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Universidad Centroamericana - UCA  
  Número 22 | Abril 1983

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Nicaragua

La invasión ya no es silenciosa

En julio de 1982 se habló mucho en Nicaragua de una "invasión silenciosa". Ya la invasión contra Nicaragua no puede ser ocultada. Es una guerra abierta.

Equipo Envío

En julio de 1982 se habló mucho en Nicaragua de una "invasión silenciosa". Combates de ciertas envergadura en la Costa Atlántica y ataques y hostigamientos en la frontera norte comenzaron a ser frecuentes desde entonces. Pero estas noticias apenas tenían trascendencia internacional. Ahora, con algunas importantes variables militares y diplomáticas con una amplia información internacional, la invasión contra Nicaragua no puede ya ser considerada silenciosa.

El terreno diplomático-político

Titulares sensacionalistas en todo el mundo han hablado de miles de contrarrevolucionarios que combaten dentro de Nicaragua y que han llegado a ocupar varias ciudades. Igualmente, los medios de comunicación han vaticinado la pronta "liberación" de Nicaragua por las fuerzas contrarrevolucionarias. Aunque estas noticias no reflejan lo que está ocurriendo en Nicaragua ni la vida cotidiana del país, sí es evidente que en las últimas semanas se han introducido en territorios nicaragüense un número sustancial de elementos contrarrevolucionarios.

Este cambio cualitativo en la situación de Nicaragua se ha llevado a cabo a distintos niveles. Uno de ellos es el diplomático. El 22 de marzo el Viceministro de Relaciones Exteriores de Nicaragua y representante nicaragüense en el Consejo de Seguridad de la ONU, Víctor Hugo Tinoco, solicitó una reunión de emergencia del Consejo para estudiar la situación de Nicaragua. Tinoco acusó a la Administración norteamericana por los nuevos ataques militares, afirmando que "existe la determinación de destruir la revolución nicaragüense". Igualmente, Tinoco declaró que el FDN no era sino una creación del a CIA y que sus actividades a lo largo de 1982 habían culminado en febrero de 1983 con la infiltración masiva de 2.000 somocistas, 5000 de los cuales habían conseguido penetrar hasta la zona montañosa del Departamento de Matagalpa.

En respuesta a estas declaraciones, y según noticias de la agencia UPI publicada en "Tiempo" de Honduras el 24 de marzo, la embajadora norteamericana en las Naciones Unidas, Jeanne Kirkpatrick declaraba: "Vivimos en una época en la que los derechos se inventan... Ahora Nicaragua viene a decirnos que están violando su derecho a reprimir a su población, su derecho a derrocar a otros gobiernos y a dirigir revoluciones en países vecinos"

EN las sesiones del Consejo de Seguridad, 55 países hablaron sobre la crisis. Los Estados Unidos y Honduras quedaron totalmente aislados en su posición contra Nicaragua. En esta reunión de Naciones Unidas, Tinoco propuso un encuentro entre los jefes de estado de Honduras y de Nicaragua en el que estuvieran presentes los presidentes de México y Venezuela. Igualmente, propuso un encuentro con Estados Unidos en presencia de representantes de Venezuela, Francia, España o Panamá.

Un suceso diplomático relevante en estos momentos ha sido el ocurrido con ocasión de la invitación cursada por las universidades norteamericanas de Harvard y John Hopkins al Ministro del Interior de Nicaragua, Tomás Borge, para que dictara conferencias en estos centros de estudio. Borge había asignado ya la comitiva de alto nivel que le acompañaría en su viaje, cuando el embajador norteamericano en Nicaragua Anthony Quainton comunicó verbalmente a funcionarios del Ministerio del Exterior nicaragüense que a Borge se le negaría la visa de entra a los Estados Unidos. EN los primeros días de abril Quainton abandonó Managua para participar en una reunión con funcionarios del Departamento de Estado. En esta ocasión dijo que el tema de la visa para el Comandante esta en estudio y que "las tensiones entre los dos países" eran la razón para esta decisión de su gobierno.

La situación militar

A pesar de las noticias sensacionalistas que en el exterior han acompañado la reciente invasión de las tropas contrarrevolucionarias, no parece que el gobierno nicaragüense esté enfrentando una amenaza realmente seria en estos momentos, desde un punto de vista estrictamente militar. Ninguna ciudad ha sido tomada y la fuerzas de choques somocistas carecen de apoyo entre la población. ¿Qué está ocurriendo entonces? En primer lugar, un acelerado incremento en las actividades destinadas a aterrorizar a la población civil. Los asesinatos selectivos que se han dado en zonas fronterizas desde hace tiempo, se han multiplicados en estas últimas semanas. Seis técnicos - tres del MIDINRA (Reforma Agraria) y tres del Ministerio de la Construcción - fueron asesinados en una semana, cinco campesinos fueron degollados en San Dionisio el 10 de marzo, milicianos y Delegados de la Palabra (catequistas católicos, líderes de sus comunidades) son continuamente amenazados y algunos de ellos torturados y asesinados en zonas campesinas.

Las bandas contrarrevolucionarias atacan cada vez con más frecuencia a la población civil. Así ocurrió en le ataque a Rancho Grande del 23 de marzo, en el que perdió la vida el médico francés Pierre Grosjean. Grosjean, epidemiólogo de 32 años, estaba en el pueblo colaborando en un proyecto para estudiar y combatir la lepra de montaña (lesmaniasis), enfermedad endémica en las zonas montañosas de Nicaragua. Según el testimonio de un médico italiano que estaba junto a Grosjean cuando éste murió, ambos estaban durmiendo en el suelo del galpón en donde trabajaban. Alrededor de las 5:30 de la mañana comenzó el ataque contrarrevolucionario, con disparos desde las montañas que rodean el pueblo y con lanzamiento de morteros contra las casas. Una bala alcanzó al médico francés en la cabeza y éste murió instantáneamente. El Dr. Grosjean, descrito por sus amigos como un profesional sin vinculaciones políticas, estaba en Nicaragua desde agosto de 1982. Tenía planteado volver ya a su país, pero decidió quedarse por seis meses más, entusiasmado por trabajar por más tiempo en este proyecto contra la lesmaniasis.

Las muerte de Grosjean afectó profundamente a la comunidad de internacionalistas que trabajan como voluntarios o cooperantes en Nicaragua. Quizás su sangre haya servido para que en el exterior se comprenda mejor qué es lo que ocurre en Nicaragua. El colega del Dr. Grosjean ha insistido en que el equipo que trabajaba en el proyecto - cinco en total- estaba desarmado, no tenía ninguna práctica militar y nunca había estado comprometido en tareas políticas.

En el ataque de Rancho Grande fueron heridas también 17 personas, entre ellas 7 niños. Uno de ellos, de 8 años, sufrió graves heridas por esquirlas de mortero y se le tuvo que amputar su pierna.

Se estima que desde junio de 1981 unos 500 nicaragüenses han muerto víctimas de estos ataques contrarrevolucionarios. Según fuentes militares del gobierno de Nicaragua entre ellas 205 mortales. Por parte nicaragüense ha habido 97 bajas, incluyendo 57 muertos. En este período de tiempo 11 civiles han sido asesinados y 6 secuestrados.

Según el Ministro de Defensa de Nicaragua, Comandante Humberto Ortega, y el Jefe de la Seguridad del Estado, Comandante Lenín Cerna, la CIA señaló a los distintos grupos contrarrevolucionarios un objetivo para 1981: crear y consolidar un verdadero ejército bajo el liderazgo militar de los ex-guardias somocistas. Las actividades de este "ejército" se dirigieron principalmente a partir de noviembre de 1982 a atacar y a hostigar distintas tomas de los departamentos de Jinotega, Madriz y Nueva Segovia. Se trataba de sabotear las cosechas de café y algodón, claves en la economía agroexportadora nicaragüense. A comienzos de diciembre 800 contrarrevolucionarios penetraron en el país e intentaron inútilmente tomar la ciudad de Jalapa (Departamento de Nueva Segovia, importante centro tabacalero y estratégica posición geográfica y agrícola). Según las declaraciones de los Comandantes Ortega y Cerna, el fracaso en la toma de Jalapa ha desembocado en la implementación del "Plan C". En este nuevo nivel de la ofensiva se trataría de organizar las fuerzas militares con mayor poder de choque, mejor apoyo logístico y más capacidad de reclutamiento entre la población campesina de la frontera nicaragüenses a través de secuestros y enrolamientos forzosos, como ya se están dando. Los comandos - o bandas - que operaban hasta ahora tienen la misión de transformarse según el terreno. Para conseguir todos estos objetivos, han sido establecidos tres niveles de mando: una dirección política, un estado mayor militar y los responsables de las Fuerzas Operantes.

Diversas fuentes norteamericanas dan cuenta de que el FDN cuenta actualmente con una especie de "super-directorio" integrado totalmente por miembros de la CIA y militares norteamericanos pertenecientes al Comando Sur con base en Panamá. Se señala al embajador en Tegucigalpa de toda esta ofensiva contrarrevolucionarias.

Según Lenín Cerna, La CIA señaló al FDN dos objetivos para los meses de febrero y marzo: ocupar posiciones en el norte de los Departamentos de Jinotega y Nueva Segovia, a la vez que penetrar en el norte del Departamento de Zelaya con el fin de que el ejército sandinista se viera obligado a dividir sus fuerzas y así pudiera conseguirse el primer objetivo. Alrededor del 1 de febrero -declaró Cerna- 6 Fuerzas de Tareas penetraron en territorio nicaragüense y 200 contrarrevolucionarios lograron llegar hasta las montañas de Matagalpa.

Según declaraciones del Comandante Humberto Ortega, otras tropas penetraron hasta el 31 de marzo en tres zonas: Zelaya Norte, el área de Jalapa y Chinandega. Su objetivo principal era reforzar la anterior invasión. De estos grupos -y según informaciones militares de Nicaragua - algunas unidades ya han sido aniquiladas, otras están cercadas y otras se encuentran en desbandada o aisladas. Los refuerzos para estos grupos no han logrado llegar hasta ellos. Como no mantienen posiciones fijas cualquier suministro aéreo procedente de Honduras se hace difícil.

Nicaragua ha denunciado también importante movilizaciones del ejército hondureño, especialmente en el Departamento de Choluteca e incursiones de tropas de Honduras en Nicaragua. Esto ha acentuado las tensiones entre los dos países. Los dirigentes nicaragüenses han insistido - en sus recientes declaraciones sobre la nueva situación militar - que el peligro real de esta invasión no es tanto el enfrentamiento militar con estos grupos sino el peligro de que la vinculación que tiene con el ejército hondureño provoque una guerra entre los dos países vecinos.

En contraste con esta situación de tensión en la frontera norte, en el sur, en la frontera con Costa Rica, existe tranquilidad, a pesar de que el líder contrarrevolucionario Fernando Chamorro declaró el 23 de marzo a través de la emisora 15 de septiembre que pronto un frente de guerra iba a ser abierto a todo lo largo de la frontera costarricense.

Todas estas actividades de la contrarrevolución concuerdan perfectamente en el exterior como una "guerra civil", y que las fuerzas contrarrevolucionarias representaría una alternativa de poder, no sólo democrática sino viable. Para deshacer esta falsa imagen es útil dar un breve repaso a las fuerzas que integran la contrarrevolución y a las que la sostienen.

El FDN (La llamada Fuerza Democrática Nicaragüense) se ha convertido en las últimas semanas en el más prominente grupo contrarrevolucionario. Actualmente se integran en él varios grupos más pequeñas como la Legión 15 de Septiembre y los seguidores mískitos del grupo MISURASATA de Steadman Fagoth radicados en Honduras. El FDN fue creado en 1981 por José Francisco "Chicano" Cardenal. Por instrucciones de la CIA este grupo fue reestructurado últimamente en un esfuerzo para darle buena imagen internacional. Su nuevo directorio político fue dado a conocer en una conferencia de prensa celebrada en Miami y en un campo pagado aparecido en "La Tribuna" de Tegucigalpa el 21 de marzo.

El directorio político del FDN está formado por: 1) Edgard Chamorro, responsable desde 1979 de relaciones públicas de la poderosa familia Pellas. Vive en Miami; 2) Enrique Bermúdez Varela, Coronel de la Guardia Nacional de Somoza y agregado militar en Washington durante la dictadura somocista. Vive en Honduras; 3) Lucía Cardenal, viuda de Jorge Salazar, poderosa cafetalero que murió en un enfrentamiento armado con miembros de la seguridad nicaragüense. (Salazar se ha convertido en "Mártir " para la constrarrevolución). Su esposa tiene estrechos lazos con grupos antisandinistas de la empresa privada que están en Nicaragua 4) Alfonso Callejas Deshón, tío de Alfonso Robelo y Vicepresidente en el gobierno de Somoza. Vive en Miami; 5) Adolfo Calero Portocarrero, antiguo director de la concesionaria de la Coca-Cola en Managua, antiguo líder del Partido Conservador y director de la Cámara de Comercio de Nicaragua. Vive en Honduras; 6) Indalecio Rodríguez, intelectual de derecha y ex-rector de la UCA. Trabajo para el FDN en Panamá. 7) Marcos Zeledón, antiguo líder del COSEP (Consejo Superior de la Empresa Privada) y del INDE (Instituto Nicaragüense de Desarrollo), organismos en donde se integran los grupos más reaccionarios de la iniciativa privada de Nicaragua. Vive en Miami.

Calero Portocarrero tiene importantes acciones en la fábrica de Coca-Cola que es concesionaria de la empresa matriz norteamericana, en el Hotel Camino Real y en la distribuidora automovilística Datsun. Según las leyes revolucionaria son sujeto de confiscación por parte del Estado. Estas empresas se encuentran actualmente intervenidas mientras se determina qué porcentaje de su capital y bienes pertenecen a Calero. Una vez que se haya hecho la estimación se realizará la confiscación de esta parte y ésta pasará a ser Area Propiedad del Pueblo o propiedad estatal. Recientemente en Roma, en conferencia de prensa como parte de una gira europea. Alfonso Callejas, la viuda de Jorge Salazar y Marcos Zeledón se autotitularon el "brazo político" de las fuerzas invasoras de Nicaragua.

El Estado Mayor militar, y los jefes de las actividades militares que desarrollan la contrarrevolución en Nicaragua son todos ex-guardias somocistas, muchos de ellos pertenecientes al a odiada y temida EEBI (Escuala de Entrenamiento Básico de Infantería), fuerza de élite contrainsurgente que cometió los más horribles crímenes durante la dictadura somocista. Muchos de estos guardias usan hoy los mismos "nombres de guerra" que usaban en tiempos de Somoza. Su pasado criminal está aún fresco en la memoria de los nicaragüenses.

Un sandinista que peleó en el Frente Sur durante la insurrección contra Somoza decía recientemente: "¡Qué estúpidos fuimos: entregamos a "El Diablo" (parte del Estado Mayor del FDN) a las autoridades costarricenses! Pudimos haberlo fusilado..." En un artículo aparecido en el "US New and World Report" del 14 de marzo leemos: "La vanguardia sandinista no tiene fin. En las Cárceles hay 3.5000 miembros de la Guardia Nacional de Somoza, que gobernó el país 46 años". Si los sandinistas practicaran realmente la "venganza", hubiera sido imposible esta invasión de ex-guardias somocistas, porque muchos de ellos habrían sido fusilados. La política sandinista ha sido de generosidad: el FSLN abolió la pena de muerte al llegar al poder y ha hecho variados intentos para rehabilitar a los guardias presos. Hoy, a pesar de esta situación de agresión, esta política de perdón no ha cambiado en nada.

El FDN declara que se abastece de armas en el mercado negro, principalmente en el de Florida y que adquiere este armamento con fondos que provienen de fuentes que deben permanecer anónimas. También declaran que otras armas le ha sido donadas por el ejército de Honduras. Maniobras militares conjuntas de gran envergadura, entre los ejércitos de Estados Unidos y de Honduras - "Halcón Vista" en noviembre de 1981 y "Pino Grande" en febrero de 1983 - son también una fuente de abastecimiento tanto para el ejército hondureño como para las fuerza contrarrevolucionarias.

El FDN controla la emisora clandestina Radio 15 de Septiembre que está instalada en las afueras de Tegucigalpa y pública el Semanario "América Libre" en California. La ausencia den el nuevo directorio del FDN del fundador del grupo "Chicano" Cardenal es una cuestión clave. Aparentemente, su abierta vinculación con actos criminales, como la masacre de 15 campesinos en San Francisco del Norte en julio de 1982, ha determinado que se prescinda de él en este momento en que se busca dar una nueva imagen al FDN. A pesar de esto, Cardenal continúa haciendo declaraciones en nombre del FDN. La edición del diario "Tiempo" de Honduras del 24 de marzo cita afirmaciones suyas en las que declara que "Hay un acuerdo entre las fuerzas del Norte y del Sur para que la operación continúe".

Los grupos de Costa Rica. En octubre del pasado año los grupos contrarrevolucionarios de Costa Rica se agruparon en la llamada Alianza Revolucionaria Democrática (ARDE). Entre estos grupos están el MDN (Movimiento Democrático Nicaraguese) de Alfonso Robelo, la UDN-FARN del "Negro" Chamorro Rapaccioli, la facción de MISURASATA que lidera Brooklyn Rivera y el FRS (Frente Revolucionario Sandino) de Edén Pastora. Pastora declaró vanidosamente que ARDE "cuenta con el apoyo de dos millones y medio de nicaragüense" (toda la población del país) y apoyo de dos millones y medio de nicaragüense" (toda la población del país) y que "las fuerzas armadas de Nicaragua están con nosotros". La alianza de ARDE se ha resquebrajado recientemente. En un campo pagado aparecido en los periódicos costarricenses el 23 de marzo, Chamorro anunciaba que su grupo, la UDN-FARN - que formó parte del FDN cuando éste se creó y más tarde lo abandonó - se apartaba de la alianza "por diferencias ideológicas". El anuncio decía que la palabra "diálogo" no existe en el vocabulario de la UDN-FARN y que el FDN había "limpiado sus filas" de somocistas para mejorar su imagen y que actualmente había intención de unirse nuevamente al FDN. Igualmente, decía que estaban manteniendo contactos con Fagoth - al que llamaban de nuevo " el auténtico líder de MISURASATA" - y esperaban que los esfuerzos unitarios se consolidaran.

El número de contrarrevolucionarios armados con base en Costa Rica es mucho menor del que se encuentra en Honduras. Sin embargo, las autoridades costarricenses han declarado que ocho campamentos de "la contra" han sido desmantelados cerca de la frontera con Nicaragua.

La ambigua política de Costa Rica, que un día hace la vista gorda ante las actividades anti-sandinistas y al día siguiente desmantela sus bases, revela las divisiones y contradicciones que con respecto a Nicaragua existe en el gobierno, de Monge. Noticias llegadas de Costa Rica dan cuenta de que cuando Pastora llamó al pueblo nicaragüense a una insurrección general para el 15 de abril, parecía sobre estimar su fuerza y que desde entonces se hizo mucho menos visibles en los ambientes de Costa Rica. El 4 de abril el Ministro del Exterior de Costa Rica el 28 de marzo y que había salido para México en su avión particular. Pastora ha declarado que no va a dirigir un frente contrarrevolucionario en la frontera sur de Nicaragua sino que operará dentro del país. También ha dicho que no tiene nada que hacer con el FDN. A a través de su emisora de radio clandestina "La Voz de Sandino" denunció el 27 de marzo la presencia de 25.000 internacionalista en Nicaragua, que son - según él - el único apoyo con el que cuentan los sandinista.

Las contradicciones de los grupos contrarrevolucionarios.

Como sucedió en 1961 quintan la CIA montó la operación de Bahía de Cochinos en Cuba - la que "The New York Times" llama minimizándola la "Bahía de Chanchitos"-, el principal fallo en todo este esquema de agresión es la falta de unidad que existe entre los distintos grupos contrarrevolucionarios, Steadman Fagoth y Brooklyn Rivera pretende ser, cada uno por su parte, los máximos líderes del pueblo mískito que es contrario a la revolución. Han demostrado su incapacidad para trabajar junto. A pesar de todos sus esfuerzos, el FDN no logra liberarse de su imagen somocista, pues sus jefes son ex-guardias y militares de la EEBI. Esto, naturalmente, les impedirá conseguir apoyo popular en Nicaragua aun entre gente que esté descontenta con el gobierno sandinista. El FDN, en su anticomunismo fanático (por su emisora declaran a menudo "Con Dios y el patriotismo combatimos el comunismo") desconfía de Edén Pastora, que se debate entre el amor y el odio a la revolución cubana y que confiesa su admiración por el Che Guevara. ARDE busca separarse de la Guardia y por eso su cooperación con el FDN es actualmente imposible, pero, a su vez, no cuenta con suficiente capacidad militar para combatir.

Hay que añadir a todas estas contradicciones de fondo, que muchos de los exiliados activamente contrarrevolucionarios radicados en Miami, en Honduras y en Costa Rica son hombres vanidosos y ambiciosos, que buscan únicamente la seguridad de que obtendrán puesto de poder cuando caiga el gobierno sandinista. Por último, un factor clave: las actividades de la CIA son bien conocidas y han sido ya implementadas en otros países latinoamericanos. Es muy difícil para los grupos contrarrevolucionarios dar una imagen de cierta independencia, más todavía cuando la participación de la CIA en Nicaragua es cada vez menos encubierta y cada día más abierta.

La ayuda exterior a la contrarrevolución

El apoyo militar de Honduras a los grupos contrarrevolucionarios y la aceptación tácita del gobierno de Suazo Córdoba, tanto a su presencia en territorios hondureños como de sus actividades en la frontera, son suficientemente conocidas y han sido ampliamente probadas. Stephen Kinzer, en un artículo aparecido el 28 de marzo en "The New York" da cuenta de la opinión que le expresaron los soldados hondureños al hablar del "sentimiento de fraternidad" que les une a los contrarrevolucionarios que se entrenan en los campamentos cercanos. Los describen como insurgentes anti-sandinistas y declaran ayudarlos proporcionándoles alimentos y otras cosas.

Tanto el argentino Héctor Francés como el ex-Coronel hondureño Torres Arias han enfatizados en sus declaraciones la vinculación del "hombre fuerte" de Honduras General Gustavo Alvarez, con los grupos contrarrevolucionarios, a los que apoya abiertamente. A pesar de que la situación política argentina ha tenido algunas variaciones después de la guerra de las Malvinas y de que el actual gobierno tiene relaciones con el de Nicaragua, algunos sectores militares parecen estar ayudando aún a las fuerzas contrarrevolucionarias, según algunos observadores. Juan Tamayo informaba en "The Miami Herald" del 20 de diciembre: "Algunas fuentes indican que los asesores argentinos de la contrarrevolución en Miami, que son ahora 18, regresarán pronto a su patria... Estas fuentes añaden que los argentinos sería reemplazados por oficiales del ejército hondureño dirigidos por el Mayor Alexander Hernández, ayudante personal del General Gustavo Alvarez.

El papel de los Estados Unidos

"Los Estados Unidos están promoviendo una guerra no-declarada contra Nicaragua", ha dicho el Canciller Nicaragüense, P. Miguel D'Escoto. Saul Landau, del Instituto para Estudios Políticos, expresa una opinión similar en un artículo publicado el 28 de marzo en "The New York Times". Escribe allí que si los Estados Unidos no quieren seguir violando sus propias leyes y su Constitución, deberían formular una declaración de guerra contra Nicaragua. El artículo 1 del Código norteamericano dice claramente: "es ilegal promover o disponer los medios o dar dinero para cualquier tipo de actividad militar contra un gobierno extranjero con el que los Estados Unidos mantiene relaciones diplomáticas.

En el discurso del Presidente Reagan el 23 de marzo, éste declaró: "La política de defensa de los Estados Unidos está basada en una premisa sencilla: los Estados Unidos no inician luchas. Jamás seremos agresores". Tanto la historia de los Estados Unidos como numerosos documentos (publicados en la prensa norteamericana y en la internacional) como el testimonio de numerosas personas en el Congreso evidencian que esto no es cierto. En el mismo discurso, Reagan mostró fotos del aeropuerto de Managua - al que llamó Base de Aviación Sandino -, en las que se ve uno de los tres helicópteros que tiene Nicaragua y dos piezas de artillería antiaérea. Eran sus pruebas - ridículas pruebas - del suministro soviético de armas al gobierno sandinista. Cualquiera que ha llegado por vía aérea a Managua ha visto estas nada poderosas pruebas del poderío militar nicaragüense, a las que Reagan califica como "masivo apoyo militar que se está suministrando al país".

El escritor alemán Günther Grass, preguntaba en la edición de "The Nation" de 17 de marzo: "¿Hasta qué grado de empobrecimiento debe de llegar un país para no convertirse en una amenaza para el gobierno norteamericano?" A pesar de que Nicaragua trata de salir adelante en su reconstrucción en medio de dificultades agobiantes, los Estados Unidos, continúan calificando al país como una amenaza para el mundo libre y para los "intereses vitales" de los Estados Unidos.

A pesar de que la Administración norteamericana niega que tenga el propósito de derrocar al gobierno nicaragüense, sí admite que hace esfuerzos para "presionarlo", y esto como represalia política por su continuo suministro de armas a la guerrilla salvadoreña - denuncia norteamericana que jamás ha sido probada-. Según "The Washington Post" del 21 de febrero, "funcionarios diplomáticos y militares que trabajan en Centroamérica afirman que durante más de un año, casi no ha habido evidencias de que el suministro de armas a los salvadoreños tenga su origen en Nicaragua". Por una parte dice el embajador Quainton: "Ahora sabemos que los envíos masivos de armas se hacen por medio de pequeños embarcaciones que atraviesan el Golfo de Fonseca. Estas no pueden ser detectadas con satélites." Quainton precisó después que se trataba de envíos no masivos sino "sustanciales". (Sojourners, marzo 1983).

Este objetivo de "presionar" al gobierno nicaragüense ha motivado recientemente la instalación de un sistema de radar en Choluteca, al suroeste de Honduras, con un personal compuesto por 50 norteamericanos procedentes del Comando Sur de Panamá. El costo de este proyecto es de 5 millones de dólares. También tienen los Estados Unidos el plan de construir una gran base de entrenamiento militar en Honduras.

William Casey ha pedido a la CIA que continúe apoyando las acciones encubiertas contra el gobierno sandinista en 1984. (Philadelphia Inquirer", 16 de febrero). Según informes diversos hay actualmente entre 125 y 150 agentes de la CIA en Honduras.

Aun cuando los Estados Unidos dijeron la verdad - sus declaraciones se hacen cada día menos creíbles - y su intención fuera sólo la de "presionar" al gobierno nicaragüenses, las actividades que realiza la Administración violan las leyes norteamericanas, porque los grupos a los que están apoyando abiertamente no hacen demasiadas distinciones y explícitamente han declarado que su objetivo es derrocar a los sandinistas. Testificando ante el Congreso el 15 de marzo, el Dr. Richard Millett dijo: "En un escrito aparecido en "La Nación Internacional" de Costa Rica, en su número del 17 al 23 de febrero, Jacobo Schifter indica que este apoyo que se está dando a los ex-guardias desvirtúa los esfuerzos de los grupos de oposición democrática, tanto en Nicaragua como en el exilio, y desvirtúa también la oposición que Washington mantiene contra Nicaragua por su apoyo a las guerrillas salvadoreñas, pues "el gobierno norteamericano está haciendo exactamente la misma clase de intervención militar que crítica a ese país". Nuestro involucramiento con los ex-guardias - dijo Millett - "está fabricando un monstruo Frankenstein sobre al cual ya no podemos controlar".

La política norteamericana no tiene una base sólida. Más bien parece estar enraizada en la obsesión de la Administración Reagan de restaurar la hegemonía en el área usando para esto cualquier medio aunque sea ilegal, inmoral o contra producente aun para los Estados Unidos. La Administración quiere "estabilizar a través de la desestabilización".

Marc Cooper, Director de Informativos de l emisora de Los Angeles, entrevistó a Wayne Smith, antiguo diplomático norteamericano que fue durante años jefe de la Oficina Encargada de los Intereses Norteamericanos en La Habana. "Una vez escribí -declaró Smith - que Cuba ejercía sobre la política estadounidenses la misma influencia que ejerce la luna sobre los hombres-lobo. Ahora hay que enmendar esa frase: ya no es sólo Cuba, sino toda Centroamérica". ("Uno más Uno", México, 13 de marzo). Tanto Reagan como Kirkpatrick hablan frecuentemente de la defensa de la "democracia", refiriéndose" a las violaciones de los derechos humanos por parte de los sandinistas contra los mískitos y a la persecución religiosa que hay en Nicaragua". Con estos argumentos pretenden justificar esta política de hostigamiento. Dice Smith: "Temo que la Administración de Reagan no considera ni la democracia ni los derechos humanos como elementos de importancia. Cuando el Departamento de Estado dice apoyar las democracias en El Salvador Guatemala lanza una cortina de humo para no actuar. A Reagan nada le importan las democracias de otros países. ¿Qué hace para promover la democracia y los derechos humanos en Paraguay o en Chile, por ejemplo? Sobre la democracia en Nicaragua el embajador Quainton dice: "Si democracia significa participación popular, entonces de eso hay mucho aquí..." (Sojourners, marzo 1983).

Y si hacemos referencia a los mískitos, la Iglesia Morava -probablemente la institución que en Nicaragua tiene más larga trayectoria de identificación con el pueblo mískitos- dice en la declaración de su Sector Sínodo (14 de febrero): "Denunciamos los planes y acciones externa del Gobierno de los Estados Unidos de América, los planes y acciones abierta y encubiertas que se han estado efectuando en operaciones de guerra y derramamiento de sangre entre hermanos nicaragüenses. Dicha acciones han aumentado más los sufrimientos del Pueblo Costeño no aportando una solución positiva de reconstruir nuestra nación, más bien son hechas que destruyen a inocentes y sólo llenan los intereses de otras naciones ricas".

El mismo embajador Quainton ha admitido la falacia de las acusaciones de la Administración norteamericana y ha dicho que los sandinistas no son totalitarios que si hoy celebraran elecciones libres, el FLSN ganarían fácilmente. ("Mesoamérica", noviembre 1982). También ha dicho que "el gobierno sandinista no es ateo. La libertad religiosa será respetada por mucho tiempo. Este es un país muy religioso". (Sojourners, marzo 1983)

Los graves riesgos de la actual política norteamericana han sido señalados por el embajador Itinerante de Francia en América Latina, Antoine Blanca: "Si desafortunadamente, el ejército norteamericano interviniera en Centroamérica esto incendiará toda la región".

Los medios de comunicación internacional

Hay que decir algunas palabras sobre algunos sectores de los medios de comunicación internacionales y sobre su manera de cubrir los acontecimientos de la actual coyuntura militar de Nicaragua. Y lo decimos reconociendo las dificultades que existen para acercarse a las áreas conflictivas en Nicaragua. Sin embargo, muchos periodistas dan crédito, sin ningún espíritu crítico, a los reportes radiados por la Radio 15 de Septiembre siempre exagerados o totalmente falsos.

En este mes ha habido informaciones evidentemente dirigidas a engañar al público. Algunos ejemplos: han circulado ampliamente noticias que hablan de ciudades tomadas por la contra: San Dionisio, Muy Muy, Esquipulas, Ocotal e incluso Matagalpa. Podemos afirmar, sin duda alguna, que ninguna de estas ciudades ha sido ni siquiera atacada. Un periodista mexicano llegó a Managua y decía incrédulo: "Mi periódico me mandó aquí en carrera porque Managua estaba sitiada. ¡llegó y me encuentro a todo el mundo en la playa! A pesar de todas las evidencias, los periódicos de Honduras continúan negando que haya habido alguna infiltración desde territorio hondureño.

Algunos de los titulares más tendenciosos han sido éstos: "La República" de Costa Rica, marzo 17: titular bajo una foto de un policía golpeando a manifestantes: "Fuertes combates en el centro de Nicaragua". (La foto era de incidentes callejeros en Calcuta-India) - " La Prensa Libre" de Costa Rica, marzo 18: titula "10.000 nicaragüenses en combate" Al lado del titular, una fotografía de un edificio que cae, que no era sino un edificio que estás siendo demolido en San José. El mismo periódico, marzo 19: titular: "FSLN moviliza 150.000 hombres que conforman su poderoso ejército". Abajo, una fotografía de Mussolini.

La revolución nicaragüense atraviesa momentos cruciales, momentos en los que se están diseñando nuevas fórmulas políticas y estrategia económicas de reconstrucción del país. Es evidente que la imagen de inestabilidad que se pretende dar con esta información, la imagen de un gobierno al borde el colapso, puede tener efectos desastrosos y congelar inversiones extranjeras, proyectos de desarrollo, fuentes de crédito.... Esta sorprendente campaña de desinformación forma parte de una estrategia de desestabilización más amplia y más culpable.

El fondo de la situación

En Nicaragua a nadie sorprende el incremento de las agresiones contrarrevolucionarias. Sin embargo, algunas características de la actual agresión, deben ser destacadas. Una de ellas es el momento en que se produce. Existen muchas teorías para explicar por qué esta coyuntura militar llega precisamente ahora. Muchos analistas políticos descubren fuertes vínculos entre la agresión contra el gobierno sandinista y la insostenible y deteriorada posición de los Estados Unidos en el conflicto salvadoreño. Cada día se hace más claro que en El Salvador las opciones norteamericanas son: o retirar el apoyo al gobierno - lo que traería una inmediata victoria del FMLN -, o enviar tropas norteamericanas o negociar. En este momento, los Estados Unidos necesitan que la atención mundial aparte sus ojos de El Salvador, mientras la Administración evalúa estas opciones e intentan un nuevo envío masivo de ayuda militar el régimen salvadoreño. Si en estos momentos existe la imagen internacional de que en Nicaragua se está dando una guerra civil y la opinión pública se convence de que la situación de guerra en los dos países es bastante similar, quizá podrían los Estados Unidos promover "negociaciones regionales", para boicotear hábilmente las negociaciones bilaterales que ha propuesto reiteradamente Nicaragua.

Hay también otros factores. Los somocistas que actualmente están dirigiendo los combates son más problemas que una buena carta con la que jugar. Estos guardia han permanecidos en los campamentos de la frontera durante tres años y medio, preparándose para la guerra, con el apoyo de los Estados Unidos y necesitaban una válvula de escape. En ningún país los quieren. Un artículo aparecido en "The Miami Herald" del 20 de diciembre afirmaba que "después de las recientes publicaciones sobre le involucramiento de la CIA en Honduras, las fuerzas armadas hondureñas presionaron a los contrarrevolucionarios para que introdujeran más comandos en Nicaragua. Alrededor de 10 campamentos estaban en funcionamiento, pero cambiaron de ubicación para evitar ser detectados".

Por todo esto, enviar un número considerable de guardias a Nicaragua puede servir para muchas cosas. Puede servir como válvula de escape de la creciente impaciencia de los "contras" por entrar en acción. Puede servir como un test con el que medir el apoyo interno que tienen estos grupos y la reacción de la opinión internacional y de la norteamericana frente a este tipo de operación contrarrevolucionaria. Y si en esta estrategia militar mueren muchos guardias, nada se habrá perdido.

Una cosa es bien clara. No hay guerra civil en Nicaragua. Ni puede haberla. A pesar del apoyo limitado que tienen los guardias en las zonas campesinas en las que eran tradicionalmente reclutados por el régimen somocista y en las que viven armados tengan bases de apoyo entre la población civil. Mucha gente tiene bien presente el horror de las atrocidades cometidas por estos ex-guardias.

Aun una reflexión superficial sobre el tipo de gobierno que los Estados Unidos sostuvieron en Nicaragua por 70 años puede ya dar una pistas obre lo que estos contrarrevolucionarios sostenidos por los Estados Unidos pueden ofrecer al pueblo nicaragüense. Otra pista se puede hallar en el tipo de gobiernos que han surgido tras los esfuerzos norteamericanos dirigidos a derrocar gobiernos populares. El caso del derrocamiento de Arbenz en Guatemala y el de Allende en Chile son bien elocuentes.

Tratar de presentar al FDN como una fuerza democrática contradice incluso el programa de gobierno que ha hecho público este grupo. Según informaciones del "Christian Science Monitor" de marzo 22, en un articulo de Larry Boyd "su programa es una vuelta atrás de la Reforma Agraria en Nicaragua, que incluye la devolución de las propiedades somocistas confiscadas; pretenden la liberación de los ex-Guardias Nacionales que permanecen en las cárceles y también habla de la Cruzada de Alfabetización son los más populares proyectos de la revolución sandinista y han beneficiado a miles de nicaragüenses pobres. El mismo programa del FDN no es más que una prueba de que quieren hacer retroceder el reloj de la historia hacia los tiempos de Somoza.

Críticas y descontentos producidos entre los nicaragüenses por deficiencias en el abastecimiento de algunos productos y por variadas limitaciones económicas, son muy comprensibles. Pero sacar de esto la consecuencia de que estas frustraciones cotidianas van a conducir a un apoyo mayoritario del pueblo al somocismo sería un gravísimo error.

Las declaraciones en Bonn de los líderes del FDN Indalecio Rodríguez y Adolfo Calero de que los sandinistas caerán en seis meses, de que la contrarrevolución tiene 10.000 hombres armados en el interior de Nicaragua y de que cuenta con el apoyo del 90% de la población son definitivamente absurdas.

Mientras tanto, el ambiente en el interior de Nicaragua es de bastante normalidad. En el norte, los campesinos se dedican a la siembra sin abandonar su fusil. Las vacaciones habituales de la Semana Santa - época de mayor calor en todo el año - llevaron a miles de personas a las iglesias y a la playas, a pesar de la situación militar en algunas zona, al racionamiento de gasolina y a otros problemas. Esta situación de inestabilidad comienza a ser aceptada como habitual entre amplias capas de la población.

No puede perderse de vista que existe el peligro de que todas estas actividades que promueven los Estados Unidos traigan una radicalización del proceso revolucionario. La política norteamericana se revela como contraproducente cuando puede empujar al gobierno de Nicaragua a un mayor control interno y puede forzarlo a buscar ayuda económica y militar en cualquier fuente. Esta política deja a los Estados Unidos sin autoridad moral para criticar a Nicaragua por su supuesta ayuda a otros movimientos de liberación o por sus vinculaciones con el bloque socialista. Estas vinculaciones puede ser analizadas más que por una voluntad política del gobierno sandinistas como una consecuencia lógica del cierre de otras alternativas, debido a las presiones norteamericanas.

Los esfuerzos por desestabilizar económicamente al gobierno sandinista evocan la situación creada en el Chile de Allende, las acciones militares evocan la Bahía de Cochinos y el derrocamiento de Arbenz en Guatemala. Nadie ha perdido la memoria en Nicaragua y esto hace que la mayoría de los nicaragüenses estén más decididos que nunca a conservar lo que han ganado con la revolución.

Sergio Ramírez, miembro de la Junta de Gobierno, reiteraba el 21 de marzo que el gobierno revolucionario hará todo lo que sea necesario para preservar la evolución y para continuar desarrollando la producción y las mejoras sociales. La defensa y la producción como camino para conseguir la paz: este es el único camino viable para que Nicaragua viva.

Las fuerzas armadas sandinistas

Éstas son las fuerzas directamente responsabilizadas de enfrentar la contrarrevolución.

- Fuerzas Regulares (Permanentes)

- Ministro de Defensa (Humberto Ortega)

- EPS (Ejército Popular Sandinista) y TGF (Tropas Guardafronteras).

- FAS (Fuerza Aérea Sandinista)

- Guardacostas Sandinistas

- Ministro del Interior (Tomás Borge)

- Dirección General

* Seguridad del Estado (Lenín Cerna)
* Policía Sandinista

- Direcciones Generales de Administración y Servicios

- MPS (Milicias Populares Sandinistas): depende del Ministerio de Defensa.

- Policía Voluntaria: depende del Ministerio del Interior

- Batallones de Reserva (integran miembros del EPS y de las MPS)

- Sector de Justicia Militar

El ejército sandinista cuenta con 20-25 mil miembros y las milicias con unos 80 mil. El Estado Conjunto de la FAS está integrado por el Ministro de Defensa y el Ministro y Viceministro del Interior. La lucha armada contra la contrarrevolución está dirigida principalmente por el EPS, las TGF, la Dirección de la Seguridad del Estado y los Batallones de Reserva.

En la actual regionalización, Nicaragua está dividida en 6 regiones:

- Nueva Segovia, Estelí y Madriz
- Chinandega y León
- Managua
- Carazo, Granada, Masaya y Rivas
- Chontales, Boaco y parte de Zelaya (Rama y Nueva Guinea)
- Matagalpa y Jinotega.
- Existen tres regiones especiales: Zelaya Norte, Zelaya Sur y Río San Juan.

Militarmente, el país está dividido en 3 zonas: Costa Pacífica (regiones 2,3 y 4), Frontera (regiones 1 y 6) y Costa Atlántica.

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