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Universidad Centroamericana - UCA  
  Número 272 | Noviembre 2004

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Nicaragua

Elecciones Municipales 2004 - Brújula para un análisis

Aunque las elecciones municipales tienen la complejidad de ser 152 elecciones “diferentes”, donde las piezas de cada rompecabezas local explican mejor los resultados de cada municipio, hubo muchos denominadores comunes.

William Grigsby

Todavía es pronto para conclusiones definitivas sobre las causas y las consecuencias de los resultados electorales. Sin embargo, ya se pueden apuntar algunos trazos para aproximarnos a la radiografía de la realidad política que reflejaron.

FSLN: EL GRAN TRIUNFADOR

El triunfo sandinista es inobjetable. El FSLN ganó en votos, en cantidad y en calidad de ayuntamientos, y gobernará en los municipios donde residen más de las tres cuartas partes de la población del país. Las cifras lo demuestran y parecería necio subrayarlo, de no ser porque la derecha mediática, el poder económico y los funcionarios del gobierno, bajo un desgastado discurso que no sabe salir de las palabras “pacto” , “caudillos” y “corrupción” se niegan tercamente a reconocerlo.

LA ABSTENCIÓN

Aunque hubo una apreciable abstención -sobre todo comparándola con el 92% de participación en las elecciones presidenciales del 2001- las cifras reales de entonces y las de ahora seguirán siendo un tema controversial, porque el CSE ha sido incapaz de elaborar un padrón electoral realista, que depure a los miles y miles de fallecidos y a los miles y miles que emigraron y residen fuera del país, en Costa Rica principalmente. Con el padrón actual, no se puede estimar con exactitud de cuánto fue la abstención en estas municipales. Pudo haber estado entre el 26% y el 50%, según como se hagan los cálculos.

LAS DOS ACUSACIONES

El gobierno y los grandes medios de comunicación repitieron hasta el cansancio durante meses que los responsables de la corrupción son únicamente los liberales del PLC y su caudillo Arnoldo Alemán. Tras 14 años de vilipendiar al FSLN con toda suerte de acusaciones -ladrones, asesinos, terroristas, entre los más conocidos-, en estas elecciones ocurrió una de dos: o la gente no cree en ambos discursos, o aunque los crea, prefiere ignorarlos. Entre el PLC y el FSLN obtuvieron más del 81% de los votos. Y APRE, el partido del gobierno, que tanto insistió en estos discursos en su compaña electoral, logró menos del 10%. Hay una tercera explicación, menos ideológica: a los ciudadanos lo que les importaba era elegir a alguien capaz y confiable para gobernar su municipio y no meterse en asuntos de “política”.

APRE: DERROTA ESTREPITOSA

El Presidente Enrique Bolaños se empeñó a fondo en la campaña de APRE, su proyecto de partido. Al principio, todo era cálculo político, bajo la premisa de “si salimos bien, podemos negociar desde posiciones de fuerza con el PLC” para las elecciones generales. Pero en la recta final de la campaña, cuando el PLC y el FSLN agitaron la bandera de su destitución, el empeño fue mucho más personal: había que hacer de las elecciones municipales un referéndum sobre su gestión. El resultado fue lapidario. Una de dos: o la gente no cree lo que Bolaños dice o -lo que es lo mismo- cree que también es corrupto; o rechaza ampliamente su gobierno y ansía un cambio.

El “chacuatol” -en buen nicaragüense- de agrupaciones liberales, conservadoras, socialcristianas y hasta ex-sandinistas que forman APRE, donde pesan más los apellidos y el dinero, fue un fracaso estrepitoso. Las únicas estructuras medianamente organizadas de esta alianza son las del Partido Conservador, y en menor medida, las del MUN, el partido del General retirado Joaquín Cuadra. Todos los demás son movimientos de individuos no acostumbrados a trabajar la política desde la base. APRE ni siquiera pudo igualar los resultados del Partido Conservador en las municipales de 2000, cuando alcanzaron más del 13% de los votos a nivel nacional. Pese a su gigantesca campaña publicitaria -banqueros, a su vez dueños de medios, se encargaron de financiarla- la mayoría de sus candidatos se presentaron huérfanos de ideas, ignorantes de los problemas municipales y carentes de personalidad propia.

Quedaron muy lejos de las 50 alcaldías que le prometieron a Bolaños ganarían, pues apenas ganaron 4. El municipio más poblado que gobernarán -El Almendro, recóndita comunidad de Río San Juan- tiene poco más de 16 mil habitantes. El departamento de Masaya -donde nació y vive Bolaños- es el emblema de la derrota del APRE y del gobierno: los nueve municipios de Masaya los ganó el FSLN.

LA RESISTENCIA: TERCEROS

El Partido de la Resistencia Nicaragüense (PRN) surgió como la tercera fuerza política del país. En ésta su primera competencia solos -antes siempre se subordinaron al PLC- lograron su primera alcaldía -Río Blanco, con casi 40 mil habitantes- y estuvieron cerca de ganar media docena de municipios más. En otros veinte, sus votos fueron decisivos para impedir la victoria del PLC. Sus triunfos son aún más sobresalientes, porque los lograron virtualmente sin recursos, a punta de trabajo en sus bases y enfrentándose a quienes desde su seno actuaban como activistas del PLC. Aunque está lejos de convertirse en una alternativa de poder, sus resultados colocan a la Resistencia en una posición envidiable para negociar cualquier tipo de alianzas en las próximas elecciones.

CAMINO CRISTIANO: EL PRECIO PAGADO

En las presidenciales de 1996 la sorpresa electoral fue un partido recién creado, Camino Cristiano (CC), integrado por pastores y fieles de decenas de iglesias evangélicas, cuyo principal objetivo -decían- era garantizar el carácter laico del Estado y así evitar la influencia dominante de la Iglesia Católica. El CC ganó el tercer lugar -superando a los conservadores-, obtuvo más de 72 mil votos y el 4% del electorado, lo suficiente para tener tres diputados en la Asamblea Nacional.

La ambición y la falta de escrúpulos de su líder, el pastor Guillermo Osorno, ha hundido al partido. Apenas llegó a la Asamblea, se alió con Alemán a cambio de millonarias “ayudas” y así transitó hasta que Alemán cayó preso. Entonces se cambió de bando y vendió su alianza a Bolaños. El precio lo paga ahora: sus votos se redujeron a la tercera parte de los de hace ocho años y tienen la posibilidad remota de lograr un concejal en Managua y quizás dos más entre los casi mil concejales de todo el país.

Un antiguo socio de Osorno, el ex-sandinista Orlando Tardencilla, hizo tienda aparte con un nuevo partido, Alternativa Cristiana, y no le fue muy bien: logró menos de 14 mil votos en todo el país, aunque se aseguró al menos dos concejales (San Juan del Sur y Mateare). Osorno ha quedado muy debilitado para lograr que algún partido le ofrezca una alianza. Y Tardencilla tendrá cómo situarse en primera fila ante potenciales aliados de cualquier signo.

Otra agrupación que se separó del partido de Osorno, el Movimiento de Unidad Cristiana (MUC) y sus líderes, los reverendos Omar Duarte y Daniel Ortega Reyes -sorprendente homónimo- es de talante progresista y, abrazados a la idea original de defender el Estado laico, se integraron a la Convergencia. En estas elecciones, reclaman que capturaron más votos evangélicos que Camino Cristiano y Alternativa Cristiana juntos. Aunque esto es difícil de medir el MUC tiene ahora un alcalde (San Juan de Oriente) y 14 vicealcaldes (Somoto, Chichigalpa y Tipitapa, entre los más importantes).

YATAMA: UNA OPORTUNIDAD

YATAMA, el partido mískito, aprovechó al máximo las elecciones. Después que en el 2000 se les privó arbitrariamente de participar y, aprovechando su experiencia reciente como partido cogobernante en el gobierno regional de la RAAN, logró ganar Bilwi, la capital del Caribe Norte; Waspam, el municipio más poblado; y Prinzapolka. Es la gran oportunidad de YATAMA para superar los prejuicios de los sectores no indígenas, que le achacan sectarismo en su relación con los otros grupos. También es un desafío ante su propia etnia: si fracasan, los mískitos migrarán hacia los partidos nacionales -“los del Pacífico”, como dicen los caribeños- y quizás hasta olviden el sueño de la autonomía indígena. Una ganancia adicional es que YATAMA se posicione con fortaleza para lograr alianzas ventajosas en las elecciones generales de 2006. En los últimos años se ha acercado mucho al FSLN, con quien gobiernan en el Caribe Norte.

LOS OTROS

De los otros partidos, apenas queda rastro. Además de APRE y del PLC, competían otras tres fracciones liberales (MSL, PLI, PLN) que, salvo en algunos municipios del norte o en el caso de Managua con Edén Pastora como candidato del PLI, obtuvieron resultados que son poco más que ninguno. Inevitablemente, terminarán en brazos del PLC.

EN LA IZQUIERDA

Los sandinistas no tienen competencia en la izquierda del espectro político. Primero fue el MRS de Sergio Ramírez y el Movimiento Sol, de Herty Lewites, que compitieron en 1996. Lewites consiguió 46 mil votos y evitó la victoria del FSLN en Managua, con su candidato Carlos Guadamuz. El MRS no superó ni el 2% de los votos. En el 2000, en Chinandega, el comerciante Bayardo Romero perdió las primarias del FSLN y compitió por esa alcaldía con Camino Cristiano, pero no impidió el triunfo del FSLN. Algo parecido ha sucedido en tres ocasiones con Luis Felipe Pérez en León. Saliendo del FSLN y compitiendo con dos partidos diferentes, nunca ha pasado del 3%. En Managua, este año lo intentó Edén Pastora, bajo la bandera del PLI, pero ni siquiera logró 8 mil votos.

PLC: LAS RAZONES

El PLC es un gran derrotado. Perdió el 40% de sus alcaldías y más de 30 mil votos, sólo gobernará 2 de 17 cabeceras departamentales, y en la zona del Pacífico y en Las Segovias -las más pobladas del país- perdió por una diferencia de casi 150 mil sufragios. El tamaño de su derrota se mide en cifras. La calidad del revés tiene variopintas interpretaciones. El gobierno dice que es un repudio de los liberales a la corrupción. Sus dirigentes acusan al gobierno por hacerles la guerra y porque encarceló a su líder. Evidentemente, afectó al PLC que Alemán no pudiera hacer proselitismo político en los territorios y aún más, que faltara su notable capacidad organizativa. Cinco factores aparecen también como razones de esta derrota:

- Fracasó la organización electoral, después que el propio Alemán mandó separar de la campaña al cuadro mejor calificado para esto, Yamileth Bonilla, en represalia por su acercamiento a Eduardo Montealegre. En su lugar, operó Francisco Aguirre Sacasa, con el pomposo título de “jefe de campaña”, Aguirre quería usar una eventual victoria como catapulta para su candidatura presidencial en el PLC. Con su “jefatura”, tan grande fue el desastre que en muchas Juntas Receptoras de Votos (JRV) el PLC no fue capaz de colocar a los miembros a los que tenía derecho. Y muchos de sus votantes no fueron capaces ni de verificar en qué Junta debían votar. Por eso tantos no votaron, no sabiendo que los habían cambiado de Junta.

Sin duda, el primer castigado en el PLC, será Aguirre. Deberá olvidarse de sus aspiraciones presidenciales. Otro que pagará caro es el Vicepresidente de la República José Rizo, también aspirante a esa candidatura. Como prueba, se autoasignó la tarea de repetir la victoria del PLC en Jinotega, su ciudad natal, y en los otros siete municipios del departamento. En el cierre de campaña proclamó que hasta el final de la historia nunca ganaría el FSLN la ciudad de Jinotega. El FSLN ganó Jinotega y también el municipio jinotegano de La Concordia, tradicionalmente en manos liberales.

Fracasó la estrategia electoral. En un alarde de soberbia, Alemán deshizo la alianza que tenía con los otros grupos liberales, con la Resistencia y con Camino Cristiano. Quedó demostrado que el PLC, por sí solo, no es capaz de derrotar al FSLN.




* Envío publicó resultados provisionales, consulte los definitivos en: http://www.cse.gob.ni

- Fracasó el “dedazo”. La inmensa mayoría de los candidatos fueron personalmente designados por Alemán, muchas veces en contra de la opinión de los dirigentes locales y de las bases. Entre otros muchos ejemplos, sobresalen los de todos los municipios de Masaya y el de la ciudad de Chinandega.

- No “encontraron” financiamiento. Cerrada por Bolaños la caja del erario público y rechazado por el gran capital, el PLC se quedó sin donantes. Atrás quedaron las contiendas en que regalaban comida, licor, gorras y camisetas a granel. Su publicidad mediática apenas se notó.

- Los medios de comunicación más importantes le dieron la espalda. Ninguno quiso acuerpar a sus candidatos, ni siquiera los dos diarios de Managua, a pesar de que su aspirante a alcalde era un Chamorro.

Pese a todos estos factores adversos, el PLC confirmó que posee un gran caudal de votantes. Sus más de 600 mil votos en todo el país lo prueban. Sería un grave error interpretar ese caudal como un respaldo a Alemán. También entre los liberales las razones que movilizaron fueron principalmente intereses municipales y no partidistas.

FSLN: BUENA GESTIÓN, ALIANZAS, DISCIPLINA

Los sandinistas están exultantes, y no es para menos. Se han confirmado como el principal partido del país. Si comparamos los resultados de 2004 con las municipales -fusionadas con las generales en 1996-, el crecimiento del FSLN ha sido constante y significativo (cuadro de página anterior).

El sustento de la victoria del FSLN es múltiple y diverso. Sobresalen los siguientes factores:

- La extraordinaria gestión de los alcaldes salientes, especialmente en Managua, Estelí, Matagalpa, Nagarote, Tipitapa y Somoto, entre muchos otros municipios. El prestigio local tuvo eco nacional. En casi todos los 52 municipios gobernados por el FSLN la gestión de sus alcaldes se caracterizó por transparencia y no confrontación, factores vitales para lograr una administración eficiente en función de los intereses de la ciudadanía sin distingo de color político.

- La inteligente política de alianzas con conservadores, liberales, ex-Resistencia, sandinistas del MRS, evangélicos, socialcristianos y líderes locales independientes en la Convergencia. Candidatos a alcaldes de la Convergencia ganaron en 17 municipios. Ganaron también en otros 67 ayuntamientos candidatos a vicealcalde de la Convergencia, en fórmulas encabezadas por un militante sandinista. Sólo en tres municipios ganó una fórmula exclusiva del FSLN (Chinandega, Malpaisillo y Cárdenas).

Esa política de alianzas culminará exitosamente si los 17 alcaldes logran con su gestión cautivar el respaldo de todos los ciudadanos. Gracias a estos resultados, adquieren un papel relevante en la Convergencia los conservadores, los liberales, los evangélicos del MUC, la ex-Resistencia y el Movimiento de Renovación Sandinista. Los socialcristianos aparecen más debilitados. Es especialmente importante destacar al MRS. Primero, por el liderazgo de su presidenta, la comandante guerrillera Dora María Téllez, quien debió superar desde ácidas críticas del fundador del MRS, Sergio Ramírez por su alianza con el FSLN -incluida su separación del MRS- hasta enfrentar la rebelión de la directiva departamental del Movimiento en León. Y segundo, porque es la primera prueba tangible que los sandinistas que no están en el FSLN son también importantes para asegurar una victoria. Los casos de Jinotepe y La Concepción son los ejemplos más contundentes en este sentido.

- La disciplina del voto sandinista. Se prueba al comparar los votos del año 2000 con los de 2004. Y más aún, con el voto casi unánime -no “cruzado”- en las dos boletas: alcalde-vicealcalde y concejales. A mediodía de la jornada de los comicios, la inmensa mayoría de los sandinistas ya había votado.

FSLN: SU ORGANIZACIÓN Y “ESA” NEUTRALIDAD

- La organización electoral. Después de las experiencias negativas de 1996, 2000 y 2001, la maquinaria pudo funcionar casi a la perfección. Supieron escoger a sus fiscales, a sus miembros en las JRV, a los fiscales de ruta, a los funcionarios operativos de todas las delegaciones municipales y departamentales del CSE y colocaron una cantidad suficiente de sus militantes entre quienes digitaron los votos. Con la excepción de Granada -donde debieron intervenir cuadros nacionales para defender el voto- y de Bluefields -donde los liberales les arrebataron literalmente el triunfo en el escrutinio, sin que los fiscales lograran actuar- el trabajo de los fiscales y el de los dirigentes locales del FSLN y sus aliados fue muy eficaz.

Esto quedó demostrado no sólo a la hora de observar el escrutinio sino, lo que es más importante, garantizando transporte a los electores que tenían problemas para llegar hasta su JRV. El electorado potencial del FSLN, según los resultados de las elecciones generales de 2001 es 915,417 votos. Votó el 74% de ese universo. Los antisandinistas lograron menos: movilizaron al 74% de su electorado de hace tres años (1. 216,863).

- La neutralidad del Consejo Supremo Electoral. El presidente del CSE, Roberto Rivas, fue electo en 1999 con los votos del FSLN en razón de que era un protegido del Cardenal Miguel Obando y Bravo. Eran los años de un matrimonio indisoluble entre la jerarquía católica y Arnoldo Alemán, y Rivas se sometió totalmente a los dictados y a los intereses del PLC. Con tres magistrados liberales y tres sandinistas en el CSE, Rivas es ahora fiel de la balanza y aunque su “corazoncito” es liberal, ha sido fiel al compromiso del Cardenal con Daniel Ortega, sellado el pasado 19 de julio durante una misa en la Catedral de Managua.

- La neutralidad, o al menos la menor hostilidad de una parte de la jerarquía católica. Con Monseñor Bernardo Hombach (Granada) y en las diócesis de Jinotega y el Caribe ha habido esa neutralidad. Hasta Monseñor Bosco Vivas, obispo de León, se acercó al FSLN porque el candidato Tránsito Téllez, es conocido por su devoción católica. En Matagalpa, el obispo Leopoldo Brenes no podía ser neutral pues su hermano era el candidato del PLC para la alcaldía de la ciudad.

MÁS RAZONES A FAVOR DEL FSLN

Otras razones contribuyeron a resultados tan favorables al FSLN:

- Los electores votaron por los candidatos y sus propuestas, y no contra los partidos y sus dirigentes. La polarización descendió notablemente y eso facilitó que se antepusieran los intereses municipales por encima de los intereses políticos y partidistas. Siendo así, la calidad de los candidatos sandinistas se impuso.

- El desencanto general por la pésima gestión del gobierno de Enrique Bolaños, la corrupción en la cual navegan los dirigentes del PLC y del mismo gobierno, la división del liberalismo y la persistencia de un discurso estridente y poco propositivo, hizo que gran parte del voto tradicional de los liberales, el de menos militancia, se ausentara de las urnas.

- La frustración de los ciudadanos después de 14 años de neoliberalismo, los lleva a considerar una alternativa política que dé solución a sus problemas de extrema pobreza, de desempleo, de falta de salud y educación. La buscan en el FSLN.

- La división del voto antisandinista en ocho agrupaciones. Un fallo judicial -decidido en 2003 por magistrados del PLC y del FSLN- desmontó una de las atrocidades del pacto entre Ortega y Alemán, el bipartidismo.

- La hegemonía sandinista en las radios. Está harto demostrado que en Nicaragua el medio radio es el menos valorado pero el más eficaz para trasmitir mensajes de todo tipo. Tanto en Managua como en casi todos los departamentos, las radios identificadas como sandinistas son las más escuchadas y las más creíbles, y todas ellas -danielistas o no- respaldaron profusamente a los candidatos del FSLN en su respectivo municipio.

LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN
Y LA EMBAJADA AMERICANA

El analista político Julio López Campos apunta otros dos factores. El primero, el tratamiento profesional de los grandes medios. Señala. Si bien no hubo ninguna concesión de los medios de la derecha en favor del sandinismo, la dura competencia por la teleaudiencia y el mercado de lectores ha venido presionando por una información mas balanceada. Los medios de la derecha no ocultaron la aprobación mayoritaria de la población por las gestiones edilicias del sandinismo, siendo el caso más notable el reconocimiento a la positiva administración del alcalde Herty Lewites en la capital. Los resultados de las encuestas, que marcaban tendencias favorables para el FSLN, no fueron ocultados ni manipulados como en otras ocasiones. Más allá de la tradicional censura al pacto y el caudillismo, hay que reconocer que -salvo raras excepciones- en esta campaña no hubo la rabia antisandinista del pasado.

Se refiere también a otro factor, el fracaso de la injerencia norteamericana: El proyecto político trabajado tempranamente desde la embajada norteamericana era básicamente el de una recomposición y nuevo reagrupamiento de las “fuerzas democráticas” bajo una nueva conducción política, que tomara distancia de la manifiesta conducta corrupta del arnoldismo. Un liberalismo sin Arnoldo Alemán y su camarilla. Las primeras medidas concretas contra la corrupción de los dirigentes liberales fueron empujadas por la embajada norteamericana y el Departamento de Estado.

LO QUE SIGUE
A PARTIR DE AHORA

Las principales consecuencias políticas de los resultados electorales pueden ser:

- El debilitamiento del gobierno, en particular de Bolaños, quien prácticamente ha quedado sin sustento político interno para terminar su período.

- Es posible que APRE desaparezca. Las primeras voces de rebeldía han surgido de la vieja guardia del Partido Conservador. También los liberales bolañistas incorporados a este proyecto están incómodos y estarían dispuestos a negociar con el PLC para reincorporarse al partido que abandonaron.

- Los partidos pequeños, arrasados en estas elecciones, tienen el desafío de fusionarse con las agrupaciones grandes o con otras pequeñas de similar identidad.

- El fortalecimiento del FSLN, tanto político como institucional, más a partir de ahora, cuando las municipalidades manejaran el 5% y el 5.5% del presupuesto nacional en 2005 y 2006.

- El fortalecimiento del PLC como principal instrumento antisandinista. Quedó validado como fuerza imprescindible para lograr acuerdos en esa dirección.

- Las bancadas liberal y sandinista, que ya tenían la mayoría absoluta en el Parlamento, tienen ahora suficiente legitimidad como para emprender las reformas constitucionales que vienen negociando desde hace meses.

- El gobierno de Estados Unidos hará todo lo posible por forzar a los liberales y a otras fuerzas antisandinistas a reagruparse para enfrentar al FSLN en los comicios generales del 2006. La gran empresa privada, especialmente el Consorcio Pellas, beneficiado directamente de la danza de la corrupción, tendrá parte activa en ese esfuerzo.

EL MAGNÍFICO APORTE
DE LA CONVERGENCIA

- El magnifico aporte de la Convergencia, sobre todo en aquellos municipios donde nunca había ganado el FSLN por sí solo, obliga a la dirigencia nacional, en especial a Daniel Ortega, a considerar su candidatura presidencial. Está demostrado que el problema de Ortega es que más allá del voto sandinista tradicional, no logra captar nuevos adherentes. Y la Convergencia le ha demostrado que puede hacerlo.

- La dirigencia del FSLN, especialmente Daniel Ortega, tiene ante sí el desafío de extender la experiencia con el MRS hacia los muchos otros grupos sandinistas excluidos del partido porque están en desacuerdo con la línea política oficial. Si Ortega es capaz de dejar a un lado la soberbia y la prepotencia, y de asumir una actitud de diálogo y tolerancia, tiene tiempo suficiente para reunificar a la familia sandinista, dentro del partido o como parte de un movimiento político aliado. Un primer paso sería cancelar la orden impartida a sus jueces de ejecutar la persecución política contra el comandante Henry Ruiz, el legendario Modesto.

EL FUTURO:
GANAR LA “MAYORÍA SILENCIOSA”

- Si el FSLN y la Convergencia gobiernan, en los 86 municipios que ganaron, como gobernó el FSLN durante los últimos cuatro años en 52 municipios, acumularán un capital político invaluable para posicionarse en primera fila en las elecciones generales del 2006. A nivel local, estos años le han permitido al FSLN saber administrar los asuntos municipales, gobernar sin anteponer los intereses partidarios y hacer obrar de progreso con pocos recursos. Gracias a esto logró iniciar un proceso de captación de ese segmento del electorado calificado por algunos como “la mayoría silenciosa”, integrado por quienes se sienten ajenos a la política y al quehacer de los partidos. Algunos cifran este sector, en por lo menos medio millón de nicaragüenses.

Son los que realmente deciden una elección. Dos ejemplos. Uno es Nagarote, un pueblo donde la dictadura somocista reinó a sus anchas entre los años 50 y 70, y donde la revolución sandinista poco pudo cambiar en la mentalidad de la gente. En el año 2000, el FSLN sorprendió ganando la alcaldía con apenas el 35.43% de los votos. Cuatro años después, gracias a la sobresaliente gestión de Juan Hernández, el FSLN ganó con el 59%, con un incremento del 130% (cinco mil votos más).

El otro ejemplo es Matagalpa. Resentidos por los nefastos efectos de la guerra de los 80, los matagalpinos no votaban por el FSLN, hasta que en el 2000, hartos de tanta corrupción y torpeza de los alcaldes liberales, eligieron al sandinista Zadrach Zeledón. No se equivocaron. Ahora lo califican como el mejor alcalde de su historia. Este año, pese a que los liberales postularon al hermano del obispo católico, los sandinistas vencieron con el 54.16%, diez puntos y seis mil votos más que hace cuatro años. Si el FSLN y la Convergencia profundizan esta línea de trabajo, abrirán las puertas para conquistar a esa mayoría silenciosa.

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