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Universidad Centroamericana - UCA  
  Número 74 | Agosto 1987

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Nicaragua

Ernesto Cardenal inaugura Feria del Libro

Del 21 a 25 de julio se celebró en Managua el Primer Festival Internacional del Libro. Unas 350 editoriales y 176 invitados internacionales se hicieron presentes en este importante evento político-cultural. Fueron más de 20 mil los títulos expuestos y más de 60 mil los nicaragüenses que visitaron los pabellones de la feria.

Equipo Envío

El libro más vendido en el Festival resultó ser "Carlos para todos", de la Editorial Vanguardia del FSLN. Se trata de un biografía del Comandante Carlos Fonseca, fundador del Frente Sandinista, realizada por el conocido Rius -el mexicano Eduardo del Río-, autor de numerosos libros que utilizan el popular y original estilo de combinar fotos con dibujos y breves textos.

El Festival costó 200 millones de córdobas, enteramente cubiertos por la solidaridad internacional, en particular del pueblo de Alemania Federal y de Cuba.

Como un signo más de la libertad de expresión que existen en Nicaragua, en el stand de la Embajada de Estados Unidos se repartieron gratuitamente cientos de libros contrarios a la revolución. Entre los más donados estuvo "Revolución en la Familia" de Shirley Christian, colección de chismes sobre algunas familias nicaragüenses -especialmente de la burguesía- que forma parte del gobierno sandinista.

Palabras de Ernesto Cardenal en la inauguración

El Ministro de Cultura de Nicaragua, padre Ernesto Cardenal, inauguró el Festival. He aquí sus palabras.

"En nombre del Gobierno de Nicaragua, con la presencia de nuestro Presidente honrándonos en este Festivas, y en el del pueblo de Nicaragua, lo que equivale a decir en el nombre de la cultura de esta Nicaragua en Revolución en la que gobierno
y pueblo están identificados, damos nuestro saludo de bienvenida y nuestro agradecimiento a todos ustedes, venidos a Nicaragua con ocasión de este Festival.

Agradeciendo absolutamente a todos los que desde afuera nos visitan, me permito destacar un agradecimiento especial la director de la Feria del Libro de Frankfurt. Peter Weidhass, porque, conversando una vez con él en una de las Ferias de Frankfurt, surgió la idea, muy pasada, de una Feria Mundial del libros en Managua aprovechando su experiencia e influencias como director de la Feria de Frankfurt. Y aquí la tenemos, la estamos inaugurando. El Primer Festival. El segundo será en 1989.

Esta no es sólo una Feria, sino todo un festival del Libro, que rebasa la motivación comercial en torno al libro de las Ferias tradicionales. Es hacer del libro el centro de una gran celebración, mundial, que reúne editores, artistas, escritores, de muchos países. Con optimismo creíamos que vendrían de 100 a 150 editoriales, pero no fuimos optimistas, pues hay más de 350 editoriales, de muchas lenguas, de 45 países y 6 organismos no gubernamentales.

Este festival es una demostración del pluralismo de la Revolución sandinista. Países de los más diversos signos ideológicos tienen su stands en el pabellón internacional. Como decir, entre otros, la Unión Soviética y los Estados Unidos, incluyendo en este último las publicaciones de la Embajada de los Estados Unidos en contra de esta Revolución, sin que se hubiera censurado ni uno sólo de estos libros ni los de ningún otro país.

Y en el pabellón nacional están también representadas todas las corrientes de pensamiento del país, sin la supresión ni censura de nadie. Ojalá las agencias noticiosas internacionales, que tan frecuentemente abierta llaman totalitaria, registren este hecho en sus cables internacionales, no lo supriman o censuren.

Este Festival Internacional del Libro es el festival de la libertada absoluta del libro en la Nicaragua Libre. Libertad que es producto de la Revolución.

No siempre fue así en Nicaragua. Rubén Darío a los 15 años, adolescente y casi niño, escribió un poema de 100 décimas dedicado al Libro. La décima es la forma métrica más difícil en castellano. Cien décimas son mil versos entrelazados con un muy complicado sistema de rimas.

Esta es una gran proeza, especialmente para un niño. Sus amigos progresistas liberales de León lo trajeron a Managua, para que el presidente, un viejo conservador, oyera las décimas al Libro y le diera una beca para estudiar en el extranjero. El presidente, después de oírlo, le dijo que si siendo tan joven y sin salir al extranjero ya era tan radical, cómo lo sería leyendo libros en el extranjero, y le negó la beca. Y es que el presidente había oído en esas décimas:

El libro que yo bendigo con entusiasmo profundo tiene ante la faz del mundo un implacable enemigo.

¿Sabéis quién es? Allá está...
Su trono se bambolea,
porque el soplo de la idea
su trono derribará.

¿Sabéis quién es? ¡Vedle allá sobre el alto Vaticano!
¡Comtempladle... Genio
insano, apaga todo destello
con una estola en el cuello
y el Syllabus en la mano.

Aunque también en esas décimas el poeta-niño había dicho:

Y ¿qué es el libro? Es la luz;
es el bien, la rendición,
la brújula de Colón;
la palabra de Jesús.

Agregaba:

Trabajo, luz, pensamiento,
libertad, razón, amor,
lucha si igual, valor,
expansión y sentimiento;
esperanza y ardimiento;
lo terreno y lo infinito...

Religión, creencia, mito,
lo comprensible, el arcano...

Tal es el conjunto humano,
y así el hombre lo vio escrito.

Aquí está el libro; mirad:
con un fulgor nunca visto,
y por la boca de Cristo,
predica la libertad.

Más recientemente, otro presidente, el dictador cuya huida celebró el pueblo de Nicaragua hace 3 día, al proponérsele la creación de una biblioteca en el Banco Central, contestó: "A mí no me hablen de libros, y no sé nada de eso, háblenme de armas".

Pero Sandino sí era General de Hombre Libres , y se le solía ve con El Quijote en la manos. Además, su lucha tenía una biblioteca ambulante, con libros de Ciencias Sociales y Filosofía, Biografías, diarios, folletos, revistas y diccionarios, entre ellos el Diccionario Castellano de la Editorial Garnier.

En cuenta a Carlos Fonseca, orientaba que a los campesinos no sólo se les enseñara el manejo de las armas, sino también se les enseñara a leer. El actual jefe de Seguridad del Estado, Comandante Lenín Cerna (quien por cierto es también artista), cuenta que Fonseca siempre les insistía: "Lean, lean, lean".

Cuánto hicieron los libros para alcanzar el triunfo de esta Revolución de incalculable. Y el triunfo de esta Revolución produjo la Cruzada de Alfabetización del país para la cultura de la nueva Nicaragua y la defensa de esta Revolución también es incalculable.

La primera Revolución de América Latina, la Revolución Mexicana, tuvo como Secretario de Educación (y ministro de Cultura, diríamos ahora) a José Vasconcelos, quien además de promover el muralismo mexicano cara que el pueblo leyera sus historia e identidad nacional en los muros, editó a los célebres Clásicos Verdes, haciendo que los campesinos al recibir la tierra recibieran también con ella esa gran colección, de Homero, Virgilio Dante, Shakes peare, etc.

La segunda Revolución de América, la de Cuba, inmediatamente después del triunfo, publicó como primer libro El Quijote, con la edición más grande que hasta la vez se haya hecho en la lengua castellana de ese libro.

Por lo que también en la Revolución de Nicaragua ha ocurrido respecto al libro, podríamos colegir que ésta será como una ley de las revoluciones de América.

Nicaragua en estos 8 años de Revolución cualitativa y relativamente hablando ha publicado más que en los 180 años anteriores. Relativamente, porque en 8 años no podíamos publicar más anuncios que en 180 años.

Antes los escritos tenían que publicar sus propios libros, y además venderlos, o más bien regalarlos. Ahora la sed de libros es insaciables. Las librerías están bastante vacías, por dos razones, las mismas por las que los estantes de otros productos de consumo están bátante vacíos: por la falta de divisas para importar, y la economía de guerra, y por el gran incremento del consumo. Libro que ponemos en las librerías es libro que se agota inmediatamente, por grande que sea el tiraje de la edición.

Acabamos de publicar la magna obra de la Biografía Nacional, todo lo que desde un libro a una hoja volante se ha publicado en Nicaragua desde 1829 o sobre Nicaragua en el extranjero, lo que ingresará a una cinta computadora para su inmediata localización, siendo así Nicaragua el segundo país de América Latina con su bibliografía nacional automatizada, después de Venezuela.

En estos 8 años Nicaragua ha participado en una docena de Ferias internacionales del libro. Exactamente 11, y con ésta 12.

Parecerá extraño que Nicaragua en guerra haga este Festival, pero diremos que lo hacemos también por estar en guerra; porque nos defendemos con todo, con fusiles y también con moral, con ternura (nacional e internacional), con humanismo y humor, con danza y canto, y también oración, y también con libros.

El poeta norteamericano Laurence Perlingnetti, quien también es editor de la editorial City Lights, de San Francisco, al no poder venir a este Festival, nos ha escrito una carta, en al que nos dice: "Un Festival del libro como el presente en Nicaragua, puede contribuir enormemente al entendimiento entre los pueblos que es tan necesario en este momento crucial de la historia, y finalmente yo deseo que cada funcionario de la Administración Reagan pueda asistir a este Festival, especialmente todos aquellos militaristas quienes piensan solamente es posible una solución militar. El Festival del Libro representa el rostro más esperanzador de la Revolución nicaragüense".

La primera quema de libros, anterior a las de Somoza que eran con notario público, fuer la quema de libros indígenas hechas por Fray Bobadilla en 1524 aquí en Managua. Sorprende que fuera en Managua, que no era entonces capital, ni aún ciudad, sino una humilde aldea.

Sería como una misteriosa premonición de la futura Managua. Parece que fue además por donde está la actual plaza de la Revolución, y el Mausoleo de Carlos Fonseca. De estos libros de los indios hechos en cueros de venado, dice el cronista Oviedo que: "tenían pintados sus caracteres o figuras con tinta roja o negra, de tal manera que aunque no era lectura, ni escritura, significaba o se entendían por ellas, todo lo que querían; muy claramente. Y en estos libros tenían pintados sus términos y heredamientos, y lo que les parecía que debía estar representado: caminos, ríos, montes, bosques y todo lo de más". El que nuestros primeros libros fueran pintados en rojo y negro es otro de los misterios de nuestra historia.

Pero la amenaza de la quema de los libros no ha desaparecido. Ha habido unas supuestas apariciones de la virgen en un lugar llamado Cuapa, propagandizadas y manipuladas por la reacción y la jerarquía nicaragüense, y esta supuesta Virgen, de nuevo supuestamente se apareció ya no en Cuapa sino en el lugar llamado Casa Colorada, y según el Obispo Monseñor Bosco Vivas, allí pidió que "se quemaran los libros comunistas". Esta Virgen es conocida por la reacción bajo la advocación de "Nuestra Señora de la Victoria". Con referencia a la Revolución nosotros hablamos de "el Triunfo", "el triunfo" cuyo Octavo Aniversario estamos celebrando. El que esta Virgen lleve otro nombre, no "Triunfo" sino "Victoria", ya sabemos qué significa. Igualmente podrían llamarle "Nuestra Señora de Oliver North".

Según el etnólogo francés Lévi-Strauus, la aceleración de la evolución de la sociedad humana ocurrió con el invento de la escritura hecha por el hombre neolítico hace 10.000 años, incrementada mucho más por el inventario de la imprenta de Guatemberg y por la moderna tecnología procesador de palabras. El invento del neolítico intensificó el diálogo entre los hombres. Pero aún desde antes del comienzo de la última era glacial ocurrida hace 30.000 años ya el hombre se comunicaba, no sólo verbalmente sino también con símbolos no verbales: la pintura, el rito, la danza, las manufacturas, la cultura en general. También este Festival del Libro lo es de la cultura en general.

Por eso ustedes verán que junto con los libros exponemos también manufacturas artísticas, es decir artesanías. Especialmente aquellas que estando perdidas fueron rescatadas por la Revolución. El último rescate que hemos hecho es el de la tela fabricada a mano. En un rincón de las montañas de Matagalpa los campesinos sembraban algodón silvestre, con él hacían hilo y con el hilo, tela con la cual se vestian.

Somoza prohibió esa hechura de telas para que no le hicieran competencia a su fábrica de hilados y tejidos. Quemaron las ruecas y telares sin usarse. Y ya sólo había unas pocas ancianas que sabían hace tela. Hemos revivido esa hechura de telas para extender la manufactura en todo el país. Ustedes verán en esta exposición campesinos de ese rincón de Matagalpa hilando y tejiendo.

Ellos no habían venido nunca a Managua. Han venido ahora a enseñar al país. "La inteligencia de las manos", Cervantes llama a la industria. Esta inteligencia estaba reprimida junto con toda la cultura popular; y la inteligencia de las manos que tejen y tiñen los hilos con colores, es la inteligencia de las mismas manos que pintaron aquellos libros con colores rojo y negro como dice Oviedo, y de las mismas manos que ahora dirigen nuestra historia y han hecho esta Revolución.

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