Envío Digital
 
Universidad Centroamericana - UCA  
  Número 242 | Mayo 2002

Anuncio

El Salvador

Elecciones a la vista y diplomacia activada

“Huelo a historia de pequeña catástrofe... huelo a viejo desorden hecho fe... huelo a un animal que sólo yo conozco desfallecido sobre el terciopelo...” Tal vez Roque Dalton describiría más o menos así la actual realidad salvadoreña. Tal vez.

Roberto Cañas

Durante los dos próximos años El Salvador vivirá dos elecciones: de alcaldes y diputados en marzo 2003 y presidenciales en 2004. Uno podría pensar que son fechas lejanas en términos de tiempo calendario, pero en términos de tiempos políticos es ya, es ahora. El Salvador está ya contaminado del virus electoral.

PARTIDOS POLÍTICOS: UNA SOPA DE LETRAS

Fijadas en el calendario por el Tribunal Supremo Electoral las fechas claves de las primeras elecciones, cada partido político está ya ejecutando su propio calendario electoral de acuerdo con sus estatutos, generando luchas entre las distintas tendencias por cuotas de poder y pensando ya en candidatos para las distintas posiciones. Todas estas preocupaciones privan por encima de la elaboración de ofertas electorales que brinden soluciones a los problemas de la población.
Son nueve los partidos legalmente inscritos listos para participar en la contienda electoral: ARENA, FMLN, PCN, PDC, PAN, PSD, AP, FUERZA y CDU. Siete partidos más están proceso de organización en una carrera contra el tiempo, buscando llenar todos los requisitos para ser inscritos. UPS, SOL, PPR, PRD, AS, PNL y PMR, una sopa de letras en la que se expresa, paradójicamente, el clima de desencanto con que es visto el sistema político y la pérdida de credibilidad y representatividad que experimentan los partidos, factores que incrementan los niveles de abstención. En los comicios presidenciales de 1999 sólo acudió a votar el 33.29% de la población apta para hacerlo.

ARENA: EN GUERRA PARA RECUPERAR LO PERDIDO

ARENA (Alianza Republicana Nacionalista) sigue siendo el partido emblema de la derecha en El Salvador. Desde hace tres períodos -quince años- ocupa la Presidencia de la República. Ahora, aspira y se prepara para conseguir su cuarto período en 2004. Sus principales dirigentes: Archie Baldocchie Dueñas (sector financiero Banco Agrícola), Roberto Murray Meza (sector financiero-industrial: cervezas, gaseosas), Roberto Palomo (zapatos ADOC), Carlos Boza Delgado (representante del Grupo Poma: metrocentros y hoteles, distribuidores de vehículos), Carlos Araujo Eserzki (pariente cercano del zar de las comunicaciones salvadoreñas Boris Eserzki) y Ricardo Sagrera (toallas Hilasal) están al frente de sus empresas y del partido y utilizan el aparato del Estado para hacer buenos negocios.

Estos empresarios consideran totalmente necesario para el éxito de sus empresas que ARENA vuelva a ganar las elecciones. Entienden muy bien que el uso patrimonial del Estado les garantiza políticas públicas que contribuyan a cumplir con el objetivo de toda empresa: la obtención de máximas ganancias. Y como la mayoría de empresarios, dentro y fuera de ARENA, no aceptan que tienen dos responsabilidades: hacer dinero, y también contribuir al bienestar público.

Los hombres de negocios de ARENA ya encontraron a un buen gerente para que se ocupe de los asuntos electorales: Francisco Bertrand Galindo, hasta hace poco Ministro de Gobernación y llegado a la Vicepresidencia de ideología de ARENA en septiembre 2001. El nombramiento de Bertrand Galindo permite a los empresarios que dirigen ARENA entregarse confiados a sus negocios, pues han nombrado en la división electoral a “un soldado”, a un hombre del equipo del Presidente que responde plenamente al proyecto de ARENA y que se dedicará a tiempo completo a ganar las elecciones y a recuperar las diputaciones y alcaldías perdidas en años anteriores.

Hay que reconocerle al partido de gobierno su capacidad de reinventarse reemplazando a miembros del partido en puestos de gobierno. De manera vertical, porque en ARENA no hay democracia interna. El Consejo Ejecutivo Nacional (COENA) quita y pone funcionarios del gobierno y de las posiciones en su fracción legislativa y en el partido. Es el caso de Enrique Valdés, un recién llegado a la política, un ilustre desconocido, un parto inesperado, un personaje que de un día para otro pasó de anónimo diputado suplente a flamante jefe de fracción del partido oficial.

ARENA está lista para iniciar el proceso de selección de candidatos a alcaldes y a diputados. El COENA hizo un llamado a sus bases a una guerra contra el FMLN. El mensaje de Bertrand Galindo fue claro: “Ustedes tienen una misión muy simple: ganar las elecciones. Su única misión consiste en recuperar los municipios que hemos perdido y mantener aquellos que ya tenemos”.



FMLN: RUPTURA PROFUNDA

A menos de un año de las elecciones, el FMLN (Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional) sigue siendo la fuerza política electoral más representativa de la izquierda y el principal partido de oposición. Se acerca a la contienda electoral marcado por pugnas internas entre “ortodoxos” y “renovadores”, pugnas que ya llegaron a nivel de ruptura tras la división de la fracción legislativa del FMLN en diciembre 2001, y la expulsión de cinco diputados en abril 2002. La ruptura es profunda. Los “renovadores” abandonaron el FMLN y una parte se integró al PSD (Partido Social Demócrata) -antes Partido Demócrata- cuyo líder principal fue Joaquín Villalobos. Otra parte de los renovadores creó un nuevo partido político: el PMR (Partido Movimiento Renovador), que el 1 de abril presentó su solicitud al Tribunal Supremo Electoral, estando a la espera de autorización para iniciar la recolección de 15 mil firmas y ser legalmente inscrito.

Todavía no se logra visualizar claramente si el FMLN tiene o no montado un equipo electoral seriamente concentrado en ganar los comicios de 2003 y 2004. Al Alcalde de la capital, Héctor Silva, candidato más potable del FMLN para las elecciones presidenciales 2004, la única carta que le queda jugar para mantenerse con posibilidades de participar en esa contienda es volver a postularse por tercera vez como candidato a la alcaldía de San Salvador y, de ganar, renunciar al cargo para lanzarse como candidato a la Presidencia. Cuestión no tan fácil, pues el segundo período de Silva en la Alcaldía no ha sido tan brillante como el primero y tendrá enfrente a un buen candidato de ARENA.

CAPTANDO A LOS DESCONTENTOS

En el mapa político electoral se encuentran también a la derecha el PCN (Partido de Conciliación Nacional) y el PDC (Partido Demócrata Cristiano), que se disputarán el voto de los descontentos de ARENA. Ambos son partidos viejos que conocen muy bien el sistema electoral salvadoreño de cocientes, residuos y planchas nacionales en las elecciones de diputados, sistema diseñado para favorecer la representación de tres partidos en el Parlamento. A esto le apuestan. A estos dos partidos de la derecha se puede sumar un partido en formación, el PPR (Partido Popular Republicano) si logra legalizarse a tiempo para participar. Su presidenta es la ex-arenera Gloria Salguero Gross, quien asegura que entre los 132 fundadores de este nuevo partido los hay que provienen de ARENA, del PCN y del PDC.

En el centro y centro izquierda del mapa político salvadoreño está el CDU (Centro Democrático Unido) de Rubén Zamora, el PSD (Partido Social Demócrata) y el PMR si logra legalizarse a tiempo. Son partidos que competirán fundamentalmente por el voto de los descontentos con el FMLN y por captar el voto indeciso y el de quienes se abstienen. A estos partidos se suma el “nuevo” Partido de Acción Popular antes UCD (Unificación Cristiana), de la familia Duarte y de la vieja guardia del PDC, que ha cedido la dirección del partido a personas nuevas en política como el coronel retirado David Munguía Payés.

CONGRACIARSE CON WASHINGTON

En el tapete nacional no sólo está agitado el tema electoral. También el diplomático. La diplomacia salvadoreña ha sido esencialmente gris en los tres gobiernos de ARENA, limitada a luchar porque el gobierno de Estados Unidos prorrogue el tiempo de estadía temporal de los salvadoreños ilegales en el Norte. Sin embargo, después de la visita del Presidente Bush a El Salvador el 24 de marzo se empieza a registrar una beligerancia inusual en la política exterior salvadoreña, orientada fundamentalmente a congraciarse con Washington.

El Gobierno de El Salvador fue el primer y único país del mundo en dar instantáneo aval al gobierno provisional venezolano surgido del golpe de Estado contra Hugo Chávez. Después, El Salvador copatrocinó activamente en Ginebra la propuesta de Uruguay pidiendo un Relator de Naciones Unidas para observar la situación de los derechos humanos en Cuba.

Por su parte, la Secretaría General de la Corte Suprema de Justicia de El Salvador ha pedido a Panamá la extradición del anticastrista cubano-americano Luis Posada Carriles, sujeto dedicado a actividades terroristas, que hace dos años viajó a Panamá con documentos de identidad salvadoreños y fue detenido con un cargamento de explosivos en vísperas de la Cumbre presidencial a la que asistió Fidel Castro. Después de las críticas del Presidente Flores a esta solicitud de extradición, nadie ha querido volver a hablar de este tema. Como si quemara.

“CONFIAMOS EN EL NUEVO LIDERAZGO DE VENEZUELA”

La posición del Presidente salvadoreño Francisco Flores ante el golpe de Estado en Venezuela, fue expresada en el marco de la XVI Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno del Grupo de Río y dejó atónitos y sorprendidos al resto de Presidentes, provocando un terremoto político en El Salvador por lo precipitada y equivocada de esta posición. “Nuestro gobierno -dijo Flores- va a dar un voto de confianza al pueblo venezolano y al gobierno de transición, nuestro gobierno va acercarse al gobierno de transición. Depositaremos nuestra confianza en el nuevo liderazgo de Venezuela”.

Los partidos de oposición atacaron severamente al gobierno por este apoyo a un régimen que gobernó durante un plazo ridículo. Los diputados en la Asamblea Legislativa demandaron explicaciones a la Canciller y el subjefe de fracción del FMLN, Manuel Melgar, pidió al pleno de la Asamblea recomendar al Presidente que solicitara disculpas al gobierno de Hugo Chávez. Flores declaró que no consideraba disculparse. Y sostuvo con “genialidad”: “El Salvador tuvo una posición diferente al resto de gobiernos que opinaron sobre la situación de Venezuela porque está en una posición diferente”. Días después, la Canciller tuvo que condenar en la OEA “la alteración del orden constitucional que sufrió y superó la República de Venezuela” y reafirmó el compromiso de defender la democracia en el continente, dejando así atrás la incongruencia entre los principios de la política exterior y los fundamentos de la Carta Democrática Interamericana aprobada en Lima en septiembre 2001 por los Estados miembros de la OEA.

PALESTINA EN EL CORAZÓN

La posición “diferente” adoptada en el caso de Venezuela contrasta con la posición ante otros conflictos mundiales. Para los salvadoreños no es lejano emocionalmente el lejano geográficamente conflicto árabe-israelí. Hay sobradas razones. Una resulta muy singular: El Salvador y Costa Rica son las dos únicas naciones del mundo que poseen embajada no en Tel Aviv, sino en Jerusalén, en una actitud complaciente hacia Israel que reclama para sí en exclusiva la capitalidad de Jerusalén.

Por primera vez, en el clímax de este conflicto, el Ministerio de Relaciones Exteriores salvadoreño abogó por la creación en aquellas tierras de “dos Estados que vivan uno junto a otro dentro de fronteras reconocidas”, según posición oficial de la Cancillería. Esto provocó que el jefe de la fracción legislativa del FMLN Schafik Handal -de origen palestino- solicitara al Presidente Flores ir más allá y hacer otro gesto: trasladar la embajada de El Salvador de Jerusalén a Tel Aviv. “Por primera vez -dijo Handal- el presidente Flores dijo que se deben establecer dos Estados. Uno ya existe, Israel. De seguro que el segundo al que se refiere el Presidente es Palestina. Después de esas declaraciones, la señal que debe dar es retirar la embajada de Jerusalén”.

Otra señal que hace muy cercana a Palestina: el Alcalde de Belén, Hanna Nasser, es salvadoreño. Por esto, los alcaldes del Área Metropolitana de San Salvador y del municipio de Cinquera en el Departamento de Cabañas enviaron una carta a Nasser solidarizándose con él y expresándole su preocupación por la situación de los casi 300 ciudadanos de origen salvadoreño que viven en Belén.

La comunidad salvadoreña de origen palestino, muy numerosa y con poder económico, también se ha pronunciado públicamente exigiendo la retirada de las fuerzas de ocupación israelíes de los territorios autónomos y el traslado de la embajada de El Salvador de Jerusalén a Tel Aviv como un gesto de respeto y respaldo a la causa de Palestina, que aspira a que la capitalidad de Jerusalén sea compartida entre Israel y Palestina.

Imprimir texto   

Enviar texto

Arriba
 
 
<< Nro. anterior   Nro. siguiente >>

En este mismo numero:

Nicaragua
Lucha contra la corrupción: una gran escuela

Nicaragua
Sofía Montenegro: “Nuestra sociedad civil es débil y ha sido debilitada”

Costa Rica
La democracia tica en el filo de dos navajas

El Salvador
Elecciones a la vista y diplomacia activada

Centroamérica
Somos territorios de delincuencia en ascenso

América Latina
Sexismo en el lenguaje: apuntes básicos

Internacional
Crisis cafetalera: ¿la culpa es de Vietnam?

Nicaragua
Noticias del mes
Envío Revista mensual de análisis de Nicaragua y Centroamérica
GüeGüe: Hospedaje y Desarrollo Web