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Universidad Centroamericana - UCA  
  Número 84 | Junio 1988

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Nicaragua

El Rama: objetivo estratégico de la Contra

El trayecto por el río, desde Bluefields al pequeño puerto fluvial de El Rama, ha sido durante los largo años de la guerra uno de los más estratégicos de toda Nicaragua. Por aquí entran "los hierros", las armas para el ejército sandinista. Y siempre que ha llegado un barco cargado de armamentos, a la par del operativo de protección, los contrarrevolucionarios han montado su operativo de ataque, fracasado siempre.

Equipo Envío

"Digo yo, a mi parecer, que con Sapoá o sin Sapoá, tal vez aquí sea el último rincón donde los últimos contras peleen. Demasiado les interesa a ellos este lugarcito nuestro". Habla Manuel, un campesino de una cooperativa ganadera. Estamos en El Rama, a 300 kms. de Bluefields, la capital criolla negra del Atlántico Sur de Nicaragua. Esos 100 kms. son los de la bellísima desembocadura del Río Escondido, paisaje sorprendente al que desde hace años la guerra ha añadido otra característica, la de una extrema peligrosidad.

El trayecto por el río, desde Bluefields al pequeño puerto fluvial de El Rama, ha sido durante los largo años de la guerra uno de los más estratégicos de toda Nicaragua. Por aquí entran "los hierros", las armas para el ejército sandinista. Y siempre que ha llegado un barco cargado de armamentos, a la par del operativo de protección, los contrarrevolucionarios han montado su operativo de ataque, fracasado siempre.

Mapa


A pesar de que la CIA y la contra manejan la información de todos estos embarques, nunca han logrado afectarlos. También es estratégico El Rama porque por aquí entra todo el abastecimiento que se distribuye después en El Atlántico Norte -en la costa de los miskitos- y en las otras zonas del Atlántico Sur.

Por todo esto, el río entre Bluefields y El Rama, y después la carretera -"la vía"- entre El Rama y Juigalpa (166 kms.) forman una de las columnas vertebrales del país, una arteria madre. Ahora que con Esquipulas y después con Sapoá la guerra contrainsurgente parece estar llegando a su fin lo que ha sucedido en El Rama en estos años puede resultar de interés para entender mejor el largo y duro camino que Nicaragua empieza a dejar atrás. "Algunos dicen que estos rumbos han sido así como un laboratorio, pues", dice Manuel.

Desolada y difícil frontera agrícola

El Rama: el nombre le viene del pueblo indigna de los ramas, aunque en el poblado no hay un solo representante de esta etnia. Originalmente, el pueblo rama, de raíz y de lengua chibcha, pobló la zona sur de Nicaragua, extendiéndose las comunidades hasta Costa Rica. Los mískitos y los bucaneros ingleses los diezmaron y hoy sólo quedan unos 700 ramas en una isla de la bahía de Bluefields y en algunas comunidades al sur de ella. De entre ellos, sólo unos 20 siguen hablando su lengua autóctona.

La población de la zona de El Rama (5.000 km2) es de sólo 50 mil personas. (El Salvador, en algo más de 4 veces esa extensión, tiene mas de 5 millones de habitantes). En su mayoría son campesinos mestizos que desde los años 60 llegaron al lugar desde otras zonas: Chontales, Boaco, y aún de más lejos: de las montañas centrales y del Occidente, del Pacifico.

Vinieron desmontando, despalando, abriendo trochas y veredas, haciendo retroceder la frontera agrícola, hasta que por El Rama, donde confluyen tres ríos -Sikia, Escondido, Rama- los nicaragüenses del Pacifico se asomaron por primera vez al Atlántico.

"Pero ésta es una tierra difícil. Aquí ni el abono se puede usar. Porque hasta 10 meses al año son grandes lluvias. Uno echa el abono, cae el cachimbazo de agua, lo disuelve, se lo vuela a la raíz y ahí mismo se seca la plata. Hasta el abono es clavo aquí, pues. O si se mete un tractor con gradas es lodazal lo que hace. La vez pasada escuche que ésta es zona para sembrar el hule."

La zona de El Rama es de trópico húmedo. Las compañías norteamericanas, que en los años 50 ya saqueaban los grandes recursos naturales de la Costa Atlántica -que es geográficamente la mitad de Nicaragua-, llegaron por aquí y tuvieron en estas zonas enclaves bananeros, huleros y de palma africana. Entre los proyectos de la revolución está el dedicar estas tierras a cultivos así, especialmente rentables en el trópico húmedo. En El Recreo funciona ya un centro experimental que trabaja con la palma africana, el cacao y el pijivay -una fruta muy alimenticia-.

Está el proyecto -aún sueño, sin base material- de volver al hule, pero ya sin las "compañías", y hacer una gran industria de llantas para el consumo nacional. También interesa el coco para hacer una industria de aceite de coco para cocinar. (El aceite de cocina en Nicaragua se extrae de la semilla del algodón, pero este cultivo es cada vez menos rentable). Estos proyectos se complementarían con el proyecto, ya en marcha, de hacer de Bluefields un gran puerto estilo el del Corinto, en el Pacífico, para así ampliar por el Atlántico el comercio internacional del país. La perspectiva es que incluso entre también el puerto fluvial de El Rama carga internacional. Ya ha empezado a llegar algo. Recientemente, 10 mil llantas de México. Esto fue posible después de que en 1987 Nicaragua terminara de construir con la colaboración de una compañía holandesa un muelle flotante, el primero en Centroamérica de este tipo. El muelle sube y baja, según suban o bajen las aguas de los tres ríos que desembocan en El Rama.

Las condiciones del lugar exigen cultivos no tradicionales. El maíz y el frijol, base de la alimentación nicaragüense, se producen en esta zona a muy altos costos y con muy bajo rendimiento. Los campesinos los siembran, pero a duras penas les alcanza para su subsistencia.

El 85% de la población de la zona es puramente campesina. Y el resto, los que viven en El Rama, y en otros poblados, lo es también prácticamente, porque los "cascos urbanos" tienen muy poco de "urbe". Y casi todos -comerciantes, trabajadores del puerto, maestros- tienen algo que ver con alguna tierra montaña adentro.

La gran mayoría de los campesinos son pobres. Otra de sus características es su gran dispersión. Son 96 las comarcas que abarca la zona de El Rama. Muchas de ellas están enclavadas en la montaña y para ir de un ranchito al otro son kilómetros y kilómetros de difíciles caminos de sube y baja.

La dispersión explica muchas de las cosas que aquí han pasado desde que triunfó la revolución. Hablamos con un dirigente sandinista:

"Mirá, yo he trabajado con campesinos pobres de la Región I (Nor-Occidente, Las Segovias) y es bien diferente que aquí. Porque un campesino pobre de allá tiene medida la experiencia de la hacienda cafetalero: que hacer fila para la comida, que la cuadrilla, que el capataz, que el campamento, que el pago... Tienen metida la organización, la colaboración. Es ya una cultura, pues. Mientras que aquí, el campesino, entre más aislado está se siente más feliz. Cuando ese campesino, desplazado por la guerra, empieza a organizarse en una cooperativa, imagínate la situación: la casa una al lado de la otra, la rendición de cuentas, la elección del dirigente, el toro que te reclama a vos porque llegaste tarde... De repente, ¡organización y reglas! Es un proceso complicado, que requiere de mucho trabajito".

Aunque enclavada en la mera Costa Atlántica, esta zona está ajena a la problemática de la autonomía, tan cercana y candente en Bluefields. No hay grupos que tengan reinvindicaciones étnicas pendientes, porque no hay etnias.

Sin embargo, para los costeños de Bluefields la incorporación de estas zonas de Zelaya Central (Atlántico Central) al proceso de autonomía es una reivindicación. Y esto por razones geográficas e históricas y por razones del desarrollo económico que supone el proyecto de la autonomía regional.

Lo que interesa de verdad a los campesinos de El Rama es lo mismo que interesa de casi toda Nicaragua: los precios de compara y de venta de sus granos, de sus vacas, los créditos del banco, la garantía de un abastecimiento industrial que les permita seguir cultivando una tierra que, aunque no sea muy rentable, sí les resulta muy querida.

Cómo empezó a actuar la Contra por estos lugares

La dispersión geográfica característica de la zona era también una dispersión política e ideológica en los tiempos del somocismo. En los años 60, cuando se abrió la carretera de Juigalpa a El Rama empezó el auge de la ganadería. Los campesinos iban ganando nuevas tierras a la frontera agrícola, a la par que detrás de ellos iban los pocos latifundistas de la zona, para "adquirirlas", con lo que el campesino iba montaña aún más adentro.

Somoza tuvo, al final de su gobierno, dos proyectos en la zona: un matadero para exportar carne a Miami y una cementera para exportar hacia Colombia. Las maquinarias, ahora paralizadas, recuerdan el cercano pasado.

Los conservadores, arraigados en Juigalpa y por todo Boaco y Chontales, no lograron echar muchas raíces políticas en El Rama, a pesar de ser zona tan vecina. Tampoco la guardia somocista tuvo que mostrar muchas veces por aquí la ferocidad de su rostro represivo. Hay comarcas en donde la única cara del somocismo que conocieron los campesinos fue la del Juez de Meseta o la del Capitán Cañada, no siempre catalogables como crueles.

Aunque la guerrilla sandinista tuvo presencia y campamentos en al zona -Raicilla, Kisilala, Zaragoza- bajo la dirección del Comandante Luis Carrión, hoy en la Dirección Nacional del FSLN, esto sucedió sólo en los últimos años de la dictadura. De aquella época quedan 40 campesinos, "colaboradores históricos" del FSLN.

Desde los años 70 la Iglesia Católica fue la estructura que realmente comenzó a organizar al campesinado. Los misioneros capuchinos -casi todos norteamericanos- aceptaron el desafío de esta frontera pastoral y tejieron redes de delegados de la Palabra y de diáconos- todos campesinos de la región, a los que confiaron la tarea de visitar las mas remotas comarcas para reunir a los cristianos, enseñar el catecismo, predicar la Biblia y abrir camino al sacerdote. Desde el comienzo, estos agentes pastorales autóctonos trabajaron también para la resolución de los problemas de las comunidades. Por eso el cristianismo tuvo siempre en esta zona una natural vinculación con "lo social", con la lucha por mejorar las difíciles condiciones de vida.

Con el triunfo de la revolución, hubo un despertar inicial de la gente para "organizarse": la alfabetización, las primeras cooperativas, nuevos proyectos, nuevos trabajos... Un viejo miliciano recuerda:

"Mire usted, yo agarraba por El Rama buscando el norte y ya iba a salir por Santo Domingo y andaba visitando todas las unidades militares. Pasaba casi 7 un mes haciendo ese recorrido. Hubo un auge grande, es cierto."

La contrarrevolución, como en otras zonas campesinas de Nicaragua, empezó a gestarse muy pronto. Pero la contrarrevolución de aquellos primeros tiempos -1979, 1980- nada tenía que ver con la que empezaría a actuar después, con la llegada de Reagan a la Casa Blanca.

Los contrarrevolucionarios de aquella primera hora no eran aún "los contras". Eran pequeñas bandas de gente armada que robaban ganado y asaltaban a los campesinos. En esas bandas se integraban ex-jueces de meseta, lideres somocistas y también delincuentes y aventureros. Se les unieron a veces algunos que parecían ser sandinistas.

"Aquí el caso más tremendo fue el de Nieves Hernández. Peleó con los sandinistas y después se alzo. Resentido, pues. A saber que tienen algunas personas por dentro. Nieves jaló alguna gente con él. A ese Nieves lo conoce mucha gente por aquí. Se hizo un contra, pues. Hace como año y medio se oyó hablar de él, pero nunca ha aparecido más. No sabemos si estará por el ldo de Costa Rica o si ya murió en combate."

Estas bandas armadas crearon problemas en el campo. Su actividad era favorecida por la dispersión de la población. Pero aquello no era aún la guerra. "En lo fino" la guerra no empezó hasta 1982, 1983. En esta zona y hasta fines de 1985 quien actuó de forma más permanente fue ARDE, que tenía sus bases en Costa Rica y a Edén Pastora por jefe. En mayo de 1985 empezó a operar también en la zona la FDN.

Los argumentos que esgrime la Contra

Con cuatro argumentos, los contras de ARDE empezaron a hacer "trabajito" para ganar base social campesina que les permitiera moverse por estos rumbos.

El que más empleaban era el de las limitaciones en el abastecimiento: "Antes había azúcar en el pueblo, ahora no hay", "Antes había botas, ahora ni por dicha aparece un par"... Y así.

Ciertamente, con la revolución y con la desarticulación de las estructuras del somocismo se desarticularon también en el campo -sino que la revolución creara alternativas- las tradicionales redes de comercialización y distribución. Esto trajo serios problemas en toda la cadena de abastecimiento campesino: en la de los alimentos básicos y también en los de los productos industriales vitales para el trabajo rural: botas de hule, machetes, limas...

"Mire, cualquier familia campesina puede consumir en cada ciclo productivo cuatro pares de botas de hule. El hombre trabaja, la mujer trabaja. O al menos, ordeña la vaca. El chavalo con 8, 10 años ya trabaja. Y andar esos tacotales ahí y enterrarse una estaca en la pata, ¡pues no! En el Pacifico usted puede trabajar con caites. Con una llanta vieja, prá-prá, te hacés un par de caites. Pero aquí, con estas lluvias... Hubo clavo con las botas, con los machetes. No había, viera visto. Todo eso fallaba, todos los problemas que había".

Y añade un funcionario: "La verdad es que el abastecimiento siempre ha estado por debajo de la demanda. Aún ahora. Para las 8 mil familias de esta zona necesitarías 32 mil pares de botas. Y tal vez esa es la cantidad que tenemos, pero para todita la región! Aún es hoy, y con todo lo que hemos avanzado, no alcanza. A veces sí, nos llegan algunas donaciones. La vez pasada vinieron botas de hule no sé de donde, pero parece que eran de minero, porque tenían un tuco de hierro en los dedos y otro tuco sobre el hueso de la canilla. Al final las ocupamos para los milicianos, que eran los que podían aprovecharlas mejor."

Como un motivo para hacer la guerra, la contra enarbola el desabastecimiento y la escasez de productos básicos para el campesino. Y a su vez, era la guerra la que dificultaba mejor el abastecimiento y hacer algo menos escasa la escasez. Para el campesino, que tenía que sacara sus excedentes por caminos difíciles y en conflicto, se fue haciendo preferible el no vender nada. "80 kilómetros a lomo de mula por lodazales para vender un quintal de frijol. Ni quiera Dios!"

Otras fallas estaban en la desorganizada organización estatal. Y otras en las mismas instituciones de la zona. Lo cuenta así un funcionario: "Ahora y es otra cosa. Porque en 1986 pudimos por fin construir una bodega en El Rama, donde caben unos 6 mil quintales de comida para abastecer la zona. Pero antes! Teníamos que ir a retirar los productos hasta Santo Tomas (131 kms.) Y con todos los problemas del transporte! Había una gran inestabilidad: que no hay que traer que hasta mañana. Y mañana tampoco. Y además, esa Bodega de Santo Tomás tenía su programación. Porque allí retiraban tres lugares. Y si no cumplías, había atraso y se perdía el abastecimiento. Clavos bien serios."

Si la bota de hule, el molino y el machete son los productos industriales mas demandados por el campesino, los de consumo básico que mas reclaman son el azúcar y el jabón de lavar.

La escasez de todas estas cosas era un permanente argumento de los contras cuando empezaron a parecer por estos lugares. Lo era también el anticomunismo. La equivalencia sandinistas = comunistas y ateos era continua en el discurso contra, bien a través de la radio contrarrevolucionaria "La voz de Sandino", situada en Costa Rica, o bien en el trabajo directo con la población. Porque no hay muchos radios en la zona. O cuando los haya, faltan las baterías. "Nos decían los contras: "Esos jodidos son comunistas, no creen en Dios; esos jodidos les van a quitar la tierra. No miren que antes tenían azúcar y ya se la quitaron? Todo se lo van a quitar porque ellos no creen en Dios".

ARDE se movía principalmente en grupos pequeños, con una modalidades bien guerrilleras, dando importancia al trabajo político-ideológico. "No todos hacían bien ese "trabajito" político, porque había "ardes" que tenían un trato rechazado por los campesinos. Un trato de guardias, pues. Puro guardia. Pero otros... Mire, aquí no secuestraron los contras a un maestro de Monte Rosa, de apellido Argueta. Y cuando el se logro zafar, nos explicaba el trabajo político que le obligaron a hacer con el campesinado. A la fuerza, pues. Si no, se lo volaban. Un trabajo fino."

Finalmente, un argumento básico para captar el apoyo campesino era el inminente triunfo contrarrevolucionario. En 1983 iban a ganar. En 1984 estaban llegando a Managua. En 1985 seguían diciendo lo mismo. Pero ya nadie le creía.

No llegaron a Managua. Ni han podido llegar a El Rama. Desde hace mas de siete años el pueblo de este estratégico lugar y el de tantas otras zonas de Nicaragua ha resistido esta guerra, l que los estrategas del Pentágono llamaron de "baja intensidad" y que tan alta intensidad de sufrimientos ha causado este país.

Cuál es la "base social" de la Contra por estos lados

En esta zona, la contrarrevolución logró involucrar en su proyecto a algunos sectores campesinos. Como en otros lugares del país, lo hizo a través de dos modalidades: incorporando a los campesinos a sus tropas, a tiempo completo; o integrándolos en estructuras comarcales: correos, correos armados, informadores, coordinadores de comarca, etc.

En estas montañas aisladas, donde la presencia y los beneficios de la revolución apenas se habían llegado a sentir, donde pocas cosas habían podido aun cambiar en los dos tres primeros años revolucionarios, los argumentos contrarrevolucionarios prendieron.

Caminando por estos montes se entiende mejor el argumento principal, el porque un campesino "se hace" contra. El principal argumento es sobrevivir. Decir no a unos hombres armados que llegan por un camino de montaña solitario, donde la casa más cercana esta a varios kilómetros, es jugarse la vida. La mentalidad campesina, que tiende siempre a ser "neutral" en cualquier conflicto que rebase su marco habitual de vida, se impone. Un campesino ya viejo nos insistía: "Póngase en mi lugar. En el monte sólo, pues. Póngase en mi lugar."

Pero no solo ha habido colaboración o enrolamiento para sobrevivir. En 1984, cuando tuvieron que ser evacuadas comunidades campesinas de algunas zonas conflictivas -Cerro Negro, El Puntiagudo, Boca de Plata, El Embudo, El Pavón...-, para dejarlas así deshabitadas y destinadas solo al combate militar, ARDE había logrado ya llevarse a las profundidades de la montan de Wan Creek a unas 100 familias, a las que mantuvo por casi dos años en un autentico régimen de esclavitud. Estos campesinos sembraban comida para los contras las mujeres eran rotadas entre la tropa. Recuerde un miliciano cooperativista:

"Cuando se logro liberar a toda esa gente, donde había viejos, mujeres y chavalos, hubo que curar a un pijazo de gente con enfermedades venéreas, con tuberculosis... Recuerdo a una señora que tenían tiempo de haberse enterrado una estaca en un pie y ahí la tenía, toda podrida. A estos campesinos los contras les daban de comer solo arroz sancochado. Eran sus esclavos pues. Cuando fueron liberados, cada quien agarro para a sus lugares de origen, par donde sus familiares. Otros se fueron a trabajar a cooperativas, pero como allí tenemos autodefensa y que viene la contra! y como la gente aprende a defenderse con las ramas, se fueron asustadísimos. Y es que ellos, después de estar con la contra, quedaron aterrorizados."

En mayo de 1985 el ejércitos sandinista llevó a cabo la llamada "Operación Soberanía" para limpiar de campamentos de ARDE las márgenes del Río San Juan, en la frontera entre Nicaragua y Costa Rica. Se inició entonces la descomposición y posterior desarticulación de este grupo contrarrevolucionario, que culminaría cuando un año después Edén Pastora declaró públicamente que abandonaba la lucha porque "nunca vamos a ganarles a los sandinistas".

Pero el fin de ARDE no fue el fin de la guerra. El grupo armado al que siempre ha favorecido el gobierno de los Estados Unidos, la FDN, se esforzó por absorber la mayor cantidad posible de fuerzas dispersas de ARDE. Con bases en Honduras y con dirigencia de exguardias de Somoza, la FDN había comenzado a operar por El Rama desde mayo de 1985, trasladando agrupaciones armadas desde la zona norte y central del país hasta esta estratégica zona campesina. Preguntamos a un oficial sandinista:

La FDN fue entonces a relevar a ARDE, a sustituirlo cuando entraba ya en declive la gente de Pastora? "Es cierto que con la FDN cambiaron cosa en la guerra. ARDE actuó siempre mas irregular y FDN ha operado con agrupaciones grandes y medianas. Mayores, pues. Pero no creo que esos guardias sena pendejos y hayan venido para acá solo porque "pobrecitos los ARDE, los sacaron de su lugar y vamos a ayudarlos. "No, la CIA no es pendeja. Dentro del plan gringo, esta carretera, El Rama, su puerto Bluefields, todo este caminito, han sido algo bien estrategico. Controlas El Rama y podes volar los puentes y controlas toda la carretera. Tenes el río, tenes todo. Ellos saben bien lo estrategico que era esto. eso vino FDN."

La FDN también recluto campesinos para sus tropas. Como colaboradores en las comarcas y como correos. Un método típico para este reclutamiento ha sido éste: "Pasa la contra por la casa de un campesino. Y le dice: "Hombre, vas a ir a dejarnos a tal lugar". No es una cuestión de que el campesino pueda elegir. Sino que tiene que ir. "Ve, cargate esa mochila". Y ya mas luego pasan y le dicen: "Mira, los piricuacos y te vieron con nosotros, ya te vieron hasta cargando mochilas. "Así que cuando pasen por aquí, te van a joder. No te queda de otra que meterte ya con nosotros". Y el campesino, asustado, se involucra."

Sucede también que al comprometer a un miembro de la familia, se compromete de algún modo a toda la familia: "Pongamos el caso de un hombre que les colabore. Y la contra le ordena: "andate a tal lugar a ver si están los piricuacos ahí". Y el hombre piensa: "Quizá es menos peligroso que mande mi abuelito. O la mujer, con su morralito, como que va enferma al pueblo. O al chavalo". Y los manda. La realidad es que al tocar a una persona, toda la familia se vería comprometida."

Ha habido métodos directos de comprometimiento mas crueles: "Pasa la contra y busca un campesino. Y a la fuerza lo obliga a degollar a otro, a uno que ellos quieran quitarse de en medio. El campesino lo hace. A los que no han sido muy solidos en darles ayuda los han hecho hacer estas cosas. Y después, si ya degollo, ya tiene que seguir con ellos, no le queda de otra. Así ese hombre se va metiendo en una hoya, se va metiendo en una hoya. Y cada vez tiene menos posibilidades de salirse de ella."

En el proceso de comprometimiento, la contra ha necesitado ir haciendo asesinos como una vía para asegurarse "fidelidad". Para comprometerse con una permanente presión a los campesinos fueron formando redes de correos en las comarcas. Un correo está siempre allí, presionando a los demás para que colaboren con comida. El coreo conoce a la comunidad, conoce que familia tiene hijos jóvenes que van al servicio militar, control que campesino sale al pueblo y por qué. Y si un campesino se le deserta a la contra, le pasan la voz al correo y el correo lo mata. Así mantiene la zozobra y así, sobre la base de la pensión permanente y de la represión mas cruel, la estructura de correos pudo comprometer a muchos campesinos.

Respuestas sandinistas

A finales de 1985 comenzó a cambiar el curso de la guerra en favor de los sandinistas. La estrategia combinación de audaces iniciativas militares, políticas y socioeconómicas de la revolución, dio un vuelco a la situación que prevaleció en 1983 y en 1984, cuando la contrarrevolución puedo conseguir ciertas ventajas.

En El Rama, lo primero fue entrar militarmente, en las zonas "trabajadas" por la contrarrevolución y recuperar territorios abandonados, manteniendo una presencia militar mucho mas estable. De hecho, siempre había habido presencia militar sandinista, pero ésta siempre fue -tuvo que ser- irregular. Irregular era también la de los contrarrevolucionarios. Entonces, el campesino aislado en su soledad de montaña, veía venir hombres armados y no sabia si eran sandinistas o contras. Y para protegerse, colaboraba con quien fuera.

La presencia militar estable no podía ser suplida con la autodefensa de las comarcas. Una casita aquí, otra allá... De donde sacar cuadros para organizar la autodefensa campesina en 96 comarcas, algunas con solo 30 familias? Aunque se les dieran algunos fusiles, pasaban 200 contras y acaban con todos. Cuenta un miliciano experimentado:

Si la autodefensa no se pudo organizar en las comarcas, sí se ha ido organizando en las 32 cooperativas que se crearon en la zona y que aglutina a unas 700 familias y tienen 34 mi manzanas de tierra. A pesar de las limitaciones en las armas que hemos podido entregar a los campesinos cooperativizados, se ha logrado al armarlos un importante complemento de la presencia militar permanente.

Se establecieron las llamadas "Copetes": Compañías Permanentes Territoriales. Actualmente, hay tres en la zona: la de Wapí, la de El Rama y la de la Esperanza. Han enfrentado con éxitos militares a la contra. También se instaló una BAO, Base de Apoyo Operacional, con reservistas.

Fue un factor decisivo, además, el que se fuera haciendo patente a la población el proceso de descomposición de los contras. Con todo contrarrevolucionario capturado o desalzado se ha organizado un acto público donde los contras cuentan directamente a la población como se vive en la contra, que hacen, como piensan, etc.

-Con la presencia permanente del ejército, algunas cosas cambiaron pronto -nos cuesta un sandinista-. Un ejemplo es Aguas Calientes, a unos 35 kms. al NE de El Rama, un lugar bien apartado. A raíz del triunfo, un delegado de la Palabra del lugar comenzó a trabajar con nosotros. Un campesino que yo le envidiaba su capacidad de gestión frente al Estado. Un hombre que conquistaba, bien querido por la comunidad ese chaparrito Bartolo. Bueno, ARDE, lo empezó a trabajar. Y él estuvo colaborándoles. Como nosotros manteníamos una presencia inestable, el no tuvo mas remedio que colaborarles. Cuando nosotros recuperamos territorio, y pusimos allí una unidad permanente, se desalzaron 47 de la red de colaboradores y Bartolo vuelve con nosotros. En febrero de 1986 ya le encargamos a él convocar a los campesinos.

Para quitarle a la contrarrevolución la base social que podía haber captado o forzado, la revolución promovió la organización campesina. Se inició lo que se llamó el "movimiento de discusión política en la base". Se discutían prioritariamente las principales reivindicaciones de la comunidad. Al norte de la zona, lo que pidieron fue una carretera de 32 kms. desde El Rama hasta Wapí. Después de la discusión, cada familia se comprometió a dar una vaca para costearla y formaron un comité. "No le vamos a dejar eso sólo al gobierno. Vamos a dar la vaca y también daremos trabajo de nosotros". Fue un sentimiento unánime. Aguas Calientes pedía, si no una carretera tal cual, al menos mejorar una trocha veranera de 35 kms. par la temporada de seca, que estaba muy deteriorada. Las muchas limitaciones económicas han hecho que estas reivindicaciones estén aún pendientes.

Comités comarcales con líderes naturales

El gobierno revolucionario empezó a organizar los comités comarcales con sus representantes, sus líderes. Todo de una manera muy flexible. Lo explica así un cuadro sandinista: "Mirá, el criterio era éste: líder es todo campesino que arrastre gente, esté colaborando con la contra, haya colaborado con ellos, sea líder religioso, lo que sea. El hombre que mueva a la comunidad, ése es el líder."

Y recuerda otro: "Hubo el caso de un líder evangélico del norte de El Rama, de la Iglesia Hermanos de Cristo. Ese jodido, en los talleres, en las asambleas, era un tipo destacado. Viera visto que dominio en las discusiones. El nos planteaba puntos de vista distintos a los nuestros. Y nosotros le decíamos siempre: "Ve, lo que nos interesa es que vos discutás de los problemas de tu comunidad, no que coincidas con nosotros".

Cuando preguntamos por este pastor evangélico, para ir a visitarlo, nos contó que la contra lo había matado en Correntada Larga. Lo degolló.

Con líderes así se empezaron a organizar talleres por territorio para la discusión de los más diversos temas: desde los precios de los productos campesinos hasta la delicada problemática del servicio militar o polémicos temas religiosos. De los talleres, se confluía, cada seis meses, en la Asamblea de lideres campesinos. Todas estas discusiones abiertas, en las que todos podían hablar y hablaban, devolvieron a los campesinos confianza en la revolución.

Pero no fue sólo la organización campesina la que renovó las cosas. También resultó determinante la reorganización de las estructuras estatales y de las estructuras partidarias del FSLN, creando mecanismos mas ágiles en la base e integrando en las estructuras de poder zonales a hombres del lugar, mejores conocedores del terreno y de sus gentes.

"Otra cosa es bien básica -añade un sandinista- ha sido una larga discusión entre nosotros mismos. Porque en medio de la guerra hubo entre nosotros quien llegó a pensar: "Los de Presillitas son contras", "Los de Agua Caliente son contras". O mas general: "Estos campesinos son contras". Ha sido una larga lucha para entender mejor el fenómeno de la contrarrevolución. Y también el de la revolución. Porque ven juntos."

Empezar a resolver los problemas de tierras

En esta gran ofensiva también empezaron a resolverse los problemas de tierras. En la zona, la revolución no tuvo que hacer muchas expropiaciones de fincas. Casi todos los pobladores eran, por ser colonizadores de fronteras agrícola, propietarios de pequeñas parcelas en la montaña. (Un mozo que trabaja en una finca ganadera puede ser a la vez propietario de unas 30 o 40 manzanas). Pero la guerra obligó a la mayoría de los campesinos a abandonar sus fincas de montaña y a desplazarse hacia la periferia de los poblados. En 1986 se entregaron tierras a todos estos desplazados.

En realidad, la guerra terminó con el "mundo" conocido y afecto seriamente la producción tradicional campesina. "Mire, lo normal es una casita en la montaña tenga sus siete chanchos, digamos. Bueno, pues pasan 200 caribes (contras) y adiós chanchos! O como con el rollo del dulce. Hacés el esfuerzo de sembrar caña para sacara dulce. Pero pasan 100 contras con hambre por un cañal... Y son más de 200 varas de caña! La contra nunca ha visto propiamente por los problemas de nuestra producción. Ellos son sólo: "Andá, venite con nosotros", "Andá, traeme una vaca". Y si uno no quiere: "Andá a matarla!".

El dar máxima importancia a proteger y mejorar la producción campesina fue, justamente, otra estrategia empleada por los sandinistas. Muchas comunidades estaban desactivadas por al guerra. No tenían créditos. Se amplió también la cobertura educativa, abriendo escuelas que estaban cerradas y captando jóvenes de la propia comunidad, con 5to. y 6to. grado, para prepararlos como maestros. También se dio formación a lideres de salud de las comunidades.

"En el lugar de las llamadas "visitas integrales". Se recorrían ocho, diez comunidades, y junto a las tropas sandinistas, que recuperaban terreno, iba un médico para que vacunara a los niños y diera a los adultos las dosis contra la malaria hay mucha en la zona-, iba un técnico del banco para que explicara lo del crédito, iba un funcionario del MICOIN (abastecimiento) para que se diera cuenta de los problemas acumulados. Cuando había, hasta se llevaba ropa como donación para las familias más necesitadas. Aunque era imposible estabilizar presencia en las dispersas comarcas de la zona, si era posible una presencia eventual y positiva que causaba un impacto favorable a la revolución. Se trataba de ganar la confianza de los campesinos. Y de avanzar en la conquista de su conciencia."

Con todas estas iniciativas, es evidente que el campesino ha ido acumulando experiencia y en términos prácticos ha ido aprendiendo a diferenciar el proyecto de la contra y el proyecto revolucionario. Ha sido testigo durante años de los muchos esfuerzos concretos y materiales del gobierno para resolverle sus problemas. Ese ha sido el mejor argumento.

¿Y ya ven a la contra como derrotada? "La ven como un proyecto que aún existe, porque ahí están todavía algunos contras. Pero que se un proyecto con futuro, ya no. Y desde Esquipulas y Sapoá, menos! La contra es la guerra. Y la gente lo que quiere es la paz, la paz."

Lo más difícil de todo: el servicio militar

Una de las claves de la victoria sandinista sobre la contrarrevolución fue la implementación, a partir de 1984, del Servicio Militar Patriótico: el reclutamiento de todos los jóvenes de 18 a 25 años. También de los jóvenes campesinos. "Ha sido duro, vea. Usted sabe que los campesinos vivimos de lo que le podamos sacra a la tierra. Y con la escasitud de mano de obra que tenemos en estas tierras, que se le lleven a uno el muchacho el afecta, pues.-2

El servicio militar ha sido una contradicción permanente y difícil de resolver sin afectar la producción del campesino. A fines de 1987 el problema se agudizó al comenzar a implementarse el Servicio Militar de Reserva para los adultos entre 25 y 40 años. Aunque se ha tratado de los 4 ó 6 meses de la reserva los cumpla el campesino en su propio territorio, porque lo conocen y así pueden defenderlo mejor.

Inicialmente se impulso en la zona la incorporación de los campesinos adultos a la milicia voluntaria. Pero después se considero que era mejor empezar a implementar la ley de la reserva, que desde 1986 afecta a todos los adultos varones nicaragüenses.

¿Ventajas de la ley de reserva y de la milicia voluntaria? "Mejor resulta la primera, ve. Eso lo hemos ido entendiendo. En un territorio en conflicto como es toda esta zona, donde operan las unidades de la contra, donde tenemos el temor continuo a los contras, que te pueden matar la familia, al campesino nos resulta la semilla movilizarnos por ley, aunque muchos tengamos la voluntad de corazón de cumplir con la ley. Porque si un contra te encuentra a vos y "Ah, jodido, andabas con los piricuacos", si uno es de la reserva, ya le podés decir: "No, yo andaba cumpliendo una ley". Lo mismo la familia:"Ah no, él está cumpliendo la ley". Eso le da un espacio, ya? En estas zonas arrechas, la voluntariedad del campesino a veces tiene que ir ahí, un poco escondidito."

Esquipulas II trajo una gran esperanza

En Nicaragua -y en Centroamérica, quizá solo en Nicaragua- Esquipulas II fue además de un acontecimiento histórico y político y un trascendental documento que compromete a los gobiernos del área, un movimiento popular, un hecho que despertó una gran esperanza en el pueblo de todos los rincones del país.

También en El Rama. Y la expectativa que abrió Esquipulas está ahí, abierta aún, más de 10 meses después, aumentada ahora con ese gran fruto de Esquipulas que son los Acuerdos de Sapoá. En el primer momento, la mayor esperanza para el campesino era regresar a su parcela en la montaña. Aún entre los que estaban integrados en su cooperativa, ése era el sueño. Lo acariciaban sobre todo los más recientes desplazados de guerra, integrados en nuevos asentamientos. No deja de ser esto una profunda preocupación para los dirigentes sandinistas, después de tantos años de palpar las desventajas que tiene la dispersión campesina y las ventajas que para la organización y la producción tiene el trabajo en forma cooperativa. Será éste un problema a resolver cuando llegue la paz.

En los 90 días siguientes a la firma de los acuerdos de Esquipulas II, 35 contrarrevolucionarios se desalzaron en la zona, entregando sus armas y acogiéndose a la amnistía.

-Parece un número pequeño para lo "caliente" del lugar...

-Sí, no son muchos pues. Y la mayoría de estos que se desalzaron eran contras ya desactivados y que no habían legalizado aún su situación. Pero, qué pasó? Que a los correos les dieron ordenes de "pasarle la cuenta" al comando -al contra, pues- que vieran que se les desertaba. Entonces, doble problema para el contra: buscar como desertarse y después buscar como no te cazen los correos. Qué hacían también los jefes? Que al que vieran vacilante, lo peloneaban, le cortaban el pelo. Entonces, donde un correo miraba a un pelón, era hombre muerto!

Pastores, sacerdotes, religiosas, delegados de la Palabra, diáconos, todas las fuerzas de la Iglesia participaron activamente en la divulgación montaña adentro de los acuerdos de Esquipulas II y en el trabajo de persuasión para que el mayor número de contrarrevolucionarios se desalzara. El párroco de El Rama -como sucedió en otros muchos lugares del país- fue el Coordinador de la Comisión de Paz.

A un delegado de la Palabra, dedicado a este trabajo por la paz, lo llamó un día un jefe contra. Le dice: "Hombre, vos andás trabajando para desalar. Está bueno, pues. Seguí trabajando, pero con esta variante: el comando que veas que quiere desalzarse, al que le notés síntomas, venís y nos informás a nosotros". Le estaban proponiendo ser una especie de doble agente que les facilitara el trabajo de detectar a los potenciales desalzados para así mandar a matarlos.

Otra gran expectativa que se abrió con Esquipulas II y con Sapoá es el fin del servicio militar. Los sandinistas tiene esto bien en cuenta: "Mire, aquí en Nicaragua nunca en la historia existió un servicio militar. Cuando tuvimos que ponerlo fue en 1984, cuando la guerra ya estaba en lo fino. Ahora con Esquipulas ya le estamos explicando a la gente que no es lo mismo el servicio en tiempo de guerra que en tiempos de paz. Que si aquí, en Poza Redonda, tenemos 100 compañeros, no habiendo contras, para que los vamos a necesitar? Todo eso lo estamos platicando con la gente."

Tantas situaciones nuevas se empezaron a vislumbrar tras Esquipulas, que hasta "bolas" corrieron. Y algunos campesinos beneficiadas con la reforma agraria, temieron que con los cambios se les quitaron sus tierras.

De los campesinos de la zona que estaban presos por actividades contrarrevolucionarias y que fueron indultadas con Esquipulas, algunos han regresado a la zona. Otros buscaron otros lugar para vivir y empezar de nuevo. Con los que se deciden a regresar, se evita que vuelvan a internarse en las zonas aisladas de la montaña.

"Quieran o no, pueden caer de nuevo con la contrarrevolución. Estos años han sido una dura escuela y hemos aprendido que aquí existe una base social de campesinos pobres, de campesinos medios, que es estratégica para la revolución. Y que para sobrevivir, muchos de ellos se vieron obligados meterse con la contrarrevolución. No queremos que esto se repita. La revolución se hizo par estos campesinos y todo el que no haya sido responsable de asesinatos, tratamos de organizarlo y de conquistarlo."

¿Y al que haya sido responsable? "Siempre hacemos una investigación. Para ver cuánto se comprometió. Para ver si está metido en asesinatos. Porque no es el mismo trato el que se le va a dar al que estuvo en 20, en 30 combates, que al que llevó tortillas a los contras. Cuando nos damos cuenta que el campesino se metió en esto para sobrevivir, le decimos: "Mirá, sabemos que estamos colaborando. Pero sabemos que vos no querés eso. Que vos lo que querés es sembrar, trabajar y vivir tranquilo. Ahora, como te metiste con ellos, tenés una deuda política con la revolución. Y con la revolución no te la puede condonar, porque vos tenés la capacidad de pagarla cumpliendo tu servicio militar". Así le hacemos, y le damos su fusil. Hay unos que van a los tribunales, porque tienen que responder por sus crímenes. La gente, en las comunidades, entiende esto bastante bien. Y saben bien clarito quién estaba involucrado y quien hizo qué. Los que son juzgados y se mira que hay cosas que no, que no, pues van a la cárcel. Pero lo entendemos y lo presentamos como un proceso de reeducación. A la familia se le explica el contenido del nuevo sistema peninteciario. No queremos que establezcan una equivalencia con las cárceles de Somoza. Le damos también apoyo a la familia para que se lo vaya a visitar. Esas cositas, pues".

Después de Esquipulas, Sapoá: ¿la paz a la vuelta de la esquina?

Con Esquipulas, y más recientemente con Sapoá, pareció estar a la vuelta al camino la llegada de la paz, que eso lo que más desea la gente por aquí y por toda Nicaragua. Por la zona de El Rama todos entendieron bien pronto que la guerra iba a seguir mientras el gobierno Reagan no renuncie definitivamente a la guerra y entienda que sus "paladines" son un proyecto derrotado militarmente, o "sin futuro", como ya empiezan a decir los campesinos.

A mediados de octubre de 1987, en pleno proceso de Esquipulas, la contrarrevolución intentó tomarse los poblados que están sobre la vía Juigalpa-El Rama, con el objetivo mayor de volar el estratégico puente de Muelle de los Bueyes, antes de llegar a El Rama, y otros puentes más, todos importantes. Fueron combates encarnizados, en los que la contrarrevolución tuvo muchas bajas y después en las cuales, y a pesar de todo, los puentes quedaron intactos.

"Les capturamos 70 libras de explosivos, con lo que pensaban volar el puente de Muelle. A fines de año les agarramos, por ahí por Las Breñas, mil 300 liras más. Siempre para volar los pestes, pues. Esa es su pila."

El "Ya viene la paz" de Esquipulas chocó con la realidad de "Sigue la guerra" probado en un día a día de muchos sufrimientos. Y por eso, el proceso de Esquipulas no llegó a ser desmovilizado entre los sandinistas, porque todo el mundo tuvo que seguir con su fácil en los cerros. Por estos rumbos, por ejemplo, nadie celebro la noche de Navidad. La vigilancia tuvo que ser continua.

Sapoá ya fue otra cosa. Sapoá ha sido entre otras muchas cosas, un factor de seria desmovilización, pero para los contras. Y lo continua siendo meses después de haberse firmado los acuerdos para el cese al fuego definitivo. "Desde que comenzó la guerra, ha sido hasta por Semana Santa del 88 que lo ríos de por aquí han estado llenos de gente bañándose, tranquilos, alegres. Ya hacía rato que no mirábamos esto, parecía mentira. Y hasta había contras que se bañaban por algún lugarcito y saludaban a los sandinistas."

Sapoá ha sido la esperanza de Esquipulas multiplicada por cien. La actividad surgida en Esquipulas de realizar encuentros y conversaciones con los contras en el terreno, para convencerlos de que depongan las armas y se incorporen a la vida ciudadana, también se ha multiplicado después de Sapoá. Y hay gran optimismo en los resultados concretos. par a un viejo miliciano la lógica es bien sencilla: "Si nosotros, que estamos ganándolas la guerra, ya estamos hartos de la guerra, cómo no van a estar hartos los contras que van perdiendo?"

Después de Sapoá algunos han regresado a sus comarcas y a su trabajo campesino sin presentarse siquiera a las autoridades. No es lo más importante el que lo hagan o no. Lo más importante es la paz. En todos los rincones, la gente siente y expresa una gran necesidad de paz. Reclama la paz "para trabajar tranquilos", "para que no mueran ya mas muchachos".

De regreso a Juigalpa por "la vía", van quedando atrás los poblados que la contrarrevolución quiso tomarse en octubre de 1987 y donde cosechó uno de sus últimos y más sonados fracaso militares. Durante el cese al fuego, este camino ha gozado de paz, ha saboreado la paz. Y ese sabor no se olvida. Más atrás de todo queda El Rama, empobrecido y estratégico lugar, una de las piezas mas codiciadas por la estrategia de guerra norteamericana. Cuando la guerra termine, la historia de El Rama será la de un pequeño gran bastión que resistió heroicamente todas las etapas de esta larga guerra de baja intensidad. Quizá, una historia que no aparecerá en las crónicas que relaten el conflicto. Sobre una piedra redonda de la vía un niño ha escrito con un truco de carbón: "ya no pasarán". Y es que ya se siente más cercana la paz.

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