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Universidad Centroamericana - UCA  
  Número 128 | Julio 1992

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El Salvador

ARENA capitaliza el proceso de paz

El presidente Alfredo Cristiani entra en la recta final de su gestión, un tiempo en que los mandatarios aprovechan para dar golpes de mano propagandísticos. El proceso de paz le brinda esta oportunidad.

Equipo Envío

El primero de junio, Alfredo Cristiani arribó a sus tres años de gestión presidencial, con dos logros fundamentales para el país: la puesta en marcha del proceso de paz y la recuperación de la economía. Dos grandes logros que, al mismo tiempo, son dos grandes flancos para ataques de origen diverso. En general, su propio partido (con excepciones) y la oposición, reconocen la valiosa labor realizada por Cristiani en el proceso de negociación: sin su presencia personal en los momentos cruciales, el proceso podría haberse estancado temporal o definitivamente.

Cristiani ante una derecha descontenta

Con todo, en este punto, las críticas más agrias a su gestión, proceden precisamente de los que hasta diciembre 91 habían sido sus más grandes defensores: la derecha recalcitrante y el ejército que no ven más que una gran traición en la firma de la paz y en lo que denominan "imposición" de los acuerdos de Chapultepec. Sin embargo, hasta ahora, la extrema derecha no ha atacado directamente al presidente Cristiani, pero no han faltado ataques y denuncias anónimas contra las vacilaciones de la Asociación Nacional de la Empresa Privada (ANEP) o ARENA.

Esto explica la poca publicidad que recibieron las celebraciones del aniversario y el discurso presidencial. Cristiani enfrenta, en principio a una derecha políticamente descontenta, por lo que no se esperan variaciones internas en ARENA, ni en la derecha, ante las elecciones de 1994. Con todo, la derecha convive y vibra con la gestión económica neoliberal que impulsa el gobierno. Si algo alaba, apoya y exige la derecha es, precisamente, el impulso de los programas económicos del gobierno con la liberación del mercado y la privatización de las empresas estatales. Sin embargo, es en este punto donde surgen los mayores problemas con la oposición.

El gobierno se enorgullece de haber disminuido la inflación: 25% entre 19885-1988, 17.5% en 1989-1991 y 9.8% en 1991, según datos gubernamentales; de lograr una tasa de crecimiento del 3.5%; y de disminuir el desempleo, incluso de haber llegado "prácticamente al pleno empleo", hasta con escasez de mano de obra en las épocas de cosecha. Pero estos datos son beneficiosos sólo para determinados sectores de la población. A partir de los datos gubernamentales es incomprensible el endurecimiento de las condiciones de vida para los más pobres entre los pobres.

Es aquí donde la oposición política y las organizaciones populares retoman su papel crítico ante un gobierno empeñado en la liberación económica a toda costa, aunque maneja un discurso a favor de las grandes mayorías. Pero el problema fundamental de la oposición es que no cuenta, hoy por hoy, con un plan económico alternativo. Esto es comúnmente aceptado por la oposición desde el FMLN hasta el PDC, y quedó reflejado en los acuerdos de Chapultepec con el débil tratamiento dado al tema económico: se proponen ciertos mecanismos de concertación (programas sociales para paliar el peso del ajuste, el Foro de Concertación económica) y ciertos mecanismos de redistribución (tierras, crédito) pero no en función global, sino sólo con respecto a las desmovilización de combatientes. El plan va, y lo mínimo que se puede hacer es sufragar los costos con programas de compensación para los sectores populares.

Políticamente la oposición sale favorecida. ARENA hace el papel de rudo en la economía y la oposición la del crítico defensor del pueblo. Frente a las elecciones del 94, esto puede significar puntos a favor de la oposición; pero ARENA puede muy bien invertir políticamente a su favor, por medio de programas sociales como los del Fondo de Inversión Social.

Con todo, Cristiani seguirá empeñado en destacar estos sus dos logros fundamentales: la consecución de la paz, a pesar de lo que diga la derecha recalcitrante a la que en su discurso del primero de junio criticó por seguir "aferrados a modelos obsoletos y fracasados, que crearon caos, corrupción y pobreza, de los cuales se beneficiaron unos pocos privilegiados a costa de todo un pueblo"; y, segundo, la recuperación económica, a pesar de las críticas de la oposición.

Nuevo impulso al proceso de paz

El proceso de paz recibió un nuevo impulso tras los encuentros confidenciales llevados a cabo por una comisión tripartita formada por el Gobierno, con Cristiani a la cabeza, el FMLN y ONUSAL. Después de innumerables incumplimientos y atrasos en el calendario, y ante la inminente crisis del proceso, ONUSAL promovió los encuentros directos y confidenciales entre las partes a fin de buscar solución.

El espaldarazo vino del Consejo de Seguridad de la ONU cuando Boutrus Ghali le informó respecto a las demoras en el cumplimiento de los acuerdos que tendían a "socavar la confianza de las dos partes". De ahí el llamado del Consejo de Seguridad a ambas partes para que se cumplan los acuerdos en su integridad y sin demoras, dado que la prolongación de esta situación de "impasse", no llevaría más que a "poner en peligro los fundamentos de los acuerdos".

El compromiso de ambas partes por poner al día el calendario de ejecución de los acuerdos y la divulgación del primer informe político de ONUSAL, fueron la respuesta al llamado del Consejo de Seguridad. El informe de ONUSAL tuvo escasa circulación, pero despejó las dudas relacionadas con los puntos de incumplimiento de ambas partes. La parte más afectada y más molesta por el informe, fue precisamente el Gobierno. Su discurso se había mantenido en el anuncio del estricto cumplimiento de los acuerdos aunque reconocían ciertos retrasos, achacando la crisis de los acuerdos al FMLN.

Era cierto que el FMLN no había concentrado la totalidad de su fuerza militar, ni había desmovilizado el 40% correspondiente (20% previsto para mayo, 20% previsto para junio). El informe de ONUSAL lo confirma. Sin embargo, el mismo informe reconoce que tampoco el ejército había concentrado la totalidad de sus fuerzas (contrario de lo afirmado repetidas veces); que la permanencia de la ex-Guardia Nacional, y ex-Policía de Hacienda en sus respectivos cuarteles es completamente contraria al espíritu de los acuerdos, como también lo es el decreto ejecutivo que intenta perpetuar la estructura de tales cuerpos militares, al contrario de lo que afirmaban el Gobierno y la Fuerza Armada. Por último, junto a estos incumplimientos, el informe llama la atención sobre el retardo en el cumplimiento de otros acuerdos según el calendario acordado: la estructuración de la nueva Policía y la legalización del FMLN como partido, entre otros.

Por tanto, al final no hubo lugar más que para hacer una recalendarización que se venía imponiendo como consecuencia de los retrasos y por la necesidad de consumar el proceso el 31 de octubre. De este modo, ambas partes se comprometieron a concentrar definitivamente sus posiciones, a desocupar el cuartel de la Policía de Hacienda y a desmovilizar el primer 20% de la fuerza militar del FMLN para el 30 de junio.

El papel de Estados Unidos en el proceso

Coincidiendo con el proceso, el Congreso de los Estados Unidos invitó a una delegación para informar sobre el desarrollo de los acuerdos. La comisión estuvo formada por Joaquín Villalobos, esta vez sin problema de visa; Ernesto Altshul, ex-colaborador de la AID en El Salvador, entonces vice-ministro de la presidencia y actualmente director de la secretaría de Comunicaciones; y Rubén Zamora, de Convergencia. Cada parte expuso su punto de vista sobre el proceso, las limitantes, avances y dificultades. Esto sería una muestra de interés del Congreso sobre el proceso.

Dos cuestiones conexas al accionar del Congreso han sido, por un lado, la petición de un grupo de congresistas, encabezados por Joe Moakley, dirigida al Secretario de Estado, James Baker, para que se brinde información, clasificada y no clasificada, a la Comisión de la Verdad, formada por Belisario Betancourt, Reinaldo Figueredo y Thomas Buergenthal, encargada de esclarecer las graves violaciones de los derechos humanos durante la guerra; y a la comisión "Ad Hoc", responsable de evaluar los expedientes de los oficiales del ejército con vistas a su depuración. La otra acción del Congreso ha sido la demora del envío de ayuda al país incluyendo la prevista para la reconstrucción. El Congreso estaría interesado en conocer de cerca el proceso de paz, la situación actual de las Fuerzas Armadas y el involucramiento del gobierno en el daño a la ecología.

Inexorable cumplimiento de los acuerdos

El proceso, por tanto, parece haberse salvado: hay un nuevo impulso para la paz. Las dificultades para el cumplimiento de los acuerdos eran notorios desde su firma. Sin embargo, la labor misma de ONUSAL in situ, y la recuperación de la variable internacional, que se demostró importante para romper ciertos impases del proceso por medio del Secretario General y del Consejo de Seguridad de la ONU, garantizan y exigen el cumplimiento de la totalidad de los acuerdos para el 31 de octubre.



Perspectivas para las elecciones de 1994

La irrupción del FMLN en la vida política abierta ha generado reacomodos en los partidos políticos actuales. Han aparecido ya nuevos partidos como el Movimiento de Solidaridad Nacional (MSN), y aparecerán más.

ARENA: fundado en 1981 por el mayor Roberto D'Aubuisson como un partido de extrema derecha, de perfil claramente anticomunista y nacionalista. ARENA ha sufrido una evolución, fundamentalmente desde 1984 (D'Aubuisson perdió la elección presidencial frente a Duarte). Inicialmente vinculado a un pensamiento fascista y sus dirigentes a los "Escuadrones de la Muerte", ARENA transitó hacia posiciones más pragmáticas y civilizadas de una derecha moderada, representada por Alfredo Cristiani. Se suelen indicar dos tendencias en el partido: la moderada y pragmática, jefeada por Cristiani; y otra más identificada con la derecha extrema representada en el extinto líder D'Aubuisson. El problema fundamental de ARENA frente a las elecciones consiste en lograr el respaldo del voto no sólo de los sectores negativamente afectados por su plan económico, sino también de los sectores minoritarios y de clase media que ven como negativos los acuerdos de paz firmados con el FMLN.

MSN: De reciente fundación (1991) y en proceso de legalización frente al Tribunal Supremo Electoral. El MSN es el partido de los sectores evangélicos y, clandestinamente, habría sido pensado, fundado y financiado por la extrema derecha de D'Aubuisson como una alternativa de derecha frente a ARENA. El MSN maneja un discurso de centro-derecha que critica a la izquierda, sobre todo, pero también a la derecha y a los partidos tradicionales. Alrededor del 17% de la población es de confesión evangélica.

MAC: El Movimiento Auténtico Cristiano es una escisión del derechista del PDC, separado a raíz de las rivalidades entre Rey Prendes y Chávez Mena frente a la candidatura y programa del PDC en las elecciones presidenciales de 1989. El MAC es reconocido como fiel pactante con ARENA. Su porcentaje en las elecciones ha ido en franco descenso desde su fundación. Actualmente no cuenta más que con un sólo diputado en la asamblea.

PCN: El Partido de Conciliación Nacional sobrevivió al golpe de estado en 1979 que derrocó al General Romero. Desde su fundación en 1961 hasta 1979 mantuvo la presidencia de la república por medio de 4 militares. Durante los 8O's intentó girar hacia posiciones más de centro, pero fue dominado por el ala tradicional del partido. Aunque intenta ser un partido de derecha independiente, mantiene una fiel relación con ARENA. En las últimas elecciones quedó tercero (detrás de ARENA y PDC). El PCN intenta captar los votos de la derecha tradicional.

Los partidos desde el centro hasta la izquierda

PDC: Fundado a inicios de los 6O's, formó coaliciones durante los 7O's con la izquierda (MNR y UDN), para intentar acceder al poder. Formó parte de la tercera Junta de Gobierno (1980) y fue comprometiéndose más con los militares y los Estados Unidos. La guerra y la corrupción dentro del partido y el estado le hicieron descender su electorado, perdiendo la presidencia y la mayoría en la Asamblea. Intenta ser el partido de centro y de la clase media. El PDC ha puesto en marcha un discurso de oposición que busca fundamentarse en la doctrina social de la iglesia católica.

Convergencia: coalición de tres partidos de tendencia socialcristiana: el Movimiento Popular Social Cristiano, MPSC, escisión de izquierda del PDC, separado en 1979; y social demócrata: (el Movimiento Nacional Revolucionario, MNR, fundado en la década de los sesenta; y el Partido Social Demócrata, PSD, fundado hacia 1988. Representó a la izquierda, por primera vez durante la guerra, en las elecciones de 1989, ocupando el cuarto lugar detrás del PCN. Supuestamente rivalidades y el interés por el crecimiento independiente entre el MNR, lidereado por Victor Valle y el MPSC, lidereado por Rubén Zamora estarían poniendo en crisis la coalición.

UDN: La Unión Democrática Nacional es el instrumento legal de participación política del Partido Comunista hasta 1992. Obtuvo un diputado en las elecciones de 1991.

FMLN: Frente fundado en octubre de 1980 formado por cinco organizaciones revolucionarias: el Partido Comunista Salvadoreño, PCS (1930); las Fuerzas Populares de Liberación, FPL (1970); el Ejército Revolucionario del Pueblo, ERP (1971); la Resistencia Nacional, RN (1975); y el Partido Revolucionario de los Trabajadores Centroamericanos, PRTC (1976). Después de conducir durante doce años una guerra, el FMLN enfrentaría por vez primera un evento electoral. Ha dicho repetidas veces que no aspira a la presidencia en 1994, y estaría más dispuesto a trabajar sobre una amplia alianza que haga oposición a ARENA. El problema fundamental sería el modo de articular la unidad en la diversidad de las organizaciones que lo componen. La unidad, como frente político, parece haber tomado mayor consistencia tras el acuerdo de paz. Sin embargo, habría una tendencia que consideraría que el FMLN, como frente, ha cumplido ya su papel y que por tanto, habría que construir un nuevo instrumento sobre una estrategia de alianzas más amplia.

Diversas estrategias frente a las elecciones

Hasta el momento, se han dado a conocer al menos dos encuestas de opinión pública en torno a las elecciones de 1994, aunque con reticencias. Se sabe que ARENA cuenta con uno de los mejores equipos para la investigación pública mediante el monitoreo de los medios de comunicación y pasando encuestas de opinión. Sin embargo, ARENA no ha hecho pública ninguna de sus investigaciones. Los datos aquí presentados corresponden a las encuestas de opinión pública realizadas por el IUDOP-UCA, publicados a finales de abril/92 y realizadas en febrero/92. El MPSC realizó también su encuesta de opinión entre abril y mayo. Ambos resultados coinciden con buena aproximación.

Análisis de los resultados

En primer lugar, la distancia hasta el momento de las elecciones de marzo/94 - un poco más de un año para el inicio de la campaña electoral -, hace que solo se refleje una tendencia parcial respecto a las preferencias del electorado.

Es un hecho que ARENA tiene una sólida fidelidad de partidarios en tanto partido en el poder y por su mismo aparato de propaganda. Los demás partidos revelan asimismo una escasa y relativa incondicionalidad a la adhesión del partido. De ahí que la población contenida en el apartado que abarca más del 40 por ciento que no sabe o no responde a su preferencia partidaria, se constituye en el terreno de conquista de los partidos.

Con todo, los porcentajes de los partidos de oposición se mantienen cercanos a los últimos resultados obtenidos en las últimas elecciones (con una variante: el PCN ha descendido de posición). El bajo resultado del FMLN contrasta con la capacidad de desarrollar un ejército guerrillero y una guerra prolongada por más de 10 años. Sin embargo, esto puede entenderse en la perspectiva del tránsito de la clandestinidad a la legalidad. Las últimas movilizaciones partidistas del FMLN, tanto nacionales como departamentales, indicarían una sigilosa salida de la clandestinidad. Claro que del resultado de la encuesta o la dimensión cuantitativa de sus movilizaciones no puede concluirse en modo alguno, al menos por el momento, ni un estrecho ni un amplio apoyo de la población para el FMLN. Es esto precisamente lo que el FMLN pone a prueba con las elecciones del 94.

Tendencia a coaliciones amplias

Ahora bien, las tendencias políticas indican una cierta predisposición a la conformación de coaliciones amplias. Así en el caso de una contienda entre ARENA (21.3%) y un Frente de oposición (6.4% + 5.3% + 4.3% + 0.5%) abrigarían las esperanzas (un 21.3% de la derecha frente a 16.5% de la oposición de centro-izquierda) de una derrota de ARENA.

ARENA estaría preparándose para un enfrentamiento directo con la oposición de izquierda. También debe enfrentar el descontento de los sectores populares que votaron por ARENA con la esperanza de mejoría económica; y el descontento de los sectores derechistas por la firma de los acuerdos de paz con el FMLN. Una alianza con el PCN y con el MAC puede ser coherente en un contexto electoral bipolarizado. Sin embargo, el PCN y el MAC mantendrían reservas frente a una alianza así. La estrategia de ARENA se centra más bien en la re-captación de los votos de la derecha que tendería a perder por su gestión presidencial, re-captación que estaría en manos del MSN, partido pensado desde ARENA como una alternativa de derecha en la línea arenera: votos de la derecha descontenta con la política económica de ARENA.

Sólo una coalición amplia derrotará a ARENA

En la oposición se han presentado diversas alternativas: todas coinciden en que sólo una coalición amplia de oposición sería capaz de derrotar a ARENA en las próximas elecciones. Las diferencias vendrían por el liderazgo en el interior de la coalición. En principio, el FMLN ha anunciado que no presentará candidatos propios para la presidencia, pero promueve una amplia coalición opositora.

Desde el punto de vista del PDC, el liderazgo en la coalición y el candidato presidencial debería recaer en él, porque es el partido de oposición con mayor caudal de votos y con mayor representación en la Asamblea. El programa tendría relativa aceptación en el resto de los partidos, a la manera de un programa mínimo modificable en la negociación de formación de la alianza opositora.

Para el MNR, los partidos importantes de la oposición son tres: el PDC, el FMLN y el MNR y es a partir de ellos, que debe armarse una amplia coalición de centro-izquierda que aglutine la totalidad de las fuerzas opositoras. El candidato presidencial y el liderazgo en la coalición sería algo relativamente secundario y discutible. En la misma línea se encuentra la RN, miembro del FMLN: una coalición lo más amplia posible de fuerzas, incluyendo a la empresa privada, con un candidato presidencial independiente. La RN se inclina por un miembro de la empresa privada progresista.

Si una coalición de este tipo fuese posible, encontraría al menos tres dificultades: la posible no disposición del PDC a ceder lo que considera su privilegio de proponer el candidato presidencial; una amplia coalición opositora forzaría, en principio, a la derecha a aglutinarse en torno a ARENA, fortaleciendo sus posibilidades electorales; y una coalición de este tipo, que incluya el PDC, provoca la desconfianza de las bases de los partidos de izquierda: habría que aliarse con el partido que entre 1980 y 1988, pactó con el ejército y sirvió de fachada democrática en la estrategia contrainsurgente norteamericana.

La tercera vía, propuesta por el MPSC intentaría salvar estos escollos. La coalición debería, en principio estar formada por los partidos de izquierda (MPSC, MNR, PSD, UDN y FMLN), participando separadamente del PDC en las elecciones; pero previendo un pacto de caballeros. El supuesto fundamental es que ninguno de los partidos o coaliciones alcanzará la mayoría para la victoria y que, por tanto, será necesaria una segunda vuelta. El pacto, previo a la primera vuelta, comprometería a la fuerza que obtenga el menor resultado a apoyar a la fuerza mayoritaria en la segunda vuelta. Se salvan aquí la ligazón directa al PDC por parte de la izquierda y la cuestión del liderazgo en una coalición amplia.

Queda por resolver quién liderará la coalición de izquierda -recordar las actuales diferencias entre el MNR y el MPSC -, y sobrepasar la aspiración de la RN de formar una coalición lo más amplia posible. En el fondo, el problema a resolver son las cuestiones torno al modo de imaginar la unidad en el seno de la izquierda, tanto en el FMLN como en la actual Convergencia Democrática.

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