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Universidad Centroamericana - UCA  
  Número 254 | Mayo 2003

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Nicaragua

Nuestro lugar en el mundo

Mientras se calienta ya el escenario pre-electoral, avanza el Proyecto de Estados Unidos para el Nuevo Siglo. Nicaragua ya tiene asignado en él su lugar en el mundo.

Equipo Nitlápan-Envío

Con su guerra contra Irak, Estados Unidos, como superpotencia militar a escala planetaria, ha advertido a la humanidad la dirección que quiere imprimirle a los cambios mundiales, tantos y tan acelerados desde los últimos cinco lustros. Todas las metas y todo el arsenal de métodos para lograrlas nos han sido mostrados por el gobierno de Bush y su socios en ésta su empresa de dominación.

Corresponde ahora a cada nación, a cada pueblo, a cada grupo, a cada persona, captar el mensaje, entenderlo, y actuar en consecuencia. Terrible aprendizaje que seguramente dejará en el camino un reguero de violencias y de dolores, y tal vez, aunque nunca a corto plazo, transformaciones y avances para la humanidad de la aldea global en la que se nos ha convertido ya la bolita del mundo.

DOS IDEAS: SUPREMACÍA MORAL Y MILITAR

El diseño del plan del gobierno de Estados Unidos, en sus trazos mayores y fundamentales, es público. Ya no se tratará de “operaciones encubiertas” -de las que tanto aprendió Nicaragua en los 80-, por más que se acudirá a ellas siempre que sea necesario. El Proyecto para un Nuevo Siglo Americano, cocinado por “intelectuales” de la ultraderecha estadounidense desde que la URSS colapsó, ha sido puesto en marcha por el equipo Bush. Entre los “cocineros” hay algunos personajes bien conocidos en la Nicaragua de los años 80: Elliot Abrams, Jeanne Kirpatrick. El Proyecto es una agenda de política exterior basada en la convicción de la supremacía moral de Estados Unidos y en la “conmoción y el espanto” que le garantizan su desmesurada supremacía militar, bien sea en inventario de armamento o en despiadadas acciones bélicas. Con estas dos simples ideas Estados Unidos se dispone a conquistar el mundo destruyendo a cualquier competidor e impidiendo el surgimiento de cualquier rival en lo económico, lo político y lo ideológico. No se detendrá ante ningún obstáculo, llámese Osama u ONU.

La tragedia del 11 de septiembre sacó este Proyecto de la “cocina” para colocarlo en la sala de la casa. Y en la guerra de Irak quedó expuesto ante el mundo de qué se trata. Se acabó el gringo bueno: tal como anunciaba en estas páginas de Envío hace unos números Tom Barry, uno de los más agudos analistas de este Proyecto, al que atribuye -y al que debemos de atribuirle para entenderlo- características de misión mesiánica por estar inspirado en un perverso fundamentalismo de orientación religiosa.

UN ALIADO CLARO, SERIO, CONFIABLE Y CONSISTENTE

¿Dónde encuentra este Proyecto a Nicaragua? A un amplísimo sector de su población la encuentra mirando constantemente hacia Estados Unidos, donde viven unos 350 mil nicaragüenses que envían mensualmente los dólares que aceitan la maquinaria familiar y le permiten funcionar, en un país donde ya nada funciona sin “cooperación externa”. A un reducido sector de empresarios -sólo algunos de ellos grandes y ya “globalizados” corporativamente- los encuentra entusiasmados con el proyecto del Tratado de Libre Comercio -al que ya llaman CAFTA, por sus siglas en inglés-, soñando con las oportunidades que les dará ser “colas de león” ya que nunca lograron consolidarse en su patio como “cabezas de ratón”. Y a un significativo, aunque en reducción, sector de la población la encuentra cantando aún el ¡Luchamos contra el yanki, enemigo de la humanidad! estrofa del himno histórico del FSLN. Este “mestizaje ideológico” pesa, sobre cualquier intención -aun si la hubiera- de trazar una política exterior propia.

Quienes deben trazarla son los políticos. A una mayoría de los políticos nacionales el Proyecto los encuentra incorporados a él por convicción o por impotencia. Al gobierno y a quien lo preside, Enrique Bolaños, lo encuentra totalmente alineado con sus premisas y su lógica. En su discurso de toma de posesión, Bolaños anunciaba ya así el centro de su política exterior: En el escenario internacional, la misión estratégica de mi gobierno será la de convertir al país en un claro aliado político -serio, confiable y consistente- de las naciones democráticas del mundo en la lucha contra el terrorismo, el narcotráfico y el lavado de dinero. En poco tiempo Estados Unidos le dejó claro que serían ellos quienes definirán y dirigirán estas luchas por doquier.

GUERRA CONTRA IRAK: UN “CRIMEN PERFECTO”

La guerra de Estados Unidos contra Irak, que le ha garantizado al primer país consumidor de petróleo en el mundo el total control del petróleo del segundo país productor de petróleo en el mundo, resultó un “crimen perfecto” desde el punto de vista de los cálculos e intereses de Estados Unidos. La guerra fue breve, con poquísimas bajas militares, con menos víctimas civiles de las calculadas -al menos, ya nadie logrará cifrarlas en números-, con abundantes imágenes y noticias aptas para probar el despotismo de Hussein, con una escasa o nula resistencia en Bagdad, el trofeo mayor a alcanzar. Y sobre todo, con un respaldo amplísimo de la opinión pública estadounidense.

Concluida esta guerra e iniciadas con ellas las “guerras preventivas” de Estados Unidos alrededor del mundo, el Presidente Bolaños expresó sentirse orgulloso y satisfecho por haber sido uno de los primeros gobiernos del mundo en sumarse a Estados Unidos en la agresión militar, desestimando, al hacerlo, la opinión de un 80% de la población nacional que expresó -en una única encuesta telefónica hecha durante el conflicto- su insatisfacción con ese alienamiento y su opción por la paz.

ELOGIOS, REGAÑOS Y “OTRA OPORTUNIDAD”

En el Proyecto que hoy despliega Estados Unidos, nada se propone, todo se impone... y cualquier disidencia al “dueño” le descompone. Chile y México empezaron a pagar pronto por su política exterior propia, expresada en sus posiciones en el Consejo de Seguridad contrarias a la guerra declarada unilateralmente por Estados Unidos rompiendo las reglas del juego multilateral que representa el foro de Naciones Unidas. México paga con dilaciones en la resolución de asuntos migratorios y con desplantes de Bush a Fox. Chile, con el retraso de la firma de su tratado de libre comercio con Estados Unidos. Ambos países pagan con una gama de “advertencias”.

Terminada la guerra, el Secretario de Estado Colin Powell reconoció públicamente a los siete países latinoamericanos (Colombia, Costa Rica, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Panamá y República Dominicana) que respaldaron el ataque contra Irak, por su valiente posición frente a lo que es correcto, lo que es necesario, lo que es justo. Y se refirió a la decepción que le habían producido a su gobierno el resto de países del continente -se incluye Canadá- por no apoyar la guerra, criticando el que se hubieran dejado llevar por la presión de sus sociedades que clamaban por la paz.

Hay para ellos otra oportunidad, dijo Powell: deben convencerse de lo correcto, necesario y justo para el nuevo siglo y para el futuro de la civilización occidental. Y para “orientarlos” sobre cómo rectificar y enmendar su error, señaló tanto a los países díscolos como a los sumisos tres campos de acción que resultan hoy prioritarios hoy en el continente para el proyecto de Estados Unidos: ayudar a Colombia en su lucha contra el narcoterrorismo, ayudar a Venezuela a superar su inestabilidad política y ayudar a Cuba a alcanzar la democracia.

PREMIOS PARA CENTROAMÉRICA DENTRO DEL PLC

Centroamérica, y Nicaragua, recibieron el premio de su adhesión a la guerra no sólo con palabras y discursos. También en la práctica. El 11 de abril, el propio Bush se dignó recibir a los cinco presidentes centroamericanos, que llegaron a cabildear dentro de las negociaciones del Tratado de Libre Comercio Centroamérica-USA, ya avanzando. Terminado el encuentro, Robert B. Zoellick, jefe negociador por Estados Unidos, señaló la enorme significación que tenía haber sido recibidos por el Presidente aún en medio de la guerra, expresó la determinación de Estados Unidos de finalizar las negociaciones en 2003, informó sobre la decisión de incluir en este TLC a Panamá y a Dominicana, y anunció alguna flexibilidad en la negociación, aun cuando no quedó claro hasta dónde llegará este “premio”.

En su discurso, Zoellick aclaró que Estados Unidos, como nación para el comercio global, está en plan de establecer tratados de libre comercio con países cercanos y lejanos, con países de Africa, de Asia, con Australia y con Centroamérica, tratados comerciales que definió como piezas esenciales en la geoestrategia americana para este nuevo siglo.

BOLAÑOS EN LA VANGUARDIA

Aunque, como institución política, el partido ARENA, en El Salvador, tiene el liderazgo socioeconómico que más encaja en la geoestrategia estadounidense, Enrique Bolaños parece haber sido elegido por Estados Unidos como líder regional con la misión de fortalecer y hacer avanzar la integración centroamericana. Como tal se comporta. Y como tal fungió el Presidente de Nicaragua en la reunión en Washington, recibiendo espaldarazos, apoyos y respuestas positivas a sus cabildeos. Entre ellas, la prórroga, por cuarta vez, del Estatus de Protección Temporal, que beneficia a unos 90 mil hondureños y a unos 5 mil nicaragüenses inmigrantes en Estados Unidos, que podrán seguir residiendo y trabajando en ese país sin problemas legales. En la lista, El Salvador espera igual “premio” aplicable a unos 280 mil salvadoreños.

Aprovechando su liderazgo, en la reunión con Bush, Bolaños vanguardizó y fue el único Presidente centroamericano que abordó como prioridad uno de los temas más delicados en el TLC, el de la producción agrícola nacional, abanderando principios proteccionistas para el sector rural de la región. Vamos a cuidar sobremanera que la parte débil de nuestra economía, la parte agrícola, esté bien defendida, explicó satisfecho Bolaños a su regreso a Managua.

“QUEREMOS AYUDAR A LOS POBRES”

La historia prueba que aunque las vanguardias encabezan las luchas no necesariamente las ganan. Ser vanguardia no significa que si uno la sigue la consigue. La protección de las agriculturas centroamericanas está vinculada a la reducción de subsidios a la agricultura estadounidense. Zoellick aclaró que Estados Unidos no reducirá los subsidios a sus productores agrícolas si la Unión Europea no lo hace. Y aun reconociendo que la agricultura es pieza esencial en las economías centroamericanas y que gran cantidad de pobres trabajan en este sector, retorció así el argumento: Tal como lo ha enfatizado el Presidente Bush, los propósitos de este tratado no son sólo comerciales. Se trata de ayudar a los pobres y a los trabajadores centroamericanos a mejorar sus vidas, pero debemos hacerlo de tal manera que nos beneficiemos ambas partes...

Y un beneficio para todos los pobres centroamericanos que no son agricultores será poder comprar alimentos de calidad y a precios más bajos, siendo obvio que esos alimentos serán los que exporte Estados Unidos a Centroamérica.

¿EL FIN DE LOS EJÉRCITOS?

Desde su posición de claro aliado, serio, confiable y consistente de Estados Unidos, Bolaños busca estar a la altura del liderazgo regional que se le ha confiado, en un momento en que su liderazgo nacional se viene erosionando en la medida en que se ha ido desdibujando su lucha contra la corrupción y la economía no da señales de remontar. ¿Podría ser de otra manera en un país con una cultura política tan basada en la corrupción y con una economía tan fragilizada?
El liderazgo regional de Bolaños debe abarcar varias dimensiones, también la militar. En la versión centroamericana de su gran Proyecto, Estados Unidos está redefiniendo el papel de los Ejércitos en Centroamérica -históricamente, las instituciones más sólidas en todos los países del istmo-, promoviendo como primer paso un desarme regional, en el que Bolaños también actúa hoy como vanguardia.

La meta última parece ser fortalecer a las Policías nacionales para que sean estos cuerpos armados los que luchen contra el terrorismo, el narcotráfico, el tráfico de armas, de emigrantes, de pasaportes, hasta lograr disolver en las Policías a los Ejércitos, carentes de misión al carecer de soberanía nacional que defender porque para entonces las naciones centroamericanas serán sólo lugares para el libre comercio gobernados por aliados confiables. Es intrínseco al Proyecto que el gobierno de Estados Unidos sea la única instancia soberana del planeta.

NUNCA TAN DEPENDIENTES DEL NORTE

¿Qué soberanía nos queda hoy? Nunca antes Centroamérica había sido tan dependiente de Estados Unidos. El 75% de su comercio -importaciones y exportaciones- va a Estados Unidos o viene de Estados Unidos. La séptima parte de su población vive y trabaja en Estados Unidos y desde Estados Unidos sostiene y estabiliza, a golpe de remesas, las economías centroamericanas. En cuatro de los cinco países del istmo esos dólares son el principal ingreso de divisas. El Salvador es ya un país dolarizado. La conciencia de los empresarios de la región que han sobrevivido al “libre comercio” tiene una clara tendencia anexionista. La conciencia de los gobernantes está cada vez más proclive a rendirse ante el poder de Estados Unidos. Y la conciencia de los gobernados es cada vez más influida por los productos “culturales” que diseminan masivamente los medios estadounidenses.

EL LEGADO DE BOLAÑOS: INFRAESTRUCTURA Y FINANZAS

Bolaños no sólo cosechó réditos en Washington por su pronto y consistente apoyo a la guerra contra Irak. Días antes también estuvo en Bruselas, en donde obtuvo el respaldo del Banco Mundial y del BID para conseguir 300 millones de dólares para la construcción de carreteras. Su meta son 500 millones para dejar listos en los años de su gobierno 1 mil 200 nuevos kilómetros de red vial, proyecto estrechamente vinculado a su Estrategia de Desarrollo -que se discutirá a fines de este año-, centrada en el proyecto de los clusters (ver Envío enero-febrero 2003), a su vez vinculado a los planes del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y a los del Plan Puebla Panamá.

La nueva infraestructura vial -de la que tanto urge Nicaragua- y un saneamiento de las finanzas públicas es el legado socioeconómico que Bolaños quiere dejarle al país al término de su mandato. Desanudar el pacto en las instituciones sería su legado político. Conseguir el dinero para las carreteras es la meta más sencilla del legado. Mientras Bolaños sigue insistiendo en la despartidización del Poder Judicial y del Poder Electoral, hoy al servicio de los caudillos del FSLN y del PLC, diputados de ambos partidos siguen dándole muestras de que continúan teniendo la sartén de la institucionalidad por el mango del pacto.

El problema de la deuda interna es también complejo. En su viaje a Washington, Bolaños gestionó, aún sin éxito, un apoyo financiero del gobierno de Estados Unidos para cambiar deuda interna por deuda externa. No habrá saneamiento de las finanzas públicas nacionales si el gobierno no resuelve el problema de la deuda interna, que ahoga la economía. Resolver este problema es una de las prioridades del gobierno de Bolaños, en el que tanta influencia tienen los banqueros, principales beneficiarios del pago de la deuda interna. Bolaños espera obtener una solución del gobierno de Estados Unidos y la espera como un dividendo especial por su liderazgo y por su claro alineamiento en el Proyecto para el Nuevo Siglo que inició con la guerra contra Irak.

EL PESADO LASTRE DE LA DEUDA INTERNA

La deuda interna se fue generando, en gran medida, por el negocio de los CENIS (Certificados Negociables de Inversión), que comenzó siendo una política sana y terminó convirtiéndose en uno de los negocios más escandalosos que ha vivido el país. Durante el gobierno de doña Violeta, el Banco Central ideó los CENIS, bonos que elaboraba y sacaba a la venta el Estado para captar el exceso de circulante en córdobas que había en la economía y así establecer una correcta regulación monetaria. Con el tiempo, este instrumento degeneró y los CENIS llegaron a venderse y a comprarse, en un país tan miserable como Nicaragua, a intereses estratosféricos del 20%, cuando en Estados Unidos los intereses estaban al 1-3%.

En estas operaciones, quienes más compraron CENIS, y quienes los compraron aún en mayor cantidad después de la cadena de fraudulentas quiebras bancarias, fueron los bancos, básicamente el Bancentro y el Banpro, aunque todos los bancos compraron. Los CENIS no sólo tienen una altísima tasa de interés, que ninguno de estos bancos podría encontrar en ninguna parte del mundo. Tienen también plazos cortos, que obligan al Estado, al Banco Central, a pagar a los poseedores de los CENIS tan altos intereses. Los
CENIS, a los que hay que sumar los bonos de indemnización por propiedades confiscadas en los años 80, que también tienen plazos que deben empezar a pagarse el próximo año, han generado la mayor parte de la onerosa deuda interna de Nicaragua.

LA LEY DE EQUIDAD FISCAL

Pieza del proyecto de saneamiento de las finanzas públicas es la Ley de Equidad Fiscal, aprobada a fines de abril. Durante cuatro meses, un equipo técnico de seis expertos estudió el injustísimo sistema tributario de Nicaragua, debatió propuestas para transformarlo y las presentó al gobierno (ver Envío abril 2003). Aceptando muchas de estas propuestas técnicas, el gobierno elaboró la Ley que, inesperadamente, fue aprobada en la Asamblea Nacional, sin ninguna otra consulta y sin ningún debate parlamentario, en menos de 24 horas.

Según Julio Francisco Báez, experto en derecho fiscal y uno de los integrantes del comité técnico, esta Ley no es un parche más, se propone ser integral por abarcar no sólo lo tributario sino también lo fiscal (ingresos y egresos, impuestos y presupuesto) y porque junto con ella el gobierno anuncia para los próximos seis meses tres leyes complementarias y trascendentales: Ley de Régimen Presupuestario, Ley de Responsabilidad Fiscal y Código Tributario. Según Báez, la ley es también positiva por ser pro-exportadora con varios incentivos fiscales, porque no es regresiva y tiende a la progresividad (no hay nuevos impuestos indirectos y sí nuevos impuestos directos: al consumo suntuario de más de 800 productos, a los intereses de los depósitos bancarios, a los activos empresariales). Entre sus aspectos positivos está haber eliminado una serie de exoneraciones discrecionales o injustificables -aunque aún no todas-, haber reducido algo el pago del IR a los asalariados, no haber establecido nuevos impuestos para los más pobres que ya pagaban tanto y haber desgravado los 53 productos de la canasta básica.

ROCE COSEP-BOLAÑOS

Entre los riesgos de la ley -señala Báez- están los que pudieran colarse en los cuatro reglamentos y los cinco acuerdos ministeriales que se le deben hacer a la ley para clarificarla y hacerla plenamente aplicable. Existe gran presión sobre el gobierno de parte de los empresarios del COSEP para sacar ventajas en la reglamentación de la ley. El descontento causado entre los empresarios del COSEP por el impuesto del 1% a cuenta del Impuesto sobre la Renta sobre los activos de unas dos mil empresas grandes -acostumbradas a declarar pérdidas y a no pagar impuestos durante años- alimenta estas presiones. Presagiando una mayor recesión y la quiebra generalizada de las empresas, el COSEP tuvo, con la Ley Fiscal, el primer roce de importancia con Bolaños, el Presidente-empresario al que tanto han respaldado.

DE NUEVO, PRIVILEGIOS PARA LOS BANQUEROS

La Ley de Equidad Fiscal se aprobó en la Asamblea con trámite de urgencia y entra en vigor el 1 de julio. Entre los aspectos negativos, Báez resalta esta aprobación acelerada. Por un golpe de mano del gobierno -dice-, aun cuando había un mes y medio para consultar a todos los sectores y lograr así un verdadero consenso social.

Los aspectos más negativos que encuentra Báez son aquellos en los que se expresa cómo el gobierno de Bolaños continúa privilegiando al sector financiero, poniéndose así en cuestión la equidad propugnada por la ley desde su título. En los nuevos impuestos sobre activos, establecidos para las empresas y para los bancos, los bancos resultaron privilegiados: pagarán 0.6% y las empresas 1%. Por otro lado, en nombre de ese piso de 0.6% de impuesto sobre los activos de los bancos, la nueva Ley derogó la Ley de Impuesto Extraordinario de la Banca Privada Nacional, que apenas estuvo vigente durante 90 días y que buscaba equidad: que los bancos pagaran impuestos por sus ganancias.

Además -y esto es lo más grave, el mayor privilegio-, la Ley no gravó los altísimos intereses que devengan los títulos valores, a la cabeza de ellos los CENIS. Resulta escandaloso que la Ley sí grave, y por primera vez, con un 10% los intereses que ganan los depósitos bancarios que superen los 5 mil dólares -lo que se afirma afectará sólo al 3% de los ahorrantes-, pero que no grave los intereses que ganan los tenedores de bonos.

UN ESCANDALOSO CÍRCULO VICIOSO

Los privilegios otorgados por el Estado a la banca constituyen un escándalo. Y es en el tema de la deuda interna donde se encuentra el mayor de ellos. El Estado le paga a los bancos la deuda interna, pero la banca le debe al Estado: los bancos no han pagado impuesto sobre la renta en los últimos siete años, adeudando en conjunto al Estado unos mil millones de córdobas. Y ahora, cuando el Estado podría cobrarle a la banca por los intereses de los CENIS, no le cobra nada. Les beneficia doblemente: no cobrándoles y evitándoles pagos.

Comenta Báez a Envío: Nicaragua le debe a aquellos que le deben a Nicaragua. En la legislación tributaria se establece que a quien le debe al Estado, y a su vez el Estado le debe, hay que aplicarle la figura jurídica de la compensación. Si Nicaragua le debe por deuda interna a los bancos que compraron CENIS y los bancos le deben a Nicaragua por no pagar sus impuestos, por ley debe aplicarse la compensación.

Y si los bancos no pueden pagar de inmediato, debería haber acuerdos y arreglos de pago. Pero no ha habido nada de esto. Ni va a haberlo. La evasión fiscal de los bancos, que son personas jurídicas que han defraudado al fisco, es la evasión más colosal que ha existido en la historia tributaria de Nicaragua.

Sin embargo, esta evasión ha sido premiada con un nuevo privilegio. La sociedad va entendiendo así que esto de sanear las finanzas públicas tiene un límite bastante limitado, como el que ya le estaba viendo a la lucha contra la corrupción, que empezó con Byron Jerez y con Arnoldo Alemán y con ellos dos acabó.

LA LEY LLEGÓ, VIO Y VENCIÓ

La Ley de Equidad Fiscal fue aprobada en la Asamblea con 47 votos: los 38 de los sandinistas y los 9 de los diputados afines al bolañismo, los de la bancada Azul y Blanco y los de Camino Cristiano. En la Asamblea la ley llegó, vio y venció. No hubo debate, todo se hizo raudo y veloz. Los sandinistas, que habían condicionado su apoyo con alta retórica a que el gobierno garantizara aumentos -realmente poco significativos- a los salarios de enfermeras, maestras, policías y al presupuesto de varias instituciones estatales, al concedérseles esto, defendieron la Ley sin vacilaciones, llegando a afirmar Daniel Ortega que la Ley representa un triunfo sobre el Fondo Monetario Internacional.

Los liberales arnoldistas abandonaron el recinto parlamentario sin votar, tras solicitar una semana de consultas y debates. Rechazaron la Ley como demagógica, farisea y deleznable, pero sustentaron tan gruesos calificativos con una débil y confusa argumentación, denunciando, eso sí, el inmoral maridazgo entre Bolaños y Ortega para su inmediata aprobación.

DE NUEVO, LOS CÁLCULOS ELECTORALES

El apoyo tan poco matizado de los diputados del FSLN y del danielismo a la Ley de Equidad Fiscal hay que inscribirlo en la tendencia del FSLN al colaboracionismo con el gobierno de turno -así fue durante el gobierno Chamorro, durante el gobierno Alemán y ahora con el gobierno Bolaños-, pero principalmente obedece al cálculo electoral de Daniel Ortega y de su partido. Esta Ley, que en lo general se ajusta a las exigencias del FMI porque garantiza una recaudación de impuestos que permitirá cerrar la enorme brecha fiscal de Nicaragua según los parámetros ordenados por el FMI, garantizará por esto al país un pronto perdón del 80% de su deuda externa dentro de la iniciativa HIPC para los países pobres y altamente endeudados.

Esta meta -que en una disparatada decisión celebró por anticipado en las calles Alemán en 1999- es meta del FMI, lo es del gobierno Bolaños y también lo es de Daniel Ortega. Ortega está cierto de su regreso al poder en el año 2006. Confía para ello en el creciente desgaste de la popularidad de Bolaños, que muy difícilmente podrá brindar en los próximos años mejorías económicas sensibles y notables para la mayoría de los votantes. Confía en el clima internacional de “rabia antiamericana”. Y por sobre toda confianza, espera sacar la máxima ventaja de la fractura existente en el PLC a causa del enjuiciamiento de su caudillo Alemán. Para entonces, para el día del regreso al poder, la Ley de Equidad Fiscal le garantiza a Ortega tener ya resuelto el problema de la deuda externa y tener de su lado al poderoso sector financiero. Ambas son reservas estratégicas de inmenso valor.

DE NUEVO LOS CAUDILLOS

¿Quién desarrollará el “legado” de Enrique Bolaños cuando él abandone la Presidencia, quién se beneficiará de una mejor infraestructura y de unas fianzas saneadas? Aunque aún falta mucho tiempo, las elecciones municipales de noviembre 2004 ya ganan terreno a diario en el debate político. Los dos partidos del pacto excluyente que sacó del juego al resto de partidos, el FSLN y el PLC, ya están diseñando sus estrategias y lanzando candidatos, especialmente para la plaza mayor, Managua, en donde el pulso determinará en qué medida han perdido poder los dos caudillos, Ortega libre en las calles y Alemán preso en su hacienda.

Ambos caudillos determinan, desde su poder intrapartidario muy poco cuestionado, a sus candidatos, empezando por los de la capital. La fórmula ya “bendecida” por Ortega es la integrada por el danielista Dionisio Marenco y por el tricampeón de boxeo Alexis Argüello. El diseño estratégico del FSLN para el resto de las alcaldías ya es público: en las plazas en donde gana tradicionalmente el FSLN el candidato a alcalde será un militante del FSLN y en donde no gana se dará espacio a candidatos de la Convergencia.

Los arnoldistas del PLC, que desde fines de marzo se declararon “en oposición” al gobierno -por cálculos electorales, ya que no quieren responsabilizarse por los fracasos de Bolaños- están más indecisos, tanteando con una gama diversa de nombres para la alcaldía de Managua, aunque siempre atentos a las orientaciones que el “prisionero” Alemán les dicta desde El Chile. Pero ya es notable la decisión y pasión con que arnoldistas, danielistas, bolañistas y todos los demás se entregan a la tarea. No en balde, el único negocio, la única empresa, el único cluster que realmente funciona y resulta altamente rentable en esta Nicaragua cada vez menos soberana y dependiente es el cluster de la política.

¿EL PARTIDO DE BOLAÑOS?

El mayor desafío lo enfrenta Enrique Bolaños. El único esfuerzo con prólogo y cierto desarrollo en su lucha contra la corrupción, el que permitió el enjuiciamiento de Alemán, a la par que le ha traído importantes réditos en el escenario internacional le ha alienado del partido que le llevó al gobierno en el escenario nacional.

Durante meses, y con distintas iniciativas, Bolaños ha intentado atraer en torno a sí y en torno a su equipo de gobierno, a las estructuras del PLC, a sus dirigentes nacionales, departamentales y comarcales, a sus diputados. En vano. En todos los acercamientos y diálogos aparece siempre la Suprema Condición: liberar a Alemán, perdonarlo, indultarlo, borrón y cuenta nueva para el máximo líder. Como esta generosidad echaría por tierra todo el capital político, nacional e internacional, de Bolaños, y consciente el Presidente y sus ministros y asesores -no así el Vicepresidente, José Rizo- que no hay otra salida para mantener el “legado” que ganar las elecciones municipales y después las presidenciales, los bolañistas decidieron crear desde el poder un nuevo partido que enfrente con éxito al FSLN, quitándole así al PLC el monopolio del antisandinismo y demostrando que el caudillismo corrupto de Arnoldo Alemán hundió a su partido para siempre.

El “papeleo” para lograr la creación de este nuevo partido -o de una coalición de partidos bajo una nueva bandera liberal- será sencillo. El reto es lograr que ese partido supere el caudillismo histórico y atraiga los votos antisandinistas y los de los escépticos que no son ni pro ni anti, que son la mayoría de los nicaragüenses, pero que ante las urnas funcionan mayoritariamente movidos por los genes caudillistas.

¿NUESTRO LUGAR EN EL MUNDO?

Mientras avanza el pequeño y mediocre debate político nacional, desnudo de principios y centrado sólo en los finales, avanza el gran Proyecto de Estados Unidos para el Nuevo Siglo, en el que ya está rayado el cuadro, donde se nos indica cuál será nuestro lugar en el mundo. ¿Nos resignaremos pasivamente, apáticamente, siguiendo la ley del mínimo esfuerzo en el pensamiento y en la acción, a la estrechez y opacidad de este lugar?

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