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Universidad Centroamericana - UCA  
  Número 123 | Enero 1992

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Nicaragua

Dos años después: ¿qué piensan los nicaragüenses?

Los resultados de una encuesta realizada por el Instituto de Estudios Nicaragüenses nos revelan qué piensa la opinión pública de Nicaragua sobre el Proyecto Nacional del que hablan a diario el gobierno, los sandinistas y también la ultraderecha.

Equipo Envío

Dos años después del triunfo de la UNO en las elecciones, cada una de las tres principales fuerzas políticas de Nicaragua está atravesada internamente por una contradicción de fondo. Es éste el común denominador del sandinismo, del neo-somocismo y del centro-derecha gubernamental.

El sandinismo -entendido como un amplio bloque sociopolítico que incluye organizaciones populares, partido, ejército nacional, diputados, simpatizantes, etc.-necesita de la estabilidad nacional. Sin ella no será viable una consistente institucionalización de las estructuras jurídicas nacionales que, entre otras cosas, le permitirían al sandinismo volver a ser gobierno por la vía pacífica y electoral. Sin ella no será viable un desarrollo económico que permita a los sectores populares alcanzar un mejor nivel de vida y que haga del país en su conjunto una nación económicamente viable. Sin ella no será posible ganar las mentes y los corazones de una mayoría de la población, comprensiblemente agotada tras 15 años dominados por la lógica de la guerra. Sin la estabilidad nacional no será viable la inserción de la revolución sandinista en el nuevo escenario internacional.

Pero por otra parte, el sandinismo también necesita de la combatividad beligerante para reivindicar con eficacia los intereses reales de diversos sectores de la sociedad -en primer lugar los sectores populares- ante la avalancha neoliberal. Necesita de un combate beligerante y permanente para lograr una presencia política significativa en la nación que, más allá de los períodos electorales, preserve y hasta profundice con realismo las reformas estructurales que impulsó la revolución sandinista al transformar decididamente el modelo somocista.

¿Se puede unir estabilidad y lucha popular?

¿Cómo unir en una misma política la necesaria búsqueda de la estabilidad nacional con la necesaria combatividad beligerante? ¿Cómo evitar un énfasis unilateral en el polo de la estabilidad nacional, que podría llevar a un progresivo abandono del carácter popular del sandinismo en sucesivas concesiones hechas en aras de un pretendido interés "nacional"? ¿ Y cómo evitar también un énfasis unilateral en el polo de la beligerancia y la combatividad de los sectores sociales que, en los actuales momentos económicos e internacionales, podría transformar a Nicaragua en un país inviable para todos? En otras palabras, ¿cómo conjugar una política de unidad nacional y una política de unidad popular? Esta es la contradicción que atraviesa hoy al sandinismo.

El problema se complejiza si tenemos en cuenta que las diversas "instituciones" sandinistas tienen una lógica interna que las coloca naturalmente en uno o en otro polo de esta contradicción. El ejército y la policía, que tienen que jugar un rol nacional y no partidario, están obviamente más inclinados a lograr la suficiente estabilidad nacional que les consolide institucionalmente y que evite así el retorno a modelos de corte somocista. Pero los sindicatos agrícolas e industriales están diariamente presionados por sus bases, que aspiran a evitar un mayor deterioro de su nivel de vida y más todavía, que desean mejorar su vida. Esto coloca a los sindicatos en el polo de la beligerancia y la combatividad y con el mismo objetivo: evitar el retorno a modelos de corte somocista.

La tensión se agudizaría cuando, con el paso del tiempo, las fuerzas sociales en uno o en otro polo de esta contradicción dialéctica, configuraran una ideología -revolucionaria pero unidimensional- acorde con el rol institucional que juegan pero no suficientemente comprensiva del rol de las otras fuerzas y por tanto, de todo el bloque sandinista. Si esto sucediera se divorciaría la teoría de la praxis y al final, el bloque tendería a dividirse.

Una contradicción similar atraviesa también al neo-somocismo y al centro-derecha gubernamental. Los neo-somocistas necesitan de la estabilidad para crear las condiciones nacionales que les permitan una creciente acumulación de capital y que atraiga apoyo internacional para la reactivación económica. Pero consideran que mientras exista el sandinismo en Nicaragua el mantenimiento de sus privilegios no estará asegurado a largo plazo. Buscan por esto liquidar al sandinismo y al hacerlo afectan la estabilidad que necesitan.

También las "instituciones" de la ultraderecha tienden a acentuar uno de los dos polos. No es igual la actitud de los recontras, realizando acciones armadas para llamar la atención sobre sus reivindicaciones, que la de los grandes productores, en cuyos territorios se vive la guerra recontras-recompas, que provoca pérdidas e inseguridad.

El centro-derecha gubernamental, además de impulsar su propio proyecto -que no coincide con el de los sandinistas ni con el de la ultraderecha-, busca el casi imposible acuerdo básico entre sandinismo y neo-somocismo, manipulando a veces el conflicto entre ambos para así ganar fuerza y quedando otras veces atrapado entre las dos fuerzas y saliendo con concesiones no siempre estabilizadores que hace a unos y a otros . Los énfasis que pone el gobierno en pro de un acuerdo básico o con el sandinismo o con el neo-somocismo van variando, según se mire esto desde la cúpula del gobierno central o desde los diferentes gobiernos municipales.

La tensión interna en cada una de las tres principales fuerzas del país se agudiza cuando se trata de construir un proyecto nacional viable si consideramos que después de las elecciones de 1990 cualquiera de estas tres fuerzas tiene poder de veto para bloquear cualquier entendimiento estratégico entre las otras dos.

El sandinismo tiene suficiente poder para crear una situación que haga inviable un proyecto "nacional" exclusivo de los empresarios de centro-derecha y de los ultraderechistas. La ultraderecha -con mucho menos poder interno que el sandinismo- ha tenido hasta el momento fuerza para mantener en una crisis permanente los acuerdos entre el sandinismo y el centro-derecha gubernamental.

La lucha militar quedó agotada y hay que entrenarse para la lucha política

Tras la negociación global que culminó con las elecciones de 1990 la solución de estas contradicciones por la vía militar quedó agotada. El pluralismo de la Nicaragua post-electoral deberá contar con las tres fuerzas, independientemente de los deseos de unos o de otros. El centro de la disputa en la "crisis permanente" de estos dos años y de los próximos es la lucha por la vía política para conseguir anular el poder de veto del contrario.

Lo que cada una de estas fuerzas busca es hacer de su contrincante un enemigo pequeño y por esto no peligroso, un enemigo "bonsai". Eso intenta la ultraderecha: co-gobernar con el centro-derecha para llevar adelante un proyecto plenamente burgués, sin tener que hacer ninguna concesión significativa a un sandinismo al que ha reducido a la mínima expresión. Eso intenta el sandinismo: impulsar un proyecto nacional con los empresarios de centro-derecha, donde la hegemonía de ese proyecto sea disputada entre ambos por la vía electoral y donde no haya que hacer ninguna concesión significativa a un neo-somocismo presente pero ya minúsculo.

Sobre este precario balance interno de fuerzas inciden dos actores importantes: el gobierno de Estados Unidos y la propia población nicaragüense. Sobre el papel que van a desempeñar estos actores existen muchas interrogantes que 1992 irá aclarando poco a poco y que influirán sobre los tres actores políticos que hay en el escenario.

En cuanto a la influencia de Estados Unidos en Nicaragua, el acuerdo de paz en El Salvador -que según el FMLN supuso un cambio en la política norteamericana hacia El Salvador-, la posterior visita de Baker a Nicaragua, la imposición por el EPS de la Orden Camilo Ortega al agregado militar de la embajada norteamericana en Managua -hecho repudiado por la mayoría de los sandinistas y aceptado por los norteamericanos-, las conversaciones Daniel Ortega -Baker en México y las de Henry Ruiz -responsable de relaciones internacionales del FSLN- en el Departamento de Estado y la ola de desmovilización militar de recontras y recompas, abren muchas preguntas.

¿Cuál es la posición de Estados Unidos hacia el FSLN?

¿Estamos ante un cambio de la política norteamericana hacia el FSLN? Las probadas posiciones democráticas del FSLN, ¿ o han transformado ya ante los ojos del gobierno norteamericano de tal modo que ya no es un rival a destruir sino un contrincante político que se mueve en marcos aceptables? ¿Implicaría este cambio el que Estados Unidos deje de alentar las posiciones neo-somocistas para lograr así una mayor estabilidad nacional, lo que permitiría consolidar cambios estructurales como la reforma agraria o la reforma urbana y posibilitaría avanzar más en la justicia social? ¿Implicará este cambio una disminución de las presiones sobre el Ejército Popular Sandinista? Y esto, ¿a cambio de qué? ¿De un nuevo tipo de policía? ¿De suavizar los reparos gringos al entendimiento básico del gobierno de centro-derecha con el sandinismo?

En relación a la población nicaragüense surgen también muchas preguntas: ¿qué está pensando realmente el ciudadano ante la actual crisis política? Qué tan polarizada está la conciencia de la población? ¿Y en qué temas está más o menos polarizada? ¿Tiene una mayor tendencia a la confrontación o a la concertación? ¿Qué juicio hace de los diez años de gobierno sandinista?

Envío presenta los interesantes resultados de una investigación hecha por el Instituto de Estudios Nicaragüenses que dirige el Dr. Paul Oquist, realizado en diciembre/91 a nivel nacional (se excluyó de la muestra Río San Juan y El Atlántico Norte y Sur). Una muestra de mil encuestados nos abre al sentir de la opinión pública nicaragüense sobre la viabilidad de un proyecto nacional.

UNA ENCUESTA REALIZADA POR EL INSTITUTO DE ESTUDIOS NICARAGUENSES

En todas las encuestas realizadas en 1990 y 1991, tanto por el IEN como por la empresa costarricense CID-GALLUP, aparecen los temas de la paz y la reconciliación como los de amplio consenso en Nicaragua. Asimismo, los políticos y organizaciones con imagen de favorecer la paz, la reconciliación y los acuerdos políticos, tienen altos índices positivos, mientras los políticos con posiciones beligerantes y confrontativas tienen índices negativos. Esta tendencia, constante en todo el período, fue constatada una vez más en la encuesta realizada recientemente sobre el tema del Proyecto Nacional.

Los dos ejes que sustentan la necesidad de un Proyecto Nacional en la opinión pública son el tema de la paz y la reconciliación y el tema de cómo encontrar una salida a la apremiante crisis económica y social del país. Estos son los principales resultados de la consulta a la opinión pública en relación a la necesidad de construir un Proyecto Nacional para Nicaragua, así como a posibles contenidos del mismo.

Logros del gobierno sandinista

Prevalece la opinión de que en el período de la Revolución se logró rescatar la dignidad como nación, el sentido de la nacionalidad, las libertades públicas y democráticas, las posibilidades de una paz social estable y duradera, los beneficios sociales (viviendas, salud, educación, tierras), la posibilidad de organizarse y de participar en el proceso político del país y el derecho a decidir soberanamente sobre el destino de Nicaragua.

A un año de distancia, la opinión pública se muestra más anuente a reconocer como logros ciertos avances y transformaciones realizadas durante la gestión del gobierno revolucionario. En la encuesta nacional de agosto/90, se preguntó "Qué le ha gustado más del gobierno anterior" y el 25.9% -en su mayoría votantes UNO- expresó entonces que no le gustó nada, el 20.8% dijo que la Cruzada Nacional de Alfabetización y un 12.5% que el acceso gratuito a los servicios básicos. Fueron éstas las opciones que alcanzaron más del 10% de opinión, en forma relativa.

En esa misma encuesta, a la proposición "Los sandinistas respetaron las fiestas patronales y religiosas", el 75% respondió que era cierto, el 20.2% que falso y el 4.8% no sabe o no responde. En la encuesta nacional de casi un año después (junio/91), se reconocen logros importantes de la gestión sandinista en el gobierno, de manera absoluta. Acuerdo de más del 60%, que alcanzan mayoría en la globalidad y por grupos de votantes:

- Los beneficios sociales cuentan con el aval del 80.4% de los encuestados, entre ellos el 96.5% de votantes del FSLN y el 65% de votantes de la UNO.

- La entrega de lotes y viviendas tiene la anuencia del 73.2% de la opinión pública (94.4% de votantes sandinistas y 57.3% de votantes de la UNO).

- La participación de la mujer es respaldada por el 73.1%; (de éstos, el 94% votó por el FSLN y el 58.2% por la UNO).

En la encuesta de agosto/90, la proposición "Durante el gobierno anterior fue bueno que promovieran la igualdad entre el hombre y la mujer" fue respaldada por el 75.4%, que lo consideró cierto, mientras el 19.7% expresó que era falso y el 4.9% no sabe o no responde.

- En relación a la reforma agraria, el acuerdo alcanza el 67.4% (92.3% de votantes sandinistas y 50.1% de la UNO).

Con respecto a este punto, a la proposición "La reforma agraria es justa" en la encuesta del año pasado, el 76.5% respondió que era cierto, el 11.3% dijo que era falso y el 12.2% no sabe o no responde.

Acuerdos de más del 50%, que si bien alcanzan mayoría en lo global, representan posiciones divergentes a nivel de grupos de votantes:

- El 59.3% está de acuerdo en que el gobierno revolucionario se preocupaba por ayudar al pueblo a salir de la miseria. Opina así una mayoría del 89.1% de los que votaron por el FSLN y una minoría del 37.7% de los que votaron por la UNO (de estos votantes, el 52.5% no considera esto como un logro).

Este es un punto en el que ha ido creciendo el consenso de la opinión pública en el último año, ya que en la encuesta nacional de agosto/90, a la proposición "El gobierno anterior se preocupaba por los pobres", el 56.1% dijo que era cierto, el 39.6% que falso y el 4.3% no supo o no respondió.

- El 57% reconoce la seguridad ciudadana que, al igual que el tema anterior, cuenta con una mayoría de opinión de votantes sandinistas del 85.3% y una minoría de 35.6% de votantes de la UNO, los que en un 54% no están de acuerdo en que esto fue un logro.

- El 56.8% ve como un logro la promulgación de la Constitución Política del país. De éstos, el 84.6% son votantes sandinistas y el 37.1% votantes de la UNO. De los que votaron por la coalición, la opinión está polarizada, al existir un 40.1% que no reconoce la Constitución como un logro.

- El 53.7% (84.2% de votantes sandinistas y 32.9% de la UNO) siente como un logro la organización popular, sindical y gremial. De los votantes de la UNO, el 51.3% no lo considera un logro.

De esta manera, la opinión pública a nivel de grupos de votantes (UNO y sandinistas), es la siguiente:

- Hay consenso en el reconocimiento de los beneficios sociales, la entrega de lotes y viviendas, la participación de la mujer, la reforma agraria. No así en la preocupación por salir de la miseria, la seguridad ciudadana, la promulgación de la Constitución y la organización popular sindical y gremial.

- Mientras la opinión entre los votantes del FSLN es uniforme y de mayoría absoluta alrededor de todos estos temas, entre los votantes de la UNO la opinión se divide en relación a los temas políticos.

Visto lo anterior, es fácilmente deducible que la sociedad nicaragüense ha asimilado por consenso las gestiones realizadas por el gobierno revolucionario que están vinculadas a los beneficios sociales directos, a la participación de la mujer, a la transformación del agro, al sentido de dignidad y de soberanía nacional, a los derechos políticos y a las libertades democráticas en general. Esta percepción no es la de los dirigentes de partidos políticos, que reconocen poco o casi nada de la gestión del gobierno sandinista, mientras que el FSLN ha señalado que hubo importantes logros y por esto hay que defender las conquistas revolucionarias. Un punto de partida para un proyecto nacional es delimitar qué debe aceptarse como logros del proceso revolucionario.

El proceso democrático

¿Qué piensa la población sobre el proceso democrático?

¿Qué piensa la población sobre el proceso democrático nicaragüense en la actualidad?

En la encuesta se hizo la pregunta: "¿Cree Ud. que a la fecha se ha consolidado la democracia en Nicaragua?". El resultado es polarizado.

- A nivel global, un 43% opina que sí, mientras un 41.1% dice que no y un 15.9% no sabe o no responde.

Un 29.1% de los votantes sandinistas afirma que sí se ha consolidado la democracia en Nicaragua, frente a una mayoría del 62.1% que manifiesta que no. El 8.8% no tiene opinión al respecto. En cambio, entre los votantes de la UNO, un 56.7% dice que sí se ha consolidado la democracia, frente a un 29.7% que dice que no y un 13.6% que no sabe o no responde.

Ante la pregunta "¿Se siente Ud. partícipe del proceso democrático del país?", un 57.9% se siente partícipe, un 36.6% no y un 5.5% no emitió opinión al respecto.

Entre los votantes sandinistas hay un 50.5% que opina sentirse partícipe del proceso democrático del país, mientras un 45.3% dice que no. En cambio, hay una mayoría del 72.1% de los votantes UNO que se siente partícipe del proceso democrático, frente a un 24.6% que opinó que no.

Estas opiniones, vistas así, aparentan ser contradictorias, ya que no existe consenso en que la democracia se haya consolidado y por otra parte, una mayoría afirma sentirse partícipe de ese proceso de consolidación de la democracia. Sin embargo, puede concluirse que a pesar de que aún no se siente que la democracia se haya consolidado en un grado significativo, sí se ha avanzado al sentir la población que está siendo partícipe en el proceso de consolidación de la democracia, todavía incompleto.

Al preguntar "¿Se siente usted representado por alguno de los partidos que están en la Asamblea Nacional?" la opinión pública expresó sentirse más representada por el FSLN que por la bancada de la UNO.

- El 44.7% opinó que sí (de ellos, el 64.6% votantes del FSLN, el 48.7% de la UNO, el 12.5% no votó por ninguno, el 27.3% dijo que su voto era secreto, el 33.3% votó por otro partido y el 20% no respondió) y el 51.9% opinó que no.

- Del 44.7% que se siente representado, el 24.9% se siente representado por el FSLN (de ellos, el 59.3% votó por este partido y el 11% por la UNO); el 18.4% se siente representado por la UNO o uno de los partidos que la componen (opina así el 2.5% de los que votaron por el FSLN y el 35.9% de los que votaron por la UNO).

Hay una mayoría del 51.9% que no se siente representada por ningún partido en la Asamblea Nacional, contra un 44.7% que dijo que sí, lo que refleja un aspecto más negativo que positivo en términos de representatividad de la Asamblea Nacional. Sin embargo, este porcentaje del 44.7% es alto, en comparación a la opinión pública sobre los parlamentos en América Latina.

Sobre la devolución y privatización de propiedades

Se preguntó a los encuestados "¿Qué opina sobre la privatización de las empresas a favor de los trabajadores?"

- Un 64.6% de la opinión pública está de acuerdo con la privatización de empresas a favor de los trabajadores, mientras un 27.6% no lo está y un 7.8% no sabe o no responde.

- En cambio, hay una opinión polarizada sobre la devolución de propiedades a sus antiguos dueños: un 49.7% está de acuerdo en que pueden darse estas devoluciones, mientras un 43% está en desacuerdo y un 7.3% no tiene opinión.

- Sobre la privatización del comercio exterior, tampoco hay una opinión mayoritaria: un 90.9% está de acuerdo, un 35.5% está en desacuerdo y un 23.6% no sabe o no responde.

- Sobre la privatización de los colegios, una mayoría absoluta, del 78.1%, está en desacuerdo y un 19.7% de acuerdo.

Se preguntó: "¿Está de acuerdo o en desacuerdo con la derogación de la ley 85 y 86 que legalizó la entrega de tierra y vivienda en el gobierno anterior?"

- En lo global, una mayoría del 59.5% está en desacuerdo con la derogación de las leyes 85 y 86, mientras un 33% está de acuerdo y un 7.5% no sabe o no responde.

- En desacuerdo está el 88.1% de los votantes a favor del FSLN, en el 62.7% de la respuesta fue "el voto es secreto" y el 39.2% fue de votantes a favor de la UNO.

La reforma agraria debe resolver el problema de las necesidades de tierra.

- Hay una mayoría absoluta de la opinión pública (93.3%) que considera que la Reforma Agraria debe resolver el problema de las necesidades de tierra, mientras un 2.1% dice que no y un 4.6% no sabe o no responde.

"¿Qué opina sobre el libre mercado y la economía mixta?" En el último año ha aumentado considerablemente el porcentaje de opinión que expresa su acuerdo con la libre empresa, ya que en la encuesta de 1990 este punto no llegó al 50% de los consultados.

En el caso de la propiedad cooperativa, se mantiene y ha aumentado un poco el consenso a su favor, como medio para el desarrollo del pueblo y del país.

- En la encuesta nacional de junio/91, una mayoría del 68.6% asegura que es cierto que el libre mercado es la solución para el problema económico de Nicaragua, frente a un 20.2% que dice que es falso.

En la encuesta de agosto/90, el 47.8% valoró como cierto "La empresa privada es la mejor forma de desarrollar el país": el 38.9% aseguró que era falso y el 13.3% no supo o no respondió.

- Por otra parte, una mayoría del 68.3% asegura que la existencia de la economía mixta (propiedad privada, estatal y cooperativa) es la mejor forma para desarrollar el país frente a un 19.4% que considera que es falso.

En este punto, la encuesta nacional del año pasado reveló que un 62.7% de la opinión pública aseguró que es cierto que "Las cooperativas son la mejor forma para que el pueblo se desarrolle". El 11.1% dijo que era falso y el 2.3% no supo o no respondió.

Sin embargo, existe una contradicción al preguntarle a la opinión pública "¿El Estado debe controlar la economía del país?", ya que el 84.1% dice que sí y el 7.8% dice que no.

Sobre la institucionalidad política del país

Se preguntó: "¿Los partidos políticos se preocupan por resolver los problemas de la población?"

- El 45.6% está de acuerdo en que se preocupan, un 43.3% está en desacuerdo y un 11.1% no sabe o no responde.

A estas formulaciones: "La Constitución responde a las necesidades del país. La Constitución es garantía para la estabilidad del país. La Constitución debe ser cambiada" (parcial, totalmente, no debe cambiarse).

- Una mayoría del 51.2% (porcentaje similar en los votantes del FSLN y la UNO), considera que la Constitución Política de la República responde a las necesidades del país, un 30.5% está en desacuerdo y un 18.3% no sabe o no responde.

- Una mayoría del 57.7% (con apoyo parejo entre ambos grupos de votantes), está de acuerdo en que la Constitución Política es garantía para la estabilidad del país, frente a un 21.1% en desacuerdo y un 21.2% que no sabe o no responde.

- Respecto a si la Constitución Política de la República debe ser cambiada, hay un nivel de opinión similar entre quienes opinan que debe tener cambios parciales y quienes opinan que no debe tener cambios.

El 32.8% (con un consenso al mismo nivel entre ambos grupos de votantes), considera que debe ser cambiada sólo parcialmente. El 12.1% (similar en ambos grupos de votantes), opina que debe ser cambiada totalmente. Un 33.4% opina que no debe ser cambiada (porcentaje similar entre los dos grupos de votantes). El 21.8% de los encuestados no sabe o no responde.

Al afirmar: "La Corte Suprema de Justicia está cumpliendo con el papel jurídico legal que le corresponde", un 38.2% que está de acuerdo en que la Corte Suprema de Justicia está cumpliendo con el papel jurídico legal que le corresponde, contra un 27.5% en desacuerdo y un 34.3% que no sabe o no responde.

Y al afirmar: "La Asamblea Nacional está cumpliendo con su papel de formular las leyes de acuerdo a los intereses de todos los nicaragüenses."

- Un 41.5% está de acuerdo con el papel desempeñado por la Asamblea Nacional, un 35.3% en desacuerdo y un 23.2% no sabe o no responde.

El papel del EPS y la permanencia del General Humberto Ortega ha contribuido
a la estabilidad del país.

- Una mayoría del 50.4% considera que el papel del EPS y la permanencia del General Humberto Ortega ha contribuido a la estabilidad del país, contra un 38.6% que está en desacuerdo y un 11% no sabe o no responde.

- Por actividad ocupacional, la opinión pública sobre si el papel del EPS y la permanencia de Ortega ha contribuido a la estabilidad del país, opina que sí: el 66.4% de desempleados, el 57.1% de obreros/empleados, el 57.3% de estudiantes, el 44% de amas de casa y el 44.7% de trabajadores por cuenta propia.

- Por voto declarado en las elecciones del 25 de febrero de 1990, la opinión afirmativa sobre este tema es el 29.4% de la UNO, 83.9% de sandinistas, el 54% de voto secreto, el 50% de otros, mientras el 44% no responde.

El papel de los alcaldes

Al preguntar "¿Considera que el papel de los alcaldes es importante para lograr el desarrollo de los municipios? ¿Cómo considera el papel que los alcaldes han desarrollado hasta ahora?"

- El 92.7% coincide en que los alcaldes son importantes para el desarrollo de la comunidad (con igual nivel de consenso entre votantes sandinistas y votantes de la UNO).

- En relación al papel que ha desempeñado hasta ahora, hay una opinión polarizada entre un 28.8% que considera que ha sido bueno (43% de los votantes UNO y 13.3% de los votantes sandinistas) y un 25.1% que considera que ha sido malo (11.3% votantes de la UNO y 44.6% de votantes sandinistas). El 39.5% considera que su papel ha sido regular, con el mismo nivel de opinión entre ambos grupos de votantes.

Entendimiento nacional entre los nicaragüenses

"¿Cree que es posible lograr un entendimiento nacional entre los nicaragüenses?"

- Una mayoría significativa del 82.5% considera que es posible lograr un entendimiento nacional, contra un 12.5% que opina que no y un 5% no sabe o no responde.

La opinión pública a nivel de líderes políticos es la siguiente:

- Una mayoría de la opinión pública (del 57.7%) identifica a la Presidenta Violeta Chamorro como quien podría lograr un entendimiento nacional. Existe una opinión polarizada sobre el ex-presidente Daniel Ortega con un 42.1% que dice que sí y 43.1% no y sobre el Ministro de la Presidencia Antonio Lacayo, con 41.1% que dice que sí y 40.8% que no. Mientras, hay una opinión pública mayoritariamente desfavorable acerca de que puedan lograr un entendimiento nacional el Presidente de la Asamblea Nacional Alfredo César, con 26.3% que dicen sí y 50.5% que no, el Vicepresidente de la República Virgilio Godoy, con 25.2% que sí contra un 55.8% que no y el Alcalde de Managua, Arnoldo Alemán, con 23.4% que sí contra un 55.5% que no.

La opinión pública acerca de los bloques políticos, empresariales y sindicales y si pueden lograr un entendimiento nacional:

- En el bloque político hay opinión mayoritariamente negativa para el grupo de Virgilio Godoy, sobre el que apenas un 25.3% de los encuestados considera que puede lograr un entendimiento nacional. Hay opinión polarizada sobre este tema para el bloque de Antonio Lacayo, con un 40.5% que dice sí contra un 44.9% que no y para el FSLN con 42.3% que sí contra un 44.9% que no.

- En el bloque empresarial la opinión pública es desfavorable para el COSEP, con un 28.5% que dice sí contra un 54.1% que no y mayoritariamente favorable para la UNAG, con un 51.3% que dice sí contra un 34% que no. De todas las organizaciones, la UNAG tiene la mayor credibilidad como factor potencial de entendimiento nacional, incluso por encima del bloque de Lacayo y del FSLN.

- En el bloque sindical existe una opinión polarizada para el FNT y para el CPT respecto a si pueden lograr un entendimiento nacional.

En general hay una opinión mayoritariamente favorable, del 82.5%, de que se puede lograr un entendimiento nacional, pero respecto a quiénes pueden lograr ese entendimiento sólo hay una opinión mayoritaria sobre un individuo en la persona de la Presidenta de la República y sobre una sola organización, la UNAG.

Temas de mayor consenso en la vida nacional

En relación a la dinámica socio-política nicaragüense actual, el pueblo plantea el siguiente orden de prioridades en la agenda del país para un proyecto nacional: lograr la reconciliación entre todos los nicaragüenses, mantener y defender la soberanía nacional, responder a las demandas de tierra a través de la reforma agraria, alcanzar la estabilidad política y superar la crisis económica a través de un entendimiento nacional que involucre al gobierno, a la sociedad política y a la sociedad civil (lo anterior se considera también indispensable para la reconstrucción del país), la consolidación de la democracia, entendida ésta como la consulta al pueblo sobre decisiones nacionales importantes y el establecimiento de un Estado de Derecho, el que a su vez debe sustentarse en el respeto a los derechos humanos.

Un consenso muy alto alcanza en esta agenda la necesidad de construir un Proyecto Nacional para Nicaragua, aunque el porcentaje de opinión se reduce con respecto a la posibilidad de lograr un entendimiento nacional entre todos los nicaragüenses, opinión que también alcanza consenso entre los consultados.

Por último, con respecto a las relaciones internacionales, hay consenso en que debe haber una política pluralista e independiente.

Las respuestas que en la encuesta alcanzan los puntos de mayor consenso son:

- La Reconciliación Nacional: un 96.3% de los consultados.

- La Defensa de la Soberanía: un 95% opina que Nicaragua debe defender su soberanía.

- La Reforma Agraria: un 93.3% está convencido que la reforma agraria debe resolver el problema de las necesidades y las demandas de tierra.

- Estabilidad Política y Superación de la Crisis: un 91.3% opina que todos los partidos políticos, el gobierno y las organizaciones gremiales, sindicales y sociales deben ponerse de acuerdo para superar la crisis económica y lograr la estabilidad política en el país.

A su vez, la opinión alcanza un nivel de 90.7% al afirmar que para lograr la reconstrucción del país todos los sectores deben colaborar, aun por encima de sus propios intereses económicos y políticos.

- Aspiraciones sobre la democracia: el 91.2% considera que para que haya una verdadera democracia, el pueblo debe ser consultado sobre decisiones importantes y tener participación en la solución de sus problemas.

- El 89.6% dice que para que haya democracia en Nicaragua es necesario que exista un Estado de Derecho y para un 88.1% la construcción del Estado de Derecho debe estar ligado al respecto de los derechos humanos y constitucionales.

- Proyecto Nacional: el 90.9% considera que es menester la búsqueda de un Proyecto Nacional, mientras a su vez, una mayoría muy significativa, del 82.5%, cree que es posible lograr un entendimiento nacional entre todos los nicaragüenses.

- Un 83.8% opina que Nicaragua debe tener una política internacional pluralista, no alineada e independiente.

Esta agenda puede constituir un contenido muy importante para lograr la realización de ese Proyecto Nacional y ese entendimiento común, ya que la opinión pública sobre estos puntos está en concordancia con las consideraciones planteadas por agentes políticos claves en la vida nacional.

El modelo de país

En la encuesta sobre la dinámica socio-política se preguntó "¿Cómo qué país quisiera que fuera Nicaragua?"
- En la encuesta nacional de agosto/90, un 36.1% dice que como Costa Rica: 24.3% como Nicaragua; 9.7% como Estados Unidos, 4.9% como Cuba y 2.6% como México.

- En la encuesta de junio/91 aparece primero como Nicaragua con el 28%; como Costa Rica con el 25.2%; no saben o no responden el 18.8%. Como Estados Unidos opinó el 10.6% como otros el 7.1%, como México el 0.1%, como Cuba el 3.2% y como la Unión Soviética el 1%.

Como se puede observar, hay una posición nacionalista del 28% de la opinión pública, que opta porque Nicaragua sea como Nicaragua, pero una proporción casi similar, del 25.2%, quisiera que Nicaragua fuera al estilo de Costa Rica, mientras un 10.6% quisiera que fuera como Estados Unidos. Entre ambas encuestas nacionales hay un 2.7% de aumento en un modelo de país como Nicaragua y un 10.9% de descenso en que el país sea como Costa Rica.

- Según la actividad laboral, la mayor opción nacionalista está entre los desempleados, con un 43%, mientras en las otras actividades económicas aparecen cercanos a la media nacional. La excepción la constituyen los trabajadores por cuenta propia y los dueño/patrón, que opinan más porque Nicaragua sea como Costa Rica, con el 31.1% y el 30% respectivamente, contra un 23.5% y un 20% que opina como Nicaragua.

El mayor porcentaje que desea el modelo de Estados Unidos está entre los estudiantes, con un 18.8%.

- La opinión sobre qué modelo de país quisiera que fuera Nicaragua, según el voto declarado en las elecciones de febrero/90, refleja que la posición nacionalista más alta -con 36.1%- aparece en la opinión de los votantes del FSLN. Sin embargo, hay un 17.2% del mismo FSLN que quisiera que Nicaragua fuera como Costa Rica y un 20.4% no sabe o no responde qué modelo de país. Un 7.4% de los mismos opina que fuera el modelo de Cuba y un 2.1% el de la URSS, mientras un 3.5% que fuera el de los Estados Unidos.

De los que tienen voto secreto, un 30% tiene opción nacionalista y un 19.1% como Costa Rica, un 10% como Estados Unidos.

En cambio, entre los votantes de la UNO, la respuesta mayoritaria es que Nicaragua sea como el modelo de Costa Rica, con un 35.3%, contra una posición nacionalista del 21.1% y un 14.8% que se inclina porque sea como Estados Unidos.

Aspiraciones para el futuro de Nicaragua

Las mayores aspiraciones de la opinión pública para el futuro de Nicaragua son:

- La paz social: 85.3%
- La solución de la crisis económica: 78.1%
- El entendimiento y unidad entre los nicaragüenses: 73.8%
- El apoyo financiero de otros países: 72.4%
- El respeto a los derechos constitucionales: 70.4%
- La consolidación de la democracia: 67.2%
- El entendimiento respetuoso con los Estados Unidos 62%
- El preservar las conquistas de la revolución: 52.1%

De las respuestas positivas sobre las aspiraciones para el futuro de Nicaragua, de acuerdo al voto declarado:

- Hay consenso entre los votantes UNO, del FSLN y entre los que declaran que el voto es secreto, en torno a que las máximas aspiraciones para el futuro son la paz social (83.4%, 87.7% y 85.5%, respectivamente) y la solución de la crisis económica (73%, 85.3% y 82.7% respectivamente).

También hay consenso sobre un segundo conjunto de aspiraciones, que incluyen el entendimiento entre todos los nicaragüenses (71.8%, 79.6% y 76.4%), el apoyo financiero de otros países (62.7%, 78.2% y 76.4%) y el respeto a los derechos constitucionales (68.2%, 75.1% y 79.1% respectivamente).

En un tercer conjunto de aspiraciones, con niveles de consenso que van del 60% al 72% en las opiniones de los diversos sectores políticos, están: la consolidación de la democracia y el entendimiento respetuoso con los Estados Unidos.

No se observa el mismo consenso sobre la defensa de las conquistas de la revolución, pues aunque el 75.1% de los votantes del FSLN y el 59.1% de los "voto secreto" plantean esto como una aspiración, sólo un 36.5% de los votantes UNO lo comparten.

No obstante, resulta significativo que una minoría importante (36.5%) de quienes le dieron su voto a la UNO, reconozcan y aspiren a preservar las transformaciones revolucionarias.

Cuyuntura económica

Un 53.8% señalan que el principal problema de Nicaragua es la crisis económica y un 5.3% el desempleo, dentro de un 59.1% que identifican los problemas económicos como los principales mientras un 13.1% indica que son las tensiones políticas y apenas un 6.7% aprecia el peligro de una nueva guerra.

Condición Económica y Social Actual

- Hay una respuesta polarizada sobre la situación económica actual después del cambio de gobierno. Un 36.1% considera que la economía está mejor, un 26.5% que está igual, un 34.8% que está peor y 2.6% no sabe o no responde.

- En cambio, una mayoría del 66.8% considera que hoy el desempleo es mayor, un 14.8% que es menor, un 14.3% que está igual y un 4.1% no sabe o no responde.

- Sobre la salud y educación, un 45.7% opina que esos servicios están peor, un 26% igual, 24.6% mejor y 3.7% no sabe o no responde.

- Sobre el salario real, 46.9% respondió que ha disminuido, un 15.1% que ha aumentado y un 31.2% que se mantiene estable.

- Hay una opinión mayoritaria del 56.8% que considera que las medidas de ajustes realizadas por el gobierno el 3 de marzo para la recuperación económica son correctas, un 34.7% respondió que no y un 8.5% no respondió.

- En las expectativas futuras, un 28% opina que la inflación será mayor el próximo año, 27.8% que será menor, 20.7% que será igual. Para un 37.1% el desempleo será mayor, 27.8% que será menor y 16.8% que será igual. Sobre los servicios de salud y educación, un 36.2% opina que será mejor, contra un 25% que considera que será peor y un 20.7% que será igual.

- Sobre la economía en su conjunto, una minoría simple pero significativa del 40.1% considera que la situación económica para el próximo año estará mejor, contra un 24.6% que considera que estará peor, mientras 15.8% cree que estará igual y un 19.5% no respondió.

- Hay un 55.9% de la opinión pública que considera que el próximo año la situación económica estará igual o mejor. Estas expectativas de mejoría económica significan un capital político en materia económica no sólo para el gobierno sino para las fuerzas políticas, económicas y sociales del país.

Gobierno, partidos políticos,gremios y sindicatos ante un entendimiento nacional.

A la pregunta abierta :

¿Qué debe hacer el gobierno?

las respuestas son:

- Un 13.3% cree que el gobierno debe decir que el problema económico no tiene solución a corto plazo, un 10.6% opina que debe respetar los acuerdos de transición, 6.3% que debe mantener el diálogo nacional, 5.5% que debe darle tierra a todos los desalzados, 4.1% que debe pedir más sacrificio a los ricos, el 50.6% dio otra gama de respuestas y 9.6% no respondieron.

"¿Qué debe hacer el COSEP y los empresarios?"

- Un 29.2% señala que tanto el COSEP como los empresarios deben invertir en Nicaragua y apoyar la concertación, un 26.2% que deben invertir en Nicaragua, un 25.7% que deben apoyar la concertación, 8.4% otras respuestas y 10.5% no respondió. Es significativo que un 81.1% de la opinión pública demanda del COSEP que invierta en Nicaragua y/o apoye la concertación.

"¿Qué debe hacer el FSLN?"

- Para un 24.8% de la opinión pública, el FSLN debe ponerse de acuerdo con el gobierno, para un 18% debe dejar gobernar en paz, para un 9.5% luchar por las conquistas de la revolución, para el 4.8% dejar gobernar en paz y ponerse de acuerdo con el gobierno, para un 0.8% devolver las propiedades, un 34.9% dio otras respuestas y el 7.2% no respondió.

"¿Qué deben hacer los trabajadores?"

- Un 15.2% opina que trabajar más. Luchar para que no haya más desempleo el 11.9%, dejar de hacer huelgas el 9.3%, luchar por un salario digno el 5.7%, por un salario digno y no más desempleo el 4.1%. Otras respuestas: 49.1% y no respondió el 4.8%

"¿Qué deben hacer los partidos políticos"

- Un 31.8% señala que deben preocuparse más por los problemas del pueblo, un 7.4% opina que deben garantizar que no haya más guerra, un 4.8% señala que debe aceptar la existencia del sandinismo y preocuparse por los problemas del pueblo, un 4.3% opina que deben hacer desaparecer al sandinismo, un 4.2% que deben aceptar la existencia del sandinismo, un 39.3% dio otras respuestas y el 8.2% no respondió.

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