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Universidad Centroamericana - UCA  
  Número 324 | Marzo 2009

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Nicaragua

Antes de que anochezca…

Una vez más, esta vez con un panorama externo más oscuro que nunca antes, la clase política de Nicaragua parece elegir el abismo. El gobierno está empecinado en sus errores. La élite política que está fuera del gobierno es incapaz de reconocer los errores que nos han conducido a esta situación. La oposición no presenta ningún proyecto y aparece sin capacidad de propuestas que hagan reaccionar al gobierno e inspiren a la población. ¿Habrá salidas…antes de que anochezca?

Equipo Nitlápan-Envío

El sábado 28 de febrero, una decena de organizaciones ciudadanas convocaron a la población a movilizaciones callejeras en ocho ciudades del país “contra el fraude electoral, contra la dictadura y contra el hambre”. La dificilísima situación económica en la que se encuentra el gobierno, agravada por el congelamiento de ayuda con que la cooperación internacional respondió al fraude electoral de noviembre, llevó a pensar que el gobierno no usaría en esta ocasión a sus fuerzas de choque para impedir las marchas y que todo transcurriría en paz. Sería eso una buena carta para el gobierno: si no rectificaba en las urnas, sí lo hacía en las calles.

No fue así. Una semana antes de las marchas el propio Presidente Daniel Ortega convocó a su militancia a iniciar ese mismo sábado 28 las celebraciones por el 30 aniversario de la revolución de 1979, anticipados festejos que durarán hasta julio. Sin embargo, las celebraciones se desarrollaron únicamente en las mismas ocho ciudades en donde marchó la oposición. Y en gran medida, más que simpatizantes, quienes “celebraron” fueron trabajadores estatales que tuvieron que salir a las calles so pena de perder sus empleos. El discurso oficial es que “el pueblo armado” debe defender la “revolución” en las calles, que “son del pueblo” y que sólo así se frena a quienes tienen planes de “derrocar al gobierno”.

LAS MARCHAS: UN RETRATO DEL PAÍS


En Chinandega, León y Jinotega prevaleció la violencia. En León, encapuchados armados intimidaron desde la víspera a quienes pretendieran marchar. Impusieron el miedo y la concurrencia se mostró raquítica. Fue en Chinandega donde la violencia resultó mayor. La dirigieron funcionarios del poder local y nacional. Tanto en León como en Chinandega la Policía Nacional presenció pasivamente la violencia oficial, no cumplió con la ley que prohibe el uso de morteros y no detuvo a ninguno de los que atacaban. En Managua hubo violencia, mínima si la comparamos con el vandalismo que el gobierno desató en noviembre en la capital durante más de una semana. En Masaya todo transcurrió sin problemas. En Teustepe, Ometepe y Juigalpa no hubo choques significativos. En ninguna de las marchas la participación opositora fue masiva, como esperaban y anunciaban los medios de oposición.

Tres mil personas en Managua, mil en Masaya y unos centenares en cada una de las ciudades, superaron el miedo creado en torno a estas actividades, que fueron un retrato de lo que está ocurriendo hoy en el país.

Y lo que está ocurriendo es que el fraude electoral no se olvida. Que el gobierno está a la defensiva por la aguda situación económica, y aunque se modera, no rectifica. Que el liderazgo opositor no logra articular una propuesta creíble, inspiradora y convincente que organice el creciente malestar de buena parte de la población. Que la oposición está más articulada en los medios de comunicación que entre la gente. Que no tiene ninguna capacidad de derrocar al gobierno. Que en la oposición hay más organizadores que organizados. Que los proyectos sociales clientelistas están funcionando a favor del gobierno. Y que el país, a pesar de todo, sigue estable socialmente, aunque económicamente puede anochecer en cualquier momento, dada la fragilidad del escenario en que hoy se mueven actores… y actrices.

CONTRA OLVIDO, LA MEMORIA

El escándalo internacional y el malestar nacional provocados por el fraude electoral en las elecciones municipales no han dejado de estar presentes ni un solo día desde noviembre del año pasado. Quienes decidieron el fraude apostaron al olvido, un mecanismo de evasión, sobrevivencia y resignación que tan bien funciona siempre en Nicaragua. Esta vez no. Cuatro meses después de las elecciones la población de los municipios más afectados no olvida y el liderazgo de la oposición y la comunidad internacional han apostado consistentemente a la memoria. Cada vez que el gobierno ha querido dar por cerrada la herida (“hay que mirar hacia delante”), la han abierto de nuevo (“nunca vamos a aceptar que lo robado robado está”, dice la oposición, mientras la comunidad internacional insiste en su reclamo.

El 23 de febrero, el Grupo Cívico Ética y Transparencia (EyT), excluido arbitrariamente de la observación electoral, presentó un informe conclusivo sobre las elecciones del 9 de noviembre, en el que nutre la memoria con información relevante. En páginas siguientes publicamos ese documento.

¿SEGUIR LUCHANDO POR REVERTIR EL FRAUDE?

A pesar de todas las evidencias, el director de EyT, Roberto Courtney, declaró días después que resulta imposible revertir los resultados de los 33 municipios afectados por el fraude por las muy distintas estratagemas empleadas por funcionarios electorales y operadores del partido de gobierno en cada municipio. La empresa sería tediosa, compleja y costosa. Casi imposible. Aunque Courtney no lo dijo así, seguramente el caso de Managua sería la excepción porque hay abundantes pruebas documentales. Managua es, naturalmente, la plaza a la que el gobierno se aferra más.

Courtney ha alentado a orientar todos los esfuerzos opositores a exigir una reforma a fondo de la excluyente Ley Electoral y a una transformación de todo el sistema electoral para garantizar que las elecciones generales de 2011 se realicen bajo otras reglas y con otros árbitros. Es una posición pragmática y razonable y significa que la consigna opositora, bandera central de las marchas del 28-F, “¿Dónde está mi voto?” tendría que reformularse.

¿REFORMAR LA LEY ELECTORAL?

Una reforma de la Ley Electoral y algunos cambios en el hoy tan desacreditado Consejo Supremo Electoral (CSE) son también cartas que el gobierno Ortega ya ha puesto sobre la mesa de negociaciones con la cooperación internacional, aspirando a que así se conformen, olviden el fraude y reanuden la ayuda congelada en la crisis post-electoral.

¿Qué cedería el FSLN en esta reforma y qué autoridades electorales estaría dispuesto a negociar Ortega para “tranquilizar” la indignación nacional e internacional por el fraude?

Tanto la Ley como el actual CSE son uno de los primeros frutos del pacto Alemán-Ortega, nacidos y desarrollados para consolidar el bipartidismo y garantizarle larga vida a ambos dirigentes y a sus partidos, excluyendo al resto. Pero tras diez años de pacto, tanto la Ley como el CSE terminaron favoreciendo exclusivamente los intereses del FSLN, dejando al PLC en “indefensión”, como demostró el fraude de noviembre. ¿Qué negociaría y qué cedería el PLC en la eventualidad de una reforma electoral después de las evidencias de la complicidad de Alemán y de dos magistrados electorales liberales en el fraude de noviembre, razón por la que fueron expulsados del PLC?

LA REFORMA: ¿PUERTA A LA REELECCIÓN?

Siendo la Ley Electoral de rango constitucional, Ortega confía en que el debate sobre su reforma abriría las puertas para la reforma constitucional, de la que urge para perpetuarse en el poder. La reforma constitucional haría legal su reelección presidencial consecutiva y llevaría al país al parlamentarismo. Se consolidaría entonces el bipartidismo en un nuevo molde el parlamentario. Tanto Ortega como Alemán han expresado que apoyan el parlamentarismo porque “profundizará la democracia”. Respecto a la reelección, Alemán no habla contra ella porque ya se propone como candidato presidencial para 2011.

A inicios de marzo, en una entrevista con el famoso periodista estadounidense David Frost, transmitida por la cadena árabe Al Jazeera, Ortega habló abiertamente de sus planes: Fue en el año 1995 que la Constitución fue reformada por un gobierno de la derecha para evitar la reelección. En parte fue para quitarle al pueblo el derecho de elegir a sus autoridades como ellos quisieran. Desde 1996 sentimos que hay una necesidad en Nicaragua de cambiar esto de nuevo, para establecer lo que nosotros llamamos “democracia directa”. Eso quiere decir que los ciudadanos de nuestros países puedan ejercer democracia directa. Y nosotros sentimos fuertemente la necesidad de acabar con el sistema presidencialista y dar paso a un sistema parlamentarista que no tenga estas limitaciones para elecciones sucesivas, uno en el que no haya inhibición para que se pueda estar dando la reelección de autoridades…

“SI DIOS ME DA VIDA”

Nunca había sido tan claro el Presidente Ortega, que jamás ha dado una entrevista en Nicaragua a ningún periodista en dos años de mandato. Yo comparto -dice a Frost- el principio de que la gente tiene el derecho de elegir a sus candidatos o no. Si el candidato representa sus intereses, lo van a elegir. Si el candidato no representa sus deseos, no lo van a elegir. Yo apoyo completamente esa posición: que la gente tiene derecho a elegir al candidato de su gusto, que estos obstáculos no deben existir para negarles ese derecho. Ahora que estamos de regreso en el gobierno, si Dios me da vida y si las condiciones lo permiten, sí, volvería a correr para presidente, y si no están presentes, entonces estaría bien actuando como Primer Ministro y luego volver a correr para Presidente… Mi madre vivió noventa y siete años. Y yo espero poder vivir el tiempo suficiente para contribuir a esta nueva etapa de desarrollo de la revolución.

Tan sólo unos cuantos votos de diputados alemanistas separan a Daniel Ortega de esa “contribución”. Y ya en el discurso presidencial y en el de sus voceros se ha comenzado a hablar de “ganar” las elecciones de 2011. “Todo lo que hacemos ya es electoral, tenemos que garantizar la plataforma del 2011”.

DESDE ENERO: MÁS MODERACIÓN

El fraude electoral fue ejecutado cuando ya había estallado la crisis económica mundial y había suficientes evidencias de cuál sería su magnitud y sus devastadoras consecuencias para Nicaragua. También ya iba descendiendo el precio del petróleo, lo que significaba un recorte de los recursos que Chávez envía a Nicaragua a través de la factura petrolera y por otros medios, de los que no existe información. Recursos millonarios que Ortega ha administrado discrecionalmente desde hace dos años para crear tanto una fortuna familiar como una base social, financiando proyectos sociales clientelistas, ya que “todo lo que hace es electoral”.

A pesar de la sombra de la crisis mundial que ya se oteaba, el gobierno no renunció al fraude. Lo que nunca imaginó fueron las consecuencias económicas que tendría. ¿Irresponsabilidad, arrogancia, autismo político o un exceso de confianza en los inagotables recursos venezolanos?

Ha sido hasta enero que el gobierno parece haber comenzado a medir las consecuencias económicas de su decisión y ha moderado algunas de las notas más estridentes de su discurso y de sus acciones. No es para menos. La crisis económica mundial ya está golpeando los frágiles cimientos de la economía nicaragüense, más resentida aún por la reacción internacional al fraude. En páginas siguientes, el economista Arturo Grigsby enumera y analiza los primeros golpes que Nicaragua ya está experimentando por causa de la crisis mundial.

LAS CONSECUENCIAS
ECONÓMICAS DEL FRAUDE

Sin renunciar a ninguna de las 105 alcaldías “ganadas” en noviembre, el gobierno está urgido de revertir las consecuencias económicas de ese “triunfo”. Después que el Presidente Ortega afirmó que si la estadounidense Cuenta Reto del Milenio -a la que en algún momento llamó “el cuento del milenio”- abandonaba nuestro país, Nicaragua sería “más libre” y Venezuela continuaría financiando esos proyectos, nada menos que el Presidente de la Asamblea Nacional, René Núñez, se vio urgido a solicitar personalmente en fe¬brero al administrador de la Cuenta en Nicaragua que no abandonaran el país.

Después que el Presidente y varios de sus funcionarios y voceros ofendieran a representantes de países de la Unión Europea en Nicaragua, y sin haber pedido nunca disculpas, a inicios de marzo el Canciller Samuel Santos viajó a Bruselas para lograr que la Unión Europea restablezca su cooperación con Nicaragua.

El argumento de los países e instituciones que integran el Grupo de Apoyo Presupuestario (GAP) -en donde la presencia más destacada es la de países de la UE- para congelar la ayuda al presupuesto ha sido consistente, incluso desde antes de las elecciones, cuando se percibía el sesgo pro-FSLN en la organización de los comicios. Exis¬te una creciente preocupación con relación al tema de elecciones libres y justas, y sobre recientes tensiones surgidas en relación al accionar de la sociedad civil, dijo el GAP en octubre de 2007, cuando el gobierno extremó su campaña de hostigamiento contra las ONG.

Casi seis meses después, el 3 de marzo -en vísperas de la visita de Santos- la Comisión Europea ratificaba su posición de suspender la cooperación de apoyo presupuestario, basada en la creciente preocupación por la evolución política del país, relacionada en particular, pero no exclusivamente, con la preparación y eventual desarrollo de las elecciones municipales del 9 de noviembre de 2008.

LAS CARTAS DEL GOBIERNO

El “agujero negro” dejado en el presupuesto 2009 por el GAP es de 109 millones de dólares (40 millones en préstamos y 69 en donaciones, de las que 40 millones los pondría la UE y 29 otros países europeos). Si la Cuenta Reto del Milenio se retira de Nicaragua se perderían unos 65 millones de dólares en obras estratégicas de infraestructura. Los medios oficiales han culpado a Eduardo Montealegre por el corte de toda la ayuda a Nicaragua, con lo que le atribuyen una influencia que no tiene.

Ante la persistencia de la posición de la UE, y conocedor de las distintas opiniones y opciones que existen al interior del conglomerado europeo, el gobierno confía en dos cartas: que se “conmuevan” y no abandonen a Nicaragua viendo “los resultados logrados en la lucha contra la pobreza” y que no abandonen Nicaragua para así no perder influencia en el país “dejando a Ortega con las manos totalmente libres”. Esas dos cartas las ha expuesto tal cual el Presidente del Banco Central, Antenor Rosales, quien habitualmente se ha distanciado del confrontativo discurso anti-cooperación del Presidente Ortega. Sus declaraciones son, periódicamente, una de las señales más visibles de las tensiones y contradicciones que hoy existen entre, por lo menos, los dos grupos de poder que coexisten en el gobierno.

A la par que el Canciller Santos presentaba en Bruselas a la Comisión Europea un proyecto de reforma electoral, de reforma judicial y de reforma tributaria, como anzuelos para captar de nuevo la benevolencia europea, el Presidente Ortega anunciaba en Managua que convocará a un diálogo nacional con todas las fuerzas sociales y productivas del país y “en su momento”, con todas las fuerzas políticas, pero excluyendo el tema de los resultados electorales.

EL ÚNICO FRENO

La crítica situación económica es, hasta el día de hoy, lo único que ha puesto algunos frenos a las estridencias del gobierno Ortega-Murillo. El presupuesto 2009 está desfinanciado y aún no está siquiera aprobado, las medidas de austeridad implementadas por el gobierno son claramente insuficientes para enfrentar lo que ya sucede y lo que se prevé va a venir, la crisis económica mundial comienza a sentirse cada semana con más intensidad en la baja de las exportaciones, la reducción de las remesas de los migrantes y el descenso en la recaudación de impuestos por la baja de las ventas y la contracción de toda la actividad económica.

UNA SEÑAL EN UN DISCURSO

Dos cambios en la estridencia del discurso oficial contra la cooperación europea se revelaron en febrero. En el discurso del Presidente Ortega el 20 de febrero, al inaugurar la planta de tratamiento de las aguas servidas de Managua. La planta es una obra gigantesca, ha sido el proyecto estrella de Alemania en Nicaragua y se concluye después de trabajos realizados por los tres gobiernos que precedieron al de Ortega.

El día en que inauguró la obra, Ortega reconoció y agradeció el esfuerzo “extraordinario y determinante” de la cooperación internacional y hasta reconoció también a su predecesor, asumiendo así una perspectiva estatal, tan ausente siempre en el discurso de los políticos nicaragüenses: “Esto fue una obra asumida por diferentes gobiernos. A mediados del gobierno del ingeniero Bolaños colocaron la primera piedra y hoy le digo a don Enrique: Aquí estamos colocando la última piedra”, dijo el Presidente.

OTRA SEÑAL: ANTE UNA ONG

El otro caso está relacionado con el trato que el gobierno da a la cooperación y tiene que ver también con el afán de control que ha caracterizado al Ejecutivo, que le ha privado de recursos y que ha acrecentado su ineficiencia.

Emergency, una ONG italiana, comprometida con el proyecto de un hospital materno-infantil para la ciudad de León, abandonó el país al no lograr un entendimiento con el Ministerio de Salud. Tras haber firmado un convenio con el Ministerio de Salud del gobierno Bolaños para construir, equipar y manejar el hospital, y haber ya iniciado las obras de construcción, el actual Ministerio quiso imponer a la ONG normas por las que perdería su autonomía en la gestión clínica, administrativa y técnica del hospital una vez construido y ya en funcionamiento.

La obra estaba valorada en 4 millones de euros, tendría 100 camas y contrataría a 250 nicaragüenses entre médicos, enfermeras, especialistas, técnicos y personal de servicio, pero pasaría a ser gestionado por el Ministerio hasta en diez años.

Emergency decidió retirar el proyecto afirmando que no eran una empresa constructora, sino especializada en planificación y gestión de hospitales. Como ése es su aporte y eso era lo conveniado, no tenían interés en continuar en Nicaragua.

Al conocerse de este problema a través de los medios de comunicación -lo que causó un lógico escándalo, dadas las carencias en salud del país-, la propia Rosario Murillo tuvo que emitir un comunicado rectificando y concediendo total autonomía a la ONG para que reconsideraran su decisión y regresaran.

¿QUÉ ES LA “DEMOCRACIA DIRECTA”?

Estas rectificaciones no significan que el gobierno Ortega-Murillo haya renunciado a seguir armando su proyecto político de “democracia directa” con los Consejos del Poder Ciudadano, hoy más empoderados por los espacios que les dan las autoridades municipales en muchas de las alcaldías “ganadas” por el FSLN. Comienzan a conocerse ya conflictos generados por rivalidades entre los CPC y otras organizaciones comunitarias o por arbitrariedades de los minoritarios CPC en su trato con el resto de la población.

A la par de los reales beneficios sociales con los que el gobierno logra simpatías entre la población más pobre -operaciones oftalmológicas gratuitas que brindan médicos cubanos, atención gratuita y especializada en los hospitales públicos, becas para estudiar medicina en Cuba, brigadas médicas en zonas remotas-, actúan los minoritarios CPC. Son presentados por el gobierno como activistas comunitarios y gestores de la democracia directa. Pero, de hecho, son sólo correas de transmisión de las líneas emanadas desde el despacho presidencial.

El FSLN abandonó la educación política de sus bases durante los años en que dejó de ser un partido político con ideales y con ética, para transformarse en una maquinaria electorera. Y ésta es la cosecha. Para neutralizar la extendida percepción de que los CPC han sustituido al FSLN histórico, el gobierno anunció que entregará “a todo el que lo solicite” el carnet de militante del FSLN en una campaña titulada “Somos millones”. En Managua, la meta es carne¬tizar a 200 mil personas.

LOS CONFUSOS INTERESES CREADOS

¿Qué queda del Frente Sandinista de los años 80? En este segundo gobierno del FSLN se hacen cada vez más confusos los intereses estatales, gubernamentales, partidarios y familiares.

En marzo se conocieron inversiones millonarias en la compra del complejo ganadero Chiltepe y del hotel Seminole de Managua por empresas venezolanas, que dicen ser empresas privadas, pero son administradas por funcionarios del partido y en las que son accionistas altos funcionarios del gobierno.
La confusión de intereses es máxima en todo lo referente a la propiedad, naturaleza jurídica, administración, beneficios y deuda pública de las nuevas inversiones en la estratégica industria energética (plantas eléctricas, tanques de almacenamiento de petróleo, prospección petrolera, importación de crudo…), todo esto alimentado por recursos venezolanos y fondos ALBA, cuyo uso sigue siendo discrecional y nunca ha sido transparente.

La incorporación de los recursos venezolanos al presupuesto para que sean conocidos y puedan ser controlados por el Parlamento es una de las propuestas más razonables que se han hecho para equilibrar el presupuesto nacional.

¿SE UNEN TANTOS MALESTARES DISPERSOS?

Ante una situación tan oscura, resulta débil y contradictorio el papel de la oposición organizada, que se está agotando en el discurso electoral del “todos contra Ortega” o en la denuncia de “la dictadura”, con el dramático eslogan de “Ortega y Somoza son la misma cosa” o en el reclamo de “la democracia” sin llenar este concepto de contenidos de justicia económica.

El malestar de la población que no votó por Daniel Ortega para Presidente y la que, dos años después, en 2008, votó por candidatos liberales por convicción o sólo para oponerse a los del FSLN, está creciendo. Especialmente en las zonas urbanas, donde circula más información y la crisis económica se siente más agudamente. Pero es un malestar en el que la gente se reduce al papel de espectadores indignados de las denuncias con que los medios de comunicación deterioran a diario la credibilidad gubernamental. “Quejarse es el papel de los siervos, organizarse para proponer es el papel de los ciudadanos”, dijo alguno.

¿Habrá crecido también el malestar entre los trabajadores estatales, que han perdido viáticos de almuerzo y transporte a consecuencia de las medidas de austeridad decretadas por el gobierno en enero, que redujeron el horario laboral a jornadas de 7am a 1pm.

¿Incrementará el malestar de los empleados del Estado la ya acostumbrada presión para que acudan a las convocatorias oficiales y llenen plazas y rotondas, eleven banderas y griten consignas, contribuyendo a la sensación mediática de que es masivo el apoyo popular en los jardines ambulantes en los que se desarrollan los discursos presidenciales?

El desempleo en el Estado, provocado por la crisis económica, está decidiéndose con estrictos criterios partidarios y no profesionales, lo que también genera malestar entre los despedidos. ¿Se unirán tantos malestares dispersos?

¿DÓNDE ESTÁ EL COSEP?

¿Hay malestar en la gran empresa privada? Naturalmente, resienten la erosión de credibilidad internacional del gobierno y el ascenso de Nicaragua en el ranking de riesgo-país. Pero esta preocupación la compensan, en gran medida, con un arraigado pragmatismo.

Saben que Daniel Ortega no les ha cambiado las reglas del juego -no expropia como Chávez- y, sobre todo, conocen que nadie como Ortega les puede garantizar un mejor control social ante los estragos de la crisis económica en la economía popular.

Saben que si fuera Eduardo Montealegre quien gobernara el país y tuviera que enfrentar la crisis, Daniel Ortega tendría capacidad para incendiar el país con su gente organizada levantando mil y un reclamos sociales. Por todo esto, son cautelosos, se acomodan, esperan. La opción de una huelga general para cambiar el rumbo del país -por la que clama un sector de la oposición- es un espejismo.

ALEMÁN VS. MONTEALEGRE

La oposición liberal sigue profundamente dividida. Después del fogonazo sin continuidad que resultó el 8 de febrero la creación en Río Blanco del CDO (Coalición Democrática Opositora) -en la que participó hasta un sobrino del dictador Somoza-, Eduardo Montealegre disolvió oficialmente su movimiento “Vamos con Eduardo” el 23 de febrero para cobijarlo legalmente bajo la bandera y la personería jurídica del Partido Liberal Independiente (PLI). Después inició la tarea de afiliar masivamente a sus simpatizantes en este partido para vigorizarlo y construir las estructuras de base que ya no tiene.

En la otra acera liberal, el PLC trabaja igualmente en la reagrupación de sus bases, con la meta de cerrar 2009 con 180 mil afiliados y llegar a 2010 con 600 mil, cifra de su voto histórico. Ambos grupos afilian y llaman a los liberales a trabajar por la unidad, aspirando a lograrla uno a costa del otro. Ambos alientan sus rivalidades, sólo hablan de las próximas elecciones y porfían quién tendrá más votos, pero no presentan ningún programa.

EL PODER QUE LE QUEDA A ALEMÁN

El regreso al pleno protagonismo y a las giras partidarias del ahora ya libre Arnoldo Alemán y el anuncio de su candidatura presidencial para 2011 mantienen a Alemán como factor de poder dentro del liberalismo.

En un partido de tradición prebendaria, esta posibilidad le sigue asegurando a Alemán seguidores, porque él le sigue asegurando a quienes le sigan prebendas, cargos y poder. Esto, a pesar del desgaste que ha sufrido por las evidencias que lo hacen cómplice con Ortega del fraude de noviembre.

Para alimentar en las bases y entre sus seguidores la rivalidad con Montealegre y borrar el malísimo sabor del fraude, Alemán afirma que el FSLN “va detrás de Eduardo” para enjuiciarlo por el caso de los CENIS -lo que lo haría desaparecer de la política dejándolo a él como único líder liberal- mientras se ufana de que es a él a quien verdaderamente el FSLN “le tiene terror”.

La activa presencia de Alemán en la política mantiene una división más emocional que ideológica entre muchos liberales de base. Sea de la naturaleza que sea, la división del liberalismo fue el factor que le dio la Presidencia a Ortega y es factor indispensable para que el FSLN consiga los votos que necesita de los diputados alemanistas para la reforma constitucional y para triunfar en 2011 y aun después, a pesar de ser minoría electoral en el país.

EL DESAFÍO DEL MOVIMIENTO RENOVADOR SANDINISTA

En la otra acera del sandinismo, el MRS ha perdido perfil, después del que supo labrarse en 2008 al reclamar por la arbitrariedad del CSE de eliminarlo de la contienda municipal. La continua cercanía del ex-candidato presidencial del MRS Edmundo Jarquín a Eduardo Montealegre contribuye a hacer confuso el proyecto que tuvo o quiere tener el MRS, al asimilarlo al de los liberales no alemanistas que se dicen “demócratas”.

El MRS no logra aún llenar de contenido alternativo su propuesta política ni aprovecha adecuadamente la oportunidad que la crisis económica y la crisis ética del FSLN le abren hoy a “otro” sandinismo. Para inspirar a una juventud potencialmente atraída por otra forma de hacer política no basta con señalar las similitudes del gobierno de Ortega con las del gobierno de Somoza ni bastan marchas y movilizaciones callejeras ni tampoco capacitaciones de una jornada.

Es necesaria una presencia, una inserción diaria y anónima en barrios y zonas de pobreza para poder lograr un discurso alternativo, un programa diferente. Esto hizo el FSLN en los años 70 y 80. Y hoy, aunque ya desnaturalizado, vive de esas “rentas”.

El FSLN y el PLC edificaron el pacto, lo han consolidado durante diez años y le han añadido nuevas paredes y sótanos a ese edificio en la última contienda electoral aprovechando la falta de un proyecto económico y político alternativo que vincule la lucha por la institucionalidad democrática con los esfuerzos por la equidad social. Esforzarse en esa dirección supone renuncias y tener al frente a liderazgos creíbles, ejemplares. ¿Dónde está la cantera de esos liderazgos creíbles?

¿CÓMO CONFIAR
EN ESOS “VALORES”?

El futuro de Nicaragua aparece hoy incierto y sombrío. Antes de que anochezca necesitamos hacer algo. Algo distinto. Asusta un poco escuchar a tantos funcionarios del gobierno, a dirigentes políticos anti-gobierno, a líderes institucionales, periodistas y forjadores de opinión apelar a la recuperación de los valores familiares y religiosos como vía para superar una crisis nacional tan compleja. Algunos hasta proponen la Biblia como receta infalible.

Asusta porque una gran mayoría de familias en Nicaragua son espacios profundamente anti-democráticos y nidos de autoritarismo y de abuso sexual. Asusta porque la resignación y la confianza en intervenciones divinas para obtener milagros o para “prosperar” caracterizan la religiosidad de la mayoría.

HACER ALGO DISTINTO

Hay que hacer algo. Y promover algo distinto. Einstein, que nos enseñó a mirar el tiempo y el espacio tan distintamente a como casi todos lo veían en su tiempo, decía que “no podemos pretender que las cosas cambien si siempre hacemos lo mismo”.

¿No será el diálogo nacional, que el gobierno presenta como solución al borde del abismo, más de “lo mismo” de lo que ya hicimos en circunstancias críticas previas? ¿No podría la oposición en sus distintas formas unirse y forzar las cosas para hacer de ese diálogo algo distinto? ¿O para hacer algo distinto a ese diálogo?

La responsabilidad de hacer algo distinto es sobre todo del gobierno, pero también lo es de la oposición organizada y de toda la población, la que aún confía en el gobierno y la que reniega del gobierno.

“La creatividad nace de la angustia como el día nace de la noche oscura”, decía también Einstein, que confiaba en la crisis, porque “es en la crisis que nacen la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias”. ¿Tendremos ya, tanto en el FSLN como en la oposición, una masa crítica con suficiente angustia como para ser creativos, inventar y diseñar estrategias, antes de que anochezca?

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