrollo?

El FSLN protagoniza la contrarreforma agraria

El conflicto entre CONAGRA y las empresas del APT es una de las revelaciones que permanece en mayor penumbra. Ya se sabía de las graves contradicciones entre las empresas del APT y la cúpula del FSLN que, en cierta medida, explican el pacto. La política de AGRESAMI revela mucho sobre este lado oscuro del FSLN de los años 90. A través de los Centeno, los sandinistas nos están quitando las tierras que un día nos dieron: así resumen lo que está ocurriendo los campesinos beneficiarios de la reforma agraria de los 80 y los trabajadores agrícolas beneficiarios del proyecto del APT en los 90.

Mientras la SIB decide qué hacer con el Interbank -si devolverlo a sus actuales accionistas, licitarlo y venderlo o liquidarlo- la tensión entre los trabajadores dueños de las fincas del APT dadas por los Centeno en hipoteca al Interbank como garantía de sus adeudos se acrecienta. Si la decisión es liquidar el Interbank, esas propiedades serán subastadas. Y no puede olvidarse que acaparando tierras, también con voracidad, hay otro grupo económico emergente: el que se ampara a la sombra del propio Presidente de la República y su consorcio GENINSA.

Hay que añadir que una de las revelaciones más inquietantes que se desprenden de las preguntas que surgen ante el caudaloso capital de los Centeno y sus procedimientos es que en Nicaragua el lavado de dólares podría estar usando la modalidad de comprar propiedades agrarias, convirtiéndose así en instrumento de la contrarreforma agraria y de la reconstitución del latifundio.

La iliquidez de CONAGRA

Otras preguntas de fondo giran en torno a las razones de la quiebra de CONAGRA. La incapacidad de un grupo de empresas del consorcio para cumplir sus obligaciones financieras con el Interbank tiene dos posibles razones: pérdidas millonarias inesperadas causadas por maniobras especulativas con el precio internacional del café, sensiblemente deprimido en la cosecha de este año por causa de un exceso de oferta mundial y una acumulación gigantesca de inventarios que han desplomado los precios; o una muy agresiva y "loca" política de compra de propiedades agrícolas, que colocó al consorcio en una iliquidez tal que le llevó a maniobrar con el Interbank buscando ganar tiempo para recuperarse.

Llamaba la atención que AGRE-SAMI pudiera pagar a los miles de productores cafetaleros a quienes compraba su cosecha un precio más alto que el que daban otras empresas acopiadoras. ¿Estarían optando por la estrategia de reducir ganancias para captar más mercado, más clientes? ¿O calcularían que el precio del café iba a mejorar? Si hicieron este cálculo, con precios tan altos como los que pagaban y con una cosecha tan abundante como la de este año, acumularon pérdidas enormes. El precio internacional del café es uno de los más bajos de los últimos tiempos.

En su estrategia financiera, los Centeno parecen haber usado el dinero que manejaban captando cosechas o levantándolas, para comprar nuevas propiedades y para inversiones nunca recuperables a corto plazo... Usaban créditos millonarios de corto plazo para inversiones que tendrían ganancias sólo a largo plazo. Se ahogaron financieramente. Ahogados financieramente -aunque por otras razones- están también miles de productores por todo el país. La crisis volvió a poner en el centro de los debates la crisis rural y el preocupante tema de las deudas agrarias.

La crisis rural es real

La crisis rural es real. La falta de financiamiento que padecen los productores es real, el endeudamiento sin salida y la caída de los precios de los productos agrícolas también lo es. Tan real, tan grave, tan aguda y tan prolongada es la crisis que permite a los actores políticos vinculados al escándalo del Interbank tener muchísimas razones para hablar y para actuar tanto en nombre de otros como en función de sus intereses.

El Presidente Alemán -que siempre ha rechazado las condonaciones- prometió la suspensión de las ejecuciones a los deudores del BANIC, aún estatal y con la más importante cartera de crédito con los productores de café del país. En torno al BANIC está concentrado el capital de su grupo económico. Alemán llamó a los bancos privados a actuar de forma similar, y anunció que el hasta ahora poco eficaz y prácticamente fracasado Fondo de Crédito Rural sería alimentado con una partida extraordinaria de 20 millones de dólares.

En la otra esquina del ring, Daniel Ortega levantó de nuevo la bandera de la condonación de la deuda de los productores agrícolas haciendo una simetría entre este perdón y la condonación de la deuda externa de Nicaragua. El FSLN llevó a la Asamblea Nacional tres anteproyectos de ley para condonar y reestructurar las deudas de pequeños y medianos productores agropecuarios, comerciantes e industriales; y para crear una nueva banca de fomento.

Una reestructuración de las deudas agrarias sería la tabla de salvación de CONAGRA, al facilitarle el pago de sus créditos de largo plazo. Está claro que tras las actuales ofertas de moratorias se esconden intenciones electorales y nuevas tercias en el pacto. Conviene recordar que la UNAG ha levantado desde hace años otra bandera: más financiamiento para los productores. Pedir crédito y a la vez pedir condonación es equivalente a pedir subsidio. Ningún banco financiará a quienes demanden condonación.

¿Hundir al capitán o hundir el barco?

En la segunda oleada de "bolas recias" entre el gobernante y el FSLN, Daniel Ortega aprovechó el 25 de agosto la presencia en Managua de diputados chilenos socialcristianos -que vinieron a observar la extraña alianza del FSLN con Agustín Jarquín- para anunciar que siete de los trece bancos de Nicaragua estarían enfrentando el mismo problema que el Interbank. Dijo que este banco había sido intervenido por el gobierno porque siente que ya perdió las elecciones. De los siete bancos en problemas, Ortega nombró únicamente al BANIC, afirmando que debería estar cerrado. El FSLN tiene información financiera cualificada porque cuenta con un representante en la Superintendencia de Bancos. Por tumbar al capitán (Alemán) está tratando de hundir al barco (Nicaragua). Este país no aguanta uno o dos pánicos como el causado por el caso Interbank, le ripostó a Ortega el gerente del BANIC. Días después, Alemán introdujo un proyecto de ley para privatizar el 49% de las acciones aún estatales del BANIC. Y comenzaron las presiones, capitaneadas por la comunidad internacional, para que el gobierno hiciera público el informe del Banco Mundial sobre la turbia privatización del 51% de las acciones en enero 99.

Un débil sistema financiero

Hay bases reales para la afirmación de Ortega, aunque su propósito al hablar de los siete bancos en quiebra no fuera una reflexión pedagógica sobre los frágiles cimientos de la economía nacional, sino lanzar otra "bomba" política en el terreno del pacto. No puede afirmarse que en esos siete bancos haya problemas tan graves como los que había en el Interbank, pero sí es cierto que tienen serias dificultades. Y es que el número de bancos que hay en Nicaragua no se corresponde con el tamaño del mercado de este "lugar" en que se ha convertido el país.

Tantos bancos pequeños han sido creados fundamentalmente para captar ahorros que permitan a las empresas afines o propiedad de los accionistas del banco el acceso a créditos. Ése es su "pecado original". Hay bancos que apenas cumplen con el requisito legal del mínimo patrimonio propio. Esto los coloca en una situación de gran debilidad. Bancos tan pequeños no son instituciones financieras viables con perspectivas de futuro.

Asonadas y moratorias en la calle y el parlamento

En la misma ocasión en que habló de "los siete bancos", Ortega advirtió que en sólo unos días miles de campesinos endeudados marcharían sobre la capital exigiendo financiamiento y cambios en la política económica. Las estructuras del FSLN hicieron eco a esta "bola recia" y anunciaron que paralizarían el país, bloquearían carreteras, rodearían el Banco Central, la Asamblea Nacional y la Presidencia de la República hasta hacer valer sus reclamos.

Resultaba paradójico el momento de la demostración de fuerza. Los productores rurales reclaman financiamiento cuando comienza el ciclo agrícola y no en su mitad, mucho menos en coincidencia tan calculada con los problemas del Interbank. Era evidente que, como en tantas otras ocasiones, sobre un problema real y grave de mucha gente, se iba a montar la maniobra de un grupito de gente. El anuncio de "asonada" puso a temblar al gobierno -ése era su propósito-, pero en el día anunciado no pasó nada en Managua y pasó poco en el campo. El tema de las moratorias y las condonaciones de las deudas agrarias pasó a la Asamblea Nacional, donde el pacto funciona de una manera mucho más controlada y eficaz.

La amenaza de "asonada" en las calles y la "asonada jurídica" -las leyes de moratoria- seguirán alternándose como necesarios mecanismos de presión. Porque, aunque Daniel Ortega ha declarado que el FSLN no vive de esos bancos (Interbank y BDF) sino del compromiso de sus militantes, la cúpula del FSLN necesita a toda costa salvar el Interbank. Y para hacerlo, necesita de tiempo. El tiempo es vital en una crisis de esta naturaleza. Por eso, utilizarán todos los recursos imaginables, públicos y ocultos, en las calles y en el Parlamento, para torcer el brazo a sus rivales en un pacto que jamás será "de caballeros".


La caída de la pirámide

Al momento de su intervención, el Interbank era el segundo banco del país por la captación de depósitos de ahorro. Nacido muy pequeño en agosto de 1992, su crecimiento fue espectacular. Según estadísticas de la SIB, cortadas a marzo del 2000, el Interbank tenía algo más de 60 mil ahorrantes y un saldo total de depósitos superior a los 2 mil 500 millones de córdobas.

Según la SIB, los problemas del banco empezaron a ser detectados en marzo, el mes en que las exportadoras empiezan a pagar la cosecha de café. Los bancos tienen la obligación de colocar un porcentaje de su cartera de préstamos en el Banco Central. Es el encaje legal, que en Nicaragua es alto, del 16-20%.

El Interbank empezó a incumplir con este requisito a causa de la iliquidez provocada por los millonarios créditos a AGRESAMI, y también por retiros de depósitos que estaban haciendo algunas instituciones estatales. El incumplimiento del encaje legal despertó las sospechas de la SIB, que empezó a investigar. Se descubrió enseguida que se habían violado las normas bancarias privilegiando a las empresas de CONAGRA con créditos desmesurados.

¿Por qué no se intervino entonces el banco? Se descubrieron las "garantías" con las que AGRESAMI respaldaba esos créditos: cheques emitidos por AGRESAMI contra la cuenta de otros bancos, que el Interbank no hacía efectivos -como hubiera sido lógico-, sino que engavetaba en una caja fuerte. Estas deudas, sólo aparentemente canceladas, ascendían nada menos que a 11 millones de dólares. La iliquidez del banco tenía este turbio origen.

La estafa del "cascarillazo"

En un segundo momento del escándalo, la SIB descubrió más evidencias para explicar la crisis. El que no las hubiera detectado antes habla de la ineptitud de esta institución. Los préstamos de AGRESAMI no sólo estaban respaldados por estos millonarios cheques sin fondo. También lo estaban por bonos de prenda por valor de unos 19 millones de dólares entregados a AGRESAMI por varios Almacenes Generales de Depósito vinculados al consorcio. Los bonos -entregados al Interbank y a otros bancos nacionales e internacionales- también resultaron fraudulentos.

Desde hace algunos años, los Almacenes Generales de Depósito, donde las empresas exportadoras del país guardan mercancías y productos de exportación -café y azúcar fundamentalmente-, son también supervisados por la SIB. Porque el café que se almacena allí hasta su exportación, o esperando que mejore su precio, sirve de garantía para conseguir créditos de corto plazo. Los almacenes emiten los llamados bonos de prenda, instrumentos financieros que certifican la cantidad y la calidad del café almacenado por la empresa, que presenta este bono al banco para obtener dinero.

Investigando las garantías de los bonos de prenda entregados por CO-NAGRA al Interbank, los inspectores de la SIB descubrieron estupefactos que en almacenes de SEMAR -bajo vigilancia de AGRESAMI-, en lugar de azúcar y café grano de oro -lo declarado por CONAGRA- lo que había guardado en más de 400 mil sacos era simplemente cascarilla de arroz y cascarilla de café. SEMAR es una empresa de capital sandinista y su propietario es accionista del Banco de Finanzas.

La empresa SEMAR acusó por fraude a los Centeno, culpándolos de introducir cascarilla en vez de café; y los Centeno acusaron por fraude a SEMAR, culpándolos de sacar su café para introducir la cascarilla. Se supo que el cascarillazo ha sido una práctica dolosa empleada desde hace años en varias bodegas. Falsos cheques, falsos depósitos. Después se descubrieron falsos embarques... Demasiados gruesos entes han surgido de esta caja de Pandora.

No es jugando...

¿Cuál va a ser la suerte del Interbank? Desde el punto de vista técnico, como sus pérdidas se calculan en unos 40-50 millones de dólares y su capital es sólo de 23 millones, el banco está quebrado técnicamente y por lógica podría ser liquidado. Esto es lo que solicitó la Asociación de Bancos Privados de Nicaragua, hoy presidida por el gerente del Banco de América Central, propiedad del grupo oligárquico Pellas, observador con mucho poder de la crisis.

Los accionistas del FSLN difícilmente podrían inyectarle al Interbank un capital suficiente para resucitarlo. Sí pueden aplicar presiones políticas de todo tipo para conservarlo. Por la liquidación están la oligarquía y los organismos multilaterales, BM, FMI y BID. Obviamente, estas instituciones, aunque no lo digan en sus cuidadas diplomáticas declaraciones, consideran que el manejo de la crisis por parte del gobierno fue totalmente inadecuado. Les preocupa no sólo el manejo, sino la crisis misma. Porque las regulaciones del sistema financiero fueron contaminadas por pugnas políticas. Y por la falta de capacidad y de agilidad para actuar demostrada por la SIB.

Para el FSLN evitar la liquidación es un problema vital. La dirigencia del FSLN había construido su base económica alrededor de CONAGRA y de dos bancos, el Interbank y el BDF, y en un abrir y cerrar de ojos, el Presidente Alemán actúa, provoca una estampida en uno de los bancos quebrándolo, y CONAGRA queda en una precaria situación financiera, económica, judicial y también de imagen pública. Se han resquebrajado dos de sus tres pilares económicos en las vísperas electorales. En una situación así, desnudado hasta este punto el juego económico de uno de los dos grupos pactistas, puede esperarse cualquier cosa. No es jugando lo que se está jugando, dice un analista, sin encontrar mejor metáfora que este juego de palabras nica. También pudiera ser que no suceda absolutamente nada, lo que sería un índice del nivel con que la corrupción ya ha llegado a contaminar todos los cimientos de este lugar llamado Nicaragua.

Un "pescado" demasiado grande

A largo plazo, el peor efecto de la crisis es la pérdida de credibilidad en el sistema financiero nacional. Se trata de un daño estructural y de un nuevo daño institucional. Desde la formación de la banca privada y la creación de la Superintendencia de Bancos en 1991, un sistema financiero de por sí tan frágil no había sufrido un embate tan perturbador. Y aunque antes del Interbank habían quebrado el Banco de Europa y Centroamérica (BECA), el Banco del Campo y el Banco Sur, ninguna de estos bancos tenía el tamaño del Interbank.

Más importante que el tamaño de los bancos quebrados es la politización que se dio en esta quiebra y no en las otras. En los casos previos, la Super-intendencia actuó apegada estrictamente a criterios técnicos, lo que contribuyó a dar solidez a la regulación e institucionalidad financiera del país, siendo los bancos en quiebra rápidamente absorbidos por otros bancos. Ahora, el profesionalismo de la SIB ha quedado en entredicho y el tamaño del Interbank lo convierte en una presa demasiado grande y con demasiado respaldo político como para querer ser absorbido por nadie. Falta dinero y sobra incertidumbre para que alguna entidad bancaria quiera hacer esta operación.

Fuga de capitales

Si el tamaño de la crisis política se reflejó en que se empezó a hablar, por primera vez desde 1990, de un "golpe de Estado" para poner orden en tanto desorden, la crisis financiera se reflejó en que, por primera vez desde los turbulentos años 80, el Banco Central reconoció la fuga de capitales. Según la SIB, la crisis hizo salir del país más de 10 millones de dólares hacia bancos extranjeros.

Noel Ramírez, vocero del "éxito macroeconómico" del gobierno liberal y Presidente del Banco Central, quiso minimizar la envergadura de la crisis afirmando que no había habido fuga de capitales, y que los problemas sólo eran contables, pues el sistema seguía teniendo la misma cantidad de dinero que antes de la crisis, ya que sólo se había dado un movimiento de dinero saliendo del Interbank para depositarse en otros bancos.

Pero la crisis no se describe así. La fuga de depósitos del Interbank en las primeras dos semanas fue de 65 millones de dólares. Aproximadamente 15 millones de esa cantidad la cubrieron los recursos del propio Interbank, 50 millones los puso el Banco Central sacándolos de las arcas públicas. De esos 50 millones fugados del Interbank y repuestos por el Banco Central, 40 millones fueron captados por otros bancos y 10 millones se fugaron al exterior. La cantidad que brindó el Banco Central para respaldar a los ahorrantes del Interbank que sacaban sus ahorros, lo obliga a reponerla aumentando el encaje legal, ya alto, o emitiendo bonos y obligando a los bancos a comprarlos. Son datos proporcionados por Alfonso Llanes, Vicesuperintendente de Bancos, un funcionario más sincero que Ramírez.

Los únicos ganadores

La fuga de capitales, el aumento del encaje legal y la venta forzada de bonos del Banco Central a los bancos comerciales para captar reservas aumentará las restricciones de crédito, acrecentará la iliquidez en la economía y reducirá aún más el crecimiento económico esperado para este año. Hará más crítica una situación económica ya muy crítica. Ninguna de estas consecuencias ha sido reconocida por los voceros económicos del gobierno.

Los únicos beneficiarios de la crisis son los bancos a donde fueron a parar los depósitos sacados del Inter-bank. El who’s who puede indicarnos cuáles pueden haber sido los más beneficiados. El capital oligárquico tradicional se agrupa en torno al BAC y al Banexpo. El capital del FSLN en torno al Interbank y al BDF. El capital liberal en torno al BANIC, aún estatal y en vías de una privatización total. Los capitales medios tienen al Banpro, al Bamer, al Pribanco, al Bancentro, al Banco del Café y al Banco Calley Dagnall. No puede descartarse que cuando se calme algo la "politización pactista" de la crisis, los organismos multilaterales "pidan la cabeza" de algunos de estos bancos y obliguen a una reestructuración de todo el sistema.

Una crisis anunciada

El primer balance de la crisis es dramático. Las cifras macroeconómicas de las que tanto se ufanaba el gobierno se han alterado. La capacidad técnica y autónoma de la SIB para regular el sistema ha quedado en entredicho, al ser identificada esta institución con la política disparatada de un gobierno que ha puesto a todo el Estado al servicio del partido de un gobernante irresponsable. El Superintendente Noel Sacasa tiene hoy una imagen en bancarrota y hasta se ha visto obligado a expresar públicamente su arrepentimiento por haber asistido a una de las reuniones convocadas por el Presidente para hallarle una "salida política" a una crisis técnica agravada por su "metida de patas política". Los organismos multilaterales están pagando muy caro su silencio y su "prudencia" ante tantos desmanes previos a esta crisis.

Los organismos financieros mul-tilaterales consideran esta crisis como una catástrofe. Tal vez deberían entender que están ante una catástrofe anunciada. Porque, aunque desde hace mucho tiempo vienen luchando por la autonomía técnica y administrativa de la Superintendencia, no supieron o no quisieron ejercer una suficiente y adecuada presión para que la reforma de la Ley de la Superintendencia y el nombramiento del nuevo Superintendente quedaran al margen del contaminado y contaminante pacto PLC-FSLN, que siempre han tolerado en silencio.

Cuando se reformó la Ley de la Superintendencia y se nombró al nuevo Superintendente, Angel Navarro Deshon, Superintendente saliente, pronosticó problemas como los que ahora han estallado.


¿Quo vadis, Iniciativa HIPC?

La crisis del INTERBANK se produjo en vísperas de que el FMI evaluara una vez más el desempeño económico de Nicaragua para decidir su ingreso en la Iniciativa de los Países Pobres Altamente Endeudados (HIPC). La crisis bancaria puso en riesgo este ingreso.

Ante el problema se expresaron dos posiciones. Por una parte, los organismos multilaterales y Estados Unidos, aún reconociendo la irresponsabilidad con que el gobierno manejó la crisis, apoyaron que no se retrasara más el ingreso de Nicaragua, para evitar que los frágiles equilibrios macroeconómicos se deshagan más en el inestable período electoral y para que la entrada en la HIPC se convierta en un nuevo incentivo para que el gobierno se comporte responsablemente en materia fiscal y respete los equilibrios logrados.

Creen que la situación está rebalsando todos los cauces, y que sin un pronto acceso de Nicaragua a la iniciativa, está en riesgo la estabilidad macroeconómica y todo el esfuerzo de diez años de ajuste podría perderse. No pensaron así los donantes bilaterales de Europa. Creen que es tal el nivel de irresponsabilidad del gobierno que habría que haber esperado los resultados y el desarrollo de las elecciones municipales para premiarlo con tan importante incentivo como es el ingreso a la HIPC.

La crisis obliga a un renovado debate sobre el papel de la cooperación internacional con Nicaragua. Independientemente de los resultados electorales o de cambios o rectificaciones del gobierno en el corto plazo, Nicaragua se ha ganado ya de sobra el derecho a ingresar a esta iniciativa que, aunque es totalmente insuficiente para garantizar un giro hacia el desarrollo económico y no expresa las relaciones de justicia entre el Norte y el Sur a las que aspiramos, sí representa un importante alivio para una economía lastrada con tan injusto e insoportable yugo.

Nos merecemos ya la condonación

Nicaragua lleva nueve años de tutelaje del Fondo Monetario, aplicando sus severas políticas. Esperar hasta el 2002 para que el nuevo gobierno negocie la entrada en la HIPC sería absurdo e injusto. La deuda de 6 mil millones de dólares y el alto servicio anual que Nicaragua paga por esa deuda no es exclusiva responsabilidad de este país ni del gobierno sandinista -como obsesivamente repite el Presidente Alemán- sino que tiene una estrecha vinculación con la responsabilidad de Estados Unidos en la guerra que financió durante diez años.

La condonación total de la deuda externa de Nicaragua se debía haber decidido hace muchos años. Dentro o fuera de la HIPC, la cooperación internacional tiene suficientes recursos para ejercer presión sobre el gobierno de Nicaragua, exigiéndole transparencia y gobernabilidad. Porque, entrando o no a la iniciativa, nuestro país seguirá siendo durante muchísimo tiempo extremadamente dependiente de la cooperación internacional. En los 500 millones que en préstamos y donaciones para diversos proyectos entrega anualmente a Nicaragua, la cooperación internacional conserva un arma de presión sumamente eficaz sobre éste o sobre cualquier otro gobierno.

La naturaleza del pacto

La crisis del Interbank ha revelado fragilidades profundas de la institucionalidad y de la economía nacional. Y ha revelado la naturaleza del pacto FSLN-PLC. Está cada vez más claro que las cúpulas y los caudillos de ambos partidos se pusieron de acuerdo en una sola cosa: en disputarse a Nicaragua como un pastel económico y político excluyendo por cualquier vía a cualquier competidor. Fuera de esta coincidencia en la exclusión, todo lo demás es y será rivalidad y está y estará permitida cualquier presión, amenaza, chantaje, jugada sucia, traición, trapacería, irresponsabilidad o violencia para resolverla. Si esto no fuera así, no hubiera ocurrido lo que ocurrió y como ocurrió en el Interbank.

El pacto funciona así. Como las pandillas que se apedrean en una calle sin fijarse ni en los techos ni en las ventanas de las casas de esa calle ni en las cabezas de los transeúntes que pasan... Las consecuencias del pacto se han ampliado a una escala no prevista, desatando una guerra de alta intensidad entre los poderes económicos y políticos del país. La hora de la "paz" es incierta.

El pacto no sólo ha excluido cualquier alternativa política no tolerada por las dos bandas, decisión que genera inestabilidad y violencia. También ha convertido la regulación de la economía en materia de negociación política entre dos caudillos que están activa y urgidamente dedicados a consolidar y a ampliar el capital limpio y el capital sucio de sus respectivos grupos económicos.

Tan sólo un lugar

La crisis ha revelado hasta qué punto y en qué extensión el pacto ha dañado al país. No sólo han sido bipartidarizadas por el pacto todas las instituciones políticas y las de control del gobierno, sino también las de control de la economía. Demoliendo el país, titulaba El Nuevo Diario la noticia que daba cuenta de las provocadoras declaraciones de Daniel Ortega sobre los siete bancos en quiebra... El pacto está dispuesto a demoler el país para convertirlo tan sólo en un lugar.

¿Cómo cambiar las cosas de lugar en este lugar? Todas las vías institucionales han sido cerradas por un pacto que hoy prepara el fraude electoral. Quedan las vías de la resistencia activa, las de la persistencia de la memoria y del pensamiento, las de la organización cívica, las que acumulan poder con ética desde abajo. Hay que pensar en plazos más largos para conservar la esperanza.

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