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Universidad Centroamericana - UCA  
  Número 326 | Mayo 2009

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Nicaragua

El país en los tiempos del virus

El color y el sabor de la política del gobierno en los tiempos del virus evocó colores y sabores de los años 80: arremetidas contra el imperio, conflictos con la Iglesia, “conspiraciones derechistas” y el abandono de siempre en la “separada” Costa Caribe.

Equipo Nitlápan-Envío

El virus -primero de gripe porcina, después de influenza humana- no pareció dispuesto a establecerse en Nicaragua. Un decreto presidencial de dos meses de emergencia, una amplia divulgación de medidas preventivas, miles de dosis del antiviral y un buen tendido organizativo para afrontar eventuales contagios -virtud que nadie puede discutirle al FSLN- frenaron al virus.

Hasta el día 8 de mayo no había ni un caso en el país. Inmunizados ante el nuevo virus -previniendo para después no lamentarnos- no parece haber sucedido algo similar en el terreno político. En los tiempos del virus el país permaneció contaminado de conocidas virulencias.

TRINIDAD Y TOBAGO:
¿HORA DE “QUÍMICA”?

El primer acto solemne de la política exterior del Presidente Obama hacia América Latina se escenificó en Trinidad y Tobago a mediados de abril en la Cumbre de las Américas, un espacio creado por el Presidente Clinton hace 14 años.

Diseminada la percepción de que Obama no sabe nada de América Latina, la expectativa de cómo se presentaría el nuevo huésped de la Casa Blanca ante los 34 Presidentes latinoamericanos y cómo recibirían éstos a Obama era enorme. El Presidente Chávez reunió a sus socios del ALBA en Cumaná en las vísperas de la cumbre y declaró ir hacia Puerto España con una “artillería lista”. También en vísperas de la cumbre todos o casi todos los mandatarios abogaron por la inclusión de Cuba en estos encuentros, acentuando así al unísono uno de los temas más delicados para las administraciones precedentes a la de Obama. Un tanteo estratégico.

Obama se adelantó y antes de la cumbre tomó medidas para acercar Estados Unidos a Cuba, medidas que alivian la vida cotidiana de los cubanos y que son mucho más bienvenidas en Cuba que cualquier otra formalidad de política exterior: libertad en los viajes y en el envío de remesas de los cubano-americanos a la isla. Si Obama ya le caía bien al pueblo cubano, cada remesa y cada vuelo que comenzaron a llegar ya al día siguiente desde Miami le multiplicaron exponencialmente las simpatías.

Al Presidente Ortega le correspondía un discurso inicial en la cumbre por estar ocupando la presidencia temporal del Sistema de Integración Centroamericana. Ortega tenía que hablar en representación de Centroamérica, después de Cristina Kirchner, que hablaba en representación de los países de UNASUR.

En Managua, Arturo Cruz, embajador del gobierno Ortega en Washington durante dos años y tras renunciar al cargo, auguró el mejor de los escenarios: la cumbre sería la oportunidad de que “Ortega haga química con Obama”, la ocasión para que Ortega “reinvente las relaciones de Nicaragua con Estados Unidos”. Esto era posible -dijo, con su habitual sonriente voluntarismo- porque en Chicago Obama seguramente habría llevado camisetas a favor de Nicaragua durante los años de la guerra contrarrevolucionaria de Reagan en la primera presidencia de Ortega.

ORTEGA: “¡SIENTO VERGÜENZA DE ESTAR EN ESTA CUMBRE!”

El Presidente Daniel Ortega habló durante cincuenta interminables minutos -aunque le asignaron diez-, impacientando a sus colegas y recordando escenas de la historia de agresión de Estados Unidos contra Nicaragua, regodeándose en el protagonismo que tuvo en ellas. Aunque todo lo que dijo es cierto y aún duele, y tal vez era a él a quien le correspondía decirlo, la forma en la que lo dijo resultó estérilmente provocadora y, lo más grave: casi nada de lo que dijo era adecuado si hablaba en representación de Centroamérica.

Si se trataba de hacer un recuento de agravios, ¿por qué no hablar del apoyo de Estados Unidos al ejército salvadoreño durante doce años de guerra o de la asesoría que dio al ejército de Guatemala -señalado internacionalmente por genocidio de las comunidades indígenas- o de la ocupación militar de Honduras durante la guerra contrarrevolucionaria?

El egocentrismo nica en su discurso y sus atropelladas y desordenadas parrafadas sobre otros temas en los que responsabilizaba reiteradamente a Estados Unidos sólo pueden explicarse por su afán de presentarse como el más izquierdista de todos sus pares.

Hasta el último momento la actitud pesimista y negativa de Ortega minimizando el éxito de Obama -Es el jefe de un imperio acorralado por sus reglas- contrastó con la del resto de Presidentes latinoamericanos, incluido Chávez, que no usó “artillería” alguna y que calificó la cumbre como casi perfecta. Todos estuvieron más centrados, fueron más propositivos, menos agrios, tratando de reinventar relaciones más respetuosas y constructivas, intentando hacer una química menos dañina que la que ha existido hasta hace unos meses. Sólo el tiempo dirá si la elegancia de los discursos y los gestos de Obama y el esfuerzo de todos los latinoamericanos menos uno -Ortega- se traducirán en políticas más positivas.

OBAMA: CÓMO TRATARLO

Las medidas de Obama hacia Cuba son un primer paso en la dirección del the end al obsoleto bloqueo contra Cuba. Algunos piensan que el paso siguiente será permitir que los estadounidenses viajen libremente a Cuba. La Sociedad Estadounidense de Agentes de Viajes estimó en 2007 que, de eliminarse las actuales restricciones, 1 millón 800 mil estadounidenses visitarían la isla en los primeros tres años. Hay cálculos de que potencialmente podrían ser hasta unos cinco millones por año.

¿Está preparada Cuba para recibir tal avalancha de turistas estadounidenses? El problema no es sólo de infraestructura material sino de infraestructura socio-ideológica, tras tantos años de dolorosas carencias básicas, achacándolas todas al “enemigo”, que ahora estaría tan cercano.

¿Está preparada Cuba para un levantamiento del bloqueo? ¿Lo está para la negociación con Estados Unidos que precedería ese acontecimiento, que nunca será unilateral? Algunos opinan que este proceso no lo asumiría Obama hasta su segundo mandato, dadas las urgencias económicas que son su prioridad ahora.

El protagonismo de Daniel Ortega en Cuba en los días siguientes a la Cumbre de las Américas permite imaginar algunas de las contradicciones que, tanto en Cuba como en Nicaragua, ha generado ya el carismático Obama. Ni en La Habana ni en Managua saben bien cómo tratarlo.

DANIEL: “PERSUASIVO, SERENO, IRREBATIBLE”

Antes de la cumbre, Daniel Ortega viajó a La Habana a entregarle a Fidel Castro el borrador de la declaración final. Y en vez de regresar a Managua al término del encuentro, viajó de nuevo a La Habana para contarle a Fidel lo que allí había sucedido. Fidel lo invitó a participar en el programa diario de la televisión oficial cubana “Mesa redonda” para que explicara los hechos a la población cubana.

Todo esto llamó mucho la atención teniendo en cuenta la distancia que desde que Ortega llegó al gobierno en 2007 había mantenido con él Fidel Castro. Visitante asiduo de la isla por problemas de salud, Ortega es casi el único mandatario latinoamericano que aún no tiene una fotografía con Fidel convaleciente. Y en los continuos escritos del líder cubano sobre todos los temas políticos imaginables, nunca se refería a Nicaragua. Sólo lo hizo en una ocasión en 2008 para alabar a Ernesto Cardenal como prototipo de pureza revolucionaria, lo que hubo que interpretar como una abierta crítica a la campaña lanzada contra el poeta por el gobierno de Ortega.

Llamó aún más la atención el rosario de elogios que Fidel Castro comenzó a desgranar sobre Daniel Ortega a partir de los encuentros pre-cumbre en varias de las “Reflexiones del compañero Fidel” que publica el diario “Granma”. Por primera vez Fidel habló con entusiasmo de la visita de Daniel y Rosario y describió a Ortega hablándole de los problemas de Nicaragua como tranquilo, comprensivo, bien informado, analiza con gran realismo lo que puede y debe hacerse.

Sobre el discurso de Ortega en la cumbre dijo Fidel que parecían los tañidos de una campana doblando por una política de siglos y que en esa ocasión no habló el economista, el científico, el intelectual o el poeta, para concluir que, a pesar de poseer todas esas cualidades, Ortega no seleccionó palabras rebuscadas para impresionar a sus oyentes. Fidel reprodujo textualmente gran parte del largo discurso de Ortega en la cumbre. Y después, de su participación en la televisión cubana dijo que fue como esperaba: habló con elocuencia, fue persuasivo, sereno, irrebatible, aferrado a la verdad cada minuto de su comparecencia.

HAMELIN Y LOS RATONES

En la Mesa Redonda cubana Ortega habló como acostumbra: dos horas sin que nada pudiera detenerlo, a no ser las cuatro tímidas preguntas formales que lograron introducir en su agitada verborrea los periodistas que lo “entrevistaban”.

Entre otras cosas, Ortega afirmó que en la cumbre, a excepción de los cinco que hablaron en el plenario -él uno de ellos- se impuso la censura... Sólo nosotros cinco fuimos los privilegiados de tener libertad de expresión…Los demás, al encierro, bozaleados, porque era como ponerle un bozal y ponerle una venda en los ojos y tratar también de tapar los oídos de nuestros pueblos con esto que se hizo en esta reunión... Se refirió varias veces sarcásticamente a Obama como “el emperador” y críticamente a quienes se acercaban al Presidente de Estados Unidos para saludarlo: Noté mucho encantamiento en algunos Jefes de Estado y de Gobierno por estarse dando la mano con el Presidente Obama y decía yo para mis adentros: Éste está como Hamelin. Con Hamelin con su flautita y todos los ratones detrás... ¡vamos para el abismo, para el precipicio!

Denostando la cumbre y burlándose de Obama, Ortega resultó funcional a las posiciones de Fidel Castro respecto de la cumbre y respecto de Obama. Un mar de contradicciones debe haber desatado en Cuba el fenómeno Obama. Eso explicaría el notorio acercamiento elogioso de Fidel a Ortega. “Fidel es el que ha manejado siempre las relaciones con Estados Unidos. Ahora, Fidel usó a Daniel como ventrílocuo para mostrar su línea dura. Y usó a Daniel porque sabe que es el dirigente más desprestigiado en la región, el que tiene menos que perder si se distancia, como lo hizo, de Obama”, comentan algunos cubanos.

¿CONTRADICCIONES, DIVERGENCIAS?

Algunos imaginan que una de las principales contradicciones es la visión que tienen Fidel Castro y Raúl Castro ante la eventualidad de una negociación con los Estados Unidos dirigidos por Obama. ¿Será cierto? ¿Querrá realmente Fidel que esa negociación crucial la presida su hermano? ¿Querrá que el bloqueo se levante antes de que él muera? Pareciera que la meta de Fidel antes de irse sería recuperar la total soberanía cubana sobre Guantánamo. ¿Estará dispuesto Obama a un gesto unilateral de este calibre simbólico?

Los cambios que hizo Raúl Castro hace unos meses -destitución de once ministros o cargos con funciones ministeriales, algunos muy cercanos a su hermano (Carlos Lage y Felipe Pérez Roque) y el ascenso a esos puestos de militares de la confianza de Raúl- ¿anunciaban, además de una profundización de la institucionalidad, cierta preparación para la eventualidad de un proceso negociador con Estados Unidos?

EL ABRAZO DE CHÁVEZ
Y EL ABRAZO DE OBAMA

El lúcido analista cubano Haroldo Dilla reconoce en Raúl otro talante: “Es un hombre pragmático, sin ínfulas fundacionales, con un sentido de la finitud que nunca tuvo su hermano y una mayor capacidad para entender qué pasa en la vida cotidiana. Aunque tiene en su contra haber encabezado los actos represivos más estridentes que se han producido en Cuba, también ha sido el alentador de las principales reformas económicas…”

Sobre la relación Chávez-Cuba anota Dilla: “La ambición política continental de Chávez pasa inevitablemente por el apuntalamiento económico de Cuba. Los subsidios venezolanos han devenido una variable clave para explicar tanto la economía actual en Cuba, como el comportamiento de su élite política”. Y añade: “No es difícil percibir el esfuerzo de Raúl Castro por relajar el pesado abrazo de Chávez”.

Si en Cuba deben aprender a manejar ese abrazo, a los Estados Unidos de Obama le tocará “abrazar” a Cuba, a Venezuela, a toda América Latina con una nueva estrategia. Mientras Bush -obnubilado por su “guerra contra el terrorismo”, abandonaba a América Latina, China, Irán y Rusia estrechaban sus relaciones comerciales y su presencia política con todos los nuevos gobiernos latinoamericanos, compitiendo con ventaja con Estados Unidos en sus “traspatios” y zona de influencia.

Tampoco para el Norte es sencilla la nueva situación. Así lo reconocía Obama: Demasiadas veces Estados Unidos no ha buscado ni mantenido las relaciones con sus vecinos. Nos hemos dejado distraer por otras prioridades, sin darnos cuenta de que nuestro progreso está directamente vinculado al progreso en todo el continente americano. Mi gobierno se ha comprometido con la promesa de un nuevo día. Renovaremos y mantendremos relaciones más extensas entre Estados Unidos y el hemisferio, por el bien de nuestra prosperidad común y nuestra seguridad común. El tiempo dirá si las obras de Obama se corresponden con sus palabras.

GUIONES CONOCIDOS

En los años 80 la agresión militar de Estados Unidos contra Nicaragua justificaba la virulencia del primer gobierno de Daniel Ortega contra esta política imperial en los escenarios de su política exterior. Treinta años después, la repetición de aquel mismo guión deja en evidencia a Ortega como alguien inmunizado a nuevas ideas para los nuevos tiempos y en nuevos escenarios.

En los días del virus el país asistió a la repetición de otros dos guiones pautados en los años 80. En la Costa Caribe, el Consejo de Ancianos del pueblo mískito declaró la independencia de la Nación Moskitia y comenzó a preparar su propio ejército. Los dirigentes históricos del partido Yátama, Brooklyn Rivera y Steadman Fagoth, acusados por el Consejo de Ancianos de haber traicionado a los pueblos indígenas enriqueciéndose personalmente, minimizaron los hechos. Y el vocero gubernamental Gustavo Porras declaró que el atizador de la independencia era el embajador de Estados Unidos en Managua. Un guión similar al de los años 80.

Esta “independencia mískita” expresa la crisis del partido Yátama -cuyos dirigentes han sido cooptados y corrompidos por el FSLN- como representante de los pueblos caribeños. Expresa también el fracaso del proceso de 19 años de “autonomía” caribeña. Es el resultado del abandono en que cuatro gobiernos de Managua han mantenido a esta zona, incluyendo las más recientes desidias del gobierno de Daniel Ortega después del devastador huracán Félix (septiembre 2007).

El otro repetido guión de los años 80 fue el estallido, con inusitada virulencia, del conflicto entre el gobierno y la jerarquía católica.

“CONVERSIÓN RELIGIOSA”

Consciente de que en los años 80 la guerra contra la jerarquía católica sólo generó más y más conflictos, complejos de manejar, el segundo gobierno de Daniel Ortega decidió cambiar de estrategia y exhibir una “conversión religiosa” en las formas más tradicionales -y violatorias al principio constitucional del Estado laico-: invoca a Dios en vallas y en mensajes presidenciales y ministeriales, inicia los actos públicos con oraciones y bendiciones de los párrocos de los municipios, fomenta las fiestas religiosas, adorna con citas bíblicas los discursos... y hasta coloca a “rezadores” por toda Managua, con Biblias, imágenes de la Virgen, árboles de Navidad y mantas con la estrofa eucarística “Cantemos al amor de los amores”. Un eclecticismo singular.

Legalmente, la estrategia tuvo su punto culminante en el respaldo beligerante del FSLN a la penalización del aborto terapéutico. Financieramente, el gobierno mantiene una política de apoyo a diversas obras eclesiásticas y a diversos eclesiásticos: exoneraciones, donaciones, subsidios y privilegios.

Ya sin una “iglesia popular”, alimentada por los ideales sociales y las novedades doctrinales de la teología de la liberación, el éxito de esta estrategia gubernamental estaba asegurado.

EL FRAUDE Y LOS ARMADOS

Las obvias evidencias del fraude electoral en las elecciones municipales de noviembre provocaron una temprana y clara toma de posición de la Conferencia Episcopal. Los obispos fueron los primeros en pedir una revisión de las actas de escrutinio, reiterando después y en varias ocasiones esta sugerencia.

Esto fue algo totalmente inesperado para el gobierno y varios de sus voceros reaccionaron indignados y ofensivos. A partir de entonces, la oposición -dispersa y en una desgastante y feroz competencia de liderazgos- se dedicó a alimentar en los medios la imagen de los obispos, atribuyéndoles un liderazgo sociopolítico nacional, valiente, comprometido, y hasta profético, cuando ése no es el perfil que tiene, ni tampoco el que quiere tener, el episcopado nicaragüense.

Cinco meses después de la denuncia del fraude, varios obispos pusieron de nuevo el dedo en esa llaga afirmando que el fraude había motivado a algunos grupos a armarse por razones políticas en las montañas del Norte. Sin desmentir a los obispos, el Ejército aclaró que se trataba únicamente de “focos delincuenciales” que operan desde hace nada menos que 15 años en varias zonas, lo que no dejó de alarmar. El obispo de Estelí, Abelardo Mata, insistió: el descontento rural estaba derivando hacia la violencia armada por razones políticas y por problemas de propiedad.

Es en este contexto de tensiones políticas, pero de deseos de “paz”, en donde hay que situar el virulento estallido de mayo en las relaciones del gobierno con la jerarquía católica.

30 DE ABRIL: VÍA INTERNET
EL TEXTO-BOMBA

El 30 de abril, Rosario Murillo como Secretaria de Comunicación de la Presidencia, en mensaje claramente identificado con sus logos y colores, hizo circular por correo electrónico a una extensa lista de usuarios habituales una comunicación personal que el asesor presidencial para asuntos sociales Orlando Núñez le hacía a ella, caracterizando a la jerarquía católica nicaragüense, en base a informaciones que le habría brindado a Núñez el sacerdote Gregorio Raya, quien en sólo unas horas dijo no haber hablado nunca con Núñez.

El texto tiene párrafos como éste, orientados a fomentar el descrédito y el desprestigio: “La iglesia en Nicaragua es considerada una de las más corruptas a juicio del Vaticano (alcohol, dinero y mujeres)…Me habló de decenas de miles de dólares que algunos obispos sustraían de las donaciones de Cáritas. Me agregó que la mayoría tiene mujeres e hijos, abiertamente…”

Pero también tiene otros párrafos más analíticos: “La Conferencia quiere dialogar, pero no saben cómo hacerlo para que no se reduzca a una cuestión de imagen y manipulación. El fondo de la alianza estaría en los intereses comunes, a saber, el respeto mutuo entre la cruz y la espada, la paz, la opción por los pobres…Los obispos quieren poder y dinero, porque son corruptos, por lo tanto hay que hacer lo que se pueda, aunque la confrontación de fondo no se resuelve sólo con eso. Piensan que el Frente-Gobierno es muy poderoso y eso lo toman muy en cuenta, por lo tanto hay que aprovechar esa situación-percepción a favor del Frente-Gobierno para convocar y provocar una relación de mutuo interés”.

UNA ADVERTENCIA

Viniendo de donde vino la comunicación personal -el conocido pensamiento anticlerical del asesor presidencial-, saliendo de donde salió la información -la Secretaria de Comunicación-, y conociendo que el proyecto que prioriza hoy el gobierno que él justifica ideológicamente y que ella conduce tiene ya muy presente el horizonte electoral de 2011 -en el que debe garantizarse la continuidad de Ortega-, la interpretación que parece más correcta para este exabrupto tensionante es el de una “bola recia” lanzada desde la casa de gobierno contra los obispos como una advertencia que frene en ellos cualquier tentación de asumir el liderazgo opositor que pretenden otorgarles medios y dirigentes políticos. Una “bola recia” en respuesta tardía pero directa a la denuncia del fraude electoral.

“HACKERS DE LUJO”

Las partes más escandalosas del texto (mujeres, hijos), las que despiertan siempre más morbo en la opinión pública, fueron las más divulgadas y provocaron una letanía de declaraciones de solidaridad con los obispos. El conjunto causó un revuelo seguramente inesperado para el asesor y para la comunicadora. En una reunión de emergencia, los obispos, con gran habilidad, calificaron de ensayo de novela y de producto de mente imaginativa el contenido del texto, pero solicitaron al gobierno una aclaración. No en balde todos los membretes gubernamentales indicaban su origen.

Tardíamente, seis días después de lanzarlo al espacio cibernético, Murillo atribuyó todo a una maligna y descarada manipulación derechista que habría empleado a hackers de lujo. Y aprovechando la mascarilla ideológica que ofrecen los tiempos del virus añadió: Historietas de este tipo sólo pueden ser fruto de mentes y corazones ociosos, enfermos e insensibles a una situación tan grave como la amenaza de otra Pandemia, hija del Capitalismo, que con todas nuestras fuerzas y recursos, interiores y materiales, desde nuestro Gobierno del Poder Ciudadano, estamos empeñados en resistir y enfrentar. Al día siguiente habló el asesor presidencial diciendo que no era el autor del texto.

A PESAR DE TODO…

En un clima de tan densa conmoción mediática, evocador del de los años 80, la Secretaria de Comunicación no podía aceptar haber sido la divulgadora de este escrito.

Su imaginativa versión de los hackers era indispensable para distanciarse del escándalo. Los responsables del servidor de donde salió el texto negaron haber sido víctimas de un pirata informático. Y de ser cierta la versión oficial, el ex-candidato presidencial del MRS, Edmundo Jarquín, sugirió al gobierno solicitar de inmediato la ayuda de la Interpol, dado lo grave que era que el sistema de información de la Presidencia estuviera penetrado por hackers.

En contraste, el arzobispo Brenes, a nombre de los obispos, calificó de gentileza positiva la aclaración oficial y reiteró la solicitud de un diálogo con el Presidente Ortega.

Aún negando su participación, Murillo logró uno de los efectos que buscaba: la jerarquía fue presionada, se dieron a conocer sus debilidades y quedó advertida: si seguían hablando arriesgarían más deterioro de imagen y nuevas oportunidades: habría más “novelas” y menos recursos. Infundir esos temores es uno de los instrumentos que tiene hoy el gobierno para “domesticar” a críticos y adversarios, como señaló sutilmente el obispo de Granada Bernardo Hombach (ver declaraciones al margen).

En este contexto, el desencuentro cibernético, a pesar de lo filoso, culminará seguramente en un diálogo Iglesia-Gobierno, de poder a poder, en el que unos a otros se mellarán los filos mutuamente “por el bien del país”.

UNA CANDIDATURA
EN EL HORIZONTE

Mucho se habló este mes de la Secretaria de Comunicación y no sólo por las múltiples tareas que desarrolla o por el texto colgado por los hackers de lujo en sus webs y en su correo electrónico.

El vocero tal vez más legitimado por el gobierno, el magistrado de la Corte Suprema de Justicia, Rafael Solís, hizo varios anuncios importantes para colgarlos desde ahora en el horizonte electoral. Las negociaciones con el PLC para los nombramientos de magistrados judiciales, electorales y contralores ya están en marcha y se espera una amplia negociación con los hombres de Alemán en el PLC. Las reformas constitucionales que permitan la reelección de Daniel Ortega están diseñadas y serán aprobadas este año. El PLC las aprobará. Arnoldo Alemán debe recordar que, aunque quedó libre, hay aún cuatro causas pendientes contra él. Y, si no fueran aprobadas las reformas y Daniel Ortega no pudiera reelegirse, es obvio que hay una fuerte probabilidad de que Rosario Murillo sea la candidata del Frente. Solís resaltó sus méritos para aspirar a ese cargo como mujer sumamente capacitada para los quehaceres de gobierno y como militante valiosa del FSLN, además de responsable de la campaña electoral que llevó al gobierno a su esposo.

Algunos interpretaron el anuncio de Solís como una velada amenaza a quienes se oponen a la reelección a Ortega. Como si dijera: Si no quieren caldo, ¡tomarán tres tazas!. Otros recibieron el pre-anuncio con alegría: la candidata tiene niveles bajos de popularidad y sería fácilmente derrotable. Otros recordaron que fue Arnoldo Alemán quien primero habló de esta probable candidatura presidencial. Otros aseguran que el solo hecho de mencionar la posibilidad de esta candidatura ha acentuado las contradicciones que existen hoy entre los grupos de poder del FSLN, contradicciones que acrecientan las polémicas iniciativas de la Secretaria de Comunicación.

TIEMPOS DEL VIRUS,
TIEMPOS DE CRISIS

Los tiempos del virus siguen siendo los tiempos de la crisis. Nicaragua ya ha entrado en recesión. Están cayendo las exportaciones, las remesas, el crédito, el turismo, las inversiones y la actividad comercial, pecuaria, minera, financiera, industrial y de la construcción.

La denuncia del fraude electoral va quedando en el olvido, no así las consecuencias económicas del fraude, aunque parece que, tanto la Unión Europea como Estados Unidos prefieren dejar de insistir en el fraude de 2008 para enfocarse desde ahora en asegurar un proceso transparente en 2011, exigiendo otras reglas y otros árbitros. Una encuesta demostró que el 80% de la población no está de acuerdo con que se condicione la ayuda y la cooperación a Nicaragua por razones políticas. Y el FMI parece dispuesto a llenar el vacío que en el presupuesto dejó el corte de ayuda de los países del grupo de apoyo presupuestario hasta con 150 millones de dólares de los que le asignó el G-20, más otros 50 millones para reforzar la estrategia de lucha contra la pobreza. Otras instituciones multilaterales parecen ir también por esa misma vía de dar un respaldo millonario al gobierno.

“SOMOS MILLONES”

Todo esto permite al gobierno hacer “borrón y cuentas nuevas” con la crisis post-electoral y prepararse con más oxígeno para las elecciones de 2011. Lo está haciendo ya. Por un lado, buscando los votos parlamentarios que garanticen la reelección a Ortega -parecen faltarle sólo 6- y por otro, entregando carnés de militantes del FSLN en todos los ministerios e instituciones estatales. La meta es completar la cifra de un millón de afiliados.

En los tiempos del virus, que son los del desempleo, la presión para solicitar “voluntariamente” la militancia carnetizada es obvia. “Afiliar a todos los empleados públicos” es la meta, dijo sin pudor el diputado del FSLN, Edwin Castro. Otros dirigentes afirman que el derroche de carnés se debe a que el FSLN es un partido “inclusivo”.

En la hoja de solicitud “voluntaria” del carné en la Alcaldía de Managua se le pide al solicitante que indique la junta donde vota. No es difícil adivinar la intención. Las elecciones en Nicaragua tienen una historia muy bien documentada desde 1990. Las estructuras electorales del FSLN saben cómo se vota hasta en cada barrio y en cada junta receptora de votos. Cruzar información y actuar en consecuencia es cada vez más sencillo. Ya lo hicieron en las elecciones municipales de 2008. Con la carnetización masiva se incorporan nuevos datos para mejor “rayar el cuadro”.

Así han estado las cosas en el país en los tiempos del virus. Inmunes ante ese mal. Y expuestos a la contaminación de los males de siempre para los que, de momento, ni existe vacuna ni nadie con capacidad para decretar una emergencia.

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