Envío Digital
 
Universidad Centroamericana - UCA  
  Número 292 | Julio 2006

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Nicaragua

Palabras de mujeres desde “el ombligo de Nicaragua”

“Decidimos llamar a nuestra radio “Palabra de Mujer” porque sólo los hombres tienen la palabra. Porque necesitamos recuperar la palabra que nos quitaron”. Desde hace 14 años, la Casa de la Mujer y la radio “Palabra de Mujer” en Bocana de Paiwas apuestan a la revolución de las conciencias. Son un eco vivo en el tiempo de aquella revolución que apostó a transformar Nicaragua hace ya 27 años.

María López Vigil

En Bocana de Paiwas está el ombligo de Nicaragua y allí, aunque la Biblia no lo diga, está también el pa-
raíso terrenal”. Así lo explican las lugareñas de este rincón de Nicaragua.

Lo del ombligo ya está demostrado científicamente. En 1999, un equipo de cartógrafos del Instituto Nicaragüense de Estudios Territoriales (INETER) arbitró en disputas locales y determinó, con cálculos matemáticos y geodésicos, dónde estaba el centro de Nicaragua. Se encuentra en el cerro Copalar. A sus pies se extiende la bocana del río Paiwas, que se junta con el río Grande de Matagalpa. Bocana de Paiwas, cabecera -hasta ahora- del municipio de Paiwas, que en lengua chon¬tal significa: “dos ríos”, es rica en suelos agrí¬co¬las, tiene una probada tradición ganadera y está tachonada de sitios arqueológi¬cos donde sus pobladores ancestrales dejaron her¬mo¬sos pe¬troglifos y otros tesoros aún por descubrir.

Lo del jardín del Edén hay que comprobarlo yendo de Managua hasta allí, un recorrido de unos 300 kilómetros. Se descubre entonces la serena belleza del lugar. Y, por añadidura, se revela algo aún más bello: en este paraíso, Eva ya no nace de la costilla de Adán, es ella la que lleva las riendas. Las del desarrollo de la conciencia. Son ellas, las mujeres, las que tienen la palabra.

“ES EXTRAORDINARIO QUE NUESTRA VOZ
HAYA LLEGADO HASTA AQUI”

El 10 de junio de 2005, Bocana de Paiwas entró por una de las asombrosas y positivas puertas de la globalización. Ese día, la organización británica One World Broadcasting Trust premió a la única radio de Bocana de Paiwas, Palabra de Mujer, con su premio internacional a medios de comunicación de las comunidades del Sur por la destacada labor de esta emisora en favor del desarrollo de las mujeres y en la defensa de la ecología.

Jamileth Chavarría viajó hasta Londres a recibir el premio, y superando los nervios que no siente en cabina y ante el micrófono, miró más allá del Copalar para hablarle al pueblo británico en nombre de millones de mujeres: “Quiero reconocer a las feministas de Paiwas, que al igual que las de Nicaragua y el resto del mundo, hemos dedicado gran parte de nuestras vidas a comprender, denunciar y pelear contra la cultura patriarcal que mantiene excluida a la mitad de la población del mundo… Nosotras estamos convencidas que el desarrollo sólo puede ser posible cuando emana de los genuinos intereses de la gente y no de las necesidades del gran capital. Nosotras creemos en nuestro derecho a tener voz y presencia en las decisiones importantes que afectan a todos en Nicaragua. Nosotras creemos que es necesario tomar en cuenta la habilidad de las mujeres para crear y recrear la vida si queremos construir una democracia que funcione para todos… Recibimos este premio orgullo¬sa¬¬men¬te, como reconocimiento a nuestra lucha diaria, que tam¬bién es la lucha de miles de mujeres en ese pequeño pedazo del territorio nicaragüense. Es extraordinario que nuestra voz y nuestra propuesta hayan llegado hasta aquí este día”.

Sí, es realmente extraordinario que la palabra de mujeres campesinas de este rincón de Nicaragua haya llegado tan lejos, con tanta fuerza y reconocimiento. ¿Cómo fue posible esto? Envío buscó a Jamileth Chavarría para que nos explicara de dónde nació esa Palabra de mujer, de qué experiencias surgen las palabras de las mujeres del paraíso y qué cambios logran con sus palabras.

ÉRANSE TRES BRUJAS CALLEJERAS
QUE ACTUABAN COMO CONCIENCIA DEL PUEBLO...

Jamileth es una mujer campesina que pasa de los 35 años, de sonrisa franca y astuta y de ojitos brillantes. En Bocana de Paiwas la conocen como “la Bruja”. Se lo ha ganado. Desde hace casi cinco años, la radio Palabra de mujer inicia sus transmisiones a las 5 de la mañana con La bruja mensajera. Jamileth se transforma en bruja para dar los buenos días a las mujeres, denunciar a los hombres que las maltratan y convertirse en periódico hablado donde la población se informa y piensa y hasta sueña con otro mundo posible. Fue este programa, de una hora de duración, el que más llamó la atención del organismo británico que premió la radio.

La Casa de la Mujer de Bocana de Paiwas es más vieja que la radio. Ya tiene 14 años de vida y de esfuerzos: talleres, campañas, capacitaciones, organización, pensamiento y acción. “Antes de la radio, tres de nosotras nos vestíamos de brujas, con trajes negros, sombreros de pico y escobas y hacíamos teatro callejero -cuenta Jamileth-. Como la vida es de tanta rutina, a la gente le encantaba. Una vez al mes actuábamos en nuestro centro cultural”.

“¿Qué hacíamos? Lanzábamos coplitas pícaras contra los políticos, dábamos las noticias del pueblo, hacíamos críticas. Improvisábamos, según lo que estaba ocurriendo en el pueblo. Llegaban mujeres, hombres y niños, querían escuchar lo que íbamos a decir, con quién nos íbamos a meter, ‘con qué van a salir hoy las brujas’. Unas cien personas se reunían. La entrada que cobrábamos eran doce bolsas de plástico recogidas en las calles. Así también limpiábamos el pueblo. Y al final, las brujas quemaban las bolsas junto con la gente. Por eso, antes de sacar al aire La bruja mensajera, las brujas ya eran populares”.

¿Por qué brujas? ¿Por qué no otra identidad? Mucho antes de los códigos davinci, ya había información histórica que construye conciencia en la mente de estas mujeres. Explica Jamileth: “Queríamos hacer positivo el nombre de “bruja”, porque la gente siempre lo relaciona con algo malo. Los buseros le llaman “la parada de las brujas” a la que queda en la esquina de la Casa de la Mujer, a la entrada del pueblo. Ellos creen que nos ofenden. Pero no nos molesta, al contrario. Nosotras reivindicamos ser brujas en nombre de todas las miles de mujeres asesinadas en el tiempo de la Inquisición acusándolas de brujas para enterrar toda la sabiduría de medicina y de otras artes que ellas tenían”.

UNA IDEA QUE NACIÓ DE UNA TRAGEDIA

La radio Palabra de Mujer nació de una tragedia y de un sueño. Cuenta Jamileth: “Iniciamos a pensar la radio cuando pasó el huracán Mitch. Todas las tragedias enseñan. Con el Mitch se cayó un puente y Paiwas quedó incomunicada. Fue entonces cuando dijimos: Necesitamos tener un medio de comunicación. Y fuimos alimentando la idea”. El sueño le agregó vitaminas a la idea: con una radio podrían multiplicar los talleres que desde hacía años ya organizaba la Casa de la Mujer.

“La Casa de la Mujer -recuerda Jamileth- había empezado con siete “locas” que se organizaron en torno a esa epi¬demia silenciada que es el cáncer cérvico-uterino. En nuestras comunidades las mujeres no sabían lo que era un examen de papanicolau ni sabían que la vulva y la vagina teníamos que cuidarlas mucho. Aquella primera clínica fue el punto de partida para iniciar un proceso más amplio. Con los talleres fuimos más allá. Con una radio podríamos ir mucho más allá y estar con las mujeres todo el día: en la cocina, en sus casas, a toda hora. Podríamos estar con las que no salen porque tienen chigüines, con las que no llegaban porque les da pena, con las que no asistían a nuestros talleres porque sus maridos no les dan permiso. Hoy sabemos que algunas se llevan el radio al río para escuchar mientras están lavando”.

ÉRASE UNA BRUJA QUE LO ADIVINA TODO...

En Bocana de Paiwas no había ninguna emisora local. Hoy sólo existe la que crearon las mujeres. Se escuchan algunas emisoras nacionales y tan sólo llega la señal de dos de los siete canales nacionales de televisión.

Uno de los programas más populares y escuchados desde hace años en Nicaragua, y también allí, ha sido “La paloma mensajera”, creación del cantautor y actor Otto de la Rocha, que mezcla canciones populares y de doble sentido con comentarios sexuales pícaros y hasta groseros. “Dijimos: si éste tiene ese programa, tan machista, nosotras necesitamos un programa feminista, que eduque. Porque ese machismo no tiene ningún sentido positivo. ¿Y por qué no son las brujas las que tienen el programa? Así nació “La bruja mensajera”. La bruja señalaría a las mujeres, y a todo mundo, las cosas malas que pasan. Con humor, porque a la gente nos gusta que nos digan las cosas con chiste, así nos entran mejor. A poco de empezar el programa, y como todo lo hemos hecho siempre a través de consulta con las mismas mujeres: una mujer de la comunidad de Sikia propuso en un taller: ¿Y por qué no es la misma bruja la que denuncia a los hombres que nos maltratan? Nos gustó la idea. Y eso hicimos”.

Había por entonces un programa de dibujos infantiles en donde un personaje muy popular era una bruja con su mágica bola de cristal -“con su pelota”, así le llama siempre Jamileth- en donde adivinaba todo. La “bruja mensajera” decidió llevar a la radio a ese personaje, ponerle voz local a esa fantasía. Y emplear a la bruja para que ella presintiera, adivinara, denunciara y cuestionara la violencia contra las mujeres. Las mujeres comenzaron a enviar mensajes a la emisora contándole a la bruja la violencia que padecían de parte de los hombres en sus casas. Con nombres y apellidos. En las mañanas siguientes, la bruja “adivinaba” en su “pelota” lo que estaba pasando en esas casas. Era una propuesta audaz y original. Todo un reto.

CON UNA ESCOBA QUE VUELA
Y UNA RISA QUE LA INSPIRA

La violencia contra las mujeres es una verdadera epidemia en Nicaragua. ¿Es que ahora hay más violencia que antes o es que ahora las mujeres ya se atreven a hablar? Y si hay más violencia hoy, ¿es que el modelo de “desarrollo” neoliberal, que tanto desempleo ha provocado, genera violencia, al verse los hombres despojados de su rol de proveedores de la familia o pesan más otras razones? Y si es que las mujeres ahora hablan más, ¿en qué medida la sociedad las escucha? Mientras se debate sobre la epidemia y se proponen caminos para enfrentarla, las mujeres de Bocana de Paiwas decidieron ensayar la vacuna de la sanción social, de la sanción moral.

Ante los micrófonos, Jamileth Chavarría amanece transformada en una bruja de 86 años, a quien cada año la audiencia le celebra su cumpleaños. Rodeada de pailas, porras, gallinas, vacas, burros -que hace presentes con un buen surtido de efectos de sonido- saluda a las mujeres y reflexiona con la población. El sonido más trascendental es el de su escoba. “Como un cometa, como un cohete: ¡fuuuuu¬uuu¬uuu!!”. La bruja vuela sobre las comunidades de Paiwas y más allá. Tiene una escoba con frenos, como los de un carro, y cuando le interesa quedarse en una comunidad para “ver” lo que está pasando allí, se detiene. Otro efecto de sonido. Y empieza a hablar y a adivinar…

Le pedimos a Jamileth que nos reprodujera algunos de sus parlamentos mañaneros, para ver lo que dice y cómo lo dice. Sus mensajes siempre inician y van acompañados de una risa aguda y pícara. “Eso me inspira, necesito de algo para agarrarme. De la risa me agarro y con la risa me olvido de quién soy yo y empiezo a ser bruja”.

“TE ESTOY VIENDO, TOÑO, COMPONETE...
EN MI PELOTA TE VEO, PANCRACIO...”

Jijijiji…Hoy en mi pelota de cristal veo sobresaliendo a uno… Éste no es político… Éste es un agresor más. Éste se llama… Pedro Pérez… Éste es PP, PP el apaleador…Fijate vos, y la mujer tiene siete hijos…Y vos, Pedro, ¿qué es lo que sentís, qué es lo que te lleva a apalear a esta mujer? ¡Jodido, si las mujeres somos seres humanos, seres con derechos! Vos tenés que ser de otro modo. ¿Qué es lo que le estás enseñando a tus hijos para su futuro? ¿A apalear? No, hombre, hay que componerse, hay que reflexionar… Y vos, muchacha, no te quedés atrapada, porque no estás sola… Buscá a las muchachas feministas de la Casa de la Mujer…

Jijijiji…Trasladándome en mi pelota mágica veo a Toño… A ver Toñito, ¿qué pasó ayer? ¿Anjá? Por ahí estás, por ahí te veo… Mirá, Toñito, hasta hace poco nos decían que en los pleitos de parejas no había que meterse, que era un asunto privado, pero ya no, Toñito, ya no… En reiteradas ocasiones este hombre le pega a su mujer y a su hija… ¡Qué bárbaro, jodido!.. Y mirá, esos golpes que tienen ellas se pueden demostrar porque se ven…Y a mí no me vas a venir con cuentos, porque yo estoy viendo esos golpes en mi pelota, Toño…Dichosa yo que los estoy viendo, y también te estoy viendo a vos, Toñito, a ver si te componés…

Jijijiji… Estoy poniendo las manos encima de mi pelota y te veo, Pancracio… Qué bárbaro, un hombre que dice que quiere a su madre y miralo vos, acaba de apalear a la Cipriana, a la madre de sus hijos… No te luce, Pancracio… ¿No sabés vos que ya hay una Ley 230, para castigar esa violencia? ¿No sabés vos que ya esa violencia no es cosa privada? Así que dejate de babosadas. Si no, le exijo a la Policía, que la tengo a la cuadra, que le ponga ojo a este jodido, que está apaleando a la mujer todos los días, ¡que la pimporreya!”

La bruja habla de PP, de Toño o de Pancracio, da detalles, los regaña, les advierte, se traslada de una casa a otra, de una comarca a otra. A casi todos estos hombres los conoce personalmente Jamileth, pero cuando habla de ellos se olvida de eso y es sólo la bruja adivinadora y justiciera. La bruja pone también canciones que hagan pensar a las mujeres. Y lanza al aire rancheras populares y machistas para después criticar sus letras por el desprecio a las mujeres que contienen.

“CERO VIOLENCIA EN LA CALLE,
EN LA CASA... ¡Y EN LA CAMA!”

También es educadora sexual la bruja. “Esto es muy necesario -explica Jamileth-. Mucho hombre llega borracho y le exige a la mujer relaciones sexuales y la mujer no está preparada o no quiere, ¡y al final la termina violando! Todo esto también lo abordamos. Porque nuestra campaña central es: cero violencia en la calle, en la casa ¡y en la cama!”.

Jijijiji…Buenos días, amigas, ¿cómo les amaneció? ¡Me encanta estar con ustedes! Estoy prendiendo el fuego y estoy toda contilosa… Hoy cayó una riquísima lluvia, ¿La sintieron? Yo casi me duermo en mi vuelo de escoba… Y cuéntenme, ¿cómo les fue anoche, mujeres? ¿Cómo las trataron? ¿Tuvieron un orgasmo real o uno inventado? ¿Estuvieron placenteras o fue a la fuerzecita? Bueno, pues, piénsenlo, porque eso de que sea con gusto y con placer es muy importante… Hoy es 30 de mayo y nos encuentra a todas empericuetadas por ser el día de las madres…Pero, ¿solamente estamos celebrando todo lo que quiere la iglesia, todo lo que quieren los políticos, todo lo que quieren los hombres?… ¿Qué estamos celebrando? Porque nosotras las mujeres debemos celebrar otras cosas, debemos reivindicar el derecho de crecer, de conocer, de desarrollarnos, de ejercer nuestros derechos en la calle, en la casa…¡y en la cama! Jijijiji…

De ahí la bruja inicia una explicación sobre aspectos de la sexualidad femenina, tema siempre presente en su programa matutino. La educación sexual aparece también en otros espacios de la radio, que también transmite cuñas con frases que “peguen”. En esta temporada decían: Sí a la protección, pero sin presión.

EDUCACIÓN SEXUAL
PARA LA JUVENTUD DE PAIWAS

Según Nereida, 20 años, madre a los 15 y trabajando desde hace 5 años con la Casa de la Mujer como capacitadora de otras jóvenes de su edad, directora de un grupo de danza y teatro y hasta acompañante de mujeres y jóvenes que han sufrido violencia física y violencia sexual, “hemos sido tan importantes en el municipio que las chavalas están empezando a cambiar su manera de pensar”. En el programa Mentes desnudas, dirigido a la juventud, insisten en la educación sexual. Una de las consignas es Jalencia sin violencia (jalencia = noviazgo informal). Con cartas a la emisora los jóvenes plantean sus preguntas: menstruación, métodos anticonceptivos, tamaño del pene, condones…

“Todos estos mensajes sobre la sexualidad los escuchan las mujeres -dice satisfecha Jamileth- y también los hombres. Si hasta sabemos de hombres que ponen la radio en el corral cuando están ordeñando sus vacas para estar escuchando. Durante toda la vida hablar de sexualidad era malo, era prohibido. Lo escuchan porque a la gente le gusta lo prohibido. Pero esto no es malo, esto educa. Te vas a otros medios, ¿y qué hay? Un asesinato con lujo de detalles, una violación explicando cómo fue que violaron a una niña, qué le hicieron…Con estas informaciones se están creando escuelas para violadores y para asesinos. Lo de nosotras siempre es educativo”.

A las 6 de la mañana la bruja se retira a su cueva en el cerro Esquirín -sitio arqueológico donde fue hallada una figura antropomorfa muy curiosa, el Esquirinel, a quien dicen se le adivinan dibujos de dinosaurios en su espalda. ¿Será cierto? ¿Habrán caminado los dinosaurios por el ombligo de Nicaragua? ¿Lo sabremos algún día? Entretanto, toda Bocana de Paiwas ya sabe que esa cueva y sus alrededores son sitios mágicos, hábitat de brujas.

EL CASO MAS DIFÍCIL PARA LA BRUJA
Y PARA BOCANA DE PAIWAS

Jamileth dice que según sean los casos, los abusos, los niveles de violencia, la bruja es más dura o más suave. El caso más difícil que han abordado ocurrió en este año 2006, cuando un director de un instituto de secundaria vinculado a la iglesia católica, un hombre muy popular en el pueblo, que se acababa de lanzar como candidato a alcalde por el FSLN y que es manager del equipo de béisbol del instituto, embarazó a una de sus alumnas de 13 años. La radio “Palabra de Mujer” se comprometió a fondo con el caso, que llegó hasta los juzgados. En la Casa de la Mujer le dieron un total respaldo a la muchacha.

“No fue fácil para mí. Hasta amigo mío era Denis -reconoce con tristeza Jamileth-, pero con eso… Lo denuncié, la bruja habló del caso. Denunciar te pone entre la espada y la pared. Porque, ¿quién es tu prioridad? Tenemos que tener principios y no vas a ponerte blandengue, sino que vas a denunciar con igual beligerancia a cualquier persona, independientemente que sea tu amigo y poniendo aparte el poder que tenga. Lo triste fue, lo sorprendente fue, que cuando hicimos la denuncia prácticamente se nos echó todo el mundo encima. La mayoría de la gente en el pueblo, en la iglesia, en el colegio, cerraron filas con él. ¡Hasta sus compañeritas! La culpaban a ella. La niña y la mamá pasaron un tiempo sólo saliendo de noche, las señalaban, vulgareaban a la niña. Una de las cosas que hicimos para enfrentar esto fue hacer que las chavalas de la Casa de la Mujer acompañaran a la niña por las calles y con la cabeza en alto. Así la acuerpaban. Ya va pasando ese primer impacto. Claro, no pudimos interrumpir el embarazo, porque cuando nos dimos cuenta ya estaba de cinco meses. Adelante, pues. La niña primero decía que quería ahorcar al niño cuando naciera. Después le dijimos que lo daríamos en adopción. Después ya se lo quiso quedar. Ella ya parió y ahora tiene un montón de madrinas”.

ALGUNOS HOMBRES CAMBIAN, ¿OTROS EMPEORAN?
Y LAS AUTORIDADES NOS FALLAN

¿Qué efectos tienen estas denuncias? ¿Qué resultados obtienen? “Hay de todo -reconoce Jamileth- y meternos por este camino no ha sido sencillo. Hemos visto varios efectos. Hombres que cambian. Hombres que aumentan la agresión al verse denunciados. Hay maridos que reducen su maltrato. ¿Otros maridos que le han puesto un bozal a sus mujeres para que no hagan bulla y no los denuncien? Hemos visto que ha disminuido el número de cartas de denuncia en el buzón de “la bruja” y hay más denuncias en el juzgado o en la fiscalía. La desdicha es que la fiscal no sirve. ¿Para qué denunciar, si al final las autoridades no hacen nada?”

“Hemos visto cambios en algunos hombres. Uno hasta vino a hablar conmigo y me dijo que era cierto lo que la bruja había visto en su pelota, que él había maltratado a su mujer, que se había equivocado y que iba a cambiar y tratar de ser distinto. Tuvo tanta vergüenza de lo que había hecho que se separó de su mujer. Y yo soy testigo de que le pasa la pensión de alimentos a ella”.

“Nos alegra cuando hay hombres que nos dicen que denunciarlos les ha dado la oportunidad de reflexionar, de analizar su vida. Para eso denunciamos, con la denuncia no tratamos de destruir, de denigrar al hombre. No es ésa nuestra idea. Nuestra idea es construir. Otros hombres llegan y nos dicen: pues sí, la encavé. Piensan que si reconocen, la denuncia va a ir para atrás. Pero ya la denuncia está hecha y nunca nuestra denuncia se queda en la radio nomás. Porque le hacemos saber a las autoridades que en tal parte está una mujer que está sufriendo violencia. Y en algunos casos se toman las medidas de seguridad. Claro, si se aplicara la ley, nuestro impacto con la radio fuera mayor, pero las autoridades, la jueza, la policía, la fiscalía, no responden a como debieran. La fiscal tiene que llegar al pueblo dos veces al mes y no llega ni una vez”.

“No tienes a quién quejarte. La Policía tiene en Bocana de Paiwas una filial, pero el jefe está en otra comarca. No es cierto que lo más efectivo sea la denuncia en la Policía. Porque para la Policía es más importante una vaca que una mujer. Hemos tenido casos de una niña violada, de una mujer apaleada que van a la policía, pero el policía no las atiende y se va primero detrás del delincuente que se robó una vaca. Y la mujer violada allí esperando y no la atienden. O le dicen: tráigame el dictamen médico. Pero la mujer se baña an¬tes de ir al médico, porque se siente sucia por todo lo que ha vivido, y entonces se pierde la evidencia. Y si no hay evi¬den¬¬cia no hay dictamen y ya no le hacen caso. Por todas es¬tas experiencias nosotras pensamos que las autoridades no sirven”.

¿HAY MÁS MACHISMO EN EL CAMPO?
¿QUÉ HACER ANTE LA IMPUNIDAD?

En Nicaragua, la violencia de los hombres contra las mujeres está “naturalizada”. Existe una comprobable y generalizada tolerancia social. Y las raíces de una religión aceptada acríticamente legitiman a un Dios Varón, y por lo tanto, la superioridad de los hombres y, por lo tanto, sus abusos de poder. El resultado cultural de supersticiones y pensamientos arcaicos se revela en la enorme impunidad con que la violencia de los hombres contra las mujeres campea por todas partes.

¿Cree Jamileth que la violencia machista es mayor en las zonas rurales que en la ciudad? “Yo siento que no -dice-, yo creo que es igual. Lo que pasa es que en la ciudad el machismo está más disfrazado. Yo he visto maltratadores de ojos azules. Lo que pasa es que la mujer que tiene un cierto nivel cultural, y que tiene muy interiorizada su sumisión, no denuncia. En esto, la mujer del campo es más libre. Yo realmente creo que el machismo reina igual en el campo que en la ciudad”.

¿Y qué piensa la bruja sobre la impunidad en la que quedan tantos hechos de violencia? “La impunidad es la ley en Nicaragua, está institucionalizada. En los casos de corrupción se ve claro. Pero pasa igual con la violencia machista. ¿Qué nos toca hacer a nosotras, qué nos queda? La sanción moral. Es lo que nos ha dado más efectividad a nosotras: los delitos hacerlos públicos en la radio, en la radio decir que tal hombre y tal otro no sirven”.

El camino de las brujas es peligroso, riesgoso. “Nosotras también sentimos temores -confiesa Jamileth-. Y siempre hay sus represalias contra nosotras, desde tirar botellas de cerveza en las noches de las parrandas de los hombres contra la Casa de la Mujer, hasta dispararnos…Una vez un hombre contrató a otro para matarme a mí y a otra compañera. Estuvimos encerradas los primeros días, pero después dijimos: Vamos a hacerlo público. Estos peligros nos han en¬¬¬¬señado a ser más fuertes, a decir las cosas, a enfrentarlas. Y ya la gente sabe cómo somos y que no nos quedamos calladas. Nos hemos ganado reconocimiento y respeto por ser así. Inmediatamente que sabemos de algo lo hacemos público. Es la única manera: la palabra, la fuerza de la palabra”.

¿TALLERES TAMBIÉN PARA HOMBRES?

Surge naturalmente la pregunta: ¿Y no trabajan también con los hombres? ¿No han pensando ya en “talleres de masculinidad”? Jamileth no duda en responder: “Siempre en nuestras capacitaciones hay mujeres campesinas con esa misma pregunta, mujeres que quisieran que también dieramos talleres para educar a los hombres, para que sus hombres cambiaran y no las maltrataran tanto. Les decimos que desde la radio ya trabajamos con los hombres. Les decimos que cambiando nosotras se va creando en los hombres y en todo el pueblo una necesidad de cambio. Les decimos que primero tenemos que cambiar nosotras, educarnos nosotras, apropiarnos de ideas nuevas, desarrollar nuestra autonomía, construir nuestra autoestima”.

“Tenemos que reconstruirnos porque por todos los lugares nos encontramos pedazos de mujeres. Somos mujeres físicamente enteras, pero hechas pedazos: tenemos la historia de un aborto, tenemos la historia de una violación que sufrimos y de la que no hablamos, tenemos la historia de nuestra infancia que fue triste, que fue difícil por tanta pobreza... Primero tenemos que reconstruirnos nosotras para juntar todos esos pedazos de mujeres que hoy somos”.

“PARA QUE LOS RÍOS NO CALLEN
Y LOS PUEBLOS NO MUERAN”

Las mujeres de Bocana de Paiwas y su radio “Palabra de Mujer” no sólo trabajan por sembrar semillas de feminismo en la conciencia de mujeres y de hombres. Claras de que el feminismo no es una propuesta para resolver los problemas “de las mujeres” sino los de toda la sociedad, que es una propuesta ética y política integral, una propuesta humanista, han encabezado y organizado la resistencia de la población de Bocana de Paiwas contra el megaproyecto Copalar, respaldado por el BID y por un consorcio de empresas transnacionales.

El proyecto Copalar, una gigantesca obra para producir energía hidroeléctrica, tiene cuarenta años de haber sido concebido. En los años 70, durante el somocismo quedó pendiente por razones técnicas y por la guerra contra la dictadura. El gobierno sandinista lo quiso retomar, pero la guerra de los años 80 volvió a postergarlo. Hoy está insertado entre los grandes objetivos de ese Plan Puebla Panamá del que cada vez se habla menos. Para sus defensores y promotores, repre¬sen¬taría la independencia energética de nuestro país, que hoy obtiene el 83% de la energía que lo mueve del petróleo y sus derivados, cada vez más caros en el mercado internacional. Afirman que Copalar produciría el doble¬ de la energía que hoy consume Nicaragua y permitiría incluso exportarla.

Quienes rechazan este megaproyecto lo hacen inspirados en los resultados negativos que estas colosales represas hidroeléctricas han tenido en otros países latinoamericanos y del mundo. Y en la resistencia con que otros pueblos se oponen a ellas. Por ejemplo, en Panamá existe actualmente una movilización popular “contra las represas” que enarbola la consigna: Para que los ríos no callen y los pueblos no mueran. Con una idea similar, las mujeres de Bocana de Paiwas se oponen a este proyecto para que no calle el río Grande de Matagalpa y para que su paraíso, Bocana de Paiwas, no sea borrado del mapa.

Al recibir el premio de One World en Londres, Jamileth Chavarría destacó la importancia de que la radio de las mujeres fuera premiada “en un momento en que nuestra comunidad enfrenta la amenaza de desaparecer a partir de la construcción de una represa hidroeléctrica. Este proyecto, llamado COPALAR-PPP, no fue nunca discutido con la gente de Paiwas y destruirá nuestra identidad y nuestro modo de vida, sólo para asegurar ganancias a empresarios internacionales y nacionales, quienes sólo saquean y destruyen los recursos naturales de los países del Sur, sin dejar nada a cambio a su gente y a su medio ambiente”.

RESISTIENDO EL MEGAPROYECTO COPALAR

El proyecto Copalar cambiaría el mapa de Nicaragua. Contempla la inundación de una porción de la cuenca del Río Grande de Matagalpa, de 21 de los ríos que lo alimentan y de los valles circundantes. Desaparecería la mitad del municipio y toda su cabecera. Según el diseño original, el agua embalsada por la represa para la producción de energía hidroeléctrica cubriría un área equivalente a la mitad del lago Xolotlán de Managua, cuya superficie es de unos 1 mil 50 kilómetros cuadrados. La represa mayor tendría casi un kilómetro de ancho y 200 metros de alto. Tanto sus impulsores como sus detractores calculan que unas 30 mil personas perderían sus casas y sus tierras y tendrían que ser evacuadas y reu¬bicadas.

Desde el año 2005 las mujeres de Paiwas empezaron a organizarse y a organizar a la población para oponerse al proyecto. Información, manifestaciones callejeras, mantas en las calles, consignas, una movilización permanente. Dos foros con gente de El Salvador, Guatemala y Honduras, que vieron destruidas sus vidas por proyectos análogos.¬

Las mujeres también han “taloneado” a los diputados que tendrán que votar a favor o en contra del proyecto. En ma¬yo de este 2006, el Presidente Bolaños envió a la Asamblea¬ Nacional una iniciativa de ley sobre el proyecto Copalar, cuyo costo en infraestructura se calcula en unos mil millones de dólares. El Presidente Fox de México y el Presidente Bolaños llamaron a Copalar el negocio del siglo. En Bocana de Paiwas las mujeres preguntan, indignadas y decididas, quiénes se beneficiarán de ese negocio. Y están dispuestas a impe¬dirlo.

“DESAPARECERÁN NUESTRAS RAÍCES,
DESAPARECERÁN NUESTROS MUERTOS”

“Hemos ido a la Asamblea -dice Jamileth- buscando diputados. Dicen que no saben nada del proyecto. Pero estamos convencidas que sí saben y que hay muchos intereses ahí en beneficio de ellos. No quieren que nosotros sepamos. No quieren facilitarnos información a nosotras. A la gente organizada no le informan. Don Jarquín Anaya es de la Comisión de Infraestructura en la Asamblea. Y cuando ha hablado con nosotras, lo único que ha querido es concienti¬zarnos sobre la cosa maravillosa que va a ser la represa. Les interesa la represa, no Paiwas. No les interesa que haya desarrollo en nuestro pueblo”.

En Bocana de Paiwas existe la Comisión contra la Represa, con una participación muy plural de todos los sectores de la población. Las mujeres han ido organizando grupos de mujeres y hombres en todas las comunidades de los tres municipios que serán afectados por el embalse -Río Blanco, Matiguás y Paiwas- para que resistan.

Firme y segura, Jamileth afirma que los matarán a todos, pero no abandonarán sus tierras. “Hacer esa represa significa desaparecernos, porque desaparecerán las raíces de nuestra historia, de nuestra identidad. Desaparecerán nuestras tierras, las tierras en las que hicimos nuestras vidas. Y también desaparecerán nuestros muertos, que ya están muertos, pero a quienes queremos. ¿Vamos a tener que ir a echarles las flores a ese lago que van a hacer? Además, nosotras sabemos que a nivel mundial ya está demostrado que esas hidroeléctricas gigantes son dañinas y que el tal desarrollo que prometen no es para beneficiar a los pobres sino a las transnacionales. Permitir esa represa es permitir nuestra muerte y el saqueo de nuestro país”.

COBERTURA, IMPACTO, REGLAS...

Numeritos hablan del alcance de las palabras de estas mujeres. En Bocana de Paiwas viven 3 mil 500 personas. En todo el municipio, que tiene 32 comarcas, 51 mil. En sus 14 años de vida, la Casa de la Mujer ha capacitado a 32 mujeres promotoras, que en cada una de las comarcas coordinan a otras 10 promotoras. También han formado una red de 15 jóvenes comunicadores populares, que a su vez coordinan a otros 10 jóvenes en su comunidad. La radio cubre unos 80 kilómetros, llegando con su señal a Matiguás, Río Blanco, Siuna, El Tortuguero, La Cruz del Río Grande y Camoapa. A veces se escucha hasta en Bonanza.

Los problemas económicos no faltan. Jamileth explica: “La radio no tiene fines políticos ni religiosos. No queremos nada con toda esa suciedad de los políticos corruptos. Y sabemos que la religión nos ha encerrado tradicionalmente a nosotras las mujeres. Y ahí está el problema, porque los que pagan mejor son las iglesias y los partidos políticos. Y como nosotros no les damos espacios para que digan lo que quieran… Nosotras queremos que todos participen en la radio, porque así es el pluralismo político, pero también tenemos nuestras reglas. Si un partido quiere alquilar un espacio, porque saben que la radio es muy escuchada, les sacamos el rosario de reglas que tienen que respetar y les decimos que si las irrespetan ya no salen más. Porque no podemos permitir que desde nuestros mismos micrófonos nos estén botando el trabajo que hacemos”.

OBSTÁCULOS, PRESIONES, ESTRATEGIAS...

Bocana de Paiwas es un bastión liberal del PLC de Alemán. Durante la guerra de los 80 acogió a muchísimos desplazados por la guerra. La iglesia católica y las iglesias evangélicas tienen mucha presencia y no dejan de ejercer presiones. En el tema de la interrupción del embarazo -sobre el que la radio también educa con libertad- se concentran muchas de las presiones de los religiosos. Hasta de decir en sus cultos: “No escuchen esa radio, porque es pecado”. Han ido sorteando esos obstáculos. Porque la gente escucha la radio y eso le da poder. El poder de la palabra.

“Para nuestras estrategias -cuenta satisfecha Jamileth- tenemos una experiencia que nos ha dado muy buen resultado: las transmisiones de los jue¬gos de béisbol. Ahí va lo más puro del machismo: ahí llegan todos los hombres. Salen de sus casas bien bañados, bien vestidos, con sus pistolas, y las mujeres se quedan en sus casas. Con un equipo sencillo que adaptamos al equipo de la radio traemos la señal desde el cuadro de juego. Sale un poco ruidosa, pero como la gente quiere saber cómo va su partido y las mujeres cómo van sus hombres, todo el pueblo nos escucha. Los narradores deportivos hacen la transmisión, pero entre inning e inning el control de la transmisión lo tenemos nosotras, lo tiene Palabra de mujer para hacer propaganda contra la violencia, a favor del aborto, todos los mensajes nuestros. Nos escucha todo el pueblo”.

“YO ERA FEMINISTA
ANTES DE DECIR LA PALABRA”

La bruja mensajera de Bocana de Paiwas tiene un ángel de guardaespaldas. Una ángela. Cuando le preguntamos a Jamileth desde cuando es feminista, cómo se hizo feminista, de dónde saca la energía feminista con la que se inspira e inspira a otras mujeres, se emociona.

“Creo que fue mi mamá. Ella me enseñó mucho. Carmen Mendieta se llamaba. Es un ángel para mí. Mi madre no era una mujer tradicional. Ella fue la primera mujer que en Bocana de Paiwas sacó una manta reclamando los derechos de las mujeres, la primera que dijo la palabra “reivindicación”. Ella pertenecía a AMNLAE, la asociación de mujeres sandinistas. Éramos siete sus hijos y pasábamos solos en la casa porque ella siempre andaba en sus reuniones, ella participaba en todo. Nos decía que teníamos que vivir solos porque era el tiempo de organizarse, el tiempo en que las mujeres tenían que ser fuertes. Para ayudarla a ella echábamos las tortillas, los varones y las mujeres. Aprendimos no sólo a cocinar sino a sobrevivir y a acompañarnos. Fue un aprendizaje el que vivimos. A ella la mataron en la guerra en una emboscada en 1987. Tenía 36 años, yo tenía 15. Yo creo que de todas maneras la hubieran matado por su forma de ser de ella. Yo aprendí con ella”.

“Creo que yo era feminista antes de decir la palabra. Desde pequeña yo sentía mucha rebeldía y no sabía cómo se llamaba eso. Después me hice profesora. Pero nunca me llevé bien con mi jefe porque él me quería bajar orientaciones y eso no iba conmigo. No fui a la universidad para aprender feminismo, sino que fue una necesidad construida desde mi propia vida y desde las necesidades de otras compañeras. Encontrarme después con la Casa de la Mujer fue para mí como liberar esa paloma que yo llevaba dentro. Ya podía volar. Esta organización es la luz de mi vida”.

Julio 2006: 27 aniversario de la Revolución Sandinista. En organizaciones de mujeres como ésta de Bocana de Paiwas -que hoy florecen en toda nuestra geografía- se quedó a vivir la revolución, aquel sueño de transformación por el que tantas mujeres como Carmen Mendieta dieron su vida, aquella luz con la que tantas mujeres como su hija Jamileth aprendieron a mirar la vida, a pensar y a construir otra Nicaragua, otro mundo.

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