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Universidad Centroamericana - UCA  
  Número 118 | Agosto 1991

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Nicaragua

Cuatro discursos escuchados en el Primer Congreso del FSLN

Equipo Envío

I. "Gracias por no fallarnos nunca"

Discurso del Comandante Joaquín Villalobos del FMLN

"A nombre del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional quiero agradecer el que se nos haya honrado con invitarnos a este hisórico evento, el primer congreso del FSLN. Hay quienes han dicho que vivimos un mal período para las revoluciones. Si analizamos los cambios revolucionarios a la luz de esquemas del pasado, lleno de errores y de dogmas, quizás esta afirmación tenga sentido. Vivimos un momento de excepcionales cambios en el mundo en todos los órdenes, asistimos al fin de la rigidez de las ideas.

Para juzgar esta etapa histórica, hay que pensar en mucho más que unos pocos años. hoy más que nunca romper esquemas, inventar y revolucionar el pensamiento es la base para que las ideas nobles y humanistas del socialismo y la reolucion sigan hacia adelante.

Quiero reconocerles a ustedes, hermanos sandinistas, sus aportes al nuevo pensamiento revolucionario. Ustedes construyeron una estrategia para derrocar una dictadura combinando de manera brillante las energías revolucionarias del pueblo y las corrientes progresistas mundiales. Ustedes rompieron esquemas al iniciar la construcción de un modelo abierto de revolución. Es obvio que se han cometido errores; los únicos que no se equivocan son los que no hacen nada. Deben reconocerse que el modelo de revolución sentó las bases para una democracia real que de verdad considera y respeta el interés popular.

Se actuó con sabiduría y audacia rompiendo esquemas para defender la soberanía, derrotando la más grande agresión mercenaria imperialista que haya conocido América. No se humilló la patria ni la revolución frente al imperio. en esencia, lo que se ha hecho son cambios inherentes a la necesidad de una revolución democrática. Aunque no le guste a los Estados Unidos, sus fuerzas fueron derrotadas y la revolución y el sandinismo siguen vivos, fuertes y más legítimos que nunca. Estimaron mal la fuerza de la revolución y fueron, además ideológicos y dogmáticos al analizar su pensamiento.

La revolución sandinista dejó claro que poder y gobierno no son la misma cosa. Por años se nos ha dicho que democracia es que todos puedan acceder al gobierno, pero la historia de nuestra América está llena de fraudes electorales, golpes de Estado y de gobiernos que no han podido o no pueden gobernar, de dirigentes democráticos que se han desgastado, de partidos revolucionarios y democráticos que hasta se destruyen aspirando o accediendo al gobierno, pero sin tener poder, frente a oligarquías y castas militares que sí tienen poder, aunque no siempre tienen el Gobierno.

En Nicaragua la revolución estableció un poder económico popular, un poder ideológico revolucionario y las bases para la neutralidad del poder coercitivo del Estado, concretado en la policía y el ejército. En Nicaragua se avanza hacia la neutralidad verdadera del sector militar de la sociedad, hacia un ejército que respeta a la sociedad civil y se somete a ella, que no da golpes de Estado a gobiernos legítimamente constituidos cualquiera que sea su signo ideológico y que tampoco reprime a su pueblo. Por todo esto, es posible en Nicaragua la concertación, la reconciliación y la concreción de un amplio proyecto nacional.

La historia de Europa del Este nos dejó claro que el poder absoluto es un error y que no sólo de pan vive el hombre. Como nos enseñó nuestro querido y recordado doctor Guillermo Ungo, no hay democracia sin revolución, y no hay revolución sin democracia.

Al igual que aportaron en todo estos aspectos cruciales, ustedes también han dado enseñanzas en la conformación de un partido de nuevo tipo. Cuántos se han asustado al ver el debate y las evidentes contradicciones en el seno del Frente Sandinista. Hubo, incluso, quienes presagiaban que se dividía. Pero aquí se está terminando con la comprensión dogmática de la unidad y el tabú de que las contradicciones en los partidos revolucionarios son malas. La contradicción es la madre del desarrollo y la unidad es la llave de la fuerza y el poder. La democracia comienza por casa y las izquierdas debemos superar todo vestigio involuntario de estalinismo que a veces tienen nuestros movimientos revolucionarios.

Cuánto daño ha causado a los revolucionarios la comprensión dogmática del concepto de Vanguardia. En sentirse predestinados como redentores del pueblo en virtud de una teoría y no de la realidad. La creencia de ser poseedores de la verdad total. Cuánto ha impedido la unidad de los propios movimientos revolucionarios y las indispensables alianzas con otras fuerzas esta visión "religiosa" de la lucha. En superar todo esto, el Frente Sandinista tiene grandes aportes y es puntal decisivo de la nueva izquierda y de la corriente renovadora del pensamiento revolucionario de América.

Por años, los Estados Unidos sostuvieron dictaduras militares en toda América Latina a nombre de la democracia. La existencia de una Cuba revolucionaria, de una Nicaragua sandinista, de un FMLN invencible, la lucha armada revolucionaria, y las grandes luchas sociales en todo América, forzaron a que se abrieran grandes espacios al poder civil y a democracias en casi todo América que ahora tienen la dura tarea y el reto de ser verdaderos gobiernos, de ser soberanos y de resolver la miseria.

Está planteado el reto de construir democracias verdaderas como camino para alcanzar la justicia social y resolver los grandes problemas de la miseria. Avanzar en democracia al socialismo, demostrar que la propiedad social es eficiente, que desarrolla y potencia a la nación y que además la estabiliza. Esa es la tarea que tenemos (...).

En El Salvador la legalidad y legitimidad del Estado y más específicamente de las fuerzas armadas está cuestionada no sólo por una guerra civil de raíces nacionales, sino por las propias acciones ejecutadas por las fuerzas armadas contra el pueblo. Esto es un asunto que trasciende el aspecto ideológico y se ubica en una necesidad estructural de cambio y de participación de todos en la realización de esos cambios. Es imposible imponerle a los combatientes y jefes militares del FMLN una solución que los rinda militarmente ante una contraparte militar que no nos ha podido vencer en el campo de batalla y que además es esencialmente antidemocrática.

Los propios Estados Unidos han empeñado enormes recursos y apoyo político para derrotar militarmente al FMLN y reformar a la Fuerza Armada y en ambas cosas han fracasado. Jamás aceptaremos los combatientes del FMLN y amplios sectores de la sociedad salvadoreña ser parte sacrificable de una nueva promesa de experimentación democrática del ejército más asesino, anticivilista, antidemocrática y antinacional de América Latina.

Las armas del FMLN son la seguridad histórica del pueblo y de toda la sociedad. Por ello los combatientes del FMLN jamás entregaremos nuestras armas, jamás permitiremos que asuma la seguridad de la nación un ejército asesino de sacerdotes, monjas y obispos. Pronto habrá un Salvador democrático y en paz, en el que estará presente un FMLN fuerte y organizado que sumará a otros fuerzas para avanzar en la tarea de la justicia económica y social para nuestro pueblo.

Gracias imperecederas hermanos sandinistas por su solidaridad. Gracias por no fallarnos nunca."

II. "Nunca daremos un golpe de Estado, nunca sacaremos los tanques contra los sectores populares"

Discurso del General de Ejército Humberto Ortega

"Hace veintidós años, en 1969 tuve el honor de ser llamado a formar parte de la Dirección Nacional del Frente Sandinista, que en aquellos difíciles años se encontraba en la dura forja para lograr el derrocamiento de la dictadura somocista.

Me tocó ese privilegio en la cárcel junto a nuestro hermano Oscar Turcios, pilar fundamental del Frente Sandinista, cuando con Germán Pomares y otros compañeros nos encontrábamos prisioneros en Costa Rica. Carlos Fonseca, clandestino en ese entonces en San José y Oscar Turcios organizaron por primera vez la conducción del Frente Sandinista bajo el nombre de Dirección Nacional. Tuve la confianza de Carlos Fonseca y Oscar Turcios y me escogieron - siendo yo muy joven - para formar parte de la dirección revolucionaria, a la que también ingresaron en su oportunidad, entre otros, nuestros hermanos Julio Bruitrago y Casimiro Sotelo.

Me toca ahora, en otro momento histórico, dejar ese organismo. Hoy debemos asumir otras responsabilidades, otros deberes, que si en lo personal me separan de funciones direccionales partidarias, no por eso dejan de ser igualmente responsables y revolucionarias. Nos encontramos en un momento muy distinto de aquél cuando ingresé a la Dirección Nacional del Frente Sandinista. Son momentos de profundos cambios y situaciones bastante complejas, donde cada nicaragüense, cada revolucionario, cada ciudadano responsable, debe aportar con sentido patriótico, nacional, para que Nicaragua entre al nuevo milenio en una posición mejor que la actual, en la que todos estamos siendo protagonistas.

Estamos en un mundo convulso en donde todas las teorías, todos los esquemas, todos los modelos que se han impuesto en este siglo están sujetos a un necesario replanteamiento y requeridos de ser analizados para encontrar lo mejor de ellos para beneficio de nuestros pueblos, lo mejor para Nicaragua.

Cuando ingresé a la Dirección Nacional - por la gran mística e idealismo que siempre nos ha caracterizado - nadie dudaba entregar su vida por un ideal, el mismo que tuvo nuestra juventud en la década pasada de lucha. Pero ahora que las condiciones han cambiado y cuando con la misma mística defendemos los mismos ideales, algunos revolucionarios hemos sido tildados de traidores por otros que luchan por la misma causa. Es más difícil ser revolucionario en las actuales circunstancias ahora que la vanguardia no está cotidianamente demandando de sus miembros derramar su sangre por un ideal.

Es más difícil ser revolucionario cuando ya no existen aquellas situaciones y cuando las exigencias son de otro tipo, cuando se habla de concertación y reconciliación nacional, cuando se trata ahora de sentarse al lado de aquellos con quienes nos enfrentamos incluso a balazos, cuando es necesario converger, unir criterios con las clases y sectores sociales que los manuales marxistas en los que nos formamos desde muy temprano decían que debían ser aplastados. Nosotros respetábamos mucho esos manuales y nos guiábamos por ellos en el pasado, pro ahora están siendo sometidos a la dinámica real de la práctica y obligados a nuevos planteamientos, y ya no podemos, por tanto, guiarnos mecánica o esquemáticamente por esos manuales.

Cuando se dice que los hermanos revolucionarios, las fuerzas progresistas y el campo socialista, dieron enormes pasos en este siglo para tratar de mejorar la situación general de la humanidad, y a la vez se debe reconocer sin vacilación, con toda convicción, que sus sistemas han sido insuficientes para darle solución a los problemas más profundos por los que surgieron, se requiere más firmeza y convicciones para hacer este tipo de señalamientos que para estar dispuesto a entregar la vida abrazando una bandera, defendiendo la soberanía de la patria agredida.

Los nicaragüenses nos encontramos con el reto de dar continuidad al esfuerzos histórico que desde el siglo pasado se ha venido realizando por una Nicaragua mejor, por una Nicaragua digna. Y este reto pasa en primer lugar, tal como lo demostraron ustedes prácticamente, por la unidad.

No se puede hablar de unidad si no entendemos con responsabilidad y espíritu revolucionario el concepto de reconciliación nacional. No podemos seguirnos guiando por los elementos doctrinarios iniciales, tenemos que actuar - sin abandonar los principios de nuestra causa - aplicando los métodos correctos y adecuados para cada momento.

Quiero agradecer la confianza que ustedes tienen en mi persona, como revolucionario, por haberme incluido y aceptado en a plancha que aquí se presentó para la Dirección Nacional del Frente Sandinista de Liberación Nacional, pro tengo que ser franco porque considero que la tarea que hoy tenemos los nicaragüenses es trascendental, ya que está en juego la suerte de Nicaragua y la de los pueblos centroamericanos y de América Latina.

En estos meses que han pasado no se ha entendido correctamente el papel de la Policía, por ejemplo, frente a una protesta social, y por eso los sandinistas han entreado en contradicción. Solamente con una profunda visión de lo que es lo prioritario en Nicaragua vamos a poder resolver esas contradicciones.

Recordaba cuando al comienzo de la lucha se hablaba de la dictadura del proletariado, que una clase - el proletariado - iba a aplastar totalmente a la otra - la burguesía -. La realidad es que ahora eso ya no puede ser. No es posible, como se proponen las fuerzas revanchistas y reaccionarias, aplastar a los sandinistas, aplastar los elementos reales de la democracia, destruir al Ejército, acabar con la Constitución. No es posible. Y es por eso que esas fuerzas se han aislado. Tampoco es posible plantearse el desconocimiento de las otras fuerzas sociales no sandinistas que conviven en este país.

En este momento histórico se trata de armonizar responsablemente el esfuerzo de concertación nacional que se ha venido haciendo, y que pasa por un profundo sentido de reconciliación nacional, generar una estabilidad política básica sobre la que poco a poco se pueda superar la difícil situación económica y social que vive nuestro pueblo, especialmente las clases más humildes, la clase trabajadora.

Cuando comenzamos a luchar, lo hicimos para que nuestro pueblo viviera en mejores condiciones materiales. Debemos entender que objetivamente hoy, desde la perspectiva de conseguir recursos externos para Nicaragua, las posibilidades de mejoría económica están creadas. Y nos toca a los nicaragüenses hacer que las condiciones internas ayuden a ese propósito.

Dos objetivos fundamentales impulsamos a partir del año 89, cuando nuestra patria estaba sometida a la guerra injusta que todos conocemos y sufrimos: la paz total en el corto plazo y la recuperación económica de nuestro país. En lo fundamental esa paz total está en proceso de consolidación y todos los nicaragüenses debemos juntar esfuerzos para que la llamada "recontra" no tenga porvenir. A pesar de las dificultades y contradicciones que las políticas económicas puedan generar, la recuperación económica comienza a vislumbrarse en ese esfuerzo sincero de concertación nacional al que todos estamos obligados.

Estoy convencido que las dificultades que se pueden generar en la nueva situación no nos llevarán jamás a un enfrentamiento. Como jefe del Ejército he dicho que jamás vamos transgredir las leyes ni a violar la Constitución. El Gobierno actual debe tener la plena seguridad que nunca vamos actuar como militares cuartelarios, nunca vamos dar un golpe de Estado. Pero también he dicho que las Fuerzas Armadas no serán la Guardia Somocista que sacaba a los campesinos de sus ranchos. Jamás sacaremos los tanques para aplastar a los estudiantes y los sectores populares que protestan. Pero debemos plantearnos en lucha responsable.

Hay quienes piensan que si este Gobierno logra avances significativos contra la inflación, en la cooperación externa y en la aplicación del plan económico, es malo para los sandinistas porque desde el punto de vista electoral el Goierno está ganando puntos. Es necesario debatir esto, porque si así fuera, cualquier cosa, por cualquier consigna, como pretenden las fuerzas ultra-izquierdistas que aprovechándose de las dificultades por las que atraviesa nuestro pueblo, plantean demandas que una fuerza revolucionaria, un sindicato revolucionario responsable nunca haría, porque sabe que no es posible alcanzarlas.

Si se tratara de evitar que el actual Gobierno avanzara en ciertas metas económicas correctas que se ha propuesto, se condenaría al país a un mayor deterior y sería más difícil alcanzar la causa revolucionaria por la que se ha venido luchando. Estos temas se deben debatir responsablemente porque son las cosas que nos enfrentan en el terreno, cuando no se entiende la labor actual de la Policía y el Ejército. Hay que tener confianza.

En relación al problema de la "recontra", donde hay sector minoritarios de lo que fue la Resistencia Nicaragüense empeñados en revivir la guerra para que en Nicaragua no haya estabilidad, para que no se consolide este rumbo de paz, han habido situaciones en las que compañeros sandinistas, campesinos, expresan legítimamente su molestia y buscan defenderse ante la agresión que han sufrido por parte de estos grupos, incluso la muerte de compañeros. El Ejército ha recibido presiones de fuerzas sandinistas en los territorios para que se les deje actuar por su propia cuenta frente a estos actos provocativos, vandálicos, criminales, de estas fuerzas ilegítimas que están actuando al margen de la Constitución y las leyes.

Nosotros les hemos dicho que nos e puede actuar con precipitación, que todo debe hacerse de acuerdo con la ley, que en Nicaragua hay un Ejército para poner orden y que va actuar para defender no sólo a esos ciudadanos sandinistas agredidos, sino a todos los ciudadanos nicaragüenses como lo mandan la constitución y las leyes. Si damos pie para que cada quien actúe por su propia cuenta, iríamos directamente al caos.

En este momento muy particular que me trae recuerdos de la época de mi integración a la conducción del Frente Sandinista, he querido expresarles estas inquietudes, y al declinar firmar esta boleta para ocupar cargo en la Dirección Nacional del Frente Sandinista, solicito la más profunda conciencia del momento actual para que juntos podamos armonizar los aspectos que Nicaragua está demandando.

De conformidad con la Constitución, las leyes, el Acuerdo de Transición del 27 de marzo de 1990 y los demás acuerdos que se han venido logrando, sin esquemas ni dogmas, debemos entender que seremos capaces, en el marco de la causa general revolucionaria que nos ha motivado desde que se fundó el Frente Sandinista, de lograr los objetivos históricos que nos hemos propuestos.

La experiencia de Nicaragua podrá dar aportes sustanciales para extraer lo mejor del esfuerzo de los revolucionarios, de los socialistas que llegaron al poder y experimentaron, y para sacar lo mejor de los otros modelos y alcanzar definitivamente un desarrollo económico con justicia social y mayor sentido histórico para nuestro pueblo. Tengo la firme convicción que Nicaragua va a enfrentar ese reto con firmeza y que en los próximos años logrará hacer realidad los ideales que nos motivaron a nosotros, en beneficio de nuestro pueblo y de toda la nación nicaragüense."

III. "Habernos dividido en bandos fratricidas ha servido para ser presa fácil de los interventores"

Discurso del Ministro de la Presidencia Antonio Lacayo Oyanguren

"Vemos con agrado el renovado compromiso del Frente Sandinista con el camino democrático, los derechos humanos, la justicia, la libertad, la soberanía, autodeterminación, la independencia y la convivencia pacífica. El Gobierno que preside doña Violeta chamorro desde el 25 de abril del año pasado, que surgió del voto popular en las elecciones más libres, vigiladas y concurridas que conocen nuestra historia, comparte éstos y otros valores que ustedes hoy han afirmado.

Por eso la Concertación es un compromiso nacional del consenso entre el Gobierno y todos los sectores de la sociedad, dirigido a forjar la reconciliación de los nicaragüenses, a consruir la democracia, la paz y lograr la superación de la crisis integral del país, todo fundamentado en la unidad de la nación y orientado al servicio de la patria y del bien común por encima de intereses partidistas.

No hay ninguna duda que de cara al futuro es más lo que nos une que lo que nos separa. Gobierno y Oposición queremos una Nicaragua grande y fuerte, una Nicaragua vigorosa y respetada, una Nicaragua uida y soberana, alegre y abierta, verdadero modelo y ejemplo para los países del llamado tercer mundo.

Nicaragua ha padecido en el pasado de los dos males. En los últimos 150 años nos ha intervenido y agredido en innumerables ocasiones, pero a la vez nos hemos separado en bandos fratricidas en otras tantas ocasiones lo que a su vez ha servido para se presa fácil de los interventores. Hoy debemos de poner punto final a ese trágico ciclo histórico.

Sobre las bases de las transformaciones estructurales llevadas a cabo a raíz de 1979, al destruirse los sustentos arcaicos de los regímenes injustos y opresivos del pasado, con los pilares de la democracia que se consolidó con el proceso de las elecciones de 1990, y fortalecido la decisión del Gobierno que preside doña Violeta Chamorro de dejar atrás el revanchismo, la confrontación y de forjar la verdadera unidad de la nación con el cemento de la reconciliación nacional, podemos dejar atrás para siempre las guerras intestinas y las intervenciones extranjeras que jamás permitieron que nosotros los nicaragüenses construyamos esa Nicaragua grande y fuerte que todos hemos soñado como lo soñó Sandino, como Darío, como Fonseca, como Pedro Joaquín Chamorro, como todos los que dieron su vida en el pasado por ver esos sueños encarnados en la realidad.

Para ello debemos garantizar la estabilidad nacional, como decía la consigna de oí cuando entre al salón, debemos trabajar con tesón y cariño, debemos resolver nuestras diferencias con el diálogo y la negociación, debemos gobernar por encima de intereses partidistas y hacer oposición constructiva y asegurar la undiad de la nación.

Para que en estos 6 años que tenemos por delante terminemos de construir el edificio inconmovible de nuestra nacionalidad, que combine la paz con la democracia, el progreso económico con la justicia social y lo revolucionario con lo institucional.

Por eso que hoy al concluir este I Congreso del Frente Sadinista de Liberación Nacional, quiero invitarlos a que Gobierno y Oposición trabajemos juntos para superar la situación actual del país que es de todos conocidos, trabajemos juntos para enfrentar este reto de cara al siglo XXI, trabajemos juntos para realizar la hazaña de construir la Nicaragua grande y fuerte que todos anhelamos.

Juntemos pues nuestras fuerzas y que nadie nos impida, ni de dentro ni de fuera de est epaís, que construyamos la Nicaragua que nosotros los nicaragüenses deseamos. Solo así cuando dentro de 30 años, por ejemplo, los sandinistas se reúnan en uno de sus futuros congresos, se podrán sentir verdaderamente orgullosos de la labor que hoy apenas iniciamos".

IV "Las fuerzas populares organizadas no pueden estarle pidiendo permiso al FSLN para defender lo que es legítimo"

Discurso del Comdanante Daniel Ortega

"Celebramos este I Congreso del FSLN en una nueva circunstancia, en una nueva etapa histórica, cuando nos encontramos en la oposición; pero no somos la oposición de la década de los 60, cuando había que empuñar los fusiles en cotra de la dictadura de Somoza, sino la oposición en la década de los 90 con la fuerza de las conquistas revolucionarias, de las transformaciones profundas que se llevaron a cabo durante todos estos años, de la Constitución de la República que se aprobó en el año 1987, de un nuevo Ejército y de una Policía que tienen una naturaleza democrática y una raíz popular.

Nosotros tenemos el reto de salir de este Congreso a convertir estas intenciones, estos acuerdos, estas resoluciones, en acciones. Para ello seremos militantes del FSLN y luego miembros de la Asamblea Sandinista, o miembros de la Dirección Nacional, o Secretario General de la Dirección Nacional. Pero en primer lugar seremos militante del FSLN y eso nos obliga a estar todos los días en el barrio. ¿Con quiénes? Con los trabajadores, con los pobres, con los desempleados, con los que están pasando hambre como los que están sufriendo los efectos de la crisis económica que afecta a nuestro país, con los campesinos.

Todo este proceso, es una experiencia nueva en el sandinismo que viene a enriquecer nuestra historia; pero también hay que señalar que es una experiencia un tanto traumática, porque se trata de pasar a una nueva forma de organización. Y esto tiene que llamarnos la atención a todos los que hemos hecho de la consigna de la unidad, una consigna central para que los resultados de este Congreso vengan a fortalecer la unidad en el sandinismo.

En la instalación del Congreso señalábamos que a la hora de los debates, de las propuestas, de las votaciones, que no deberían sentirse unos ganadores y otros perdedores, sino que tenemos que alimentar en nosotros la convicción de que el ganador es el FSLN, es la Revolución. Las elecciones han incorporado a la Asamblea Sandinista a decenas de nuevos compañeros, pero también han quedado fuera decenas de viejos compañeros que se dieron por entero en la lucha contra la dictadura somocista, contra la agresión imperialista.

Lo importante es el espíritu con que se trabajó en estas elecciones; es necesario que todos reflexionemos un poco acerca de los estímulos que predominaron en este proceso electoral. ¿Para qué? Para perfeccionar futuros procesos electorales. Para que un proceso electoral, que es una fuerza revolucionaria, no se convierta en un proceso electoralista, como el de un partido tradicional. Nosotros no podemos caer en este tipo de práctica: un proceso electoral en el sandinismo es con un espíritu constructivo y nunca con espíritu destructivo. Y que esto permita que un resultado electoral no resienta a nadie, pero sobre todo tenemos que garantizarles a todos los compañeros que fueron miembros de la Asamblea Sandinista histórica, a los que fueron del gabinete del gobierno revolucionario, a miles de cuadros técnicos y profesionales que laboraron en los proyectos de la Revolución, su integración y acercarnos con un espíritu fraterno para cumplir con el objetivo de la unidad.

Un punto debatido tiene que ver con la forma de elegir a la Dirección Nacional. Se arió un debate sobe el tema de la plancha y sobre la votación individual, y claro, hay todo un razonamiento, porque la votación individual se ha logrado desarrollar en estos momentos hasta la Asamblea Sandinista, y allí se detuvo ¿Por qué? ¿Resulta esto antidemocrático? ¿Afectará a este esfuerzo democrático que hemos realizado dentro del FSLN? Hemos hablado del tema, hemos escuchado opiniones, hemos expuesto nuestras consideraciones. El voto individual es bueno, claro que es bueno, y si me preguntaran si estoy de acuerdo con el voto individual, yo respondería que si.

Nosotros creemos que hay que llegar al voto individual en la Dirección Nacional, y un compromiso que aquí, como Secretario General del FSLN quiero asumir ante ustedes, es que trabajemos para que en la próxima elección también la DN sea electa por voto directo, secreto e individual.

Dimos las explicaciones de que por el momento político, por el hecho mismo de que estamos introduciéndonos en este proceso democrático dentro el FSLN en esta nueva etapa, no queríamos correr el riesgo de hacer muchas modificaciones en las conducción. El problema realmente no era la forma de elegir; el problema más que todo era de tipo político más global, pero no para quedarnos allí, sino para seguir profundizando el proceso democrático en el FSLN.

Pueden preguntarse, ¿por qué si el problema era mantener a la misma dirección mientras se profundiza el proceso democrático, entran dos nuevos compañeros, y no nuevas compañeras? Bueno... con René Núñez, un compañero que ha estado en el seno de la DN como Secretario, lo que estamos haciendo es simplemente formalizar una situación de hecho. El compañero Sergio Ramírez realmente ha estado trabajando estrechamente con la DN, está al frente de la bancada sandinista. Consideramos pues que esta configuración es para cubrir esta etapa y luego abrir a más miembros la Dirección Nacional.

En estas nueva condiciones, donde tenemos que admitir que los movimientos de masas y sociales adquieren un nuevo perfil, una mayor autonomía. No podemos confundir lo que es papel del FSLN como fuerza política conductora con el papel del movimiento sindical y el movimiento popular; como tampoco podemos confundir el papel del movimiento sindical y popular con el papel de la Bancada Sandinista. Tenemos objetivos estratégicos comunes, pero nuestros campos de lucha son diferentes. No podemos pensar en que vamos a sujetar a todas estas fuerzas y darles una orden, a manejarlos como muñequitos de cuerda, para decirles cuándo debemos protestar y cuando no deben protestar; cuándo deben movilizarse y cuándo no deben movilizarse, ni pueden estarle pidiendo permiso al FSLN para defender lo que es legítimo.

Tenemos que entender que las fuerzas sociales tienen sus propios espacios, y en cualquier momento surge una huelga en determinado lugar. Que no se venga a culpar de la huelga al FSLN, porque cuando surge es porque los trabajadores generalmente tienen la razón; los trabajadores quieren trabajar, pero cuando se les paga mal es lógico que protesten. Hay que estar en el pellejo de un trabajador para entender su rebeldía, y cuando a un trabajador s ele lanza al desempleo se rebela y protesta; ahí están las causas de los problemas sociales.

Mal haríamos en confundir lo que son nuestras propuestas políticas globales en favor de la estabilidad del país, con la realidad que sufren los diferentes sectores de la población nicaragüenses. Si en el campo, los campesinos que se encuentran en cooperativas, que recibieron tierras de la Revolución se ven agredidos, lógicamente que allí se presenta inmediatamente una tensión. Nosotros estamos en favor de la estabilidad del país, lo hemos definido muy claramente desde que triunfó la Revolución, y después del 25 de abril venimos trabajando por esa estabilidad, y estamos lógicamente en favor de un proyecto nacional. Pero ¿qué proyecto nacional?: el proyecto nacional que una a los nicaragüenses para sacar adelante al país distribuyendo mejor la riqueza. Ese es el proyecto nacional que nosotros defendemos, pero no podemos aceptar el proyecto nacional que busca la estabilidad del país a costa del empobrecimiento de las minorías; ese tipo de proyecto nacional no lo podemos respaldar.

Ese proyecto nacional que pone en primer lugar los intereses de las minorías capitalistas para que se hagan más ricas a costillas de que los pobres vayan a la miseria, esa es una mascarada de proyecto nacional; tenemos que señalarlo con toda franqueza, lo quieren imponer a nuestro país y se lo quieren imponer al Gobierno. Tenemos que sumar fuerzas, en primer lugar tenemos que cerrar filas los sandinistas, tenemos que sumar fuerzas a nivel nacional, tenemos que buscar un consenso nacional, y tenemos que ayudarle al gobierno para que resista las presiones extranjeras que intentan imponer ese otro modelo de proyecto nacional. Y es ahí donde está el reto, el desafío de cómo lograr que Nicaragua pueda avanzar en estas condiciones para fortalecer más el proceso de pacificación, que no se ha completado todavía porque nos siguen asesinando compañeros en el campo.

¿Cómo se puede avanzar en la transformación económico-social que arrancó con el triunfo de la Revolución Popular Sandinista? Todo esto está ahora muy debatido. Conocemos las posiciones que tiene el Gobierno que ha venido trabajando en la concertación para encontrar una propuesta respecto al tema de la propiedad y respecto al tema de la privatización que verdaderamente gocen de un consenso nacional.

Nosotros estamos a favor de encontrar ese consenso nacional, pero no podemos perder de vista esas enormes presiones sobre Latinoamérica, y Nicaragua no es la excepción, para imponer políticas neoliberales que destruyan cualquier posibilidad de un proyecto nacional que le de un mínimo de seguridad, de dignidad, a los trabajadores.

Vamos a seguir trabajando por la estabilidad de Nicaragua, por la defensa de la democracia conquistada el 19 de julio de 1979 y puesta a prueba en las elecciones de 1984 que fueron las primeras elecciones libres en la historia de nuestro país. Y amos a seguir trabajando porque se respeten las conquistas que se dieron en el orden económico-social en beneficio de las grandes mayorías de los nicaragüenses; pero no podemos perder de vista que mientras por un lado hay una voluntad expresada de parte del Gobierno, del FSLN, del FNT y de otros sectores económicos sociales, por otro lado, tenemos grupos económicos muy poltizados, grupos políticos dogmatizados, que se resienten a cualquier tipo de entendimiento con el sandinismo y que apuestan a liquidarlo.

No podemos perder de vista el retorno del somocismo a este país, porque han retornado somocistas a Nicaragua, y andan en una actitud agresiva en contra de los trabajadores, de los sectores más humildes, de la gente que fue beneficiada por la Revolución. Andan atropellando y amenazando.

Entonces no podemos imaginarnos una realidad que todavía no existe; tenemos que asumir sí que la Nicaragua de hoy da más y mejores posibilidades de trabajar por la estabilidad y trabajar por una paz estable, pero que todavía no se han creado las condiciones básicas para que el país pueda tenerlas. Mientras no resuelva el tema de la propiedad, por decir algo, la estabilidad no podrá existir en este país.

Tenemos que asumir en esta nueva etapa los retos y los desafíos frente a innumerables problemas, y tenemos que entender nuestro programa y nuestro Estatutos no como dogmas; tenemos que ir a nuestra realidad, a cada territorio, municipio, departamento a fortalecer al sandinismo no pensando simplemente en ganar las próximas elecciones, sino para mejorar la presencia del sandinismo en las diferentes localidades, para poder sumar fuerzas con un espíritu amplio, con un espíritu flexible.

Cuando vengan las elecciones, entonces nos dispondremos para las elecciones, pero nosotros luchamos para traer la democracia a todos los nicaragüenses, para que fuerzas políticas antagónicas que ni siquiera nos quisieran ver tuviesen un espacio político en este país, que no se le daba el somocismo, y eso lo vamos a seguir defendiendo y profundizando".

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