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Universidad Centroamericana - UCA  
  Número 224 | Noviembre 2000

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Nicaragua

Jinotepe y Diriamba: dos casos de derrota por el candidato

El FSLN perdió uno de sus bastiones: Jinotepe. Y el PLC perdió una de sus plazas estratégicas: Diriamba. Por razones similares: la culpable minoría de edad de los líderes locales, aún dependientes de las élites nacionales y de los caudillos de sus partidos.

José Luis Rocha

La sorpresiva victoria de los liberales en Jinotepe"agarró en curva" a moros y cristianos. De los cuatro municipios que son cabeceras departamentales que ganó el PLC, Jinotepe es la única arrebatada al FSLN, después de 20 años de gobiernos sandinistas consecutivos, considerándose Jinotepe un inexpugnable bastión del FSLN. El margen de ventaja para los liberales fue de 1,319 votos, una cantidad nada despreciable, pues representa el 22% de los votos que obtuvo el FSLN.

El más alto nivel académico del país

Situada en el gozne de las transacciones comerciales del llamado "triángulo de oro del café", y ciudad que puso los administradores de las haciendas mientras otros municipios ponían los mozos, Jinotepe ha consolidado a una clase media numerosa, ha elevado su población a 50 mil habitantes y ha situado en su jurisdicción una escuela normal, un instituto politécnico y uno de los campus de la Universidad Nacional Autónoma a donde concurren unos 5 mil estudiantes procedentes de diversos municipios. Jinotepe tiene el nivel académico más alto de Nicaragua. Por todas estas razones los liberales magnifican su victoria en esta plaza: Jinotepe es la capital del Pacífico y ganar Jinotepe equivale a ganar cuatro cabeceras departamentales, dicen.

La alcaldía de Jinotepe recauda anualmente 7 millones de córdobas, pero la autoridades municipales estiman que sólo el casco urbano necesita servicios por un monto de 17 millones. Mantener vistosa a una ciudad traga plata a carretadas y Jinotepe ha venido perdiendo atractivo a ritmo desbocado. El proyecto de aguas negras ejecutado por ENACAL dejó las calles en un estado de alarmante deterioro. El crecimiento del mercado municipal derrama basura en cantidades industriales y es el dolor de cabeza de varias administraciones municipales. De ahí los estribillos de campaña de todos los candidatos a la alcaldía: construcción de un nuevo mercado municipal, recolección eficiente de la basura y reparación de las calles. Después de once años de prometer un nuevo mercado y una terminal de buses que jamás llegaron, el FSLN llegó a las elecciones "con los pies hinchados". La atmósfera estaba cargada de rumores sobre la mala administración sandinista. Los ciudadanos acuñaron y difundieron la especie de que la alcaldía estaba envargada: la familia Vargas -familiares de un concejal- tenía copada una considerable porción de los cargos administrativos.


Rebelión de los votos cautivos y un réquiem al verticalismo


El FSLN se durmió sobre unos laureles inexistentes. Confiado en la presunta tradición sandinista de Jinotepe, se enzarzó en desgastantes forcejeos, en un estira y encoge orquestado por varias facciones locales, algunas de ellas reflejo de las divisiones del FSLN a nivel nacional, con tintes locales que expresaban pugnas por cuotas de poder y que, cual telenovela, eran difundidas por los medios de comunicación. El último round culminó con un dedazo de las estructuras del FSLN, inveterado recurso metodológico del que los partidos echan mano con más frecuencia de la que los tiempos y la evolución de la cultura política aconsejan. La cúpula sandinista impuso al candidato a la alcaldía y relegó a segundo plano a quien los sandinistas de base habían elegido en la consulta popular interna del FSLN. Aunque quedó el que no era predilecto, pensamos que quien es sandinista no iba a doblarse para otro lado, explica Cándida Rosa Cordero, militante sandinista y comerciante en el mercado municipal. No repararon en la "novedad" de que el voto es cada día más volátil.

Los dedazos, las designaciones impuestas, benefician a los candidatos que representan las corrientes más ortodoxas de los partidos políticos. Pero ni el hábito hace al monje ni el dedazo improvisa a un líder político. Las cúpulas partidarias procuran que los militantes se conviertan en voceros -carentes de autonomía- del discurso político que suministra el partido. Promueven líderes locales desprovistos de los instrumentos que les permitirán crear una opinión personal. Han adquirido la capacidad de inculcar una forma de razonar donde sólo son posibles conclusiones afines a su línea de pensamiento. El partido dicta lo que se puede pensar, y tiene el monopolio de la producción de las opiniones políticas. Los dedazos sólo son posibles donde la dirigencia local está suficiente y desafortunadamente fragmentada y no se ha emancipado de su culpable minoría de edad. Esos dirigentes, aun con disensiones, terminan acatando las orientaciones que "bajan" desde una cúpula que sabe explotar hábilmente las inquinas provincianas para perpetuar el modelo.

Para redondear el cuadro e impedir ulteriores rectificaciones, el militante profesional- el que no digiere las derrotas- tiene que buscar chivos expiatorios fuera de sus filas. Después de perder en Jinotepe, granearon los argumentos auto-exculpatorios de los militantes del FSLN, que descargaban el peso del fracaso en las anomalías maquiavélicamente diseñadas por sus adversarios: el PLC hizo votar a los muertos, sólo liberales trabajaban en la delegación del Consejo Electoral Municipal, cédulas y documentos supletorios de sandinistas no aparecían en los padrones, la gente pensaba ir a votar después de las 6 de la tarde cuando ya estaban cerradas las juntas, el PLC compraba el voto de los borrachos a 50 pesos, los 6 millones de córdobas que el FISE dio para la construcción del nuevo mercado fueron invertidos en otras obras para que la alcaldía sandinista no pudiera cumplir con su promesa, la administración municipal hizo poco porque no contó con el apoyo del gobierno central y -como parte de una confabulación liberal- ENACAL prolongó el proyecto de alcantarillado para que las calles no pudieran ser reparadas antes de las elecciones...

Un "Nicodemo" del FSLN, dirigente de alto rango en Jinotepe que pidió el anonimato, nos hizo llegar un manuscrito con una valoración autocrítica del fracaso del FSLN, apuntando tres causas:
- La postulación de un candidato que representaba a una mala administración. El candidato del FSLN ha trabajado como Director de Relaciones con la Comunidad en la alcaldía saliente. El desgaste de la administración afectó al candidato.

- La presión del Vicealcalde, Juan Narváez, de escasa simpatía popular, para imponer a su candidato.

- El abstencionismo de los sandinistas, que decidió castigar una mala administración.



Personas, no partidos: un buen candidato se impone

Las elecciones concluyeron con 7,365 votos para el PLC contra 6,046 para el FSLN. La contienda entre Tomás Gua-dalupe Guevara Enríquez (83 años) y Alvaro Santiago López González (33 años) era un desigual combate. Ganó Guevara. Alvaro López, máster en administración de empresas y con un destacado desempeño académico no recibió el apoyo de todos sus correligionarios. Tomás Guevara, confiscado por el FSLN e indemnizado por Violeta Barrios, hacendado, farmacéutico, a sus 83 años bien llevados y traídos, quizás no tendrá el mismo vigor que cuando en 1963 asumió por primera vez la alcaldía, con 46 años, para dejarla, después de 7 períodos consecutivos, en 1977, a los 60 años. 14 años consecutivos de muy buen gobierno municipal fueron su mejor credencial. En aquellos años pavimentó calles y mejoró notablemente los servicios de agua potable y alumbrado público.
Desde entonces donaba su salario para obras municipales. Y aunque circula el rumor de que se eximía del pago de impuestos municipales, su talante ponderado le ha ganado el respeto de sus adversarios, quienes -contra toda evidencia- prefieren verlo como una figura relativamente distante del PLC, a pesar de que es el Delegado de Gobernación Departamental. Ahora elegido, Tomás Guevara ha prometido donar su salario de alcalde a un fondo de becas para jóvenes estudiantes de escasos recursos. Además de la fragmentación del FSLN, la personalidad del candidato del PLC fue fundamental en su victoria. Importó más que su programa. Simplificando, cabe decir que las campañas apelaron al inconsciente de clase más que a la conciencia de clase. Y que este candidato apelaba a la "credibilidad" que su personalidad ha construido. A pesar de todo, Tomás Guevara no las tenía todas consigo. Su avanzada edad alimenta los recelos de quienes sospechan que no será más que una figura decorativa. Y desafortunadamente, no todos sus correligionarios liberales muestran los niveles de tolerancia que han hecho de este hombre una figura digerible para muy variados sectores.
El representante legal departamental suplente del PLC, Bayardo Briceño Cruz, con una cohorte de correligionarios de pescuezos muy flexibles que a su alrededor asentían tras cada una de sus afirmaciones, nos ofreció su versión de por qué fue defenestrado el FSLN: Creemos que el pueblo está cansado de la demagogia a que estuvo sometido a lo largo de veinte años. El Frente Sandinista, de una u otra forma, empañó al total de la sociedad. Después de 20 años de dominio férreo sandinista, dos mil votos son una diferencia más que suficiente para demostrar el rechazo de la población al Frente Sandinista. Increíble: antes que ponderar la virtudes de su candidato ganador –cosa que sólo hizo al final de su alegato- persistió en el discurso que alienta la polarización, subestima el dato moderador de cualquier triunfalismo que representó el abstencionismo, y olvida que el gobierno municipal es un órgano colegiado, cuyas decisiones serán tomadas por un Concejo Municipal integrado por concejales del partido ganador y y de los partidos perdedores.

Los "dedazos" incuban abstencionismo


Aún con la victoria de una personalidad atractiva, el abstencionismo relativiza esa victoria. Probablemente, el abstencionismo en Jinotepe afectó más al FSLN, pero sus magnitudes permiten sostener que también castigó al PLC y que la figura de Tomás Guevara no mitigó tan sustancialmente esa bofetada. De 24,225 electores inscritos en Jinotepe, sólo llegaron a las urnas 14,464 (60%). A pesar de que el número de inscritos en el padrón electoral se incrementó en 2,533 nuevos electores en los últimos cuatro años, el FSLN obtuvo 1,217 votos menos que en 1996. Y el PLC sólo creció en 289 votos menos, presentando al mismo candidato del 96, don Tomás Guevara. El elevado índice de abstencionismo, no compensado por los votos captados por el Partido Conservador y el Camino Cristiano, apunta a que la población no encontraba en la boleta una alternativa.

En la vecina ciudad de Diriamba, los números también hablan. Allí, llegaron a las urnas 15,955 votos válidos, apenas el 51% de los 31,428 electores. Aunque entre 1996 y el 2000 el número de votantes se incrementó en 3,373 personas, el ganador FSLN obtuvo 755 votos menos que en las elecciones del 96 y al PLC le fue aún peor 1,389 votos menos. En Diriamba el dedazo fue obra del PLC. Y el FSLN le arrebató la alcaldía a los liberales.


Diriamba: la cuna del Güegüense

En Diriamba dejó su ombligo el Güegüense. La ciudad presume de haber sido fundada por el cacique Diriangén, el aguerrido líder indígena que hizo frente a los conquistadores españoles. Si Jinotepe puso los administradores de las haciendas cafetaleras, Diriamba puso los peones. Por eso, aunque ubicada a sólo cinco kilómetros de Jinotepe, las diferencias entre las dos ciudades son notorias. Con una recaudación de 3 millones 92 mil córdobas -4 millones 596 córdobas menos de lo que recauda Jinotepe-, la alcaldía de Diriamba debe prestar servicios a una población de 50 mil 143 habitantes, 16 mil personas más de las que viven en Jinotepe.

Los mecanismos para seleccionar candidatos municipales fueron mejores en el PLC que en el FSLN, pero no siempre se respetaron. Mientras el FSLN seleccionó a sus candidatos en base a una consulta popular entre sus simpatizantes, el PLC realizó una encuesta entre toda la población del lugar, sin distinción de partidos, mecanismo más moderno que le permitió sondear la capacidad de sus líderes para captar votos más allá de sus correligionarios.

En Diriamba se dio al traste con este más moderno dispositivo de selección cuando Douglas Arias González -el más popular según la encuesta y ya oficialmente designado como candidato- fue eliminado por un dedazo de la lista definitiva de candidatos oficiales a alcaldes, sólo dos meses antes de las elecciones. El secretario de la Presidencia del PLC en Diriamba le solicitó la renuncia arguyendo que la orden venía "de arriba". No obstante que ese descabezamiento no se hizo en tiempo y forma, y que el Consejo Electoral Municipal de Diriamba emitiera un documento haciendo constar que Arias seguía siendo el candidato oficial del PLC, el CSE en Managua se prestó a la patraña politiquera que lo sustituyó por alguien prácticamente desconocido en Diriamba, aunque con acendrada raigambre en el PLC.
Los activistas del PLC vaticinaron la derrota. Y no se equivocaron. El abstencionismo de los liberales en Diriamba se multiplicó por efecto de este mini-fraude. Algo así puede haber sucedido a nivel nacional: tantos pre-fraudes (no minis sino maxis) incubaron abstencionismo. El FSLN y el PLC hacen gala de idénticos sistemas: partidos secuestrados por élites que únicamente toleran a líderes incondicionales.

El despertar del sueño dogmático suele ser abrupto. Los líderes, que se perfilaban dóciles, se rebelan cuando la cúpula beneficia a una facción local en perjuicio de la propia. Entonces, cada corriente reclama ser portadora de la autenticidad ideológica, del Santo Grial, los sellos reales y los papiros canónicos y sentencian que el resto son versiones apócrifas. Los defraudados por el dedazo del PLC en Diriamba han hecho circular un documento de denuncia que hace época y se puede adquirir en cualquier fotocopiadora diriambina. Firmado por el Grupo de los 11 en la Ciudad de Diriamba -correlato del G-11 que a nivel nacional alienta posiciones adversas a Alemán dentro del PLC- su fragmento menos enconado reza: La gran derrota sufrida por nuestro Partido Liberal Constitucionalista en nuestra querida ciudad de Diriamba es producto del pacto y la corrupción que la encabeza el primer traidor, corrupto que mancha la bandera roja del liberalismo, el Presidente de la República Arnoldo Alemán Lacayo, que con sus secuaces entregaron la plaza de la Alcaldía Municipal de Diriamba al Partido del Frente Sandinista. Es el momento de señalar a los culpables de la derrota de nuestro glorioso Partido Liberal a quienes también acusamos de traidores, corruptos y serviles e ineptos políticos cuecheros.


¿Qué refleja el abstencionismo?

Mientras los líderes se debaten en estériles reyertas buscando sacar tajadas de poder y el aval de cúpulas irrespetuosas, los ciudadanos se abstienen o votan por motivaciones muy prácticas. Al fin y al cabo, los líderes locales han sido incubados por las élites locales y están muy lejos del diario plato de gallopinto que pide el pueblo. ¿Se está creando ya otra demanda política? ¿Estas elecciones nos dan ya las primeras señales? ¿Los partidos más poderosos están perdiendo su capacidad de suscitar la demanda política que les permite permanecer en el poder?
El abstencionismo también es una respuesta. No refleja únicamente que fallan las tácticas de seducción de los partidos políticos, aun con visita casa por casa gastando verbo y caite, a veces vendiendo el rollo gastado de siempre. En Jinotepe y en Diriamba, el abstencionismo fue también un castigo al verticalismo, a la imposición arbitraria de candidatos y, naturalmente, al mal gobierno.

El voto de Chilito mercadera

El voto es la formulación más simple de una opinión política. Iguala a letrados y a analfabetos. Por eso importan los detalles prácticos, lo muy elemental, lo que afecta directamente al ciudadano o a la ciudadana de a pie. En la mayoría de la población, la percepción ética individual se va imponiendo sobre las fidelidades a los partidos políticos. Y se deja al partido en la estacada cuando sus fragmentaciones son ajenas a los dolores de cabeza comunes y corrientes.

Doña Chilito, veterana vendedora de frutas y verduras en una esquina de Diriamba, sabe lo que quiere y lo que le estorba. Sin militar en partido alguno, las elecciones fueron para ella una oportunidad de sacudirse el tábano que la perturbaba: Tengo 10 años de vender en esta esquina. Todo el mundo lo sabe que en esta esquina vende y venderá doña Chilo hasta que Tata Chú se la lleve... Hasta el fin de mis días. A veces me hago aquí, en esta otra esquina, para capear el sol un ratito. No me meteré en el mercado. Ya estoy achacosa y hecha a vender en esta esquina. Aquí he pasado cuatro huracanes y vendo enferma o sana. Mi hijo murió en la guerra. Dicen que fue una mina. Aquí sólo sus pedacitos me llegaron. A mí me tocó sacar adelante a sus niñas. De estas canastas he criado a esas dos criaturas, para que estudien y no anden pidiendo. Para ellas trabajo yo, no para otra cosa. Yo me defiendo con mi carretón. Lo que hace una, ganando sólo para su bocadito. Yo manejo mi cuchillo por cualquier cosa que se presente. Por eso no me han molestado ni nada los delincuentes. Sólo los policías que manda la alcaldía me vienen a fregar. Se me llevan la venta y dicen que la botan. ¿Cómo van a botar esto, si está bueno? La vienen a buscar a una como si tuviera cosas malas. Nada de cosas malas vendo yo. Nosotros no tenemos cosas malas. Cosa mala es la mariguana y eso no vendemos. Ellos te agarran la venta y ran-ran, te la botan. Y yo antes me corría, dejando la regazón de verduras. Botaba la venta y ahí caían todas las mandarinas. Ahora no, ahora me paro y la gente me apoya: "¿Qué les pasa? Dejen trabajar a doña Chilito. ¡ Vayan a agarrar a los ladrones, no a las vendedoras!" Mi sobrino es el Vicealcalde y ni me volvía a ver. Él jamás dijo: "Te voy a dar 10 pesos para que comprés una libra de queso." Yo sola me defendía. Pero en la vida todo se paga y por eso les dije: "Ustedes están pegados con saliva y van a caer." Y se cayeron. Por eso voté. ¿Qué quiero de los nuevos alcaldes? Que ya no sean como estos hombres, que no vengan a fregarnos, que no nos estén atacando así. Que sean mejores, sólo eso.

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