Envío Digital
 
Universidad Centroamericana - UCA  
  Número 36 | Junio 1984

Anuncio

Nicaragua

La Costa Atlántica: ¿política de genocidio?

En base a los resultados de una extensa investigación, el CIDCA elaboró para Envío este informe sobre los problemas, agigantados por la propaganda internacional, que hoy se viven en la Costa Atlántica de Nicaragua.

Equipo Envío

Periódicamente, el gobierno nicaragüense es acusado internacionalmente de desarrollar una política violatoria de los derechos humanos de los habitantes de la Costa Atlántica -especialmente de la población indígena miskita-, tipificandola incluso como política de genocidio. El CIDCA (Centro de Investigación y Documentación sobre la Costa Atlantica), centro autónomo con sede en Managua, vinculado al Consejo Nacional de Enseñanza Superior (CNES), llevo a cabo durante dos meses (noviembre 83 a enero 84) una investigación que permitiera evaluar la validez de estas acusaciones en el momento actual. La investigación incluyo entrevistas con 170 mískitos, sumus y creoles de 30 comunidades de todo el Departamento de Zelaya. Dirigentes religiosos moravos, católicos y anglicanos; militares y funcionarios gubernamentales responsables de todos los ministerios (salud, educación, abastecimiento...) fueron ampliamente consultados por el CIDCA.

Basándose en los resultados de esta extensa y valiosa investigación -titulada "Trabil Nani: ("Muchos Problemas" en lengua miskita). Historia y Situación Actual en la Costa Atlántica de Nicaragua" y concluida en abril de 1984 el CIDCA elabora para envío este informe, más breve, que completa anteriores informaciones sobre la problemática de la Costa aparecidas en los números de envío 4, 9, 10, 18 y 31, correspondientes a septiembre/81, febrero, marzo y diciembre/82 y enero/84, a los que remitimos al lector para que su visión sea mas amplia.

Desde Fagoth a Nietschmann: las mismas acusaciones

En su alocución del 9 de mayo sobre Centroamérica, Ronald Reagan dio el aval presidencial a cualquier acusación que se formule contra la revolución nicaragüense, sin importar que grado de falsedad haya en ella ni que pruebas la fundamentan.

Entra la lista de acusaciones presentadas por el mismo aquella noche estaba esta:

"Se ha intentado exterminar por completo una cultura, la de los indios mískitos, miles de los cuales han sido sacrificado o internados en campos de concentración en los que mueren de hambre y son vejados. Sus poblados, sus iglesias y sus cosechas han sido incendiadas".

Fue en enero de 1982 cuando se lanzo por primera vez la acusación de "genocidio" contra el gobierno nicaragüense. En aquel momento, 39 comunidades mískitas fueron evacuadas desde sus poblados en las orillas del Río coco a asentamientos en el interior, a causa de una serie de ataques contrarrevolucionarios que se venían produciendo en esta parte de la frontera con Honduras. Steadman Fagoth, ex-dirigente de MISURASATA -la organización indígena fundada en la Costa a raíz del triunfo revolucionario- y organizador de muchos de los ataques que precipitaron la medida de evacuación, acuso al ejército nicaragüense de haber asesinado por lo menos a 400 ciudadanos mískitos, añadiendo que otros 3 mil habían "desaparecido", responsabilizando de todos estos crímenes a los sandinistas.

Organizaciones independientes como "Américas Watch" y el International Indian Treaty Council realizaron sus propias investigaciones en los nuevos asentamientos a principios del año 82. Fueron visitas necesariamente breves, pero demostraron suficientemente que la acusación sobre brutalidades deliberadas y masivas eran falsas, exageradas o carecían de fundamentación.

Ciertamente, algunos poblados y algunas cosechas que quedaron abandonadas fueron quemadas por el ejército y estos hechos los ha reconocido el propio gobierno nicaragüense. Y de las 21 mil personas que iban a ser afectadas por la evacuación, 10 mil prefirieron atravesar la frontera y pasar a Honduras y otras 3 mil se dirigieron a Managua o a otras zonas de Nicaragua, pues nadie fue forzado a ir a los asentamientos. Pero también es cierto que los niños, ancianos y mujeres embarazadas que fueron evacuados fueron trasladados vía aérea hasta los nuevos asentamientos y que los que tuvieron que hacer a pie el largo trayecto de 80 kms. fueron acompañados por equipos médicos y que, según informes fiables, no hubo ninguna muerte no natural durante los días de la evacuación.

Ahora, dos años después, las acusaciones sobre violación de los derechos humanos de los mískitos han resurgido con mayor intensidad entre personas que tienen influencia en los medios de comunicación. Un ejemplo seria el del cineasta alemán Werner Herzog -responsable el mismo de la muerte de varios indios peruanos mientras filmaba su "Fitzcarraldo" hace cuatro años- que anuncio en Europa su proyecto de producir una "balada estilizada" sobre lo que el llama "angustiosa" situación de los mískitos. Un testimonio presentado en octubre de 1983 ante al Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA por el Dr. Bernard Nietschmann, profesor de geografía en la Universidad de Berkeley (California) ha tenido amplia publicidad. Con abundancia de detalles gráficos y pretensiones de objetividad científica, Nietschmann habla de "amplias, sistemáticas y arbitrarias violaciones de los derechos humanos de las comunidades indígenas mískitas", poniendo un obstáculo a todos aquellos que intenten verificar su testimonio: no da ni nombres ni lugares ni fechas que precisen mas estos supuestos crímenes.

Una pieza básica en esta nueva ola de acusaciones es un articulo aparecido en el "National Catholic Register" (enero 8/1984), que esta basado en una entrevista con un médico ex-boina verde, Jim Stieglitz, que dice haber visitado el área de Blufields en la Costa Atlantica. Stieglitz describe imaginarios campos de concentración y de trabajo forzado, en los que habría extensas epidemias de viruela, jaulas con tigres y retenes en las carreteras que a ellos conducen con soldados que solo hablan en ruso. El articulo es tan increíblemente fantasioso que hasta los datos geográficos son incorrectos. Se habla de Teocacinte como uno de estos campos de concentración en la Costa, en donde habrían 25 mískitos presos, cuando Teocacinte es uno de los poblados norteños del país, ubicado en la comunidad fronteriza de Jalapa en la zona pacifica. (Datos migratorios indican que Stieglitz estuvo en Nicaragua solo dos días, tiempo en el que es materialmente imposible ir y volver a Bluefields por tierra, tal como el cuenta en su articulo).

Aunque el publico bien informado en el exterior no presta atención a este tipo de artículos calumniosos, estos cumplen evidentemente una función. Desvían la atención de problemas que son básicos. Las reales condiciones de guerra que existen en la Costa Atlántica son ignoradas sistemáticamente en estos escritos, para que así todo se enfoque en la "verificación" de las acusaciones sobre violaciones de los derechos humanos. Aunque el hecho de que esta zona sea zona de guerra no excusaría la violación de los derechos humanos de la población civil ni justificaría, sin mas, los fallos o errores del gobierno nicaragüense al tratar de resolver muchos de los problemas que se han presentado, el factor de la guerra no es un dato mas entre muchos ni puede ser considerado como irrelevante o ser distorsionado, precisamente por aquellos que se dicen observadores imparciales o políticos.

El marco militar es indispensable para entender las condiciones reales en las que se tienen que mover los distintos actores en esta situación. Por elementos clave de este marco militar debe, pues, comenzar este informe.

Estrategia de desgaste sobre una vieja historia de hostilidades

La estrategia de la contrarrevolución en la Costa Atlántica es, en muchos aspectos, similar a la que sigue en el Pacifico. Básicamente podría definirse como una estrategia destinada a crear condiciones para una insurrección interna que derroque al gobierno nicaragüense. Las tácticas en ambas zonas del país incluyen una virulenta propaganda anti-comunista, el hostigamiento y el asesinato selectivo de los miembros de la comunidad que cooperan con los programas revolucionarios de salud y educación o de los profesionales que dirigen estos programas (técnicos de la reforma agraria, médicos, constructores, etc.) y la destrucción de la infraestructura de los proyectos económicos comunitarios. Es evidente que todas estas actividades están destinadas a:

1) Impedir que la población rural experimente los beneficios económicos y sociales de los proyectos revolucionarios.

2) Neutralizar el impacto de las transformaciones revolucionarias a nivel ideológico.

3) Aterrorizar a los que no colaboran con la contrrarrevolución o a los que se deciden a trabajar en los programas del gobierno.

4) Sabotear ampliamente una economía ya debilitada por la guerra contra Somoza, la crisis económica internacional y el bloqueo norteamericano, con el fin de provocar un descontento social.

5) Crear una situación de caos en la que se perciba que el gobierno pierde el control y no puede dar protección a la población, con lo que desgastar su autoridad politica y moral.

Así como la campaña propagandística contrarrevolucionaria en la zona del Pacifico se centra en el anti-comunismo como un medio para ocultar las divisiones y contradicciones de clase, en la Costa Atlántica el tema del "sandinista-comunista" se une a muchos otros símbolos enraizados en la historia de hostilidades étnicas que han enfrentado a ambas mitades del país durante siglos.

La fuente básica que ha alimentado esta línea de propaganda ha sido Steadman Fagoth, peor no puede ignorarse que la semilla por el lanzada ha caído en tierra fértil. Las tensiones entre los mískitos y los españoles -como los costeños llaman a los nicaragüenses del Pacifico- han sido permanentes. Se iniciaron cuando los mískitos se aliaron con los ingleses para impedir la integración de la Costa a la Nicaragua española.

Esta hostilidad latente ha resurgido en varias ocasiones antes de la revolución. Cuando los sandinistas intentaron llevar los cambios revolucionarios a esta aislada zona, con demasiada aceleración y con poca sensibilidad ante las formas culturales tradicionalistas y ante el naciente sentido de la dignidad indígena, los seguidores de Fagoth en MISURASATA -como Fagoth- manipularon esos errores para sus fines, haciendo de la creciente organización indígena -que los mismos sandinista habían promovido- una eficaz base de poder social desde al que desafiar a la evolución en la zona. Los pueblos costeños, marcados por cosmovisiones religiosas desvinculadas de lo político, fueron particularmente sensibles a las acusaciones que se hacían contra la revolución, tanto dentro como fuera del país y que caracterizaban a los sandinistas como "comunistas-ateos". A finales de 1980 esta situación comenzó a alarmar al gobierno revolucionario, que sabía que la costa era una zona estratégica y débil frente a las agresiones contrarrevolucionarias.

Desde la huida de Fagoth hasta la "Navidad Roja"

El primer gran conflicto surgió en febrero de 1981, inmediatamente después que Reagan tomo posesión de su cargo. El motivo fue el tema de la tierra. El gobierno revolucionario accedió a entregar títulos comunales a las comunidades indígenas que no los tenían. Las negociaciones estuvieron basadas en un estudio hecho por MISURASATA. Pero en febrero el gobierno se dio cuenta que MISURASATA había cambiado unilateralmente los planteamientos y los términos de su presentación, intentando hacer publico el reclamo del 33% de todo el territorio nicaragüense -la zona histórica miskita- en la ceremonia de clausura de la Cruzada Nacional de Alfabetización en Puerto Cabezas, forzando así al gobierno a dar una negativa ante tan inesperada demanda. El momento elegido para plantear este reclamo coincida además con el inicio de la política agresiva de la nueva Administración Reagan hacia Nicaragua.

Actuando con precipitación, el gobierno arresto preventivamente a 22 lideres de MISURASATA. A pesar de que todos, excepto Fagoth, fueron puestos en libertad, el desconcierto y la hostilidad de la población indígena no desaparecieron. Y ningún mískito cambio tampoco de actitud cuando se dieron a conocer documentos que probaban que Fagoth había sido un informante de los servicios de inteligencia de Somoza en los años 70.

En mayo Fagoth fue liberado bajo la promesa de que regresaría a la Costa a calmar a sus seguidores y después se iría a estudiar al extranjero con una beca. Efectivamente, volvió a la Costa, pero enseguida cruzo la frontera y se fue a Honduras. Muy pronto, y desde la radio contrarrevolucionaria de la Legión 15 de Septiembre -una banda de ex-guardias somocistas- que aun transmite desde Honduras, Fagoth lanzaba terribles acusaciones en lengua miskita contra los sandinistas, que escuchaba la población de la Costa Atlántica.

En julio, Brooklyn Rivera, otro dirigente de MISURASATA, hizo al gobierno una reclamación territorial similar a la ya citada. Naturalmente, fue rechazada. Rivera dijo entonces que la intención del gobierno era "parcelar individualmente" las tierras indígenas y que el gobierno le amenazaba de muerte y huyo a Honduras. Fue entonces cuando el gobierno desconoció al organización MISURASATA y anuncio que en el futuro el dialogo con las comunidades indígenas lo llevaría directamente el propio gobierno. Las relaciones entre la revolución y los mískitos eran tensas.

Las transmisiones de Fagoth desde Honduras mezclaban símbolos y alusiones religiosas e históricas con falsas noticias sobre atrocidades sandinistas contra los mískitos y exhortaciones a que la población se uniera a la lucha contra la revolución. Tanto pro su carisma y popularidad como por algunos excesos cometidos por los sandinistas -varios mískitos, pro ejemplo, resultaron muertos en Prinzapolka durante los arrestos de febrero-, Fagoth fue capaz de manipular con éxito los temores y resentimientos de los mískitos y arrastrar con el a varios miles de mískitos, con los que engrosó inicialmente sus filas. Con ellos comenzó su actividad armada contrarrevolucionaria.

Trataremos -a partir de aquí- de resumir algunas de las actividades de la organización contarrevolucionaria de Fagoth, MISURA, integrada actualmente en la Fuerza Democrática Nicaragüense (FDN), a quien apoya la CIA, así como las del grupo de Rivera, de formación mas reciente, que retomó el nombre de MISURASATA y que tiene su base en la Costa Rica y esta integrado a la Alianza Revolucionaria Democrática (ARDE) dirigida por Eden Pastora y Alfonso Robelo. MISURA fue responsable de todas las actividades militares que señalaremos hasta comienzos de 1983, momento en el que las bandas de mískitos de MISURASATA comenzaron a incursionar en Zelaya Sur. Hay evidencias de que desde octubre de 1983 las dos organizaciones actúan en coordinación.

Con la ayuda de los militares hondureños y de ex-miembros de la ex-guardia somocista, Fagoth instalo varios campamentos de entrenamiento militar cerca de Mokoron y de otras zonas de la región miskita del sureste de Honduras. El coronel hondureño Leonel Luque visitaba estos campamentos con frecuencia -según informes bien conocidos- y en una ocasión un avión que llevaba a Fagoth, a Luque y a varios coroneles hondureños se estrello, creando un breve escándalo publico sobre la participación del ejército hondureño en los planes y coordinación de las actividades contrarrevolucionarias.

Los mískitos, una vez entrenados, eran enviados nuevamente en pequeños grupos a sus comunidades de origen para desarrollar en ellas un trabajo político que fuera creando una base de apoyo y de reclutamiento para la formación de otros campamentos contrarrevolucionarios en zonas aisladas de la Costa. Por lo menos ocho pastores moravos participaron directamente o dieron apoyo a estas actividades, valiéndose de sus bases y de organizaciones religiosas en la zona.

Las bandas comenzaron a atacar puestos de abastecimiento de la población, a patrullas sandinistas y a determinados civiles. A finales de diciembre de 1981, 80 jóvenes de la comunidad de Tasbapouni en Zelaya sur establecieron un campamento contrarrevolucionario en la otra orilla de la Laguna de Perlas y secuestraron a cinco miembros del Comite de Defensa Sandinista (CDS) de Tasbapouni. Robaron también un barco pesquero del Estado y otro barco, un radio de comunicaciones, medicinas y siete cajas de leche condensada del programa infantil del centro de salud comunitario. (En este caso, el Comandante Lumberto Campbell, viceministro para la región, fue a Tasbapouni e indicó que no se tomaran represalias contra los jóvenes si regresaban y reconocían su error. Volvieron 30. Sabiendo que el campamento había sido descubierto, el resto huyo dejando atados a los prisioneros). Es un ejemplo el tipo de actividades que se dieron en este primer momento.

En diciembre, dos meses de continuos ataques a lo largo del Río Coco, que forma la frontera entre Nicaragua y Honduras, dejaron como resultado 60 muertos entre civiles y miembros del ejército nicaragüense. También fueron robadas 70 libras de oro de la mina del Cerro Dorado. Hubo asaltos a los puestos de distribución de alimentos, a los centros de salud y a los transportes en varias comunidades del río y en una hacienda un campesino fue encontrado degollado y con los ojos sacados.

El hecho mas conocido internacionalmente de las atrocidades realizadas por al contrarrevolución miskita en estos meses fue el ocurrido en el hospital de Bilwaskarma. La Dra. Mirna Cunningham, directora de salud en Zelaya norte y la enfermera Regine Lewis, ambas mískitas, fueron llevadas por al fuerza a Honduras, golpeadas, violadas varias veces entre cantos de carácter religioso y al día siguiente, devueltas a Nicaragua como advertencia para todos aquellos que colaboraran con los proyectos del gobierno.

Para entonces el plan conocido como "Navidad Roja" ya estaba en marcha. Consistía en fomentar la insurrección entre las comunidades del Río Coco, avanzar por la región noreste de Zelaya, básicamente miskita, hasta tomar finalmente la ciudad portuaria de Puerto Cabezas. Se pretendía declarar que esta área como zona miskita liberada haciendo después un llamamiento para obtener reconocimiento y ayuda internacional.

El gobierno de Nicaragua respondió a este plan con la mencionada evacuación de las comunidades del Río Coco a zona mas segura, creando un cordón sanitario y militarizando el área fronteriza con Honduras. La evacuación se realizo bruscamente, con prisa, sin dar tiempo a los contrarrevolucionarios para reaccionar. Los poblados fueron destruidos para que las casas no pudieran ser usadas como bases para los contrarrevolucionarios.

1982: las bandas irregulares se transforman en unidades militares regulares

A lo largo del año siguiente, las tensiones se incrementaron rápidamente, a la par que una serie de acontecimientos confirmaban los temores nicaragüense de que las fuerzas contrarrevolucionarias estaban siendo ayudadas cada vez mas por el gobierno norteamericano. En febrero los medios de comunicación de Estados Unidos revelaron que tres meses antes, la Administración Reagan había entregado $19 millones a la CIA para financiar acciones militares en contra de Nicaragua valiéndose de asesores militares de otros países latinoamericanos, en particular de Honduras y Argentina.

En julio, las maniobras conjuntas honduro-norteamericanas supusieron el traslado del 5o. batallón hondureño a Mokoron, terreno muy similar al de la costa Atlántica nicaragüense. Durante estos ejercicios fueron contabilizados 60 vuelos de aviones C-130 procedentes del Comando Sur de Panamá, que llevaron 4 mil toneladas de equipo militar al área. Parte de este equipo, así como armamento viejo del ejército hondureño, renovado durante las maniobras, paso a las fuerzas contrarrevolucionarias.

Los grupos bajo la dirección de Fagoth continuaron instalando bases en el interior del departamento nicaragüense de Zelaya, principalmente en áreas poco pobladas, en tierras bajas selváticas o en montes boscosos, pero cercanas a comunidades que pudieran proveerles de alimentos, de nuevos reclutas y de información sobre movimientos militares. Los campamentos estaban también estratégicamente localizados cerca de caminos y vías fluviales.

Los ataques poco coordinados de las pequeñas bandas se transformaron pronto, con el descubrimiento y la destrucción de algunos de sus campamentos, así como con el entrenamiento de los contrarrevolucionarios en nuevas técnicas y en el uso de equipo sofisticado con la ayuda de asesores norteamericanos en Honduras. A mediados de año, comenzaron a penetrar en la zona destacamentos militares contrarrevolucionarios de carácter mas convencional y con estructuras de mando mas rígidas.

En ese tiempo, la presencia militar sandinista en las comunidades de Zelaya era nula o consistía solo en grupos de uno a cinco soldados ubicados en pequeños puestos de vigilancia. Las fuerzas militares llegaban solo después de que había ocurrido un ataque en algún poblado o cerca de él. Su objetivo era proteger los poblados de futuros hostigamientos, localizar y desmantelar posibles campamentos y actuar como freno que impidiera a la contrarrevolución el uso de las comunidades como base de apoyo logístico. Esta última tarea incluía intentar descubrir si en el poblado existían miembros organizados con la contrarrevolución o eran sus informantes.

En el apoyo que las comunidades daban a los contarrevolucionarios confluía una variedad de factores: antiguos vínculos con los ex-dirigentes de MISURASATA, aventurerismo -los jóvenes no parecían entender el sentido y las implicaciones de estas actividades-, lazos familiares y étnicos, presiones sobre los miembros de la comunidad ejercidas por los mískitos contarrrevolucionarios (incluyendo secuestros) y temor a los sandinistas.

Este temor no solo se mantenía vivo por las continuas acusaciones de Fagoth sobre el genocidio contra la población indígena sino que también se basan en algunos abusos reales cometidos contra la población civil sospechosa, excesos como los que suceden en cualquier guerra del estilo de la que en la Costa se estaba dando, agraviados estos por los matices étnicos del conflicto. Las diferencias culturales, la barrera lingüística, una historia de 400 años de mutua hostilidad entre las dos zonas del país y las dificultades de la guerra en terrenos pantanosos y poco conocidos, influyeron en los soldados sandinistas que venían del Pacifico para tensar aun mas la relaciones. Y así prejuicios raciales y políticos se consolidaron en ambos bandos. Para muchos de los mískitos, profundamente religiosos, todos los sandinistas eran comunista ateos; para los soldados, muchos de ellos campesinos y novatos en la guerra, todos los mískitos eran "contras ": solo por haber sido antes seguidores de Steadman Fagoth.

Casi media docena de campamentos fue desmantelada a lo largo de 1982 cerca de Seven Venk, Sandy Bay y Walpasiksa. Los combates mas encarnizados ocurrieron en julio, cuando se produjo el segundo intento contarrevolucionairo de crear bases en el aérea de Seven Venk cercana a la carretera de Puerto Cabezas. Algunos habitantes alertaron al Ejército Popular Sandinista (EPS) de la presencia de estos campamentos y la operación fue frustrada después de una serie de combates que duraron 14 días. Esta fue la primera evidencia de que las bandas irregulares se habían transformado en unidades militares regulares equipadas con importante armamento pesado. Según los mískitos capturados en combate, los planes eran asesinar a todos los que estaban integrados en los proyectos revolucionarios, volar los puentes estratégicos de la zona y el ferry del río Wawa y tomar los asentamientos de Tasba Pri para el 19 de julio, cuando se celebraba el tercer aniversario del triunfo revolucionario. En los combates librados en julio y agosto se reportaron 136 bajas de los contrarrevolucionarios y 28 del EPS.

1983 y 1984: la guerra es contra las comunidades

En 1983, la actividad contrarrevolucionaria en Zelaya y se vio apoyada por equipo militar muchos mas sofisticado, por lanchas rápidas y por una mayor coordinación de los ataques bajo la asesoría de la CIA y de otros militares extranjeros. En este tiempo se dan los primeros informes sobre la participación directa de extranjeros en los ataques contarrevolucionarios. A mediados de 1983 se producen los primeros combates en Zelaya sur en los que participan mískitos de MISURASATA, provenientes de Costa Rica. En octubre, bandas de ambos grupos participan en una extensa serie de ataques en Zelaya norte.

El año estuvo ampliamente caracterizado por una violencia mas generalizada contra la población civil y por ataques directos contra centros de producción comunitarios. Entre estos se destacan el incendio del proyecto de reforestación en Silmalila en abril, la destrucción de un gran aserradero en Sukatpin en octubre y el ataque contra los depósitos de combustible en el Puerto Benjamín Zeledón. En este ultimo se perdieron 380 mil galones de petróleo, lo que supuso el cierre del cercano aserradero de Prinzapolka por falta de combustible. Se cuentan por centenares los, mískitos que han perdido su empleos como consecuencia de estos ataques, sin haberse evaluado aun la magnitud de los efectos secundarios de los mismos, entre los que hay que contra los producidos en los mecanismos del mercado, en los que existe gran dependencia entre los mískitos que venden sus excedentes y los trabajadores empleados en los sectores afectados.

Comunidades enteras fueron alentados o forzadas a huir hacia Honduras o a Costa Rica y la población así "secuestrada" tuvo que cargar con las pesadas armas de la contrarrevolucionarios en largos trayectos. Por los menos seis comunidades fueron llevadas a Honduras en 1983 y una a Costa Rica. Según algunos de los que lograron escapar, los miembros de la comunidad no tuvieron oportunidad e elegir si irse con los contrarrevolucionarios o quedarse.

En total, se cuentan pro los menos 20 acciones militares de envergadura en Zelaya norte en 1983. Los mayores combates ocurrieron en octubre cuando entre 1.500 y 2 mil mískitos de MISURA y MISURASATA se concentraron el área sur y este de puerto /cabezas y se produjo un ataque directo contra las instalaciones portuarias de Puerto Cabezas, en el que se mortereó indiscriminadamente la ciudad desde lanchas rápidas, muriendo un mískito civil y siendo heridos otros once.

En varias comunidades ocupadas brevemente en los ataques de octubre los pobladores informaron que las bandas estaban compuestas por mískitos, por "gringos" y por asiáticos, a los que usualmente describían como "chinos" (aunque se cree mas bien que sean mercenarios vietnamitas o coreanos). En Wounta, los contrarrevolucionarios llegaron en lanchas de 75 hp. que, decían con jactancia, se las había proporcionado la CIA. Los pobladores de este lugar describen a la mayoría de los extranjeros como "japoneses bajitos" que hablaban sobre todo con señales, obligaban a los hombres de la comunidad a tomar sus M-16 y "parecían muy malos".

El 1 de diciembre de 1983, el gobierno de Nicaragua anuncio una amnistía para 307 prisioneros mískitos, recluidos todos ellos en una granja peninteciaría de "régimen abierto" en Managua. Los amnistiados volvieron enseguida a sus comunidades o se reunieron con sus familias en Tasba Pri. En enero, el primero de estos amnistiados fue asesinado en la comunidad de Lapan, con técnicas típicas de las empleadas por escuadrones de la muerte tras un ataque en la madrugada a su casa y como una clara advertencia los demás amnistiados para que no cooperaran en ninguna actividad revolucionaria.

Ataques militares importantes han continuado produciéndose en 1984, con dos nuevos variantes. La primera,que los contrarrevolucionarios comenzaron a minar los pocos caminos de Zelaya norte provocando muertes indiscriminadas a civiles, militares y funcionarios del gobierno. La segunda, ataques directos contra los asentamientos de Tasba Pri, En abril, una banda de 300 ataco la comunidad de Sumugbila, mortereando el asentamiento, incendiando el puesto de salud, secuestrando a unos 40 miembro de la ciudad y asesinando e hiriendo a por lo menos 17, muchos de ellos mujeres y niños.

Mas de 100 mískitos y sumus han regresado a Nicaragua, tanto desde los campamentos de refugiados en países vecinos como desvinculándose de grupos armados en Honduras. Muchos de ellos han informados obre coacciones, decepción y miseria en los campamentos de Fagot. El mismo Brooklyn Rivera acusa a Fagoth de torturar y matar a los mískitos, tanto a los de las comunidades como la los de sus propias bandas. Rivera ha declarado que sus fila se nutren de muchos de los que escapan de los grupos de Fagot. A pesar del hecho de que las actividades de MISURA y MISURASATA han sido coordinadas en ciertas ocasiones, Rivera caracteriza a Fagot como un loco, corrupto, movido por sus ambiciones políticas y estrechamente ligado a los somocistas.

El costo humano y las violaciones a los derechos humanos

La guerra en la Costa Atlántica, como en el Pacifico, ha sido trágica y costosa, sobre todo para los pobres, para aquellos en nombre de los que, paradójicamente, se hace esta guerra. en la Cota, las comunidades mískitas han sido desarraigadas y las familias, tradicionalmente unidas, se han dividido emocional, física y políticamente. Muchos mískitos han muerto,, mayoritariamente como combatientes contrarrevolucionarios, mas recientemente como combatientes sandinista y en otras ocasiones excepcionales, como civiles. De entre los civiles, algunos han muerto a mano de los contrarevolucionarios, otros en mitad de los combates, otros a mano de soldados sandinistas y otros a causa de las dificultades supervivencia en zonas tan difíciles, cuando huyen de sus comunidades para evitar los combates.

Es evidente que la creciente presencia militar sandinista en la Costa a partir de la "Navidad Roja" acrecienta las tensiones ya existentes entre la población indígena y la revolución. Se han cometido abusos puntuales por elementos del ejército y las fuerzas de seguridad sandinistas. En conversaciones con pobladores mískitos de 27 poblados en los que se produjeron conflictos -23 de ellos en Zelaya norte-, se puede oír con frecuencia comentarios negativos sobre el trato recibido por los soldados sandinista del Pacifico, especialmente en 1982. A menudo se empieza a oír también este comentario: "Ahora los soldados son buenos, no como eran antes". Informes sobre abusos cometidos por el ejército se encontraron principalmente en las comunidades alrededor de los campamentos de Seven Benk y Walpasiksa y corresponden principalmente al período de julio-septiembre de 1982, cuando estos campamentos fueron descubiertos y desarticulados.

Presentamos una síntesis de las acusaciones sobre violaciones de la integridad física (asesinatos, torturas, detenciones arbitrarias, golpes y violaciones); violaciones del derecho de propiedad con saqueos y confiscaciones y sobre negociaciones a la libertad religiosa de las comunidades, según lo surgido de la investigación del CIDCA.

Muertes de civiles

Se recibieron variados testimonios específicos sobre personas que supuestamente habían sido muerta,s no como consecuencia de combates. La mayoría de los casos ocurrieron en 1982 en las comunidades de Sisi, Wiwas, Sukatpin, Kukalaya, Sangnilaya y Butara en el norte y en Kakaliba, Laguna de Perlas, Karawala, La Barra y Tasbapouni en el sur.

Otros casos son los de aquellos que se daban por muertos y aparecieron después vivos, algunos como prisioneros y otros luchando en las filas de uno de los grupos mískitos contrarrevolucionarios. Este fue el caso de Axel Mercado, funcionario de CEPAD, amnistiado. Después se descubrió que había estado trabajando en otro poblado. el gobierno ha revisado una lista elaborada pro la Iglesia Morava, con los nombres de 70 mískitos que se creen desaparecidos -todos entre julio y octubre de 1982 y todos en zonas aisladas y de fuertes combates-. Según el gobierno, ninguno de ellos esta preso.

Es difícil de verificar que ha pasado con estas personas. Rivera mismo ha acusado a Fagoth de emboscar a los mískitos que huyen de sus comunidades. Los contrarrevolucionarios entierra a sus propios muertos apresuradamente cuando abandonan la zona de combate sin notificar después a sus familia. El ejército nicaragüense también ha enterrado a muertos contrarrevolucionarios sin tener ninguna forma de identificarlos.

Arrestos arbitrarios

La mayoría de los arrestos de mískitos ocurrieron durante el período de la "Navidad Roja", cuando fueron detenidos 167 -incluyendo a un grupo de pastores moravos- y enviados a la cárcel de Puerto Cabezas, pendientes de juicio. Mucho de estos fueron después enviados a la granja de "régimen abierto" para mískitos de Managua.

77 personas informaron sobre la detención arbitraria de algún familiar desde diciembre de 1981. Teniendo en cuenta: 1) que hay mískitos que apoyan a los contrarrevolucionarios en variadas formas y por variados motivos no entendiendo siempre al trascendencia de sus acciones; 2) que los problemas de lengua y la irregularidad e los procesos judiciales en Puerto Cabezas han provocado una insuficiente comprobación de la actitud de estas personas y 3) que los familiares no están a menudo al tanto del grado de involucramiento contrarrevolucionario de sus parientes, puede concluirse que la caracterizaron de "arbitraria" debe ser considerada en algunos casos como subjetiva. A pesar de todo, la amnistía general dada por el gobierno a los mískitos refleja en parte su reconocimiento de que las detenciones y los procesos judiciales seguidos no habían sido muy rigurosos.

Violaciones

Existen seis informes de violaciones, todos ellos de informantes de segunda mano. Al diferir sustancialmente esta información de la generalización de estos casos de la que habla Nietschamann, se abordo el tema con sacerdotes y con pastores moravos. Ellos descartaron la posibilidad -que les sugirió- de que las presiones culturales hiciera a las mujeres reticentes a la hora de admitir estos sucesos.

Torturas

Una gran mayoría de los entrevistados no distinguen inicialmente entre tortura y abusos físicos como golpes o empujones a los prisioneros y tienden a usar la palabra "tortura" para calificar cualquiera de estos casos. Los informes obtenidos sobre torturas nunca fueron tan exóticos como los que presenta el Dr. Nietschmann en sus testimonio. Se escucharon 27 casos de abusos físicos, de los 8 eran clasificables realmente como tortura. (La mayoría de los casos de torturas consistían en sumergir la cabeza de un prisionero bajo el agua para forzarle a dar información), Los otros 19 casos se referían a prisioneros golpeados o empujados a culatazos mientras eran conducidos desde su comunidad hasta Puerto Cabezas durante sus estancia en esa cárcel. No hubo informes sobre abusos físicos que hubieran ocurrido durante el período de los interrogatorio en las comunidades. En 5 de los 19 casos, aparecía que los prisioneros habían sido realmente golpeados. Referencias genéricas indicaban que otra personas habían sido maltratadas, pero no apareció claro el numero concreto de casos. Por otra parte, una enfermera entrevista den el hospital de Blueflields dijo que en ninguno de los contrarrevolucionarios heridos que había atendido había visto señales de maltrato físico. En ese mismo hospital, un médico indico que los contrarrevolucionarios heridos reciben el mismo trato que los soldados, tanto en cuanto las transfusiones de sangres - muy escasa en la zona- como en cuanto al traslado a hospitales de Managua.

La investigación mostró que ya se estaban tomando medidas pro parte del gobierno y del ejército para poner en practica una política que impida tales violaciones de las leyes civiles y militares nicaragüenses. Algunos dirigentes militares responsables de estos actos han sido trasladados de la región ya desde 1982 y tanto algunos oficiales como soldados han sido encarcelados, aunque no se consiguió información sobre el numero de los involucrados ni sobre las sentencias contra ellos. Como ejemplos de estos castigos pueden citarse el de 2 soldados encarcelados por golpear a un anciano en Sandi Bay en 1983 y el de un subteniente condenado a 18 años por daños a la propiedad en el centro de distribución mayorista, detención de personas en la iglesia, muerte del ganado y maltrato a la población en Lapan.

Robo y confiscación de propiedades

Las quejas sobre robos o destrucción de propiedades personales son abundantes. Se escucharon entre los habitantes de Karata, Sisin y Yulu acerca de hechos ocurridos en 1982 en Wounta, Kukulaya y las comunidades que forman el nuevo asentamiento de Singinalya referidos a sucesos de 1983. Todas son comunidades del norte. También se escucharon referencias de segunda mano sobre propiedades incendiadas o robadas en casas de Karwala, Tasbapouni y el Cocoal (comunidad mestiza) en el sur.

Todos los saqueos mencionados ocurrieron en período de combate, después de que los habitantes abandonaron los poblados. Mientras muchos de los entrevistados culpan a los soldados sandinista por estos actos, existen razones para creer que los contrarrevolucionarios también tienen responsabilidad en ellos. Algunos informantes declararon haber visto pertenencias suyas en casas de otras personas, que después de permanecer escondidos habían regresado a las comunidades antes que ellos lo hicieran o puesta a la venta por habitantes de otras comunidades.

Una queja muy extendida culpa al ejército de aprovecharse de los animales de la comunidad para alimentar a la tropa sin pedir permiso a sus dueños ni ofrecen ningún pago por ellos. Para resolver este problema, el gobierno anuncio el pasado enero que los pobladores serían compensados por todas las perdidas y daños que les causa la situación de guerra. Se esta haciendo actualmente un esfuerzo par evitar estos actos, exigiendo al personal militar que se compense a los pobladores por todo lo que se vea obligado a usar en las comunidades.

Práctica religiosa

Una de las acusaciones mas frecuentes que se hacen en el exterior se refiere a la falta de respeto que los sandinistas tendrían por la practica religiosa de los mískitos y, específicamente, porque les niegan el derecho a celebrar el culto en sus comunidades. Según la investigación, esta acusación carece de base. No se escucho ninguna queja de este tipo entre los pobladores o de los dirigentes religiosos de las comunidades citadas. Mas aun, el clero de varias denominaciones, incluyendo a los moravos, señalo que no existía ningún informe sobre este asunto en las asambleas regionales, a las que asisten prácticamente pastores de todas las comunidades costeñas.

Pero el tema de la religión si es motivo de queja básica entre los mískitos, aunque es otro su enfoque. Se trata del templo. El templo es parte fundamental y sagrada de la cultura miskita y esta sensibilidad ha sido herida pro las actividades militares y por le comportamiento del ejército en la zona.

Cuando las tropas se quedan temporalmente en algún poblado, tiene la tendencia de quedarse en le templo. Desde un punto de vista militar esto es lógico, pues las iglesia son los edificios mas amplios y mejor construidos de la comunidad y por eso, los mas seguros. Esto golpea la sensibilidad religiosa de la población. Y si algunas quejas se refieren al hecho de que los soldados fuman o juegan a las cartas dentro de la iglesia o trataron -en un caso- con poco cuidado los libros religiosos, la queja fundamental, lo que mas irritación produce, es el hecho mismo de que los militares estén dentro de la Iglesia. Los batallones han recibido ya instrucciones para que solucionen este problema de otra manera; incluso ya hay algunos casos en los que la comunidad es la que le da permiso para usar el templo, especialmente cuando los soldados son costeños.

Otra grave violación de la sensibilidad religiosa de la comunidad la produjo el uso de las iglesia como sala de interrogatorios durante las detenciones que se hicieron. Estas practicas se dio en Wounta en octubre de 1983, peor los habitantes informaron que cuando un oficial llego al poblado después del combate critico fuertemente a los soldados por haberlo hecho y ordeno que los detenidos salieran en libertad inmediata.

El costo social de la guerra: "otra" violación a los derechos humanos de los mískitos

No se puede negar que se han cometido violaciones a los derechos humanos de los pobladores de la Costa Atlántica. Tampoco se puede negar que exista una clara relación entre esta violaciones, de las que son responsables los militares sandinista y la tensa y no siempre controlada situación militar que se dio en la Costa especialmente en el tiempo de los primeros enfrentamientos. Pero seria aventurado sin embargo, sacar la conclusión, a partir de estas violaciones reconocidas, de que el gobierno de Nicaragua ejerce una política de genocidio contra los mískitos. Esta acusación es explícita en las declaraciones de Steadman Fagoth y el Presidente Reagan, e implícita en el testimonio de Bernard Nietschmann. Para evaluar la validez de la misma, es necesario ir mas del tema de los derechos humanos para examinar otros elementos clave de la política del gobierno en favor del bienestar de la población costeña.

Los objetivos básicos de la revolución sandinista son: 1)hacer que la población nicaragüense -incluyendo los grupos étnicos-sean autosuficientes en la producción de los alimentos básicos; 2) mejorar el nivel de vid del pueblo con un sistema de producción racionalmente organizado según las condiciones ecológicas, y 3) incrementar al máximo la participación del pueblo en las decisiones que afectan su propio futuro. Para facilitar esta participación, la promoción de la salud y de la educación son los dos elementos básicos. Los procesos obtenidos en estos dos campos son indicadores muy importantes para valorar la voluntad política de un gobierno en el desarrollo social y cultural de su pueblo. Es por eso indispensable referirse a largo de los hecho en este sentido en la Costa Atlántica para ubicar mas adecuadamente la pregunta sobre el supuesto "genocidio".

En la Costa, los incides de salud y de educación son hay mas altos que nunca, a pesar de las limitaciones económicas y de las agresiones militares. Los centros y puestos de salud se incrementaron de un total de 26 antes de la revolución en todo el Departamento de Zelaya hasta 44 en 1983; muchos de los que ya existían han sido mejorados y existen proyecto que ya están en marcha para construir 6 nuevos puestos de salud en Zelaya sur. El numero de médicos en la región aumento de 39 a 63 y solo en Zelaya norte se ha multiplicado por 7 el numero de enfermeras existentes sobre las cifras que había antes de la revolución, tanto en el norte como en el sur.

Se han desarrollado ya diez campañas masivas para vacunar a la población contra la polio, el dengue, el DPT, el sarampión y la malaria. Las consultas y las medicinas son gratuita o cuestan como máximo diez córdobas (30 centavos dolar). Hay también una amplia campaña anti-tuberculosa y 771 mineros que padecen silicosis u otras enfermedades pulmonares y que no tenían ningún tipo de asistencia antes de la revolución están ahora recibiendo pensiones. La mayoría de ellos son mískitos.

Pero este énfasis que la revolución pone en la atención sanitaria ha sufrido serias retrocesos como resultado de la guerra. Las actividades contrarrevolucionarias incluyen entre 20 y 30 robos de medicina, amenazas y ataques terroristas contra unos 60 brigadistas de salud, médicos y enfermeras en zonas aisladas y una continua campaña de rumores para convencer a la población de que las vacunas que se usan en las campañas de salud convierten a la población en comunista o la esterilizan. 12 de los 29 centros de salud de Zelaya norte han tenido que ser cerrados como medida de prevención contra posibles ataques. Las medicinas se han hecho cada vez amas escasas debido al bloqueo económico norteamericano, a la necesidad de abastecer prioritariamente a los frentes de guerra y a los trastornos en la navegación provocados por el minado que la CIA hizo en los puertos nicaragüenses.

Junto a la salud, la educación ha sido la otra prioridad del gobierno revolucionario. En la Costa Atlántica, donde el mas completo analfabetismo alcanzaba al 80% de la población en las áreas mas remotas, la Cruzada de Alfabetización en las lenguas nativas escritas (inglés, mískito y sumu) enseño a leer y a escribir a 12.500 personas. Se calcula que el analfabetismo se redujo en los 4 últimos años en un 50% a pesar de la deserción de la población, de las campañas de diversionismo ideológico llevadas a cabo por los grupos contrarrevolucionario, de los peligros que los maestros populares tienen que afrontar en sus viajes pro la región y de la falta de preparación suficiente en los responsables del proyecto.

A pesar de logros tan significativos, como un incremento en el numero de maestros de un 116% en Zelaya norte, del 226% en el numero de estudiantes, de un 106% en las construcciones escolares rurales, los problemas históricos de la Costa indican que un desarrollo sustancial solo se lograra a largo plazo, aun cuando desaparecieran los ataques contrarrevolucionarios. El mas serio de los obstáculos es le de la lengua. Hasta ahora, todas las clases en la Costa se daban en español, aun cuando esta no fuera la lengua que habla la mayoría de los estudiantes. En 1981 se promulgo una ley que exigía que las clases se impartieran en las lenguas maternas durante los primeros cuatro años escolares, pero muchos maestros, incluso aquellos que manejan en la practica varias lenguas costeñas, no tenían capacidad pedagógica para cumplir esta ley y enseñar en esta lenguas. El hecho de que vaya en la región tan pocos maestros calificados capaces de enseñar en cualquier lengua, obliga a cursos de entrenamiento que no los hagan tener que abandonar la región y sus tarea escolares.

El programa bilingüe y bicultural (mískito-español en el norte e inglés-español en el sur), aprobado recientemente, tiene otro obstáculo practico en el hecho de que las tradiciones culturales de esta región son básicamente orales y solo hasta ahora se están recopilando y analizando por los responsables de estos programas.

¿Genocidio?

De las entrevistas se deduce que la mayoría de la población indígena de la costa, así como muchos de los que se han ido a Honduras con los grupos de Fagoth, están convenciéndose de que MISURA no lucha realmente pro sus intereses. Como resultado de los atasques llevados a cabo a fines de 1983 los mískitos y otros costeños han empezado a participar crecientemente en las estructuras militares y en las fuerzas de seguridad sandinistas. Este hecho ha contribuido a mejorar mucho las relaciones entre el ejército y la comunidades, pues ya hay un lenguaje y unas costumbres comunes. Un signo aun mas claro del cambio es que las comunidades solicitan protección y en casos como el de Tasba Pri o en el de algunas comunidades mískitas o creoles de Zelaya sur han formado sus propios batallones de milicia voluntarios.

Paradójicamente, la guerra esta teniendo el efecto de derrumbar barreras que habrían tardado mucho en caer en circunstancias normales. El conocimiento que hoy se esta acumulando aceleradamente sobre la antes desconocida Costa Atlántica se esta transformado diariamente en orientaciones políticos-culturales que recibe el personal que llega a la zona desde el Pacifico y los dirigentes del FSLN que acompañan ahora a cada batallón para resolver los problemas específicos que se puedan presentar.

Aun cuando existen en la Costa Atlántica muchos problemas una cuando todos han cometido muchos errores y han existido excesos de parte de algunos militares, no puede concluirse por esto que exista pro parte del gobierno nicaragüense ninguna política que atente contra los derechos humanos de los habitantes de esta zona.

Cualquiera que visite los nuevos asentamientos mískitos de Tasba Pri puede darse cuenta de que no se trata de campos de concentración y de los que viven allí no padecen ni hambre ni vejaciones. La gente entre y sale libremente, aunque no puede regresar a sus poblados originales, pues son ahora zonas militares en la frontera. Los habitantes de los asentamientos tienen sus parcelas de tierra, en las que siembran verduras y bananos; en el primer año se formaron cooperativas arroceras que ya están produciendo cosechas que abastecen a sus miembros y les producen excedentes para la venta y en varias comunidades se están promoviendo cooperativas para la siembra de cacao.

Las quejas sobre escasez de alimento se refieren a artículos como naranjas y pescado, que son base habitual de su dieta, pero que no se encuentran fácilmente tierra adentro.

Los mískitos y sumus no solo no se encuentran detenidos en los asentamientos sino que muchos de ellos participan en la defensa armada de los mismos. De hecho, el ataque que 300 contrarrevolucionarios lanzaron contra el asentamiento de Sumubila -parte de Tasba Pri- el pasado 17 de abril fue repelido con la participación del comando de autodefensa de la comunidad. Por otro lado, participan activamente en la toma de decisiones comunitarias y algunos trabajan como funcionarios de las instancias ministeriales allí presentes.

De la vista a Nicaragua de "Américas Watch" en febrero de 1984 surgió un informe en el que se declara que "ha habido un importante mejoramiento en las relaciones con los indios mískitos", y que "Américas Watch muestra su complacencia pro el positivo desarrollo que los mískitos han experimentado..." ("Human Rights in Nicaragua". Abril 1984, pag.3).

Esta opinión , que coincide con la investigación del CIDCA, cuestiona las fuentes de información del Presidente Reagan, del Dr. Nietschmann y de todos los que difunden informaciones irresponsables y no verificadas que contradicen la realidad y la experiencia de cualquiera que se acerque con honestidad a esta difícil y desafiante zona de Nicaragua.

Mapa

Imprimir texto   

Enviar texto

Arriba
 
 
<< Nro. anterior   Nro. siguiente >>

En este mismo numero:

Nicaragua
La defensa integral: condición de supervivencia

Nicaragua
La Costa Atlántica: ¿política de genocidio?

El Salvador
Estrategia de simetría: negociaciones y diálogo en El Salvador y Nicaragua
Envío Revista mensual de análisis de Nicaragua y Centroamérica
GüeGüe: Hospedaje y Desarrollo Web