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Universidad Centroamericana - UCA  
  Número 360 | Marzo 2012

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Nicaragua

Días de ceniza

La liturgia católica inicia en los meses de febrero y marzo cuarenta días de reflexión y arrepentimiento recordando a los creyentes que todo lo que somos, todo lo que tenemos, todo lo que planeamos y nos parece sólido se convertirá en cenizas, que nada ni nadie es para siempre. Los primeros dos meses del nuevo gobierno de Ortega parecen convocar al partido de gobierno a la reflexión.

Equipo Envío

Los cinco años del segundoperíodo de gobierno de Daniel Ortega (2012 – 2015) fueron diseñados, ya desde el fraude cuidadosamente organizado por el Poder Electoral, para que el FSLN pudiera ir, más ligero y con menos obstáculos, por “más victorias”. Bien ajustado el diseño y buenas perspectivas de solidez. Pero el comienzo del segundo período de Ortega no ha sido tan expedito como pensaron los diseñadores. Han sido días para la reflexión, días de ceniza...

LAS RESERVAS

Los principales aliados nacionales de Ortega, la élite empresarial del COSEP, están más preocupados que nunca. Están dolidos, hasta desconcertados. La primera gran preocupación los asaltó cuando en la 11 Cumbre de los países del ALBA, celebrada en Caracas el 4 y 5 de febrero, el Presidente Ortega anunció que Nicaragua depositaría el 1% de sus reservas internacionales brutas (RIB) ($17 millones) en el Banco del ALBA para capitalizarlo.

El monto de esas reservas es uno de los índices más sensibles para garantizar la estabilidad macroeconómica de un país y son contabilizadas con lupa por el FMI en las arcas de los países con los que mantiene acuerdos, Nicaragua uno de ellos.

En Managua, para tranquilizar a los preocupados, el presidente del Banco Central, Antenor Rosales convocó a una rueda de prensa: “Es importante que sepamos que las reservas internacionales brutas no se manejan a gusto y capricho de alguien. Se manejan de conformidad a la Ley Orgánica del Banco Central, que manda que garanticemos liquidez, seguridad y rendimiento”. La aclaración del alto funcionario, reconocido por su franqueza al distanciarse de algunas otras declaraciones e ideas de Ortega, preservando la autonomía que el Banco Central tiene por ley, la percibió la opinión pública como una audacia. Lo era. También lo percibió así la pareja presidencial. Y como en el gobierno nadie puede ser audaz, tener iniciativas propias o descollar, se le pidió la renuncia a Rosales.

Después de días llenos de rumores y de los silencios de Rosales y del gobierno, se confirmó la renuncia y Ortega nombró para dirigir el Banco Central a Alberto Guevara, hasta ese día Ministro de Hacienda. Nada más asumir, en sus primeras declaraciones, Guevara anunció que Nicaragua contribuiría con recursos al Banco del ALBA. El Presidente del COSEP, José Adán Aguerri, comentó: “Los gobiernos no deben aspirar a tener funcionarios marionetas”.

Días después, la aplanadora del partido de gobierno en la Asamblea aprobó, a propuesta de Ortega, que en un plazo de seis meses 4 millones 800 mil dólares de la partida de gastos contingentes del presupuesto nacional capitalicen el Banco del ALBA. Una cantidad similar se entregará anualmente a ese Banco en los próximos cinco años, quedando pendiente la discusión sobre si destinar o no reservas RIB a ese objetivo.

El equipo económico del gobierno de Ortega durante sus cinco primeros años -al frente de él Rosales- era considerado por la élite empresarial nacional y por el FMI y los organismos financieros internacionales, garante de profesionalismo y de seriedad y por eso se presumía “intocable”. ¿Por qué tocarlo en vísperas de un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario?

LOS DOS CASOS

Mientras se prolongaba, sin lograr acuerdos, el diálogo entre gobierno, sindicatos y empresarios sobre el salario mínimo, en el que los sindicatos acusan al COSEP de “insensibilidad”, los empresarios lo definen como “diálogo de sordos” y el gobierno hace malabares para lograr que el acuerdo salga tripartito y así envíe señales de estabilidad y de consenso, la élite empresarial se vio conmovida por otro hecho inesperado.

A mediados de febrero, efectivos de la Policía Nacional, por órdenes de la Procuraduría General de la República (PGR), entraron a la fuerza en el complejo turístico de playa Punta Teonoste (Rivas), propiedad de empresarios suizo-nicaragüenses, levantando un cerco para apropiarse de 20 manzanas, que la PGR escrituró a nombre del ex-guerrillero sandinista, ex-guerrillero contrarrevolucionario y actual funcionario del gobierno, Edén Pastora. Con su habitual desparpajo, Pastora, quien ya había sido beneficiado con 6 manzanas en esa misma costa, recibió 20 más -su precio se calcula en unos $5 millones- afirmando que lo merecía.

Desde hacía años no se veía a la cúpula empresarial del COSEP tan nerviosa, dolida y movilizada verbal e institucionalmente como en esta ocasión. El propio ministro de Turismo, Mario Salinas, expresó su desacuerdo con la medida gubernamental, por la mala señal que enviaba a los inversores extranjeros en el área turística -una de las apuestas económicas del país-, con lo que corrió el rumor de que también se le pediría la renuncia por su audacia crítica.

Apenas el mes anterior, la PGR había invadido con la fuerza policial 17 manzanas de una millonaria propiedad ubicada en una zona estratégica de Managua (frente a Galerías Santo Domingo) disputándola a un consorcio privado.

LAS PROPIEDADES

Reuniones extraordinarias en Punta Teonoste, declaraciones llenas de alarma, presiones y negociaciones pusieron de nuevo sobre el tapete el temor al regreso de las “confiscaciones”, o por las acciones realizadas desde arriba por la Procuraduría sobre propiedades privadas -ya ha habido varias- o por las realizadas desde abajo por “tomatierras” o activistas del partido de gobierno -está habiendo muchas-.

Sobre el tapete está desde hace treinta años el problema de la propiedad. Según el estudio titulado “Mercado de tierras y seguridad en su tenencia”, elaborado en 2011 por Horacio Rose y difundido por la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (FUNIDES), los problemas que generan inseguridad -doble registro, archivos de registro y catastro sin actualizar y un 80% de la tierra sin catastrar- permiten llegar a la conclusión de que una de cada dos propiedades en Nicaragua no puede ser vendida o hipotecada sin alterar derechos de terceros.

El nerviosismo del COSEP ante los casos de Punta Teonoste y Galerías y la insistencia del think tank del INCAE en la necesidad de resolver los problemas de propiedad como pieza maestra para institucionalizar el país tienen que ver, naturalmente, con la gravedad de ambos casos. ¿No tendrán que ver también con la ofensiva compradora de bienes raíces, poco publicitada pero acelerada, a la que está dedicada desde hace un tiempo la empresa venezolana-nicaragüense Albanisa, manejada por el partido de gobierno?

LOS RECLAMOS
Y LOS MALESTARES

Las tensiones con los aliados de la cúpula empresarial convocan al gobierno a la reflexión. Reflexión deberían provocar también las variadas y constantes expresiones de malestar social que han surgido por todas partes desde que Ortega retomó la Presidencia.

Tensiones entre militantes del FSLN, que continuaron reclamando en varios municipios contra la imposición por “dedazo” de candidatos a las elecciones municipales. Y aunque el partido de gobierno ha tratado de calmar el malestar realizando encuestas, las heridas van quedando y no puede descartarse que se enconen con sanciones y purgas.

Tensiones entre pobres. Responsables de “caponeras” (mototaxis y ciclotaxis habilitados para el transporte de pasajeros a precios más económicos en zonas suburbanas) organizaron tranques y reclamos protestando por los privilegios que tienen los taxis sobre estos micronegocios emergentes.

Tensiones en las cárceles. Privados de libertad en distintos penales del país -con violencia en el penal La Esperanza de Estelí, en donde hubo un motín a finales de febrero, que dejó decenas de heridos-, reclaman condiciones carcelarias más humanas: se quejan de hacinamiento, mala alimentación y trato represivo. Desde hace tres años, a los dos organismos de derechos humanos nacionales (CENIDH y CPDH) se les ha impedido visitar a los reos en las instalaciones del sistema penitenciario para conocer de sus reclamos y ver las condiciones en que viven.

Las expresiones de los amotinados en Estelí, a escasos días del trágico incendio en el penal de Comaya-gua en Honduras, demostraron que la globalización de la información penetra cualquier barrote.

Tensiones en los ex-combatientes del servicio militar obligatorio de los años 80. Los “Cachorros” han organizado diversas protestas. Las últimas, con tranques en la carretera panamericana exigiendo beneficios sociales (una ley, tierras, pensiones...). Protestaron por los privilegios cada vez más evidentes para quienes han subido a la escalera del poder: rechazaron las 20 manzanas que el gobierno le regaló a Pastora y los millonarios recursos que le da a la universidad UNICA, propiedad del Cardenal Obando. Y le recordaron a Ortega que si está en la cúspide de esa escalera es gracias a ellos.

LAS TIERRAS COSTEÑAS

El más complejo de los malestares, el de más difícil resolución y el más descuidado por los medios nacionales es el conflicto de tierras que se mantiene en el Caribe Norte.

Una de las más sólidas cartas de presentación que ha tenido el gobierno de Ortega en los foros internacionales ha sido la demarcación y titulación de tierras caribeñas a favor de sus dueños originarios, los indígenas del Caribe. Pero las expectativas de tierras de los colonos mestizos que van poblando ese inmenso territorio del país, convirtiéndose con el tiempo en mayoría frente a la población autóctona, generan fuertes contradicciones: tierras ocupadas, tierras usurpadas, tierras en litigio, linderos y límites imprecisos, reclamo al gobierno para que fije los “mojones ancestrales”...

En febrero grupos mískitos retuvieron a más de una docena de colonos y policías voluntarios mestizos, a lo que comunidades mestizas respondieron reteniendo a mískitos y hubo tranques en varios puntos del Caribe norte reclamando la libertad de los “secuestrados”. Los mískitos denuncian a la Policía y a autoridades nacionales de tomar partido a favor de los mestizos. Para el gobierno es muy difícil resolver este conflicto por tierras, dando una respuesta que satisfaga a todos, que responda a la creciente población mestiza, y que no afecte sus buenas notas internacionales.

LAS CAUSAS

Algunas de estas expresiones de malestar social -sin fácil solución ninguna- tienen raíces históricas, otras las tienen más coyunturales. Están atizadas por varios factores.

Las atizan en el día a día las alzas del costo de la vida provocadas por la continua e imparable alza de los precios internacionales del petróleo. Para una gran mayoría de nicaragüenses resulta inexplicable que, aun con el favorable convenio petrolero que el Presidente Chávez le mantiene a Ortega desde hace cinco años, en Nicaragua el precio de los combustibles sea el más caro de Centroamérica. Este mes se anunció que los subsidios con que se viene financiando desde hace unos meses el alza de la energía eléctrica pueden terminar en junio y están endeudando cada vez más a Nicaragua con Albanisa, empresa de capital venezolano (51%), en que el 49% es de capital estatal nicaragüense, aunque su administración está en manos del partido de gobierno. Albanisa monopoliza la intermediación de las importaciones del petróleo venezolano y su comercialización local.

Atizan también los malestares cinco años de subsidios, prebendas y regalías. La práctica permanente del gobierno de dar y dar y dar ha generado expectativas en todos los sectores que esperan, aspiran, sienten que merecen o ambicionan lo que ya tienen otros o lo que les prometieron en la campaña electoral.

LA ENFERMEDAD

En este ambiente, abundante en malestares cupulares y sectoriales, no pudo haber llegado peor noticia que la que se difundió precisamente en vísperas del miércoles de ceniza: el Presidente Chávez tenía que regresar a Cuba para operarse de nuevo por una “lesión” detectada en el mismo lugar -nunca precisado- en el que en junio le había sido extirpado un tumor cancerígeno de gran tamaño. La “lesión” es una recurrencia del cáncer.


El proyecto de concentración de poder que caracteriza el diseño político del FSLN en su regreso al gobierno ha dependido desde el primer día y desde hace más de cinco años de la cooperación incondicional y millonaria que el Presidente Hugo Chávez decidió entregarle a Daniel Ortega para que éste la administrara a su entera discreción. Sin Chávez el curso de los acontecimientos en Nicaragua hubiera sido otro.

LOS RECURSOS

Nicaragua recibe unos 10 millones de barriles de petróleo anuales, que hacen funcionar la economía. Se pagan a un crédito extremadamente concesional. Las ganancias de este convenio han puesto en manos de Ortega casi 2 mil millones de dólares en los pasados cinco años, cantidad que ninguna otra cooperación extranjera había facilitado a ningún otro gobierno nicaragüense.

Con esos recursos -no auditados por nadie- Ortega ha podido calmar las penurias más inmediatas que causa la pobreza estructural con diversos programas sociales. Contando con esos recursos, Ortega se ha permitido despreciar o menospreciar o no hacer nada para retener la cooperación histórica de una docena de países europeos, el último Finlandia, el penúltimo Alemania, que han dejado de cooperar con Nicaragua o han reducido sensiblemente su cooperación, que se fueron ya, que se están yendo y que ya no regresarán.

LAS PREGUNTAS

¿Qué sucederá en Nicaragua con la ausencia de Chávez, con su deterioro físico, con un cambio político en Venezuela a consecuencia de esto? ¿Qué sucederá si, ya sin Chávez, los términos del acuerdo petrolero cambian? ¿Y si se suspende el acuerdo, se nos piden cuentas por todo lo que entregó Chávez incondicionalmente a Ortega y la generosidad se transforma en deuda pública? La única respuesta es la necesidad de prepararse.

¿Está Nicaragua preparada? ¿Está el gobierno de Ortega preparándose? ¿O sólo se está preparando Albanisa comprando bienes raíces por todo el territorio nacional?

En estos días de ceniza, de reflexión sobre la caducidad de todo, no bastarán las oraciones que “ininterrumpidamente” el gobierno dice estar elevando al cielo porque Chávez reciba “energía sanadora”. En el contexto de este año en que deben celebrarse elecciones municipales, y después del fraude electoral, documentado en palabras muy diplomáticas por los informes finales de la OEA y de la Unión Europea, Ortega debería hacer algunos gestos, “gestos electorales”, que demostraran no sólo “arrepentimiento”, sino preparación para un escenario de corto plazo sin Chávez, que pudiera ser para Nicaragua, y para el propio gobierno, extremadamente negativo.

LOS GESTOS

¿Qué gestos electorales? Las 24 recomendaciones del informe de la Unión Europea -presentado en Managua el 20 de febrero- indican el camino. Coinciden plenamente con la propuesta que desde el año 2000, y en solitario entonces, los organismos nacionales IPADE y Ética y Transparencia (EyT) hicieron, advirtiendo los riesgos de la reforma electoral pactada aquel año entre Daniel Ortega en la oposición y Arnoldo Alemán en la Presidencia.

Hoy, aquella propuesta pionera, presentada a todo el espectro político y cabildeada ante las distintas bancadas de tres distintas conformaciones del Legislativo, cuenta con el respaldo de más de una docena de organizaciones sociales y de un centenar de gremios, que en estos años se unieron para formar el Grupo Promotor de las Reformas Electorales. Las respaldan la élite empresarial del COSEP, las jerarquías de la iglesia católica y de las iglesias evangélicas. Todos.

Quienes dirigen IPADE y EyT coinciden en que, a pesar de los vacíos y fallas de la ley electoral pactada, ésta funcionó con parámetros aceptables hasta las elecciones de 2006, cuando Ortega regresó al gobierno. Después de aquellos comicios, el sistema comenzó a tambalearse con el fraude en las elecciones municipales de 2008, al ser administrada la ley por funcionarios totalmente plegados al partido de gobierno. El fraude del 6 de noviembre de 2011 determinó el definitivo colapso del sistema.

EL PRIMER GESTO

Siendo las elecciones de 2011 que repusieron en la Presidencia a Daniel Ortega “imposibles de certificar” (EyT), “inauditables e imposibles de verificar por la cantidad de acciones y omisiones cometidas por el Consejo Supremo Electoral” (IPADE), con un desarrollo que “no alcanza los parámetros mínimamente aceptables internacionalmente y con tal proceso de ocultamiento y oscurecimiento, para que no viéramos el proceso, que no tenemos elementos para decir con certeza cuáles fueron los resultados” (eurodiputado Luis Yáñez, al frente de la misión de observadores de la Unión Europea), algunos gestos electorales debería hacer el Presidente Ortega para rescatar el prestigio de Nicaragua, para legitimarse, para restaurar credibilidad a su partido y hasta para demostrar su propia capacidad como estadista.

IPADE y EyT coinciden en que como el camino para mejorar el sistema electoral nicaragüense es largo, lo urgente es dar ya algunos primeros pasos por ser 2012 un año electoral con elecciones municipales en noviembre.

La propuesta de IPADE y de EyT es que el primer paso, el primer gesto que diera una señal de voluntad política de cambio sería reconstituir el Poder Electoral con un número suficiente de autoridades que le permitieran recuperar la credibilidad perdida. Opinan que, si aun con la actual ley electoral, hubo un momento en que ésta se administró aceptablemente, nuevas autoridades que lograran volver a hacerlo permitirían llegar a las elecciones municipales con un cierto alivio, para después concentrar todas las energías en una verdadera reforma de la ley electoral.

Hacer esto supone que el partido de gobierno revise su diseño político: concentración de poder e imposición de la voluntad de poder personal y de un grupo como voluntad general.

¿Iniciará Ortega un camino de rectificación, si no por convicción democrática, sí en previsión del complejo y nada estimulante horizonte que se abatirá sobre Nicaragua si en Venezuela todo cambia? Cuando concluimos estas páginas, en mitad de la cuaresma y en días de ceniza, ninguna señal indicaba que eso sucederá.

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