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Universidad Centroamericana - UCA  
  Número 140 | Agosto 1993

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El Salvador

Elecciones: mayoría de indecisos

Cristiani no ha desmilitarizado el país. ¿Porque no puede o porque no quiere? Está claro que la Fuerza Armada no ha cambiado mucho y no ha aprendido casi nada.

Omar Serrano

La realidad salvadoreña parece no variar sustancialmente. Siguen siendo dos los hechos más relevantes. Por un lado, la agudización de la tendencia a descuidar los aspectos más importantes de la agenda nacional para la transformación de la sociedad contenidos en los acuerdos de paz. Por otro, la apatía de gran parte de la población, que no termina de incorporarse activamente a la lucha por la democratización del país ante la ausencia de un proyecto político en el que vean reflejados sus intereses.

Desde la firma de los acuerdos, la actitud del gobierno de Alfredo Cristiani ha sido la de "cumplir lo mínimo posible" y sólo para mantener satisfecha a la comunidad internacional. Más recientemente y aprovechando las interminables discusiones electorales del FMLN y los efectos negativos para la ex-guerrilla del "buzonazo" de Managua, tanto el gobierno como la Fuerza Armada han seguido minando el cumplimiento de los acuerdos. Lamentablemente, la Misión de Observadores de las Naciones Unidas para El Salvador, ONUSAL, parece conforme con lo logrado hasta hoy. Es también el caso de México, país clave en la verificación del cumplimiento de los acuerdos. Mientras, el FMLN parece haber perdido la capacidad de luchar cohesionadamente por hacer cumplir las transformaciones que lleven al país a su democratización.

Candidatos a la Presidencia

Aunque ninguno de los partidos ha determinado su candidato a Vicepresidente, está ya prácticamente "rayado el cuadro" electoral en lo que se refiere a los candidatos a Presidente.

Armando Calderón Sol, actual alcalde capitalino, es el candidato de ARENA. Fidel Chávez Mena fue ratificado por la Democracia Cristiana y Rubén Zamora por la Convergencia y el FMLN.

El Movimiento Nacional Revolucionario lleva a su secretario general, Víctor Valle. Y el tradicional PCN sigue apostando, como en sus mejores tiempos, a los militares. Su candidato presidencial es nada menos que el General Rafael Bustillo, que fue Comandante General de la Fuerza Aérea Salvadoreña durante los masivos bombardeos a la población civil de San Salvador durante la ofensiva del FMLN en 1989 y está relacionado, según el Informe de la Comisión de la Verdad, con el asesinato de los padres jesuitas.

Es casi seguro que ARENA vaya sola a las elecciones y que las posibles alianzas se den entre los partidos del bloque de izquierda (FMLN, CD, MNR) con la DC, que ocupa el centro político del país. Y aunque está explicitado el apoyo del FMLN a la candidatura de Rubén Zamora (CD), no lo está la adhesión del MNR, que estaría considerando una alianza con la DC.

Una reciente encuesta de la UCA muestra que sería necesaria una alianza entre izquierda y centro para poder derrotar a ARENA en la segunda ronda electoral.

La encuesta de la UCA

A mediados de julio, la UCA hizo públicos los resultados de su más reciente encuesta. La muestra de población consultada fue de 1,200 personas de diferentes sectores sociales y de los 14 departamentos del país. En la preferencia de partidos políticos el resultado fue: ARENA (26%), PDC (12%), FMLN (7%), CD (4%), PCN (2%) y no saben o no responden (47%).

Los resultados arrojan una amplia ventaja para el partido del presidente Cristiani y aunque de esta cifra no se desprende una victoria en los comicios del 94, es innegable que ese 26% con el que cuenta ARENA es un porcentaje sólido. ARENA y el PDC son los únicos partidos que registran mejoría en sus porcentajes, en relación a la anterior encuesta realizada por la UCA a principios de año. El FMLN bajó de un 9% entonces a un 7% ahora y Convergencia Democrática, de un 12% a un 4%.

De todas formas lo más llamativo de la encuesta es el enorme porcentaje de población, un 47% de los encuestados, que no sabe o no responde. Hay que señalar, en este sentido, que la encuesta se realizó antes de que la mayoría de partidos hubiera decidido sus candidaturas presidenciales y antes del descubrimiento de los buzones de armas del FMLN en Managua.

¿Por qué indecisos?

Los indecisos tendrán en sus manos el resultado de los comicios del año venidero. Políticos de diversos matices han manifestado con mucha convicción que tan amplio porcentaje de indecisos se debe a que la población desconocía los nombres de los candidatos de todos los partidos. Para el PCN, por ejemplo, hoy que ya es conocida la candidatura del General Bustillo, el porcentaje de su partido se vería sustancialmente incrementado. Según ellos, el militar goza de amplia simpatía entre la población.

Una buena porción de ese 47% de indecisos podría corresponder al FMLN. Por un lado, que la izquierda vaya con un solo candidato ? lo que aún no estaba claro al hacer la encuesta ? decidiría a bastantes. Por otro lado, existe todavía en El Salvador temor a manifestar públicamente simpatía por los ex-guerrilleros, por las represalias de militares o paramilitares. Así, aunque una buena porción del amplio porcentaje que no responde o dice no saber serían votos potenciales para la alianza FMLN?CD, lo cierto es que el escándalo de los buzones de armas de Managua podría haber cambiado la decisión oculta de estos indecisos. El FMLN ha perdido credibilidad y simpatía entre la población por retener armas de guerra.

Observando la actitud de la población en lo que va del año, el análisis sobre los indecisos apuntaría también a que un buen número de ese 47% que no responde o no sabe sería el de quienes estarían "tirando la toalla" al no ver ninguna alternativa que les garantice solución a sus problemas.

A finales de 1992, cuando el gobierno se negó a efectuar la depuración de la Fuerza Armada, la movilización y los pronunciamientos de la sociedad civil fueron masivos. Prácticamente todos los sectores se manifestaron por la inmediata depuración de los militares, en cumplimiento de los acuerdos. Pero desde entonces y a lo largo de todo 1993, la movilización y la participación de la sociedad civil para presionar por el cumplimiento de los acuerdos ha ido menguando.

Varias razones pueden justificar esta actitud. Remontándonos hasta la misma negociación de esos acuerdos, fueron las cúpulas ? tanto del gobierno y de los militares como del FMLN ? las que en esencia decidieron el futuro del país. Y aunque varios dirigentes del FMLN sostienen que hubo continuas consultas con las bases de ambas partes a lo largo de la negociación, la realidad es que la sociedad civil ?sin negar su inmensa alegría por la finalización del conflicto armado? quedó excluida del proceso que culminó con los acuerdos de Chapultepec.

Crece el escepticismo

La poca voluntad del gobierno de cumplir con lo que firmó, especialmente a partir de su negativa a la depuración, socavó en gran medida las expectativas de muchos salvadoreños, que intuyeron primero y fueron comprobando enseguida que los militares seguirían siendo intocables y que serían ellos quienes continuarían mandando. Las públicas y agudas divisiones del FMLN ? al intentar negociar la depuración de los militares, al enfrascarse en disputas electorales descuidando la presión por el cumplimiento de los acuerdos y al fallar su autoridad para exigir ese cumplimiento a partir del "buzonazo" ? ha influido también en el escepticismo de gran parte de la población.

Escepticismo también porque hasta el momento, el FMLN, del que esperaban muchos un proyecto político alternativo, no parece tener ni el tiempo ni la capacidad suficiente para incluir en su agenda electoral los puntos más sustanciales de la agenda nacional, contenidos en embrión en los acuerdos de paz.

La posición de México

También algunos sectores de la comunidad internacional parecen conformarse con lo mínimo logrado hasta hoy. El objetivo de los acuerdos de paz no es solamente el "silencio de los fusiles", como dejó entrever el actual jefe de ONUSAL. Los acuerdos persiguen mucho más: poner las bases para la democratización de un país donde se respeten los derechos humanos y los militares se subordinen al poder civil.

Hasta hace poco la comunidad internacional parecía decidida a llevar hasta sus últimas consecuencias el cumplimiento de los acuerdos para lograr esta meta. Pero la visita a mediados de julio del Presidente de México, Carlos Salinas de Gortari, evidenció que ésta ya no es la posición de su país, el más involucrado de América Latina en el proceso de paz salvadoreño. Salinas llegó a El Salvador exclusivamente a buscar mercado. No era su objetivo conocer si hay o no avances en el proceso de cumplimiento de los acuerdos. El Presidente mexicano reconoció al pueblo y al gobierno salvadoreño sus esfuerzos por la paz, pero en ninguna de sus intervenciones mencionó siquiera al FMLN, dando a entender en sus discursos que lo único que le preocupa del proceso es que existan condiciones de paz para vender productos mexicanos en El Salvador.

¿ONUSAL en retirada?

El 26 de julio, ONUSAL cumplió dos años de estar en el país. En un sondeo hecho por los medios de comunicación, la mayoría de partidos políticos, incluso ARENA y su aliado el PCN, evaluaron positivamente el papel jugado por ONUSAL, a excepción del error de la Misión al aceptar el inventario falso de armas que le presentó el FMLN.

En el séptimo y último informe de la División de Derechos Humanos, lo que más resalta ONUSAL es "un avance en el respeto a los derechos humanos en país". El informe de ONUSAL relata, sin embargo, que sólo en dos puntos ha habido mejoras: en las torturas y en las desapariciones forzadas. Dos terceras partes del informe hablan de la continua violación de los derechos más elementales de los salvadoreños: el derecho a la vida, a la vivienda, a la salud, a la educación, a la alimentación, etc. Entonces, ¿cuál es el avance ¿Por qué esta contradicción? ¿Pura imagen?

De todos los países del mundo en los que existen en la actualidad misiones de las Naciones Unidas, El Salvador es el único en el que la ONU ha tenido éxito. Muchos gobiernos del mundo tienen todavía puestos sus ojos en "el Pulgarcito de América", por lo que este caso representa para el nuevo rol que está asumiendo actualmente la ONU. De ninguna manera le conviene a ONUSAL reconocer un "fracaso".

Desde hace algunos meses, especialmente desde la presentación del Informe de la Comisión de la Verdad, la extrema derecha salvadoreña atacó sistemáticamente la presencia de la ONU en El Salvador. En el mismo sentido se manifestaban ex-jerarcas del ejército ya depurados. Parece que ONUSAL teme a la extrema derecha y al gobierno, porque con sus métodos tradicionales podrían propiciar el fracaso de su misión. Esta sería la razón de que Naciones Unidas se esté conformando con lo que hasta hoy se ha cumplido de los acuerdos.

Estados Unidos: coherencia

Paradójicamente, el país que financió y asesoró al ejército salvadoreño durante doce años de guerra, es el que más coherencia ha manifestado en la presión por el cumplimiento de los acuerdos. Sin la decidida posición de los Estados Unidos, ni los mínimos cumplimientos hubiesen sido posibles.

Durante el mes de julio dos altos funcionarios norteamericanos llegaron a El Salvador. La visita del Jefe del Comando Sur del Ejército de los Estados Unidos con sede en Panamá fue interpretada por los medios oficiales como expresión del "apoyo del gobierno estadounidense al ejército salvadoreño". Una cortina de humo: fue lo mismo que dijeron después de la anterior visita del Jefe del Estado Mayor norteamericano, Colin Powell, cuando llegó a presionar a los militares salvadoreños para que agilizaran la depuración del ejército.

La posición de Estados Unidos quedó más clara con la visita de la embajadora de ese país ante las Naciones Unidas. Desde su arribo al país, la funcionaria evidenció que venía a constatar el avance y los obstáculos en el cumplimiento de los acuerdos de paz. Su agenda incluyó la visita a las instalaciones de la Academia de la Policía Nacional Civil y a lugares del interior del país donde el nuevo cuerpo de seguridad ya está desplegado. El despliegue de la PNC es clave para la democratización del país y para el clima de confianza que debe existir en las futuras elecciones de marzo de 1994. Los Estados Unidos decidieron ceder el antiguo local de su embajada para que se utilice como edificio central de la nueva PNC, carente de recursos económicos. Estos datos evidencian que, hasta el momento, la administración Clinton ha decidido apoyar e impulsar el cumplimiento de los acuerdos.

No han cambiado

Una de las transformaciones esenciales para la democratización de El Salvador es la desmilitarización de la sociedad. Sin el sometimiento real de los militares al poder civil, muchos de los otros cambios contemplados en los acuerdos serán difíciles de cumplir. En la no-desmilitarización de la nación está el principal incumplimiento del gobierno salvadoreño. La pregunta es: Cristiani no ha desmilitarizado el país, ¿porque no puede o porque no quiere?

El 16 de julio, Cristiani ordenó el despliegue de 3 mil efectivos del ejército en el interior del país con una misión propia de la seguridad pública: contrarrestar y contener la creciente ola de delincuencia que castiga al país.

En meses anteriores, y con el pretexto de que la Policía Nacional ?único de los antiguos cuerpos de seguridad que aún existe? era insuficiente para detener la delincuencia, Cristiani incorporó a este cuerpo a miembros de los extintos batallones élite del ejército y a agentes de los otros dos cuerpos de seguridad disueltos, violando de esta manera los acuerdos. Con el mismo argumento el Presidente desplegó ahora al ejército, con lo que viola de nuevo los acuerdos y también la Constitución. Desde las reformas hechas a la Carta Magna como fruto de los acuerdos, el ejército tiene como única misión dos tareas: velar por la integridad del territorio nacional y por la soberanía del país. Aunque el crecimiento de la delincuencia es hoy una de las peores angustias del pueblo salvadoreño, la intención del Presidente no es la de velar por la seguridad de sus conciudadanos. Hay un mensaje más profundo en ésta y en sus otras decisiones sobre la Fuerza Armada.

Lo que el Presidente está diciendo, lo que los militares están diciendo a través del Presidente, es que la Fuerza Armada seguirá controlando este país porque son los militares los que tienen el poder real. En la mente de los militares está incrustada la idea de que ellos son los salvadores, que sin ellos no puede salir adelante El Salvador. El contexto, los discursos y el protocolo de la ceremonia en que el hoy depurado ex-Ministro de Defensa, General Ponce, traspasó el mando al Coronel Corado, dejó claro que la Fuerza Armada no ha cambiado mucho y que no ha aprendido casi nada.

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