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Universidad Centroamericana - UCA  
  Número 196 | Julio 1998

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Internacional

Herramientas para entender el "pensamiento único"

Ignacio Ramonet, director de "Le Monde Diplomatique", pronunció esta conferencia en el Encuentro Internacional de la Radio, celebrado en Santiago de Chile, en octubre de 1997. En ella resume las ideas principales de su obra "Un mundo sin rumbo" y caracteriza las contradicciones ideológicas y culturales que estamos viviendo en vísperas del siglo XXI.

Equipo Envío

Desde la perspectiva ideológica, ¿cómo describir el momento histórico en el que nos encontramos? ¿Cuáles serían las características del planeta hoy, desde el punto de vista geoestratégico y geopolítico, desde el punto de vista geocultural?

* Es evidente que desde finales de los años 80, después de la caída del muro de Berlín, de la implosión de la Unión Soviética y de la Guerra del Golfo, hemos entrado en un período nuevo, aunque nadie sabe definir exactamente cuáles son sus características. Muchos coinciden en calificarlo como un período de transición entre dos eras.

* Períodos de transición ha habido muchos en la historia, pero probablemente éste que estamos viviendo es particularmente excepcional. Mi impresión es que puede compararse con otras etapas históricas que tuvieron una gran trascendencia, que fueron paradigmáticas, que constituyeron hitos de la civilización. Así fue el período de transición que la humanidad vivió al final del siglo XVIII, cuando se produjeron la Revolución Americana y la Revolución Francesa. Así fue también el período del final de la Edad Media y del comienzo de la Era Moderna, el Renacimiento. Estamos en una etapa de similar envergadura. Y la característica de momentos así es lo extremadamente difícil que resultan de entender cuando se están viviendo.

* Los instrumentos de pensamiento que hemos usado habitualmente ya no nos sirven para explicar lo que vivimos. Los problemas actuales no pueden ser ni descritos ni identificados ni analizados con el bagaje intelectual ni con las herramientas conceptuales de las que disponíamos, que nos funcionaron particularmente bien en los últimos 50 años durante ese largo período que se llamó Guerra Fría y que va desde la Segunda Guerra Mundial hasta la Guerra del Golfo . Esa etapa de la historia la entendíamos muy bien, gracias a un conjunto de conceptos, ideas y paradigmas. Pero con ese instrumental ya no logramos desentrañar los problemas que nos vamos encontrando.

* Quisiera proponer una serie de ideas que nos permitan identificar mejor este período y empezar a entender lo que está ocurriendo, lo que estamos viviendo, todo eso que hoy somos incapaces de designar.

* Creo que el actual es un período de mutación porque, probablemente, cuando este momento termine, desembocaremos de nuevo en una larga era de estabilidad. Ahora, nos toca vivir un período caótico, desordenado, incierto y colocado entre dos fases de estabilidad.

* Una de las características del momento actual es que estamos viviendo simultáneamente los efectos de tres revoluciones, que se entrelazan y que tocan a la vez tres aspectos diferentes de nuestra realidad y de nuestro entorno.

* La revolución más importante la que en gran medida desencadena las otras dos es la revolución tecnológica, que, a su vez, tiene un doble aspecto. El primero podríamos definirlo con una metáfora comparativa: así como la revolución industrial fue la sustitución del músculo por la máquina y la industrialización consistió en transferir el esfuerzo físico humano a las máquinas, en la actual revolución tecnológica lo que transferimos a las máquinas son las principales funciones del cerebro. La máquina de hoy ya no sustituye al músculo, sustituye al cerebro, a muchas de las funciones del cerebro. Esta cerebrización generalizada de las máquinas tiene múltiples efectos y consecuencias importantes para la producción industrial, la producción intelectual y la producción de servicios.

* El segundo aspecto de la actual revolución tecnológica es la revolución numérica o revolución digital. Usemos otra comparación. A lo largo de la historia de la humanidad, y hasta ahora, los seres humanos se habían comunicado mediante tres sistemas de signos: mediante sonidos (la palabra), mediante dibujos (imágenes) y mediante textos (la escritura o cualquier ideograma). Estos tres sistemas sonido, imagen, texto fueron desarrollando tres áreas de actividad productiva, independientes entre sí o asociadas las dos primeras, aunque no la tercera.

* Hoy, la revolución digital permite que una imagen, un sonido o un texto puedan expresarse con toda exactitud y a través del mismo dispositivo. La digitalización generalizada hace que cualquier texto, cualquier imagen y cualquier sonido puedan ser difundidos mediante su transformación en impulsos electrónicos que se mueven a la velocidad de la luz. Y la velocidad de la luz, como todos sabemos, es un absoluto. No podemos concebir ninguna velocidad superior a la velocidad de la luz, que es el llamado "real time", el tiempo real.

* Los dos aspectos que caracterizan la actual revolución tecnológica cerebrización generalizada y digitalización generalizada implican la posibilidad de interconectar a escala planetaria a todos los cerebros de todas las máquinas mediante un sistema que permitiría teóricamente, virtualmente comunicarnos simultáneamente mediante los tres sistemas de signos con todos los que participan en la revolución de la información y de la comunicación.

* Esta gran revolución de las tecnologías de la comunicación y de la información ha precipitado la segunda revolución que estamos viviendo: la revolución económica. O más exactamente, la revolución experimentada en las actividades económicas que estimula la revolución tecnológica, y que son fundamentalmente las actividades financieras. La revolución económica se está produciendo en lo que podríamos llamar la economía de lo inmaterial: intercambio, venta y comercio de valores y de monedas. Hoy, ha sido revolucionado todo lo que tiene que ver con la economía financiera. Actualmente, el volumen de intercambio que se da a escala planetaria dentro de la economía financiera es 50 veces superior al intercambio que se da en la economía real, donde se produce el intercambio de productos concretos. Toda la economía está dominada y condicionada actualmente por la economía financiera, por la economía de lo inmaterial.

* En la economía de lo inmaterial hay que incluir la economía de la comunicación, la de la información y la de la cultura, cuyos contenidos se pueden digitalizar y, por consiguiente transmitir a través de los nuevos y revolucionarios canales tecnológicos que circulan a escala del planeta.

* La segunda revolución, la revolución económica con esta característica de la financiarización y la inmaterialización ha producido el fenómeno dominante de este momento en que vivimos: la globalización de la economía. La globalización económica está transformando no sólo todos los aspectos de la producción en los diversos sectores. Transforma también conceptos políticos y sociales.

* Simultáneamente a la tecnológica y a la económica, vivimos una tercera revolución: una revolución sociológica. El concepto de poder, en el que se basa la estructuración de la sociedad, está actualmente en crisis. ¿Qué es hoy el poder? ¿Quién tiene hoy el poder en la familia, en la escuela, en la empresa, en la fábrica, en el país, en el Estado? ¿Dónde está el poder hoy y qué formas adopta?

* Tradicionalmente, el poder ha sido vertical, ha sido un poder jerárquico, transmitido de unos a otros según reglas de autoridad. Y ha sido también un poder autoritario, un poder que no se discute. En la actualidad, esta concepción del poder ya no funciona. Hoy, el poder funciona de manera horizontal y no vertical. Funciona en forma de red, como una telaraña. Ya no funciona tampoco el poder autoritario. El poder requiere de la vía consensual. Hoy, todo poder que se impone, que es aceptado y que logra pasar sus mensajes, lo hace logrando consenso, con la ayuda de todos los mecanismos de la comunicación que están experimentando tan extraordinaria expansión.

* Estas tres revoluciones están en marcha y se están produciendo en el momento en que hablamos, las estamos viviendo, se están entrecruzando en nuestra cartografía mental y están perturbando el sistema de referencias que cada uno de nosotros teníamos para entender lo que pasaba en nuestro entorno.

* También han cambiado los paradigmas. Un paradigma es un modelo general de pensamiento que nos permite estructurar los diferentes aspectos de la realidad. Actualmente, dos paradigmas fundamentales sobre los que descansaban nuestras sociedades modernas están siendo sustituidos por otros.

* Las sociedades surgidas de las revoluciones intelectuales de finales del siglo XVIII descansaban sobre dos pilares. Un pilar era la idea del progreso. El otro, la idea de la cohesión social. De forma insensible, sin que se pregone el cambio, ambos paradigmas están siendo sustituidos de hecho por otros paradigmas y la nueva sociedad descansa ya sobre dos pilares diferentes.

* El progreso fue una idea lanzada por los teóricos de la Ilustración, por los pensadores del Siglo de las Luces y de la Enciclopedia. Fue una idea destinada a civilizar a las sociedades. Hoy, en cualquier lugar del mundo, se entiende que una sociedad civilizada es la que ha excluido de su seno la violencia, la que ha encontrado formas de organización que le permiten no cohabitar endémicamente con la violencia. A finales del siglo XVIII se comenzó a pensar que, para excluir de ellas la violencia, las sociedades modernas las surgidas del inicio del proceso de industrialización debían introducir en su seno el concepto de progreso.

* El concepto de progreso se resume en un objetivo: entre ricos y pobres no debe existir nunca una distancia demasiado grande porque si la hay, el choque entre pobres y ricos será también grande, pudiendo llegar a ser extremadamente brutal y violento. Con este concepto, con este paradigma, se comienza a pensar que el proyecto de cualquier sociedad debe ser encontrar formas de progreso que hagan que los de abajo no estén demasiado alejados de los de arriba y se acorten las distancias entre unos y otros en todos los planos: económico, social, cultural, educacional. Con este paradigma y mediante la participación, la reivindicación y muy diversas luchas, las sociedades han reclamado el progreso para garantizarse el ser sociedades políticamente pacíficas.

* Hoy, el concepto de progreso ha entrado en crisis. O, en cualquier caso, el nuevo modelo de sociedad en el que estamos no le da al progreso la importancia que hasta ahora le dio en lo político y en lo social. Tampoco se lo da en otros aspectos. El progreso es un concepto que también se aplica a la ciencia y, aunque sabemos que existe una progresión en la evolución de la ciencia y de las técnicas y en el conocimiento que tenemos de nuestro entorno, cada vez con mayor frecuencia oímos y experimentamos que el progreso científico puede transformarse en retroceso. Hoy ya nos preguntamos por el significado del progreso científico, por la tragedia de Chernobyl, por el peligro nuclear o por los orígenes de las nuevas epidemias. Ya sabemos que progreso también significa peligro.

* Existe también una crisis del concepto de progreso aplicado a la política. Alguien podrá decir que Albania o Corea del Norte eran o son regímenes políticos progresistas porque han buscado el progreso de sus sociedades, han querido acortar las brechas. Sin embargo, ¿quién quiere parecerse a ese tipo de regímenes progresistas, quién quiere progresar en política por vías estalinistas?

* También el terreno de lo social se ve afectado por la crisis del paradigma del progreso. Hoy vemos que el Estado de Bienestar que significa progreso social conduce a cierta parálisis de las sociedades, que el Estado de Bienestar que pretende inyectar progreso a la sociedad conduce, paradójicamente, a un retroceso social. Estas fueron las tesis de Margaret Tatcher y de Ronald Reagan, que resultaron de tanto influjo.

* El paradigma del progreso, que se aplica a tantos aspectos de la sociedad, ha entrado en crisis y está siendo sustituido por el paradigma de la comunicación. Y así como en el siglo XIX se buscó hacer progresar a todas las sociedades para pacificarlas, hoy le toca a la comunicación asumir el papel que antes le dimos al progreso. En cualquiera de los aspectos de nuestra vida cotidiana en la familia, en la escuela, en la fábrica, en la empresa, en el país , cuando las cosas no funcionan y cuando hay riesgos de enfrentamiento, ¿qué pensamos que es lo mejor a hacer, qué es lo que se escucha como solución, como alternativa a la crisis y a la violencia? Que hay que dialogar, que tenemos que comunicarnos, que tenemos que entendernos. Si en las familias no se entienden los padres y los hijos es porque no se comunican, si los alumnos y los profesores no se entienden es porque no se comunican, si los trabajadores y los patrones no se entienden es porque no se comunican.

* En cualquier terreno de la vida tenemos hoy una sola obligación, un único imperativo: comunicar. Hay que dialogar, tenemos que comunicarnos. No es de extrañar que la comunicación se desarrolle tan rápidamente en nuestro entorno y que las máquinas y los aparatos de comunicar se expandan sin cesar. La comunicación se ha convertido en un paradigma central de la nueva sociedad. Y la misión, la función de este paradigma es la que hasta hace poco se le encomendaba al progreso: pacificar a las sociedades, excluir la violencia de su seno.

* El segundo paradigma sobre el que descansaban las sociedades modernas era el de la cohesión social. A finales del siglo XVIII, el Antiguo Régimen fue sustituido por los nuevos regímenes políticos democráticos la democracia se reinventó en aquellos momentos . La nueva sociedad no debía ser como la del Antiguo Régimen, que fue una sociedad dividida en grupos que se excluían totalmente como si fuesen biológicamente diferentes: la Nobleza por una parte y el Tercer Estado la población, el pueblo por otra, con un nexo ideológico entre ambos grupos: el Clero.

* Los inventores de la democracia moderna no concebían una sociedad construida sobre estas bases. Y al proponer otro modelo se basaron en el modelo científico y técnico que existía a finales del siglo XVIII, un modelo basado, a su vez, en la mecánica de Newton, teórico de la mecánica universal. Los teóricos de la democracia moderna concibieron la sociedad como una máquina mecánica perfecta. Como una máquina en el exacto sentido de esta palabra, no como una eventual robotización de la sociedad.

* Para estos teóricos, no había máquina más perfecta que el reloj. Porque el reloj consigue articular el espacio y el tiempo: el espacio sin límites y el tiempo absoluto. La sociedad debía funcionar como un reloj, una máquina que tiene dos características. Entre las piezas de un reloj no hay ninguna que esté de más o de menos. Si hay una de más, el reloj no funciona y si hay una de menos tampoco, y si una pieza no se ajusta bien en la máquina, obstaculiza el funcionamiento de todas. Segunda característica: todas las piezas están conectadas unas con otras. Se podría decir que todas son solidarias unas con otras y, aunque hay algunas piezas más importantes que otras, todas tienen la misma importancia porque sin tal o cual pieza cualquiera sea su importancia la máquina deja de funcionar.

* A partir de entonces la sociedad empieza a ser concebida como el engranaje de un reloj. No existen profesiones o funciones que puedan ser consideradas despectivamente, que puedan ser despreciadas. Todo individuo que pertenece a la colectividad es indispensable a ella y la colectividad se siente solidaria con cada uno de sus miembros. La idea de que, ante todo, una comunidad nacional debe de tener cohesión social es uno de los grandes paradigmas constitutivos de las sociedades modernas.

* Este paradigma ya no funciona. Nadie reivindica la cohesión nacional. El paradigma que está sustituyendo al de la cohesión social es el del mercado. El mercado no es sólo una técnica para comerciar. El mercado es una idea, un paradigma que organiza hoy a la sociedad desde todos sus aspectos, también desde el aspecto ideológico y filosófico.

* El mercado no es una invención reciente, pero hasta hace poco era un concepto que englobaba únicamente las actividades comerciales. Hoy, la tendencia es que el mercado configure el conjunto de las actividades de la sociedad. El mercado se concibe hoy y se nos propone a todos como una especie de atmósfera que penetra todos los intersticios de la sociedad y no deja por fuera a ninguna de las actividades humanas.

* El mercado se legitimiza interesándose por todas las actividades de la sociedad. No hace mucho tiempo eran varias las actividades que quedaban fuera del mercado. Por ejemplo, el deporte. Estaba fuera del mercado por tener otros objetivos que no eran los comerciales. Los Juegos Olímpicos estaban prohibidos a los deportistas profesionales y se sancionaba al atleta que hubiese vinculado su esfuerzo y habilidad física con el dinero. Hoy, el deporte está ya totalmente inmerso en el mercado. Igual ha sucedido con la cultura. Durante mucho tiempo, la cultura se concibió como una actividad que tiene como proyecto edificar el espíritu y la mente, producir emociones, construir una sensibilidad, sin que para ello precise de relaciones ni directas ni estrechas con el mercado. En la actualidad, la cultura está prácticamente inmersa totalmente en el mercado. Y el mercado regula la cultura y la producción cultural. Podríamos decir algo similar del amor, de la muerte o de la religión. Cada vez más, estas realidades humanas están siendo regidas, organizadas y estructuradas por el mercado. La vocación del mercado es convertirse en la ley que organiza todas las actividades humanas.

* Las tres revoluciones y el cambio de los dos paradigmas está favoreciendo la eclosión de un sistema nuevo, de una especie de esfera, a la que yo llamo sistema PPII, por las iniciales de las cuatro características fundamentales de las actividades que se dan en él: permanentes, planetarias, inmediatas e inmateriales. Todas las realidades que actualmente poseen estas cuatro características experimentan un extraordinario desarrollo.

* Planetarias quiere decir que son actividades que se extienden al conjunto del planeta. Permanentes, que tienen lugar 24 horas sobre 24. Inmediatas, que en cualquier momento en que usted quiera puede intervenir sobre esas actividades. Inmateriales significa que todo lo que ocurre en este sistema es literalmente inmaterial, pues se trata de impulsos electromagnéticos. El nuevo sistema PPII funciona literalmente como una nueva divinidad, pues sus cuatro características son las que se le atribuyen a Dios. Dios es permanente, es planetario, es inmediato y es inmaterial.

* En la esfera PPII se incluye toda la economía financiera, todo el mercado de valores, todo el mercado monetario. También entra en esta esfera toda la información y la comunicación y gran parte de la cultura de masas. Todos los sectores que están ligados a estas actividades sectores industriales de la tecnología de la información, desde el sector duro que hace o lanza cohetes o satélites, hasta el que hace cualquiera de los elementos que tienen que ver con los softwear , entran dentro de la esfera PPII.

* Las tres revoluciones que vivimos la tecnológica, la económica y la sociológica y el cambio de dos paradigmas que hemos experimentado el del progreso y el de la cohesión social, sustituidos por el de la comunicación y el del mercado han tenido una consecuencia obvia: el poder político se encuentra totalmente desfasado.

* Todo poder político tiene capacidad de intervenir en materia de progreso y en materia de cohesión social. Y las sociedades han estado políticamente organizadas de manera que los dirigentes políticos puedan intervenir en estos dos terrenos fundamentales: en el del progreso social y en el de la cohesión social. Pero en los dos nuevos terrenos el de la comunicación y el del mercado los dirigentes políticos no tienen poder. No tienen nada qué decir en materia de comunicación y no pueden dominar el terreno del mercado.

* Los políticos pueden ser unos comunicantes más, pero no pueden dominar la comunicación. Dominarla sería ejercer censura, practicar una dictadura, lo que los excluiría del campo de la normalidad democrática. Los políticos tampoco pueden controlar ni dominar el mercado. Y es por esto que, cada vez con mayor frecuencia, los dirigentes políticos son extraídos del mercado, en la medida en que los sectores económicos que antes se controlaban desde el gobierno, desde el Estado, se están privatizando y son abandonados a las fuerzas del mercado.

* Los dirigentes políticos están cada vez más alejados de los dos ámbitos fundamentales de la nueva sociedad comunicación y mercado y esto hace que tengan cada vez menos posibilidades concretas de influir y de intervenir en la realidad tal como es.

* Yo calificaría este momento de la historia de la humanidad como la segunda revolución capitalista. Hubo una primera revolución capitalista a finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX, que en su esencia produjo la industrialización con todas sus consecuencias sociales, políticas y económicas. Esta segunda revolución capitalista lo que en esencia está produciendo es la disminución de la importancia del poder político.

* Algunos llegan a afirmar que la revolución que vivimos amenaza con hacer desaparecer el poder político. Porque, por propia voluntad y con frecuencia, los dirigentes políticos han abandonado sectores que les hubiesen permitido ser protagonistas de estos cambios históricos. O porque el movimiento del cambio tiene tal energía que ningún político es capaz de frenarlo.

* Estas dinámicas han puesto en el escenario a los nuevos amos del mundo. ¿Quiénes son? En algunos medios de comunicación serios han ido apareciendo informaciones, reportajes y encuestas sobre las diez personas más influyentes del mundo o sobre las treinta o cuarenta personas que tienen hoy más poder en el mundo. Pues bien, ninguno de ellos es un político, ninguno de ellos fue electo por el pueblo. Se trata casi exclusivamente de dirigentes de empresas o de dueños de inmensos grupos mediáticos o, alguna vez y en el mejor de los casos, de personalidades del mundo de los medios o del mundo mediático cultural. Es una señal de que la jerarquía de los poderes ha cambiado y de que el principal poder es en la actualidad el poder económico, el segundo poder es el poder de los medios, el poder mediático, y que sólo en un tercer lugar está el poder político, lo que evidentemente pone en cuestión la vigencia que la democracia tiene en la actualidad.

* ¿Qué significa en esta nueva configuración del mundo la participación democrática de un ciudadano? El ciudadano tiene dos modos democráticos de intervenir en el debate social: mediante su voto y mediante las posibilidades que le dé la Constitución de protestar, de manifestarse. Pero, actualmente, aun cuando los ciudadanos utilicen estas dos maneras legítimas de expresarse, lo único que pueden modificar es la configuración política. Pero, si los políticos ya no pueden intervenir realmente en ninguno de los dos ámbitos que son los que hoy condicionan de hecho la vida concreta de los ciudadanos comunicación y mercado , esto quiere decir que las actuales democracias son democracias impotentes, democracias a las que se les ha amputado su propia eficacia. Esta conclusión, que es obvia, resulta extremadamente peligrosa para el propio funcionamiento democrático. Y nos pone en la pista de que podremos ver surgir nuevamente en las sociedades grupos que le nieguen a la democracia su legitimidad como régimen capaz de autorregularse, de autotransformarse y de mejorar continuamente la sociedad.

* Los principales actores de la política internacional son hoy los mercados financieros. Y la realidad es que ninguna autoridad política ejerce influencia directa sobre esos mercados, que pesan poderosamente sobre la realidad y el destino de los pueblos y de los Estados, sin que los ciudadanos de esos Estados puedan intervenir sobre ellos. Esto produce un desequilibrio entre el funcionamiento del mundo tal como es hoy en la realidad y la democracia, tal como funciona hoy en la realidad.

* Lo que hemos descrito es lo que podríamos llamar "el pensamiento único", el pensamiento que nos repiten constantemente quienes controlan la comunicación y el mercado. El que publicaciones generalmente económicas como "Worldself Journal" o las grandes cadenas de televisión con presencia en todos los países no cesan de repetirnos: ésta es la modernidad, ésta es la nueva fase del mundo a la que tenemos que adaptarnos. La machaconería ideológica sobre este pensamiento único, presentado como el único razonable, para construir así lo que los teóricos llaman "el círculo de la razón", lleva a la conclusión de que este pensamiento único es el único que se puede pensar.

* Pensar de manera "diferente" a este esquema que acabo de hacer diferencia que, por otra parte, nadie identifica aún cuál pueda ser es exponerse a salir del círculo de la razón. Por esto, desde un punto de vista ideológico estamos viviendo una etapa totalitaria, y es curioso que quienes hoy defienden las ideas de este esquema cerrado y totalitario son los mismos que ayer calificaban de totalitarios a quienes defendían el modelo soviético. Con el mismo fanatismo antisoviético defienden hoy el pensamiento único, como único y como razonable. En la URSS, quienes no aceptaban el círculo de la razón soviética eran encerrados en asilos siquiátricos, Hoy, en el nuevo mundo que vivimos, en este mundo dominado por este pensamiento único, existe también la amenaza de asilos siquiátricos para quienes no acepten el proyecto definido por este pensamiento único.

* El actual escenario internacional está dominado fundamentalmente por un solo Estado, los Estados Unidos, que dominan el mundo como nunca antes lo dominaron y que lo dominan como nunca antes en la historia de la humanidad dominó ningún otro poder. No ha habido en la historia humana ningún Estado que haya dominado así al conjunto del planeta.

* Los Estados Unidos ejercen su nueva hegemonía en cinco terrenos. Dominan en el terreno político, en el económico son la primera potencia económica mundial , en el militar son la única potencia militar del mundo, con una enorme ventaja frente a todos los demás , en el terreno cultural la "world culture" es la cultura americana y en el terreno tecnológico son los primeros en tecnología, a pesar de que hace sólo cinco o seis años se hablaba de Japón como potencia tecnológica, pero Japón ha sido totalmente barrido y ha quedado fuera de competencia en las tecnologías de la información y de la comunicación y está fuera de Internet .

* Paradójicamente, aunque los Estados Unidos dominan de esta manera el mundo, la serie de transformaciones que se ha producido en todo el sistema hace que, en la realidad, tengan muy poco poder efectivo. El Presidente Clinton no es el hombre más influyente del mundo y en las listas de las diez, quince, treinta, cincuenta personalidades del mundo ya el Presidente de los Estados Unidos no tiene tanto poder como tenía en el sistema anterior, en la configuración reciente. Esto es así porque los actores de la vida internacional ya no son los Estados. Los Estados están en crisis de identidad. Hoy, cualquier Estado es incapaz de decir lo que significa su soberanía nacional, concepto que fue básico para la constitución de los Estados. Cualquier Estado del planeta es incapaz de definir por sí solo la configuración de sus fronteras, porque las fronteras ya no son sólo terrestres o marítimas. Las fronteras actuales son espaciales, son climáticas. ¿Qué Estado controla la corriente de El Niño?

* El concepto de frontera, el de soberanía, el de democracia, el de partido político, el de sindicato, son todos conceptos en crisis en un mundo con nuevos actores. Un Estado nacional no sabe hoy exactamente quién es su adversario. Los Estados Unidos no saben quién es su mayor enemigo en la actualidad. Porque ese enemigo no se define ya en términos geopolíticos. Un gran enemigo de los Estados Unidos es la epidemia del sida, pero el sida no tiene nacionalidad y está fuera de cualquier consideración de tipo nacional. Un enemigo de los Estados Unidos es la droga y la droga tampoco tiene nacionalidad. Otros enemigos de Estados Unidos son la corrupción o las grandes migraciones. Las amenazas actuales traspasan las fronteras nacionales. La contaminación es un adversario de todo el mundo, pero no tiene nacionalidad. La nube tóxica de Chernobyl que recorrió Europa no tenía nacionalidad y no se detuvo en ninguna frontera.

* El Antiguo Régimen tenía tres actores principales: Nobleza, Clero y Tercer Estado. En el actual régimen internacional hay tres actores importantes que son quienes condicionan la vida de un mundo ya globalizado. El primer actor son las agrupaciones de Estados: las zonas integradas económicamente la Unión Europea, el Tratado de Libre Comercio, el Mercosur, la Asociación de Países de Asia Pacífico . Por todo el mundo, todos los Estados, cualquiera de los Estados, se está planteando hoy el problema de elegir con quiénes asociarse para constituir una zona integrada. La diferencia con lo que sucedía en el siglo XIX, donde los Estados se definían limitando sus fronteras y separándose, es extraordinaria.

* Segundo actor importante en la vida internacional: los grandes grupos industriales, las grandes empresas, los grandes grupos financieros, los grandes grupos mediáticos. Todos ellos son globales y están dentro de la esfera PPII. Son ellos quienes conducen y quienes imponen la globalización a escala internacional. En el momento en que vivimos son ellos los actores centrales desde el punto de vista económico e ideológico. Ante ellos, los ciudadanos, en tanto que ciudadanos, estamos fuera del juego.

* Y un tercer actor que en buena medida puede representar el sentimiento de los ciudadanos: las ONGs globales, que tienen influencia en algunos Estados, como Greenpeace o Amnistía Internacional. Estos actores tienen, como tenemos todos, un nuevo mundo con nuevos desafíos en el horizonte.

* En resumen, es complejísimo el momento en el que nos ha tocado vivir. Coexisten en nuestro entorno tres revoluciones, asistimos al cambio de dos paradigmas, estamos inmersos en un sistema con cuatro parámetros fundamentales que se modifican aceleradamente y vemos en el escenario del poder a tres nuevos actores, diferentes a los de hace sólo unos años. Nosotros también tenemos que aprender a ser actores en este nuevo escenario.

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