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Universidad Centroamericana - UCA  
  Número 17 | Noviembre 1982

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Nicaragua

Mískitos en Honduras y Nicaragua: un pueblo dividido ¿una bandera manipulada?

¿Cuál es la situación de los mískitos desplazados, tanto de un lado como de otro lado de la frontera, en esta amplia zona, que no conoce fronteras legales y que es la Moskitia, hondureña y nicaragüense?

Equipo Envío

La alta tensión política y militar vivida en la Costa Atlántica nicaragüense (zona norte del Departamento de Zelaya) en los últimos meses del pasado año y en el mes de enero de 1982 culminó con la evacuación de miles de mískitos que vivían en la orilla del Río Coco a nuevos asentamientos instalados por el gobierno nicaragüense en una franja de unos 70 kms. situada entre Rosita y Puerto Cabezas.

Por otra parte, otros miles de mískitos atravesaron entonces -o habían atravesado ya- la frontera con Honduras y allí viven como refugiados. ¿Cuál es la situación de estos desplazados, tanto de un lado como de otro, en esa amplia zona, que no conoce fronteras legales y que es la Moskitia, hondureña y nicaragüense?

Etapas previas al reasentamiento

Las tendencias que hoy se observan en los asentamientos a los que el gobierno sandinista llevó a 10,000 mískitos (la sexta parte de la población total mískita ) deben inscribirse en varios ejes: la organización social de las comunidades, el ámbito de la producción y el mercado de fuerza de trabajo y el renglón de la ideología y sus instituciones. Es importante valorar también el espacio de las expectativas sociales y la articulación de estas comunidades con el Estado. Antes de la evacuación y reasentamiento -y según este esquema- se podrían distinguir cuatro etapas:

- El tiempo del Río Coco (hasta 1978)
- La pre-insurrección (1978-julio 1979)
- El primer momento de la revolución (julio 1979-enero 1981)
- La agudización de las contradicciones (febrero-diciembre 81).

El tiempo del Río Coco (hasta 1978)

A nivel de organización social, las comunidades mískita s de la Costa estaban agrupadas en núcleos comunitarios pequeños, diseminados por la región, adaptándose éstos al tipo de ecosistemas accesibles. Dentro de la comunidad, el núcleo familiar era básicamente la columna vertebral y era la madre quien, en gran medida, centralizaba a la familia y la conectaba con las familias de otros poblados. Por la madre los hijos descubrían la red social de relaciones de parentesco, a través de toda la amplia zona mískita .

La religión, por su parte, evolucionó de ser un elemento exógeno a la cultura - los moravos tienen su origen en la Europa Central- hasta asimilarse totalmente y convertirse en parte esencial de la organización social. Se puede afirmar que en el siglo pasado la parentela y la organización religiosa-aportada por la Iglesia Morava- constituyen la base de la organización social mískita .

En cuanto a la producción, dependía ésta del nicho ecológico en el que estuvieran viviendo las comunidades (costeras, del llano o ribereñas). Básicamente cultivaban arroz y frijoles y tubérculos - muy apreciados entre ellos- para s propio abastecimiento. Combinaban esta producción con la venta de la fuerza de trabajo por temporadas ("camaroneadas") ya fuera en las minas o en las plantaciones de las compañías transnacionales que estuvieran de turno en la zona.

Se cultivaba, pues, de forma familiar individual y había alguna presencia de trabajo a mano vuelta (intercambio recíproco), que se explica sobre todo por la falta de circulante y por la necesidad de las compañías de contar con más fuerza de trabajo para las labores de socola y despale. Existía también consenso sobre la demarcación de las tierras que correspondían a cada comunidad. Perteneciendo a la comunidad se tenía acceso a esas tierras para trabajarlas.

Respecto a lo ideológico, existía desde siempre un fuerte ingrediente antiespañol correlativo a una gran valoración de lo anglosajón. La identidad étnica de los mískitos se ha manifestado principalmente a lo largo de la historia por el empleo de la lengua propia. Los fenotipos del miskito son bastante difusos y es difícil identificar al miskito o distinguirlo fácilmente sólo por sus rasgos. La religión morava jugó el papel de unificador étnico. De Iglesia "misionera" en los primeros momentos evolucionó hasta convertirse realmente en una Iglesia "nacional". La religión y la lengua propias -junto a las redes de parentesco - fueron conformando una conciencia de nacionalidad que se vivía en conexión con lo anglosajón.

Esta ideología tuvo en la traducción de la lengua hablada mískita a grafía propia -trabajo hecho inicialmente por los misioneros moravos- un puntal de insospechada fuerza. Con los himnarios, los libros de oraciones y los sermones escritos se fue construyendo una visión del mundo común a todo el pueblo y se fueron acrisolando los propios valores. Dada la continua confrontación del pueblo miskito con otros indios (sumos, ramas), con los criollos, con los "españoles" y con los "gringos", la conciencia común tenía que ser étnica. Es decir, la lengua y la religión- se confronta con otras ideologías siempre hay fricciones y de estas fricciones sale siempre fortalecida la conciencia étnica.

Las expectativas sociales del pueblo miskito estaban muy acordes con su ideología. No sólo aspiraban a la simple mejora en cuanto a abastos o a vías de comunicación, sino a la obtención de bienes de consumo relativamente lujosos y americanizados. En la conciencia colectiva, "la edad de oro' tiene como punto de referencia una orquesta de New Orleans, la abundancia del Whisky o la llegada de barcos con ropa americana... En la conciencia de los más pobres se esperaba el advenimiento del reinado miskito.

La articulación con el Estado era muy débil o casi nula. El Estado se veía como algo ajeno, hostil. Durante el somocismo, era el gendarme que garantizaba el orden entre los empleados de las compañías norteamericanas, a quienes tanto los mískitos como la Guardia Nacional reverenciaban. Dentro de las comunidades, los Jueces de Mesta, surgidos de la Comunidad refrendados por el gobierno -al igual que el Pacífico- pero, fueron quizá el único vínculo orgánico con el Estado.

La pre-insurrección (1978-julio 1979)

Durante esta etapa la organización social y la producción no variaron en nada. Sin embargo, a nivel ideológico se produce un fenómeno significativo. Mientras en el Pacífico el pueblo consolida su organización vanguardizando por el Frente Sandinista y la imagen de Nicaragua a nivel internacional se vincula al sandinismo, en el Río Coco empieza a exacerbarse un agudo sentimiento antisandinista.

Las raíces de este anti-sandinismo tienen su lógica y están en la historia. La ideología de Sandino estuvo marcada principalmente por el anti-imperialismo. La acciones militares de su ejército tenían en las minas y en las compañías nortemaricanas un objetivo prioritario. Entre los mískitos estas actividades tuvieron como consecuencia pérdida de puestos de trabajo y, naturalmente el reforzar la identificación con los intereses norteamericanos. El miskito vio a Sandino como lo vio y lo pintó el gringo: como a un "bandido". Por otra parte, el ejército de Sandino ajustició en 1931 al pastor moravo Karl Bregenzer por ser colaborador de los yankes. Desde sus orígenes, pues, Sandino y el sandinismo representaban para los mískitos dos elementos negativos: pérdidas económicas y heridas graves en su conciencia "nacional" (vinculada a los norteamericanos y a los pastores moravos). Algunos pastores -apoyándose en esto- predicaban en 1978 que con el sandinismo los mískitos perderían sus pipantes (botes de río), sus ganados y su religión. En este tiempo se encumbró la figura de Brgenezer como mártir moravo.

A estos prejuicios contra el sandinismo, hay que añadir que Somoza cultivó entre los mískitos un estilo: se presentaba entre ellos hablando inglés, como amigo de los americanos y pronunciaban discursos en miskito. Cuando en 1974 se funda ALPROMISU para potenciar núcleos de organización con base en club es de agricultores, Somoza logra infiltrarlos, neutralizándolos.

Los primeros momentos de la revolución (julio 1979-enero 1981)

En cuando a la organización social, las comunidades no varían en nada. Lo más importante en esta etapa es el surgimiento de un líder orgánico que logra retomar con fuerza intereses y expectativas que desde hacía años flotaban entre el pueblo: Steadman Fagoth. Su juego es doble: ante el Frente Sandinita se presenta como revolucionario; ante el pueblo miskito como contestatario de esa nueva modalidad de "dominación española" que es el sandinismo.

A nivel de la producción la única variación es que se comienzan a dar habilitaciones a grupos pre-cooperativos. Esto no dio los resultados que se esperaban. como las minas y las compañías norteamericanas comienzan a hacer descender su producción
-hasta abandonar el país- la absorción de fuerza de trabajo disminuye y se genera malestar entre la población.

Respecto a la ideología, se mantiene la prevención ante lo sandinista (español). La organización MISURASATA -unión de mískitos , sumos y ramas creada a finales de 1979 y apoyada desde el comienzo por el FSLN-, empieza a hacer crecer con más fuerza que nunca la conciencia étnica. Esto radicaliza "étnicamente" a muchos líderes, sobre todo a los pastores moravos. Paralelamente, comienza a gestarse el fenómeno sociológico de una masa no fácilmente politizable que será la que fundamentalmente engrosará después la evacuación.

MISURASATA se convierte en el punto 1 de esta radicalización de la ideología. Tiene una estructura similar a la del FSLN, pues cuenta con organismos de masa (hombres, mujeres, jóvenes) y a través de ellos implementa sus líneas políticas. Además cuenta con los líderes tradicionales en la toma; los pastores moravos (MISURASATA se funda con la base de 400 pastores moravos, que comienzan a ejercer un claro liderazgo político, que con gran rapidez se transforma en étnico-político). Las expectativas sociales se elevan en esta etapa. Las banderas que se levantan son claramente étnicas. Se piden títulos de tierras comunales, se presiona para obtener una alta participación en los recursos mineros de la Costa, se aboga por el uso de la lengua.

Esta situación genera una articulación algo peculiar con el Estado Revolucionario. Dada la ideología de la revolución, ésta impulsa inicialmente los sentimientos libertarios de la Costa, que considera legítimas reivindicaciones de un pueblo oprimido. Igualmente, el Estado se convierte en benefactor de los mískitos : muy pronto se inician campañas de crédito bancario, de salud, e construcción. Pero los mískitos ven únicamente en todo esto una nueva plataforma, "utilizable" para sus fines.

La agudización de las contradicciones febrero 1981-diciembre 1981)

Mientras la organización social y la producción permanecen iguales a la etapa anterior, la ideología se consolida marcada cada vez más por lo étnico. Y las expectativas sociales van tomando una forma cada vez más clara de reivindicaciones que también enraízan en lo étnico.

En MISURASATA el Frente cree haber hallado una estructura de masas capaz de consolidar el proceso en la Costa. Pero no fue así. Fue el contrato étnico lo que dio más cohesión y crecimiento MISURASATA. Al no haber articulación previa de la Costa con el Estado (falta de mecanismos de mercado, de venta de la fuerza de trabajo, de infraestructura vial), y al ser tan hondas las tradiciones que conectaban al pueblo miskito con el imperialismo enemigo de la revolución (siempre vista como "española", del Pacífico), las contradicciones estaban llamadas a agudizarse. El problema étnico - nunca tenido en cuenta ni por el somocismo ni por el imperialismo- empezó a ser manipulado por la contrarrevolución interna y externa.

MISURASATA deja de ser un organismo de masas para convertirse en una alternativa política alineada junto al MDN (Movimiento Democrático Nicaragüense liderado por Alfonso Robelo). Las demandas comienzan a variar. Ya o se exige únicamente el titulo de las tierras comunales sino que se reivindica un territorio entero y autónomo. Los 3,000 mískitos que siguen en un primer momento a Fagoth a la Moskitia hondureña comienzan inmediatamente a ser entrenados militarmente. Es significativo que cuando en mayo de 1981 Brooklyn Rivera y Hazel Lau (dirigentes de Misurasata) condenan a Fagoth no dejan por ello de reclamar -como él- la autonomía de las tierras territoriales. El enfrentamiento Rivera-Fagoth pudo haber sido la chispa que hiciera a los mískitos tomar conciencia de que la contrarrevolución estaba manipulando sus exigencias indígenas de una forma pretenciosa y desproporcionada -la etnia mískita no puede convertirse en un Estado simplemente porque la situación de las fuerzas productiva sino lo permite -, pero no fue así. Cuando Brooklyn Rivera y Steadman Fagoth se unen, ya hay una declaración pública de guerra. Finalmente la contradicción etnia-Estado Nacional, que llegó a su clímax, se convirtió por eso mismo, en punta de lanza de la estrategia imperialista en eje principal de la estrategia contrarrevolucionaria a nivel interno. MISURASATA, como organización, se define hoy día por sus alianzas con la contrarrevolución y el imperialismo.

La consecuencia de esta decantación de las contradicciones son claras. El problema deja de ser únicamente un problema político y se convierte, en primera instancia, en un problema militar, por más que el carácter fundamentalmente político de la contradicción permanezca.

Mískitos reubicados en Nicaragua: la evacuación (enero-febrero 1982)

En noviembre de 1981 comenzaron las hostilidades en el Río Coco. La evacuación de los mískitos se convierte en urgencia político-militar para el FSLN a la par que en una medida con la que garantizar la supervivencia de los mískitos , expuestos al máximo en una zona tan conflictiva. A nivel de organización social, la evacuación significó la ruptura absoluta con el habitad natural y, por esto, con la tradicional demarcación comunitaria. Significó también la ruptura familiar.

La producción se destruye. Los evacuados llevan algo de ganado, que consumen en la travesía. Las herramientas, las casas y las tierras quedan atrás. Se instaura una economía de guerra. La población evacuada es fundamentalmente "masa". La mayoría de los que pasaron a Honduras, también. Esta circunstancia permite explicar mejor el comportamiento actual en los asentamientos.

La ideología refleja el caos total que se estaba viviendo. Se abre una herida profunda en la conciencia étnica. La ideología más combativa de algunos los lleva a Honduras, a enrolarse en un ejército que es contrarreovlucionario por la coyuntura, pero en el que ellos ven, ante todo, el ejército reivindicador de la causa mískita . La contrarrevolución se lleva una porción de la masa mískita . Otra porción engrosará el éxoto, pero ambos grupos quedarán vinculados familiar, social, religiosa, moral y étnicamente. Tanto la zona mískita hondureña como la nicaragüense son consideradas por los indígenas como territorio propio, no delimitado por fronteras oficiales.

El tipo de expectativas en esta etapa es doble. La de los "reivindicadores" en Honduras es, naturalmente, reconquistar la nacionalidad y el territorio, cueste lo que cueste. en esta lucha se sienten apoyados por la religión morava, que se convierte en símbolo de la identidad nacional y en columna de la organización política -por el liderazgo de los pastores-. Las expectativas de la masa evacuada son confusas. Predomina la tristeza, la frustración. Lo que esperan es, fundamentalmente, que pase esa "pesadilla".

Respecto a la articulación con el Estado, los "reivindicadores" rompen esa articulación y declaran la guerra. Para los evacuados comienza a existir una articulación -que abarca casi todos los niveles de la vida - con el Estado Sandinista. Esa articulación por la misma dinámica de los hechos, se percibe como forzada.

El asentamiento (marzo-octubre 1982)

Pasado el primer momento de ubicación provisional - con todas sus limitaciones y carencias- las comunidades evacuadas son distribuidas en los diversos asentamientos que se ubican en el camino Rosita-Puerto Cabezas, nueva columna vertebral de los pueblos mískitos .

Respecto a la organización social, esos meses se caracterizaron por una gran inestabilidad. Las comunidades están reconstruyéndose en cada asentamiento. Las familias se estructuran de otra forma. Antes y después de la evacuación muchos jóvenes atravesaron la frontera y se fueron a Honduras. Hay muchas mujeres solas, madres sin marido, enfermos y ancianos. Restablecer los lazos de parentesco y reubicar la parentela exigirá un lento reajuste. Lo más significativo en este sentido es que los asentamientos enfrentan a la comunidad con el fenómeno urbanístico. Nunca habían vivido tan cerca y de esa manera. En ese momento, los asentamientos son todavía una "yuxtaposición-organizada-desde-el comando". No hay todavía brotes de vida social genuina.

A nivel de producción, no se da sino la siembra apresurada de arroz. Rige una economía de refugiados en la que todo es subsidiado. Lo que más se resiente en este período es la ausencia de circulante. La fuerza de trabajo se canaliza en la construcción de casas, en la instalación del propio asentamiento y en la preparación de las siembras. Lo más novedoso es la experiencia -también a nivel productivo, como antes en lo urbanístico- de la colectivización. Aunque todo se realiza, más que colectivamente, por métodos de coordinación masiva, dada la falta de preparación para el trabajo comunitario.

En lo que toca a la ideología, la inestabilidad de asentamiento tiende a idealizar la mayor estabilidad de la vida en el Coco. Poco a poco se deja de pensar en las viviendas o en los enseres abandonados y sólo se evoca la misma realidad del río, que es "su río". Darían cualquier cosa por obtener un permiso sólo para ir a verlo. El sentimiento de pérdida de libertad es, tal vez, otro e los quicios ideológicos más fuertes. También pesa el temor a lo desconocido, que les produce inseguridad: es una tierra nueva que tiene sus propios espíritus celosos. Elemento crucial en la conformación de la ideología es la escondida o en casos explícita vinculación con los "reivindicativos" a Honduras. Esto genera en las comunidades células críticas que, por ello, tienen más fuerza dentro de la estructura social.

Como contrapeso en lo ideológico se lleva adelante, desde el comienzo de los asentamientos, un renovado trabajo religioso en línea ecuménica. Como los pastores moravos quieren conservar la relevancia social de su liderazgo tienen que alinearse con el proceso. La colaboración de algunos diáconos católicos resulta positiva. Los mískitos no han encontrado ningún problema en este nuevo tipo de celebraciones ecuménicas.

Respecto a las expectativas, hay una añoranza de lo anterior y un cierto sentimiento de impotencia superada siempre por la ingentes empresas "colonizadoras" que han tenido que realizar. La expectativa es, de cualquier manera, volver al Coco, pues se sienten totalmente desubicados en este entorno de pluviselva tropical.

La articulación con el Estado se realiza directamente con el Frente. La gravedad de la situación militar mediatiza la percepción en parte negativa que tienen del FSLN. Los diversos ministerios comienzan a nombrar personal miskito como representante en el asentamiento. Esto ha sido un gran logro.

La etapa actual: producción y cosecha (noviembre 1982)

En la organización social se ha logrado una mayor estabilidad. Los niños y los jóvenes están ejercitándose en una vida más urbana. Y, sin duda, son los más beneficiados con el cambio. Reflejan ya una nueva forma de sociabilidad, que dará frutos en el futuro. Los jóvenes están retrasando inconscientemente el matrimonio hasta no encontrar posibilidades más seguras en lo económico y en lo social.

La producción ha sido un éxito. La cosecha de arroz arrojó volúmenes no esperados, debido tanto al hecho de ser tierras nuevas como el trabajo denodado de muchos -no todos- los mískitos . Las nuevas formas de trabajo colectivo no han sido aún asimiladas. Todavía no se ha resuelto la falta de circulante.

La ideología imperante está también caracterizada por un ingrediente de mayor estabilidad. El recuerdo del Coco perdura, pero ha experimentado "reacomodos". Uno sería el espíritu de "resignación" cristiana, que no falta, y que analiza los hechos diciendo que todo ha pasado "porque Dios quiere". Ideológicamente se están produciendo algunos brotes que indican un cierto grado de estabilización: han surgido ya dos "suquias" o curanderos nativos y empiezan a nacer nuevos líderes que brotan del mismo seno de la comunidad y que no están en rivalidad con el Frente. Ya no llaman "kiama" (oreja, delator) a los que colaboran con el Frene. Se les empieza a respetar dándoles el nombre de "taoplica" (dirigente, líder).

En lo religioso, el ecumenismo de pastores moravos y diáconos católicos trabajando juntos, juega un papel estabilizador. Resulta desestabilizador el continuo correr de "bolas" (rumores) que se lanzan desde la emisora contrarrevolucionaria "15 de Septiembre", con base en Honduras.

La expectativas están en relación a la satisfacción que sienten, tanto por los logros alcanzados en la producción como por los beneficios que reciben del proceso revolucionario. A pesar de todo o que han sufrido, no escatiman adjetivos para pintar las ventajas actuales de las nuevas escuelas, de los subsidios de jubilación que reciben los enfermos de silicosis de las minas, de los libros que tienen los niños, de las herramientas que se entregan a los mayores... Igualmente son conscientes de los avances logrados en la salud. Las ventajas del agua potable y de la luz eléctrica se dejarán sentir muy pronto. Actualmente las mayores expectativas están cifradas en un huerto familiar de media Ha. o menos y en el deseo de trabajar no tan masivamente sino por grupos más pequeños o por comunidades.

El signo de propiedad para el miskito según su tradición es la posibilidad de sembrar árboles de hoja perenne o semiperenne. Una vez que sembraron sus platanales, un naranjal y engan a mano la yuca cosechada en el huerto familiar, no lejos de sus casas, es muy probable que estos miles de mískitos se sientanya reubicados permanentemente y comiencen a vivir.

Mískitos refugiados en Honduras

Si entre Rosita y Puerto Cabezas se localizan los miles de mískitos reasentados a comienzo de este año, los que se fueron a Honduras están masivamente ubicados en el campamento de Mocorón. Mocorón es un espacio tanto geográfico como humano en el que podemos analizar la dimensión contrarrevolucionaria que ha tomado el problema étnico costeño y en el que se puede comprobar tanto las divisiones internas del movimiento indígena como la complicidad del gobierno de Honduras y de los Estados Unidos en la situación creada, usándola para sus propios intereses.

Mocorón: refugio y base contrarrevolucionaria

En la actualidad hay unos 12,000 refugiados mískitos que pasaron de Nicaragua a Honduras. La mayoría han sido ubicada en el campamento de Mocorón. Otros se distribuyen en Tapamlaya, Río Patuca y Cocobila. Parte de estos refugiados no están recibiendo ayuda de ACNUR, sea porque se han alejado de la frontera -como los 700 refugiados de Usibila- o porque se encuentran en los campamentos militares de MISURASATA y no quieren identificarse ante las autoridades. El último grupo de refugiados -en este caso, 600 sumos de Masawás- llegó a Honduras en julio de 1982. World REflief -organización evangélica norteamericana- administra el campamento de Mocorón bajo contrato con ACNUR. Entre marzo y junio, la esposa del embajador norteamericano en Honduras, Diana Negroponte, trabajó para World Relief y actualmente la esposa de un funcionario de ADI trabaja en las oficinas de Worl Relief en tegucigalpa. A pesar de esas relaciones, World Relief y ACNUR están promoviendo un plan de reubicación de los refugiados mískitos que no es bien visto por la Embajada norteamericana en el país, ya que el campamento de Mocorón en su actual ubicación sirve:

- Como elemento de propaganda para los Estados Unidos, que lo utilizan para mostrar "los resultados de la política de los sandinistas contra los indígenas".

- Como de base al reclutamiento para las fuerzas contrarrevolucionarias y permite a MISURASATA organizar y controlar a los refugiados.

- Como retaguardia para los mískitos integrados en las bandas contrarrevolucionarias que tienen familiares y amigos allí.

- Como base logística y de abastecimiento para la "contra".

El campamento de Mocorón está ubicado a unos 45 kms. de la frontera con Nicaragua. Los lugares en donde se reubicará próximamente a los mískitos están más cerca aún de la línea fronteriza. La justificación de esta reubicación no es política. Se busca que los refugiados se autobastezcan y terminar así con la dependencia económica que tienen de los organismos internacionales. En el nuevo proyecto se contempla ubicar entre 4,000 y 5,000 mískitos en los alrededores de Mocorón y el resto en los otros tres sitios citados: Tapamlaya, Cocobila y Río Patuca. Ha habido algunas posiciones al plan de reubicación. La Comisión Gubernamental de Refugiados de Honduras, pidiendo informes al Instituto Nacional Agrario, a COHDEFOR y al Departamento de Recursos Naturales, lo ha retrasado. Igualmente rechazó Cocobila de los posibles lugares, el más alejado de la frontera con Nicaragua-. Todos los lugares que se barajan ahora están dentro del límite de los 50 kms. de la frontera.

La organización mískita hondureña, MASTA, no se opone al plan pero sí a la forma en que ha sido diseñado. Smelling Wood, presidente de MATA, planteó que su organización no había sido consultada ni por ACNUR ni por el gobierno hondureño ni por MISURASATA. Esto motivó resentimiento entre los mískitos hondureño y Wood solicitó en Tegucigalpa que la reubicación fuera pospuesta hasta que MASTA fuera incluida en el plan.

Pero la oposición más fuerte al plan ha venido de MISURASATA, ahora conocido como MISURA. Sus dirigentes en el campamento de Mocorón, -Wilmur Dixon, Ruiz Santiago, Seigried Williams, Donald Delgadillo, Jimmy Hunter, Ronaldo Frank y Evaristo Findley-plantean que no aceptaran ninguna reubicación que los aleje de la frontera con Nicaragua, porque ellos están allí para luchar contra los sandinistas. Afirman que no se moverán hasta que el gobierno hondureño haya aprobado el traslado; critican a los "comunistas franceses de ACNUR" por ser sus promotores y piensan escribir a Jeanne Kirkpatrick, embajadora norteamericana en la ONU, para que detenga la reubicación.

Alrededor de 500 personas ya han sido trasladadas. En general, hay mucho miedo entre los mískitos , no sólo por lo que puede significar ir a un lugar desconocido, sino más aún por la presión de los dirigentes de MISURASATA, que amenazan a los que quieren ir a otro lugar. Según algunos trabajadores sociales en la zona, los lideres de MISURASATA han destruido las tarjetas de alimentos de los que decidieron trasladarse y algunas familias han escondido a sus hijos para que no sean reclutados a la fuerza por los contrarrevolucionarios.

Divisiones políticas y militares

Para su regreso a Nicaragua, MISURASATA -encabezada por Steadman Fagoth- presenta una serie de condiciones que abarcan desde el reconocimiento de la Costa Atlántica como región autónoma, con representación permanente en las Naciones Unidas, hasta el principio genérico de que "los mískitos vivirán sin sandinismo ni somocismo". Sabiendo MISURASATA que en la actual situación revolucionaria nicaragüense no tienen cabida estas peticiones, afirman que "el pueblo indígena se está preparando en la lucha contra el sandinismo para así independizar la Costa Atlántica". Señalan que la única alternativa es la lucha armada y aunque el Consejo de Ancianos no ha declarado oficialmente la guerra, los combates se iniciaron en enero, no se han detenido y hay un ejército organizado entrenándose para llevar adelante esa guerra.

Los líderes de MISURASATA hablan con fervor mesiánico sobre ella. Reconocen en Fagoth al predestinado para encabezarla y comparan su situación actual con el éxodo de los judíos en marcha a la tierra prometida. En la relación militar entre el ejército sandinista y e suyo ven la figura bíblica de Goliat frente a David. Wilmur Dixon dice: "Vamos a pelear con la Biblia en la mano izquierda y el fusil en la derecha". De la venganza que esperan desatar hablan siempre y el sutil en la derecha". De la venganza que esperan desatar hablan siempre enigmáticamente: "Dios es grande, dios es grande... Los sandinistas han luchado contra Dios y nosotros vamos a luchar contra Dios". Un importante dirigente de MISURASATA en Mocorón es el pastor moravo Evaristo Findley y la Iglesia Morava predica con autoridad en el campamento la "guerra santa contra los sandinistas".

Haciendo un balance de los combates, MISURASATA afirma que los sandinistas han sufrido 2,000 bajas en 1982 y los mískitos sólo 37. La actual coyuntura internacional la analizan simplistamente. Según Wilmur Dixon: "todos los indígenas apoyamos en un cien por cien el programa del Presidente Reagan'.

Hay divisiones al interior de MISURASATA, Brooklyn Rivera, que viajó en mayo a Europa con Edén Pastora, fue criticado duramente por el sector que apoya a Fagoth. Se le consideró "izquierdista" por esta alianza con Pastora y porque en su gira sólo visitaron países socialistas como Bulgaria, Italia, Alemania y Suiza... Boner Muller, tío de Fagoth miembro del Consejo de Ancianos y colaborador de World Relief en Puerto Lempira declaraba: "¿Cómo podemos confiar en una persona como Pastora, que está en contra de la intervención de los Estados Unidos en Centroamérica?

El sector de Fagoth considera necesaria una alianza con los somocistas en esta etapa de la lucha. El de Brooklyn Rivera plantea la inoportunidad de esta alianza y trabaja por un diálogo abierto en el que se discuta la autonomía de la Costa Atlántica. Steadman Fagoth se considera y es considerado como el futuro gobernador de la Costa, tras la esperada victoria contra los sandinistas. Estas luchas y tensiones -que han producido, según la esposa de Rivera muertos entre los seguidores de éste- es causa de que Estados unidos no dé a MISURASATA más amplia ayuda económica y más armas. En este sentido "La Tribuna" de Tegucigalpa recogía unas declaraciones de Fagoth en la que éste lamentaba esta falta de apoyo y la atribuía a que MISURASATA padece de falta de unidad democrática y amplia que asegure nuestro triunfo contra el marxismo. Se conoce que Estados Unidos presiona para que se logre esta unidad,pero hasta el momento la estrategia está fracasando. Rivera está vinculado a ARDE y Fagoth a las FDN.

El apoyo de Honduras y Estados Unidos

Distintas fuentes coinciden en que existen por lo menos cinco campamentos militares de fuerzas contrarrevolucionarias a lo largo de la frontera hondureña-nicaragüense en las orillas del Coco. Integrados por una mayoría de mískitos y una minoría de somocistas, están ubicados en las zona de Rus-Rus, Leimus, Auasbila, Auka y Shi. En un campamento -ahora abandonado- vivían 200 hombres. En las cercanías se descubrió una cárcel para castigo de los mískitos .

Puerto Lempira es el centro de operaciones por el que MISURASATA con su propio sistema logístico abastece a los campamentos. Los barcos llegan desde La Ceiba a Puerto Lempira, donde Misurasata tiene una bodega ubicada frente al Bar La Perla. Día y noche dos soldados de la FUSEP (Fuerza de Seguridad Pública) hondureña vigilan la bodega. Según dos fuentes de todo crédito aviones Hércules-130 de los Estados Unidos, pilotados por norteamericanos llegan a Puerto Lempira, donde camionetas de MISURASATA descargan los materiales que luego distribuyen en los campamentos.

Un recorrido por la zona descubre claramente la complicidad del ejército hondureño en estas actividades. Desde julio el 5o. Batallón está ubicado en Durzuma, a pocos kms. del campamento de Mocorón. El Batallón incluye paracaidistas, pumas (personal utilizado en misiones antisubversivas), TESON (tropas especializadas en operaciones nocturnas y de selva) y "zapadores" (especialistas en colocación de minas). En Panza, a 15 kms. de Leimus, está instalada una comandancia regional y los soldados hondureños afirman sin reservas que un grupo de 30 de ellos tiene como misión la protección de los campamentos contrarrevolucionarios. El Mayor Sánchez, jefe de Puerto Lempira, niega que exista tal misión y dice que se trata de tropas guardafronteras. También es sabido en la zona que antes de dirigirse a Druzuma el 5o. Batallón pasó tres semanas en El Salvador. Los soldados hondureños afirman haber llegado hasta Perquín (Departamento de Morazán).

El 7 de octubre un helicóptero norteamericano Huey aterrizó en el campamento de Mocorón. Venían en él nueve oficiales hondureños acompañados de tres asesores norteamericanos. El hecho fue juzgado así por el Mayor Sánchez: "Nosotros no tenemos nada que esconder. Estamos aquí preparando unas maniobras que vamos a realizar conjuntamente con los Estados Unidos en diciembre". Según él participarían en estas maniobras cuatro batallones, con un total de 5,000 soldados. "Esto no es una provocación contra Nicaragua -añadió-. Se realizarán a 60 kms. de la frontera".

A esta presencia abierta de militares norteamericanos en la Moskitia hondureña habría que añadir las visitas de oficiales de la sección política de la Embajada y del propio Departamento de Estado. Por ejemplo, la de Donald Crumb, asignado recientemente por el Departamento de Estado a la Oficina de Asuntos de Refugiados. Crumb estuvo en Colomancagua, en la frontera con el Salvador entre el 14 y el 16 de julio, una semana antes del operativo que el ejército hondureño realizó en ese país.

La manipulación del sentimiento étnico

Ciertamente, Centroamérica ha provocado en los últimos años un gigantesco éxodo de refugiados. ¿Son estos mískitos de Nicaragua refugiados en Honduras un grupo más dentro de esa dramática lista? En cierto modo, sí. Están refugiados fuera de su territorio -aunque hay que recordar siempre que para el miskito también esa zona hondureña es "su" territorio-. Es característico de este grupo el que hayan abandonado un país donde existe un gobierno que apoya las reivindicaciones populares. Este aspecto es el que precisamente tiende a resaltar la prensa internacional con el claro objeto de cuestionar la revolución nicaragüense. Sin embargo, lo que hace "distintos" a estos refugiados es que son indígenas. También lo son los Guatemala, pero en el caso de estos indígenas el objeto de su éxodo es regresar sólo después de obtener por la lucha la "independencia" de la Moskitia.

Esta reivindicación -que los identifica entre los demás refugiados centroamericanos- no es más que una ilusión. El primitivo estadio de las relaciones de producción en la Costa y la presencia de otras etnias hacen cuestionable ya de entrada cualquier planteamiento independentista. Recordemos que los Mískitos son sólo el 24% de la población de la Costa, mientras que los criollos son el 10%, los mestizos el 63% y los otros grupos indígenas alrededor del 3%.

El imperialismo lo sabe. Pero, haciendo uso del tradicional influjo anglosajón, aprovechando la dispersión de las comunidades durante años y años, explotando una realidad en la que la infraestructura es pura carencia (falta de vías de comunicación, de mercados, de contacto social) ha logrado "vender" una reivindicación imposible como antes logró venderle a los indígenas whisky o ropas lujosas.

Mocorón es una prueba más de que los imperialismo juegan con los grupos étnicos. Inglaterra en su tiempo lo hizo y no sólo en Nicaragua sino en otras partes. Los Estados Unidos también tienen tradición en este campo: en 1925 apoyaron militarmente el intento de una nación Kuna en Panamá con el único propósito de conseguir la soberanía sobre el Canal de Panamá.

Este nativismo ingenuo ha generado entre el pueblo miskito una movilización hacia la guerra santa. Pero este tipo de movilizaciones son profundamente desestabilizadoras y a la larga dejan al pueblo neutralizado, pues se siente frustrado al ver que no se cumplen sus expectativas.Y es que no se pueden cumplir. Mientras muchos jóvenes mískitos luchando por esta causa ingenua están siendo utilizados para otro fin -acabar con el proceso nicaragüense-, una gran masa de los "asentados" en Mocorón viven en condiciones deprimentes. Predomina el desánimo, la pobreza y, sobre todo, hay una absoluta pasividad que dificulta cualquier labor de colaboración por parte de ellos. Mocorón es, en definitiva, la clara muestra de la desvirtuación de un sentimiento étnico genuino cuando éste es manipulado desde fuera y llevado a reivindicaciones propias de un nativismo ingenuo.

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