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Universidad Centroamericana - UCA  
  Número 150 | Julio 1994

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México

¿Al borde de la guerra?

Del 6 al 9 de agosto, y convocados por el EZLN, se reúnen en Chiapas cientos de representantes de la sociedad civil mexicana para debatir sobre la democracia. Doce días después serán las elecciones. ¿Y después...?

Enrique Flota Ocampo

México llega al final del milenio sacudido por un conflicto político que amenaza con desbordarse. El alzamiento de los indígenas zapatistas terminó por quedar vinculado al proceso electoral. El reclamo de democracia - centro de las demandas de los zapatistas del EZLN - se hizo central para la nación y ha configurado una coyuntura que se mueve sobre dos ejes: las elecciones de agosto y el conflicto en Chiapas.

El debate por la TV pareció mover las cosas

Aunque nueve partidos compiten por la Presidencia de la República con candidatos propios, a principios del año se consideraba que la disputa real se concentraría sólo en dos: el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el Partido de la Revolución Democrática (PRD).

Un acontecimiento introdujo variaciones en esta apreciación. Por primera vez en la historia política del país, el 12 de mayo se celebró un debate televisado entre los tres principales candidatos: Ernesto Zedillo (PRI), Cuauhtmoc Cárdenas (PRD) y Diego Fernández de Ceballos (PAN). Con una teleaudiencia estimada en 40 millones de personas, el debate alteró la ubicación de los candidatos. Diego Fernández, hasta entonces en un lejano tercer lugar, fue el ganador indiscutible del debate. Su enorme habilidad retórica le permitió cuestionar duramente a un sorprendido Cárdenas y a un acartonado Zedillo. Diego Fernández emergió del debate con un triunfo que los panistas proyectaron como augurio de una segura victoria electoral en la Presidencia de la República.

A raíz del debate, buena parte de los medios de comunicación - particularmente los que encabeza Televisa - emprendieron una campaña contra Cuauhtémoc Cárdenas, destinada a sembrar la idea de que había quedado derrotado y sin ningunaposibilidad de aspirar a la Presidencia. A la campaña se sumó una proliferación de encuestas que lo ubicaron en tercer lugar de las preferencias electorales, con apenas entre 12 y 15% de la intención de voto. Los círculos gubernamentales recibieron con recogijo los resultados del debate.

Aunque el candidato oficial, Zedillo, no tuvo un desempeño brillante, la rudeza empleada por el candidato panista contra Cuauhtémoc Cárdenas favorecía indirectamente al PRI porque dejaba al PRD fuera de la jugada. Por otro lado, Diego Fernández no representa una amenaza para el sistema y el PRI bien podría adoptarlo como candidato triunfador, pues su programa es incluso mas salinista que el del propio Zedillo.

Para reforzar la imagen triunfadora de su candidato, y posteriormente al debate, los estrategas del PAN diseñaron una gira para Diego Fernández por las ciudades de reconocida presencia panista. Diego Fernández visitó San Juan del Río, Querétaro, Guanajuato y Guadalajara, concentrando multitudes que lo aclamaban como el seguro próximo Presidente de Mexico.

Sube el PRD, tensiones en el PRI

A finales de mayo parecía que, derrotado Cárdenas, la contienda presidencial se reduciría a que los candidatos del PRI y del PAN midieran fuerzas, a que los dos fieles continuadores del proyecto neoliberal del actual régimen se enfrentaran. Pronto, se demostró que los pronósticos fueron apresurados y en el mes de junio las cosas volvieron a su lugar.

Al candidato del PAN se le acabaron pronto los bastiones panistas por visitar y su campaña electoral volvió a ser lo que ya era: una campaña de baja intensidad, con un programa de actividades muy holgado, con grandes vacíos, concentrada casi exclusivamente en entrevistas con los medios de comunicación, especialmente radiales.

En cambio, Cárdenas logró hacer repuntar su campaña. Una gira exitosa por el estado de Oaxaca marcó el despegue, apuntalado por el mitin más concurrido de los celebrados en la Universidad Nacional Autónoma de México. Desde entonces la campaña cardenista ha vuelto a hacer recordar aquellas grandes concentraciones que en 1988 le conquistaron tantas simpatías.

Las giras por el estado de Tabasco y el sur de Veracruz fueron similares. Y en lugares de débil presencia del PRD, como Chihuahua (estado gobernado por el PAN) y Campache (bastión priísta), sorprendieron por la receptividad y adhesión a los planteamientos cardenistas. La nueva etapa tuvo una exitosa culminación en el mitin celebrado en la plaza de toros "El toreo". Antes habían estado allí Zedillo - tuvieron que cerrar las puertas para detener a la gente que abandonaba el lugar cuando hablaba el candidato - y Fernández - con buena asistencia pero sin llenar el cupo -. La presencia de Cuauhtémoc Cárdenas saturó el lugar, con capacidad para 16 mil personas, y varios miles tuvieron que quedarse afuera.

De nuevo vuelve a aparecer Cárdenas como el candidato opositor con reales posibilidades de llegar a la Presidencia. Posibilidades que se incrementan en la medida en que el PRI padece las peores fisuras internas de su historia, que presagian el final de su absoluto predominio político.

Hasta ahora, Ernesto Zedillo no ha logrado recomponer la unidad del partido oficial. Las críticas que hizo a la labor de Manuel Camacho Solís, por su desempeño como Comisionado para la Paz y la Reconciliación de Chiapas, llegaron casi al punto de generar una ruptura en el partido. Al calificar de fracaso las negociaciones de paz en Chiapas, provocó una fuerte respuesta de Camacho, que al anunciar su renuncia como Comisionado aludió a quienes habían obstaculizado con sus declaraciones y posturas el proceso de paz. Por otra parte, el equipo del anterior candidato - el asesinado Luis Donaldo Colosio -, ha sido ya desplazado por un grupo de políticos de viejo cuño, encabezados por el actual Secretario de Agricultura y Recursos Hidráulicos, Carlos Hank González. Estos reacomodos han agudizado las divisiones internas en el PRI y pueden expresarse electoralmente con votos de castigo: priístas que voten por los candidatos de la oposición.

¿Habrá fraude? ¿No habrá fraude?

Pero el gobierno no sólo enfrenta el problema de una oposición creciente, que amenaza con arrebatarle el poder que ha detentado durante casi todo el siglo XX. Su problema mayor es tal vez el de la credibilidad.

El escepticismo de la población mexicana ha sido alimentado durante muchos años por la carencia de verdad que tienen las versiones oficiales. La gente no cree lo que el gobierno dice. Los grandes crímenes se pierden en la penumbra de los años, sin una explicación que llegue satisfacer nunca a cabalidad a la opinión pública. El no esclarecido asesinato de Luis Donaldo Colosio amenaza con proyectar su sombra sobre las elecciones y existe una opinión generalizada de que se encubrirá a los autores intelectuales, a quienes se ubica dentro de los círculos del poder estatal.

Antecedentes de intrigas nunca esclarecidas hay muchas: la matanza estudiantil de 1968 en Tlatelolco, la brutal agresión contra estudiantes politécnicos el 10 de junio de 1971, el asesinato del periodista Manuel Buen día, las explosiones de Guadalajara de 1992, el asesinato del Cardenal Posadas en 1993... Son todos casos abiertos en los que resultan inquietantes muchas preguntas.

Y en el campo electoral no es mayor la credibilidad. Hay una arraigada creencia de que el voto no cuenta, de que siempre ha prevalecido el fraude electoral. Un sondeo realizado por Alianza Cívica/Observación 94, organismo no gubernamental de observadores electorales, sobre una muestra de 9 mil ciudadanos distribuidos en 120 municipios del país, mostró que más de la mitad de los mexicanos cree que en las elecciones de agosto habrá fraude.

En este panorama, el fantasma de las elecciones de 1988 volvió a aparecer en escena con las declaraciones de Arturo Núñez, actual Director General del Instituto Federal Electoral, organismo encargado de organizar las elecciones. Explicando lo sucedido en 1988, cuando se "cayó" el sistema de cómputo electoral, dijo Núñez que los primeros resultados que llegaron - del Estado de México y del Distrito Federal - mostraban una tendencia de la votación favorable a Cuauhtémoc Cárdenas y no a Salinas de Gortari, lo que llevó a tomar la decisión de que se "cayera" el sistema. Es la primera confesión pública de que aquella sospechosa falla en el sistema de cómputos fue provocada para favorecer fraudulentamente a Salinas.

Y es alarmante que semejante confesión provenga de un alto funcionario del sistema electoral, que en 1988 actuó como representante del PRI ante los órganos electorales. Su desliz al hablar de ese pasado reciente fue acallado con el argumento de que no hay que reabrir heridas. Y no se hará ninguna investigación.

Habrá observadores y llegará la ONU

Una novedad en las elecciones de 1994 será la presencia, reconocida por la ley, de observadores nacionales y extranjeros. Desde finales de 1993 se constituyó un organismo de observadores electorales, esta Alianza Cívica/Observación 94, que movilizará a cerca de 15 mil personas en la vigilancia de la jornada electoral. Otros 14 organismos han anunciado su intención de participar también como observadores. Esta proliferación de observdores ha sido interpretada como un posible contrapeso oficial a la Alianza Cívica, cuya real independencia ha provocado ya algunas inquietudes gubernamentales. Pero, aunque Alianza Cívica tendrá que emitir su dictamen a la par de otros 14 organismos, finalmente, prevalecerá el criterio de quien entre todos logre mayor credibilidad en la opinión publica, en base a los antecedentes de sus miembros y en base a la seriedad metodológica de su trabajo.

El gobierno sorprendió a todos al invitar a la ONU a intervenir en el proceso electoral. Pero no se le cursó una invitación para observar las elecciones sino para que observara a los observadores. La delegación de la ONU ya se encuentra trabajando en México y emitirá un dictamen sobre la transparencia, objetividad, imparcialidad y profesionalismo de los observadores nacionales. Con esta fórmula el gobierno no corre ningún riesgo y sujeta a los observadores a un aval externo a ellos.

También podrán actuar observadores extranjeros, bajo la figura de "visitantes extranjeros interesados en el proceso electoral". Estos no podrán emitir juicio alguno que implique una intervención en los asuntos internos de México. Pese a todas las limitaciones que la ley les impone, los observadores jugarán un papel importante. Podrán apuntalar o impugnar la credibilidad de las elecciones. Y la credibilidad es la piedra de toque del actual proceso electoral.

El padrón: centro de las sospechas

Aunque las de este año serán las elecciones más vigiladas de la historia electoral mexicana, los modernos mecanismos técnicos que hacen posible todo tipo de fraude no son perceptibles a simple vista. No se trata ya del burdo robo de urnas o de la adulteración de actas. Actualmente, el fraude descansa en el manejo del padrón electoral. Excluir votantes en las zonas de predominio opositor, aumentarlos en las de mayor presencia del partido oficial, hacer aparecer a los votantes en una casilla que no es la que les corresponde para evitar que voten, son algunos de los muchos recursos que tienen en las manos los ingenieros de las computadoras para inducir unos u otros resultados.

Con un padrón de mas de 40 millones de electores y con plazos legales reducidos para que los partidos puedan revisarlo, el padrón electoral está en el mero centro de las sospechas, y su complejidad lo convierte en cierto sentido en un problema, sin solución. A pesar de todas las sospechas, la cercanía de las elecciones es un hecho, como es un hecho la obligada participación en ellas. La calificación final del proceso como fraudulento o no tendrá que ser a posteriori. Antes, habrá que recurrir a otros mecanismos, como el de la tinta indeleble con la que se marca a los votantes y que hasta ahora no ha dado suficientes garantías de ser realmente indeleble.

Carpizo se va, Carpizo se queda

En este horizonte de la credibilidad se puede situar la crisis del gabinete salinista cuando, sin guardar las formas del sistema político, Jorge Carpizo presentó su renuncia como Secretario de Gobernación, en una carta en la que acusó a "sectores de un partido político" - al que no identificó - de aberlo presionado para que actuara con parcialidad en el proceso electoral. La renuncia de Carpizo generó un alud de declaraciones pidiéndole que continuara al frente de la Secretaría y de la organización de las elecciones, ponderando su prestigio académico y su honestidad personal.

Dos días después de presentarla, Carpizo retiró su renuncia. Continuó como Secretario de Gobernación, fortalecido políticamente por el amplio respaldo que se le expresó y de paso, al no aclarar las razones de su renuncia, contribuyó a la escalada contra el Partido de la Revolución Democrática, a quien las dos cadenas de televisión presentaron abiertamente como el partido al que se refería críticamente Carpizo. Aparece ahora Carpizo como una garantía de la limpieza del proceso electoral. Aunque todos saben que esa garantía escapa de sus manos, y que el fraude mexicano rebasa con mucho a la persona del Secretario de Gobernación.

Importante mensaje del EZLN

El esfuerzo gubernamental por desligar el proceso electoral del conflicto en Chiapas ha resultado infructuoso. La consulta a las bases zapatistas sobre su respaldo a los acuerdos de paz propuestos por el gobierno en San Cristóbal de las Casas a finales de febrero y principios de marzo, arrojó un casi unánime rechazo. Razón de fondo: dicen los zapatistas que mientras no haya democracia no se resolverán los problemas sociales ni las demandas del EZLN.

A finales de junio, el Ejército Zapatista de Liberación Nacional emitió su Segunda Declaración de la Selva Lacandona. En 7 puntos definen su postura ante la nueva situación creada por su rechazo a los acuerdos de paz. Este es el texto íntegro de tan importante mensaje: "Es en la Sociedad Civil en quien reside nuestra soberanía, es el pueblo quien puede, en todo tiempo, alterar o modificar nuestra forma de gobierno y lo ha asumido ya. Es a él a quien hacemos un llamado en esta Segunda Declaración de la selva Lacandona para decirle:

Primero. Hemos cumplido sin falta el llevar las acciones bélicas dentro de los convenios sobre la guerra establecidos a nivel mundial; ello nos ha permitido el reconocimiento tácito de nacionales y extranjeros como fuerza beligerante. Seguiremos cumpliendo con dichos convenios.

Segundo. Ordenamos a nuestras fuerzas regulares e irregulares en todo el territorio nacional y en el extranjero la prórroga unilateral del cese al fuego ofensivo.

Mantendremos el respeto al cese al fuego para permitir a la sociedad civil que se organice en las formas que considere pertinentes para lograr el tránsito a la democracia en nuestro país.

Tercero. Condenamos la amenaza que sobre la sociedad civil se cierne al militarizar el país, con personal y modernos equipos represivos, en vísperas de la jornada para las elecciones federales. No hay duda de que el gobierno salinista pretende imponerse por la cultura del fraude. No lo permitiremos.

Cuarto. Proponemos a todos los partidos políticos independientes el que reconozcan ahora el estado de intimidación y de privación de los derechos políticos que ha sufrido nuestro pueblo los últimos 65 años y que se pronuncien por asumir un gobierno de transición política hacia la democracia.

Quinto. Rechazamos la manipulación y el tratar de desligar nuestras justas demandas de las del pueblo mexicano. Somos mexicanos y no depondremos ni nuestras demandas ni nuestras armas si no son resueltas la Democracia, la Libertad y la Justicia para todos.

Sexto. Reiteramos nuestra disposición a una solución política en el tránsito a la democracia en México. Llamamos a la Sociedad Civil a que retome el papel protagónico para detener la fase militar de la guerra y se organice para conducir el esfuerzo pacífico hacia la Democracia, la Libertad y la Justicia. El cambio democrático es la única alternativa a la guerra.

Séptimo. Llamamos a los elementos honestos de la Sociedad Civil a un Diálogo Nacional por la Democracia, la Libertad y la Justicia para todos los mexicanos".

La respuesta del gobierno

El gobierno respondió manteniendo de su parte el cese al fuego ofensivo, con lo que se estableció una prórroga de la tregua. Es un avance de no poca importancia. Pero la situación en el Estado de Chiapas es de suma fragilidad. Manuel Camacho Solís renunció a continuar actuando como Comisionado para la Paz y la Reconciliación en Chiapas, y en su lugar el Presidente Salinas nombró al hasta ahora Presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, Jorge Madrazo Cuéllar, quien no cuenta ni con la fuerza política ni con la habilidad negociadora de Camacho. Aún no se conoce la reacción zapatista a este nombramiento.

El clima de tensión entre indígenas y campesinos de un lado, y ganaderos y terratenientes del otro, tiende a incrementarse en torno a la propiedad de la tierra. Incidentes violentos como el asesinato de dos agentes de migración en la frontera con Guatemala, que fueron quemados vivos, o la violación tumultuaria de cuatro mujeres tzeltales por soldados del ejército mexicano, contribuyen a acrecentar la tensión y permiten avizorar que la tregua podría romperse en cualquier momento.

El EZLN convoca a los mexicanos

Con la Segunda Declaración de la Selva Lacandona, unida a la posterior Convocatoria a una Convención Nacional Democrática, los zapatistas recuperaron la iniciativa política. Dice así esta convocatoria:

"La esperanza con gatillo tuvo su lugar en el inicio del año. Es ahora preciso que espere. Es preciso que la esperanza que anda en las grandes movilizaciones vuelva al lugar protagónico que le corresponde por derecho y razón. La bandera está ahora en manos de los que tienen nombre y rostro, de gentes buenas y honestas que caminan rutas que no son la nuestra, pero cuya meta es la misma que anhelan nuestros pasos. Nuestro saludo a estos hombres y mujeres, nuestro saludo y nuestra esperanza de que lleven esa bandera adonde debe estar. Nosotros estaremos esperando, de pie y con dignidad. Si esa bandera cae, nosotros sabremos levantarla de nuevo... Que la esperanza se organice, que camine ahora en los valles y ciudades como ayer en las montañas. Peleen con sus armas, no se preocupen de nosotros. Sabremos resistir hasta lo último. Sabremos esperar... y sabremos volver si se cierran de nuevo todas las puertas para que la dignidad camine.

Por esto nos dirigimos a nuestros hermanos de las organizaciones no gubernamentales, de las organizaciones campesinas e indígenas, trabajadores del campo y de la ciudad, maestros y estudiantes, amas de casa y colonos, artistas e intelectuales, de los partidos independientes mexicanos. Los llamamos a un diálogo nacional con el tema Democracia, Libertad y Justicia. Para esto lanzamos la presente convocatoria para la Convención Nacional Democrática.

Nosotros, el Ejército Zapatista de Liberación Nacional, en lucha por lograr la democracia, la libertad y la justicia que nuestra patria merece, y considerando:

Primero.

Que el supremo gobierno ha usurpado también la legalidad que nos heredaron los héroes de la Revolución Mexicana.

Segundo.

Que la Carta Magna que nos rige no es ya más la voluntad popular de los mexicanos.

Tercero.

Que la salida del usurpador del Ejecutivo federal no basta y es necesaria una nueva ley para nuestra patria nueva, la que habrá de nacer de las luchas de todos los mexicanos honestos.

Cuarto.

Que son necesarias todas las formas de lucha para lograr el tránsito a la democracia en México.

Llamamos a la realización de una Convención Democrática Nacional, soberana y revolucionaria, de la que resulten las propuestas de un gobierno de transición y una nueva ley nacional, una nueva Constitución que garantice el cumplimiento legal de la voluntad popular.

El objetivo fundamental de la Convención Nacional Democrática es organizar la expresión civil y la defensa de la voluntad popular. La soberana convención revolucionaria será nacional en tanto su composición y representación deberá incluir a todos los estados de la federación, plural en el sentido en que las fuerzas patriotas podrán estar representadas, y democrática en la toma de decisiones, recurriendo a la consulta nacional.

La convención estará presidida, libre y voluntaria mente, por civiles, personalidades públicas de reconocido prestigio, sin importar su filiación política, raza, credo religioso, sexo o edad.

La convención se formará a través de comités locales, regionales y estatales en ejidos, colonias, escuelas y fábricas por civiles. Estos comités de la convención se encargarán de recabar las propuestas populares para la nueva ley constitucional y las demandas a cumplir por el nuevo gobierno que emane de ésta.

La convención debe exigir la realización de elecciones libres y democráticas y luchar, sin descanso, por el respeto a la voluntad popular.

El Ejército Zapatista de Liberación Nacional reconocerá a la Convención Democrática Nacional como representante auténtico de los intereses del pueblo de México en su tránsito a la democracia. El Ejército Zapatista de Liberación Nacional se encuentra ya en todo el territorio nacional y está ya en posibilidad de ofrecerse al pueblo de México como Ejército garante del cumplimiento de la voluntad popular. Para la primera reunión de la Convención Nacional Democrática, el EZLN ofrece como sede un poblado zapatista y todos los recursos con que cuenta"

Precisiones de Marcos

La convocatoria zapatista encontró una aceptación generalizada y es previsible la participación de una amplia gama de organizaciones sociales y organismos no gubernamentales, incluyendo observadores de algunos partidos políticos. Pero, en un primer momento generó un amplio debate en torno al carácter y contenido de la Convención. En los primeros días de julio los zapatistas precisaron su postura a través de un comunicado firmado por el Subcomandante Marcos: "Queremos decir que el EZLN convoca con objetivos precisos. Convoca a aquellos que luchan o quieren luchar por el cambio democrático. Quienes no quieren el cambio democrático no están convocados. Convoca a quienes están de acuerdo en insistir en el cambio democrático pacífico. Quienes piensan que sólo por la lucha armada se consigue el cambio democrático no están convocados. Convoca a quienes están de acuerdo en probar que ese cambio democrático se dé, también, por la vía electoral. Quienes no están de acuerdo en probar la vía electoral no están convocados. Convoca a quienes están de acuerdo en un gobierno de transición. Quienes no están convencidos de la necesidad de un gobierno de transición no están convocados. Convoca a quienes están de acuerdo con la necesidad de una nueva Constitución. Quienes no están convencidos de que es necesaria una nueva Carta Magna no están convocados. Convoca a quienes reconocen que el partido de Estado es el principal obstáculo para el tránsito democrático. Quienes no ven esto no están convocados".

¿Quién une a la sociedad civil?

En las últimas semanas, y al acercarse las elecciones, han proliferado las iniciativas de todo tipo que pretenden aglutinar a personalidades y grupos de la sociedad civil. Una de ellas, el llamado Grupo San Angel, convocado por el expriísta Demetrio Sodi de la Tijera y el escritor Jorge Castañeda. Todo este esfuerzo aglutinador está vinculado a los escenarios de conflicto post-electoral que ya se prevén y en los que será clave la capacidad de generar consensos en la sociedad.

Los zapatistas intentan con su negativa a los acuerdos, con su segunda declaración y con esta convocatoria aglutinar una fuerza social que incida en la transición pacífica por la vía electoral. El comunicado de Marcos aclaró mucho el planteamiento contenido en la Segunda Declaración de la Selva Lacandona. Los zapatistas no respaldan las posturas guerreristas ni las abstencionistas.

Aún quedan dudas sobre el contenido y sentido del gobierno de transición (su composición, su relación con el proceso electoral) y sobre la nueva Constitución (¿ una nueva Constitución o reformas a la actual?). La celebración de la Convención será significativa en la actual coyuntura. Y lo será más en la medida en que, sin pretender ser soberana - representativa de todo el pueblo mexicano -, logre aglutinar a muchos en torno a la transición pacífica a la democracia y a un nuevo modelo de desarrollo. Tendrá que enfrentar, natural mente, el riesgo de este tipo de asambleas: la división interna. Jugará un importante papel para evitar éste y otros escollos la figura carismática del Subcomandante Marcos, potenciado por las ventajas que le da el que la Convención se celebre en zona bajo control zapatista.

Vísperas electorales: incertidumbre

En una entrevista periodística, el Subcomandante Marcos declaró que para al EZLN sería increible e inaceptable un triunfo electoral de Ernesto Zedillo. Y aunque no lo dijo, se puede deducir que - por las mismas razones - le sería inaceptable un triunfo de Diego Fernández, en la medida en que el panista sostiene un programa exacto al del régimen contra el que los zapatistas se alzaron en armas. De ahí que el riesgo de una guerra después de las elecciones sea grande.

Un triunfo electoral de Cuauhtémoc Cárdenas crearía las condiciones óptimas para proseguir con el proceso de paz en Chiapas. Pero esta posibilidad enfrenta la resistencia del presidente Salinas y de todo el sistema político. Un fraude electoral desencadenaría de nuevo las hostilidades en Chiapas, aunque en condiciones diferentes a las de enero.

Los zapatistas saben que cuentan con respaldo político - y la Convención Nacional Democrática lo ratificará - y sobre todo, saben que la guerra no se circunscribiría al Estado de Chiapas. Muy probablemente surgirían otros brotes armados en Guerrero, Oaxaca o Puebla, por mencionar los lugares conflictivos que más cita la prensa. La dispersión del escenario de las acciones bélicas, sumado a la eventual movilización ciudadana en protesta por el fraude, podría crear una situación de crisis política nacional que desembocaría en una situación inmanejable, de ingobernabilidad. En ese caso, el gobierno tendría que intentar aplastar a la oposición - civil y armada - en el más breve lapso posible, consciente de que la extensión del conflicto puede provocar el derrumbe económico (fuga de capitales, huida de inversionistas, desempleo, más delincuencia, etc.) Las recientes compras gubernamentales de armamento y equipo militar, la creación de una Coordinación de Seguridad Nacional y algunos movimientos militares en el país parecen ser los preparativos del gobierno para enfrentar ese posible escenario.

México está en una disyuntiva trascendental: transición pacifica o violenta. Es una disyuntiva que develará el proceso electoral. Las elecciones pueden desembocar en el camino a la democracia o en la guerra civil. Es el país el que está en juego y el plazo para el juego está fijado: entre agosto y diciembre.

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