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Universidad Centroamericana - UCA  
  Número 271 | Octubre 2004

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Nicaragua

Elecciones Municipales 2004: Últimos pronósticos electorales

¿Quién ganará Managua? ¿Qué dimensiones tendrá la abstención? ¿Qué novedades traerán las elecciones en la Costa Caribe? ¿Cuál será el mapa político local que quedará tras las elecciones? Últimos pronósticos en las vísperas.

William Grigsby

A menos de un mes de las elecciones municipales del 7 de noviembre, los ciudadanos no parecen entusiasmados. Las posiciones de los distintos candidatos han sido oscurecidas por las disputas partidarias y por el diario conflicto entre el Poder Ejecutivo y los otros Poderes y entre las principales agrupaciones políticas. Esto, y tantas otras realidades, se expresa en todas las encuestas y en las reflexiones de muchos especialistas, que hablan de un generalizado sentimiento de amargura y frustración en el electorado, lo que probablemente derivará en una abstención similar al 44% que hubo en las municipalidades del 2000, o aún mayor.

Hacer de Managua un Àrea Metropolitana

Como ocurre en toda América Latina, la competencia por conquistar el gobierno municipal de la capital del país absorbe los principales esfuerzos y recursos partidarios y la mayor parte de la cobertura mediática. Con su casi 1 millón 400 mil habitantes y sus más de 650 mil electores, Managua es codiciada no sólo por su influencia nacional, por el impacto sicológico en el conjunto de la sociedad de una victoria en la capital o por ser una formidable plataforma política para cualquiera que ejerza de alcalde. También, por los cuantiosos recursos financieros y materiales que administra. De acuerdo con cifras oficiales, los ingresos de la alcaldía de Managua significan el 1.2% del PIB nacional. En un país donde más de la mitad de la población sobrevive con menos de dos dólares diarios, el PIB municipal de la capital es el más alto del país: 680 dólares per cápita. En el año 2003, el presupuesto de Managua fue el equivalente a 48 millones de dólares, casi el 5% del gasto nacional del Estado.

Los problemas del municipio de Managua son complejos. No se trata únicamente de los desafíos que representa administrar una gran ciudad. Se trata de sentar las bases para hacer de Managua una metrópoli. Esta área metropolitana incluiría a otros cuatro municipios del departamento (Tipitapa, Ciudad Sandino, Mateare, El Crucero y Ticuantepe) y también a Masaya y Nindirí, en el departamento de Masaya. A diez años plazo, la zona metropolitana tendrá aproximadamente 2 millones 200 mil habitantes, y sus varios gobiernos municipales deberá asumir en forma conjunta la atención a tareas cotidianas (basura, transporte) y desarrollar estrategias unitarias para resolver los grandes problemas comunes. Un desafío crucial para el próximo gobierno municipal será encabezar el esfuerzo conjunto con los otros siete alcaldes para crear un plan de desarrollo de la región metropolitana.

Con excepción del candidato del FSLN, Dionisio Marenco, ninguno de los otros candidatos parece tener en cuenta este horizonte ni haberse percatado de la envergadura de las tareas pendientes en Managua. No obstante, Marenco apenas expone algunas ideas sobre el transporte -crear un tren entre Granada y Managua- y en algunos de sus discursos insiste en los problemas comunes del agua -en el 2007, se habrá agotado la capacidad de los actuales pozos y otras fuentes de la capital- y de la basura -sólo Managua produce 400 mil toneladas de basura al año-.

Managua: escasez de viviendas y abundancia de basura

Aún sin metrópoli, la ciudad de Managua tiene ya muchos problemas pendientes. El 90% de la red vial vencida y ya incapaz de soportar el tránsito diario de 130 mil unidades, que transportan a 2 millones de pobladores, de la ciudad y de fuera. La urbanización y legalización de más de 400 asentamientos espontáneos. La construcción de viviendas populares para reducir un déficit abrumador. La aplicación de un plan integral para reducir la creciente inseguridad ciudadana. El caótico transporte colectivo. La insalubridad de la mayoría de mercados. La insuficiencia de los cementerios. Son los problemas más notorios, entre muchos otros.

Un informe oficial de la Alcaldía, elaborado en 2003, señala: La tendencia en el crecimiento urbano se ha venido dando en forma horizontal y dispersa, concentrándose en el sector oriental de la ciudad, en grandes áreas baldías; donde el crecimiento es predominantemente de forma espontánea con altas tasas de densidad poblacional, prevaleciendo la tendencia de autoconstrucción.

La falta de programas de vivienda dirigido a la clase media y baja ha provocado el surgimiento de asentamientos espontáneos; la aparición de éstos obedece también a factores de orden político y socio-económico. En su mayoría estos asentamientos están ubicados en lugares de alto riesgo (fallas sísmicas, bordes de cauces), derechos de vía y en algunos casos donde hay conflictos con la propiedad, así como en sitios que no son aptos para viviendas, según la clasificación de uso de suelo del Reglamento de Zonificación y Uso de Suelo para el Área del Municipio de Managua, aún vigentes. La vivienda es uno de los problemas más sensibles de la población de Managua. El 60% de la población vive en condiciones de hacinamiento y un 50% de las viviendas son consideradas inadecuadas. Managua posee un promedio de 196,862 viviendas y un déficit de 45,428.

Otro enorme problema de la capital es la recolección de la basura. El mismo informe señala: La disposición desordenada de los desechos sólidos y líquidos son una fuente de contaminación del medio ambiente y de producción de vectores de todo tipo que afectan la salud de los ciudadanos. A lo que se le suma el hecho de que la disposición final de éstos se realiza en vertederos a cielo abierto sin ningún tipo de tratamiento. Existe debilidad en el marco legal que regula este sistema, por la falta de reglamentación y definición de normativas. El crecimiento desordenado de la ciudad, la alta densidad poblacional, la falta de cultura de los habitantes en el manejo de la basura, las limitaciones de recursos técnicos y materiales de la municipalidad para la adecuada recolección y tratamiento de los desechos, son entre otros, algunos de los factores que inciden en la agudización de esta problemática.

El legado de Herty Lewites, el expediente de Nicho Marenco

La gestión del actual alcalde del FSLN, Herty Lewites, es ampliamente aprobada por los ciudadanos. Porque ha sido una administración sin escándalos de corrupción. Porque ha habido una apreciable inversión en obras de infraestructura (calles, puentes, rotondas, monumentos, parques) gracias al incremento en más de un 50% de los ingresos ordinarios (de 390 a 692 millones de córdobas anuales). Porque Lewites volcó la relación porcentual entre gastos de capital y gastos corrientes (30-70 hasta 2000, 58-42 en 2003). Porque dinamizó las relaciones internacionales, lo que le permitió lograr una apreciable donación en dinero y recursos -por ejemplo, decenas de camiones de basura donados por Japón- y adquirir préstamos blandos. Además, hasta mayo de este año, había logrado titular 11 mil 287 lotes y viviendas en asentamientos y barrios.

Sin embargo, Lewites no ha podido culminar sus principales proyectos. Ni siquiera empezó la avenida costanera bordeando el lago Xolotlán. Y quizás sólo logre inaugurar, antes de concluir su período, la fastuosa Concha Acústica -un complejo recreativo que incluye teatro y salas de exposiciones-, con un costo previsto de 600 mil dólares, que previó concluir en diciembre de 2003. El principal dolor de cabeza durante toda la gestión de Lewites ha sido el transporte urbano colectivo. Los poderosos intereses de los empresarios, que se escudan en la modalidad de cooperativas, han sido un valladar infranqueable y Managua sigue padeciendo un pésimo servicio de rutas de autobuses y taxis.

A nivel político, Lewites ha tenido una gestión dispar. Por un lado, ha sido el alcalde de la no confrontación -“el alcalde de todos”, reza su lema- y por otro, ha sido un enemigo de la participación ciudadana en la gestión de la municipalidad en todos sus niveles. Lo primero le ha dado como resultado una excelente imagen pública, y le ha granjeado muchos nuevos amigos, encabezados por el presidente Enrique Bolaños y los grupos financieros y comerciales. Lo segundo le ha cosechado el resentimiento de los líderes de las comunidades, que observan cómo la alcaldía realiza obras a su gusto, sin que necesariamente resuelvan las necesidades más importantes de la gente.

Lewites se ha distanciado en todos los sentidos de su partido, sobre todo a partir de mayo de 2003, cuando Daniel Ortega lanzó a Dionisio Marenco como candidato para sustituirlo, sin tomar en cuenta su opinión. Desde entonces, la relación ha ido tensándose, hasta el punto que hoy abiertamente es considerado como un “traidor” no sólo por la cúpula, sino también por la estructura partidaria y por un creciente sector de la base sandinista. Y aunque nunca rompió con su partido, Lewites no quiso que el FSLN capitalizara su éxito, lo que ha dificultado la labor a Marenco.

Pese a todo, con la división del voto antisandinista en siete agrupaciones y la solidez del voto del FSLN, todo hace indicar que Marenco tiene asegurada su elección como alcalde. Sin mucho carisma, con el estigma de formar parte del círculo íntimo de asesores del caudillo sandinista y con nula experiencia en los asuntos municipales, Marenco ha logrado colocarse como favorito, gracias a la lucidez de sus ideas, a su discurso inusualmente no confrontativo, al trabajo intenso de propaganda casa por casa y a que es percibido por la mayoría como el más capaz de los candidatos para ejercer el cargo de alcalde. De paso, logró que la gente olvidara las acusaciones nunca demostradas que lanzaron la mayoría de los medios de comunicación sobre su presunta participación en la autoría intelectual del asesinato, en febrero, del periodista Carlos Guadamuz.

Managua: ¿quién es el favorito? ¿Y con qué Concejales?

Todos los partidos y alianzas nacionales postularon candidatos para la alcaldía de Managua, pero de acuerdo con todas las encuestas hasta ahora publicadas, sólo tres tienen posibilidades reales de triunfo, y uno más podría superar el 5% de los votos. Cuando faltan pocos días para los comicios, la competencia parece reducirse a los candidatos del PLC, Pedro Joaquín Chamorro Barrios, con entre 22-35%, y el sandinista Marenco (25-42%), pues Alejando Fiallos, propuesto por Alianza por la República (APRE), la agrupación política organizada por el Presidente Enrique Bolaños, no ha logrado alcanzar el 20% de las preferencias. El ex-sandinista Edén Pastora, que compite bajo la bandera del Partido Liberal Independiente, ha marcado entre un 4 y un 8%. Entre todos los otros cinco candidatos apenas logran un 5-6% de los votos.

Otra cosa será la composición del Concejo Municipal de la capital. De acuerdo con la Ley de Municipios, el gobierno de los Municipios corresponde a un Concejo Municipal con carácter deliberante, normativo y administrativo, el que estará presidido por el Alcalde (artículo 18). Establece además que la máxima autoridad normativa del gobierno local es el Concejo Municipal, quien será el encargado de establecer las directrices fundamentales de la gestión municipal en los asuntos económicos, políticos y sociales del Municipio. El Concejo ejerce funciones de control y fiscalización sobre la actuación administrativa del Alcalde. Por la ley, el poder real está en el Concejo Municipal y el alcalde sólo puede gobernar si tiene la mayoría.

Los managuas eligen 18 concejales, y el alcalde es miembro de pleno derecho, con la opción de ejercer doble voto en las votaciones, en caso de empate. En las elecciones del 2000, los liberales lograron el 29.19%; los sandinistas el 44.01% y los conservadores 25.23%. La cantidad de concejales que obtuvo cada partido fue proporcional a los votos recibidos por los candidatos a alcalde: sandinistas 8, liberales 6 y conservadores 4. Si estos dos grupos se hubiesen unido, bajo la filosofía antisandinista, el FSLN no hubiese podido gobernar. De hecho, Lewites ha logrado sacar adelante su administración gracias a la alianza entre los ocho concejales sandinistas y un concejal conservador, Guillermo Suárez Rivas, reconocido como un ciudadano íntegro y progresista. Esta realidad parece que la han olvidado los partidos y los propios ciudadanos. Tanto la campaña electoral como la proyección pública de los candidatos está exclusivamente enfocada en quienes disputan el cargo de alcalde y a lo sumo, a vicealcalde, pero en casi todos los casos ni siquiera se conocen los nombres de quienes optan por un cupo como concejales.

¿Habrá voto “en cascada”?

Algunos especialistas consideran probable que en esta elección, el voto no sea “en cascada” y que los electores no voten por el mismo partido en las dos boletas. Si esto sucede así, el nuevo alcalde no tendrá mayoría en el Concejo Municipal. Más todavía: aun cuando el voto sea uniforme para concejales y alcalde, no parece probable que quien gane la alcaldía, tenga mayoría en el Concejo. La tendencia actual parece indicar que Marenco ganará la alcaldía con 42-45% -aunque los sandinistas juran que lograrán más del 50%- contra un 32-38% del PLC y un 15-22% de APRE.

Si el voto es en cascada, el FSLN obtendría 7-8 concejales, el PLC 5-7, y el APRE 3-5. Una composición casi idéntica a la que ahora tiene el Concejo Municipal. Por lo tanto, Marenco tendrá que utilizar la estrategia de Lewites -captar el voto de uno o dos concejales de las otras bancadas- o forjar una alianza de gobierno con uno de los dos grupos.

Los ocho Municipios de Managua: pronósticos

Como era de esperar, en los otros 8 municipios del departamento de Managua las realidades locales están pesando mucho más que las disputas políticas nacionales. En los pasados comicios, el FSLN ganó seis de esos ocho municipios y el PLC tres. (El cuadro de esta página recoge el resultado comparativo de las elecciones de 2000 y 2001 en todo el departamento).

En Tipitapa -sexto municipio más poblado del país-, los electores juzgan primero la administración del actual alcalde, el sandinista César Vásquez, para decidir su voto. Y el juicio está dividido entre quienes la aprueban con entusiasmo y quienes cuestionan, sobre todo, la falta de solución a los graves problemas del casco urbano: calles en mal estado, falta de parques y opciones para la recreación de jóvenes y niños, alcantarillado, agua potable. En las comunidades rurales del municipio (15% de la población) la gente es mucho más generosa con la gestión de Vásquez, sobre todo por la reparación de casi todos los caminos y la instalación masiva de pozos y redes de agua potable.

En el 2000, el FSLN ganó en Tipitapa con el respaldo del 50.46%. El PLC alcanzó el 37.9% y los conservadores el 7.51%. Aunque tiene seis de diez votos en el concejo municipal, Vázquez ha gobernado durante casi todo su período mediante el consenso, y eso le ha permitido a su partido neutralizar las críticas de los actuales candidatos. Y es por eso que todos los que aspiran a sustituirlo aseguran que darán continuidad a la obra de Vázquez. La batalla será entre liberales y sandinistas, con posibilidades de que el FSLN logre conservar la alcaldía. Difícilmente repetirá su mayoría absoluta.

En Ticuantepe, San Rafael del Sur y Ciudad Sandino, los alcaldes sandinistas Manuel Salvador Ampié, Noel Cerda y Manuel Pinell han hecho una notable labor, reconocida por moros y cristianos. Las perspectivas son también de un triunfo del FSLN. En cambio, en Mateare y Villa El Carmen, los liberales son favoritos. También podrían ganar por primera vez la alcaldía de San Francisco Libre. En El Crucero, Azucena Ferrey, la política socialcristiana y ex-dirigente de la Contra y aliada de los sandinistas en la Convergencia, peleará la alcaldía voto a voto con el liberal arnoldista Carlos Hernández. Es difícil hacer pronósticos allí.

A nivel departamental y jalonados por los votos en la capital, quizás APRE logre emular a los conservadores, los liberales difícilmente superarán el 35% de los votos en todo el departamento y los sandinistas probablemente mejorarán el 44% logrado en las últimas dos elecciones. Así las cosas, el FSLN debe ganar Managua y otros tres municipios, los liberales ganarán dos. En otros cuatro el resultado es impredecible.

Granada, Diriá, Diriomo, Nandaime

En el sur del país, hay cuatro departamentos (Masaya, Carazo, Rivas y Granada) donde las plazas más importantes por su población son las cabeceras -Masaya, Jinotepe, Rivas y Granada- y además Nindirí, Diriamba, La Concepción, Masatepe y Nandaime, todas con más de 30 mil habitantes. La que en los años 80 fue la IV Región del país concentra a casi 900 mil habitantes y a más de 520 mil ciudadanos en edad de votar. (La relación de los votos en las últimas dos elecciones por departamento y por partido se refleja en el cuadro de la página siguiente).

Cuadro 1


En esta zona y en el centro del país será donde más fuerza demuestre la alianza oficialista APRE. De hecho, tiene muy buenas probabilidades de ganar Granada -cuna de los conservadores, hoy miembros los más activos de esa agrupación- y de disputar Masaya, en donde parece que los liberales retendrán la alcaldía. En Rivas, donde deben ganar los liberales, su candidato puede desplazar al sandinista al tercer lugar. Y en Jinotepe, con los sandinistas de amplios favoritos, es posible que APRE se sitúe en segundo lugar, por encima de los liberales del PLC.

La plaza más disputada, como ocurrió en el 2000, será Granada. En esa elección, el Partido Conservador se alzó con el triunfo, con el 34.75% de los votos, los sandinistas alcanzaron el 31.81% y los liberales el 30.95%. APRE postuló a Dionisio Cuadra Shultz, un empresario de tradición aristócrata. Los liberales del PLC a Saraberta Arévalo, cuya candidatura se ha fortalecido gracias a que en los últimos meses se ha dedicado a utilizar la caridad pública como proselitismo. La Convergencia presenta en Granada a un candidato de raíces conservadoras, Álvaro Chamorro Mora, último alcalde de la ciudad durante la dictadura somocista y hermano del actual alcalde. Aunque es un candidato “potable”, el FSLN tiene en Granada una estructura muy débil y a dirigentes sin liderazgo, al punto que ni siquiera fueron capaces de completar la lista de candidatos para las mesas directivas de las juntas receptoras de votos. Según diversas fuentes, cualquiera de los tres candidatos puede ganar, con una ligera ventaja de los liberales, dada la corrupta gestión del actual alcalde conservador y a que la mayoría de los electores son antisandinistas.

Quien quiera que gane, tendrá que hacer alianzas para gobernar y lograr los votos suficientes de los diez concejales, que probablemente quedarán repartidos a razón de cuatro para quien gane la alcaldía y tres para cada uno de los otros dos partidos.

En el resto del departamento hay cuatro municipios. En Diriá -gobernado por el PLC- se presenta una situación similar a la de Granada, con ligera ventaja para APRE. En Diriomo el FSLN puede retener la alcaldía. Y en Nandaime, gracias sobre todo al respaldo de la población rural, los sandinistas pueden recuperar el gobierno después de perderlo en el 2000.

Cuadro 2



Masaya: una incógnita y varios pronósticos

En Masaya, la zona rural y el indígena barrio Monimbó serán claves para decidir el triunfo de cualquiera de los tres principales candidatos. En el 2000, el PLC perdió en el casco urbano, pero el voto rural (21% del electorado) hizo ganar a Carlos Iván Hüeck -de tradición somocista-, con el 40.65%. El FSLN obtuvo el 37.57% y los conservadores 15.17%. Los liberales se presentan este año fuertemente divididos y eso podría favorecer al candidato de la Convergencia, Orlando Noguera, hijo de una de las familias más tradicionales de la ciudad, quien goza de un buen prestigio como profesional capaz. Tanto APRE -que postula a Filadelfo Ramírez- como el FSLN tienen a su favor la desastrosa gestión del alcalde arnoldista Hüeck, cuyo período ha estado salpicado por constantes escándalos de corrupción.

La Resistencia lleva como candidato a Jorge Luis Gutiérrez, quien estuvo a punto de ser el candidato sandinista y puede arrebatar a uno y a otro bando votos que a la postre resultarán decisivos para cualquiera. No obstante, la candidata liberal, la hasta hace poco vicealcaldesa Gloria Guevara, ha logrado remontar parte de la desventaja con que partió su campaña, sobre la base del trabajo con las iglesias evangélicas, de una de cuyas denominaciones es una apasionada feligresa. No está claro, sin embargo, si eso será suficiente para conservar el control de la alcaldía, ni tampoco se percibe con claridad que Noguera o Ramírez puedan ganar.
En el 2000, el PLC logró seis de nueve alcaldías en el departamento de Masaya y el FSLN las tres restantes. Igual que en la cabecera, la clave en los otros ocho municipios del departamento de Masaya será el comportamiento del voto liberal: si se divide entre el PLC y APRE, es muy probable que la Convergencia arrebate a los arnoldistas varias de sus plazas históricas, además de recuperar el gobierno de Masatepe. Los sandinistas ganarán probablemente Catarina, Tisma, Niquinohomo y Nandasmo. Los liberales retendrían con grandes dificultades Nindirí y San Juan de la Concepción, y ganarán holgadamente San Juan de Oriente. Masaya es aún una incógnita.

Carazo: Jinotepe, Diriamba, San Marcos...

En las elecciones municipales de 2000 el FSLN perdió tres de los cuatro municipios que gobernaba en el departamento de Carazo, incluyendo la cabecera, Jinotepe, un bastión sandinista. En esa ocasión, el octogenario y enfermo Tomás Guevara, el último alcalde somocista, logró alzarse con el triunfo con un 50.16% de los votos, pero cuando estalló el conflicto entre Bolaños y Alemán, optó por el gobierno y los cuatro concejales del PLC se pasaron a la oposición arnoldista. Guevara se alió entonces con la bancada del FSLN, y usando su voto doble ha logrado a duras penas sacar adelante su administración. En los últimos años, ese matrimonio también se convirtió en una sociedad para la corrupción. El último de los episodios fue autorizar la instalación de una zona franca en el sitio donde yacen los principales mantos acuíferos de la ciudad, a cambio de 20 mil dólares para cada uno de los cinco que expidieron el permiso.

Los sandinistas proponen un candidato de sus aliados del Movimiento de Renovación Sandinista, el empresario Álvaro Portocarrero, conocido como “Chimín”, que ha tenido la virtud de unificar a la inmensa mayoría de la base sandinista, cuya división les significó la derrota en el 2000, pues gran parte prefirió abstenerse. Portocarrero debe vencer cómodamente, incluso con mayoría absoluta, a Julio Hernández del PLC y a la candidata de APRE Miriam Álvarez, quien pese a gozar de prestigio, lleva en su contra una tardía designación y el unánime descontento contra el actual alcalde, un protegido del presidente Bolaños.

Gracias a su potencia económica y a su mayor población, Diriamba es tan importante como Jinotepe. En el 2000, los sandinistas lograron ganar la alcaldía después de dos administraciones liberales, con una diferencia de apenas 219 votos. El FSLN logró 40.49% y el PLC 39.12%. La formidable gestión del alcalde Manuel Cruz y las características del candidato seleccionado ahora, Fernando Baltodano -miembro de una de las familias de la burguesía cafetalera local-, deben asegurarle al FSLN el control del gobierno municipal, quizás hasta con mayoría absoluta.

En los otros seis municipios, la enconada división del FSLN en San Marcos le augura una segura derrota por primera vez desde 1990, y es casi seguro que gane el candidato de APRE, el empresario Leopoldo Zepeda. APRE también es favorito para ganar Dolores y La Paz. El FSLN debe recuperar El Rosario y Santa Teresa, y los liberales mantener La Conquista, su feudo tradicional, donde siempre ganan con mayoría absoluta. Así, los sandinistas ganarán cuatro ayuntamientos, APRE asegura uno y disputará dos, lo mismo que el PLC.

Rivas, Tola, Altagracia, Moyogalpa...

La ciudad de Rivas también será mantenida bajo el control del PLC. Su candidato, el locutor René Martínez -el mismo que grita en cada acto del partido, ¡Ar-nol-do, Ar-nol-do!, tiene carisma y goza de simpatías en los barrios pobres gracias a las caridades que hace desde su programa de radio. Los sandinistas corren el riesgo de ser relegados a tercera fuerza, pues aunque tienen una candidata de impecable trayectoria, Auxiliadora López, la tradición antisandinista del electorado es allí muy fuerte y probablemente premiarán al empresario de APRE Miguel Ángel Mora. Un detalle curioso del candidato liberal: pocos días antes del triunfo sandinista, se cambió su segundo apellido Somoza por el de Sandino, porque temía morir fusilado, y ocupaba su trabajo en la emisora estatal de Rivas para denostar a la contrarrevolución. Apenas el FSLN perdió el poder en 1990, se hizo amigo de Arnoldo Alemán y recuperó su apellido materno. De ganar, Martínez tendrá ante sí una difícil labor en la comuna, pues la ciudad está prácticamente abandonada a su suerte por el actual alcalde, el también arnoldista Mauricio Urtecho. No hay mercado, las calles parecen avenidas lunares y el municipio carece de empresas productivas, lo que no deja más alternativa a los jóvenes que emigrar a Costa Rica en busca de un trabajo.

Los liberales serán derrotados en los dos municipios de la preciosa isla de Ometepe, pues los sandinistas deben conservar Altagracia y APRE Moyogalpa. El FSLN corre el riesgo de perder el control de San Juan del Sur, debido al descontento de sus bases rurales con el empresario Eduardo Hollman, candidato a la alcaldía. También puede perder en Cárdenas, a causa de la deficiente gestión del alcalde Luis Argueta. En ambos casos, pueden ganar los candidatos del PLC. El FSLN debe ganar también en Belén, en Potosí y en Tola con Loyda García Obando, a quien los arnoldistas le arrebataron en el 2000 el triunfo con un fraude descarado. En este municipio, Alemán todavía posee extensas y valiosas propiedades agrícolas. APRE tiene buenas posibilidades de ganar Buenos Aires y los liberales mantendrán seguramente San Jorge. Así pues, el PLC ganará dos alcaldías, los sandinistas cuatro, APRE dos y hay dos cuyo resultado no puede anticiparse con seguridad.

Juigalpa: en el agua está el detalle

Boaco y Chontales son dos departamentos ideológicamente conservadores y antisandinistas. Los resultados de las dos últimas elecciones -en el cuadro de esta página- así lo demuestran. Pese a esta tradición, la sorpresa fue del 2000 fue que el FSLN ganó la alcaldía de Juigalpa, cabecera de Chontales, aunque por un margen relativamente estrecho: 39.65% contra 33.33% del PLC y 24.82% de los conservadores. Este año la única explicación de una victoria del FSLN será la división del voto antisandinista y un problema que en estas elecciones alcanza aún mayor gravedad.

Ese problema es el agua y el alcantarillado domiciliar. Ambas tareas requieren de una inversión millonaria. Hace un año, el alcalde del FSLN Erving De Castilla emprendió, con financiamiento internacional, la construcción de un acueducto que traerá el agua desde el lago Cocibolca. Los juigalpinos comentan abiertamente que será necesario mantener a los sandinistas en la alcaldía, porque los organismos donantes del proyecto han condicionado el seguir con él a que haya continuidad en los planes de la comuna. Juigalpa enfrenta también un crecimiento exponencial: en sólo diez años la ciudad duplicó su población, principalmente por la migración desde las montañas de familias campesinas a quienes el mercado les arrebató sus tierras.

Cuadro 3


Además de la muy buena gestión del profesor De Castilla, el FSLN tiene a su favor que su candidato, Rito Siles, es el de mejores características personales. Siles fue el último alcalde de la ciudad en la época sandinista y aunque, en general, su gestión goza de buen recuerdo, algunos sectores le reprochan haberse quedado con algunos bienes de la municipalidad. En el PLC, Calixto Bonilla logró la nominación gracias a su vocación arnoldista intransigente. La base liberal critica su falta de méritos. En la burguesía terrateniente, de mucha influencia en el conjunto de la sociedad, lo desprecian por su origen humilde y su escaso nivel cultural. Pero, si bien no están a gusto con Bonilla, menos con APRE, puesto que la inmensa mayoría de los liberales es totalmente arnoldista.

En el resto de Chontales, los candidatos de la Convergencia sólo tienen reales posibilidades de disputar los gobiernos municipales de La Libertad y quizás Acoyapa, pero no son muchas las posibilidades. El PLC debe arrasar en Villa Sandino, El Coral y El Ayote. APRE ganará probablemente en Cuapa, Comalapa, Santo Domingo, Santo Tomás y San Pedro de Lóvago. En resumen, APRE tendrá cinco alcaldías, los sandinistas entre una y dos y los liberales entre tres y cuatro.

Boaco y Río San Juan: pronósticos

En el departamento de Boaco, el PLC no debe tener muchos problemas para ganar la mayoría de los seis municipios. Aunque los sandinistas postulan a un excelente candidato para la ciudad cabecera, el hacendado Vivian Orozco, la población boaqueña es un voto cautivo de los liberales y con toda seguridad elegirán como alcalde a una mujer, Ligia Carolina Henríquez. APRE conservará seguramente la alcaldía de San José de los Remates y tiene buenas posibilidades de ganar Camoapa. El único municipio donde quizás los sandinistas le disputen la alcaldía a los liberales es San Lorenzo.

En el departamento de Río San Juan, el menos poblado del país (96 mil habitantes), sólo en tres de los seis municipios habrá competencia: San Carlos, la cabecera, San Miguelito y El Almendro. En el 2000, sólo ejercieron su voto 21,629 pobladores, repartidos así: PLC 10,894 (50.37%), FSLN 8,164 (37.75%), 1,451 votos ganó Camino Cristiano (6.71%) y 1,120 el Partido Conservador (5.18%). Un año después, en las generales, votaron 32,831 electores. El PLC logró 20,896 (63.65%), el FSLN 11,510 (35.06%) y el PC 425 (1.29%). Este año, hay 52,852 ciudadanos aptos para el voto. En San Carlos están convocados 22,910.
En San Carlos, gobernada por el FSLN, la disputa será entre sandinistas y liberales, y difícilmente los otros partidos superen el 5%. La gestión del alcalde Luis Coronel ha sido mediocre y en los últimos meses, polémica. El principal problema de la ciudad es el calamitoso estado de las calles. La gente critica que Coronel se decidió a reparar las principales calles -incluyendo la que pasa frente a su casa- cuando es temporada lluviosa -allí dura nueve meses-, haciendo todas las obras al mismo tiempo y en plena campaña electoral. Los dos partidos han postulado candidatos jóvenes: el FSLN a Marisol McRea y los liberales al abogado Carlos Olivas. En el 2000, el FSLN ganó la alcaldía con apenas 31 votos de diferencia: 4,397 (47.7%) frente a 4,366 (47.36%) del PLC. Reñida también será esta vez la elección, aunque los liberales parecen tener una ligera ventaja.

En San Miguelito también habrá una elección cerrada, aunque los liberales tomaron ventaja en los últimos días, gracias a su unión con el Partido de la Resistencia, que declinó su candidatura. En el Almendro los más fuertes son el PLC y APRE, con ventaja para los arnoldistas. Los liberales deben ganar cómodamente en San Juan del Norte -el municipio menos poblado del país, con sólo 322 habitantes- y en Morrito. En El Castillo la disputa será tan cerrada como en San Carlos.

¿Abstención en el Caribe?

En el Caribe, la expectativa de estas elecciones es muy reducida. Apenas podría mencionarse como novedad para los electores -y quizás, como impulsor para reducir la abstención- la participación de Yátama, el partido de los indígenas mískitos, arbitrariamente privado de competir en la pasada contienda municipal, como resultado directo del pacto libero-sandinista. En general, los caribeños tienen cansancio no sólo por estar participando cada dos años en elecciones -ésta será la novena en 14 años- sino porque sienten que no les sirven de mucho. La situación de los pueblos de las Regiones Autónomas del Atlántico Norte y Sur es cada vez peor. Por eso es que la abstención es cada vez mayor. En el 2002 sólo participó el 37% de los inscritos. En las municipales del 2000 la abstención fue del 58.5% y en el 2001 del 56.5%, la mayor del país.

Este año, las elecciones en el Caribe Norte arrojarán un mapa político cualitativamente diferente, por la participación de Yátama. En el 2000, la abstención en los municipios de mayoría indígena fue superior al 75%. En Bilwi -bautizada por los ladinos Puerto Cabezas- sólo votaron 5,078 personas, en una ciudad cuya población electoral era ese año de 27,500. La abstención: 81.5%. De acuerdo con las cifras del Consejo Supremo Electoral, son mayores de 16 años -la edad mínima para votar- 201, 997 ciudadanos en la RAAS y 122, 773 en la RAAN, pero sólo un 85% tiene cédula de identidad, requisito para ejercer el derecho a voto.
Aunque algunos dudan que la participación de Yátama garantice una masiva concurrencia a las urnas, lo seguro es que será el gran animador de la campaña. No obstante, después del buen resultado de Yátama en las elecciones autonómicas de 2002 (casi el 22%), lo que llevó al gobierno regional a sus candidatos, hay descontento en la población porque, en lugar de defender a los caribeños, tal y como proclamaban cuando eran oposición, se han pasado al bando del gobierno central. El ejemplo más claro lo vieron los pobladores en la reciente lucha por la reconstrucción del muelle y por el abastecimiento de combustible, momento de tensión que concluyó cuando sus principales dirigentes terminaron defendiendo al gobierno de Enrique Bolaños.

Bilwi: todo tipo de problemas

Pese a que fue electo sin la participación de la inmensa mayoría de la población, el sandinista Guillermo Espinoza ha realizado en Bilwi una gestión que le ha merecido ganar el segundo lugar entre los mejores alcaldes del país -el primero lo ocupa Valenzuela, en Estelí- y goza de un inmenso aprecio entre los porteños, pese a su origen mestizo. Espinoza despuntó apenas asumió el cargo: redujo a la mitad los salarios de todos los concejales y el de él mismo. Otro ejemplo: los inspectores sanitarios del ayuntamiento inspeccionaron el restaurante de su esposa y encontraron que vendían langosta por debajo de su peso. Los inspectores mandaron decomisar el producto y la dueña apeló a su marido. El alcalde ratificó la decisión.

Bilwi adolece de todo tipo de problemas, pero quizás los más importantes son la reconstrucción del muelle -cuya administración está en poder del gobierno central-, el narcotráfico y la seguridad ciudadana, la construcción de un nuevo mercado y planes para proteger y fomentar la pesca artesanal e industrial para que proporcione fuentes de ingresos y dinamice la alicaída economía porteña. En este aspecto, el problema es muy complejo, pues se están agotando los bancos pesqueros -al punto que han extendido la veda de dos a tres meses- y debido a los graves problemas de salud que genera, es posible que termine por prohibirse la pesca por inmersión -con buzos-, lo que aumentará aún más el ya elevado desempleo.

Cuadro 4


Con la gestión de Espinoza como credencial, los sandinistas han postulado a una negra como candidata a alcaldesa: Loria Raquel Dixon, cuyo trabajo desde hace veinte años goza de un enorme prestigio entre todas las comunidades, sin importar su etnia. Su principal rival será una veterana dirigente mískita de Yátama, Elizabeth Enríquez, quien pese a que también tiene una buena imagen, carga con el inconveniente de que la gente percibe a su partido como defensor del gobierno central. El tercer candidato, muy lejano en las encuestas, es el mestizo del PLC Emilio Pasquier. Ninguno de los otros candidatos, ni siquiera el del otro partido regional, el PAMUC, tiene posibilidades de competir.

Siuna, Waspam, Bonanza, Rosita, Waslala...

Las otras dos zonas importantes del Caribe Norte son Siuna y Waspam. En Siuna, donde predominan los ladinos, gobiernan los liberales. En Waspam ganaron los sandinistas, con una abstención similar a la de Bilwi. En Siuna, el FSLN aparece como favorito, debido principalmente a la desastrosa gestión del alcalde liberal. En Waspam parece que ganará Rubén Sujo Tucker, un próspero comerciante mitad mískito y mitad chino, postulado por el partido regional PAMUC. Yátama tiene grandes posibilidades de ganar la alcaldía de Prinzapolka.

Los sandinistas perderán Rosita a manos del PLC, debido a la pésima gestión del alcalde actual, Róger Acevedo, y deben conservar el gobierno de Bonanza. Los liberales deben conservar Waslala, aunque APRE postula a un buen candidato y la división del voto podría provocar la victoria del FSLN. Así, el FSLN debe ganar tres alcaldías, una cada uno el PLC, Yátama y PAMUC, y hay una cuyo resultado aún no es predecible.

Bluefields: los méritos del alcalde saliente

En el sur del Caribe, los sandinistas ganaron sorpresivamente en 2000la alcaldía de Bluefields, con Moisés Arana. A través suyo, han ganado un importante prestigio que les permitirá avanzar en otros municipios en esta elección. En el 2000 apenas votaron 11,434 ciudadanos de unos 25 mil inscritos. El FSLN obtuvo 5,019 (43.9%), el PLC 4,426 (38.71%), Camino Cristiano 726 (6.35%), los conservadores 280 (2.45%) y el PAMUC 983 (8.6%). Hoy, la ciudad tiene más de 50 mil habitantes y en estas elecciones 31,959 ciudadanos mayores de 16 años. Difícilmente votarán más de 20 mil.

Arana, de formación católica y un ferviente portavoz de la teología de la liberación, no sólo ha manejado con honradez los recursos de la municipalidad, sino que además ha hecho obras en sectores históricamente olvidados. Construyó el puente que une a Kukra River con el resto de la ciudad. Esa comunidad, en donde también construyó 40 viviendas, es un bastión liberal pero había sido literalmente olvidada por los alcaldes anteriores. Reparó totalmente la calle que conduce al aeropuerto, lo cual le significó ácidas críticas durante el proceso de reparación, y felicitaciones unánimes una vez que se concluyó. Hizo un bulevar, renovó totalmente el parque central y, especialmente en los barrios en donde la gente caminaba por el fango, instaló andenes por todas partes, con un novedoso material de construcción: conchas marinas.

Está previsto que se construyan a corto plazo cinco puentes -hizo otro en Río Maíz- y lo más importante para todos los caribeños de esta ciudad: está a punto de empezar la instalación de una planta desalinizadora y de la tubería, que permitirá a los blufileños consumir agua potable por primera vez en toda su historia. Tan grave es este problema que ENACAL tiene apenas 500 clientes, que consumen agua insalubre y a veces fétida.

El FSLN seleccionó como su candidato a Lawrence Omier, un hombre relativamente joven que aunque formado políticamente en el sandinismo fue el alcalde anterior bajo la bandera del PLC. Si bien su gestión no fue tan exitosa como la de Arana, el hecho de que Omier sea de raza negra le garantiza el voto cautivo de ese segmento de la población, que habitualmente es el que decide quién gana o pierde en la ciudad. APRE ha postulado a Alda Miriam Santamaría, una representante de la aristocracia de la ciudad, sin arraigo entre la gente y con una historia familiar difícil: su padre fue asesinado en la puerta de su casa por un colombiano, que luego se suicidó. El PLC seleccionó a Luis Germán Gutiérrez, de origen campesino y recién retornado de Costa Rica, cuyas posibilidades son muy limitadas para lograr el voto popular.

Caribe Sur: pronósticos

En los otros 11 municipios del Caribe sur, los sandinistas parece que van a recuperar Kukra Hill -arrebatado por los liberales 2000-, tienen todas las condiciones para ganar en la Desembocadura del Río Grande y parece que también podrán vencer en Laguna de Perlas, donde postulan a George Howard, quien hizo una muy buena labor cuando fue alcalde de Corn Island, donde residía hasta hace algunos años. En los otros ocho municipios, incluyendo los grandes centros poblacionales de Nueva Guinea -mayor que Bluefields-, El Rama y Paiwas, los liberales deben ganar cómodamente. Los rivales del PLC provienen de APRE, pero éstos no parecen lo suficientemente fuertes como para arrebatarles alguna de esas alcaldías.

Un pronóstico final

Así las cosas, el mapa político que surgirá de las elecciones municipales puede ser éste: los sandinistas parecen haber asegurado 57 alcaldías, el PLC 53, APRE 11, Yátama 1 y el PAMUC 1. Quedan por definir 29 municipios, de los cuales cuatro son cabeceras departamentales: Jinotega, Masaya, Granada y San Carlos. (Ver cuadro de pronósticos finales en esta página).

Cuadro 5


En número de votos, en las elecciones municipales del 2000 el PLC ganó 636,865 votos (41.55%), el FSLN obtuvo 618,821 (40.37%) y el Partido Conservador 203,845 (13.3%). En total, ejercieron el sufragio 1 millón 532 mil 816 electores, con una abstención del 44.26%.

En cuanto a la cedulación, en agosto del CSE informó:
Total ciudadanos mayores de 16 años: 3.306,305
Total de cédulas fabricadas: 2.897,161
Total de cédulas entregadas: 2.684,435
Cédulas pendientes de entregar: 212,726
Documentos Supletorios a entregar: 107,689
A finales de septiembre, al menos 80 mil ciudadanos aún no retiraban su cédula. Bajo el supuesto de que la mitad de las cédulas pendientes y documentos supletorios no sean retirados, el padrón electoral real asciende a aproximadamente 2 millones 590 mil 600 ciudadanos.

Sobre esa base, que implica ya una abstención de más de 715 mil electores, equivalentes al 21.65%, habrá que calcular cuántos de los habilitados no concurrirán a las urnas. Las encuestas ubican un rango de abstencionistas entre el 25-35%. Si promediamos la abstención en un 30%, entonces probablemente votarán un poco más de 1 millón 800 mil nicaragüenses, equivalentes al 55% del número total de mayores de 16 años. Los sandinistas podrían alcanzar unos 780 mil votos (45%), el PLC unos 650 mil (36%) y APRE 250 mil (14%). La diferencia se repartiría entre los otros diez partidos y alianzas.

Las elecciones menos polarizadas ¿las últimas con esta ley electoral?

Estas elecciones deben ser las últimas que se realizan con la dirección del actual Consejo Supremo Electoral (CSE) y bajo la excluyente Ley Electoral, reformada tras el pacto de 1999 entre Alemán y Ortega, porque debemos suponer que las elecciones presidenciales de 2006 se celebrarán con una nueva Ley -¿volverá la opción de las candidaturas por suscripción popular?-, reforma que incluirá un reducción de los magistrados del CSE, que deberán ser elegidos en 2005.

Y estas elecciones son, y parece que serán, las menos polarizadas de los últimos años. Las campañas de todos los partidos han sido respetuosas con sus rivales en la inmensa mayoría de los municipios y casi ni se nota la polarización real que impregna y contamina todos los temas nacionales. La excepción es APRE. Y sólo en Managua. El candidato de APRE, Alejandro Fiallos, mantiene un discurso en contra de “los caudillos” del PLC y del FSLN, en búsqueda de hacerse en ese “centro” su propio espacio.

El clima distendido también se refleja en la ausencia total de incidentes entre los activistas de todos los partidos, probablemente como un reflejo de que las realidades municipales se han terminado imponiendo. Esta distensión, esta prevalencia de lo local por sobre lo nacional y una participación superior al 60% serían suficientes razones para que los caudillos se olviden para siempre de aquella desafortunada idea que compartieron hace menos de un año de confiscar, a su favor, la independencia de las elecciones municipales.

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