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Universidad Centroamericana - UCA  
  Número 244 | Julio 2002

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Nicaragua

Un gobierno en la oposición ante un grueso brazo a torcer

Bolaños retó a Alemán a renunciar a su inmunidad para esclarecer "la sarta de presunciones en su contra". Alemán lo desafió: "No renunciaré, nadie me doblegará". Y clamó por un acuerdo nacional. El FSLN insiste en un acuerdo nacional. ¿Dolores de pacto?

Equipo Nitlápan-Envío

La medición de fuerzas entre Bolaños y Alemán -guerra la han llamado ambos- llena totalmente el escenario político. Bolaños ha decidido hacer de la lucha contra la corrupción una operación funcional a sus intereses en esta guerra. Bolañistas y arnoldistas se disputan fieramente el Partido Liberal ante las expectativas de la población nacional, de la comunidad internacional, y muy especialmente del gobierno de Estados Unidos. Y ante la mirada calculadora del FSLN.

¿Cuánto tardará Bolaños en torcerle el grueso brazo a Arnoldo Alemán, decidido a resistir? No se sabe. No saberlo está causando un gran desgaste al gobierno y al país. Y ha reactivado otro grueso brazo: el del pacto Alemán-Ortega. En el terreno económico, siguen vigentes y candentes los muchos problemas estructurales no resueltos y de difícil solución que arrastra Nicaragua. Y surgen nuevos, algunos derivados de la parálisis que genera esta guerra. La medición de fuerzas en lo económico se dio este mes entre la voluntad del gobierno de ordenar el país y la dificultad que este propósito encuentra en una cultura colectiva que aún dista de ser ciudadana. A seis meses de llegar al poder, Bolaños es protagonista de una paradoja política: preside un gobierno "en la oposición".

Lucha selectiva y focalizada

Enrique Bolaños no tiró la toalla en la lucha contra la corrupción. No puede. Esta lucha y la voluntad de presentar resultados es su activo más valioso para negociar la ayuda internacional que Nicaragua necesita. Simplemente, Bolaños se detuvo, observó, y convencido de que el conjunto de instituciones del sistema judicial es incapaz de ir a fondo en todo lo pendiente; y más aún, entendiendo, guiado por su olfato de clase, que yendo a fondo terminarían en la cárcel amigos y aliados, decidió focalizar selectivamente esa lucha en Alemán y su círculo más íntimo. La estrategia focalizada explica algunos giros en los tres casos que en la primera oleada de la lucha anticorrupción llegaron hasta los tribunales.

No parece desacertado optar por una estrategia selectiva en la lucha contra la corrupción. Una gran mayoría de la población entiende y apoya este giro, aun cuando nadie se lo haya presentado así. El gobierno Alemán es el más cercano en la memoria de la gente y es de sus actos de corrupción de los que más información tenemos. Lo que sí sería frustrante es que Bolaños se conformara con "subirle la parada" a Alemán en una escalada verbal no acompañada con una estrategia judicial, con la bulla en los medios, con el "teatro". La gente quiere ver llegar más casos a los tribunales, quiere ver que se sanciona a los responsables, que algo pagan por sus desmanes, y sobre todo, quiere ver que se recupera el dinero.

Pacto a tres bandas

A lo largo del mes, los destapes de casos de corrupción vinculados directamente a Alemán y a los suyos se entrelazaron con la escalada de la guerra política Bolaños-Alemán disputándose el liderazgo del PLC. Y en la medida en que se entrelazaban aparecían señales cada vez más claras de la reactivación del pacto.

El 9 de junio, René Herrera, secretario nacional del PLC, el "Montesinos" de Alemán, afirmó que el país estaba al borde del abismo. No hay más alternativa que un pacto gobierno-PLC-FSLN. Es evidente que el país no está al borde, sino en el fondo del abismo, y desde hace bastante. Evidente también que en la re-edición del pacto, ahora a tres bandas, el primer acuerdo sería poner punto final a la lucha anticorrupción, que arriesga revelar y "tocar" la corrupción que compartieron las dos cúpulas partidarias en el pacto previo.

El 13 de junio, el padrino de boda de Alemán, Jaime Morales Carazo, anunció que renunciaba irrevocablemente a sus cargos directivos en el PLC. La decisión fue precedida de una escalada de adjetivos contra su ahijado. Al renunciar, se refirió a la crisis del PLC atribuyéndola a la soberbia y ambiciones de poder demenciales de unos pocos irresponsables y a la codicia insólita con la que se lucraron. Sin indicar aún un cambio en la correlación de fuerzas al interior del PLC, por su extrema habilidad, por su cercanía a Alemán, y también al pacto que su ahijado hizo con los Ortega, la decisión de Morales Carazo fue clara señal para un sector liberal: es hora de abandonar un barco que se hunde.

Una nueva polarización

El 15 de junio, Bolaños reconoció ante la prensa internacional que prácticamente todas las instituciones del Estado emitían cheques por debajo de la mesa para engordar los salarios de altos funcionarios del gobierno Alemán. Días después, aparecieron dos sonadas irregularidades ocurridas en el Ministerio de Transporte durante el gobierno Alemán: con maquinaria y personal de la estatal empresa de construcción COERCO se hicieron todo tipo de mejoras en las propiedades de Alemán, dejando saqueada la empresa; y la carretera de 18 kms. que Alemán se construyó para llegar de Managua a su lujosa casa-hacienda en El Crucero se reveló como la menos transitada del país. El Ministro de Transporte declaró que el gobierno no daría mantenimiento a esa carretera "personal".

Ese mismo día, Bolaños admitió -en entrevista con la cadena de TV Telemundo- que si se encontraban pruebas, Alemán iría a los tribunales y a la cárcel, porque no siempre estaría protegido por la inmunidad. Era la primera vez que Bolaños mencionaba la posibilidad de cárcel para su predecesor. Alemán le ripostó llamándole insolente y recordándole que, siendo su Vicepresidente, jamás había denunciado la corrupción de la que ahora hablaba. Estas declaraciones públicas fueron precedidas de una airada conversación privada entre Bolaños y Alemán, en la que Bolaños habría dado una última oportunidad a Alemán: abandonar su cargo en la Asamblea y abandonar el país- a cambio de no llevarlo a los tribunales. Alemán no dio su grueso brazo a torcer. Resistiría. Abierta declaración de guerra. Y de guerra campal.

La resistencia de Alemán está resultando desgastante para el país, que vive una singular recesión con los bancos llenos de dinero pero paralizadas las inversiones. Desgastante para el gobierno, porque consume demasiadas energías de un gabinete de tecnócratas poco hábiles para lidiar con disputas políticas. Habituada a la polarización sandinismo-antisandinismo (FSLN vs PLC, Ortega vs Alemán), la población asiste a una nueva polarización. Sin embargo, aquella no es ajena a ésta. Porque Alemán también resiste presentándose como el único caudillo que puede garantizar la cohesión del liberalismo para que el FSLN y Daniel Ortega no vuelvan al poder. Y porque la dirigencia del FSLN que Ortega controla pactó tan a fondo con el arnoldismo que también es parte activa en las estrategias de esta guerra.

El "tarjetazo"

Declarada la guerra verbal, tanto en privado como en público, y mientras los medios arnoldistas atacaban cada vez con más vulgaridad y fiereza a Bolaños, los medios no arnoldistas hicieron público, con gran despliegue, el "tarjetazo", un caso de corrupción de Alemán excelentemente elegido para causar el mayor impacto y la más justificada indignación en la conciencia popular, y para restablecer la credibilidad que Bolaños había perdido como abanderado de la lucha anticorrupción.

Con detalles diarios de sus gastos, los medios informaron cómo había usado Alemán durante su presidencia una tarjeta de crédito respaldada por fondos públicos. Un millón ochocientos mil dólares gastó el Presidente en joyas, hoteles de lujo, cabarets, copiosas comidas, alfombras egipcias, en la fiesta de petición de mano previa a su boda, en su luna de miel en Venecia... Ya se sospechaba, pero ahora estaban las pruebas: sesenta mil dólares en joyas, treinta mil en artesanías tailandesas, catorce mil en sólo una tarde de compras en Miami, diez mil en licores en una sola noche en Panamá...

El sibaritismo que siempre caracterizó los viajes oficiales de Alemán quedó al desnudo ante un pueblo desnudo y hambriento, que ni siquiera imagina cómo alguien pueda gastar esas enormidades ni en toda una vida. Alemán y los suyos no negaron nada, pero justificaron los gastos: el mandatario adquiría regalos para obsequiar a sus homólogos, y también compraba con ellos el favor de inversores extranjeros...

PGR: "afinando la puntería"

Por primera vez, la Procuraduría General de la República (PGR), la única institución del sistema judicial que el Presidente mantiene completamente de su lado, entró a medir fuerzas con Alemán. Anunció que, no sólo estaba investigando las múltiples irregularidades ya detectadas en la declaración de probidad de Alemán, sino que también investigaría el "tarjetazo", y otros posibles tarjetazos del ex-Presidente, seguros de que no usaba una única tarjeta. Anunciaron también que investigarían el uso dado a tarjetas similares por altos funcionarios del gobierno Alemán. Y también las usadas en el gobierno Chamorro y en el gobierno Ortega. Y también que habían pedido información a 50 instituciones del Estado sobre esta práctica.

¿Podrán cumplirse las tantas y tantas promesas que hace la PGR, destinadas tantas de ellas a alimentar la guerra verbal, a levantar el ánimo de la población descreída en la voluntad anticorrupción del gobierno? El Subprocurador Francisco Fiallos trató de explicar así la lentitud, timidez o incapacidad que se le achaca a la institución: Estamos afinando la puntería, no queremos disparar con escopeta, queremos disparar con mira telescópica. Por eso estamos tomándonos todo el tiempo del mundo. Conociendo la falta de sistematicidad que caracteriza cualquier esfuerzo de cualquier tipo en Nicaragua, es difícil imaginar que todo lo anunciado se pueda cumplir, aun con la mejor puntería. Igualmente difícil de imaginar qué cantidad, no sólo del tiempo del mundo, sino de profesionales cualificados y honestos necesitaría la PGR para investigar todo lo que anuncia y todo lo que es necesario investigar en Nicaragua.

La bola más recia

Después del "tarjetazo", bola recia que mostró cuál es el giro estratégico en la lucha contra la corrupción, el gobierno lanzó bola recia en la tercia política. Los liberales bolañistas, convocados nada menos que por el Vicepresidente de la República José Rizo, se reunieron en una Convención Extraordinaria del PLC para elegir nuevas autoridades, desafiando así a la directiva arnoldista. Al reunirse un porcentaje suficiente de convencionales, la Convención fue presentada no sólo como legítima sino también como legal. Quedó así consagrada oficialmente la división del PLC.

La urgencia -casi desesperación-por torcerle el brazo a Alemán llevó al gobierno a correr el riesgo de valerse de una herramienta cuestionable, la del Estado-Partido: fue el Vicepresidente quién convocó, fue electo presidente de la nueva directiva provisional Alejandro Fiallos, Secretario de Comunicación de la Presidencia, y el propio Presidente Bolaños participó en la Convención con un discurso breve pero crucial. En él expresó con apremio uno de los profundos sentidos de la "estrategia combinada" contra Alemán. Sin mencionarlo por su nombre, describió así el desafío político al que Alemán ha conducido al gobierno y al liberalismo: Sus insaciables ansias de poder dictatorial están arrastrando al PLC. Y hoy, al igual que ayer, este secuestro del PLC nos está conduciendo a otra noche oscura, lo que nos obliga a tener que detenerlo desde ya".

Viene la "noche oscura"

"Noche oscura" es sinónimo de FSLN desde que en 1996 Juan Pablo II, en su segunda visita a Nicaragua, le obsequió al antisandinismo esa metáfora. Bolaños se estaba refiriendo ya a las elecciones del 2006: tanto un PLC dividido, como un PLC en manos de Alemán -con Alemán como candidato presidencial, como él mismo viene anunciando- podría ser derrotado por el FSLN, aun con Daniel Ortega como candidato, como él mismo sin duda anunciará en su momento. Haciendo ese cálculo, Bolaños tiene que actuar con tiempo, "desde ya".

En este tan anticipado análisis pre-electoral, no puede olvidarse que, manteniendo cautiva y polarizada a mucha población empobrecida -y por ello despolitizada y desinformada- Daniel Ortega y Arnoldo Alemán se necesitan mutuamente para alimentar sus desgastados liderazgos. Tampoco puede olvidarse que la opción de los bolañistas de salir de esta desgastante medición de fuerzas creando un nuevo partido tiene en el pacto un firmísimo obstáculo institucional: en las actuales autoridades electorales están los más leales de los dos caudillos, y con la actual legislación electoral es prácticamente imposible que prospere ningún nuevo partido. El pacto ya previó esto y dejó bien atados todos los nudos para mantener al país atrapado en un bipartidismo polarizante. El margen de maniobra de Bolaños y del liberalismo que busca renovar al PLC aún contando con el poder, es limitado.

Globos sonda del pacto

La Convención liberal organizada desde el gobierno puso la pugna de los dos grupos rojos a un rojo más vivo que nunca. Mientras la directiva arnoldista presionaba legalmente impugnando la Convención, echaba todos los fierros en otra dirección, la de la presión callejera, dedicando un millón de córdobas para montar en Masaya, la cuna de Bolaños, una manifestación en respaldo a Alemán. Se trataba de mostrarle a Bolaños el músculo liberal. El músculo de ese brazo que él debe torcer. Mostrarle quién manda en el partido, para persuadirlo de que le será imposible gobernar sin el partido que le llevó al poder. Y especialmente, para forzarlo a una negociación en la que el fin de la lucha anticorrupción -o su "postergación"- sea la condición para dejarlo gobernar.

Para añadirle pólvora al polvorín, y revelando intereses ocultos en la guerra, el 27 de junio el diputado del FSLN Nelson Artola tomó la palabra en el plenario de la Asamblea Nacional para solicitar con particular vehemencia 60 votos para destituir a Enrique Bolaños por incapacidad mental. Clamó: ¡No hay otro tipo de salida que declaremos la incapacidad de la que es merecedor, y que se ponga a alguien que resuelva! Incapaz, inepto, loquito: éstos mismos calificativos emplean a diario los arnoldistas para descalificar a Bolaños.

El argumento en el que se montó Artola es también el mismo de los arnoldistas: la difícil situación económica del país. ¡Este gobierno no arranca!, clama Alemán. El motivo inmediato en el que se montó Artola fueron injustificados actos de represión de la policía en Sébaco contra productores cafetaleros que protestaban por falta de respuestas gubernamentales. Colegas sandinistas de Artola en el Parlamento se apresuraron a afirmar que no era ésa la posición oficial del FSLN, que era un exabrupto efecto de la conmoción causada en el diputado por los sufrimientos de los productores del Norte, y además, una prueba de la total libertad de expresión que existe en el FSLN. Viniendo de un diputado tan probadamente danielista, no hay duda de que Artola lanzó con plena conciencia un "globo sonda". El 29 de junio, Tomás Borge, en El Repliegue, lo acompañó con otro. Reafirmando que el gobierno no resuelve nada clamó: ¡El FSLN exige un acuerdo nacional!

La llave y las visas

Nadie dejó de criticar el descabellado planteamiento de Artola. Y el "fantasma" de la Constituyente -discutida des-de 1999 entre Ortega y Alemán- apareció en todos los análisis. La reacción más fuerte vino de los embajadores de los países de la Unión Europea, que el 28 de junio pidieron a la población que respaldara a Bolaños expresando su preocupación por el creciente enrarecimiento del clima político nacional.

Nunca más activa que ahora la comunidad internacional, tomando partido explícita e incondicionalmente a favor de Bolaños en su medición de fuerzas con Alemán. Ésta es la clave para calcular quién ganará finalmente en esta tercia. La comunidad internacional no tiene otra alternativa para Nicaragua que Enrique Bolaños. Lo otro es el pacto y sus dos caudillos. Lo otro son las corrupciones e impunidades compartidas en el pacto.

Dentro de la comunidad internacional, Estados Unidos es quien tiene una arma muy eficaz para usar en esta guerra: cancelar a los arnoldistas visas de entrada a territorio estadounidense, la meca de sus vacaciones, compras y negocios. Lo ha hecho ya con dos del círculo de hierro de Alemán: Byron Jerez y Jorge Solís. El 3 de julio apuntó al mero centro: a Amelia Alemán, matriarca de la familia y socia activa en los turbios negocios de su hermano Arnoldo desde que era Alcalde de Managua, se le canceló la visa de entrada a Estados Unidos. Con firmeza ejemplar, Amelia resiste las presiones y me dice: hermano, no te rindás, ripostó Arnoldo.

Para el gobierno de Estados Unidos está cada vez más claro que Bolaños y sus liberales le pueden garantizar con mucha mayor eficacia que Alemán y los suyos que el FSLN jamás vuelva al poder. El FSLN ya lo garantiza, insistiendo en la candidatura de Ortega, manteniendo liderazgos impresentables, y alejándose de sus principios y de la gente. Los Estados Unidos están abandonando a Alemán. Pero lo hacen con gran cautela. Temen las consecuencias de un vacío de poder en el PLC en un país de imprevisibles "llamaradas de tusa" que pueden transformarse en incendios. Y no dejan de reconocer el peso que aún conserva el arnoldismo en el PLC y el que mantiene el caudillismo en el país, lo que favorecería a Ortega en unas elecciones.

El "corralito financiero"

El 29 de junio, la PGR anunció que dentro del juicio que le había abierto a Gerold Jerez, hermano del encarcelado Byron, se investigaría también a GENINSA, sociedad que administra el latifundio de la familia Alemán -Amelia es su representante legal-. La PGR ha amuculado pruebas que demuestran que créditos y millonarias deudas de GENINSA se pagaron con fondos públicos.

El mismo día, en Juigalpa, el Presidente Bolaños se declaró avergonzado por los malos hijos de Nicaragua y del PLC, causantes de la quiebra del Instituto de Desarrollo Rural, dirigido durante el gobierno de Arnoldo Alemán por Eduardo Mena, "capataz" de GENINSA e íntimo de Alemán, hoy diputado con inmunidad. Alemán contraatacó el 1 de julio. Afirmó en su radio "La Poderosa" que la crisis económica obligaría al gobierno congelar fondos bancarios en un "corralito financiero" como el de Argentina. No dijo "corralito", pero sí lanzó el concepto. Señal de su creciente pérdida de credibilidad es que nadie sacó dinero de ningún banco. El Presidente Bolaños calificó de terrorismo financiero sus declaraciones y subió el tono: la crisis económica tiene un origen: Alemán dejó en quiebra al país, lo saqueó. La Procuraduría anunció que o Alemán se retractaba o lo denunciarían por atentar contra la estabilidad nacional. Alemán continuó insistiendo en la argentinización que sobrevendrá si no hay un acuerdo nacional. El 9 de julio la PGR denunció a Alemán, en un gesto más simbólico que eficaz, irrelevante teniendo entre manos otras causas más contundentes y más estratégicas.

El eslabón perdido

El 29 de junio fue capturado en Honduras Alex Centeno Roque, el prófugo de la justicia más buscado de entre la docena y media de nicaragüenses fugitivos que hoy se esconden en varios países. Alex y su hermano Saúl, responsables de la quiebra del Interbank, de la bancarrota de centenares de productores campesinos, y protagonistas de la mayor estafa de la historia del país, "el cascarillazo", tenían orden de captura desde febrero 2002. Pesan sobre ellos trece procesos judiciales, en tres de los cuales enfrentan cárcel. Alex Centeno empezó a comparecer ante los jueces el 2 de julio negando todos los cargos.

De sobra se sabía en Nicaragua dónde estaban y qué hacían los Centeno Roque. Y fue hasta ahora que un operativo combinado entre la policía hondureña y la nicaragüense logró capturar a uno de ellos. Aunque Alex era irreconocible con su nuevo look, el timing de esta captura da mucho que pensar. Pero sobrando los pensamientos, faltan aún muchos datos que permitan esclarecer mejor lo que se oculta tras esta captura. ¿Presa que exhibir ante la comunidad internacional? Si Bolaños ha decidido focalizar la lucha contra la corrupción en Alemán y su círculo, los organismos internacionales y el gobierno de Estados Unidos no olvidan otro foco: el que cubría la rojinegra pirámide del Interbank.

¿Pieza de presión sobre el FSLN? ¿Sobre el propio Alemán? ¿Sobre quiénes más? Los Centeno son -como el humorista Molina apuntó genialmente- "el eslabón perdido" que vincula a arnoldistas con danielistas y con otros poderes, incluidos los financieros, los empresariales, los comerciales, hasta los eclesiásticos. Brillantes campesinos de Quilalí, convertidos en sólo una década en millonarios dueños de la que deslumbraba como la mayor fortuna de Nicaragua, estos hermanos supieron "darle vuelta" a gente de todos los colores ideológicos en los años 90, los confusos años de la piñata, la contrarreforma agraria, el pacto y la corrupción institucionalizada.

Las cuentas de Panamá

El 3 de julio se destapó, con lujo de detalles numéricos, otro impactante caso de corrupción con Alemán en el centro. En colaboración con las instituciones judiciales y bancarias de Panamá, la PGR tuvo acceso a más de una docena de cuentas de Alemán en bancos panameños, mancomunadas algunas con el reo Byron Jerez, y con evidencias de haber sido usadas para "lavar" fondos públicos favoreciendo a empresas comunes. Millones de dólares están siendo detectados rodando por estas cuentas. La PGR informó que rastreaba otras cuentas y propiedades de Alemán en varios países con el objetivo de retornar todo ese dinero malhabido al país. En muchas de estas cuentas ya se habían hecho transferencias para vaciarlas.

Entre las cuentas de Alemán-Jerez llamó la atención la que estaba a nombre de la Fundación Democrática Nicaragüense, donde se recibieron fondos de la empresa involucrada en el fraude al Canal 6. Prueba crucial para vincular de nuevo a Alemán con el primer caso de corrupción que se ventiló en los tribunales. Alemán declaró que la cuenta no era de él, sino del partido. Todos los directivos del PLC, unánimemente, lo negaron o dijeron estarse enterando en ese momento de que su partido tuviera semejante volumen de recursos en el exterior.

Teatro en Masaya

En este tenso clima se llevó a cabo la manifestación antibolañista del arnoldismo en Masaya. Un espectáculo deprimente. Unos doce mil campesinos de zonas rurales del país fueron llevados hasta Masaya en buses y camiones para respaldar al que, realmente, consideran un buen gobernante: porque en sus comarcas construyó letrinas, porque abrió caminos, levantó escuelas o puso el teléfono... Favores inmerecidos que les hace un gobernante benefactor: así sienten estas gentes las obras a las que tienen derecho por ser ciudadanos de este país. En la manifestación se quemaron retratos de Bolaños y de Rizo, clamando ¡Que se vayan!

El discurso de Alemán -que habló tras una tribuna repleta de sacos de arena, por si los tiros- fue breve, vociferante y amenazador. Alemán advirtió: ¡Vamos a enseñarle a los ineptos y a los incapaces cómo se debe gobernar! Insistió en que Nicaragua va camino a una argentinización, y aunque no anunció su candidatura presidencial para las próximas elecciones, como se había especulado, sí lo dio a entender con uno de sus dichos favoritos: ¡No hay plazo que no se venza ni deuda que no se pague! Lo más significativo fue su clamor por un acuerdo político entre las fuerzas vivas del país. Si no, desafió, ¡vienen para Nicaragua días difíciles! Alemán anunció que el PLC iniciaba ese día la lucha contra la pobreza, entendiéndose que no contra la corrupción. Días después, René Núñez, vocero de Daniel Ortega en el la Asamblea Nacional, declaró que la única salida para la crisis en Nicaragua es un acuerdo político. Y Tomás Borge anunció que el 19 de julio el FSLN inicia la lucha contra la pobreza, entendiéndose idem.

Espectáculo en Managua

Tras el grotesco teatro de Masaya, vino la presión más fuerte: el espectáculo de fanatismo de la Convención arnoldista celebrada el 11 de julio. ¿Prólogo de una re-edición del pacto Alemán-Ortega?

En el acto, el PLC arnoldista ratificó a Alemán como Presidente honorario y clamó por un pacto. "Envasó" esto en una Propuesta a la Nación para "sacar adelante a Nicaragua". Su primer punto, la prioridad más concreta, es un Acuerdo Nacional, en el que sólo deben participar los actores políticos mayoritarios, y del que deben ser excluidas las minorías alucinadas con el poder. Según los arnoldistas, los participantes en esa negociación, que debe iniciar de inmediato, son únicamente: el gobierno, el FSLN y los partidos Camino Cristiano y PRN, aliados incondicionales del PLC.

Invitados, llegaron a la Convención, y fueron ovacionados, los magistrados del Consejo Supremo Electoral, que legitimaron así al liberalismo arnoldista y ningunearon al liberalismo bolañista. Fue la primera movida del pacto apreciable tras la toma del poder de Enrique Bolaños, quien vive la paradoja de protagonizar un gobierno "en la oposición", enfrentando a ese monstruo de dos cabezas que fabricaron Arnoldo Alemán y Daniel Ortega en el año 2000 y que actúa en tres de los cuatro Poderes del Estado. Dirigentes de la Convergencia, aliados del FSLN, rechazaron la posibilidad de este nuevo pacto y alertaron sobre el peligro.

No asistieron a la Convención, aunque invitados, ni diplomáticos ni representantes de la iglesia católica. Respecto a la lucha contra la corrupción, la Propuesta afirma que la respaldan, siempre que sea imparcial y con respeto a los derechos humanos, y si se hace bajo este principio: Todos, ¡todos!, son inocentes hasta que su culpabilidad haya sido comprobada. Naturalmente, no hicieron ninguna propuesta para reformar la Ley de Inmunidad, que impide comprobar algunas culpabilidades...

Reformas y ajustes: veinte días de soledad

La crisis económica es el telón de fondo en el que se desarrolla esta guerra. Y son los graves e innegables problemas económicos del país los que sirven de combustible a la retórica pro-pacto de danielistas y arnoldistas.

Cuando la popularidad de Enrique Bolaños empezaba a erosionarse, al temer que tiraría la toalla en la lucha contra la corrupción, estalló la primera gran polémica económica que ha tenido que enfrentar el Presidente y su gabinete. El gobierno tuvo notable responsabilidad en quedarse tan solo en esta crisis. Con bastante improvisación y sin suficientes consultas previas con los sectores que iban a ser afectados, el Ejecutivo presentó a la Asamblea Nacional una propuesta de ajuste presupuestario, con recortes; y una reforma tributaria, con nuevas medidas recaudatorias. Solicitaba para ambas una inmediata aprobación.

El plazo para discutir y aprobar el paquete era de apenas veinte días. Si el 30 de junio no estaban aprobados ajustes y reformas, Nicaragua perdería la oportunidad de recibir un aval del FMI, condición indispensable para el desembolso antes de fin de año de 100 millones de dólares de ayuda que el país necesita con urgencia, para recibir otros fondos de ayuda bilateral, y también para entrar este año en el programa HIPC de reducción de la deuda externa.

El argumento reiterado por el gobierno es tan simple como veraz. Nicaragua tiene un déficit fiscal insostenible. Gasta muchísimo más de lo que ingresa. Para reducir ese déficit, hay que recortar gastos del presupuesto y hay que aumentar la recaudación de impuestos. El ajuste presupuestario buscaba la reducción de 550 millones de córdobas en gastos, y la reforma tributaria planteaba medidas para recaudar 550 millones de córdobas más en impuestos.

Déficit: récord mundial

Aunque la agitación y propaganda del FSLN vincula mecánicamente ajustes y reformas a los abusos neoliberales, y la del arnoldismo a la incapacidad de "boladeaños, ese viejo traidor", éstos son simplismos. El déficit fiscal nicaragüense, en relación a su producto interno bruto, es el más alto de América Latina. El déficit comercial de Nicaragua, en relación a su PIB, es el más alto del planeta. Nicaragua gasta 12.8 mil millones de córdobas e ingresa sólo 8.4 mil millones. La brecha es de 4.4 mil millones. El gobierno afirma haber conseguido donaciones y préstamos para paliar este abismo, y resulta razonable plantear que el país haga su parte: recaudar más y gastar menos.

El déficit fiscal nicaragüense, que desde hace años se venía profundizando, llegó a niveles de escándalo en los dos últimos años del gobierno Alemán, con plena responsabilidad del FSLN, amarrado con Alemán en el pacto, tolerando y compartiendo la corrupción alemanista en el entendido de que así Ortega regresaría al poder, y en el entendido de que desde el poder podría recuperarse el FSLN de la bancarrota económica que significó la quiebra del Interbank. Para entender mejor el origen de la enorme brecha fiscal del país hay que tener en cuenta que la corrupción institucionalizada por Alemán privó al país de 600 millones de dólares, y que las quiebras bancarias en las que participaron arnoldistas y danielistas le han costado más de 400 millones de dólares.

El presupuesto elaborado por Alemán para ser ejecutado en el año 2002, el de mayor brecha de nuestra historia, estaba destinado a dejar en herencia un problema insoluble, tanto a Daniel Ortega como a Enrique Bolaños, a cualquiera que ganara, más a Ortega naturalmente. Sobre este caos financiero, Alemán "trabajaría" populistamente la continuidad de su protagonismo político y su candidatura presidencial para el 2006.

El apremio del FMI

De hecho, Bolaños no estaba cumpliendo con este presupuesto tan irresponsable. Los ajustes sólo buscan formalizar, de derecho, este incumplimiento. ¿Era necesaria esta formalización? Los organismos internacionales, que tanto respaldan a Bolaños y que creen en su voluntad de erradicar la corrupción, no parecen creerle tanto las cifras macroeconómicas. El récord de Nicaragua en este terreno es pésimo y probado. Por eso, el FMI presionó a fondo para que el ajuste presupuestario, ya implementándose, y las reformas tributarias que se iban a implementar, quedaran plasmadas oficialmente en una ley. Y aunque tener la ley no garantiza su cumplimiento, la exigieron como "prueba". El apremio de tan poderoso acreedor como el FMI colocó al gobierno en una situación muy difícil, y apremiado también por el tiempo y sin mucha práctica de trabajar consensos, presentó una propuesta que cayó como una bomba, desgastando a Bolaños en momentos críticos de su tercia con Alemán.

Además del apremio, hubo en las reformas presupuestarias incoherencias inexplicables. Una de ellas, aumentar el presupuesto de la Presidencia en 50 millones de córdobas para gastos corrientes, especialmente salarios. Salarios muy altos en el Ejecutivo y un séquito de asesores y consultores muy bien pagados tiene poco que ver con la Nueva Era proclamada.

Todos chimados

La polémica mayor no se dio en torno a las reformas presupuestarias, sino alrededor de las reformas fiscales. Argumentando en la urgente necesidad de aumentar la base de contribuyentes que pagan impuestos directos y de reducir el excesivo volumen de exoneraciones, el gobierno proponía medidas con suficiente materia prima como para provocar alaridos en los muchos "chimados" con ellas.

Se propone gravar -por primera vez- los depósitos a plazo de las personas jurídicas. Aumentar el impuesto a los boletos aéreos. Aumentar la retención del impuesto sobre la renta a los servicios profesionales y a los profesionales que trabajan por cuenta propia. Gravar utilidades de casinos, bingos y máquinas tragamonedas. Pagar impuestos por el primero y segundo premio de la lotería. Aumentar el impuesto a bebidas alcohólicas, cervezas, gaseosas y cigarrillos. Suspender la exención en el pago de impuesto sobre la renta a ONG que realizan actividades que generan utilidades, entre ellas las microfinancieras que dan crédito a productores urbanos y rurales. Suspender exenciones y exoneraciones otorgadas durante años. No se afectaban los productos de la canasta básica ni se aumentaba el IGV, un oneroso impuesto indirecto (15%) que todos pagamos por la compra de una mayoría de bienes y por todos los servicios.

En su conjunto, la orientación de las medidas fiscales es correcta. Fueron muy criticadas por los expertos porque por su improvisación y falta de estrategia arriesgaban incluso lo que buscaban: recaudar más. También se le criticó no haber optimizado "nichos recaudatorios" que aún permanecen intocados.

Ni terrorismo ni favoritismo

Según comentó con envío el experto en derecho fiscal, Julio Francisco Báez, tocar, por ejemplo, uno de estos nichos -que está en el propio gobierno- permitiría recaudar nada menos que unos 350 millones de córdobas anuales. El gobierno, las instituciones del Estado, deben pagar el impuesto del IGV por todas las compras de bienes y servicios, y no lo pagan -explica Báez-. Además, hay organismos que por ley no deberían estar exonerados. El problema en Nicaragua no son las exoneraciones sino otorgarlas discrecionalmente. Existen tratos que el gobierno hace con organismos para no estar a mal con ellos, dispensándoles de facto de impuestos, y violentando la ley. El primer colador por donde se filtran los recursos públicos está en el propio gobierno, que otorga exoneraciones ilegales a quienes no corresponde. Nunca son los pobres los beneficiados con estas exoneraciones.

Por eso, no basta una cifra global, como la que el gobierno nos dio, sobre cuánto se ha dejado de recaudar por las exoneraciones. El "detalle" es desagregar las exoneraciones. Falta una explicación transparente sobre cómo el gobierno las ha otorgado. Y sabemos que las exoneraciones que se han otorgado al margen de la ley son escandalosas. No hay que hacer ninguna ley, basta con que se cumplan las que hay. Con sólo cumplir las leyes que ya hay se recaudarían mil millones de córdobas más. Existe aún demasiada discrecionalidad, escudos legales y otorgamiento de favores desde lo fiscal. Ni en el somocismo ni en el sandinismo ni con doña Violeta se manejó lo fiscal como una herramienta brutal de presión política. El terrorismo fiscal lo inauguró Alemán. Al gobierno de Bolaños le toca ahora no sólo romper de forma explícita con el terrorismo fiscal, sino también con el favoritismo fiscal.

CONPES: sin protagonismo

Las reformas fiscales no sólo tenían improvisación técnica. Tampoco fueron presentadas correctamente y a tiempo al CONPES (Consejo Nacional de Planificación Económica y Social), organismo de consulta con la sociedad civil de rango constitucional. Mientras algunos de sus miembros expresaban haberse sentido menospreciados, el Ministro de Hacienda Eduardo Montealegre, insistía en que el proyecto sí había sido compartido con el CONPES. Realmente, se trató de una presentación formal y formalista: Montealegre reunió, también con apremio, al CON-PES, donde explicó durante una hora en que consistía el plan, sin entregar después ningún papel que permitiera ni estudio ni debate.

Al remover todas las aguas nacionales, el debate sobre la reforma fiscal dio fuerza a una polémica que ya existe sobre el sentido del CONPES. Esta instancia, organizada por el Presidente Bolaños, quien seleccionó a sus integrantes, puede quedar convertida -o ya lo está-, por el propio gobierno, en una caja de resonancia de las políticas del Ejecutivo. Este papel formal y cosmético le resta la fuerza que podría haber tenido el CONPES como Asamblea de la Sociedad Civil que hiciera contrapeso a la Asamblea Legislativa, dominada por el pacto, donde Bolaños está en una correlación de fuerzas fatal: 87 votos de arnoldistas y danielistas contra 6 de los Azul y Blanco, sus únicos aliados parlamentarios.

En el CONPES se expresa la débil y debilitada sociedad civil nacional. Algunos integrantes del CONPES buscan hacer carrera política desde el CONPES y en los medios. Demasiados son hoy quienes hacen política en los medios, y muy pocos quienes la hacen entre la gente y con la gente. Tal vez una clave para revitalizar el CONPES sería sacarlo de Managua e instalar CONPES departamentales en los que participe la sociedad civil local. Mientras el CONPES sea otra pieza de la macrocefalia de Managua, y una expresión más de "la política hecha en los medios" se arriesga a no pasar de formalidad cosmética.

Dos desafíos culturales

Las críticas que los expertos hicieron a la reforma fiscal alentaron las resistencias de todos los sectores a todas y a cada una de las medidas. Hasta se escuchó que en el aumento al precio del ron, cervezas y cigarrillos se apreciaba una brutalidad más del neoliberalismo, que no le dejaba a los pobres ni siquiera esos consuelos para olvidarse de sus miserias.

Cobrar impuestos a los depósitos bancarios de las personas jurídicas, sean éstas instituciones de la cooperación internacional, ONG o empresas, una medida justa que apunta a los grandes depositantes, y que se implementa en todos los países, no sólo no fue comentada por los grandes capitales del país, mucho menos aplaudida, sino que las ONG hicieron bloque para cuestionarla.

Hay ciertas analogías entre las resistencias que ha generado en el país la lucha contra la corrupción con las resistencias desplegadas frente a las reformas fiscales. Entender por qué la sociedad se resiste a ambas es necesario para avanzar hacia una conciencia ciudadana. Las resistencias en el tema fiscal son aún más firmes y airadas que las que han acompañado la lucha contra la corrupción. Si en Nicaragua la conciencia social que condena la corrupción y la vincula con el empobrecimiento nacional apenas está dando ahora los primeros pasos -hasta hace muy poco, político que "roba pero hace" es querido, y político que no roba no es honesto sino pendejo-, la cultura tributaria está aún en pañales. Nos falta mucha escuela en ambos ámbitos de estas dos expresiones de una auténtica cultura ciudadana.

Arraigadas resistencias

En Nicaragua todo el mundo reclama al Estado para que brinde buenos servicios sociales, pero nadie quiere pagar los costos de esos servicios. La cultura de la evasión de impuestos -forma más frecuente de corrupción en el sector privado y en las personas individuales- está profundamente enraizada. Y entre quienes tienen más recursos existe otra cultura, también ya enraizada, aunque desde hace menos tiempo: los ricos de Nicaragua creen que los servicios sociales los debe costear la cooperación externa, debe financiarlos el gobierno con donaciones de la comunidad internacional.

En la lucha contra la corrupción, los aliados de Bolaños son más que los que encuentra en la lucha fiscal. Encabezando la lucha anticorrupción tiene aliados tanto en el pobreterío indignado por los derroches, como en el gran capital, interesado en la lucha contra la corrupción porque un Estado corrupto pervierte las reglas del juego hasta hacerles perder el control, pero no interesado en que cambien las reglas de juego que les han tolerado evadir históricamente los impuestos. El gran capital no está interesado en compartir sus ganancias y en cooperar para costear buenos servicios sociales para el pobreterío.

Entre las élites centroamericanas, caracterizadas históricamente por oponerse a cuanta reforma fiscal se les ha propuesto, el capital tradicional nicaragüense se caracteriza, además, por jamás haber tenido siquiera tendencias filantrópicas. Por bien hecha técnicamente que hubiera estado la reforma fiscal propuesta por el gobierno siempre hubiera encontrado tremendas resistencias en los grandes empresarios nacionales.

La casta burocrática

Al abrirse la caja de Pandora fiscal, afloraron otras resistencias entre la casta burocrática y privilegiada que gobierna el país desde sus ostentosos despachos. En la polémica, y con justeza, varios sectores recordaron cuánto había recargado el pacto Ortega-Alemán el presupuesto nacional, al aumentar innecesariamente el número de altos funcionarios con altísimos salarios en la Corte Suprema, en la Contraloría, en el Poder Electoral y en otras instituciones menos visibles. ¿Por qué no reducir el número de altos cargos? ¿Por qué no revisar los cargos parasitarios en tantas otras instituciones estatales, donde persisten pri-vilegios y dietas? ¿Por qué no establecer un "salario máximo" para toda esta casta?

Los señalados no hicieron ningún comentarios, como si con ellos no fuera. El más ostentoso mal ejemplo lo dieron los diputados de la Asamblea Nacional. No sólo son confesos evasores, pues no pagan impuesto sobre la renta por sus salarios, de más de cinco mil dólares mensuales -y aunque lo han reconocido, no corrigen esta irregularidad-, no sólo no pagan impuestos por los dos vehículos que compran durante su período, no sólo se han adjudicado, cada uno de ellos, 400 mil córdobas anuales para "obras sociales", que nadie controla y que son caldo de cultivo para un proselitismo político y una proyección personal que deriva en corrupción, sino que también se habían adjudicado otro millón de córdobas por cabeza como "premio" por haber legislado el año pasado la privatización de las telecomunicaciones estatales. Por suerte, esa cantidad fue "congelada" por el Ministerio de Hacienda y no se les va a entregar.

Si los diputados pagaran...

Los alcaldes de las municipalidades más pobres reclamaron a los diputados los 34 millones de córdobas que suman esos 400 mil que cada uno destina a "obras sociales". La sociedad civil reforzó el reclamo de los alcaldes. Los productores agrícolas pidieron que con el millón de córdobas adicionales que se adjudicó cada diputado se creara un fondo para fomentar la producción rural. Pero no pasó nada, ningún diputado renunció a nada.

¿Cómo puede elaborarse una reforma tributaria equitativa si quienes la tienen que aprobar no pagan impuestos? Con gran debilidad ética, el Ejecutivo, que apremió a los diputados para la aprobación de las reformas fiscales, no quiso cuestionar ni con el pétalo de una rosa, ni siquiera mencionar, ninguno de los privilegios de los que gozan. Para no asumir el costo político de confrontarlos.

Una confrontación franca en este terreno hubiera sido ejemplar, digna de una Nueva Era. No sin razón, en una encuesta nacional de mediados de julio que preguntó a la gente qué le recomendarían al Presidente Bolaños para solucionar la actual crisis de gobernabilidad, un 51.9% afirmó que cerrar la Asamblea Nacional. La realidad es que en Nicaragua un "fujimorazo" recibiría ovaciones.

Una pensión que causa decepción

En el mal ejemplo generalizado que acompañó el debate sobre las reformas fiscales, también cayó el propio Bolaños. Como todos los hacedores de opinión andaban, lápiz en mano, sacando cuentas para ver de dónde cortar 550 y por dónde sumar 550, los medios recordaron un "detalle": en el Presupuesto anual se dedican más de 6.3 millones de córdobas para pensiones vitalicias a los ex-Presidentes y ex-Vicepresidentes del país.

En los casos de Alemán, de Ortega y de Bolaños el privilegio llamaba a la reflexión. Alemán recibe pensión por ser ex, salario por ser diputado nacional y salario por ser diputado centroamericano. Ortega recibe pensión por ex y salario por ser diputado, aunque nunca pisa la Asamblea.

El caso de Bolaños es el más discutible: recibe salario de Presidente y pensión de ex-Vicepresidente, aun cuando renunció a este cargo un año antes de concluirlo para lanzarse como candidato presidencial. ¿Por qué recibir pensión como jubilado o retirado si no sólo no se retiró de la carrera política sino que ocupa ahora en ella el escalón más alto?

La polémica los salpicó a los tres. Especialmente a Bolaños, que ha proclamado ser y querer ser ejemplar. Los argumentos de Bolaños para justificar su pensión de ex-Vicepresidente (unos 7 mil dólares mensuales), y su resistencia a renunciar a ella, erosionaron innecesariamente su imagen. Primero dijo que su pensión era legal. Lo es. Cuando se le cuestionó si aun siendo legal, podía no ser legítima ni ética, dada la pobreza del país, dijo que la "merecía" porque a él y a su familia les habían robado nueve millones de dólares cuando el gobierno sandinista les confiscó injustamente en 1985 propiedades y bienes, por luchar por recuperar la democracia. Un argumento que revela esa atávica concepción de nuestros políticos que consideran el Estado como su botín.

Y cuando los medios informaron sobre la millonaria indemnización en efectivo (2.7 millones de córdobas) -además de bonos y de devolución de algunas de esas propiedades-, recibidas ya por Bolaños, el Presidente insistió: él había sido muy millonario y todavía no se sentía compensado por todo el dinero perdido. En un país donde miles de jubilados reciben 900 pesos de pensión, que el Presidente de la Nueva Era reciba 80 mil pesos y lo defienda rentistamente, a cuenta de sacrificios por la democracia que prácticamente todo nicaragüense ha hecho, resultó decepcionante, desmoralizador.

Nos faltan buenos ejemplos

Fue lamentable que al debatir la reforma fiscal no sólo todos los sectores se opusieran, sino que ningún sector quisiera renunciar a nada para contribuir en algo. Al igual que en la lucha contra la corrupción: nadie ha reconocido nada, nadie se ha arrepentido de nada. Nadie quiere dar un paso al frente, al menos para dar un buen ejemplo a los demás. Nadie dice: sí, lo hice, me arrepiento, no quiero volver a hacerlo. En un país que dice ser tan católico, con políticos y dirigentes que siempre tienen el nombre de Dios en la boca, y ahora el de Sor María Romero, el dolor de corazón, la confesión de los pecados, el propósito de enmienda y el cumplir la penitencia, restituyendo para reparar el pecado, pasos clásicos para reconciliarse con Dios, no parecen funcionar.

Tampoco en el tema fiscal nadie dio un paso al frente. Ni los ministros anunciaron que como las cosas están tan difíciles para Nicaragua, estaban dispuestos a reducir en algún porcentaje sus aún altísimos salarios. Ni los empresarios del COSEP -quienes más se han resistido públicamente a las reformas- propusieron nada que no fuera defenderse. Ni los diputados, ni los políticos, ni el Presidente renunciaron a nada. Ni tampoco las ONG, que también defendieron a capa y espada sus exoneraciones, propusieron renunciar a alguna de ellas. Aunque muchas de las ONG manejan suficientes recursos como para colaborar con el país con sus impuestos, y aunque bastantes obtienen lucro por sus actividades o si no, los salarios de sus funcionarios son bastante lucrativos, todas se presentaron como "hermanitas de la caridad" que sólo brindan servicios y por eso no pagan impuestos.

Derechos y también deberes

Al no ser acompañadas las reformas fiscales con símbolos de austeridad y de solidaridad, gestos audaces que son tan necesarios en esta hora, se perdió una oportunidad de avanzar en el camino que nos debe llevar a una cultura ciudadana, en la que cumplamos nuestros deberes con el mismo afán con que defendemos nuestros derechos. Una cultura así no necesita de caudillos, y vacuna contra la corrupción. Sólo esa cultura nos llevará a querer compartir un proyecto de nación y a saber competir en un mundo cada vez más complejo.

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