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Universidad Centroamericana - UCA  
  Número 229 | Abril 2001

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Nicaragua

Sets y escenarios de la película electoral

Para el futuro inmediato de Nicaragua hay algo que ya está suficientemente claro: es mejor que las elecciones no sean sólo a dos bandas, las dos bandas del pacto. Es mejor que compitan tres.

Equipo Nitlápan-Envío

Antes de las lluvias de invierno y en lo más cálido de un ardiente verano quedaron acotados los tres sets para el rodaje del film electoral. Si la competencia queda definida entre tres -liberales, conservadores y sandinistas- es casi segura una segunda vuelta entre el FSLN y... ¿los conservadores o los liberales? Si hay segunda vuelta, es prácticamente imposible la victoria del FSLN. Si la competencia queda definida sólo entre dos -liberales y sandinistas-, ganen unos o ganen otros, las vísperas de una campaña polarizada y unos resultados previsiblemente reñidos y cercanos al "empate técnico", podrían generar inestabilidad y violencia. Y ganen unos o ganen otros la Presidencia, la Asamblea Nacional resultante, compartida entre alemanistas y danielistas, será el escenario ideal para dar continuidad tanto a la ingobernabilidad como al pacto.

Dos encuestas con tomas cruciales

En el pacto Alemán-Ortega resultó central acordar que para ganar las elecciones en primera vuelta es necesario obtener el 40% de los votos o incluso el 35% siempre que quien obtenga ese porcentaje tenga 5 puntos de ventaja sobre quien quede en segundo lugar. Antes del pacto se necesitaba un 45% para ganar en primera vuelta. Es bien sabido que el objetivo central de Daniel Ortega en el pacto fue la reducción de esta cifra, inalcanzable para el FSLN y para su propia candidatura.
Las dos primeras encuestas nacionales (de las empresas CINCO-M&R y CID-Gallup) sobre intención de voto para los candidatos del PLC, del FSLN y del PC (Bolaños, Ortega y Vidaurre) colocaron a Daniel Ortega en primer lugar, con la mayor intención de voto, y a Vidaurre compitiendo muy de cerca y, hasta empatado, con Bolaños. (CINCO-M&R: Ortega 30.9%, Bolaños 27.6%, Vidaurre 20.4%) (CID-Gallup: Ortega 26%, Bolaños 21%, Vidaurre 21%). También muestran las encuestas una abstención presumiblemente menor que la que caracterizó las elecciones municipales. (CINCO-M&R: No votaría por ninguno 21.1%) (CID-Gallup: 14%). De mantenerse los tres sets, compitiendo tres opciones, y de mantenerse estas tendencias, Bolaños se beneficiaría de la abstención. De competir sólo Bolaños y Ortega, la abstención beneficiaría a Ortega.

Primer plano a Noel Vidaurre

Que en las encuestas Daniel Ortega aparezca como el candidato con el mayor "piso" de respaldo no resulta sorpresa. Varias encuestas han venido demostrando que, aunque el máximo dirigente del FSLN es, consistentemente, el personaje político nacional con mayor porcentaje de rechazo entre el total de la la población, es también el que retiene una intención de voto más cautiva, expresión de la adhesión cuasi religiosa de esa más o menos tercera parte de la población que sigue proyectando nostálgicamente en Ortega los logros y las glorias del proyecto revolucionario de los años 80.

El resultado más sorprendente de estas dos encuestas inaugurales es el excelente "piso" con el que arranca el candidato del Partido Conservador (PC) Noel Vidaurre, disputándole el segundo lugar al liberal Enrique Bolaños. Esto, evidentemente, es expresión, no tanto del carisma del candidato cuanto del amplio espacio que entre el electorado tiene una fórmula alternativa a los dos partidos del pacto, una fórmula de "tercera vía".

Banda sonora: el rumor de la segunda vuelta

Para iniciar el rodaje de la campaña electoral resulta fundamental contar con la certeza de que los actores del PC van a participar o no en el film. Antes de la definición de los tres sets y apenas iniciado el casting, la participación del PC quiso ser boicoteada, tanto por el gran capital conservador como por el partido de gobierno. El capital Pellas cortó su apoyo al PC para arrojarlo en brazos del PLC. Y el PLC hizo todo lo que pudo para lograr que el PC no escapara de sus brazos. A pesar de ambas presiones, los conservadores decidieron participar en las elecciones de forma independiente, organizando sus propias alianzas.

Las dos encuestas nacionales realizadas antes de la Semana Santa -tradicional tiempo de intensas y no tan "santas" negociaciones políticas- indican claramente lo obvio: la participación del PC resta votos al PLC, divide el voto "de derecha" y capta votos tanto entre los indecisos como entre antisandinistas y antipactistas, y podría conducir la elección al resultado de un triple empate técnico. De mantenerse las tendencias de las encuestas, la participación del PC asegura una segunda vuelta -en la que los conservadores jugarían un papel fundamental- y, muy especialmente, asegura también una Asamblea Nacional algo más equilibrada, restando posibilidades a Alemán y a Ortega para convertirla en campo de batalla de nuevos capítulos del pacto.

Dos papeles protagónicos

Para mantener su tendencia al ascenso captando los votos del "centro", el PC debe acopiar recursos económicos, necesita consolidar el liderazgo de Vidaurre -un político con escasa imagen negativa-, urge que supere la tendencia elitista de sus dirigentes y debe mejorar su débil organización, muy distanciada de las bases. Pero, sobre todo, para captar más simpatías y votos, el PC debe trabajar por acercarse lo más posible a la conformación de esa gran alianza de tercera vía -para serlo debe incluir al sandinismo no orteguista- que tantos políticos, entre ellos dirigentes conservadores, han boicoteado hasta ahora, y que algunos soñaron encabezara la ex-Presidenta Violeta de Chamorro.

La elección del disidente del PLC José Antonio Alvarado como candidato a la Vicepresidencia, en fórmula libero-conservadora con Vidaurre, busca garantizarle al PC mucho de lo que le falta al partido verde para mantenerse en su buen punto de arranque y seguir creciendo: además de asegurar muchos votos, Alvarado garantiza recursos -tiene vínculos y contactos importantes, tanto políticos como empresariales, en los Estados Unidos-, y asegura el carisma de su personalidad, tanto entre los liberales hastiados del alemanismo como entre indecisos que conocen y aprecian su espíritu conciliador y pluralista. Alvarado asegura también organización. En unas elecciones realmente transparentes, la fórmula Vidaurre-Alvarado, que reúne a nuevos representantes de las "paralelas históricas" podría empujar, sin muchas dificultades, al PLC hasta un tercer lugar.

Premio Oscar al travestismo político

El PLC quiso que el rodaje se hiciera en sólo dos sets de filmación: el de la alianza PLC-PC y el del FSLN. Esa alianza se frustró "institucionalmente". Pero, al menos, el PC quedó dividido, tal como también buscaba Alemán: varios dirigentes del PC, a título personal, respaldan al candidato del PLC Enrique Bolaños -bajo el argumento de "la necesidad de unificar el voto democrático contra el FSLN"- y bajo el argumento -también falaz- de que "Bolaños no es Alemán". A la vez, un sector del conservatismo, los de la alianza ALCON -con base en sectores tradicionales de varias zonas rurales- mantienen su respaldo total al PLC.

No conforme con estas"otras" alianzas, el PLC apuntó a sembrar más división -y confusión- entre votantes de tradición conservadora y entre indecisos, atrayendo a su lista de diputados al forrestgump criollo, Pedro Solórzano. Buscando el PLC la juventud y la popularidad de Solórzano -en frase de Alemán- y buscando Solórzano el poder del PLC para representar en un eventual nuevo gobierno liberal los intereses de la poderosa familia Pellas -financiadores de su carrera política-, y tras la elección de Noel Vidaurre como candidato de los conservadores, se puso en marcha la alianza Alemán-Solórzano, destinada a incluir a Solórzano en la lista de diputados liberales.

Después de ser inhibido a la candidatura para alcalde de Managua por el PC, de la forma más burda que se pueda imaginar, por el pacto Alemán-Ortega, y tras clamar contra la raya que separa a pactistas y no pactistas, a corruptos y no corruptos, Solórzano "descubrió" y declaró que en estos comicios la raya es la que separa el totalitarismo y la democracia y que, preocupado por el rumbo de la democracia, inició diálogos con Arnoldo Alemán, en el que reconoce importantes cambios que justificarían que él pusiera su juventud y su popularidad a la orden del PLC. El suyo es sin duda el acto de travestismo político más espectacular de los últimos tiempos, en un escenario donde estas cabriolas abundan.

Conservadores: fundido "en rojo"

Lo que a la opinión pública sorprende a los políticos del pacto alarma. La mayor sorpresa de las encuestas -la buena posición con que arranca el PC en las intenciones de voto del electorado nacional- ha generado gran alarma, especialmente en las filas del PLC. Siempre les fue claro, ahora les es indispensable: las instituciones del Estado que están al servicio del PLC y de su presidente honorario Arnoldo Alemán, deben inhibir a José Antonio Alvarado, estableciendo que no puede el tres veces Ministro inscribir su candidatura por no haber renunciado en tiempo a la nacionalidad estadounidense. El entramado que hace muchos meses comenzó a tejer Alemán está listo para impedir que Alvarado llegue al set de filmación. Lograrlo tendrá un alto costo político para el PLC, y le ganará simpatías al PC.

Pero no sólo es Alvarado. El PLC necesita impedir que el mismo Partido Conservador compita en las elecciones. En las elecciones municipales éste fue el propósito. Lo impidieron las presiones internacionales y la "viveza" de los magistrados del FSLN en el Consejo Supremo Electoral (CSE). En esta oportunidad habrá también presiones internacionales y estadounidenses a favor de la inclusión del PC -y también de la no inhibición de Alvarado-. La pregunta es si la viveza del FSLN respaldará o no al PLC en su objetivo de liquidar a los conservadores.

Para excluir a Alvarado es necesaria la alianza del Poder Ejecutivo -a través del Ministerio de Gobernación- con el Poder Electoral. ¿Participará el FSLN de esta alianza? Para sacar de la competencia al PC bastan decisiones administrativas del CSE eliminando las firmas de respaldo que debe presentar el partido verde antes de mediados de mayo. Estando "tomado" el CSE por el PLC y el FSLN, los dos partidos del pacto, la exclusión necesita ser "pactada".

¿Qué quieren los guionistas?

¿Le conviene o no al FSLN la participación del PC? En las elecciones municipales el FSLN propició la participación del PC porque le convenía plenamente, para ganar la alcaldía de Managua y otras muchas alcaldías de importancia estratégica. En esta ocasión, en las elecciones nacionales, no está tan claro qué es lo que más conviene al partido rojinegro y al danielismo que lo controla.

El FSLN está plenamente consciente de que sólo puede ganar la Presidencia en primera vuelta y está casi seguro que la participación del PC forzará una segunda vuelta. El FSLN está plenamente convencido de que la participación del PC le allana el camino para dividir el voto de "la derecha", pero está igualmente claro de que le conviene más una Asamblea Nacional integrada sólo por diputados FSLN y diputados PLC. El FSLN está claro que si mide fuerzas en tres sets con el PC y el PLC, y gana, su victoria es más contundente y por tanto más legítima, aunque el escenario del Legislativo le resultaría más complejo. Y que si no les gana y tiene que ir a una segunda vuelta, su derrota sería más contundente, Daniel Ortega estaría "acabado", y el escenario del Legislativo le sería igualmente complicado. Para el FSLN lo ideal es una victoria en el Ejecutivo y un Parlamento partido en dos, compartido exclusivamente con los alemanistas. El segundo escenario ideal es perder el Ejecutivo pero contar con un Parlamento a dos bandas, las dos bandas del pacto.

¿Tres sets de filmación o sólo dos? De esta pregunta clave depende en gran medida el escenario electoral y el escenario post-electoral. Se sabrá en mayo, cuando las lluvias hayan comenzado a disminuir bochornos y sofocos. Es clara la voluntad del PLC: sólo dos. No lo es tanto la del FSLN. Antes de la Semana Santa faltaban por conocerse detalles de los pasos -atinados o en falso- que darán los dos partidos del pacto en la crónica de esta exclusión anunciada, que sólo podría ser frenada por una intensa presión de la comunidad internacional, más eficaz en estos comicios ya que los financian, al menos parcialmente, y eso les da más margen para poner condiciones.

El set liberal: alerta entre los operadores

Minimizando los resultados de las dos primeras encuestas y de otras encuestas privadas que ha hecho el PLC y que también colocan a Enrique Bolaños por debajo de Daniel Ortega, y aún por debajo de los conservadores, el Presidente Alemán declaró ufano que Bolaños ganará las elecciones con el 53% de los votos, una previsión que contiene implícita la exclusión del PC.

El PLC quiere medir fuerzas solo con el FSLN. Para prepararse a este duelo, el PLC hizo alianza con el partido Camino Cristiano, que en esta alianza gana algunas diputaciones y conserva su personalidad jurídica, y que declaró que se decidió por el PLC porque oyeron en Estados Unidos que si ganaba el FSLN el gobierno de Bush junior no reconocería ese resultado. El PLC va también aliado con un sector del partido de la Resistencia, con sectores conservadores y con segmentos de partidos socialdemócratas y socialcristianos (PAN, MDN, UDC, PSC), ya sin personalidad jurídica. Alemán presenta a este conglomerado como la gran alianza del voto democrático.

Más que con alianzas, el PLC se está preparando como no lo hizo para las elecciones municipales: fortaleciendo la capacitación de sus fiscales y organizando mejor "la defensa del voto". El PLC sabe que el voto cautivo del FSLN es el más sólido de todos y que los sandinistas votan no sólo disciplinadamente sino con mística, contra viento y marea, lo que no sucede con los no sandinistas, más laxos y desidiosos. Con estas evidencias, probadas en las elecciones municipales, y asumidas por los operadores del rodaje en el set liberal, el PLC está ajustando todos los mecanismos posibles para no perder un solo voto.

La disposición del CSE de establecer a partir del 1 de abril la cédula de identidad como único documento válido para cualquier gestión pública va en esa dirección. El propósito anunciado de reorganizar las nueve direcciones generales que componen el CSE para que sean liberales quienes dirijan áreas tan sensibles como la de informática, la de catastro y padrón electoral o la del registro del estado civil de las personas- que cedieron a gente del FSLN cuando los dos partidos del pacto se "tomaron" el CSE- busca evitar a toda costa que los sandinistas "les den vuelta" o "se les vayan arriba", tal como sospechan o saben que sucedió en las elecciones municipales. El discurso del candidato Bolaños, que no deja de insistir en que el día de las votaciones haya carros, camionetas, ambulancias y hasta parihuelas y gente llevando "a tuto" a los votantes, tiene que ver con este temor, con ir creando un clima que facilite el voto -y que lo asegure-, especialmente en las zonas rurales, en donde el PLC tiene su principal caudal, como también se demostró ampliamente en las elecciones municipales.

Una gruesa sombra tras la pantalla

Al PLC le favorece contar con los recursos del Estado y con una buena maquinaria organizativa, aunque ésta tiene menos pericia que la del FSLN. En su fórmula, más carisma demuestra el candidato a Vicepresidente, José Rizo, que el empresario de origen conservador Enrique Bolaños, muy anciano en un país donde los jóvenes de 16-25 años tienen el poder de decidir la elección.

Lo que más lastra la fórmula Bolaños-Rizo es una gruesa sombra tras la pantalla, la del Presidente Alemán. El desgaste de cinco años de gobierno liberal, la imagen de corrupción que no logra superar el gobierno y que, además, la acentúa a diario, el control del PLC que ostensiblemente sigue teniendo Alemán, sus declaraciones, en las que siempre confunde su partido con el Estado y hasta él mismo se confunde con el candidato de su partido, pueden impedir que el PLC capte votos más allá de sus simpatizantes, votos que irían a la casilla de los conservadores, porque la población que teme a Daniel Ortega puede ver al PC como una fórmula anti-FSLN que asegura menos corrupción, menos mafia y nuevos liderazgos. De ahí que la consigna electoral -implícita ya en algunas declaraciones pro-PLC- es ésta: Bolaños no es Alemán. Si las listas de diputados del PLC las elabora Arnoldo Alemán con su círculo de leales será muy difícil convencer a los votantes de la veracidad de esta consigna.

De todas formas, sean cuales sean los resultados de las elecciones, Arnoldo Alemán está plenamente satisfecho: tiene garantizado -gracias al pacto con Ortega- un escaño de diputado en la Asamblea Nacional -inmunidad e impunidad incluidas-, y el seguro cargo de jefe de bancada del PLC en el Parlamento, dirigiendo a diputados que serán sus amigos. Y desde ese futuro e importante cargo ya está elaborando el Presidente sus estrategias continuistas para un escenario que aún no perciben quienes votarán por el PLC: un Ejecutivo débil presidido por Bolaños y un Legislativo partido en dos y presidido por Alemán, convertido en escenario de nuevos episodios del pacto con Daniel Ortega, que de no ganar sería seguramente el jefe de bancada del FSLN. O para otro escenario tal vez peor: un Ejecutivo presidido por Ortega y un Legislativo presidido por Alemán.

El set del FSLN: hay piso, falta techo

Las encuestas demuestran que Daniel Ortega es el candidato que arranca mejor situado en la competencia. Sin embargo, para superar el umbral que separa el sólido voto de sus simpatizantes y el necesario techo del 35-40% para ganar en primera vuelta, el FSLN no parece tener mucho margen de maniobra. Daniel Ortega sólo cautiva a los ya cautivos y no asegura una capitalización creciente del justificado descontento por la corrupción del gobierno alemanista.

La candidatura de Daniel Ortega resulta tan polarizante que tiene muy poca capacidad de crecer en intención de votos, por más religioso que sea el "envase" de campaña electoral en que se va a "vender" al candidato rojinegro, o por más atractivo que sea el programa con que se presente ante el electorado. Quien asegura el "piso" no es el candidato sino la bandera rojinegra del FSLN. Al igual que la consigna implícita para atraer a los liberales no alemanistas es Bolaños no es Alemán, el equivalente en el FSLN es Daniel Ortega no es el FSLN. Aunque así lo parece. O esta otra: Después que ganemos, lo componemos.

Es previsible que, a pesar de todas las inconformidades, organizadas y desorganizadas, que generó la imposición antidemocrática de la candidatura de Daniel Ortega y de los diputados que van en las listas de ese partido, no cabe que duda que todos, o casi todos, los sandinistas no danielistas, tanto los de fuera del FSLN como los de dentro, cerrarán filas en noviembre y votarán por el FSLN. Pero aun con este caudal prácticamente seguro, Daniel Ortega no toca el techo de la victoria. Naturalmente, el FSLN cuenta con las vivezas de la organizada actividad de sus comandos electorales: con un piso sólido vienen preparándose para garantizar subir el techo hasta el ansiado porcentaje pactado hace un año.

Agustín Jarquín: estrella de reparto

Inmediatamente después de conocerse el resultado de las dos encuestas, el 29 de marzo, Daniel Ortega decidió finalmente quién sería su compañero de fórmula en la candidatura a la Vicepresidencia: Agustín Jarquín. Descartó otras candidaturas de empresarios ligados al FSLN, con la certeza de que muy poco podrían aportar al techo que tiene que alcanzar el FSLN para ganar en primera vuelta.

A pesar de que desde hace meses el ex-Contralor expresó que no aceptaría ser segundo de un candidato que él juzgaba sin suficiente consenso social y que además consideraba perdedor, Jarquín aceptó integrar la fórmula del FSLN. Se sabe que el FSLN ha prometido a los socialcristianos de Jarquín la coordinación, a través de la Vicepresidencia, de los ministerios del gabinete social y del área de cooperación externa en un futuro gobierno sandinista.

La apuesta por Jarquín expresa lo crucial -y lo difícil- que va a ser para el FSLN subir del piso asegurado al techo necesario. Con Jarquín, el FSLN busca reducir el altísimo nivel de temores que genera la candidatura de Ortega, tanto en el ámbito nacional como en el internacional. Jarquín, que en sus declaraciones públicas enfatiza siempre la sensibilidad social del FSLN, entra al set sandinista como garante de menos cuotas de corrupción y de mayores cuotas de racionalidad económica. Con su figura, el FSLN buscaría aliviar las incertidumbres políticas y financieras -¿también las éticas?- que genera el regreso al poder del FSLN presidido por Daniel Ortega.

¿Cuántos votos no sandinistas atrae el ex-Contralor? Es una incógnita. En la encuesta de CID-Gallup, Jarquín aparece con un 25% de opiniones favorables, un 34% de desfavorables y con un bastante alto 41% que no sabe qué opinar de él. Hace unos meses Jarquín tenía algunos puntos más en las opiniones favorables. El tenso y prolongado proceso de encuentros y desencuentros entre Jarquín y Ortega no parece haber contribuido a prestigiar al ex-Contralor más allá de las bases sandinistas -lo que tampoco es seguro-, sino a erosionar su bien ganado prestigio como titular de la Contraloría y abanderado del rechazo al pacto que tanto desnaturalizó esta institución.

El desafío de Jarquín es muy grande. Sólo si gana el FSLN y desde su cargo de Vicepresidente demuestra una nueva forma de hacer política, su polémica apuesta tendría algún sentido. De momento, el desafío de Jarquín no es menos grande: subirle el techo al candidato Ortega.

Mejor tres que dos


La población votante, cada vez más encorsetada, y por tanto asfixiada, en los límites del pacto, tiene el desafío de una reflexión que atienda al futuro. En ese sentido, y al menos para los próximos dos meses su desafío es contribuir a garantizar que haya tres sets en el film electoral, tres casillas en la boleta del 4 de noviembre. Tres es mejor que dos para el futuro inmediato de Nicaragua.

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