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Universidad Centroamericana - UCA  
  Número 372 | Marzo 2013

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México

Los zapatistas inician otra etapa y nos hacen pensar

“¿Escucharon? Es el sonido de su mundo derrumbándose. Es el del nuestro resurgiendo. El día que fue el día era noche y noche será el día que será el día”. Con este mensaje el Subcomandante Marcos, acompañado de miles de indígenas que se tomaron cinco ciudades de Chiapas, escenificó la reaparición del Zapatismo en el escenario mexicano. Ocurrió el 21 de diciembre de 2012, día que iniciaba un nuevo ciclo del tiempo maya.

Jorge Alonso

El 21 de diciembre de 2012, cuando iniciaba una nueva era maya, miles de indígenas zapatistas marchando en silencio tomaron simbólicamente cinco ciudades chiapanecas. El Subcomandante Marcos dio a conocer un escueto comunicado que decía: “¿Escucharon? Es el sonido de su mundo derrumbándose. Es el del nuestro resurgiendo. El día que fue el día era noche y noche será el día que será el día”. El analista Armando Bartra comentó que así, con un poderoso performance escenificado, el EZLN pasó lista de presente en los alineamientos político-sociales del nuevo sexenio. En 2011, en mayo, 20 mil zapatistas habían salido a apoyar la marcha por la paz. Ahora duplicaron ese número. Bartra interpretó que el mensaje estaba dirigido al nuevo poder en México. Y se preguntaba qué otras implicaciones tendría ese escueto mensaje. Las incógnitas fueron quedando más despejadas días después.

NO AUSENTES, PERSISTENTES

El EZLN cerró el año 2012 con tres comunicados dados a conocer durante la inauguración de un seminario de reflexión y análisis en el CIDECI-Universidad de la Tierra de San Cristóbal de las Casas. En los medios de comunicación se habló de un regreso, de un resurgimiento zapatista, de que habían vuelto a hablar. Una percepción incorrecta porque los zapatistas nunca estuvieron ausentes, y en los dos últimos años Juntas de Buen Gobierno y municipios zapatistas habían difundido una gran cantidad de mensajes. Más que ausencia, persistencia.

El primer comunicado se refirió a los de arriba del PRI. El segundo, a Luis H. Álvarez, quien fue candidato panista a la Presidencia a finales de los años 50, posteriormente presidente de su partido, y en el gobierno calderonista encargado para los pueblos indígenas. El tercero lo destinaron a anunciar cuál sería el comportamiento del zapatismo.

El Secretario de Gobernación del gobierno de Enrique Peña Nieto se había jactado de que los zapatistas no conocían a los integrantes del nuevo gobierno y se sorprenderían por lo que el gobierno haría con los pueblos originarios. El Subcomandante Marcos inició el primer comunicado comentando que los zapatistas habían pensado que esa declaración gubernamental correspondía a las bromas del 28 de diciembre, día de los inocentes, recordando las trayectorias de los principales integrantes del nuevo gobierno peñista. El mismo Peña era pariente de Arturo Montiel, acusado de haber robado a manos llenas cuando estuvo al frente del gobierno del Estado de México. Peña también fue el responsable de la represión de Atenco, en la que hubo muertos, agresiones sexuales contra mujeres y se incurrió en graves violaciones a los derechos humanos. Era también responsable, junto con el gobierno perredista del Distrito Federal, de la represión del movimiento #YoSoy132. Era también el beneficiario electoral del golpe de Estado mediático cometido el 1 de julio de 2012.

¿QUIÉNES SON
ESTOS POLÍTICOS DEL PRI?

Del Secretario de Educación, Emilio Chuayffet, Marcos apuntó que cuando estaba al frente de la política interior en el gobierno de Zedillo primero había aceptado los Acuerdos de San Andrés, para después retractarse aduciendo que lo había hecho cuando estaba borracho. Fue también uno de los responsables intelectuales de la masacre de Acteal en 1997. Del Secretario de Energía, Pedro Joaquín Coldwell, no había que olvidar que fue el comisionado para la Paz en Chiapas cuando la masacre de Acteal, ante la cual se quedó callado. A la Secretaria de Desarrollo Social, Rosario Robles, que estuvo al frente del gobierno del Distrito Federal y fue presidenta del PRD, Marcos la acusó de haber vendido al PRD y de la represión de los estudiantes de la UNAM a finales del siglo 20. De Alfredo Navarrete, Secretario del Trabajo, dijo que encubrió el asesinato del hermano de Carlos Salinas y exoneró a Montiel. Miguel Ángel Osorio, Secretario de Gobernación, había sido señalado por desviar fondos gubernamentales al PRI y de tener vínculos con los Zetas.

Marcos precisó que en su tiempo ninguno de ellos mandaba, sino que lo hacía el ex-Presidente Salinas, quien saqueó como ningún otro las riquezas nacionales, devastó el campo mexicano y mandó asesinar al candidato priísta
en marzo de 1994. Los priístas -dijo Marcos- eran los que optaban por la violencia por encima del diálogo, los que recurrían a la fuerza cuando no tenían la razón, los que se habían negado a cumplir los Acuerdos de San Andrés, los que habían hecho escuela de corrupción y ruindad en todos los partidos políticos y carecían de toda credibilidad. Reiteró que los zapatistas no eran los únicos que no les tenían miedo y dio pistas para que se pudiera reconocer a un auténtico zapatista; no tenían miedo, no pedían dinero a los tres niveles de gobierno, no buscaban cargos, no se tomaban muy en serio, no daban la sensación de decir más de lo que callaban, no se vendían, ni se rendían, ni claudicaban.

EL MAL GOBIERNO DE CALDERÓN

Al panista Luis H. Álvarez, Marcos le recordó que el silencio multitudinario del 21 de diciembre le debió haber dejado claro a él y al gobierno calderonista que eran unos fracasados. Y le advirtió: otros gobiernos habían intentado acabar con los zapatistas y lo seguían haciendo otros, siempre con los mismos resultados: un gran fracaso. Le echó en cara que se había dejado engañar por algunos que se habían hecho pasar como zapatistas, porque los verdaderos zapatistas no hubieran acudido a un gobierno de criminales a pedir ningún tipo de ayuda. Le recriminó que hubiera escrito en un libro la mentira de que los zapatistas habían tenido contacto con los panistas.

Marcos le dijo que el único acercamiento que tuvo el calderonismo con representantes y mandos del EZLN fue
el de sus ejércitos, policías, jueces y paramilitares. Le achacó a Álvarez haber sido cómplice del gobierno de Calderón, el más criminal padecido por México desde el dictador Díaz. Ante todo esto, los zapatistas castigaban su desprecio con “un silencioso y alargado andar”.

Marcos dejó en claro que Álvarez había intentado comprar a los zapatistas y rendirlos y había fracasado y dijo que en los libros de historia de las escuelas zapatistas se leerá que el mal gobierno de Calderón es conocido como el que llevó la muerte absurda a todos los rincones de México, ofreció a víctimas y victimarios la injusticia, y dejó, como sangriento autohomenaje al crimen hecho cogobierno, el monumento de la Estela de la Luz.

Álvarez debía aprender que, pese a toda la actividad criminal del gobierno al que sirvió, los zapatistas no habían desaparecido y si quisiera rescatar algunos momentos de la dignidad que tuvo cuando fue parte de la Comisión de Concordia y Pacificación, debería abandonar su partido y a la clase política, que es “un insaciable parásito”, y acudir a los rarámuris chihuahuenses para aprender lo fundamental del corazón indígena, donde la dignidad “se conjuga en presente desde hace medio milenio”.

“NUNCA NOS FUIMOS”

El tercer comunicado del Comité Clandestino Revolucionario Indígena-Comandancia General del EZLN va dirigido al pueblo mexicano y a los pueblos y gobiernos del mundo. Inicia señalando que el 21 de diciembre miles de indígenas zapatistas se movilizaron y tomaron pacíficamente en silencio cinco cabeceras municipales de Chiapas. Su mensaje no fue de resignación, tampoco de guerra, muerte y destrucción, sino de lucha y resistencia. Explica que después del golpe de Estado mediático que encumbró en el Poder Ejecutivo a la “ignorancia mal disimulada y peor maquillada”, los zapatistas se hicieron presentes para hacerles saber que si ellos, los del PRI, nunca se fueron, tampoco los zapatistas.

Plantea el comunicado que hace seis años un segmento de la clase política e intelectual los quiso ver como los responsables de su derrota, cuando los zapatistas estaban luchando por justicia para un Atenco que no estaba de moda. Ese sector primero los calumnió y luego quiso acallarlos. Por incapacidad y deshonestidad, ese sector no quería ver que en sí mismo tenía la levadura de su ruina. Seis años después, dos cosas han quedado evidenciadas: que ese sector no necesita a los zapatistas para fracasar, y que los zapatistas tampoco necesitan de ese sector para sobrevivir.

“AHORA VIVIMOS MEJOR”

Los medios de comunicación de todo el espectro se empeñaron en hacer creer que los zapatistas se habían ido. Pero los indígenas zapatistas nunca se fueron y ahora resurgen fortalecidos y habiendo mejorado significativamente sus condiciones de vida en los últimos años. El texto resalta que el nivel de vida de las comunidades zapatistas es superior al de las comunidades indígenas afines a los gobiernos, que reciben limosnas que derrochan en alcohol y artículos inútiles. Las viviendas de los zapatistas mejoran sin lastimar la Naturaleza. En sus pueblos, la tierra que antes era para engordar ganado de finqueros y terratenientes ahora es para sembrar maíz, frijol y verduras. El trabajo de los zapatistas recibe la satisfacción doble de proveerlos de lo necesario para vivir honradamente y de contribuir al crecimiento colectivo de sus comunidades. Los hijos de los zapatistas van a escuelas donde se enseña su propia historia, la de su patria y la del mundo, así como ciencias y técnicas necesarias para engrandecerse sin dejar de ser indígenas. Las mujeres indígenas no son vendidas como mercancía. Explican que los indígenas priístas van a los hospitales, clínicas y laboratorios zapatistas porque en los del gobierno no hay medicinas ni aparatos ni doctores.

Se alegran los zapatistas de que su cultura florezca, no aislada sino enriquecida por el contacto con culturas de otros pueblos de México y del mundo. Gobiernan y se gobiernan ellos mismos, buscando siempre el acuerdo antes que la confrontación. Todo eso lo han conseguido no sólo sin el gobierno, sin la clase política y sin los medios, que son “sus comparsas”, sino resistiendo sus ataques de todo tipo.

ANUNCIAN SEIS PUNTOS

Con su silencio se han hecho presentes. Y ahora, con su palabra, anunciaban seis puntos. El primer punto anunciado por los zapatistas en su tercer comunicado reafirma su pertenencia al Congreso Nacional Indígena, un espacio de encuentro con los pueblos originarios de México. El segundo anuncia que retoman el contacto con quienes en México y el mundo se adhieren a la Sexta Declaración de la Selva Lacandona. En el tercero plantean su intención de construir puentes necesarios hacia los movimientos sociales que han surgido y surgirán, no para dirigir o suplantar, sino para aprender de ellos, de su historia, de sus caminos y destinos. Abundan en la explicación de este punto relatando que han logrado el apoyo de individuos y grupos en diferentes partes del país, conformados como equipos de apoyo de las comisiones Sexta e “Internazional” (por la Z zapatista) para que funcionen como correas de comunicación entre las bases de apoyo zapatistas y los individuos, grupos y colectivos adherentes a La Sexta, que aún mantienen su convicción y compromiso con la construcción de una alternativa no institucional de izquierda. En el cuarto punto los zapatistas reafirman su distancia crítica frente a la clase política mexicana, la cual no ha hecho sino medrar a costa de las necesidades y las esperanzas de la gente humilde y sencilla.

LAS DISYUNTIVAS
DE LOS MALOS GOBIERNOS

El quinto punto está dirigido a los malos gobiernos federales, estatales y municipales, a los poderes ejecutivo, legislativo y judicial; y también a los medios de comunicación que los acompañan. Los zapatistas sostienen que los malos gobiernos de todo el espectro político, sin excepción alguna, han hecho todo por destruir a los zapatistas, por comprarlos, por rendirlos. Todos los partidos registrados -y el que quiere conseguir su registro- los han atacado militar, política, social e ideológicamente. Los grandes medios de comunicación intentaron desaparecer a los zapatistas, primero con “la calumnia servil y oportunista”, y después mediante “el silencio taimado y cómplice”. Auguran que a quienes sirvieron y de cuyos dineros se amamantaron ya no están, y los que ahora los relevan no durarán más que sus antecesores.

El 21 de diciembre los zapatistas hicieron evidente que todos esos poderes habían fracasado. Advirtieron que a los tres poderes constitucionales les queda decidir si reinciden en la política contrainsurgente, que sólo ha conseguido una endeble simulación torpemente sustentada en el manejo mediático, o reconocer y cumplir sus compromisos elevando a rango constitucional los derechos y la cultura indígenas, tal como estaba establecido en los Acuerdos de San Andrés, firmados por el gobierno federal en 1996, encabezado entonces por el PRI, el mismo partido que ahora regresó al Ejecutivo.

También se dirigieron al gobierno del Estado de Chiapas para presentarle la disyuntiva en la que se encuentra. O el nuevo gobierno estatal decide continuar con la deshonesta y ruin estrategia de su antecesor -que además de corrupto y mentiroso, gastó dinero del pueblo chiapaneco en el enriquecimiento propio y sus cómplices-, dedicado a la compra descarada de voces y plumas en los medios, mientras sumió el pueblo de Chiapas en la miseria, y al mismo tiempo hizo uso de policías y paramilitares para tratar de frenar el avance organizativo de los pueblos zapatistas. O con verdad y justicia opta por aceptar y respetar la existencia de los zapatistas y se hace a la idea de que está en pleno florecimiento una nueva forma de vida social en territorio zapatista, lo que atrae la atención de personas honestas de todo el planeta.

Los zapatistas también se dirigen a los gobiernos municipales chiapanecos. Se encuentran también ante la disyuntiva de seguir con la gran mentira de que las organizaciones antizapatistas o supuestamente zapatistas los están extorsionando para que agredan a las comunidades zapatistas, o utilizan mejor los recursos públicos de sus municipios para mejorar las condiciones de vida de sus gobernados.

LOS “ABAJO Y A LA IZQUIERDA”

En este quinto punto los zapatistas también se dirigieron a ese pueblo mexicano que se organiza para la lucha electoral. Esa parte del pueblo también está ante una disyuntiva. O sigue viendo en los zapatistas a enemigos o rivales en quienes descargar su frustración por los fraudes. O reconoce con los zapatistas otra forma de hacer política.

El sexto punto anunciaba que en los siguientes días el EZLN, por medio de sus comisiones Sexta e “Internazional” daría a conocer una serie de iniciativas de carácter civil y pacífico, para seguir caminando junto a los otros pueblos originarios de México y de todo el continente, y junto a quienes, en México y en el mundo, resisten y luchan “abajo y a la izquierda”.

“SOMOS LOS MISMOS
DE HACE 500 AÑOS”

Este tercer comunicado concluía que antes los zapatistas habían tenido “la buenaventura de una atención honesta y noble” de distintos medios de comunicación, lo que agradecieron entonces. Pero en la actualidad eso ha sido completamente borrado. Afirman que se equivocaron quienes apostaron que los zapatistas sólo existían mediáticamente y que, con un cerco de mentiras y de silencio, desaparecerían. Sin cámaras, micrófonos, plumas, oídos y miradas, los zapatistas existen. Cuando los calumniaron y los silenciaron seguían existiendo. Su andar no depende del impacto mediático, sino de la compresión del mundo y de “la sabiduría indígena que rige sus pasos, de la decisión inquebrantable que daba la dignidad de abajo y a la izquierda”. Los zapatistas anunciaron que a partir del fin del año 2012 su palabra empezaría a ser selectivas en sus destinatarios y, salvo contadas ocasiones, “sólo podría ser comprendida” por quienes con ellos habían caminado y caminaban sin rendirse a las modas mediáticas y coyunturales.

Dijeron los zapatistas haber probado que, más allá de no pocos errores y muchas dificultades, era ya una realidad otra forma de hacer política, aunque sabían que muy pocos tendrían el privilegio de conocerla y aprender de ella directamente. Si hacía 19 años sorprendieron al mundo tomando a sangre y fuego ciudades, ahora lo habían hecho de nuevo sin armas, sin muerte, sin destrucción, diferenciándose así de quienes, durante sus gobiernos, repartieron y repartían la muerte entre sus gobernados. Los zapatistas saben que son “los mismos de hace 500 años, de hace 44 años, de hace 30 años, de hace 20 años, de hace apenas unos días”. Son “los más pequeños, los que viven, luchan y mueren en el último rincón de la patria”, pero sin claudicar, sin venderse, sin rendirse.

SI MARCOS NO HABLA,
¿NO EXISTEN LOS ZAPATISTAS?

Como lo dicho hasta aquí por el zapatismo no se había entendido del todo, hubo necesidad de muchas más precisiones, tanto para desmentir a los que esperaban que los zapatistas se sumaran a un frente electoral, como a los que querían achacarles que estaban en contra de una supuesta izquierda progresista y le hacían el juego al priísmo. Como respuesta crítica a sus críticos, sobre todo a los que le achacaban actuar en la lógica de los del poder, el Subcomandante Marcos publicó un cartón irreverente. Después difundió un largo comunicado a propósito del lúdico cartón.

Recordó que el 7 de mayo de 2011 él se había pronunciado apoyando al movimiento que encabezaba el poeta Javier Sicilia, pero que a partir de esa fecha y del 21 de diciembre de 2012, hubo 27 denuncias de las Juntas de Buen Gobierno, de los indígenas zapatistas sin intermediarios. Marcos inquirió por qué si él no hablaba los políticos y los medios decían que el EZLN no existía. Era racista pensar que el zapatismo hablaba cuando él lo hacía, y estaba mudo cuando las Juntas del Buen Gobierno emitían comunicados. Marcos enfatizó que el mundo era redondo, daba vueltas, cambiaba, pero en el mundo impuesto por los de arriba no importaba cuántas vueltas diera, muchos siempre quedaban abajo. El mundo que los zapatistas querían es uno donde no haya “un arriba a costa de los de abajo”.

“EL MIEDO ESTÁ
POR CAMBIAR DE BANDO”

En este contexto, los zapatistas fueron dando a conocer más de veinte entregas entre diciembre y febrero. Marcos parodió a los de arriba, afirmando que para ese arriba era un peligro que abajo se realizaran colectivos que dijeran NO a los de arriba y su SÍ fuera para construir su propio destino. Utilizó una palabra de los mapuches que quiere decir “venceremos cien veces”. Difundió otro dibujo de burla hacia el gobierno por el acto que realizó en Las Margaritas diciendo que era para terminar con el hambre en México. Se lo dedicaba a la clase política ladrona. Ridiculizó el acto de arranque de esa “cruzada nacional”, y aconsejó a la clase política que fuera a ofrecer sus limosnas a otro lado. Realizó también una crítica lúdica de la insensatez del capitalismo que da limosnas a los desempleados y miserables que produce el mismo sistema capitalista. Pero la materia prima del sistema, “la muchedumbre plebeya”, se estaba rebelando. Marcos planteó que la clase política mexicana sólo está haciendo malas funciones de capataz de los que en otro sitio tienen el poder. Esa clase política está desconcertada y temerosa por la persistencia de esos de abajo que no se cansan “en su cometido de construir vida”.

Resaltó que los programas sociales del gobierno son una mentira con el fin de desaparecer a los pueblos indígenas. Aludió a la extrañeza de la clase política al ver desfilar en silencio a miles de zapatistas que, uno a uno, subían al templete demostrando que todos eran jefes. Criticó a los medios de comunicación, por mentir y representar las represiones como necesarias acciones para que prosiga el orden de los de arriba. El miedo -dijo- está “por cambiar de bando” y, aunque muchos de los de abajo no lo sepan todavía, “son parte de un “nosotros” más grande que está por construirse”.

Agradecieron los zapatistas el apoyo recibido para los compañeros bases zapatistas y los adherentes presos. Demandaron justicia para el compañero que había sufrido una severa lesión en la represión del 1 de diciembre y exigieron libertad absoluta para los detenidos ese día en México y Guadalajara por protestar contra la imposición de Peña.

EL CAPITALISMO
“EN LOCURA EXTREMA”

Anunciaron que daban por terminada lo que se había llamado La Otra Campaña para proseguir, con algunos cambios, lo que se denominaría La Sexta, pero ya no separando lo internacional de lo mexicano sino como un todo. Anunciaron otros cambios en su caminar. Estaba claro quiénes eran, su lugar y lo que enfrentaban. Había claridad en los NO; pero faltaba delinear los SÍ, el por qué luchaban, los cómo, los cuándo y sobre todo con quiénes. No es su intención construir una gran organización con un centro rector. No están a favor de un mando centralizado con un jefe individual o colegiado. Siguen convencidos de que la unidad de acción sólo puede darse si se respetan los modos de cada quien. Todo intento de homogeneidad no es sino un intento fascista de dominación.

Recuerdan los zapatistas las cuatro ruedas del capitalismo: explotación, despojo, represión y desprecio. Afirman que el capitalismo ha llegado a un estadio de locura extrema en su afán depredador y en su desprecio por la vida y se encamina a hacer desaparecer la humanidad. Para evitar eso los de abajo deben destruir otra cosa: las relaciones que posibilitan que alguien esté arriba a costa de tener a otros abajo. Los zapatistas hilan fino: no basta con criticar el machismo, el patriarcado, la misoginia, pues una cosa es ser mujer de arriba y otra muy diferente ser mujer de abajo. También hay una izquierda de arriba y otra de abajo. Hay unos “ciudadanos” arriba y muchos otros abajo.

“QUEREMOS CAMBIAR EL MUNDO”

Confiesan los zapatistas que, desde que proclamaron la Sexta Declaración hacía siete años habían aprendido mucho. Algunos se les habían acercado para sacar provecho propio. Saben con quiénes no hay que caminar. Lo que ahora sólo se llamará La Sexta es una convocatoria zapatista que no busca reclutar, suplantar, subordinar ni usar. Ofrecen y demandan respeto. Ser de La Sexta no implica afiliación, inscripción ni cuota. Insisten en que quienes con su resurgimiento esperarían grandes concentraciones no son para seguir caminando con ellos, pues el andar de La Sexta es “de tranco largo”, pues no buscan cambiar al gobierno sino al mundo.

Refrendaron que no se aliarían con ningún movimiento electoral y en adelante se comunicarían con los confiables de manera discreta y no abierta. Algunas iniciativas que habían ido madurando durante los últimos años las darían a conocer de esa manera. Aceptando que el camino sería más tortuoso y costaría mucho, batallarían, resistirían y lucharían. Marcos anunció que en agosto de 2013, cuando las Juntas de Buen Gobierno cumplan diez años, se hará una celebración en las comunidades zapatistas.

CONTRA TODA HEGEMONÍA
Y VANGUARDISMO

En sus comunicados los zapatistas fueron deslindándose de los “ellos”, los de arriba de todos los colores y posiciones. Dieron muchas pistas de lo que entendían como “nosotros”. Dijeron que mirar es una forma de preguntar e importa qué se mira y desde dónde. No están con quienes plantean que la única disyuntiva es o las elecciones o las armas. Se deslindan de quienes quieren dirigir. Los zapatistas acompañan, escuchan a los pocos y no les dicen qué hacer o no hacer, buscan “lo que puede” ser. Saben que al mandón no se le vence con un solo pensamiento y una sola fuerza. Entienden que la diversidad y la diferencia para el abajo no es debilidad. Están en contra de toda hegemonía
y vanguardismo. No absorben ni subordinan identidades, resaltan los puentes existentes entre “los diferentes dolores y las distintas rebeldías”.

Enfatizan los zapatistas que los de arriba no los han sabido mirar y no los entienden. Los zapatistas no quieren reclutar, dirigir, usar, decir qué hacer. Plantean que están en medio de la iniciativa más audaz, al menos desde su insurrección. El acto del 21 de diciembre fue importante por la organización, el esfuerzo militante, la demostración de fuerza, la presencia de jóvenes y mujeres. Fueron los pueblos los que subieron al templete, y sin hablar, decían: “Aquí estamos, éstos somos, éstos seremos, todas y todos mandamos”. Y no miraban de arriba hacia abajo, mantenían la mirada baja entre ellos.

“SOMOS PEDACITOS DE TIEMPO”

Este es el significado profundo de una nueva forma de hacer política. Los zapatistas invitan a reconocer que algo inesperado y nuevo está ante los ojos y que hay que mirar, callar, escuchar y aprender. También hay que saber mirar lejos, porque “el tiempo viene de lejos y sigue su camino”. Los zapatistas son “pedacitos de tiempo que lo hacen caminar, aunque no lleguen a mirar a dónde llega”. Otros lo empujarán para que llegue.

Los zapatistas confiesan que confían mucho en los medios libertarios, en las personas, grupos, colectivos y organizaciones que tienen sus propios modos para comunicarse y que solidariamente dan espacio a las palabras zapatistas. Otra modalidad de estas últimas entregas del zapatismo fue acompañarlas con fondos de música y videos. En esta nueva etapa los zapatistas quisieron que su vocero Marcos volviera a hablar con textos abiertos y también con textos encriptados exclusivos “para los nuestros”. Inician una etapa en la que miran a quienes son como ellos, sabiendo que también se exponen a la mirada de los mandones que los odian, persiguen y quieren atacarlos. Por eso, la autonomía hay que cuidarla y crecerla “bien y quedito”.

HABLA EL COMANDANTE MOISÉS

Marcos anunció que el Subcomandante Moisés también hablaría. Mientras Marcos cuidaba la ventana, Moisés estaba a cargo de la puerta, que se abriría para quienes quisieran aprender de las experiencias de los zapatistas. La entrega 19 de estos comunicados correspondió a Moisés, quien anunció que las siguientes entregas se las irían turnando él y Marcos.

Moisés recordó que los pueblos originarios han sido usados durante siglos para que otros suban al poder y ya allí despreciarlos, robarles, explotarlos y reprimirlos. Pero, los zapatistas se encuentran ya en otro tiempo y están trabajando para que eso no se repita. Los pueblos originarios quieren vivir bien y quieren que quienes gobiernen sean los que obedezcan. Moisés criticó a quienes dicen que luchan por el pueblo y lo que pretenden es dirigirlo. Eso es “trepar sobre los pueblos para llegar arriba”. Moisés anunció que lucharían con obreros, campesinos, jóvenes, niños, mujeres y ancianos de México y del mundo.

Explicó la nueva forma de trabajar: los de abajo deben juntar el pensamiento para ir aprendiendo y luego trabajarlo
y organizarlo. Hay que construir algo nuevo que sea propuesta del pueblo, que sea estudiada por el pueblo y que finalmente sea decisión del pueblo. Explicó también cómo es la democracia zapatista que se vive en las asambleas municipales autónomas y en las asambleas que hacen las Juntas de Buen Gobierno. Una democracia que hacen también todos los días de trabajo en todas las instancias del gobierno autónomo y junto con los pueblos, mujeres y hombres, que discuten, estudian, proponen, analizan y al final deciden.

“CUANDO EL POBRE
CREA EN EL POBRE...”

Enfatizó Moisés que los pobres saben cómo es la mejor forma de vida que quieren y saben que para construir el cambio no se necesita que alguien salga haciendo su campaña diciendo que hará el cambio. Llamó a los indígenas y no indígenas pobres a organizarse y a entrar a la lucha dirigiéndose ellos mismos.

Moisés, encargado de la puerta zapatista, afirmó que los neoliberales quieren ser los patrones del mundo y tienen como capataces a los gobiernos capitalistas subdesarrollados. Ante esto, hay muchas razones para la unión y para hacer nacer la rebeldía. Los zapatistas demuestran cómo en sus comunidades, con sus gobiernos autónomos, están enfrentando día y noche al capitalismo neoliberal. El ejemplo de los zapatistas demuestra que ese camino es viable. Los zapatistas quieren encontrarse con otros similares, conocerse, aprender entre todos. Han ido aprendiendo, con avances y fallas, que no esconden. Moisés apeló a esa estrofa de la misa salvadoreña: “Cuando el pobre crea en el pobre ya podremos cantar libertad”.

“ES CHIQUITO,
PERO SERÁ MUY GRANDE”

Aceptó Moisés que lo que están haciendo los zapatistas es “chiquito”, pero será muy grande para los pobres de México y del mundo, que necesitan construir el mundo que quieren vivir. Los zapatistas siempre han defendido el principio de mandar obedeciendo. Por eso, señaló la necesidad de distinguir cuando un pueblo se pone de acuerdo de cuando un grupo que quiere dirigir se pone de acuerdo.

Moisés consideró alentador que ya se ve el horizonte de ese nuevo mundo que están construyendo los pobres del mundo. Para eso, es necesario que entre todos los de abajo se miren y se escuchen. Se necesita organización, acuerdo, lucha, resistencia, defensa, trabajo, práctica y todo lo que los demás compañeros que se acerquen a los zapatistas planteen. Invitó a ponerse de acuerdo en cómo será el proceso de la “escuelita” de la lucha, donde no se puede copiar al compañero, donde cada quien levanta su propia lucha y entre todos los compañeros se respetan.

CUADERNOS
DE LAS ESCUELAS ZAPATISTAS

La última sección del conjunto de comunicados que explican la nueva etapa zapatista se reservó para compañeros de La Sexta. Es parte de la correspondencia particular del EZLN, por medio de dos voceros: Marcos y Moisés. Con la guía de servir y no servirse, no suplantar, construir, no mandar, no imponer, convencer, bajar y no subir. Habían hecho, hacían y seguirían haciendo la libertad.

Los zapatistas fueron compartiendo también fragmentos de cuadernos de cursos de las escuelas zapatistas. Explican la libertad según el zapatismo. Los textos han sido elaborados por hombres y mujeres bases de apoyo zapatistas y expresan no sólo etapas del proceso de la lucha por la libertad, también reflexiones críticas y autocríticas sobre los pasos que han dado. Comparten cómo ven la libertad y sus luchas por conseguirla, ejercerla y defenderla. Ofrecieron impartir esos cursos a los compañeros de La Sexta.

¿SIRVE EL TÉRMINO “DEMOCRACIA”?

Personalmente, debo confesar que esta nueva etapa zapatista ha despertado en mí una nueva búsqueda. Aunque los zapatistas todavía hablan de democracia, están creando algo nuevo, distinto y mejor. Yo había estado insistiendo en detectar la democracia de los de abajo. Pero he visto que hay que poner en cuestión el mismo término democracia, pues al tener el elemento kratos, ese poder logra de alguna manera que sean algunos los que lo ejerzan y la mayoría obedezca. Habría que conjurar ese poder y buscar la libertad popular de discernir, dialogar, discutir, debatir, para llegar a decisiones entre todos, donde nadie someta y nadie se deje someter. Ahora, me echaré a andar para detectar no la democracia sino la demoeleutería.

Los zapatistas no sólo persisten y resisten. Con nuevos bríos modifican experiencias que se han desgastado. Innovan las formas de resonancia, convergencia y autonomía libertaria construyendo una demoeleutería de los de abajo.

INVESTIGADOR DE CIESAS OCCIDENTE. CORRESPONSAL DE ENVÍO EN MÉXICO.

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