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Universidad Centroamericana - UCA  
  Número 116 | Junio 1991

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Nicaragua

El FISE: la respuesta de AID al desempleo

El plan de ajustes genera desempleo. Y la AID, a través del FISE, Fondo de Inversión Social de Emergencia, ¿cuántos y qué clase de empleos genera?

Equipo Envío

El FISE (Fondo de Inversión Social de Emergencia) ha sido presentado triunfalmente por los funcionarios del gobierno como la solución al creciente desempleo. El Ministro de la Presidencia, Antonio Lacayo, prometió que a través del FISE se generarían unos 8 mil nuevos puestos de trabajos en el mes de marzo, primer mes del ajuste estructural. Pero las estadísticas oficiales facilitadas por la AID -financiadora del FISE- indican que a finales de abril se habían generado menos de 2 mil. Tanto los alcaldes de la UNO como los del FSLN critican duramente este proyecto, en el que se suponía ellos iban a tener una participación importante. También lo han criticado los sindicatos de trabajadores de la construcción -se habló sobre todo, de la generación de empleos en esta rama-, cuyos afiliados están actualmente en su mayoría desempleados. Críticas hay también entre quienes trabajan dentro del programa FISE.

Todos los gobiernos centroamericanos y muchos otros gobiernos latinoamericanos tienen sus propios "fises", programas similares al nicaragüense, establecidos para aliviar los desastroso efectos de los planes de ajuste que están imponiendo a sus pueblos, iguales al que Nicaragua inició el pasado 4 de marzo. La AID, que ha provisto fondos para el FISE Nicaragüense, ha jugado en todo el continente un papel fundamental en el diseño de la organización, decisiones y prioridades de este tipo de programas.

Nacimiento del FISE

La necesidad de crear un programa de inversiones públicas que generara nuevos puestos de trabajo y rehabilitara la infraestructura nacional al término de la guerra fue ratificada por todos los sectores que participaron en el proceso de concertación económica iniciado en octubre/90. Para entonces, el FISE ya existía como un proyecto especial dentro del Instituto nicaragüense para el Fomento Municipal (INIFOM). Fue a finales de 1990 que se convirtió en una entidad independiente, a pedido -según el Ministro de INIFOM, Santiago Rivas- "de los países donantes", es decir de la AID. Actualmente, el FISE depende directamente del Ministerio de la Presidencia.

El primer capital con el que el FISE empezó a trabajar fue una donación de 10 millones de dólares de la AID. Este dinero fue destinado específicamente para pequeños proyectos municipales que tuvieran un "impacto social". Su primer objetivo era, en cualquier caso, la generación de empleos, dada la alta tasa de desempleo existente en el país. La AID ha prometido otros 10 millones para el programa y el BID, 4 millones para un proyecto piloto que tiene diferentes prioridades, pero que incluye también proyectos para la reparación de carreteras y edificios.

Aunque algunos proyectos municipales quedaron aprobados ya desde octubre/90, la AID no entregó el primer millón y medio de dólares hasta enero/91. El alcalde de al UNO en Nagarote, Luis Manuel Gallo, afirma que a él le prometieron fondos para la reparación de un cauce a comienzos de noviembre, que la promesa se le reiteró en diciembre y en enero, pero que a finales de mayo no había recibido un solo centavo, con lo que la obra llega tarde por la entrada del invierno.

¿A qué se debe este retraso? Según Julio Villanueva, antiguo vicedirector ejecutivo del INIFOM, una de las razones es que el Ministro Antonio Lacayo rechazó la primera intención de convenio presentada por la AID y esto provocó un retraso de unos cuatro meses en la entrega de los fondos, e incluso en determinado momento puso en peligro el que llegaran a entregarse. Villanueva cree que al comienzo la AID tuvo la intención de crear una organización independiente, directamente administrada por ellos y sin ninguna participación gubernamental.

El director de FISE, Carlos Noguera, culpa del retraso inicial a la reticencia de la AID en aprobar fondos para proyectos tan mediocremente diseñados como los que se habían presentado. Pero ahora, que ya existen unos 400 proyectos, nadie cree que éste sea el problema. Según la AID, la demora se debió a la falta de organización, de documentación y de experiencia que tienen los organismos nicaragüenses que son su contraparte.

Según Rivas, 3 de los 6 millones que hasta el momento la AID tiene comprometidos para proyectos en todo el país, sólo 3 han sido desembolsados cree también que los 10 millones se gastarán en sólo seis meses.

El proceso de aprobación de los proyectos

Para tener una idea clara de los recovecos del sistema, hay que conocer cuál es el papel que juega cada quién en cada una de las etapas del camino. Teóricamente, los proyectos tienen un mismo proceso en su diseño e implementación. Los funcionarios municipales locales diseñan los proyectos y los envían a la oficina regional de INIFOM para su revisión. Después, INIFOM los envía al FISE en Managua o los devuelve al municipio para que sean mejorados o retrabajados. Una vez que el FISE recibe los proyectos, éstos pasan por otra revisión técnica en CISCONCO, una firma de ingenieros consultores nicaragüenses contratada por la AID. Después de esta revisión, el FISE y la AID, conjuntamente, rechazan o aprueban cada uno de los proyectos. Entre los aprobados se establecen los que serán priorizados. También se les hacen ajustes en su diseño o en sus costos.

El control para la realización de cada uno de los proyectos aprobados se pone a licitación entre los contratistas privados nicaragüenses. El contratista que aspire a ser elegido para la ejecución del proyecto tiene que entregar antes una sustanciosa fianza, lo que limita la elección sólo a los más fuertes económicamente. Los contratistas seleccionados deben ir a Managua para firmar el contrato con FISE y para recibir los fondos, que les llegan quincenalmente. El contratista contrata directamente a los trabajadores que necesite y - según el ingeniero del FISE, Humberto Aranda - el proyecto es supervisado en el terreno por CISCONCO y por la AID e indirectamente por INIFOM y por FISE. El delegado de INIFOM en León, Fernando Mayorga, afirma: "Hay parámetros que han ido cambiando, porque a veces la AID ha sido bien exigente en pedir muchos requisitos para que el proyecto sea ejecutado como tiene que ser. Por eso existe una doble supervisión".

Los proyectos deben satisfacer varios criterios clave para ser financiados, pero ninguno de los entrevistados - del FISE o de INIFOM - mencionó los mismos criterios. Por ejemplo, Mayorga afirma que al menos el 40% de los fondos para el proyecto debe destinarse a los salarios de los trabajadores. Según Aranda, que trabaja en el diseño de los proyectos FISE, este monto debe ser el 35%. Noguera afirma que es el 30% y señala también que el proyecto debe de ser presentado por la alcaldía, debe estar destinado a resolver problemas de infraestructura económica o social y no puede tener efectos negativos en el medio ambiente. Aranda hace énfasis den que el 90% de los trabajadores deben de ser del área donde se realiza el proyecto y que en el proyecto se deben usar únicamente materiales locales. En lo único en lo que todos coinciden es que el contratista debe de ser del sector privado.

La marginación de los alcaldes

Oficialmente, este programa fue presentado como un proyecto municipal. Describiendo la formación del FISE, el Ministro Rivas afirma: "Se consideró al nivel del gobierno central que las personas que podían manejarlo en una forma más eficiente y que estaban más en contacto directo con la población eran las alcaldías municipales. Y fueron los alcaldes los escogidos para el manejo de estos fondos". A pesar de esto, nunca el dinero de los proyectos pasa por las manos de ningún alcalde. Una vez que el proyecto está escrito, las alcaldías no tienen prácticamente ningún otro papel que jugar en el proceso. Tanto los alcaldes de la UNO como los del FSLN han calificado el proceso de burocrático, centralizado e ineficiente. Reflejando este unánime punto de vista, Gallo, el alcalde de Nagarote, afirma que esto "lesiona la autonomía, en el sentido de que no toman en cuenta al municipio, no toman en cuenta al alcalde, y al alcalde quizás lo están mirando como inoperante o incapaz". En su opinión, deben ser los municipios quienes abran cuentas especiales para recibir los fondos, que serían supervisadas por el FISE.

Algunos alcaldes se quejan también de que ellos acuden entre 40 y 50 personas diariamente pidiéndoles trabajo, alentados por la permanente y triunfalista propaganda gubernamental sobre nuevos proyectos de construcción en los municipios destinados a generar empleos. Encima de que esos empleos no son tantos, son los contratistas privados y no los alcaldes quienes pueden dar esos trabajos y escasamente hay más de un proyecto - si lo hay - por municipio - con la excepción de Managua -, con lo que la propaganda del gobierno supera en mucho la oferta de trabajo y la demanda de los desempleados y los alcaldes no pueden dar respuestas...

Noguera defiende el proceso que sigue FISE: "Nosotros creemos que la eficiencia se logra con la reactivación de los contratistas privados, el objetivo es generar empleo. Y lo que puede suceder muchas veces es que si el dinero va por la vía de los alcaldes, éstos le van a dar los trabajos a gente que ya tiene empleo". No explica, sin embargo, por qué los alcaldes darían trabajo a quienes ya lo tienen y lo harían así los contratistas privados... Noguera alaba la calidad de los trabajos que se están haciendo y la rapidez con la que los proyectos llegan a estar concluidos. Afirma que todo este programa beneficia a los alcaldes porque son ellos quienes presentan el proyecto, son contratistas locales quienes se desarrollan - como parte de la industria local de la construcción - y el proyecto genera empleo en la localidad. "De todos modos - añade - éstos son los mecanismos que han establecido como los más idóneos para implementar el programa".

Un funcionario de una alcaldía sandinista critica la cantidad de dinero que se está derrochando al duplicar funciones, porque en lugar de mejorar las alcaldías trabajando con ellas, el gobierno ha creado una burocracia paralela. Los alcaldes señalan también que ellos podrían ahorrar dinero del que se destina para los proyectos, contratando directamente para su ejecución, por ejemplo, a maestros de obra que ya conocen, en lugar de que esta decisión quede en manos de grandes compañías privadas. Estos maestros de obra raramente tienen capacidad económica para ser elegidos a la hora de la licitación de los contratos del FISE, pero después aparecen subcontratados por el contratista privado.

¿Quién recibe la ayuda?

Según las cifras oficiales del FISE, en los 32 proyectos que actualmente están en marcha a niel nacional se está usando casi una tercera parte de los primeros 10 millones de dólares. Otros 40 proyectos más están ya en la fase de licitación y en ellos se emplearán otros 4 millones y medio. Con unos 400 proyectos en lista, es evidente que no podrán satisfacerse todas las necesidades, incluso con tanto con el segundo paquete de 10 millones de la AID.

¿Cómo son priorizados los proyectos, si todos presentan los requerimientos básicos para ser elegidos? Nuevamente se observan discrepancias entre los entrevistados a la hora de responder a esta pregunta. Según Noguera, se priorizan las regiones, basándose en "un mapa de pobreza que existe en el país, que nos indica las regiones en donde las condiciones básicas de la población están deterioradas y están insatisfechas".

Por otro lado, Rivas afirma que INIFOM juega un papel clave en el establecimiento de las prioridades del FISE identificado "los municipios en los que nos pueda surgir un problemita a corto plazo". Estos municipios serían los lugares "en donde la población está regresando de forma más acelerada, sean repatriados de la Resistencia o desmovilizados del ejército". Rivas afirma que no existen "criterios políticos" en la selección. Para Mayorga la prioridad son los proyectos capaces de generar más empleos y por eso muchos de los proyectos en marcha actualmente son los que tienen que ver con el adoquinamiento de calles. Según él, los relacionados con la salud y educación también son prioritarios.

Mientras Noguera señala que los proyectos están priorizados según las necesidades, el ordenamiento regional hecho por el FISE lo contradice, según puede leerse en un documento en el que se presenta lo que es FISE y cuáles son los objetivos del programa. Este documento fue escrito por la oficina de la Presidencia y el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), en colaboración con los Ministerios de Salud, Trabajo y Economía y Desarrollo de Nicaragua y la Organización Panamericana de la Salud y otras organizaciones no-gubernamentales.

En el texto se priorizan 32 municipios, basándose para ello en el índice de mortalidad infantil y en los datos del censo escolar sobre la edad y la estatura de los alumnos. "El indicador talla/edad en escolares - explica el documento - expresa la historia nutricional de una determinada zona geográfica y es considerado un indicador indirecto de su nivel de desarrollo". Esta clasificación sirve para una priorización de los municipios del país, en este orden por regiones: VI,IV,V,I,II y finalmente la III, Managua. Pues bien, esta clasificación y esta priorización difieren fundamentalmente de las prioridades establecidas actualmente por FISE, especialmente en lo que se refiere a las regiones III y IV. Noguera afirma que entre el 30 y el 35% del total de dinero de la AID está destinado a Managua, el 10-15% a las regiones VI y V, el 10% a la región I y algo menos a las regiones II y IV. (Aunque algunos proyectos en la Costa Atlántica serán financiados con el programa FISE, la AID aprobó específicamente un monto adicional de 5 millones 400 mil dólares para la Costa).

Muchos se quejan de que Managua está recibiendo incluso más del 35% de los fondos. Según datos del FISE, Managua tiene actualmente 12 proyectos en marcha, que emplean el 55% del dinero destinado a los 32 primeros proyectos que se realizan a niel nacional. Esto molesta a los alcaldes de otros lugares, que han tenido suerte si consiguieron un solo proyecto para su pueblo o ciudad. "Es cierto que Managua tiene problemas - afirma uno de los descontentos - pero allí los problemas son algo estructural. Lo importante es detener la migración a Managua y hacer que la gente se quede en el campo, donde puede producir".

Aunque la propaganda gubernamental dice lo contrario, la realidad es que los pequeños y remotos municipios de escasos recursos tardarán mucho en ser los beneficiarios priorizados por este programa. Mayorga señala que en la región II sólo uno de los primeros cuatro proyectos aprobados se está llevando a cabo en una comunidad de este tipo. Noguera lo explica señalando que los municipios más pobres son menos capaces de diseñar y desarrollar propuestas aceptables para proyectos e informa que el FISE ha abierto un departamento para la promoción de nuevos proyectos, que busca precisamente ayudar a estos municipios más pobres.

En algunas críticas se señala que el FISE emplea criterios puramente políticos en la priorización de los proyectos. Algunos alcaldes que pertenecen al pro-godoyista Movimiento "Salvemos la Democracia" protestan porque dicen haber sido discriminados, mientras que otros alcaldes señalan que es a los miembros de este Movimiento a quienes el FISE favorece. Algunos sandinistas sostienen que los municipios que tienen alcaldes del FSLN han sido selectivamente ignorados en el programa.

En los primeros 32 proyectos que se realizan a nivel nacional, más de la mitad están en municipios que tienen al frente a alcaldes miembros de "Salvemos la Democracia", incluyendo entre ellos al alcalde de Managua, Arnoldo Alemán. Algunos de estos municipios de la región V - cuyos alcaldes participaron en la asonada de noviembre/90 - parecen haber sido elegidos para aliviar así las tensiones entre el Movimiento godoyista y el gobierno central. Mientras 30 de los 130 municipios del país - exceptuando los 13 municipios de la Costa - tienen alcaldes sandinistas, sólo 5 alcaldes del FSLN se han beneficiado con alguno de estos 32 proyectos. Los sandinistas han recibido solamente el 15.6% de los proyectos y el 12.4% de los recursos.

En los próximos que van a realizarse, unos 40 más o menos, se intentará equilibrar la situación: un 30% de los municipios seleccionados tienen alcaldes sandinistas.

En la Managua del Alcalde Alemán, Villanueva afirma que todos los proyectos que diseña la alcaldía están localizados en barrios que votaron por la UNO, señalando que esto se hace por voluntad de la AID y que todos los proyectos que presentó la Alcaldía de Managua - elaborados en unas dos semanas - eran totalmente rechazables en términos técnicos, pero que al día siguiente ya estaban re-diseñados y listos. Es fácil suponer que fue la AID quien hizo este diseño relámpago...

¿Se está dando respuesta al desempleo?

Quizás la falla mayor del FISE es su incapacidad para resolver el problema del desempleo. Noguera afirma que a comienzos de mayo se habían generado trabajo para casi 6 mil "hombres-meses y pronosticó que al finalizar mayo habrían 12 mil nuevos empleos. En realidad, a comienzos de mayo se habían creado solamente 2 mil puestos de trabajo, cada uno con una duración de 3 meses. Esta cifra coincide más o menos con la de los informes de la AID, que hablan de 1,800 empleos.

Sobre su pronóstico, no existen datos todavía, pero lo único que parece verosímil es que a finales de mayo se hubieran creado otros 2 mil empleos de 3 meses de duración. El empleo del ambiguo término "hombre-mes" hace que el proyecto aparezca con mucho más impacto del que realmente está teniendo.

Una rápida mirada a los proyectos que se realizan en Managua muestra que el principal de todos ellos, un sistema de drenaje en la Avenida Monumental, que durará cuatro meses y que cuesta unos 350 mil dólares - el mayor presupuesto, con mucho, de todos los otros proyectos - emplea únicamente a 69 personas. Según su director, el proyecto se inició con un total de 85 trabajadores, pero varios lo abandonaron y él decidió que no era necesario reemplazarlos. Guillermo Hernández, subcontratista de un proyecto en Batahola Norte, dice que su proyecto emplea a 80 personas, pero los trabajadores que lo llevan a cabo sostienen que no han pasado de ser 25 ningún día. Para que fueran ciertos los 6 mil nuevos empleos de los que habla Noguera, sería necesario emplear en los próximos 40 proyectos un promedio de 150 personas en cada uno.

No todos los trabajadores que han sido empleados en estos proyectos eran desempleados. Un número significativo de ellos - todos los obreros calificados que entrevistamos en Managua - están asignados a varios proyectos a la vez y no todos ellos son proyectos del FISE. Varios viven en otros municipios, fuera de Managua. Todos se quejaron de los salarios. Los trabajadores no calificados tienen un salario mínimo de 60 córdobas a la semana - sin comida - y otros incrementos por tarea, pero lo máximo que ha llegado a ganar alguno de los entrevistados en una semana han sido 120 córdobas.

El mayor sindicato de obreros de la construcción, el SCAAS, informa que de los 15 mil miembros con que cuenta en Managua, sólo mil trabajan para proyectos del FISE. La gran mayoría de los afiliados al SCAAS están desempleados. Eduardo Aburto, de este sindicato, critica a los contratistas del FISE por reducir los salarios de los trabajadores con tal de ganar la licitación, en vez de reducir sus propias ganancias. Y reclama que, aunque está establecido que el 35% del presupuesto de cada proyecto debe destinarse a los salarios, una significativa porción de ese 35% va a parar a las manos del subcontratista. Por eso afirma que el sindicato ha tenido un encuentro directo con un funcionario de la AID para exigirle mejores salarios y mejores condiciones de trabajo. "Con tal de ahorrar dinero, los contratistas ni siquiera nos dan agua para beber en el lugar de trabajo", dice.

Crítica de largo plazo para una solución de corto plazo

El programa de empleos municipales que está patrocinando la AID es una respuesta de cortísimo plazo a un problema de muy largo plazo. No sólo porque los empleos generados no pasan de los tres meses, sino porque en general los mismos proyectos no resuelven las más importantes necesidades de la población. De los primeros 32 proyectos, 25 tienen que ver con el adoquinado de calles o la construcción de aceras, 5 son sistemas de drenaje para aguas pluviales, 1 es un puente y 1 es la reparación de una escuela.

Noguera aprovecha el tema de la selección de los proyectos para criticar aún más a los alcaldes. "Un fenómeno que se presenta muchas veces - afirma - es que un alcalde plantea que quiere reparar su parque, por ése no es el proyecto más importante para su comunidad. A lo mejor, lo más importante es el agua potable, o un drenaje sanitario o la reparación del centro de salud o la escuela".... No queda claro por qué la oficina del FISE en Managua sabría mejor que el alcalde lo que es más importante en una localidad. No queda claro tampoco la diferencia que hay entre lo que el FISE prioriza y las prioridades que Noguera critica a los alcaldes... Rivas va más al fondo y señala que el problema tiene que ve con la misma estructura del programa FISE: "En algunos casos los alcaldes presentaron proyectos de agua potable, por ejemplo, pero para eso teníamos que hacer antes el análisis del agua y como los laboratorios no tienen reactivos... Entonces era más fácil meterse a adoquinado, que es una de las cosas que también más comúnmente nos solicitan".

Un ajuste "con rostro humano" - como ahora se dice - implicaría que un programa de obras públicas se propusiera:

1) beneficiar a la población de más bajos recursos,
2) ofrecer buenos salarios, como una forma de contribuir a corto plazo a la subsistencia de los trabajadores
3) contribuir que a mediano plazo los grupos más empobrecidos puedan ir satisfaciendo sus necesidades básicas, a través, por ejemplo del entrenamiento que les proporciona un trabajo,
4) dedicar una alta proporción del presupuesto al rubro salario,
5) promover trabajos que sean inversiones sociales o productivas útiles.

El proyecto piloto del BID, de 4 millones, se acerca algo más a estas características. Los fondos del BID nos serán empleados únicamente para la reparación de calles o de edificios, sino en la creación de programas de nutrición para madres y niños, en el entrenamiento ocupacional y en la construcción de nuevas instalaciones relacionadas con la infraestructura social - centro de salud, escuelas y centros infantiles -.

En otros países, programas similares al del FISE han sido muy criticados por su evidente intento e cambiar la concepción popular de la pobreza. En primer lugar, presentan la pobreza simplemente como el "costo social" e las necesarias medidas de ajuste, en lugar de enfrentarla como lo que es: un problema estructural que tiene que ver precisamente con un modelo económico y social que están tratando de preservar a toda costa estos mismos ajustes.

En segundo lugar, tener empleo, vivienda, educación y salud - rubros donde se hacen los primeros grandes recortes al implementar un plan de ajuste - comienzan a ser, en vez de derechos de todos, que deben ser garantizados por el Estado y que son una prioritaria responsabilidad estatal, la responsabilidad caritativa de programas asistenciales, que se presentan como un generoso aporte con el que se trata de ayudar a los "desprotegidos", a los "sectores menos favorecidos", etc.

Se pretende restablecer así la imagen paternalista de un Estado Benefactor, aún cuando la crisis tan profunda que vive el país demuestra a diario la incapacidad del Estado para atender aún en lo básico a la población de la que es responsable, porque sólo está preocupado, en el fondo, por garantizar los privilegios de unas minorías, entre las que se encuentran los mismos funcionarios de ese Estado.

Mientras programas como el FISE sigan siendo diseñados para dar respuestas cortoplacistas a necesidades que son de fondo, no estarán enfrentando el desafío de la pobreza estructural. Una respuesta real sólo puede darse atacando las causas y no los efectos de la pobreza. Programas como el de Empleo Mínimo (PEM), que se llevaron a cabo durante el gobierno de Pinochet en Chile y que son similares al del FISE, han incrementado las desigualdades, pues a la larga hicieron aún más ricos a unos empleadores que sólo emplearon temporalmente a la masa de desempleados chilenos, que hoy sigue siendo pobre y sigue sin empleo...

El control de la AID

El FISE es algo más que la AID, pero la AID ha jugado un importante papel en la organización del FISE. Fue la AID quien solicitó que el FISE saliera de la tutela de INIFOM. Actualmente bajo la dirección de un ministro-director designado unilateralmente por la Presidencia, INIFOM pasará a ser en noviembre un equipo de 40 miembros (los 17 alcaldes de las capitales departamentales y otros 17 alcaldes elegidos entre todos los de los municipios de cada uno de esos departamentos, más otras 6 personas nombradas por la Presidenta). Será este equipo el que eligirá al nuevo director de INIFOM. Hay quien afirma que lo que la AID quiere es más control financiero del que este equipo le permitiría y menos debate del que le plantearía y por eso fue que, con tiempo, sacó al FISE de INIFOM.

Es exigencia de la AID el que los fondos no pasen a través de las alcaldías sino que vayan directamente a manos de los contratistas desde la oficina central de Managua. La AID tiene un representante trabajando a tiempo completo en la oficina de FISE, la AID prioriza los proyectos para su financiamiento y según los empleados del FISE, la AID supervisa directamente los proyectos en el terreno. Las prioridades establecidas el año pasado por el primer equipo que tuvo el FISE antes de salir de INIFOM, fueron descartadas o al menos, ignoradas. Noguera afirma no estar "autorizado" para revelar cuántos son los fondos de la AID que ya se han desembolsado y Rivas declara que "a la AID no le gustaría" que él diera ciertas informaciones sobre los proyectos. A pesar de todo, Aranda afirma que las cuentas del FISE están abiertas al público".

Según Villanueva, el primer contrato con la AID -el que Lacayo habría rechazado - "hubiese sido más honesto que el que existe ahora, porque ahora el convenio dice que el que controla es el gobierno, pero de hecho, quien aprueba o no son los especialistas de la AID y son ellos los que finalmente desembolsan el dinero".

No está claro aún qué papel jugará la AID cuando futuras donaciones - de la misma AID de otros organismos - se canalicen a través del FISE a nuevos proyectos. Pero no hace falta pensar mucho para imaginarlo.

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