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Universidad Centroamericana - UCA  
  Número 41 | Noviembre 1984

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Nicaragua

La recta final de las elecciones del 4 de noviembre

Crónica de las dos últimas semanas previas a las elecciones que dieron el triunfo al FSLN. Fueron vísperas plenas de debates y de tensiones políticas.

Equipo Envío

Las dos últimas semanas antes de las elecciones fueron densas y tensas en acontecimientos políticos. Quienes hablan de un proceso electoral exento de debate y de oposición, en el que todo estaba programado de antemano y todo bajo control, hablan de sus prejuicios pero no de la realidad de Nicaragua. Muchas sorpresas tuvieron el final de la campaña y los resultados de las elecciones.

Después de las conversaciones de Río, la Cumbre de Partidos Políticos

Con el paso de los días se fueron conociendo más y más detalles sobre las reuniones llevadas a cabo el 1 y 2 de octubre en Río de Janeiro entre Arturo Cruz y otros dirigentes de la Coordinadora Democrática (CDN) con el Comandante Bayardo Arce, de la Dirección Nacional del FSLN. El marco fue la reunión del Buró de la Internacional Socialista.

Varias cosas aparecieron claras: 1) las conversaciones fueron propiciadas por el FSLN ante testigos de las IS, al conocer que los líderes de la CDN estaban en Río; 2) las más de 20 "garantías electorales" pedidas por la CDN (más tiempo en los medios de comunicación, divisas para papel, etc.) les fueron concedidas todas por el Comandante Arce, a cambio de que Cruz y los dirigentes de la CDN trataran de conseguir un real cese del fuego por parte de los líderes contrarrevolucionarios de la FDN y de ARDE. (Tanto Cruz, como Calero (FDN) y Pastora (ARDE), han declarado reiteradas veces que se mantienen en comunicación y en buenas relaciones).

En este caso, el FSLN se comprometía a postergar las elecciones hasta enero; 3) Después de un primer momento de acuerdo mutuo, y ya avanzada la negociación, Cruz pareció ambiguo y lleno de dudas sobre la posibilidad de que los líderes de la CDN en Managua apoyaran este acuerdo. (Se habla con insistencia de que la negativa a cualquier compromiso venía de la dirección del COSEP, grupo empresarial que marca el ritmo de actuación política de la CDN); 4) Al declararse Cruz sin "representación" para firmar acuerdos definitivos, la IS pidió alargar algo más el plazo para la inscripción de la CDN, después de que todos regresaran a Managua. Pero, como por parte de la CDN no aparecía claro de cuánto tiempo podría ser ese plazo, el Cdte. Arce interpretó que estaba ante una nueva táctica dilatoria y no ante un compromiso serio. Fue entonces cuando se negó a estirar más aquella negociación que parecía más bien una presión ante un callejón sin salida.

En Río, el Comandante Arce explicó con bastante detalle los pasos del proceso y el modo en que este abortó. En Managua y en otros países, la CDN ha señalado únicamente el acto final de la historia, marcando así el acento en la intransigencia sandinista y, en consecuencia, en la ilegitimidad de las elecciones.

Los líderes de la IS que fueron testigos presenciales de las largas conversaciones han preferido callar para mantenerse neutrales. Sin embargo, las declaraciones formuladas por Willy Brandt, presidente de la IS, al visitar Managua (13 y 14 de octubre) La Habana (15 de octubre) y México (19 de octubre) arrojaran luz sobre la posición que ante lo ocurrido en Río y ante las elecciones tienen los sectores socialdemócratas que en la IS irán con confianza y apertura la revolución nicaragüense y las elecciones:

"En todo proceso electoral sólo pueden participar los que quieren participar". El tren dejó la estación el primero de octubre. (Se refiere a la fecha en la que se cerró el plazo de inscripción para la CDN). "Vine a este país como un amigo y salgo como un amigo, con gran respeto hacia la herencia revolucionaria y los logros realizados bajo circunstancias tan difíciles".(Brandt en Managua)

"Vayan ustedes a Managua y verán, como yo vi, la ciudad cubierta de carteles electorales de todos los partidos políticos, que actúan en igualdad de condiciones". "Lo sensato hubiera sido la participación del grupo encabezado por Arturo Cruz, pero las negociaciones fracasaron y ellos perdieron el tren".(Brandt en México)

"Para mí lo más importante en unas elecciones no es quien gana sino si se desarrollan normalmente. La regla general es que en unas elecciones participe quien quiera participar, y no hay que cometer el error de pensar que el único grupo de oposición que existe es el del Doctor Cruz... Es sumamente asombroso que si las elecciones pasadas en El Salvador fueron calificadas por el señor Shultz de democráticas y perfectas a pesar de que solamente pudieron desarrollarse en una parte del país y participar las tendencias que están a la derecha de Duarte y no a la izquierda, entonces el mismo Shultz diga que las elecciones en Nicaragua son una farsa, porque una parte de la oposición no participa producto de su propia decisión, sin considerar la guerra que se está librando en las fronteras nicaragüenses".(Brandt en La Habana).


Como se ve, Brandt sugiere con suficiente claridad la falta de voluntad de la CDN. El Comandante Tomás Borge resumió así la situación creada en las negociaciones de Río: "Tanta voluntad tenía el FSLN de que se inscribiera la CDN, como la CDN tenía de no inscribirse".

Si en lo internacional el debate de Río sirvió a la CDN como nuevo "argumento" contra las elecciones, al interior de Nicaragua contribuyó a definir de una vez el terreno del debate político. Los 6 partidos opositores al FSLN que, aceptando las reglas del juego, participaban en las elecciones criticando el abstencionismo, venían reclamando que no sólo en el exterior se había agigantado a la CDN como la "única" y "legítima" oposición, sino que también en el interior, y por responsabilidad del mismo FSLN, se había producido idéntico fenómeno distorsionador de la realidad. El 4 y el 6 de octubre, y respondiendo a sus demandas, el FSLN celebró reuniones con los 6 partidos para informarles ampliamente sobre las conversaciones de Río y también sobre las de Manzanillo, con Estados Unidos.

Desde los primeros días de octubre estos 6 partidos estaban celebrando reuniones para analizar en conjunto la realidad nacional. Descartada definitivamente la participación de la CDN, se abrió efectivamente una nueva línea de relaciones entre el FSLN y los 6 partidos, que invitaron al FSLN a sus reuniones, aceptando éste. Los 3 partidos de la CDN fueron invitados pero rehusaron.

Al integrarse el FSLN a las reuniones, éstas se transformaron en la llamada Cumbre de Partidos Políticos, evento de gran transcendencia en esta recta final. Se desarrolló la cumbre del 9 al 20 de octubre en 7 rondas de conversaciones (60 horas de discusión). No fueron fáciles, tanto por las marcadas diferencias ideológicas entre los partidos como porque en las conversaciones, los 6 partidos opositores, desde diversos ángulos, quisieron ir más allá de la propia coyuntura electoral tratando de asegurarse espacios políticos y peso social antes de las elecciones y al margen de los resultados del voto popular. Uno de los principales promotores de esta Cumbre, el PLI de Virgilio Godoy, presionó más que ninguno en la obtención de resultados post-electorales, condicionando su participación en las elecciones al carácter de ellos.

De la Cumbre surgieron importantes acuerdos, firmados por todos los partidos el 20 de octubre. Para que pueda apreciarse su importancia y la voluntad que tras ellos se adivina de reforzar la unidad nacional en beneficio de la paz y del bienestar del pueblo, reproducimos textualmente los acuerdos que hacen referencia al futuro político del país tras la contienda electoral. Constituyen la médula de los resultados y revelan el trasfondo de los debates, a la vez que diseñan un futuro político pluralista y, por eso, necesariamente polémico:

De los acuerdos de la cumbre de partidos políticos

A.- Continuar la labor de institucionalización democrática de nuestro proceso revolucionario. Esto incluye:

1) La periodicidad de las elecciones.

2) La libertad de prensa y de difusión del pensamiento.

3) La libertad de organización.

4) La libertad de locomoción y movilización.

5) La libertad sindical y democracia sindical.

6) Todo nicaragüense, sin discriminación de credos políticos o religiosos, tendrá el derecho y el deber de participar en la defensa de la Patria y del proceso de la Revolución, pudiendo optar a cualquier responsabilidad dentro de las Fuerzas Armadas únicamente sobre la base de sus méritos militares y de patriota.

7) Dentro del contexto de economía mixta, el gobierno garantizará las distintas formas de propiedad entre las que, sin ser exhaustivos, se encuentran las siguientes: la estatal, la privada, la cooperativa y la personal, así como las combinaciones que de ellas se derivan con las regulaciones que las leyes establezcan en favor del interés de la nación.

8) Una vez promulgada la Constitución de las autoridades municipales, las que serán electas democráticamente. Sin menoscabo de la autoridad del gobierno central gozarán de la suficiente autonomía y deberán mantener informada a la ciudadanía acerca de sus gestiones administrativas.

9) Todas las organizaciones comunitarias y vecinales se conformarán en base a la voluntad participativa y electiva de los ciudadanos, tendrán una función social y no serán de carácter partidario.

B.- Mantener y ampliar las libertades democráticas alcanzadas hasta este momento por el proceso revolucionario.

1) Todos los partidos políticos inscritos en la campaña electoral conservarán su personalidad jurídica independientemente de los resultados de las votaciones electorales.

2) Los partidos políticos inscritos y participantes del actual proceso electoral, mantendrán durante el período Constituyente, el derecho al uso de los medios de comunicación estatal en base a la proporción que determinen los resultados de las votaciones electorales.

Las crisis del PLI y del PCD: un último obstáculo

En este contexto de apertura y diálogo, después de firmar acuerdos que incluían también la participación en las elecciones del 4 de noviembre, se produjo el anuncio de Virgilio Godoy de que su partido, el PLI, se retiraba de la contienda.

La decisión se tomó el domingo 21 de octubre, en la Convención Nacional del Partido. (Ya había anunciado Godoy desde hacía semanas que en esta Convención se decidiría si los liberales iban o no a las elecciones). Después de 7 horas de debate y por 94 votos contra 20, los delegados a la Convención eligieron el abstencionismo. El anuncio causó desconcierto y sorpresa, pues aun cuando Godoy se había referido a esa posibilidad, se pensaba que los acuerdos de la Cumbre la habían descartado. El impacto en el exterior fue también muy serio, pues sumaba votos a la línea abstencionista y deslegitimadora que desde julio mantenía la Coordinadora.

Resultó muy significativo que en las vísperas de la Convención, el diario "La Prensa" -que hasta entonces había señalado al PLI como partido "colaboracionista" del FSLN, ridiculizando incluso a Virgilio Godoy- hiciera elogios desmedidos de los liberales y especialmente del Dr. Godoy. La CDN y voceros de la Administración norteamericana, así como las radios contrarrevolucionarias que operan desde Honduras y Costa Rica, aplaudieron la decisión de Godoy y la presentaron como la prueba definitiva de que se trataba de unas elecciones ilegítimas y sin "condiciones".

Las reacciones que desencadenó el anuncio de Godoy en su partido indicaron claramente que en esta decisión se reflejaba una profunda división al interior del PLI, resuelta en favor de los sectores más reaccionarios.

En la noche del 22 Godoy explicó por TV a todo el país los motivos de su opción. En síntesis, su argumento era éste: no hay garantías suficientes para que el pueblo se exprese y la gravedad de la situación nacional no va a disiparse con las elecciones; la paz no vendrá con ellas. En aras de esa paz, primera necesidad nacional, el PLI se retiraba de la contienda, convencido de que sólo con un diálogo nacional que incluyera a todos los sectores podía pensarse en una solución. (Hay que señalar que este diálogo nacional era uno de los acuerdos de la Cumbre, que se había anunciado su inmediato inicio y que, de hecho, se inició el 31 de octubre).

Desde el primer momento, empezaron a surgir voces disidentes de dirigentes y de bases del PLI, que expresaban su desacuerdo con la decisión de Godoy, la que juzgaban como antipatriótica, orientada por los Estados Unidos, pues sólo favorecía el proyecto deslegitimador de las elecciones que compartía la CDN con la Administración Reagan. Informativamente, se insistía en la "sospechosa" entrevista que dos días antes de la Convención había sostenido Godoy con el embajador norteamericano en Managua, Harry Bergold. La polémica y la especulación fueron el tema de todos estos días hasta que el 30, a sólo 4 días de las votaciones, Godoy presentó por escrito al Consejo Supremo Electoral su decisión, solicitando el retiro de los símbolos y candidatos del PLI de las boletas electorales. Esa misma noche, el Consejo, usando de su poder de decisión, como "cuarto poder del Estado", anunció que a pesar de la solicitud de Godoy, y fundamentándose en los términos jurídicos de la Ley Electoral, se mantendrían en las boletas las candidaturas del PLI y se tendrían como válidos los votos emitidos a su favor. La argumentación del CSE para tomar esa medida era también de tipo técnico, pues o había tiempo material para esos reajustes de imprenta y las boletas ya estaban distribuidas.

La decisión del CSE -impugnada como antilegal por Godoy con otros argumentos jurídicos- consolidó el cisma en el PLI. Constantino Pereira, candidato a vicepresidente por los liberales, se apoyó en este "pie legal" para convocar a la militancia del PLI y a todo el pueblo a oponerse activamente al abstencionismo de Godoy y a ir a votar. En una larga intervención radiada y televisada, Pereira, desde una clara opción anti-FSLN, pero claramente patriótica, justificó con argumentos como éstos su decisión: "Los partidos y los candidatos pertenecen al pueblo... El PLI es un partido que respeta las leyes y actúa en la legalidad... Mi actitud es de dignidad para salvar el honor del PLI.. Mi objetivo es unificar al PLI alrededor de una tesis patriótica".

¿Qué pudo llevar a Godoy a tomar una decisión tan inesperada como discutible -aun entre su gente- desde el punto de vista de la paz, óptica en la que él decía situarse? Hay todo tipo de especulaciones. Su compañero de fórmula, Pereira, ha señalado que alguien -sin precisar quién- le habría ofrecido a Godoy la candidatura presidencial en una futura coalición de partidos opositores al FSLN y en otras elecciones posteriores al 4 de noviembre, en las que él tendría asegurada la victoria. "Todo -ha declarado después de las elecciones Pereira- fue una cuestión de última instancia, una especie de compromiso nacido de un orgullo y una soberbia alimentada intensamente ante la promesa de que podía ser el presidente de los nicaragüenses".

El problema del PLI fue conmocionante. El día 28 tenía su Convención Nacional el Partido Conservador Demócrata (PCD), con un objetivo parecido al que reunió a los liberales: decidir si iban o no a las elecciones. Había un gran expectación y existían temores de que se produjera una crisis similar a la del PLI, que favoreciera a la abstención, pues se sabía la gran división que existía entre los conservadores frente a este asunto. La crisis se produjo pero, a diferencia del PLI, en el caso del PCD, y tras debates aun más acalorados, ganaron los que querían ir a las elecciones, liderados por Clemente Guido, candidato presidencial. "Turbas" juveniles -aquel día, eran turbas conservadoras y no sandinistas- al grito de ¡Arriba Clemente! ¡Abajo el Frente! derrotaron el abstencionismo que propugnaba incluso el mismo Coordinador General del PCD, Enrique Sotelo Borgen.

En los dos partidos con raíz en la tradición política del país, en las "paralelas históricas", hubo crisis y divisiones. Tuvieron significado político y fueron obstáculos finales que el proceso electoral tuvo que superar ya en la recta final. Finalmente, los conservadores y liberales que mantuvieron sentimientos patrióticos superaron las tendencias abstencionistas y participaron en las elecciones. Los resultados electorales mostraron que fue una decisión acertada: conservan arraigo en ciertos sectores del pueblo.

Los interrogantes del Diálogo Nacional

Si tuvo gran importancia política la celebración de la Cumbre de Partidos como preludio al evento electoral, también la tuvo el inicio el 31 de octubre -con dos sesiones más en los días siguientes- del Diálogo Nacional, foro de debate sobre la problemática global del país. En el Diálogo participan 33 organizaciones:

- Los 7 partidos que fueron a las elecciones: FSLN-PCD-PLI-PCDEN-PSN-MAP-ML
- Los partidos de la Coordinadora y 2 nuevos minúsculos partidos creados recientemente: PSC-PSD-PLC-PCN-PUCA-PRT.

- Los sindicatos sandinistas y de oposición: CST-CTN (las 2 fracciones) -CUS-CAUS-CGTI-FO-ATC.

- Sector empresarial de la Coordinadora: COSEP
- Productores privados organizados: UNAG
- Gremios de periodistas, profesionales y estudiantes: UPN-APN-CONAPRO-CONAPRO-HYM-UNEN
- Iglesia católica, evangélica y morava: CEN-CEPAD-EE-IM-C-BAUT

Con tal número de grupos y con una composición tan heterogénea del foro, es fácil imaginar las dificultades que éste tiene para servir como plataforma eficaz en la búsqueda de soluciones.

El día del inicio del Diálogo, la Junta de Gobierno envió un mensaje a los participantes señalando el objetivo que los sectores revolucionarios asignaban a esta instancia: que "fortalezca el espíritu patriótico y de unidad nacional". Y añadía: "El resultado exitoso de este Diálogo Nacional depende de que siga presente la voluntad de cerrar filas condenando la agresión que sufre Nicaragua".

No era el objetivo de todos el cerrar filas, sino todo lo contrario. De hecho, en la primera sesión (5 horas de debate), los partidos de la CDN intentaron ya plantear el tema de la posposición de las elecciones, "condición" sobre la que venían batallando con empeño desde algo antes de Río de Janeiro. En el segundo día (6 horas de debate), la CDN presionó aun con más fuerza sobre el tema de la postergación y hubo hasta 43 intervenciones de los participantes sobre este asunto, descartándose en esta sesión definitivamente. El tercer día (5 horas), última sesión antes de las votaciones, se consiguió fijar la agenda de discusión en 23 puntos agrupados en 3 grandes temas: 1) la defensa ante la agresión 2) la institucionalización democrática 3) la búsqueda de una salida política y económica a la crisis nacional.

Todo esto sucedió inmediatamente antes de las elecciones. Las fuerzas de la Coordinadora juzgaron que el Diálogo había comenzado en estas fechas como un intento desesperado del FSLN por legitimar internamente el proceso electoral. Pero "la batalla por la posposición de las elecciones" dada en el foro estaría indicando, más bien, que la derecha participó en él, esos días al menos, como un intento desesperado por deslegitimar el proceso electoral.

No logrado este propósito, y al pervivir esta frágil instancia más allá de las elecciones, podrían formularse algunas previsiones para un mediano plazo. Al igual que en la cumbre de partidos, algunos sectores podrían intentar convertir el Diálogo en una instancia de presión e influencia política -aun cuando no fuera de decisión- previa a la constitución de la Asamblea Nacional electa en los comicios, que empezará a funcionar el próximo 10 de enero. O también en una instancia paralela a esta Asamblea, si llegara a seguir funcionando más allá de esta fecha. Y eso porque en ella tendrían los partidos y fuerzas opositoras al FSLN una mejor correlación de fuerzas que en la próxima Asamblea. También puede esperarse que algunos de los grupos más reaccionarios sustituyan la exigencia de posposición por la de repetición de las elecciones. O, como algunos partidos ya han insinuado, por la propuesta de que, después de escrita la Constitución -hay unos dos años de plazo- se convoque nuevamente a elecciones generales.

Hay aún muchos interrogantes abiertos y porque se trata de un diálogo extremadamente difícil y frágil es posible que este foro pueda desaparecer abruptamente en cualquier momento. La extrema derecha necesitaría romperlo pronto, como recurso propagandístico, sobre todo. Las fuerzas reformistas buscarán mantenerlo para sobrevivir con mayor margen de actuación y el FSLN intentará mantenerlo como un medio de reforzar la unidad nacional en momento tan críticos de agresión.

Todo listo para el día 4

Casi desde una semana antes de las elecciones, Managua estaba más llena que nunca de visitantes extranjeros. Se calculan unos 500 entre invitados especiales y observadores y hasta unos mil periodistas. Nicaragua abrió sus puertas de par en par y estuvo por varios días en mira prioritaria de la expectación internacional.

Los grupos contrarrevolucionarios siguieron actuando en estos días. Entre sus acciones terroristas destaca el asesinato, por inesperado ataque de morteros, contra las casas de un asentamiento campesino en San Gregorio (Nueva Segovia) de 6 niños -entre 11 y 5 años-, el 29 de octubre. Mientras, las radios contrarrevolucionarias, desde Honduras y Costa Rica alentaban a los nicaragüenses a ir al día 4 a las urnas, pero a hacer nulo su voto como signo de boicot al proceso electoral.

Para estas fechas ya estaban en el país los 36 télex destinados a la recepción en Managua de los resultados electorales de todo el país. Fueron, junto a 100 mil bolígrafos, una donación de Francia. Finlandia donó 50 máquinas calculadoras para facilitar los cómputos y la tinta roja e indeleble para marcha el dedo de los votantes. Los 4 millones de boletas electorales -que se empezaron a distribuir desde el 15 de octubre hasta los más apartados rincones del país- se habían impreso a todo color en papel de calidad donado por Suecia. El Consejo Supremo Electoral anunció que el costo total de las elecciones había sido de 400 millones de córdobas. "Lo hemos hecho todo en sólo 8 meses, las inscripciones y las elecciones, dos enormes desafíos. Según los técnicos, todo esto hubiera requerido hasta 3 años y una situación normal, sin guerra", nos comentaba Roberto Everstz, responsable de asuntos electorales en el CSE.

Ya antes de las elecciones hubo presagios del incremento de agresiones norteamericanas que vendría después: el día 31 violó por primera vez los cielos de Nicaragua, rompiendo premeditadamente la barrera del sonido, el avión de espionaje más sofisticado de la fuerza aérea de Estados Unidos. El "Pájaro Negro" (SR-71) entró por el puerto e El Bluff y salió por Chinandega en 7 minutos, sobrevolando Managua y otros puntos estratégicos y produciendo fuertes explosiones sónicas a su paso. Ese mismo día comenzó a difundirse en Washington un folleto publicado por el Departamento de Estado con el título "Elecciones sandinistas en Nicaragua (Libro de Referencia)".

Managua pareció desafiar al "Pájaro Negro" en la tarde del 1 de noviembre, cuando se celebró la manifestación de cierre de campaña del FSLN, sin duda la más gigantesca de las 250 manifestaciones celebradas en el país en los 94 días de campaña. Unos 300 mil managuas agitaban banderas rojinegras y cantaban, contrastando su alegría con el marcado dramatismo del discurso del candidato a presidente, Comandante Daniel Ortega: "Debemos apresurarnos, en el verdadero sentido de la palabra, para preparar la defensa de Managua... Debemos prepararnos a enfrentar la intervención en cualquier momento". "No se me raje, mi compa" cantó ese día Carlos Mejía Godoy, evocando los días dramáticos de la masiva insurrección popular.

El día 2 se cerró la campaña electoral. Esa noche, el campesino Abelino Hernández, presidente de la Junta Receptora de Votos de la Labranza, Condega, hablaba con su mujer, Alicia, sobre las tareas que tendría el día siguiente preparando las votaciones. Llegó entonces una banda contrarrevolucionaria, rafagueó con balas la puerta de la casa, sacó a Abelino, lo golpeó brutalmente y lo degolló a bayonetazos, como "castigo" por su participación en el proceso electoral y "advertencia" para los más de 300 vecinos que irían a votar en aquella pequeña junta. Abelino fue enterrado en la víspera de las elecciones. Su sangre de hombre bueno y cristiano era la última legitimación, horas antes de los comicios, de un proceso electoral tan difícil y tan lleno de desafíos.

Con zapatos nuevos y traje de domingo

"Esta es la hora de la dignidad", decía con orgullo no disimulado la locutora de la cadena radial al dar horas y minutos durante el día 4. Desde las 6.15pm. del día 3 el Consejo Electoral había organizado esta continuada información radial para instruir a la ciudadanía sobre los pasos necesarios para emitir el voto y para informar sin interrupción sobre el desarrollo de las elecciones.

En la voz de Mariano Fiallos, presidente del CSE, se convocó a todo el pueblo a ejercer su derecho a votar: "El Consejo Supremo Electoral, por mi medio, hace un llamado a la conciencia cívica de todos los ciudadanos para que concurran hoy 4 de noviembre a depositar su voto en forma tal, que se demuestre el amor de los nicaragüenses a la paz, el alto grado de responsabilidad patriótica que nos distingue y se de un mentís rotundo a los detractores sistemáticos de nuestro proceso electoral y un definitivo golpe moral a los agresores de nuestro suelo".

Y los nicaragüenses salieron a votar. En muchísimas comarcas, los campesinos, vestidos de fiesta, con zapatos y sombreros nuevos y ropa de domingo, hacían filas ante las mesas de votaciones. Managua votó en un día de sol agotador. No había controles especiales ni ejército en sus calles y las 947 juntas de votos de la capital permitían una afluencia continua pero desahogada. "Parece todo muy solemne, muy silencioso", le comentó un observador canadiense a un policía electoral que trabajó en uno de los barrios orientales de Managua. "Así es el nicaragüense: es alegre y es tranquilo". Dos adjetivos clave, con hondo significado en el habla diaria del nicaragüense, que definen a la perfección la digna seriedad que predominó en esta ocasión, lejana del alboroto y también del temor o de la pasividad. Era una tranquilidad confiada, y por eso alegre, la que caracterizaba el comportamiento del pueblo en las filas.

Por disposición del Ministerio del Interior, la policía electoral que vigilaba el orden en cada Junta debía dar paso preferencial a ancianos, enfermos y embarazadas. Una anciana de 100 años del sector Ramírez Goyena de Managua, fue una de las primeras en salir, después de depositar sus boletas en las urnas de madera, una pintada de azul y otra de negro. "Primer vez en mi vida que voto, porque las elecciones de antes eran zanganadas...Hoy voté por Sandino". Hacía una hora, por la voz de los Estados Unidos, el P. Bismarck Carballo, vocero del Arzobispado de Managua decía: "como sacerdote no tengo opiniones políticas, la opinión deben darla los partidos, pero los partidos han dicho que estas elecciones son ilegítimas". Una mujer, ya mayor, insistía: "Aquí no hay guaro ni nacatamales, aquí la gente viene a votar", evocando las elecciones somocistas, en las que el dictador compraba votos de campesinos con ron y comida y decenas de hombres borrachos y desvalidos, amanecían tendidos al día siguiente en las calles de la capital y las ciudades.

A las 9.30 de la mañana un grupo de policías electorales era emboscado en un camino de Matagalpa, siendo asesinado uno de ellos. Fue prácticamente el único "éxito" contrarrevolucionario aquel día. Sólo después de varios días se supo que sólo 16 de las 3,892 Juntas de todo el país -ubicadas especialmente en regiones fronterizas y centrales de Zelaya- no pudieron abrir o funcionar normalmente por el hostigamiento de los grupos contrarrevolucionarios.

La guerra, que ha movilizado a miles de nicaragüenses, impidió a muchos de ellos el poder votar en estas elecciones, las primeras que en la historia de Nicaragua se hicieron contra la voluntad de los Estados Unidos.

En la decisión de participar de cientos de miles de nicaragüenses, traducida en horas de espera para depositar el voto o en kilómetros a pie o a caballo, a pesar de que "se regó la bulla de que nos iban a atacar", podía leerse un sincero y pronto deseo de paz. "Necesitamos que Don Reagan tenga caridad de nosotros, queremos que se nos respete", decía a los periodistas una mujer de 70 años del barrio El Calvario, de León.

Las Juntas Receptoras de Votos abrieron sus puertas de par en par a observadores y periodistas de todo el mundo, que pudieron comprobar todos los pasos de la mecánica electoral. Una mecánica fundamentalmente sencilla. Estábamos claros que mientras mas complicaciones hubiera, mas fácil era el fraude, comenta Everstz, del CSE.

En cada una de las dos boletas electorales -una para presidente y vicepresidente y otra para los representantes a la Asamblea- había que marcar una cruz en el circulo bajo el símbolo del partido elegido. Hubo mas de uno y de dos y de tres que marcaron cruces en las casillas de todos los partidos. "Y eso, abuela?" "es para dar un poquito a todos y que queden conformes -respondió-, y así todos unidos logremos la paz".

Mecanismos sencillos unidos, a veces, a grandes esfuerzos de cientos de campesinos de tierra adentro. Hasta 33 kms. de ida y 33 de vuelta para votar. "¿No es demasiado?" "No, es que es un voto más". Y cada quien salía ese día mostrando a vecinos y amigos, con orgullo muchas veces, el dedo manchado con la finlandesa e indeleble tinta roja.

Las Juntas tenían previsto cerrar a las 6 de la tarde (fueron 11 horas para las votaciones). Algunas dejaron por más tiempo sus puertas abiertas, mientras algunas, sobre todo en el campo, enviaban ya desde la tarde, por vía telegráfica el resultado de los votos al centro de cómputos de Managua. El primer informe fue puesto a las 3pm. y venía de La Tigrera (Rivas) donde se depositaron 35 votos (33 para el FSLN). Otros no llegarían hasta varios días después, transportados en helicópteros desde las zonas de guerra o llevados a caballo o en panga (lancha) desde remotas regiones de la Costa Atlántica.

A medida que terminaba el proceso de votaciones, la cadena radial comenzó a convocar a los ciudadanos a la fiesta por el triunfo del pueblo -no el de ningún partido-. En las plazas de pueblos y ciudades hubo bailes, piñatas, toros encohetados y gigantonas, "como una Navidad". En Managua, hasta 100 mil personas bailaron hasta la madrugada en la plaza nueva de las orillas del lago.

Los primeros datos ofrecidos esa noche hablaron con alegría de una participación de mas del 80%. (Después la cifra bajaría en 4 puntos). El día 5 el diario "Barricada" del FSLN, titulaba: "Victoria de Sandino en elecciones libres" y "El Nuevo Diario": "Ganó el pueblo". Mientras, "La Prensa", negando la realidad visible por todos insistía en la masiva abstención, sugería ya la necesidad de otras elecciones en 1985 y titulaba: "Votación bajo gran apatía".

Los resultados de las elecciones desmienten a "La Prensa". En estas cifras se frustraron las expectativas abstencionistas y las orientaciones contrarrevolucionarias de burlar el voto haciéndolo nulo. Rompieron también los resultados los prejuicios de los que esperaban de la "totalitaria" Nicaragua una consulta "estilo plebiscito soviético".

El pueblo de Nicaragua votó por primera vez en su historia. Lo hizo digno, con libertad y madurez. El difícil proceso electoral había sorteado innumerables obstáculos y superado difíciles desafíos hasta llegar a esa hora de dignidad. Un campesino segoviano nos dijo porque fue él -y tal vez porque fueron todos a votar-: "Que quede claro al mundo lo que queremos".

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