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Universidad Centroamericana - UCA  
  Número 164 | Octubre 1995

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Nicaragua

A los 15-24 años: ¿qué quieren y cómo son?

Los jóvenes nicaragüenses quieren vivir en un país mejor, no les interesa mucho la política y están muy poco organizados. Conocen sus derechos y menos sus deberes. Y sobre todo, quieren trabajar y aspiran a una buena preparación profesional.

UCA Managua

Protagonistas en el desafío a la dictadura somocista durante los años 70 fueron los nicaragüenses jóvenes, "los muchachos". Y al frente del proyecto revolucionario y de su defensa cívica y militar estuvieron los jóvenes en los años 80. También quienes arriesgaron su vida para oponerse a ese proyecto eran jóvenes campesinos.

Jóvenes entre 15 y 24 años. ¿Qué piensan hoy los nicaragüenses que tienen esa edad? Son una tercera parte de la población nacional y una sexta parte de los votantes en las elecciones de 1996. ¿Qué esperan? ¿En qué creen? ¿Qué opinión tienen de su país? En agosto, la Universidad Centroamericana (UCA) realizó una encuesta representativa (con metodología para una muestra aleatoria probabilística) a 1,572 jóvenes entre 15 24 años de 22 municipios de los departamentos de Managua, Masaya, León, Matagalpa y Chontales. Sus resultados que resumimos lo más extensamente posible pueden contribuir a una mejor comprensión de la realidad nacional y a una más adecuada formulación de alternativas para que entre todos transformemos esa realidad.

Analfabetismo: 12% Creencias religiosas: 87%

Las tres cuartas partes de los jóvenes encuestados viven en el sector urbano, mayoritariamente en Managua. 791 son varones y 781 mujeres. El 43.3% tiene 15 18 años y el 56.7%, 19 24 años.

El 57.4% de los jóvenes tiene escolaridad secundaria. El 19.4% nivel primario y el 16.6% nivel superior, aunque sólo 21 de los 262 jóvenes de este nivel concluyeron los estudios superiores. Es importante señalar que el 1.3% de los jóvenes dijo ser analfabeta. Sumado al 11.3% de jóvenes con estudios primarios incompletos, se obtiene un porcentaje significativo: 12.6%, que pudiera considerarse como una aproximación al índice de analfabetismo funcional que existe hoy entre los jóvenes. El porcentaje es algo mayor en las zonas rurales que en las urbanas y apenas hay diferencia entre hombres y mujeres.

El 87% de los entrevistados dijeron ser creyentes. De éstos, el 82.8% pertenece a la religión católica, el 15.4% a la protestante y sólo el 1.8% a otras religiones. El 13% mayoritariamente varones de sectores urbanos afirmó no pertenecer a ninguna religión. Los jóvenes de sectores rurales y las mujeres son creyentes en porcentajes algo mayores. La mayoría de los jóvenes entrevistados (37.7%) se dedica sólo a estudiar. El 20.4% trabaja. Los varones están más integrados a la actividad laboral que las mujeres. El 19.2% trabaja y estudia. El 22.7% no realiza ninguna de estas dos actividades. La cantidad es significativa: son jóvenes excluidos del derecho al estudio y del derecho al trabajo.

Ni trabajan ni estudian: 22%

De los jóvenes que trabajan, el 30.2% lo hace en el sector informal de la economía. De ellos, el 20.4% son vendedores y el 9.8% comerciantes. Obreros en el campo o la ciudad son el 23.9%. Otro grupo significativo de jóvenes que trabaja se dedica a labores técnicas: 25%. El 64.3% de los jóvenes que trabajan dice tener trabajo permanente, el 27.1% trabajo temporal y el resto (8.76%) un trabajo ocasional.

Los 357 jóvenes que no estudian ni trabajan (22.7%) abandonaron sus estudios en diferentes niveles escolares. Las razones económicas aparecen como elemento determinante en este abandono. Más del 50% manifiesta haberlo hecho por apoyar a su familia económicamente (24.3%) y por no poder pagar los aranceles (13.1%). Otras razones que dan en menor proporción son no tener para comprar los libros u horarios de clases que afectan su trabajo, prefiriendo trabajar que continuar estudiando. Son más los varones que expresan estas causas. Las mujeres señalan preferentemente motivos de índole más personal: se han casado, han tenido hijos, tienen que atenderlos o realizan labores domésticas.

El 42.1% de los jóvenes vive en familias pequeñas, de 5 o menos miembros. El 45.7% en familias medianas de 6 9 miembros. El 12.1% en familias grandes, de 10 a más miembros. El 43.7% de los entrevistados dice vivir con ambos padres. El 28.4% solamente con uno de ellos. Con el padre el 3.6% y con la madre el 24.8%. Un grupo significativo, 184 jóvenes, afirma vivir con su cónyuge. Son el 11.7% del total. El 20.1% de los jóvenes entrevistados afirma tener hijos, lo que implica haber sostenido relaciones sexuales a temprana edad. De ellos, el 55.3% tiene sólo un hijo y el 16.8%, de tres a cinco.

A lo interno de las familias suceden situaciones que afectan la vida de los jóvenes: excesivo control de los padres, maltrato físico, desunión. Si se suman los porcentajes de los jóvenes que consideran que los mayores tienen poca confianza en ellos y los que dicen que esta confianza es nula, suman el 79.1%. Una gran mayoría estarían sintiéndose menospreciados o subvalorados por los adultos. En el caso de la confianza de los jóvenes en las personas mayores, el 51.2% manifestó sentir poca confianza en los mayores y el 42.3% mucha confianza.

Tiempo libre con radio y música: 82%

En sus tiempos libres, los jóvenes tienen un importante nivel de participación en actividades de tipo obligatorio (trabajos de la casa, ayuda a los padres, estudio). Entre un 60.7% y un 47.4% de los entrevistados participan en este tipo de actividades. Entre las actividades de compromiso adquirido (religiosas, organizaciones sociales) predominan las religiosas con el 38.4%.

Entre las actividades libres, la preferida es escuchar radio y música (81.2%). Le siguen: ver televisión (76.1%), conversar con amigos (70.6%) y dormir (58.8%). El 38% de los encuestados hace algún deporte, mucho más los varones que las mujeres (56.3% contra 19.5%). Pese a que las estadísticas generales de consumo de licor en nuestro país son altas, el beber como actividad de tiempo libre sólo aparece en un 11.3% de los encuestados. Es mayor el porcentaje entre los varones que entre las mujeres (18.3% contra 4.1%) y mayor entre los jóvenes del sector urbano (12.2%) que entre los del sector rural (8.7%). Sólo un 2.1% de los entrevistados, 33 jóvenes, dijeron consumir drogas.

No organizados en nada: 56%

El 43.1% de los jóvenes dice pertenecer al menos a una organización. El 56.9% no pertenece a ninguna. Las mujeres participan algo menos que los varones (54.7% contra 59.1%) y el sector rural menos que el urbano en una proporción similar. Los movimientos religiosos (18.4%) y los clubes deportivos (11.3%) son las "organizaciones" que cuentan con más pertenencia. Existe un porcentaje bastante menor de jóvenes que dicen pertenecer a movimientos estudiantiles (9.6%) y juveniles (6.6%). La pertenencia a partidos políticos es sólo del 4.5%, siendo la proporción menor en las mujeres (3.7% contra 5.3% los varones) y prácticamente igual en la ciudad y en el campo. Porcentajes muy pequeños menores del 4% dijeron pertenecer a movimientos culturales, ambientalistas, campesinos, movimiento comunal y brigadas de salud. Los sindicatos, el movimiento de mujeres y el movimiento étnico son los que aparecen en lugares más bajos: todos ellos con porcentajes menores del 2%.

Entre los jóvenes que dijeron participar al menos en una organización o movimiento, la voluntariedad es la forma de participación que cuenta con el más alto porcentaje de aceptación: 88.4%. El resto de formas de participación (por tradición, obligación, interés personal y otras) tienen menores porcentajes. El 49.5% de los jóvenes afirma que son tomados en cuenta en la toma de decisiones de las organizaciones o movimientos a los que pertenecen. La participación y la permanencia en la organización está en gran medida motivada por la credibilidad que se tiene en ella, por la claridad de sus objetivos y metas y porque sus estilos y métodos de trabajo son coherentes con sus metas. El 77.6% de los jóvenes considera que las organizaciones juveniles son de interés, aunque no pertenecen a ellas.

La importancia que los entrevistados dan al participar en las organizaciones y movimientos sociales es indicativa de la valoración que hacen de esas mismas organizaciones. Las organizaciones sociales, gremiales, religiosas y deportivas son valoradas como muy importantes entre los jóvenes, oscilando los porcentajes entre un 89.4% y un 64%. Las brigadas de salud aparecen en primer lugar como la organización a la que es muy importante pertenecer.





Es un deber obedecer las leyes: 0.8%

El 34.4% de los encuestados le da poca importancia a pertenecer a partidos políticos. Los partidos son considerados como muy importantes por el 32.6%. El 33% considera que los partidos no tienen importancia. Pertenecer a los sindicatos es muy importante para el 41%, poco importante para el 33% y no tiene ninguna importancia para el 26%.

Los jóvenes que manifestaron no participar en ningún tipo de organización o movimiento, lo argumentaron con varias razones. La principal que aducen es la falta de tiempo (50.3%), lo que podría interpretarse como cierta disposición a participar si lo tuvieran. Otras causas para su falta de participación son: no les gusta (43.3%), prefieren hacer otra cosa (15.5%), no les llama la atención (17.6%), es una vagancia (2.9%).

Los derechos que según los jóvenes debe tener la juventud y que contaron con el mayor porcentaje de apoyo son: estudiar (99.3%), tener empleo (98.6%) y recrearse (98.2%). Estos derechos son reconocidos en porcentajes similares tanto por los varones como por las mujeres y tanto por los jóvenes urbanos como por los rurales. Sólo el 29.2% de jóvenes entrevistados expresó conocer algunos de sus deberes y es significativo que el 70.8% no contestó a esta pregunta. Los principales deberes que dijeron conocer son: respetar y ayudar a la familia (32.9%), estudiar (30.8%), trabajar (13.2%). En menor medida señalaron el deber de ayudar a la sociedad (5.2%). Es muy significativo que sólo un 0.8% de los encuestados, 11 jóvenes, consideran que es su deber respetar las leyes del país.

Principal problema es el desempleo: 42%

Se les preguntó su opinión respecto a los problemas que ellos y ellas consideran que afectan al país. El principal problema que señalaron es el desempleo (42.2%). En segundo lugar, problemas económicos (carestía de la vida) (32.9%). El tercer gran problema que les preocupa, a mucha distancia, es el de la delincuencia (7.7%). En cuarto y quinto lugar señalan la salud y la educación. En el sexto lugar colocan los problemas políticos (5.2%).

Las tres causas que a juicio de los jóvenes originan los problemas del país son, en orden de importancia: las políticas aplicadas por el actual gobierno (80.2%), las constantes huelgas y asonadas (75.8%), la inestabilidad política del país (75.3%) y la corrupción administrativa (74.5%). Con menores porcentajes consideran otras causas: la guerra pasada (63.4%), la baja calidad de la educación (58.8%), las acciones armadas en el campo (53.1%), el gobierno anterior (51.9%) y el que la gente no quiere trabajar (30%).

Los problemas sociales los califican mayoritariamente como muy importantes y los ordenan así: mal servicio de salud (92.7%), mal servicio de educación (85.3%), violaciones sexuales (84.7%), consumo de drogas (83.3%), sida (79.3%), pandillas (78.7%), mal servicio de agua potable (78%), acoso sexual a jóvenes (77.3%), inseguridad por las noches (77.3%), mal servicio de luz eléctrica (77.3%), prostitución (73.3%) y mal servicio de transporte (64.7%). En relación a los problemas económicos que tiene el país, se le presentó a los jóvenes una serie de proposiciones, las que categorizaron como muy importantes, poco importantes o sin ninguna importancia. Los principales problemas que señalaron como muy importantes fueron: la falta de trabajo (95.7%), el bajo salario (92.7%), el alto precio de las cosas (87.7%), el tener que dejar de estudiar (80.3%) y la falta de financiamiento para producir (74.9%).

No les interesa participar en política: 80%

El 80% de los jóvenes entrevistados afirma que no les interesa participar en política. El 20% dijo que sí les interesa. De este 20% son varones el 61.8% y el 72.3% vive en zonas urbanas. Del 80% no interesado, el 52.5% son mujeres y el 71.4% vive en zonas urbanas. El 20% de jóvenes que expresó que le interesa participar en política dio varias razones. Aparecen como mayoritarias: para ayudar a las personas (33.8%) y para que el país cambie (18.6%). El 80% de jóvenes que respondió no estar interesado en participar en política, señaló varias causas. Las principales: no les gusta y no creen en la política (53.4%), la política es sucia y corrupta (11.2%) y no ayuda en nada (7.6%). Con relación al nivel de confianza que los encuestados tienen en las instituciones del gobierno y en los poderes del Estado, el rango de mucha confianza para cada una de las instituciones siempre fue menor del 50%.

Las instituciones del gobierno que cuentan con mayor confianza son: el Ministerio de Educación (34.5%) y el Ministerio del Trabajo (21.9%). Sobre los poderes estatales, el Consejo Supremo Electoral cuenta con el mayor porcentaje de mucha confianza (16.4%). A la Asamblea Nacional se le otorga un 12.6% de mucha confianza y a la Corte Suprema de Justicia un 11.5%. Los jóvenes manifiestan tener menor confianza en el ejército (13.3%) que en la policía (17.8%). En la Presidencia tiene mucha confianza sólo el 7.2% mientras que en su Alcalde correspondiente la tiene el 26%.

Es notorio que los jóvenes expresan tener poca confianza en las leyes del país. Sólo un 17.6% de los entrevistados dijo tener mucha confianza en ellas y ninguna confianza el 39.1%.

Los políticos son honestos: 13%

Los entrevistados tienen una visión negativa de quienes gobiernan el país. ¿Por qué? Entre las razones que dan, el primer lugar lo ocupa el que viven lujosamente (88.7%). Después, que abusan de los recursos (75%), que son corruptos (65.5%) y que no les interesan los problemas del pueblo (47.3%). Las opiniones favorables se dieron en este orden: son trabajadores (38.3%), trabajan por el bienestar del pueblo (26.5%), son sencillos (22%) y son honestos (13.2%).

Se exploró el nivel de conocimiento que tenían los entrevistados sobre los principales partidos políticos existentes en nuestro país, así como sobre sus respectivos programas y estatutos. El FSLN es el partido más conocido por sus siglas (82.3%), su nombre (79.3%), sus líderes (66%), su programa (15.3%) y sus estatutos (10.6%). El PLI y el PLC ocupan el segundo y tercer lugar por el grado en que estos datos son conocidos entre los entrevistados. Los niveles de confianza en los principales partidos políticos aparecen en cuadro adjunto. En organizaciones sociales como el Movimiento Estudiantil (42.5%) y el Movimiento Comunal (25.1%) la confianza es mayor que en los partidos, aunque esto no significa que los jóvenes pertenezcan a estos movimientos.

Entre todos los actores sociales, es la Iglesia Católica la que goza de mayor confianza. Más de la mitad de los jóvenes entrevistados (52.9%) dice tener mucha confianza en la Iglesia Católica. Poca confianza en ella el 22.8% y ninguna confianza el 24.3%. Casi la cuarta parte de los jóvenes (24.4%) tiene mucha confianza en las Iglesias evangélicas. Poca confianza el 33.1% y ninguna confianza el 42.4%.

Para conocer la simpatía que los jóvenes tenían hacia líderes nacionales, se les pidió mencionaran el nombre de las tres personas del país a quienes más admiraban. Un alto porcentaje de ellos mencionó el nombre de sus padres o de familiares. Porcentajes significativos mencionaron al Cardenal Obando, a Daniel Ortega y a Arnoldo Alemán como los más admirados. En algunos casos los jóvenes respondieron con nombres de amigos, de sus novios o de personajes históricos. (Ver cuadro adjunto)

La prioridad es tener trabajo: 89%

Se preguntó a los jóvenes cuáles consideraban eran sus prioridades en la vida. El mayor porcentaje dijo que la principal era tener trabajo (89.2%). Siguen: tener buena salud (88.3%), poder vivir en paz con Dios (87.8%), ser profesional (86.6%), que haya seguridad en el país (86.2%), tener buen salario (85.1%) que haya libertad para vivir (84.7%), poder formar una familia (83.5%), tener un oficio (80.2%), divertirse (71.7%) y tener tierra para trabajar o para casa (66%).

Para conocer las expectativas que tienen los jóvenes, se les solicitó mencionaran sus aspiraciones para el futuro. Destacaron, a gran distancia de otras: que haya más trabajo (29.3%) y tener una profesión (20%). Poder formar una familia es la aspiración número uno de sólo el 7.4%. Coronar una carrera universitaria y convertirse en un profesional es el gran sueño de la juventud nicaragüense. El 59.5% de los jóvenes aspira a convertirse en profesional, el 19.7% aspira a lograr una carrera técnica y el 20.8% a realizar estudios cortos. De una forma u otra, el deseo generalizado es prepararse técnica o profesionalmente. Consideran que así estarán en mejores condiciones para enfrentarse a la vida. Consideran que el desarrollo de Nicaragua estará dado básicamente por la calificación de los jóvenes y por la oportunidad de empleo que ellos y ellas puedan tener.

Un futuro sin mejoría: 50%

¿Qué creen los jóvenes que vale la pena hacer para cambiar la situación del país? La mayoría apuesta por la estabilidad: dialogar más (89.6%) y hacer protestas pacíficas (74.6%). El 91.9% rechaza las protestas violentas. Excluyen totalmente, o al menos no explicitan, las causas estructurales que influyen decididamente en la situación por la que atraviesa nuestro país.

Cuando se les preguntó qué pueden hacer ellos para mejorar la situación, la pregunta quedó abierta para que los entrevistados opinaran. Estudiar más (37.1%) y trabajar más (21.8%) fueron las opiniones predominantes. El 88.8% de los entrevistados expresa que les gusta vivir en Nicaragua. El 11.2% dijo que no. Al preguntarles por qué les gusta vivir en Nicaragua, respondieron de manera variada. La razón que predomina es porque es su país natal (58.3%). En un segundo lugar, y a distancia, dijeron que porque aman a su patria (9.3%).

Entre los argumentos que dieron los 181 jovenes (11.2%) que expresaron que no les gusta vivir en Nicaragua, el mayoritario es porque es un país con muchos problemas (40.8%). Siguen: porque no hay empleo (28.4%), porque es un país inseguro y hay mucha violencia (18.3%) y porque no le ven futuro a sus vidas (12.4%).

Se les preguntó también cómo qué país les gustaría que fuera Nicaragua. La mayoría de los entrevistados respondió a esta pregunta (81.2%). El 18.8% no sabía o no respondió. De los que respondieron, el 52% quisiera que Nicaragua sea como Estados Unidos, el 31.7% como Costa Rica, el 4.5% como Cuba y el 11.7% como "otro país".

Finalmente, ¿cómo se imaginan a Nicaragua en los próximos cinco años? De los 1,572 jóvenes consultados el 95.4% respondió a esta cuestión. De ellos, el 49.9% se la imagina mejor. El 27.8% peor. Y el 22.3% la imagina igual. Esto quiere decir que la mitad de nuestra juventud no logra visualizar un futuro esperanzador.

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