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Universidad Centroamericana - UCA  
  Número 432 | Marzo 2018

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Costa Rica

Claves de la primera ronda, incertidumbres ante la segunda ronda

Hay varias claves para entender el inesperado y preocupante resultado de la primera ronda de las elecciones en Costa Rica. Cualquiera sea el resultado en la segunda ronda el país ha entrado en otra etapa: porque han emergido con fuerza los prejuicios y los contravalores que nacen del conservadurismo religioso.

María Francisca Vargas Durán

La irrupción del diputado evangélico neopentecostal Fabricio Alvarado en la campaña electoral consiguiendo el mayor porcentaje de votos en la primera ronda electoral del 4 de febrero y la posibilidad de que llegue a ocupar la Presidencia de la República ha polarizado de forma inédita al país centroamericano, conocido durante años como “La Suiza de Centroamérica”.

¿Qué claves permiten entender lo ocurrido y qué datos hay que tener en cuenta para calcular lo que pudiera ocurrir?

EL ASCENSO DE LOS EVANGÉLICOS


El ascenso de los partidos políticos de ideología evangélica neopentecostal se manifestó ya en la conformación de la Asamblea Legislativa 2014-2018, la que precede a la surgida de las elecciones del 4 de febrero de 2018.

Si anteriores Asambleas contaron con la representación de al menos uno o dos diputados procedentes de esas denominaciones cristianas, fue en el gobierno ahora saliente de Luis Guillermo Solís cuando cinco diputados, miembros de diferentes agrupaciones políticas minoritarias, alzaron banderas de argumentos religiosos para paralizar la aprobación de leyes en temas vitales para el país. Aliados, impulsaron una agenda común, con la que han buscado presionar y negociar. En esa agenda aparecen temas morales enfocados con una mirada extremadamente conservadora: “sí al rescate de la familia tradicional”, “no al aborto”, “no al matrimonio igualitario” “no a la legalización de la marihuana”, “no a la fertilización in vitro” y la ambigua y confusa consigna “no a la ideología de género”.

Uno de esos cinco diputados es Fabricio Alvarado, del partido Restauración Nacional. Alvarado pertenece a la denominación neopentecostal Centro Mundial de Adoración, en la que se describe a sí mismo como “salmista”. No es, por tanto, un pastor y tiene orígenes católicos. Con estudios inconclusos en periodismo, ha sido presentador de noticieros radiales y televisivos. También cantante, ya ha editado varios álbumes de la conocida como “música cristiana”. Cuando en 2017 anunció su candidatura a la Presidencia a nadie le preocupó, no se le veía posibilidad alguna.

LA DEBILIDAD DE LA IZQUIERDA


A pesar de haber contado durante estos cuatro últimos años con 9 de los 57 diputados en la Asamblea saliente, el Frente Amplio ha tenido una deficiente gestión legislativa. El partido de la izquierda costarricense careció de liderazgo y de disposición al diálogo, se enfrascó en tensiones internas y no desarrolló una base de apoyo local en comunidades rurales y urbanas empobrecidas.

Por su parte, el Partido Acción Ciudadana (PAC), en el poder, apenas pudo encaminar su plan de gobierno, ahogado por una Asamblea Legislativa dividida y obstaculizadora. En una correlación de fuerzas poco favorable abandonó el urgente desafío de avanzar en la reforma fiscal que el país tanto necesita.

La flor marchita en el ojal del PAC, ya de salida, fue el escándalo conocido como “El Cementazo”, que estalló a mitad de 2017. Funcionarios del gobierno de Luis Guillermo Solís, de otros partidos, del Poder Judicial y de varias entidades públicas fueron o señalados o acusados formalmente por el delito de corrupción, al haber favorecido a un empresario de la construcción para importar cemento de China, tanto con créditos bancarios carentes de garantías reales, como por una decisión jurídica obtenida en tiempo récord para aprobar el ingreso y la comercialización de ese producto. El empresario en cuestión y varios funcionarios de alto nivel del Banco de Costa Rica -que le otorgó 30 millones de dólares- están actualmente en prisión preventiva o cuentan con otras medidas cautelares.

Este escándalo hizo mella en la credibilidad del partido en el gobierno. Y ese golpe salpicó al candidato presidencial del PAC, Carlos Alvarado, quien en las encuestas parecía estancarse sin remedio en el quinto lugar de las preferencias electorales, con apenas un 6% de respaldo popular. Mientras, un mano dura emergente, Juan Diego Castro, del Partido Integración Nacional y Antonio Álvarez Desanti, uno de los candidatos menos carismático de toda la historia del tradicional Partido Liberación Nacional (PLN), el partido de Óscar Arias, empataban en el primer lugar con 14-15% del voto proyectado. Así que, al terminar 2017, el escenario de la segunda ronda parecía claro: una disputa entre Castro y Álvarez Desanti.

LA CONSULTA A LA CORTE INTERAMERICANA


El 9 de enero de 2018 el gobierno de Costa Rica recibió de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, la respuesta a una consulta que la Vicepresidencia de la República le había hecho en 2016. La Vicepresidencia había preguntado a la Corte sobre los derechos de la población de la diversidad sexual y la Corte Interamericana respondió al gobierno de Costa Rica con la Opinión Consultiva OC-24 sobre Identidad de Género e Igualdad y no Discriminación a parejas del mismo sexo.

En Costa Rica, los tratados internacionales en materia de Derechos Humanos están por encima de las leyes nacionales gracias al desarrollo jurisprudencial existente. Por eso, en este caso específico la normativa nacional debe ajustarse a las resoluciones de la Corte Interamericana de manera obligatoria.

¿Qué dijo la Corte Interamericana? Partiendo de que la definición de “familia” no es exclusiva para las formadas entre parejas heterosexuales, la Corte recuerda en su dictamen que el vínculo familiar que derive de la relación de una pareja del mismo sexo se encuentra protegido por la Convención Americana. En la Opinión Consultiva amplía así ese argumento: “Los Estados deben garantizar el acceso a todas las figuras ya existentes en los ordenamientos jurídicos internos, para asegurar la protección de todos los derechos de las familias conformadas por parejas del mismo sexo, sin discriminación con respecto a las que están constituidas por parejas heterosexuales. Para ello, podría ser necesario que los Estados modifiquen las figuras existentes, a través de medidas legislativas, judiciales o administrativas, para ampliarlas a las parejas constituidas por personas del mismo sexo”.

UNA DECISIÓN HISTÓRICA Y CONTROVERSIAL


La Opinión de la Corte reconoce no sólo el derecho al matrimonio igualitario, sino que insta a Costa Rica y a todos los países del continente a reconocerles a las parejas homosexuales los mismos derechos que a las parejas heterosexuales. También se refiere al pleno respeto a la identidad de las personas transgénero.

Esta decisión, histórica y vanguardista, era a la vez profundamente controversial para los sectores más conservadores del país, muy influidos durante años por los mensajes teológicos y morales de las denominaciones neopentecostales.

Cuando la Vicepresidenta de la República, Ana Helena Chacón, anunció la Opinión Consultiva de la Corte y la celebró, se desató la crisis y estalló el rechazo de un segmento importante de la sociedad.

El más beneficiado fue el candidato evangélico Fabricio Alvarado. Apareció en los medios prometiendo que si llegaba a la Presidencia sacaría a Costa Rica de la Corte Interamericana para que nadie violentara nunca más la soberanía nacional y mucho menos atacara los valores de la familia.

UNA “BATALLA ESPIRITUAL”


Ni las penosas prédicas de Fabricio, de profunda ignorancia pero de verbo apasionado, ni los videos de su esposa “profeta” que dice tener el don de hablar en lenguas, frenaron el meteórico ascenso del candidato. La gran mayoría de las denominaciones neopentecostales del país se organizaron para que sus seguidores votaran por Alvarado en una “batalla espiritual” en defensa de “la familia creada por Dios”.

Tampoco pesó para detener “la batalla” el comunicado de la Corte refiriéndose a la resistencia a cumplir con la Opinión Consultiva por razones religiosas: “En sociedades democráticas -dijo- debe existir coexistencia mutuamente pacífica entre lo secular y lo religioso… Del principio de la dignidad humana deriva la plena autonomía de la persona para escoger con quién quiere sostener un vínculo permanente y marital, sea natural (unión de hecho) o solemne (matrimonio)… Siempre y cuando exista la voluntad de relacionarse de manera permanente y conformar una familia existe un vínculo que merece igualdad de derechos y protección sin importar la orientación sexual de sus contrayentes”.

LA GRAN SORPRESA DE LA PRIMERA RONDA


En vísperas de las elecciones, las encuestas enloquecieron y en menos de tres semanas Alvarado alcanzó el primer lugar en la intención de voto, destronando a Juan Diego Castro y a Antonio Álvarez Desanti, las dos figuras que lideraban hasta ese momento las encuestas y que habían provocado en buena parte del electorado una especie de certeza resignada a que la banda presidencial cayera en los hombros de uno de ellos.

En la misma medida en que el salmista Alvarado crecía aceleradamente, Carlos Alvarado, el candidato del oficialista PAC, también lo hacía de forma moderada. Sin embargo, las expectativas sobre una segunda ronda en la que los dos Alvarado se enfrentaran por la Presidencia eran muy bajas.

La semana previa a las elecciones fue de infarto: por el respaldo creciente al evangélico y por las dudas sobre quién sería el que quedaría en el segundo lugar. La gran sorpresa de la primera ronda del 4 de febrero fue el 21.66% que obtuvo Carlos Alvarado. Fabricio lo superó: 24.91%. Y como es necesario el 40% para ganar en primera ronda se convocó para el domingo de Pascua de Resurrección, 1 de abril, una importante fiesta religiosa, una segunda ronda en la que gana quien obtiene más votos, sin que sea necesario ningún porcentaje mínimo.

UN PAÍS POLARIZADO POR RAZONES RELIGIOSAS


En estos meses Costa Rica ha vivido una inédita polarización. Fabricio Alvarado está respaldado por buena parte de las denominaciones evangélicas pentecostales y neopentecostales con un voto duro e inamovible.

Aunque las manejan con discreción, estos grupos cuentan con alianzas con la jerarquía católica, opuesta férreamente no sólo al matrimonio igualitario, también a las “Guías de afectividad y sexualidad” que se usarán a partir de 2018 en los centros educativos públicos de todo el país por el empeño, tan valiente como decidido, de la Ministra de Educación Pública, Sonia Marta Mora, una de las figuras más importantes del gobierno saliente del PAC.

La Sala Constitucional ratificó en febrero la implementación de esta propuesta formativa, reiterando que el Estado costarricense tiene la obligación de implementar políticas de educación sexual para las personas menores de edad, y que el programa “Educación para la afectividad y la sexualidad integral” elaborado por el Ministerio de Educación Pública responde precisamente a esa obligación legal. De esta forma la Sala resolvió el recurso de amparo presentadoen contra de las guías, con reclamosen la línea de que “promueven la ideología de género” y “pervierten e incitan al morbo y a la pornografía”.

OTROS QUE ESTÁN CON FABRICIO


En la “batalla” contra las guías han encontrado causa común líderes evangélicos y católicos, un vínculo muy favorable al salmista Fabricio, pues el seguramente generalizado desconocimiento y tergiversación de los contenidos de la propuesta para educación sexual, aunado a la estridencia de quienes las atacan, y al envalentonamiento con el que están manejándose estos colectivos religiosos, contribuye a incrementar la polarización.

A estos grupos se suma el sector de la población tica que no es evangélica, pero que está también en contra del respeto de los derechos humanos de la población LGTBIQ+, que además está desencantado con el gobierno del PAC, que está totalmente inmunizado ante los partidos políticos tradicionales y que, por descarte, ha decidido votar por el emergente evangélico.

EL DAÑO YA ESTÁ HECHO


Sea cual sea el resultado de la segunda ronda, el daño ya está hecho: los evangélicos con similar pensamiento al de Fabricio, lograron 14 diputados, la mayoría de ellos pastores o salmistas, por el gran respaldo que lograron en las zonas rurales empobrecidas.

En la Asamblea, el Frente Amplio se desplomó, pasando de 9 diputados a uno solo. El PAC también redujo su presencia, pasando de 14 a 10 legisladores. El Partido Liberación Nacional quedó a la cabeza con 17 diputados, producto de muchos años en el poder político, lo que le garantiza una maquinaria aceitada. Con ella el PLN logró lo que no logró el nada idóneo candidato con el que compitieron y además se permite disimular el fracaso de su propia trayectoria: la de un partido que evolucionó de un estilo identificado con la socialdemocracia a la de uno descaradamente neoliberal.

ALVARADO VS. ALVARADO


Ante Fabricio Alvarado está el candidato del PAC, Carlos Alvarado. Cuenta con una buena preparación académica y la experiencia de tres años como Ministro en dos carteras. Representa a la juventud del PAC, bien informada y de clase media y su plan de gobierno es positivo. Ha reconocido los errores del actual gobierno del PAC y en él descansa la posibilidad de evitar que se consolide en el poder la visión neopentecostal del mundo y la oportunidad de darle al país un equipo de gobierno con más criterio en todos los ámbitos.

El escenario es muy preocupante. Si la sociedad costarricense decidiera no darle una segunda oportunidad al PAC entraríamos en una etapa sumamente compleja y de francos retrocesos. ¿Logrará el temor a ingresar a ese retroceso y a una polarización social evitar el ascenso de Fabricio Alvarado a la Presidencia?

ENCUESTAS CONTRADICTORIAS


Uno de los miles de seguidores de Fabricio lanzaba en redes sociales la consigna “¡La Biblia en lugar de las leyes!” Y una persona gay denunciaba que unos hombres en la calle le gritaron: “¡Maldito playo, cuando quede Fabricio a usted es al primero que vamos a matar!”

El embarazo adolescente es una realidad muy presente en el país y requiere con urgencia de una constante educación sexual. Pero los grupos religiosos insisten en que lo que quiere el Ministerio de Educación Pública es volver homosexuales a los niños y repiten su consigna “No se metan con mi familia”.

La incertidumbre es grande. La última encuesta del CIEP de la Universidad de Costa Rica (UCR) indica que el 45% votará por Fabricio y el 42% por el candidato del PAC, previéndose un empate técnico.

Por su parte, la empresa OPol lanzó una nueva proyección en la que Fabricio va ganando la contienda por amplio margen: 56.1% frente a 43.9%. Algunos sospechan que los intereses de grupos con poder político y económico están detrás de estos datos. Días antes, el IDESPO (Instituto de Estudios Sociales en Población) de la Universidad Nacional, había registrado una amplísima ventaja para Carlos Alvarado: 52% frente a 29%, pero esos datos han sido seriamente cuestionados por la metodología de la encuesta y no resultan fiables. Esto ha incrementado dudas y tensiones. A un mes de la segunda ronda, la última encuesta de la UCR volvióa mostrar un empate técnico y descubió un 20% de indecisos. En la encuesta, Carlos Alvarado obtiene un 41% de respaldo y Fabricio Alvarado un 39%. Carlos Alvarado recibe más apoyo de votantes de otros partidos y Fabricio Alvarado, de quienes no votaron.

HA SURGIDO UNA NUEVA RESPONSABILIDAD


Costa Rica está viviendo un intenso momento político. Varios grupos han surgido para intentar frenar el ascenso del candidato de Restauración Nacional, uno de ellos “Coalición Costa Rica”, que busca sumar a la mayor cantidad de personas más allá de sus filiaciones partidarias, unidas por el objetivo de evitar la llegada al gobierno de un partido religioso que va en contra de las aspiraciones por vivir en un país inclusivo y democrático.

Han surgido también gran cantidad de iniciativas ciudadanas en los ámbitos locales, tratando de atraer votos de personas indecisas o que se declaran abstencionistas. Estos grupos no tienen una tarea fácil, pero se experimenta en ellos un esfuerzo conjunto y un sentido de responsabilidad de gran cantidad de ciudadanos.

Independientemente de los resultados finales, ojalá estas fuerzas tracen rumbos que permitan alcanzar que Costa Rica se declare y sea un auténtico Estado laico, ya que aún aparece constitucionalmente como un Estado confesional católico. Ojalá también las tensiones de este difícil momento logren apartar de las políticas públicas a los colectivos religiosos, sean clérigos católicos, pastores, salmistas y similares.

¿QUÉ PESARÁ MÁS?


Ambas fuerzas están claras y empujan hacia extremos contrarios. ¿Qué pesará más? ¿El control que ejercen los líderes evangélicos metidos a políticos sobre un 15% del electorado que los escucha a diario y los sigue obedientemente?

¿La apatía y el desencanto de quienes piensan que el PAC lo ha hecho tan mal que ya no es opción? ¿El conservadurismo católico tradicional, homofóbico y con resistencias a la educación sexual? ¿Las negociaciones y acuerdos de los partidos tradicionales y de los partidos pequeños, que buscarán sacar provecho de una alianza con el candidato evangélico, dejándole a los evangélicos los “valores” y asumiendo ellos la política fiscal?

¿Será que las fuerzas críticas, las de la izquierda, la juventud informada, los moderados de los otros partidos, los indiferentes pero aterrados ante la posibilidad de un gobierno como el que proyecta Fabricio, saldrán a votar y revertirán los pronósticos que hablan de una gran abstención, lo que claramente favorecería a Fabricio?

La guerra cultural se ha desatado y la triste puesta en escena de los actores políticos nacionales ha hecho visibles las crecientes inequidades que existen hoy en Costa Rica. Hemos visto a un pueblo cansado de no tener oportunidades, harto de la corrupción y del abandono de la clase política y hemos conocido a un partido oportunista que ha sabido capitalizar esos reclamos presentándose como los desencadenantes de “la revolución de los pobres”.

PAC: UNA CAMPAÑA DE DOBLE FILO


La estrategia del PAC y la de sus seguidores de apostar por el conocimiento y las capacidades profesionales de su candidato, Carlos Alvarado, es un arma de doble filo. Mostrar al evangélico como ignorante y retrógrado ha enojado aún más a su rebaño electoral. “Es uno de los nuestros que va a llegar al gobierno, no importa que no sea tan preparado, pero nos conoce y ha estado con el pueblo”, es una de las apreciaciones reiteradas en las redes sociales.

Ésta es la ambigüedad de una campaña centrada en resaltar la incapacidad del evangélico. Por una parte podría movilizar a los indecisos y abstencionistas, espantados por la falta de criterio de un futuro gobernante. Por otra, esos argumentos incomodan mucho a la gente más sencilla que los toma como una ofensa a ellos y que, en respuesta aseguran que votarán por Fabricio, por “ser uno de los nuestros”.

PRN: UNA CAMPAÑA QUE LEVANTA CRÍTICAS


La estrategia de Fabricio para lograr la Presidencia también levanta muchas críticas. Luego de reunirse con ex-Presidentes de la República (Arias, Calderón, Pacheco, Chinchilla) ha empezado a moderar su discurso. Dice, por ejemplo, que no será necesario sacar a Costa Rica de la Corte Interamericana de Derechos Humanos y que apostará a la diplomacia.

Además, luego de verse escandalosamente expuesto por su falta de conocimiento y de propuestas en temas centrales para el país, durante el debate organizado por representantes del sector empresarial, ante un oponente calmo, seguro y sólido en sus respuestas, el candidato evangélico ha empezado a cancelar entrevistas, debates y apariciones públicas.

A pesar de todo, sus seguidores lo defienden. Dicen que prefieren que no asista a “ámbitos amañados” a favor del PAC y que prefieren que Fabricio emplee su tiempo en visitar las comunidades.

LOS DERECHOS DE LA COMUNIDAD DIVERSA


En el mismo escenario de la guerra cultural que vive Costa Rica existen serias preocupaciones por los derechos humanos de las personas de la comunidad LGTBI+.

En febrero, organizaciones dedicadas a esta tarea alertaron sobre alrededor de 30 casos de agresiones causadas por la orientación sexual de las personas, que se cree puedan relacionarse con los discursos discriminatorios que se han disparado y que han legitimado y dado fuerza a quienes rechazan a las personas diversas sexualmente. Esto parece estar incidiendo en un incremento de la inseguridad de quienes forman parte de esta comunidad.

El 26 de febrero el candidato a la Vicepresidencia de la República por el partido Restauración Nacional, Francisco Prendas, afirmó en un programa radiofónico conducido por los directores de los dos medios de comunicación más grandes del país (Telenoticias y La Nación) que, de ganar las elecciones, no nombrarían para cargos en el gobierno a personas que no compartan “su moral heterosexual”, yendo así contra toda la normativa en materia de derechos laboralesvigente en el país.

Inmediatamente, Fabricio Alvarado ofreció públicas disculpas por las declaraciones de su compañero de fórmula.

UN PAÍS HOMOFÓBICO AFECTARÁ EL TURISMO


En paralelo, el diario “La Nación” recordó la prédica del candidato evangélico en noviembre en la Iglesia Internacional del Gran Rebaño, templo dirigido por los padres de su candidata a la primera Vicepresidencia.

En esa ocasión, Fabricio dijo: “Cuando el enemigo logra confundir sexualmente a una persona y desviar su identidad sexual lo que está haciendo es destruyendo su identidad en Dios”. Ya en otras prédicas había rechazado el matrimonio igualitario y expresó que las personas que quieren dejar la homosexualidad deberían tener un espacio para ser atendidas y “restauradas”. No en vano el nombre de su partido es Restauración Nacional.

En ocasión de este incidente, la Cámara Nacional de Turismo se reunió con el candidato para recordarle que un 10% del turismo de Costa Rica corresponde a personas de la comunidad LGBTI+, que vienen a disfrutar de la libertad y la paz que sienten en el país.

La Cámara ha manifestado que las posiciones del partido evangélico han dado la vuelta al mundo presentando a Costa Rica como un país homofóbico, contrario a los derechos de las personas sexualmente diversas, lo que podría afectar el turismo, pues preferirían un destino que les garantice seguridad. Después de este encuentro, Fabricio dijo a “La Nación” que está a favor de esta población y que no tiene ningún odio hacia ella.

¿Y EL VOTO DE LOS MIGRANTES?


En Costa Rica hay 61,668 personas extranjeras que se han naturalizado como ciudadanas costarricenses y por eso pueden votar. La mayoría son nicaragüenses. Un número aún más significativo corresponde a hijos de migrantes que ya nacieron en Costa Rica y que también pueden votar.

Aunque no existen datos confiables sobre la vinculación de los migrantes a los grupos neopentecostales, la experiencia de las organizaciones sociales que acompañan a migrantes permite suponer que es bastante alta.

Por dos razones. La primera, la escasa acogida que hay a los migrantes en las parroquias católicas. Hay, por ejemplo, casos de sacerdotes que no han aceptado bautizar a bebés porque sus padres carecían de documentación migratoria actualizada.

La segunda razón apunta a la evidencia de la creciente presencia de cultos evangélicos en las comunidades urbanas y rurales más empobrecidas, con intensas estrategias de captación de feligresía, lo que las convierte en espacios de “solidaridad y hospitalidad” para la gente migrante. En el caso de la comunidad de La Carpio, en San José, existen al menos 80 grupos evangélicos para una población que no llega a las 25 mil personas, casi la mitad de origen extranjero.

EL TEMA MIGRATORIO EN EL PLAN DE LOS CANDIDATOS


En el reto que representan los planes de gobierno, las propuestas de Carlos Alvarado resultan, por mucho, las más consistentes no sólo en cuanto a los derechos humanos, también muestran información y conocimiento sólido sobre las dinámicas migratorias en Costa Rica, las acciones en curso y las demandas más sentidas de la población migrante en el país.

El plan de gobierno del candidato evangélico apenas dedica no más de 150 palabras al tema migratorio. Las propuestas del PAC casi cuadriplican la cantidad de palabras sobre este tema.

El plan de Fabricio resulta algo preocupante. Propone, por ejemplo, “fortalecer drásticamente la policía migratoria y hacer del tema “migración” un tema país y, por ende, merecedor de una política nacional consistente y seria, que acabe con la ilegalidad migratoria y permita una mejor lucha contra el crimen transnacional”.

Menciona también la necesidad de “promover una política de amnistía migratoria -por un año- y endurecer, a partir de eso, la política de deportación de los extranjeros que no hayan querido legalizarse, de tal manera que se legalicen los que demuestren estabilidad y arraigo, y se detenga la entrada masiva de inmigrantes ilegales, que está colapsando nuestro sistema de seguridad social: salud, asistencia, vivienda y educación”.

PREJUICIOS DE LA SOCIEDAD CONTRA LA MIGRACIÓN


Aunque la propuesta de amnistía suena siempre para muchos como esperanzadora, no es de sencilla aplicación ni tampoco depende de la voluntad de las personas migrantes.

Muchas personas quisieran acogerse a un proceso de regularización migratoria simplificado, pero se les hace materialmente imposible lograrlo. Por eso, más que a la promesa de la amnistía, se le debe prestar atención a lo negativo de ese prejuicio de que hay en el país una “entrada masiva de inmigrantes ilegales” que colapsa los servicios públicos y que está asociada a la criminalidad. Se trata de un prejuicio ya muy rebatido en el país por académicos y activistas.

Ambos candidatos han tratado tímidamente el tema migratorio por temora las reservas y rechazos de buena parte de la sociedad costarricense. Revisando los planes de gobierno de ambos se evidencia esa timidez y se adivinan las contradicciones.

Y hay que reconocer que es probable que no faltará población costarricense, con antecedentes de migrantes o con familiares aún en esa condición que, bajo la orientación de sus pastores, den el voto al candidato que de peor manera se refiere al reto migratorio.

LA COSTA RICA QUE NADIE QUIERE VER


El clima electoral que hemos vivido desde que inició el año 2018 ha retratado a la Costa Rica que nadie quiere ver, la olvidada, la de los asentamientos urbanos en donde migrantes y nacionales rascan lo mínimo para sobrevivir, la de las costas donde viven las familias más pobres, la de los cantones rurales que quedan fuera de los flashes de la política que se cocina en el Gran Área Metropolitana.

Es en esos lugares a donde no llega la calle asfaltada a donde sí han llegado templos para el culto evangélico cada veinte pasos, en donde el pastor se ha convertido en la única figura de autoridad que determina cuál es el camino a seguir. Es en esos lugares donde no hay oportunidades de una vida digna donde la visión neopentecostal del mundo se ha impuesto.

Esos pastores, autodenominados profetas, que hace un mes ni soñaban que era posible convertirse en diputados, ahora ya lo son. “Los ha elegido el pueblo”, ha dicho Fabricio, cuando lo interpelaron por las lamentables declaraciones de una diputada electa de su partido en la provincia de Limón, reveladoras de su ignorancia sobre los problemas de la provincia y del país, preocupada prioritariamente por la “ideología de género”, que describe como “un tema muy amplio” y muy inquieta por impedir las guías de educación sexual que califica como “que le metan a un niño un montón de basura”…

Sin embargo, es cierto: a esos diputados los ha elegido el pueblo, el pueblo tico dejado a su suerte por la clase política, también por la jerarquía católica, y apoyado por religiosos que no predican la ética incluyente de Jesús de Nazaret, sino una teología y una moral que sólo provocan miedo, culpa y resignación.

CORRESPONSAL DE ENVÍO EN COSTA RICA.

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